LOS PERSONAJES USADOS EN LA HISTORIA NO ME PERTENECEN, PERO SI LA TRAMA.

Fanfiction del manga Naruto y Naruto Shippuden, ambos pertenecientes a Masashi Kishimoto.

"Pensamiento"

Recuerdo*

- Diálogo -


'Sakura P.O.V'

¿Por qué siente que su semana se hizo absolutamente corta? Cada vez más cerca del inevitable momento de un matrimonio. Ella no quiere, pero eso no es algo que pueda decidir, simplemente tiene miedo.

La voz de su amiga la saca de sus pensamientos, volviendo la a la realidad.

- Hoy pareces distraída, últimamente ha estado muy distraída ¿Es por tu boda? - A veces Mina le recordaba a Sai, sin pelos en la lengua.

- ¿Por qué tengo que casarme? - Su expresión es una resignada, confundida y algo frustrada.

Ahora la Uchiha la mira extraño - Lo dices como si fuera malo, he visto que todas las mujeres tienen algún temor antes de casarse, pero míralas - Y le señala una mujer con unas hermosas gemelas, con algunos cestos de ropa, probablemente se dirigían a la lavandería - Ella es Keiko, yo la ayude a prepararse para su boda y me expresó sobre su terror a que su futuro marido la golpease, pero allí la ves, es feliz y su marido no la golpea. Ella se casó sin conocerlo, pero resultó ser un buen matrimonio. Probablemente eso te pase a tí, quizás veas que nuestro líder no es malo -

Mina pocas veces habla mucho, realmente parece querer consolarla.

Haruno y Uchiha estaban limpiando la cocina, después de todo, la pelirosa no tenían ningún otro paciente y quería ayudarla de algún otro modo.

- Gracias, Mina, pero... No lo sé, siento que soy muy joven para casarme aún, por Dios, tengo 17 - Para la ojijade era extraño casarse a esa edad con alguien mayor, aunque para la ojinegro era algo bastante normal.

- Hum, es normal que tengas miedo, cuando una mujer se casa con alguien más experimentado teme no ser suficiente, pero dudo que no seas suficiente con lo hermosa que eres -

La Uchiha es muy perspectiva, pero no parece captar el verdadero problema, que su futuro esposo casi asesina a su mejor amigo, a sus maestros y compañeros. Eso podría ser un poco complicado de superar, pero no puede decirle eso a ella, aún no pasa en está época.

- Ese no es el problema, el problema es que él es un extraño para mí. No estaban en mis prioridades actuales casarme - Era su ilusión de niña poder casarse con alguien a quien amará, cuando creció su ilusión de matrimonio dejó de ser una prioridad, simplemente sintió que no tenía tiempo entre misiones y el hospital, pero en sí se casaba, creía que al menos lo haría por amor.

- Después de cierto tiempo, te enamorarás de él - Y está vez señaló a otra mujer - Ella es una mestiza entre Uchiha y Sarutobi, por eso su cabello es más claro, la consideran la belleza de nuestro clan - Su explicación resulta interesante, está el momento, no había notado a mestizos - Su sharingan fue prueba de que era apta para vivir aquí, por esa razón, la casaron con alguien ya experimentado. Según recuerdo ella tenía 15 años y su marido tenía 23, pero ahora los ves, está felices juntos -

Mina pocas veces sonreía, y al terminar de hablar, su siempre cara seria, mostró una sonrisa. Una ligera sonrisa. ¿Por qué muestra anhelo?

- Mina... ¿Quieres casarte? - La mirada de la Uchiha cambió en el momento que habló sobre los matrimonios, sus ojos se habían suavizado. Pero ahora, su expresión es de sorpresas.

- Yo... - Está titubeante - Por supuesto que quiero. Todas las mujeres del clan con mi edad ya están casadas, o en proceso a casarse, pero yo no -

En esta época para una mujer sin padres, su mejor ilusión era casarse para formar su propia familia. Le recuerda a Hinata, ambas quieren casarse, formar una familia para poder amarla y cuidarla. Ahora es normal un matrimonio precoz, lo raro era no casarse.

- ¡Pero eso es bueno! - La de ojos negro la mira confundida ¿Por qué sería bueno? - No me malinterpretes, pero creo que tú juventud recién inicia, tienes toda tu vida por delante, puedes elegir a un hombre adecuado para ti -

- ¿Cómo sé que es el indicado? - Por primera vez es la pelinegra quien tiene una duda que la pelirosa puede responder. Le alegra poder ayudarla, al menos una vez.

