En ocasiones especiales, Sid, cocinaba algún platillo tradicional coreano.

El cumpleaños de alguno de sus padres o abuelos, para alegrar a alguien en un momento difícil, o en ocasiones solamente para quitarse preocupaciones de la mente por algún tiempo.

Y en esos momentos, sus preocupaciones tenían apellido, un apellido que llevaba siendo un castigo en su vida, desde que ese chico dientes de conejito entrara en su vida, con todo lo que ello conlleva.

Como la visita inesperada de dos de sus diez hermanas, y como cereza del pastel, las dos hermanas mas apegadas a el.

Verlas sentadas en silencio, era una novedad, dado que ambas, eran como el día y la noche cuando estaban juntas.

Lynn era un día soleado de verano, impredecible, llena de ideas para hacer al aire libre y sudar la gota gorda, pero con posibilidad de tormentas inesperadas, debido en parte a su actitud, y lo sabrá ella, que le tumbo un diente en una pelea hace unos años, cuando Lincoln era pareja de Ronnie Anne.

Tirarle un diente a Lynn, podía decirse que era uno de sus máximos logros, si no contaba que la atleta también le tumbara uno a ella, pero viéndolo globalmente, le salió barato, Nikki dejo dos dientes en esa pelea y Ronnie Anne, tuvo que tener una operación de nariz, y tres dientes nuevos, por el hecho de traicionar la confianza de su novio, al romper con el, en su tercer aniversario.

En cuanto a Lucy, ella era un día de invierno, frio, oscuro, misterioso, con una presencia que en ocasiones helaba la sangre, pero con sus alegres momentos y un tibio corazón, que calentaba el alma, si se sabias como llegar a el, entre ese laberinto de hielo, que la gótica creara para protegerse del mundo exterior.

-- ¿Estará listo para cuando llegue mi hermano? – cuestiono Lucy detrás de ella, sacándole un susto de muerte y casi haciéndole tirar la col.

La joven Chang, sonrió, intentando recordar cuantas veces había tenido que pasar por esa experiencia.

-- Creo que si – respondió Sid, continuando cocinando.

Dejando otra vez en silencio la cocina, mientras sus dos espectadoras llegaban a la misma observación por caminos distintos.

Para Lynn, la cocina era un asunto negado en su mayoría, a lo mucho sabia marcar para pedir una pizza o en ocasiones de necesidad algún emparedado o un par de huevos revueltos levemente quemados.

En el caso de Lucy, se podía defender en la cocina, pero el nivel que manejaba Sid era bastante superior al de ella o al de sus hermanas, quizás Lori y Leni pudieran intentar algo parecido, pero ambas se enfocaban mas en sus carreras en esos momentos, con la mayor de las hermanas, iniciando en el mundo judicial, como una prometedora abogada, ya sin Bobby osito en su vida y su reciente descubierta bisexualidad, y Leni, bueno era hermosa y estaba en Paris profundizando en el mundo de la moda, no pasaba un día que su Instagram tuviera alguna nueva foto de algún restaurante parisino o europeo si es que andaba en la euro zona visitando alguna otra capital europea.

Pero regresando al punto, ver cocinar a Sid para ambas, era casi como observar a alguien haciendo alguna clase de alquimia, la cual convertía cosas tan insípidas para ellas como la col o el rábano, en algo que ninguna de las dos podía dejar de comer.

Hola, aquí master jedi agradeciendo su lectura y su tiempo, de este pequeño proyecto.

Sin mas por el momento me despido, y que la fuerza los acompañe.