Capítulo XIII.


"Cuando realmente amas algo, [ese algo] te ama de vuelta, en cualquier manera que tenga de amar." —A Separate Peace, de John Knowles.


El Sharingan es el ojo que refleja el corazón.

A Sakura le cuesta creer que eso sea totalmente cierto.

Cuando Sasuke utilizaba el Sharingan, sus ojos no reflejaban más que frialdad. Meticulosa indiferencia. Sakura recuerda claramente que durante el temprano tiempo en el que Sasuke despertó su Sharingan, sus ojos estaban cargados de rabia; irises carmesí que plasmaban la burbujeante ira que manaba en su interior. Al paso del tiempo, Sasuke fue capaz de perfeccionar el arte de enmascarar sus emociones y, pronto, descifrar lo que ardía en su interior se había convertido en una tarea inasequible. Durante los años que se mantuvieron apartados, Sakura no puede decir con certeza que sabía qué era lo que sentía o realmente deseaba Sasuke, y sólo podía guiarse a través de los remanentes de lo que él había sido, años atrás. Rememorando su reacia sonrisa, pero sólo topándose con su apático mirar.

Sakura quiere ser comprensiva, y menos crítica. Quiere entender, y no juzgar. Concebir el hecho de que ella y Sasuke son entidades apartes, excesivamente diferentes. Sus vidas, sus pasados y sus valores. Diferentes vivencias, y diferentes motivaciones. Pero, algunas veces, recuerda lo sucedido en el País del Hierro, en el Puente Samurái.

Siempre intenta distanciarse de ese recuerdo, y convencerse a sí misma de que sucedió un largo, largo tiempo atrás. Que es tiempo de seguir adelante y dejar aquella dolorosa situación atrás, pero es imposible no revivir aquellas amargas memorias. Una y otra vez, en la privacidad de su mente.

Recordando lo que Sasuke es capaz de hacer. Sabiendo hasta dónde podía llegar, cuáles eran sus limitaciones. O, más bien, su falta de ellas. Entendiendo que la única razón que aún permanece con vida no es más que debido a una veloz reacción por parte de Kakashi, y no un acto misericordioso de Sasuke.

Sasuke es una víctima, Sakura lo sabe bien. Pero es difícil mirarlo a los ojos y no sentirse aterrada, cuando su Sharingan brilla en su máxima gloria. Tan rojo como la sangre que corría por sus venas. Una hereditaria maldición que amenaza con destruirlo todo. Un ensangrentado caleidoscopio que daba vueltas, y vueltas.

—Sasuke–kun —le llama, montada sobre su regazo. El pene de Sasuke se desliza sobre la superficie de sus labios vaginales, húmedo. Sasuke hace un movimiento con sus caderas, e intenta penetrarla. Con una mano en su cadera, la insta a que se siente sobre él. Sakura lo detiene—, has activado tu Sharingan.

Sasuke parpadea, y parece estar ligeramente desconcertado. Las aspas alrededor de su dilatada pupila giran y se estremecen. Sakura siente que ha perdido todas las ganas de tener sexo. Se obliga a sí misma a permanecer en la misma posición, con las piernas colocadas a cada lado de las caderas de Sasuke, y su desnuda intimidad rozando la suya.

Sasuke desactiva su Sharingan, y el carmesí de sus irises rápidamente se disipa, dando lugar a la familiar obscuridad de su mirar. Sakura no comprende la razón de aquel desliz, pero prefiere no cuestionarlo.

Siente los dedos de Sasuke sobre la curvatura de su cintura, sujetando con fuerza. No ofrece explicación alguna, y sólo hunde sus dedos en su piel. Sakura no exige más de él, y hecha su cabeza hacia atrás. Le permite que la penetre.

—Así está mejor —le dice, de todas formas—, no deberías forzar tu visión.

Sasuke–kun, le hubiese gustado decir, me aterra ver tus ojos. Siento que vas a matarme.


Su cumpleaños llega, silencioso y sin prisas.

El País del Fuego se encuentra en plena temporada primaveral, y los cerezos han florecido espectacularmente. El clima es caluroso y húmedo. Los vidrios de sus ventanas presentan una ligera capa de condensación, y sus cabellos se han encrespado. Sakura no puede decir que está molesta, pero no está particularmente emocionada. Es algo natural. Ya no es una chiquilla. La anticipación y alegría se han convertido en un mudo sentido de gratitud. Un año más, piensa, con reverencia, un año más de vida.