- Bueno, es sencillo, lo sentirás en tu pecho - Señala su corazón - Te darás cuenta que al lado de esa persona especial solo serán él y tú, sin importar el resto del mundo, y sentirás que harías lo que fuera por esa persona - Sakura no puede evitar sonreír al hablar de eso, ella lo sintió alguna vez cuando era niña, pero con el tiempo ese sentimiento empezó a morir, y necia como lo es ella, quiso forzar a ese sentimiento a volver.

Eso parece dejar pensado a Mina, quedan en silencio el resto de tu jornada de limpieza.

Y así los días pasan, y sin poder evitarlo de alguna forma, los preparativos para la boda están casi listos. Ella no pudo hablar con Madara ni una sola vez, la frustra, se casará con un extraño que casi mata a sus amigos.

El kimono que debe usar para la boda es bastante hermoso, un blanco inmaculado con sus detalles rojos, es perfecto. Y por primera vez se siente realmente bonita usando las vestimentas de este continente, cuando había un festival en la aldea y usaba un kimono, se sentía fuera de lugar, simplemente no iba con sus rasgos. Pero ahora con un kimono nupcial puesto realmente se ve bonita.

- ¿Te gusta? - Aunque la pelinegra no lo admita, le emociona ayudarla a prepararse, pero sabe muy bien la opinión de la Haruno al respecto, por eso no demuestra abiertamente su emoción.

- Supongo que si, es muy hermoso - Realmente es un kimono hermoso, pero no puede forzarse a sentir felicidad sí se casará con alguien que ve sus habilidades, y que es hombre despiadado.

- No será malo -

- ¿Eh? ¿Qué...? - Le desconcierta lo dicho, no entiende bien a que se refiere. Tiene muchas cosas en la cabeza ¿Quizás la ceremonia?

- Me refiero al señor Madara. Él no es tan malo, de hecho como líder se ha hecho cargo bastante bien - Un pequeño suspiro melancólico de su parte - Verás, antes de que comenzará su liderazgo, los niños iban a los campos de batalla, a partir de los 8 años tenían que aprender a sobrevivir. Aunque los niños no estaban en la primera fila, muchos morían. Y fue el señor Madara quien cambió la política sobre los niños en la guerra -

Había oído en algunos libros de historia sobre esto, de niños en las guerras que fueron retirados de los campos por Hashirama Senju y Madara Uchiha. Ahora que Mina lo plantea de esa forma, es realmente un aspecto positivo.

Desvió su mirada al suelo, realmente debe pensar que va a hacer ahora. Su amiga trata de convencerla de que no será malo su matrimonio, de hecho, suele tratar de mostrarle los aspectos positivos de la situación. Sí tanto se esmera, al menos debe intentar poner algo de su parte para hacerlo funcionar.

Sabe que tiene que pensar detenidamente lo que hará, pero a veces solo hay que ser impulsivos.

- Mina, por favor, llévame contigo Madara - Si petición la hace de manera educada y amable.

- ¿Estás segura? Probablemente esté ocupado - Ella es muy respetuosa con su líder, lo admira profundamente y respeta más que a nadie. Lo último que quiere es molestarlo.

En el fondo, ella es muy tímida.

- Estoy muy segura, y en dado caso, lo esperamos - Genial, ahora tiene un impulso de confianza.

Después de quitarse el kimono, dejando al sastre terminar de confeccionarlo, las dos mujeres marchan hacia la casa principal. Una dudosa sobre interrumpir y la otra determinada a ir. Un camino largo, pero no interminable. Aunque es más psicológico que físico.

Cada vez que ella se pasea por el complejo, todos la ven pasar, siempre sobresale entre toda la oscuridad con su cabello rosado y su vestimenta colorida, cortesía de Mina.

Ahora están fuera de la casa, iluminadas por el sol del mediodía. Su determinación flaquea un poco, pero no sé apaga. Es demasiado terca como para darse la vuelta y admitir que no está lista para verlo.

Su amiga de cabello negro parecía querer anunciar su llegada educadamente, pero siendo lo temperamental que era, se dejó llevar un poco y entró a la casa.

Deslizando fuertemente la puerta shoji, se quita su calzado, de pisadas fuertes y llega a donde sería el lugar donde Madara se reunía con los miembros del consejo de su clan.

Resulta que Madara y Izuna estaban en la habitación a punto de almorzar, cuando una furiosa mujer rosada irrumpe en su tranquilidad. Un poco sacados de contexto por tal agresividad.

- ¡Tú! - La mujer le grita mientras lo señala con su dedo índice.

