LOS PERSONAJES USADOS EN LA HISTORIA NO ME PERTENECEN, PERO SI LA TRAMA.

Fanfiction del manga Naruto y Naruto Shippuden, ambos pertenecientes a Masashi Kishimoto.

"Pensamiento"

Recuerdo

- Diálogo -

'Sakura P.O.V'

Cara a cara, separados por unos metros apenas, así estaban Madara y Sakura.

Él la mira, sin ninguna clase de expresión en el rostro.

- Y aquí esta la misteriosa médico que trajiste ayer, la mujer de pelorosa - Izuna fue el que habló. Su mirada se dirige a Mina, a quien le dirige la palabra - Puedes retirarte -

Ella hace una reverencia y se marcha, no sin antes darle una mirada de apoyo a la ojijade, en respuesta, atina a mirarla marchar.

- Ayer te dije que tu deber ahora sería curar a mi clan - Ni un saludo, o algo, siempre directo. No parece tener habilidades sociales, irónico porque él parece ser hábil en todo.

Ella abre la boca para hablar, siendo interrumpida por el hermano menor presente - Ni pienses que puede negarte, mujer -

Bueno, no puede negar el hecho de que la asustan, ambos son bastantes intimidantes - ¿Dónde se supone que empiece? - Odia tener que seder sin luchar, pero sería inútil de todas formas.

- Buena respuesta. Sigueme - El patriarca se acerca a ella y la guía hacia la salida, con su hermano a su lado.

Sakura nota que estan tomando el camino opuesto al de ayer, quizás vayan a la parte de los guerreros.

Siente la mirada de todos en ella. La pequeña mota colorida caminando junto a su señor oscuro.

Después de un intenso e incómodo camino, que duró al menos poco más de 5 minutos, por fin llegan a su destino.

Esta 'zona masculina', es muy impropia, sin ningún toque personal u algo. Algunas armas aquí y allí, aunque todo en orden, la pelirosa puede notar cierto olor a sudor en el aire, adentrando se un poco más observa que hay unos hombres entrenado taijutsu, lo que explicaría el olor a sudor.

- Señor Madara ¿Qué significa que haya traído a esa extranjera aquí? Escuché que ayer la trajo y le permitió residir la noche en josei no ie (casa de mujer) - Un hombre de mediana edad, con una armadura ligera sobre su túnica oscura de cuello alto, fue el que se atrevió a ponerse delante de Madara. Ella reconoce que tiene agallas.

- Y hoy usted la trae aquí, si es una espía puede extraer mucha información - Continuó hablando.

- Naka, aunque eres uno de mis generales, no permitiré que me faltes respeto. Si tomé la decisión de alojarla aquí fue por algo - Su tono autoritario y aura imponente daban esa sensación de querer inclinarse a rogar piedad, después de todo, es Madara Uchiha a quienes falto al respeto.

Naka no parece tan intimidado, probablemente porque sea mayor a Madara y lo haya visto siendo un niño. - Lo siento, señor, no volverá a ocurrir - A regañadientes lo dijo.

- ¿Dónde esta nuestro herido más grave? -

- En la primera camilla, la habitación de salud, en general ahí están los más graves -

Sin más palabras o explicación alguna, el líder avanzar habitación nombrada, junto a su hermano menor y su nueva médico.

Cuando entraron, lo primero que la mujer notó fue que estaban los heridos dejados a morir en futones blancos manchados de carmesí, con expresiones de dolor en el rostro, a sus lados esposas e hijos. Totalmente desolador para ella. No lo tolera.

Haciendo un análisis superficial, supone que el más herido es el de la primera línea. Cerca de él hay una mujer embarazada de quizás 25 años y un niño de menos de 10 años, cubiertos en llanto, la mujer trata de consolar al niño.

Le destroza el corazón ver eso, entonces desea desde lo más profundo de su alma poder salvarlo.

El hombre inconsciente tendido ante su familia, sin pensarlo más, ella se acerca. La mujer mayor, aún abrazando a su hijo, le da a ella una mirada de advertencia para que frene.

Ignorandola, se acerca y se arrodilla. Sus manos buscan alcanzarlo, cuando lo hacen, resplandecen en verde. Los tejidos se unen, las células se reproducen para cerrar la herida, entonces, lo que probablemente fue una herida de katana, se cura.

