CAPÍTULO 2 (EL CORRER DE LOS DÍAS)
El demonio saltó presuroso en un intento por distanciarse para recuperar espacio y volver a la carga contra los intrusos que están osado adentrarse en su territorio, arrebatándole su alimento y el control que ejercía sobre la aldea humana.
- Maldito parásito- escuchó tras de sí.
- Estúpido medio demonio, voy a comerte vivo- gritó en respuesta, dándose la vuelta y saltando sobre él, vio al hanyou prepararse pero antes de alcanzarle, sintió que algo le quemaba y se detuvo llevando una de sus extremidades a la zona del dolor, unos pergaminos estaban pegados a su piel, gruño y cambió su objetivo hacia el monje, que le miraba desafiante- Monje me las vas a pagar- y volvió al ataque.
Miroku esquivó el golpe, y le propinó otro al demonio con su báculo, esté volvió a gruñir pero antes de que se produjera un nuevo ataque su compañero de batallas, el poderoso medio demonio, InuYasha, alzó su espada y le asestó el golpe final al enemigo.
El demonio cayó a los pies de ambos, Miroku dio unos pasos hacia atrás para evitar que la sangre de aquel youkai indeseable le bañase. InuYasha por otro lado envaino su poderosa espada Tessaiga, la cual por algún extraño motivo había estado inquieta y solo se apaciguaba después de una batalla. Aquel hecho había preocupado al medio demonio pero en vista de que la espada seguía funcionando, le adjudicó el problema a la falta de batallas como las de antaño.
- Miroku, vámonos de aquí.
- Espera InuYasha, Sango y Kohaku quieren restaurar la aldea de exterminadores, y Sango me ha pedido que lleve restos de demonios para la fabricación de armas.
- Khe, no se supone que lo haríais cuando las niñas crecieran un poco.- dijo cruzándose de brazos.
- Y eso haremos pero Kohaku va a empezar antes, para que no sea muy duro para Sango incorporarse después.
- Hablas como si Sango fuera una mujer débil- dijo el hanyo incrédulo.
- No estoy diciendo eso. Tenemos tres hijos por eso lo digo, además de esto fue una decisión unánime- respondió el monje con tono molesto cruzándose de brazos.
InuYasha le ignoró desviando su mirada hacia un lado y haciendo un leve gesto con los hombros, añadiendo- Ese bicho no te va a servir para nada, podemos llevarlo, pero Sango te lo tirara a la cara, no es un demonio fuerte. Si forjan armas con sus huesos se partirán. Por no decir que está destrozado.
El monje llevó sus ojos azules a los restos del demonio y suspiró con pesar, Sango hubiera sido feliz si tuviera algo con lo que empezar su proyecto, quería ser de ayuda con ello y que Kohaku no cargara con todo el peso.
- Bien, supongo que tienes razón. Vamos, tenemos un cobro pendiente.
Miroku e InuYasha caminaron despacio en silencio. Por lo general sus misiones siempre eran iguales, iban, exterminaban, cobraban y regresaban a la aldea, a veces, en silencio, otras ofuscados el uno con el otro, otras entre conversaciones amenas con alguna broma que otra de por medio y en escasas ocasiones hablando sobre sus problemas. Generalmente era Miroku el que hablaba de los niños y otras cosas del matrimonio e InuYasha escuchaba ya que cuando al monje se le ocurría mentar a Kagome, el ambiente se volvía nostálgico y el medio demonio lejos de expresar sus sentimientos se encerraba más en sí mismo.
- ¿Ocurre algo con Colmillo de hierro? - preguntó, Miroku, interrumpiendo el agradable silencio entre ambos.
- Lleva días así. Parece inquieta, tal vez en un par de días visité al viejo Totosai.
- ¿Desde cuándo está así?
- No lo sé con exactitud pero cerca de 20 días.
El monje pareció meditar un momento y luego comentó- Hace bastante que no te transformas en humano, ya debería haber pasado la luna nueva.
- Supongo, aunque por mi fantástico.- contestó el medio demonio sin pensarlo mucho llevando sus brazos detrás de su cabeza en una pose relajada.
Antes de que podrían seguir conversando divisaron al jefe de la aldea que los esperaba a las afueras con el pago que requirieron, una carreta enorme con tres sacos de arroz, telas, madera y cuerdas, además de otros utensilios para el hogar. Una vez que se hicieron con el cargamento, agradeciendo al cabeza de la aldea retomaron la marcha.
- ¿Piensas seguir construyendo la cabaña? - fue Miroku quien de nuevo inició la conversación.
- Si- dijo casi inaudible inuYasha, afirmando con un asentimiento de cabeza y con la mirada perdida en el camino.
- Ella volverá, InuYasha.- el monje miró de reojo al medio demonio que esta vez adoptaba una mirada soñadora con tintes de anhelo.- Estoy seguro de que cuando vea esa cabaña saltara de alegría.- continuo.
Solo hubo silencio en respuesta, por lo que Miroku no quiso insistir en el tema, sin embargo, se escuchó en voz baja- No sé si volverá, Miroku, ella tiene familia allí.
El monje volvió a dirigirle la mirada e inuYasha la desvió hacia atrás observando la carreta que cargaba con fingido interés.
- Entonces, ¿Por qué sigues con la cabaña? - el monje volvió a mirarle de reojo.
- Maldita sea, no quiero hablar de esto. Pero si así me dejas en paz te diré porque lo hago. Y después no quiero volver a hablar de este tema.- se paró en seco y solo continue la marcha cuando vio a Miroku asentir, así mismo siguió hablando- Lo hago por mi, para no perder la esperanza de volver a verla. en un quedo susurro, más para sí que para su camarada- Lo hago para no volverme loco extrañándola.
Miroku solo asintió y guardó silencio, no quería incomodar a InuYasha ni darle esperanzas sin saber si la tenía realmente. Poco después llegaron a la aldea y con una breve despedida tomaron caminos separados prometiendo repartirse el botín mañana temprano.
InuYasha se dirigió al bosque a dormir cerca del pozo como hacía tiempo que era costumbre, pero antes decidió pasar por la cabaña, que estaba construyendo a las afueras de la aldea. Mientras la observaba, pensaba en Kagome, que estaría haciendo, le habría olvidado ya. La extrañaba tanto, su olor, su sonrisa, su pelo y se estremeció al pensar en las sinuosas curvas de su cuerpo y lo terso de su piel.
Sus mejillas enrojecieron, cerró sus ojos con fuerza y sacudió la cabeza, luego emprendió la marcha hacia el bosque.
Continuará ...
Nota de autora: Buenas, he observado que en el capítulo 1 me había comido un par de palabras, esto no era así en el documento original, ya que lo revisé varias veces pero al copiarlo y pegarlo aquí se deben haber copiado mal, en cualquier caso me disculpo por no revisarlo bien. En mi defensa diré que soy nueva y aun no me entero mucho de como va la página. Ayer me comente yo misma sin querer y hoy estoy aquí luchando por subir un nuevo capítulo ¡Así que imaginaos!
