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Advertencias del capítulo: (Lenguaje obsceno)
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Disclaimer: Attack on Titan y sus personajes NO me pertenece
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Nota: Esta historia es completa y absolutamente MIA, y no es permitido tomarla sin mi autorización.
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CHAPTER 6
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LOVE LETTERS
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—¿Ya vas a terminar? – Armin asomó el rostro por la puerta, sonriendo.
—Un segundo… solo tengo que… – siguió punteando, deslizando los dedos apresuradamente a través del teclado.
—Esta bien ¿Quieres que te espere?
—Claro, solo un momento… ¡Terminé! – soltó un suspiro, apoyando la espalda en la silla de cuero – Esto de actualizar el expediente clínico en el sistema es agotador.
—Si lo hicieras en cuanto terminas las rondas no te sentirías de esa manera – susurró el rubio con un encogimiento de hombros.
—No todos tenemos ese cerebro tuyo Armin – alzó una ceja.
—Ohh vamos, cada quien tiene lo suyo. Eres mejor en la práctica que yo, tienes esa manera de avanzar más rápido que nadie y eres el mejor asistente en quirófano.
—Exageras – le restó importancia con un gesto de manos – Te hace falta confianza nada más.
—¿Entonces? – miró su reloj de mano – Hemos perdido ocho minutos y tengo que volver a la dos y media, me aseguraron que para entonces saldrían los resultados de los exámenes que mandé a hacer para el paciente de la 23 – abrió la puerta.
Eren asintió y le siguió. Ambos se encaminaron hacia los vestuarios. Cuando tenían pasantías, se les proveía con un casillero para guardar sus cosas. Ambos tomaron su lonchera y salieron del lugar.
Dado que no había llevado nada para beber, le sugirió a Armin por ir a la cafetería. El chico traía todo consigo, por lo que le dio su comida y le mandó a buscar una mesa. Mientras esperaba en la fila sacó su teléfono. No había podido verlo en las últimas dos horas y notó que tenía un mensaje nuevo.
En cuanto lo abrió, una sonrisa se deslizó por sus labios. Sintió como su pecho se llenaba de un sentimiento cálido.
"Espero que disfrutes del almuerzo"
Abrió el mensaje y se apresuró a responder.
"Estoy seguro que estará delicioso"
Solo tardó unos segundos en recibir una respuesta.
"¿Hasta ahora almorzaras? No desayunaste mas que cereal y una fruta"
Eren sonrió al observar las caritas preocupadas que había insertado.
"Estoy bien. Hambriento"
"Disfruta de la comida. Voy de vuelta a clases, te veo en la noche. Te amo"
Unas simples palabras escritas podían ocasionar un caos en su interior.
"Yo también, suerte en el examen"
Ella le respondió con un guiño. Eren sonrió y levantó la mirada, notando que había llegado a la caja. Encargó un refresco y una limonada, y buscó a Armin en cuanto tuvo ambas bebidas en manos.
El chico había encontrado una mesa, el lugar estaba a rebosar. Eren se acercó y dejó las bebidas a un lado. Se quitó su distintiva bata blanca y la colgó de su silla antes de tomar asiento.
—Entonces… ¿Cómo van las cosas con Mikasa? – preguntó Armin con tranquilidad mientras revolvía su ensalada.
—Tardaste más de lo que esperé en preguntar – se mofó tomando su tupper y ubicándolo frente a él.
—Esperaba que me lo contaras tú o que al menos el día estuviera tranquilo para conversar, pero fue un turno de locos.
—Dímelo a mi.
—Entonces… ¿Qué tal el fin de semana? ¿Cómo fue?
Eren no pudo evitar la sonrisa en sus labios, ni la sensación de un calor subía por su cuello hasta sus orejas.
—Bien.
—¡¿Solo bien?! – Armin le observó con el ceño fruncido – Se mudaron juntos Eren, estoy seguro que está más que bien.
—¡Pues si! – su voz sonó chillona, bajó el rostro al notar que varias miradas se desviaban en su dirección – Digo, no es como si no hubiéramos dormido juntos antes, pero…
—No es lo mismo.
