Burning Lavender
By: HybridVirus

Disclaimer: Hetalia y sus personajes son pertenencia de sus respectivos dueños, solamente soy dueña de Rafaela y no hay ninguna ganancia con esto, más que darles amor a las relaciones de mi país con otros países; solo soy una fan que escribe para fans.

Pd: Se aceptan donaciones en PP :La descalabran:

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Capitulo VI

Los orbes zafiro se deslizan cuidadosamente sobre las impecables superficies del palacio, al mismo tiempo que intenta ignorar el apresurado movimiento de los miembros de la servidumbre, que se encuentran realizando los últimos toques en el blanco mármol del resplandeciente castillo que ahora le pertenecía al nuevo señor vampiro de Estiria. Siegfried gira los ojos al ver la opulencia de su antiguo amo, siendo acompañada por los nuevos cambios de último momento hechos por su hermano. Tapices, alfombras, muebles, porcelana, cristalería, e incluso seda elegida exclusivamente por Mathias. Quizás lo más curioso de todo sería la forma en la que el mismo señor vampiro habría verificado por si mismo, las modificaciones de una habitación que el rubio platinado sabia de sobra, sería utilizada exclusivamente para la visita de esta noche.

–No tengo un buen presentimiento…

Susurra el vampiro hechicero al mismo tiempo que se detiene frente a la entrada del palacio. El atardecer se encuentra a punto de morir para dar paso a la noche, y eso implica que Siegfried en verdad ha fallado en su auto impuesto deber de convencer a su hermano, para que no insista con la idea de robarle a Drácula. Con un rápido movimiento los pálidos dedos del hombre acomodan su traje azul marino, intentando verse lo mejor posible para la visita de la asesina de cazadores. Al menos el camino hacia la oficina de su hermano le será ameno, al tener otro hechicero como compañía en el trayecto. El susurro de algo rasgándose llega a sus oídos, haciéndolo caminar unos cuantos pasos hacia la entrada del lugar, donde puede apreciar la abertura en el espacio creada por la resplandeciente superficie de un espejo.

Era más que obvio que el rey de la noche, enviaría a su forjadora por la vía del espejo. Después de la situación que se había llevado a cabo en la última visita del señor vampiro de Valaquia, era comprensible que semejante precaución fuera llevada a cabo, sin embargo… también dejaba en duda la forma en la que la forjadora de demonios volvería a Valaquia. Acaso… ¿Esto sería una prueba del rey vampiro? Un suave suspiro escapo del rubio platinado, para finalmente posar su mirada en la superficie del espejo que empezaba a moverse como las ondas en el agua. Los irises de Siegfried se entrecerraron al ver la silueta de un joven rubio, surgir del espejo de donde se suponía debía de aparecer el capricho de su hermano. No cabe duda de que Mathias se volvería loco… cuando viera lo que había enviado Drácula.

–Bienvenido a Estiria… forjador de demonios.

Los gélidos zafiros de la criatura de la noche, se encuentran con la orgullosa postura del joven ojiazul frente a sus ojos. La mirada del ente puede apreciar el reflejo de la insignia de los forjadores de demonios que se encuentra en su espalda, gracias a la superficie del espejo que se desvanece lentamente. La marca es prueba más que suficiente de que este joven, es uno de los miembros del triunvirato de forjadores al servicio de Drácula. '¿Sucede algo?' pregunta con un tono divertido el alto humano, al mismo tiempo que se acerca hacia la criatura que espera por él. La repentina aparición de un alto ser a espaldas del forjador de demonios, anuncia lo que Siegfried ya sabe de sobra. Tal parece que todos los forjadores se rehúsan a rondar sin sus forjas demoniacas a su alcance.

–Me disculpo forjador, tenía entendido que debía esperar por la señorita Rafaela.

La mirada cerúlea se centra en el casi imperceptible gesto de molestia, que se apodera por un instante del rostro del rubio. Si el vampiro no estuviera seguro de lo que vio, diría que simplemente se trata de su imaginación. Pero sin duda alguna hay alguna clase de problema entre los miembros del triunvirato de forjadores. 'Rafaela tenía una misión que atender, ella lamenta no poder acompañarlos.' Un imperceptible 'Tsk' escapa de los labios del vampiro, al entender que este hombre está mintiendo o Drácula en verdad prefirió enviar a su sierva a realizar alguna clase de trabajo, para así no permitirle la oportunidad de adentrarse en el territorio que ahora domina Mathias.

–Es una lástima… esperemos que pronto, nos pueda agraciar con su presencia.

Los gélidos zafiros resplandecen con diversión, al ver de nuevo ese mismo gesto que se apodera por segundos del rostro del rubio. Sin duda alguna hay algo de la forjadora que no es del agrado del hombre, que se encuentra frente a él. Qué curioso descubrimiento… 'Lamento preguntar semejante cosa…' menciona el de estatura más baja al mismo tiempo, que aprecia como los orbes celestes se afilan sobre su persona, como una espada preparada para atacar. '¿Cuál es su nombre forjador? Me temo que solamente el nombre de la forjadora, es conocido por los señores vampiros' pregunta con un tono carente de emoción alguna. Pero que por dentro da paso a una sonrisa, al poder desquitar un poco de la molestia que le ha causado su hermano con los inservibles preparativos para una mujer, que ni siquiera pondrá un pie en este lugar.

