Disclaimer: Pucca pertenece a su creador, Boo Kyoung Kim. La trama me pertenece.
Palabras: 364.
No sabía cuándo.
No sabía cómo.
No sabía por qué.
Pero se había algo rutinario, diario. Y no debía ser.
Cada vez que se levantaba, estaba. Cuando entrenaba, estaba. Cuando comía, estaba. Cuando corría, charlaba o hacía cualquier actividad, estaba. En todos lados, a todas horas. Y él lo esperaba. Se había acostumbrado. Era lo mismo siempre, eran tantas veces, que no se dio cuenta de cuando se volvió rutina.
Cuando se volvió algo diario.
Sus sonrisas. Sus abrazos. Sus besos. Sus risas. El ver sus ojos brillar, su cabello soltarse por los constantes saltos, su increíble fuerza, el entusiasmo que imprimía en todo lo que hacía ¡Todo, todo ella era algo diario!
¿Cuándo se volvió así? Él no la aguantaba, la aborrecía, la evitaba.
¿Cómo se volvió así? Solo eran besos nunca correspondidos, abrazos que te sacaban el aliento.
¿Por qué se volvió así? Su concentración era su honor ninja, nada más. Ella no debía entrar en esa ecuación.
Pero entró.
No supo cuándo, cómo, y por qué, pero entró.
Lo supo cuándo la esperaba, la presentía y no se apartaba. Lo supo por cómo correspondía, más seguido cada vez, sus abrazos, sus besos y sus sonrisas. Lo supo por qué su honor ninja pasó de ser su única prioridad, a una de sus prioridades.
Porque Pucca, si, ella; entró en su vida cual torbellino. Al principio la aborreció, despreció y evitó, quien diría que ahora la necesitaba, era como un pilar para él, quien le daba ánimos y porras cuando otros no creían en él, quien siempre sonreía y reía a su lado. Quien siempre le atosigaba, pero le daba su debido espacio y admiraba en silencio todo lo que hacía.
No decía nada, solamente le observaba hacer cualquier cosa, y para ella sería igual de maravilloso. Solo porque era él.
Sus sentimientos no eran palabras, eran acciones.
Pucca había entrado a su alma en algún punto, siguió pensando. Con ella encima de él, besándole con entusiasmo y riendo cual niña pequeña, él solo podía pensar que no le molestaba el no saber cuándo, cómo, ni por qué.
Pucca era algo diario en su vida. Y ahora, la visión no le molestaba.
Nota de autora: Sixth day completed! I'm so happy! Es como un record para mí, seis días seguidos —ignoremos el desliz de ayer, jaja— publicando. No me lo creo. ¡Espero les haya gustado!
¡Gracias por leer!