Sakura está satisfecha.

Cepilla sus dientes e intenta apaciguar el encrespamiento de sus cabellos con aceites esenciales. Desayuna y riega sus plantas. Corta las malas hierbas que crecían en los recovecos de su huerto y remueve la tierra con una pala.

Entre las hojas de su plantación, encuentra un reducido montón de tomates. Diminutos y verdes, creciendo lentamente. Madurando bajo los rayos de sol y sus atentos cuidados.


Ayame la detiene mientras pasaba por Ichiraku, y le comunica que ha resultado ser la ganadora de los palillos de madera de olivo. La felicita y le entrega su recompensa en una pequeña caja aterciopelada. Se inclina ante ella y le pide que vuelva pronto.

Sakura abre el envoltorio y chasquea los palillos. La madera es liviana y hay delicados caracteres tallados en la base de estos. Sakura, se lee.

Sakura desliza su pulgar sobre los relieves y hendiduras del grabado.


Cumplir veinte años no es una carga pesada para sus hombros.

No es un número especialmente elevado, o significativo. No es trascendental, o al menos no se siente de esa manera. Su adultez no ha venido con el pasar de los años. Ha venido con vivencias, trágicas y viscerales – en partes equitativas. Ha pasado un largo tiempo desde que se ha sentido como una niña, o se ha permitido actuar como una. No siente melancólica añoranza por su niñez, sólo un profundo sentimiento de indiferencia. Casi como un vacío. Un mudo y constante zumbido en sus oídos.

Ino le entrega un rozagante ramo de Amarilis. Eres mi orgullo, preciada amiga, le susurran los suaves pétalos, contra la punta de su nariz.

El zumbido en sus oídos se detiene, y lo único que sus sentidos pueden captar es el terso aroma de las Amarilis que Ino dulcemente le ha obsequiado.


Kakashi no la felicita por su cumpleaños, pero solicita su presencia en la Torre del Hokage.

Mientras revuelve entre sus cajones, le dice que su veto está parcialmente completado y que tiene permitido continuar desempeñando sus respectivas obligaciones en el Hospital y en su Clínica. Por razones que no parece estar dispuesto a revelar, aún no le otorga el permiso de volver a ejercer su rol como Ninja de Konoha.

Sakura no cuestiona el por qué. Kakashi no muestra indicio alguno de querer explicarse más allá de la cuenta, o de lo estrictamente necesario.

Se inclina ante él, y le agradece por su paciencia y consideración. Realmente, le quiere golpear la mandíbula, con el puño, con un golpe rápido y certero, y exigirle que le retorne todas y cada una de las posiciones que ocupa en la Aldea. Se abstiene de hacerlo.

Kakashi le permite que se retire, y luce especialmente incómodo. Tironea su máscara sobre el puente de su nariz. A su lado, una montaña de papeles se tambalea. Se ve avergonzado.

Sakura recuerda las palabras de Tsunade: "Siempre te ha consentido. Sin lugar a dudas, siempre has sido su favorita."


Naruto la felicita por su cumpleaños.

Le brinda una titubeante felicitación y no parece saber qué hacer con sus manos. Queriendo abrazarla, pero conteniéndose. La situación entre ellos ha mejorado, pero hay cierta incomodidad en Naruto. Es muy probable que aún se sienta avergonzado por su confesión, o teme que Sakura exija explicaciones o lo confronte al respecto.

Naruto no parece estar consciente del hecho que Sakura no tiene intención alguna de querer rememorar aquel momento entre ellos. No quiere escuchar justificaciones, o siquiera afrontar la implicación en las palabras de Naruto. Sólo quiere olvidarlo, y pretender que todo sigue igual.

No está dispuesta a ceder, o resignar sobre nadie.

—Pásame el aceite de avellana, por favor —le pide, mientras quita las partículas de polvo que se habían acumulado en la superficie de su báscula. Había pasado un largo tiempo desde la última vez que le había dado uso—. Está en el segundo cajón de la alacena, junto con las semillas.

Naruto parece tener dificultades al encontrar la ubicación del aceite, husmeando cada gaveta en su alacena. Sakura opta por ayudarlo.