–Yo soy Alfred, uno de los forjadores de Valaquia.

Susurra la voz del rubio al mismo tiempo que los gélidos irises resplandecen con un deje de diversión 'Yo soy Siegfried' menciona sin gran cuidado el vampiro de más baja estatura, al mismo tiempo que empieza a caminar en la dirección de la oficina de Mathias. Ahora que el rubio platinado sabe que todo el plan de su hermano será un caos, simplemente quiere terminar con esta situación que se saldrá de control en el momento en que Mathias vea al forjador. Tal parece que al final de cuentas, su idea de tomar a un forjador diferente podría estar más cerca de lo que pensaba. 'Quiero disculparme de antemano…' menciona la tranquila voz al mismo tiempo que continúan caminando por los silenciosos pasillos del palacio, acercándose cada vez más a la sala donde los espera impacientemente el señor vampiro de Estiria.

–No creo que mi hermano este feliz con tu presencia Alfred… no eres lo que él esperaba.

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El suave murmullo de pasos resuena en los oídos del ente de orbes celestes, mientras permite que su espalda continúe recostada contra el alto respaldo de la silla detrás de su escritorio. Una sonrisa maliciosa se apodera del rostro del señor vampiro, mientras sus dedos se deslizan sobre las doradas hebras de su rubia cabellera, para después acomodar una vez más la tela del traje negro sobre su persona. Esta vez no habrá nadie que se interponga en el alcance de su glamour, no hay forma en la que la forjadora pueda escapar de él esta vez. Es simplemente imposible que haya un segundo escape de sus garras, puede que la primera vez el ambiente a su alrededor, no le ayudara para poder convencerla de escucharlo. Pero esta vez todo sería diferente, aquí solos entre la oscuridad del cielo austriaco, Mathias convencería a la forjadora de que se uniera a él.

–No escaparas de nuevo…

Sisea con un tono divertido el imponente rubio, al mismo tiempo que el suave murmullo de los pasos en las afueras de su oficina, le hacen retomar el control sobre el malicioso gesto que se ha apoderado de sus facciones. El suave eco de un golpeteo en la puerta de la habitación, le lleva a acicalarse una última vez antes de prometerse silenciosamente, que no permitirá que la dueña de los orbes ambarinos escape una vez mas de sus garras. La muñeca del alto ojiazul se mueve gentilmente, utilizando uno de los tantos trucos de su repertorio para abrir la puerta sin tocarla, y así demostrarle a su futura mascota que no es simplemente una cara bonita. La mirada aguamarina se posa sobre la silueta de su hermano, quien extiende una mano para invitar finalmente a su acompañante a adentrarse en el lugar, donde Mathias sabe de sobra que se quedarán completamente solos.

–Adelante forjador.

Una encantadora sonrisa se apodera de las facciones de Mathias, asegurándose de verse lo más amigablemente posible para la mujer, que parece ser capaz de ver la verdad detrás de sus falsos gestos. Una de las pálidas manos del señor vampiro se coloca sobre la superficie de su escritorio, a la par que la otra se desliza por la parte baja de su barbilla, intentando disimular la emoción que empieza a esparcirse lentamente por todo su cuerpo. El recuerdo del calor que se desprende de la mujer y la forma en la que los pantalones negros se ciernen a su cuerpo, junto a la vaporosa tela escarlata que abraza indiscretamente su torso, el mismo que se encuentra enmarcado, por la armadura que porta la insignia de los forjadores de demonios. Le hace perderse en algunos cuantos escenarios en su cabeza, todos y cada uno completamente diferente del anterior, pero todos compartiendo el mismo destino… en el que se encontraba sintiendo ese calor que alguna vez hace mucho tiempo atrás, el también porto gracias a su ahora inexistente humanidad.

–¿Qué…?

Un repentino vértigo se apodera del vampiro más alto, al posar su mirada en la alta y silenciosa silueta que se adentra en el recinto. La figura de la forja que le acompaña le dice que Drácula ha cumplido con su palabra, y le ha enviado a uno de sus forjadores de demonios. El dueño de la mirada aguamarina aprieta los dientes con fuerza, al posar su mirada en el hombre rubio que se encuentra de pie frente a él. El anciano desgraciado si envío a un forjador… pero no le entrego a quien Mathias deseaba. El eco del crujido de la madera resuena en el silencioso recinto junto al suave 'Click' de la puerta siendo cerrada detrás de Siegfried. Los suaves pasos del vampiro de hebras platinadas resuenan en el tenso ambiente, mientras las garras del señor vampiro continúan hundiéndose sin la más mínima piedad, en la ahora demacrada caoba del escritorio que seguramente no sobrevivirá a la ira, que empezaba a desbordarse del amo del territorio austriaco.

