Isla de Man, Gran Bretaña, Europa, [25 de abril de 1926]

El bosque Arcturus es un bosque enorme y frondoso cubierto de árboles viejos y corroídos. Es una tierra sagrada en la que brujas ordinarias no pueden entrar, protegida por un círculo mágico que según la leyenda impide que las brujas salgan del bosque una vez que hayan entrado. Sin embargo, en estos momentos un portal de línea ley había sido creado con el fin de que tres figuras encapuchadas entraran al bosque.

—Por lo que veo, el haber creado un portal de línea ley en este bosque confirma una cosa, y es que nunca en nuestra historia habría sido tan sencillo. Jamás había visto un círculo mágico tan antiguo siendo debilitado de esa forma.

Menciono el primer individuo en entrar al lugar.

—Ahora, cualquier mago decente con el hechizo correcto podría haber entrado y salido del bosque, antes solamente aurores fuertes o brujas capacitadas podrían eludir al círculo. Entonces podremos decir adiós al mítico bosque sin escapatoria.

El segundo se acomodó su capucha al entrar, ya que el viaje del portal lo sacudió levemente.

El tercero quien no dijo nada en un principio se adelantó a sus compañeros por unos cuantos metros y se quedó parado, mirando el paisaje ante sus ojos.

—Nuestros infiltrados en el ministerio de magia no mintieron al respecto. El paisaje del bosque cambio de un momento a otro. Por cientos de años este bosque había estado intacto, junto con las criaturas que lo habitaban.

Este último tenía una voz femenina, y con simple ademán invito a sus compañeros a que se acercaran más. Tal vez con la colina algo empinada, no se podría haber visto a simple vista, pero una vez se acercaron ya se dieron a la idea a que se refería ella.

Fue como ver una imagen surrealista, como ver haber visto una pintura de un desastre natural o una fotografía de una explosión en el periódico inglés. Una buena sección del bosque fue completamente barrida, y en su lugar se hallaban quemados tantos los árboles como algunos cuerpos de criaturas, también calcinados.

—Entonces también confirmamos lo que eso individuos llegaron a ser capaces

Dijo el segundo.

—No pueden ocultar esa información al mundo mágico. Es más, no pudieron.

El tercero sonrió ampliamente, de una forma algo malvada.

—Afortunadamente, nos enteramos antes de los mortifagos. Los morganos, incluso sabemos dónde ellos están. Aunque, no niego que será difícil debido al incremento del patrullaje de aurores, pero podemos infiltrarnos en Luna Nova y conocer a nuestros próximos invitados.

—momento...

El segundo con una voz masculina noto algo y alzo la mano. El primero también cambio su semblante.

—Ya lo noté, gracias por la advertencia—menciono la tercera.

De repente, los ojos heterocromáticos de la chica se hicieron notar. Luego ella saco su varita ante la presencia de dos aurores que los descubrieron.

Los dos hombres, también lo hicieron. Confiado que lidiarían con los intrusos.

Pero, desafortunadamente una ola de fuego llego justamente hacia ellos. Trataron de evitarlo mediante un hechizo defensivo, mediante el uso de agua.

—[Ferri Aquam] — Dijeron ambos aurores.

Un muro de agua se alzo en frente de ellos, y el fuego no los alcanzo.

—[Avada Kedavra] — Dijo el primer sujeto encapuchado.

Con una velocidad sorprendente, el corrió justo a lado de ellos. Lanzo su hechizo mortal y el auror fue lanzado dos metros hacia atrás.

El otro auror lanzo su hechizo de contrataque, accionando su varita.

—[Fluctus]

El primero voló por los aires estrellándose con un árbol.

—[Avada Kedavra]

El segundo le lanzo el mismo hechizo mortal, pero este fue bloqueado por el movimiento correcto de la varita.

—[Mimblewimble]

De repente, el hechizo nombrado se manifestó en forma de chorro de luz azulada. Provocando que el auror tuviera una dificultad al hablar o expresarse evitando así que conjure hechizos.

Incapaz de defenderse, el fue rodeado por ambos apuntando con sus varitas.

La chica, con una sonrisa algo sádica dijo.

—Dejemos que el Cocoatriz haga el trabajo.

—¡KUCHULA KATELA!

El segundo grito bastante fuerte. Luego empezaron a sentir las pisadas de un monstruo.

—Demos gracias a Morgana, que eres filipino.

El auror, fue inmovilizado por un hechizo, de parte del primero. Quien despertó luego de su aturdimiento.

Al final, el pobre hombre fue calcinado vivo por la criatura.

Después, otra patrulla descubrió los dos cadáveres entre el desastre que ocasionaron esos susodichos sujetos días antes. Aquellos quienes se hacen llamar Izuku y Tomura, los viajeros del mundo mágico.