Disclaimer: Pucca pertenece a su creador, Boo Kyoung Kim. La trama me pertenece.

Palabras: 692.


Pucca estaba aprendiendo a cocinar.

Si bien vivía con los mejores chefs de la aldea, se había criado en un restaurante, y trabajaba también en él. Como delivery, a veces mesera.

Pero no cocinaba.

No estaba muy interesada a aprender, la verdad. Es decir, ella hacía galletas, eso contaba cómo usar horno, ingredientes. Pero eran postres, comidas grandes como almuerzos, desayunos, cenas, eso no lo sabía hacer.

Por eso, con catorce años, le pidió a sus tíos que le enseñasen a cocinar.

Más que nada porque no quería envenenarse a sí misma, a sus amigos, ni mucho menos a Garu.

Debía aprender, por ella y por todos.

Así que ahí estaba, en su enésima clase de cocina. Observando maravillada el arte culinaria de sus queridos tíos, admirándoles a cada uno, pero también guardando cada detalle en su cabeza, y divirtiéndose con ellos mientras aprendía.

E hizo su primera receta de comida que no era un postre.

Esperaba a Garu le gustase.

Inhala. Exhala. Inhala. Exhala. Inhala. Exhala. Repite tus respiraciones. Concentración. No dejes que nada perturbe tu centro. Y… Relájate.

Garu estiró sus brazos mientras parpadeaba acostumbrándose a la luz del mediodía. Se le había hecho algo tarde para almorzar, esperaba que el Goh Rong no tuviese tanta gente.

Bajó de un salto de lo alto del bambú, cayendo grácilmente en el césped, y agudizó sus sentidos al percatarse de algo.

O alguien.

A pocos metros estaba Pucca, caminando apaciblemente hacia él. Algo raro en ella, que al verlo normalmente se le tiraba encima. Entonces se percató de un olor inusual, y se dio cuenta de lo que la joven traía en manos.

Un topper oscuro era sostenido por ella. De allí, venía un exquisito olor a comida que le abrió más el apetito. Pero…

Alzó una ceja, él no había ordenado nada. La miró ceñudo, no le gustaba que ella le trajera cosas gratis, sin ninguna paga.

Ella entonces le respondió con una sonrisa enigmática, aumentando sus dudas. Con el paso pacífico con el que venía, terminó de llegar con él, extendiéndole casi de inmediato el topper.

No parecía dispuesta a responder sus preguntas mudas, aún. Así que, tomó con reticencia el envase, abriéndolo cuando lo tuvo seguro en su mano. Y la visión lo dejo perplejo.

El aroma se hizo más intenso, pero juro que el contenido brillaba de lo celestial que era. Dentro del envase estaba un bibimbap*, que se veía exquisito; su estómago rugió al imaginar su sabor.

Esto debe ser obra de los chefs.

Pero no quería comerlo. No podía. No lo había pagado, ni con obras ni con dinero.

Sin embargo la mirada de Pucca se afiló, al ver que no estaba dispuesto a comerlo, así que sudando frío se sentó en el césped. Pucca enojada con él, era igual a desastre natural.

Tomó los palillos que le ofreció la chica, y tomó un pedazo de aquel celestial plato. Lo llevó despacio a su boca, disfrutando el momento. Entonces, cuando lo hubo masticado, entró en contacto con sus papilas gustativas. Sintió su mente desconectar del mundo.

DIVINO.

Fue la palabra que vino a su mente después de un rato.

Esa comida estaba divina, deliciosa, sabrosa, todos lo sinónimos. Giró a ver a Pucca incrédulo. Tenía un sabor diferente a la comida que hacían los chefs, lo presentía, lo sabía. Y casi salta del espanto cuando vio a una Pucca llorosa al lado suyo.

"¿Qué te…?"

"No te gustó ¿Verdad?"

¿Qué no?

¿¡Qué no!?

¡Era tremendamente delicioso!

De inmediato le hizo saber con expresiones cuanto le había encantado aquel bocado. Y lo reafirmó comiendo de manera rápida y desordenada, impropio de él. Tenía hambre, la comida estaba deliciosa, y Pucca pensaba que no le gustó ¡Era necesario!

Ya luego se enteró que aquel celestial plato lo hizo su novia, y no los chefs. Alabó de todas las maneras que él sabía y su timidez le permitía, la habilidad culinaria de la muchacha.

Ella no pudo estar más feliz, durante días, meses, y años.

Y él, bueno, tenía suerte. Su estómago era ya de por sí feliz, pues ahora lo era más.

Bendita sea la comida de Pucca.


(*) Bibimbap: El Bibimbap es un plato originario de Corea, es una mezcla de arroz blanco, huevo, vegetales y carne picada.


Nota de autora: Se me abrió el apetito al ver en Google Imágenes el bibimbap. Espero que les haya gustado.

¡Gracias por leer!