La esposa del hombre la mira bastante sorprendida, el niño parece confundido y el resto de personas presentes, excluyendo a Madara, están en el mismo estado. Aunque algunos tratan de no demostrarlo.

- Yo... solo...- una pequeña pausa - ¡Muchísimas gracias! - Esa misma mujer se inclina ante ella, a modo de agradecimiento. Su hijo la imita.

- Es mi trabajo, no se preocupe. Pero ahora él necesita reposo y no hacer movimientos bruscos. Permitan le recuperarse completamente - Siempre le gustó ayudar, y saber que pudo impedir que la muerte separe esa familia, fue bastante conmovedor.

Luego de eso, digo cuando al resto de heridos de esa habitación. Para cuando curó al último, ya se sentía agotada. Pero todavía había más, estaba segura, debido a que en esa sala estaban los más graves.

- ¿Dónde están los demas heridos? - Trata de no demostrar su reciente cansancio. No recuperó completamente su energía, es por ello que se cansó más rápido.

Naka sale de su instantáneo shok, caminando pasando por su lado para que lo siga.

Lo siguientes ya fueron más fáciles, con algunos solo tuvo que usar vendajes y listo. En otros tuvo que buscar un antídoto para algún ocasional envenenado.

Para cuando ella terminó, siempre teniendo cerca a Madara, Izuna y Naka, ya era la puesta de Sol. Sin poder evitarlo, la colorida mujer colapsa.

'Madara P.O.V'

Cuando la mujer terminó de tratar a los heridos, simplemente se desplomó. Después de curar a sus camaradas, no iba dejarla caer, así que la atrapó antes de que tuviera la oportunidad de tocar el suelo.

Rara vez un hombre llegaba a vivir más de 40 años, por ello, quienes lograban sobrevivir a la guerra después de sus 40 eran considerados grandes sabios del clan. Esos mismo formaban un pequeño consejo, eran quienes, junto a Madara, tomaban las decisiones del clan, aunque el portador del Rinnegan siempre era la última palabra y la más importante.

Cuando se extendió la noticia de que la mujer que trajo empezó a curar a los heridos, acudieron a comprobarlo con sus propios ojos. Siguiendo los pasos de la mujer a medida que curaba a quienes iban a caer.

El mayor de ellos, un hombre de 70 años, su cabello alguna vez negro, ahora está completamente blanco, vistiendo una yukata gris. Un verdadero veterano entre los Uchiha - ¿Dónde encontraste a la mujer? -

Justo a esa pregunta el patriarca no quería escuchar. No estaba seguro de como decirle que encontró a la mujer de otro continente en una tarde ayer, simplemente no era creíble.

- Una mejor pregunta sería ¿Cómo tiene tales habilidades médicas y no hemos escuchado de ella? ¿O por qué ningún clan la ha reclamado aún? -

- Deberíamos tener está conversación en una reunión formal, sin interrupciones. En la casa de té. 30 minutos - Ordena. No espera respuesta, aún con la muchacha en brazos, se marcha seguido de su hermano.

La casa del té era en un apartado de la casa, su finalidad era recibir a los invitados en un ritual de armonía y paz, para ello tomaban té juntos. Siempre que se reunía con alguien, los invitaba a aquella casita para poder discutir tranquilamente sin violencia sobre la política o lo económico.

Madara planeaba dejar a la mujer en josei no ie (casa de mujer) y irse a la reunión que él mismo marcó.

También tenía que pensar una buena excusa para la presencia de la muchacha.

- Hermano ¿Qué planeas hacer con ella ahora? Una médico de su calibre tiene que estar afiliado a nuestro clan, no podemos permitir que se marche y se una a otro clan - Izuna es la voz de la razón, necesitan obligarla a tener que quedarse.

Los demás Uchiha miran a los hermanos de paso, con la médico en brazos, van de camino a con el resto de mujeres. Unos minutos más caminando y llegan a su destino.

Inko, Mina y tres Uchiha más sin las presentes.

El hombre mayor siente que una de ellas es demasiado familiar para él.

Ellas hacen una reverencia al unísono - ¿Dónde duerme ella exactamente -

La amiga de la pelirosa da un paso al frente - Yo puedo llevarlo, señor Madara -

Otra de la mujeres presentes pregunta - ¿Es cierto que ella curó a nuestros soldados? - El rumor se esparció rápidamente, lo cual es curioso, porque no son conocidos por ser muy chismosos. Era una gran azaña para la mujer, punto para ella.