—No, no lo es – ladeó el rostro, su mirada perdida – Cuando desperté el primer día y sentí su calor a mi lado, yo… supe que… era tan correcto y que estaba en el lugar perfecto – pasaron unos segundos antes de que se diera cuenta de sus palabras. Sintió como su rostro enrojecía al instante.
—No sabía que eras tan romántico – escuchó la risa en la voz de Armin.
—No lo soy – rodó los ojos antes de fruncir el ceño.
—Bueno, definitivamente no lo eres, pero cuando se trata de Mikasa… creo que no puedes evitarlo ¿cierto?
Eren se abstuvo de comentar mientras abría su tupper. Lo primero que notó era un sobre pequeño, parecido a una carta de correo. La sacó y le dio media vuelta, notando que tenía su nombre escrito con la caligrafía de Mikasa. Curioso, la abrió y sacó el pequeño papel lentamente, extendió la nota.
"Llame a tu madre para preguntarle sobre tu almuerzo favorito. Intenté seguir sus recetas al pie de la letra, quería hacer algo especial para ti. Espero que disfrutes de esta comida. Ten un excelente día. Te amo mucho"
Aquel era un gesto que definitivamente no había esperado. Eren dejó la nota a un lado y sacó los tres pequeños recipientes ubicándolos frente a él. En cuanto abrió los contenedores, sintió como su pulso se le aceleraba. Su pecho burbujeo, haciéndole consciente del sentimiento cálido y dulce que le atenazaba por dentro.
—¡Wow! ¡Ese sí es un buen almuerzo! – Armin sonrió – Mikasa se lució, realmente tienes suerte Eren.
El moreno sonrió, encantado y avergonzado en partes iguales. Tomó la nota nuevamente y tras leerla una vez más, la metió en el pequeño sobre y la guardó en el bolsillo de su pantalón.
—Si, lo soy – acepto ¿Cuántas personas habían encontrado al amor de su vida desde pequeños?
La había conocido apenas en primera, en segundo grado. Se habían hecho amigos hasta que sus sentimientos se interpusieron. No se declararon al instante. Él era un idiota y Mikasa era demasiado tímida, pero encontraron un punto en la secundaria, porque algo así no se podía esconder.
Era una emoción que le brotaba del cuerpo, mucho más que solo un latido irregular en el pecho o que los nervios y las mariposas en el estómago. Era más, casi como sentirse completo únicamente a su lado. Era escuchar su risa y observar sus ojos oscuros y la sonrisa dulce, sabiendo que podría verla para toda la maldita eternidad y más allá. Porque él la encontraría en todas sus vidas sabiendo que ella era la indicada.
—¡Eren! ¿Estas aquí? – el moreno se sobresalto.
—¿Cómo? – frunció el ceño – ¿De que hablas?
—Parecías perdido en tus pensamientos – Armin le observó con curiosidad.
—Solo estaba pensando en que… aunque estoy hambriento tendrás a ayudarme, es bastante comida – le advirtió con falsa firmeza, bajo el rostro para que no notara como ardía por completo su tez.
—Ella lo hizo para ti Eren.
—Mikasa hizo mucho más de lo que cómo normalmente, ella sabe que almorzamos juntos.
—Bueno, siendo así. Todo se ve muy delicioso.
Eren sonrió y tomó sus palillos.
—Estoy seguro de que lo está. Ella es la mejor.
Y las notas durante el almuerzo se volvieron una costumbre. Algunas veces no era muy extensas, sino más bien una palabra de amor o buenos deseos, pero el solo hecho de leerlas mejoraba todo en su mundo.
Un pequeño y dulce detalle que le demostró una vez más, que Mikasa era sencillamente, su otra mitad.
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FIN DEL CAPÍTULO
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NOTAS DEL CAPÍTULO:
Pues… es "hilo rojo" así que… son ellos siendo el uno para el otro en todas las realidad alternas y universos existente.
Mikasa es la dulzura personificada, me la imagino sonriendo y avergonzada mientras escribe la nota, habiendo ya guardado el almuerzo de Eren. Dulceeee
Espero que les haya gustado tanto como a mí. Al punto.
Nos leemos pronto. Besos y abrazos.
09/10/2021
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