Parada tras él, lo sujeta de las caderas. Con su campo de visión apenas llegando a la altura de su nuca, nota la amplia diferencia de altura entre ellos. Sonríe, y se para en punta de pie. Sopla su nuca, y ve como todos y cada uno de sus rubios vellos se alzan. Naruto temblequea. Bajo sus manos, siente la tensión en sus músculos. Afianza el agarre en sus caderas y, con sus pulgares, masajea su espalda baja. Sus músculos parecen tornarse mantequilla. Una reacción inmediata.

—Hazte a un lado —susurra, con la barbilla recargada sobre su hombro y los labios reñidos contra a su oreja. Naruto obedece, reluctante. Sakura encuentra el aceite de avellana fácilmente, conociendo bien el orden de sus víveres y suministros. Agita la botella frente a él. Los ojos de Naruto están fijos en ella, y no en el reciente. Apenas y le ve parpadear. Luce expectante. Positivamente hambriento.

Y hay cierto poder en aquella revelación.

Sakura piensa en Naruto, no sabiendo cual era la forma adecuada de acariciar su clítoris – nerviosamente guiándose mediante sus certeros consejos y sugerencias. Piensa en Sasuke, considerando qué posiciones serían las más convenientes para ellos; creyendo que la falta de su brazo sería un obstáculo a la hora de tener sexo. Para luego hallarse placenteramente sorprendido al descubrir que había un sinfín de posibilidades. Verdaderamente pasmado ante su creatividad y experiencia.

Sakura recuerda las cultas lecciones de Tsunade, cuando desmanteló toda errónea noción que pudiera tener sobre el verdadero valor de la virginidad femenina. Biológicamente, el valor que pudiera tener la virginidad era nulo. Era un mero constructo social y cultural, vacío y sin fundamentos.

Pero hay cierto poder en ser la primera. En ser la única.

—Cuando termine de fabricar esta loción, podremos hacer lo que tú quieras —le dice, a modo de promesa. Utiliza un medidor para determinar los mililitros de aceite que requería, y pesa la manteca de karité sobre la báscula.

Sus manos no paran de temblar.

No cuando deja el producto final reposando sobre la encimera.

Mucho menos cuando Naruto la acorrala contra el pie de su escalera, al tiempo que subían hacia su habitación. Cuando Naruto se baja los pantalones y la ropa interior, Sakura se adhiere a él. Juntando sus pelvis, y abrazando su cuello.

Naruto hace un comentario especialmente obsceno sobre su preferencia por las mujeres mayores. Sakura se ríe contra su oreja, jadeante.

Cuando Naruto se desliza en las profundidades de su interior, se refiere a ella con respetuosos honoríficos. Sonriendo, y proclamando su fascinación por Sakura–nee–san.

Sakura siente que no podría estar más húmeda.


Sasuke no la felicita por su cumpleaños, pero, al día siguiente, deposita su nariz en la curvatura de su cuello e inhala.

—Hueles diferente —comenta, casualmente.

Sakura le explica que ha cambiado su loción corporal, e intenta no pensar en lo familiarizado que debe de estar Sasuke con su aroma, para detectar aquel banal cambio en su rutina.

Sasuke asiente, y no se separa de ella por un largo tiempo. Íntimamente adherido a su cuerpo.

Como es propio, Sakura se ha dado una ducha luego de tener sexo con Naruto. Aun así, se pregunta si Sasuke sería capaz de detectar algún remanente de su aroma sobre su propia piel.

Se cuestiona si Sasuke la odiaría por ello, o si se siente molesto por no ser el único, o siquiera el primero.

Es extraño, tener algún tipo de poder sobre Sasuke; habituada a no ser más que un circunstancial inconveniente en su vida.


Glosario.

Sharingan: El Sharingan es una de los tres grandes técnicas oculares, junto al Rinnegan y el Byakugan. Es la línea de sangre del Clan Uchiha y aparece de manera selectiva entre sus miembros.


Notas: Hasta ahora, creo que este es el capítulo que más divisiones ha tenido. ¡Tenía muchas escenas por incluir!

Como siempre, estoy más que agradecida con todas aquellas personas que han demostrado aprecio o interés por Amar es soportar. Agradezco muchísimo sus comentarios, favoritos y follows. Los invito a dejarme un comentario, me interesaría mucho saber qué es lo que opinan de esta historia, y de los capítulos que he publicado hasta ahora.

¡Hasta la siguiente actualización!

Próxima actualización: 10/12/21.