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Advertencias del capítulo: (Lenguaje obsceno)
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Disclaimer: Attack on Titan y sus personajes NO me pertenece
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Nota: Esta historia es completa y absolutamente MIA, y no es permitido tomarla sin mi autorización.
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CHAPTER 2
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UNDER THE RAIN
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Eren observó el cielo con una mueca de fastidio. Las nubes habían aumentado en volumen y ahora lucían furiosas, de un intenso color gris. Las primeras gotas de lluvia no fueron una sorpresa, pero si una decepción.
Ese día habían quedado de avanzar con la construcción del carril de tren. Apenas llevaban trabajando en ello tres semanas y se notaba un avance, sin embargo, desde la noche anterior, ese día no presagiaba un buen clima.
Mientras los otros chicos, cortaban la madera, Eren había decidido ir por las herramientas. Mikasa le acompañó, aún cuando le dijo que estaba bien si iba solo. Habían construido una cabaña en las afueras de Paradis, donde tenían todos los utensilios necesarios para su trabajo. Pese a que el día estaba gris y oscuro, Eren no había querido detener la obra, aunque al final, no tenía más opción.
Los chicos debieron haberse refugiado en cuanto empezó a llover. Le dio una mirada de reojo a Mikasa notando que sacaba una mano y permitía que el agua corriera entre sus dedos. Su expresión suave le recordó a días lejanos, donde tener una mirada de ella no dolía tanto.
Bajó el rostro e intentó respirar, decidiendo a su vez mejor volver al interior de la cabaña. Aunque todos habían hecho su mayor esfuerzo para construirla, ninguno tenía precisamente experiencia y eso se volvió evidente en ese momento, cuando notó que el agua se filtraba del techo.
Buscó varios contenedores para poner en cada una de las goteras. La lluvia parecía ir en aumento y pronto empezó a azotar sin piedad, recreando el sonido de pequeñas rocas golpeando la madera del techo.
—¡Mikasa! – llamó mientras buscaba más palanganas. No recibió contestación, pero no le tomó importancia.
Sin embargo, en cuanto terminó, buscó a la chica en la entrada. No estaba, lo cual le pareció extraño. La cabaña era pequeña y solo tenía una enorme mesa con utensilios de cocina y una alfombra, donde distribuían los colchones que usaban para dormir, al igual que sus armas de combate por cualquier emergencia.
Que la morena hubiera desaparecido sin decirle nada le preocupó, se precipitó hacia la puerta rápidamente, con el corazón en un puño.
—¡Mikasa! – el grito escapó de sus labios con desesperación.
Las gotas de lluvia eran densas y azotaban la tierra sin piedad. Una mirada al horizonte y notó que la morena se encontraba a apenas un par de metros de distancia, a su derecha. Parecía muy tranquila, como si no estuviera empapada, su rostro elevado al cielo le permitió notar qué tenía los ojos cerrados. Su cabello estaba completamente húmedo y le caía por los hombros pegándosele a la piel.
—¡Mikasa! ¡¿Qué demonios estás haciendo?! – gritó molesto.
La chica no contestó, lo que le obligó a salir de su refugio. Las gotas le golpearon la piel sin compasión. Hacia mucho frio y sintió como un estremecimiento le recorría el cuerpo inmediatamente.
En cuanto llegó a Mikasa, la tomo del brazo y la obligo a voltear rápidamente.
—¿Qué estás haciendo tonta? – cuando sus ojos chocaron. Eren la soltó, como si su solo contacto le hubiera quemado la piel.
El agua le escurría por el rostro, deslizándose por su frente, sus mejillas y sus hombros. Esa misma agua que ahora también recorría su propio cuerpo. Los ojos oscuros en los que tanto le gustaba verse reflejado, le devolvían una mirada nostálgica.
Bajo la lluvia, fue como si el tiempo hubiera retrocedido y ya no estuviera viendo a la misma Mikasa. Parecía más joven, mucho más libre. Su expresión era suave, y la ligera y dulce sonrisa en sus labios le devolvió a la época en la que todo era más sencillo, donde todavía tenía sueños y esperanzas, donde todavía creía que podía tener un futuro con ella.
—Mikasa ¿Que estás haciendo? – su tono de voz fue ligeramente tembloroso, apenas un susurro.
—Está lloviendo – musitó ella. Sus labios se veían mucho más enrojecidos y tenía la tez pálida.
—Si, tenemos que entrar, te vas a resfriar.
Ella dio un paso hacia atrás.
—No sonríes hace mucho – sus palabras fueron tranquilas, pero sonaron como un reclamo. La manera en la que la presión dentro de su pecho creció, le recordó el constante dolor en su interior.
—Que tiene que… – retuvo la respiración, agobiado –… Discutiremos cualquier cosa dentro ¡Vamos!
—Es solo agua Eren – extendió sus brazos y permitió que la lluvia bañara su cuerpo por completo, levantó el rostro y respiró con profundidad – Se siente tan bien.
—¿Qué te está pasando Mikasa?
—¿Recuerdas cuando éramos niños? – susurró ella mirándole, una sonrisa le cruzó el rostro, aún más grande que la anterior. Ver su rostro transformado le recordó aquel tiempo donde eran inocentes y era tan sencillo sonreír. Había pasado desde entonces.
—Mikasa.
—Te gustaba la lluvia, aunque mamá siempre te regañaba porque te mojabas y terminabas enfermo al día siguiente.
—Eso fue hace tiempo – negó con la cabeza – Nada es igual.
—Quiero sentirme así de nuevo – ella retrocedió nuevamente, luego dio media vuelta y empezó a alejarse.
Eren no comprendía que le sucedía mientras la observaba trotar, con el agua azotándole la piel y el cuerpo empapado. Hacia frío, pero por primera vez en mucho tiempo él se sintió cálido por dentro.
—Ven Eren – ella le llamó, la sonrisa transformando por completo la expresión de su rostro, una mano extendida en su dirección. Bien podría tratarse de un sueño porque la realidad era cruelmente hermosa.
Eren inhaló profundamente, su corazón tartamudeando. La presión en su pecho lentamente cedía, era algo que solo Mikasa podría lograr, porque ella le hacía sentir que era una buena persona, le permitía olvidar lo podrido que estaba por dentro, el dolor y el futuro cada vez más cercano.
No tenía opciones, solo un camino que tomar, había aceptado su destino tiempo atrás, aún cuando sus sentimientos provocaran arrepentimientos con los cuales sabía que moriría.
Su deber era inevitable, no obstante, por esa ocasión dio un paso al frente y sostuvo su mano, deseando aferrarse un segundo a ese momento de felicidad.
Porque en cuanto dejara esa vida no podría llevarse nada, solo sus recuerdos.
Y bajo la lluvia descubrió que aún tenía esperanza de que estos fueran dulces.
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FIN DEL CAPÍTULO
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NOTAS DEL CAPÍTULO:
¡Pero que ha pasado!
Se supone que esto era fluff, corazones y mucho amor, pero el capítulo me salió más angst
En fin, bajo la lluvia, Eren pudo volver en el tiempo y sonreír, era el punto del relato. También vemos a esta Mikasa mucho más madura y aún así, anhelando los viejos momentos de felicidad.
Espero que les haya gustado y no quieran colgarme por hacerlo tan emocional.
Muchas gracias por seguir este pequeño reto, estoy esperando poder cumplir al pie de la letra, sino de cualquier manera se que lograré llegar a su fin.
Besos y abrazos y nos leemos pronto.
03/10/2021
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