Disclaimer: Pucca pertenece a su creador, Boo Kyoung Kim. La trama me pertenece.

Palabras: 504.


Garu sabía que día era hoy.

Lo tenía marcado en su calendario personal, que revisaba todas las mañanas para no olvidar fechas importantes; aniversarios, cumpleaños, festividades, actividades sociales. Todo valía, no se consideraba olvidadizo, pero sí era precavido por algún desliz.

Anotaba sobre todo, lo que tenía que ver con Pucca. La fecha en la que se hicieron novios, la fecha en la que le pidió ser su esposa, su aniversario de bodas, el cumpleaños de ella, actividades sociales que ella hiciera, el San Valentín… Vamos, que no quería a una Pucca enojada porque se olvidó del día importante.

Hoy era uno de ellos.

No era su cumpleaños, tampoco el día que se hicieron novios, o el día en el que le pidió matrimonio.

Era su aniversario de bodas.

Se levantó temprano como siempre hacía, pero no con el objetivo de entrenar (ese día sería de ellos y de nadie más), sino con uno que pocas veces hacía: hacer el desayuno, y llevárselo a su esposa.

Normalmente era Pucca quien hacía la comida, por petición de ella misma, y además de que de los dos ella tenía mejor mano en la cocina. Pero hoy, quería darle un detalle. No era experto, era de esos que prefería comprar comida instantánea, o ir al restaurant Goh Rong. Tampoco era un inepto, se defendía con lo básico.

Y precisamente era lo básico que iba a elaborar: huevo, tocino y pan, junto a un jugo de naranja. Un desayuno nada típico del país donde estaban, pero el único decente y bonito que sabía hacer.

Manos a la obra, pensó rompiendo el huevo en el sartén.


Se acurrucó más en la sábana, bostezando un poco y con la intención de seguir durmiendo. Días como esos se permitía tomar un tiempo más en cama, ella sabía que esos días eran de ella y Garu. Tanteó la cama buscando el cuerpo de su esposo —aún gritaba internamente por esa definición al ninja—, para descubrir el vacío. Abrió sus ojos parpadeando lentamente, medio incorporándose y buscando con la mirada al hombre.

Una gran interrogante se posó encima de su cabeza, y entonces un olor llegó a su nariz. Olfateó el aire interesada en el delicioso aroma, sentándose completamente en la cama. Tocino, pensó. Estuvo a punto de levantarse cuando la puerta de la habitación se abrió, y la visión le quitó el aliento.

Garu entró con cuidado de no tirar la bandeja que traía en manos, encima del metal se podía apreciar dos platos con huevos y tocinos, y unas rebanadas de pan tostadas con mantequilla por encima, además de un par de vasos repletos de jugo de naranja. Se acercó hasta la cama, dejando la bandeja encima de la sábana, y dedicándole una leve sonrisa a Pucca.

Ella le miró embelesada, para luego detallar el plato. Olía delicioso, se veía riquísima, y de seguro sabría estupendo. Sonrió como solo ella podía hacer, sintiendo su corazón bombear con fuerza.

"Feliz aniversario, Pucca"

"Feliz aniversario, Garu"

Tenía el mejor esposo del mundo.


Nota de autora: Primera vez que abordó la situación cuando estos dos ya están casados, normalmente mis escritos están cuando son novios, o amigos enamorados pero sin ser nada jaja. Siento que Garu casi nunca haría la comida, teniendo en cuenta que siempre comía en el Goh Rong, pero por Pucca haría un esfuerzo. Ay, me enamoro. Espero que les haya gustado.

¡Gracias por leer!