Disclaimer: Pucca pertenece a su creador, Boo Kyoung Kim. La trama es de mi autoría.

Palabras: 1019.


Cómo cada día desde que se conocieron, los aldeanos vieron pasar a toda velocidad a cierto ninja huyendo de una dulce niña. Aquella visión era, por demás, totalmente normal. Algunos reían, otros solamente rodaban los ojos, pero al final del día todos volvían a sus quehaceres como si nada.

Y es que, ¿Qué podían hacer ellos? Era una costumbre que Pucca persiguiese a Garu de esa manera para demostrarle el amor que sentía por él. Dicho amor, que ahora demostraba encima del ninja, besando todo su rostro rápidamente. Debajo de ella, Garu se removía inquieto, buscando escapar de las garras de la niña.

Pero entonces, Pucca se detuvo.

Así, abruptamente. Irguiéndose sobre sí misma, y quedando sentada en el regazo del joven, que la miro confuso. ¿Ella detenerse? ¿Por su cuenta? ¿Qué pasó?

La pequeña de trece años tenía la mirada perdida en un punto, cuando su rostro se formó en una dolorosa mueca que hasta Garu sintió como si fuera suya. Llevó sus manos hacia su mejilla derecha, soltando quejidos de dolor.

Ahora sí que el ninja no entendía nada. Él no le pegó ahí… ¿o sí?

—Auch… duele…

Sus ojos casi se le salen de las cuencas. Ella habló, y solamente habla cuando es necesario o quiere expresar algo que de verdad siente como si fuera fuego. Y ese dolor debía de ser el infierno mismo.

Ambos se levantaron, y Garu se acercó a la niña de moños, instándola a abrir la boca. El dolor parecía venir desde dentro. Y aunque no era un experto, estaba seguro que lo que vio no era normal.

Cual princesa, sin pensarlo mucho realmente, la tomó entre sus brazos, saliendo disparado hacia el hospital. Donde el dentista más cercano.

—Se llaman cordales —habló el dentista, respondiendo las dudas de los tíos de la pequeña, que habían cerrado hasta el restaurante—. Al parecer, a Pucca le salieron antes de tiempo, normalmente en el rango que salen estas terceras muelas es a partir de los catorce hasta los veinticinco. Pero hay casos que son antes, otros que son después. Puede que las hayan escuchado como "muelas del juicio"

La expresión de los tíos se deformó en horror, para acto siguiente llorar gritando que ya habían pasado por ese infernal dolor. Garu a su lado, estaba preocupado, pero sin demostrarlo. Él también había sufrido de ese mal, hace un año. Cuando vio las muelas extras de Pucca intuyó que le había pasado lo que a él, solo que no esperaba que fuese antes de lo que imaginaba.

—Pucca es un caso especial —llamó la atención de todos en la sala—. A ella le han salido las cuatro cordales, al igual que a ti, Garu. Por prevención, se le aplicará anestesia general en vez de la local. La intervención quirúrgica para extraerles las cordales se realizará mañana a primera hora, en ayunas y con una higiene dental que será controlada por las enfermeras.

Siguió dando indicaciones, y eventualmente los tíos pagaron la cirugía de su sobrina. El ninja, solamente pudo pensar, que Pucca debía estar pasándola fatal.

Después de la cirugía, la mañana siguiente, habían podido ver a Pucca. La joven estaba acostada en su camilla, bata de hospital puesta y una gasa sobresalía de su boca. Ella les miró, e intentó sonreír, pero un ligero dolor la detuvo y se quedó como estaba.

—Oh, mi niña, pobrecita —lamentó Dumpling, abrazando con cuidado a su sobrina—. Ya estarás bien, princesa, esos dientes nunca más te van a molestar.

—Se llaman cordales, Dumpling —corrigió Ho, para luego mirar suavemente a la pequeña—. El doctor dijo que tendrás que volver dentro de ocho días para remover las suturas, y en ese tiempo solo puedes comer líquidos o papillas, nada de comida chatarra, sólidos, picante o ácidos. Pero no te preocupes por eso, Pucca, tus tíos se encargaran correctamente de tu alimentación.

—Y no olvidemos la actividad física —siguió Linguini, mirando a Garu que sintió claramente la indirecta—. Mientras estés en recuperación no trabajarás como repartidora, no irás al döjo de Chang, no perseguirás a Garu —la mirada desconforme de Pucca hizo reír a sus tíos—, y tampoco podrás llevar sol, sobre todo el primer día. En resumen, la pasarás en cama, y cada cierto tiempo tomarás las medicinas que asignó el doctor.

Garu miró a Pucca mientras los tíos seguían hablando y la misma prestaba cuidadosa atención, aliviado de que todo había salido bien. Poco antes de la operación, Abyo hizo el mal comentario de que había oído de personas que morían al extraerles las cordales, consiguiendo poner pálidos al ninja y a los chefs.

Ching le dio un zape, y se lo llevó prometiendo visitar a Pucca más tarde.

Y aunque sabía que eran muy pocos los casos, y bajas las probabilidades, la espina seguía ahí. Pero ahora veía a la niña, sana y salva, respirando y casi sonriendo con la mirada ante la preocupación de los chefs.

Todo lo que pueden hacer unos dientes.

Esos días de recuperación Pucca casi no se levantó de la cama, sus tíos le llevaban desayuno, almuerzo y cena al cuarto, consistiendo en sopas, papillas, purés, gelatinas. Incluso eso era sabroso si lo preparaban los chefs. Tomaba las medicinas a las horas indicadas por el doctor, y luego dormía mucho gracias a las mismas. Ching se quedaba con ella cuidándola mientras los chefs trabajaban en el Goh Rong, entreteniéndola mientras estaba despierta.

Pero lo que más le gustó a Pucca de su recuperación, fueron las noches. Una vez que los chefs se despedían e iban a acostar, Garu llegaba por la ventana, que estaba abierta a petición de la dueña. Él la visitó desde el primer día, ayudándole a desenredar su cabello, vigilando que no cometa ninguna locura, y finalmente velando su sueño.

El ninja no estaría dispuesto a que algo le pasase, si él podía evitarlo.

Luego volvieron a la rutina de siempre, pero lo que no sabía Pucca, es que había días que Garu se quedaba a velar su sueño.

Él poniéndose la excusa de que era para entrenar su agilidad nocturna.


Nota de autora: Quiero aclarar que yo no he sufrido, aún, del problema de cordales. Y espero no se me presente en un futuro cercano. Todo lo que puse aquí fueron experiencias de mis amigos, familiares, y un poco de internet :) Y el toque de Garu y Pucca, por supuesto.

¡Gracias por leer!