Para su suerte, Izuna se adelanta a contestar por él - A partir de ahora, ella será la nueva médico del clan - Bien, quizás deban buscar una forma de hacer que ella se quede allí permanentemente. Si quiere salvar a su hermano y proteger de su clan, mejor de lo que lo hizo antes, entonces tiene que hacer que esa mujer se quede aquí.

Deberá pensar muy bien en como justificar la presencia de la mujer del continente Migi, y el porque al hecho de que no se haya sabido nada de ella hasta que la trajo.

Mina hace una seña con la cabeza para que Madara la siga. Mientras lo guía con la mujer en brazos, él trata de pensar en la mejor excusa, para que sea creíble a los ojos de su clan y para su hermano, quien por cierto, lo conoce mejor que nadie.

- Aquí es - La puerta corrediza, para la ventilación de las habitaciones, la mujer entra a la habitación y empieza a ordenar un futon para poder recostar la.

Estaba casi por anochecer, por ello, la mujer sin expresión en el rostro, sopla una pequeña llamarada para prender un pequeño velador. El cual deja en una mesita en una de las esquinas de la habitación.

Entonces el patriarca coloca a chica rosa en el futon - Encargate de ella - Y dicho eso, se va.

Alcanza a ver cómo ella hace una pequeña reverencia aún estando arrodillada.

Ya fuera ver que si hermano menor aún habla con las mujeres que los recibieron allí.

- Usted sabe que los asuntos del clan tiene una relevancia muy alta para mí, aunque me encargo de las kunuichis a ausencia de matriarca, aún quiero hacer más - Ambiciosa, controladora, fría, sería, audaz y calculadora.

Ya recordó a esa mujer. Había sido su esposa.

Luego de la muerte de Izuna, su clan le pidió que desposar una mujer Uchiha para asegurar un heredero. Inko Uchiha tenía todas las cualidades de una matriarca, así que optó por ella, no fue un matrimonio amoroso ni nada por el estilo, solo se unieron para poder procrear y poder dividir sus actividades con alguien más.

Es mujer cumplía a la perfección su papel como matriarca, pero no era buena esposa. Porque ella solo vió su ambición y nada más, jamás le dió la bienvenida o intentó consolarlo. Madara repudió su matrimonio.

Era una mujer muy seca e insensible. Compartió intimidad con ella pocas veces, lo único que cumplía como rol de esposa era que tenían sexo juntos.

Luego de haberse exiliado, posteriormente a la creación de la aldea, se enteró muchos años después de haberse marchado que tuvo un hijo con ella. Su hijo le dió dos nietos, un hombre y una mujer.

En su vida de ermitaño, él conoció a su nieta, Naori Uchiha, una mujer con el cabello morado y Mangekyou Sharingan. Ella le pidió ayuda para contrarrestar el Izanagi, luego de eso, se marchó sin ver atrás. Aún sigue con la duda de cómo lo encontró.

Da la casualidad, que ella fue la madre de Obito. Murió tres años después de dar a luz, en medio de la segunda gran guerra sus ojos estallaron, causado por el uso inestable de su Mangekyou.

Fue un secreto para el mundo, pero Fugaku era su nieto, nació cuando su hijo tenía casi 40 años, siendo el menor. Obito es su bisnieto, nació cuando su nieta tenía 23.

Naori y Fugaku, la mayor y el menor. No tuvo la oportunidad de conocerlos a ellos u a su hijo, pero Kohaku fue un guerrero débil a sus ojos, jamás logró una azaña que le garantizará una página en algún libro de historia. Decepcionó un poco que sea su hijo no haya sido tan fuerte. Quizás si lo hubiera entrenado él.

Perdido en sus pensamientos, es observado por su pequeño hermano, aquella que una vez fue su esposa nota que la está mirando perdido, no parece realmente mirarla.

- Hermano, debemos irnos, recuerda que organizó una reunión con el consejo -

Levanta su cabeza un poco y le contesta - Ah, si, vamos - Las mujeres los despiden con una reverencia respetuosa y ellos se marchan.

Ya habiendo llegado a la casa, el menor de ellos ordena que se prepare el té para la reunión en la casa de té. Aún faltaban unos minutos para que la junta con el consejo empiece.