- No jodas ¿Qué carajo pasa ahora? - Izuna pensó que al menos podría almorzar tranquilo junto a su hermano, pero su futura cuñada casi tira la puerta abajo. Parece demasiado enojo para una mujer que tampoco es muy alta y demasiado pánico para una Uchiha, su compañera de clan parecía estar a punto de tener un ataque al corazón - ¿Qué ocurre? -

- ¡A ti no te hablé! - Ahora fulmina con la mirada al hombre menor.

Bueno, la mujer lo intimidó un poco - Lo más inteligente en esta situación será quedarme callado y que mí hermano lo resuelva - Ah, bien pensado Izuna.

- ¿A ti qué te ocurre? - Madara no esperaba esa repentina reacción por su parte, creyó haberla asustando lo suficiente como para que supiera permanecer en silencio un tiempo, al menos hasta la boda. Parece que subestimó su carácter.

- ¡¿Qué me ocurre a mí?! ¡¿A ti qué te pasa?! ¡Eres un imbécil! - Oh Dios, por supuesto que está enojada.

Por la mente de Izuna y Mina solo cruzó un pensamiento en ese instante - Le dijo imbécil, realmente lo insultó -

La mujer Uchiha rezaba para que no le hicieran nada, el hermano menor solo encontró divertida la situación. Fuera del campo de batalla, muy pocas personas se atrevían a insultar a si hermano.

- ¡Dices que seré tu esposa y ni una sol vez fuiste a verme siquiera! ¡¿Cómo se supone que vamos a conocernos sí no te esfuerzas en visitarme?! - Es lo que había pensado durante el viaja de venida, puesto a qué Mina estuvo tratando de hacerlo quedar bien a sus ojos, se dió cuenta que al menos hubiera tratado de ir a verla.

- ¿Solo eso? ¿Te enojas porqué no fui a verte? - Ahora él está desconcertado. ¿En serio esa mujer se enojó por eso? Era algo mínimo, tampoco era motivo de enojo, pero como siempre las mujeres con su sentimentalismo - Esté alboroto es innecesario - Cruza sus brazos.

Ella lo está mirando fijamente, apática, repentinamente tranquila - Oh ¿Innecesario? - Ahora su mirada se volvió cínica - ¿Innecesario? Lo siento, quizás no lo sepas, pero cuando te vas a casar con alguien, ese alguien será tu compañero de vida. Lamento molestarte con algo tan trivial como querer conocer a la persona que contraera nupcias conmigo - Se lo explicó cómo si él fuere un idiota que no entiende nada. Prácticamente lo ridiculizó.

Mina quiere desmayarse, quiere mucho a Sakura, es su amiga, pero faltarle el respeto a su líder es una ofensa grave.

Izuna está disfrutando la situación, tanto como su almuerzo. Aún así, no permitirá que ella le falte al respeto a su hermano - Oye, cuidado como le hablas -

Ahora dirige su mirada iracunda de regreso al hombre menor - ¡No te metas! - Y le dió un pequeño golpe en la cabeza, casi lo hace tocar la mesa del impacto.

Y Madara reacciona a esa acción - ¿Tienes idea de lo que acabas de hacer? - ¿Cómo esa mujer se atrevía a golpear a su hermano menor en frente de él? Era una sentencia de muerte.

- ¿Y qué me harás? ¿Matarme? ¿Lastimarme? Te recuerdo que me necesitas para ser la médico se tu clan - Su momento de valentía flaqueo cuando vió la mirada de Madara cuando ella golpeó a Izuna. Fue escalofriante aunque no lo demostró. Para evitar que se note su miedo, muestra su enojo.

- ¡Bien! ¿Quieres que nos conozcamos? Lo haremos - Ella tenía razón, él no puede lastimarla, parece ser demasiado orgullosa y no permitirá que haga una estupidez que lo perjudique a él y su clan.

La toma del brazo, ambos se marchan de la casa, con gran rapidez el Uchiha arrastra a la Haruno por el complejo. Saliendo de esa poderosa fortaleza de fuego.

Los dos están en el bosque ahora.


Nota autor:

Era bastante común que un hombre mayor se casará con una mujer más joven, así como era normal casarse con un desconocido cuando era arreglado. Por ello, Mina no ve como algo malo el futuro matrimonio de Sakura y Madara.

En la historia, muchas veces nos muestra como a partir del primer período de una mujer, la hacían casar. Ya sea con alguien mayor que la compró o un matrimonio arreglado entre dos familias. Incluso había quienes practicaban el incesto, padres e hijas, primos, tíos y sobrinas.