Lo bueno es que ya tiene una solución para la presencia de la mujer, lo malo es que no le va a gustar a ella.

Él, como todo patriarca de clan, se sienta en un extremo de la mesa, recargando sus glúteos en sus talones. Permitiendo que las ama de llave de su casa se ocupen de arreglar todo para sus invitados.

Su hermano se sentado a su derecha, representando que es casi como su mano derecha.

Después de unos minutos los ancianos que forman el consejo empiezan a llegar.

El té está servido, los cojines en sus lugares, cada quien se sienta en uno. Supone, que ya debe empezar la reunión.

Aquel Uchiha que lleva su cabello completamente blanco, el mayor y más sabio del clan, es quien comienza la discusión - Entonces ¿De dónde ha salido esa mujer? -

- Del continente Migi, eso es obvio. Hace unos días, fui a un pueblo pescador, allí la ví curando a un niño con el brazo roto, ella acababa de llegar a nuestro continente. Supe que se hospedó en un pueblo cercano hace dos días, haciéndose pasar por turista, es por ello que trate de traerla rápido ayer. No quise perder la oportunidad -

Fue lo mejor que se le ocurrió y es bastante creíble.

- Su habilidad médica es una auténtica rareza - Fue otro anciano, está vez, de 50 años.

- La única persona con un don de restauración es Hashirama Senju, pero en estos años se ha hecho obvio que no puede curar a alguien más, no puede transmitir su chackra. Está chica sí puede hacerlo - Cada quien empezó a opinar al respecto, todos teniendo algo que decir.

- Aunque tienen una buena habilidad, ella aún podría ser una espía de su nación - El miedo no es tonto, por algo se dice. Ese hombre suele ser muy paranoico al respecto de todo, nada lo deja tranquilo, aún así eso le valió poder vivir más y evitar algunos ataques a su fortaleza.

- De haberlo sido, ella hubiera accedido a venir conmigo. Yo la secuestre prácticamente - No se va a avergonzar por ello, requería de su habilidad médica y quiso tomarla para su clan.

Otra ola de murmullos entre sí, distintos puntos de vista que señalan lo mismo.

- Yo he estado pensado que necesitamos atarla a nuestro clan - La voz de su hermano mejor irrumpe los murmullos de los hombres más grande del clan.

- ¿Cómo planeas hacer eso? Según lo que dijo el señor Madara, ella no vino por voluntad, no tenemos un patrón de Sharingan que pueda hacer tal genjutsu, sus ojos son una rareza aquí, pero sus especialidades son el susano'o -

El hombre canoso llama la atención del resto - Podría ser un matrimonio, de esa manera ella toma el apellido, eso sería una manera de mantenerla aquí -

- ¿Y con quién la casarían? - Y más preguntas similares son dichas por lo mayores.

El portador del Rinnegan, y el Uchiha más fuerte registrado, sabe que tiene que hacer - Yo la tomaría como esposa, después de todo, su tenemos descendencia de verá obligada a tener que quedarse - Sabe que la chica viene de un tiempo diferente, será más fácil adaptarse, además, la necesita cerca. Es la única que podría salvar a su hermano.

Por supuesto, Izuna confía plenamente en el juicio de su hermano, lo ayudará en lo que sea - No sería mala idea, ser la matriarca Uchiha y tener descendencia aquí, haría que solo nos sirva a nosotros. Además, ella no pertenece a ningún clan, no defecto nada en su chackra, ningún niño sería impuro -

Una persona sería impura si tuviera dos clanes, dos sangre mezclándose entre sí, como la mujer no tiene un linaje, la sangre Uchiha puede heredar se libremente.

- ¿Esta seguro? Ella aún parece ser joven - Las muchachas luego de los 15 años podrían casarse fácilmente, su madre se casó con su padre teniendo esa edad. Para la cabeza de su clan, no es extraño casarse con una adolescente. Pero el hombre que formuló la pregunta es un caso diferente, incluso a sus hijas les buscó un marido con una edad de poca diferencia.

Simplemente, para ese hombre, Hisui Uchiha era su nombre, era alguien que consideraba raro que un hombre se casara con un chica meno a el, era algo que aunque era normal, sentía que era malo. Pocos en el clan compartían opinión con él.