– Mathias, este es Alfred… Es el forjador enviado por Drácula.

Menciona con una tranquila voz el dueño de los gélidos zafiros, mientras se acerca hacia las cortinas de la oficina para abrirlas y permitirle a la luna ser un silencioso testigo de la situación, que se podría salir de control en cualquier instante. Aunque bien podría usar su magia para separar la tela, una parte de él quiere darle la oportunidad a su hermano de demostrar, que enserio es capaz de controlar toda la situación, sin que el interfiera en lo más mínimo. '¿Quién?' un suspiro cansado escapa del dueño de las hebras platinadas al escuchar la molestia, y el desagrado que escapa en la simple palabra del amo del castillo, sin duda alguna esto no va a salir del todo como planea y es en ese instante que Siegfried decide mover sus propios dedos en la dirección de la estática forja demoniaca, como una simple precaución.

–Yo soy Alfred, el segundo forjador de demonios al servicio de Drácula.

Espeta con molestia la voz del dueño de los orbes cerúleos, al mismo tiempo que su mirada se mantiene fija sobre el iracundo rostro del vampiro frente a él. No es que esta situación sea algo sorpresivo para él, pues de ser honesto no es la primera vez que es recibido de esta forma. Él no es el acompañante de su amo y es por eso mismo, que la mayoría de estas sanguijuelas chupasangre no se dignan en siquiera dirigirle la mirada. Al contrario, todos se aseguran de intentar acercarse desesperadamente a la primera forjadora. Esperanzados a encontrar alguna forma de ser agraciados con el favor del rey de la noche, a través de la forjadora de demonios que acompaña a Drácula.

–Tú no eres más que un simple nadie, solo tú sabes que eres un forjador.

Sisea la molesta voz de Mathias, al mismo tiempo que el señor de los dominios austriacos se pone de pie. Ambas miradas celestes se entrecierran en un gesto repleto de ira. Al saber que no hay forma alguna en la que esta reunión, pueda resultar en algo satisfactorio para ninguna de las partes inmiscuidas. Alfred jamás informará de dicha situación a Drácula, pues no hay forma en la que pueda atreverse a demostrar que no hay respeto hacia su persona. Porque sabe de sobra que aún carece de aquello que estas criaturas respetan, aun no tiene el poder que viene con años de entrenamiento y servicio bajo el imponente poderío de su señor. Las manos del rubio se aprietan con molestia al saber que esta vez, también tendrá que dejar pasar esta asquerosa situación, a pesar de que anhela poder despedazar al vampiro frente a él. Si Drácula hubiera cumplido su promesa y le hubiera dado poder, no tendría que pasar por tan vergonzosas situaciones.

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El repentino resplandor carmín en los orbes del alto vampiro, le hiela la sangre al sentir como su cabeza empieza a dar vueltas. Es esto un… ¿Glamour? La respiración del más bajo empieza a agitarse, mientras el extraño murmullo de voces resuena insistentemente en sus oídos. ¿Cómo diablos es que un vampiro… puede tener semejante fuerza? Los murmullos continúan en su cabeza, al mismo tiempo que sus rodillas se ven incapaces de cargar su peso, haciéndolo caer de rodillas sobre el suelo mientras su mirada podía ver de reojo la alta silueta, que ahora se encontraba frente a el '¿Qué es lo que anhelas?' la piel de Alfred se eriza al escuchar la forma en que la voz parece envolverle por completo. Como si en ese mismo instante, solamente existieran ellos en el mundo, solo él y esa voz que parecía tomar control de lo más profundo de su mente.

–Poder…

Una de las platinadas cejas de Siegfried se arquea al mismo tiempo, que su silueta se coloca detrás del joven de cabellera dorada. Sin duda alguna el forjador nunca ha sido entrenado, para resistir el encanto de un vampiro con la suficiente fuerza. La mirada zafiro se posa sobre las molestas aguamarinas, que aun miran al forjador de demonios como si quisieran matarlo en ese mismo instante. 'Él nos sería realmente útil' menciona sin el menor cuidado el vampiro más joven, mientras intenta ignorar la molesta mirada que le dirige el más alto, el gesto incrédulo en el rostro de Mathias le arranca un cansado suspiro al dueño de las hebras rubias como la mantequilla.

–¿Quieres a la forjadora?

Pregunta con un tranquilo tono el dueño de los orbes azul índigo, una parte de Siegfried sabe que Mathias no va a detener su plan. Sin importar la situación o las circunstancias que se lleven a cabo por sus acciones, Mathias seguirá en pie con aquello que desea. Es así que el dueño de los zafiros tiene el deber de ver, por la seguridad de todos los que habitan en el palacio. Ahora que Siegfried no tiene un amo para guiar sus movimientos, es el momento de relucir por su propia astucia y contribuir como un guía para los movimientos del nuevo amo del castillo. Después de todo… si Mathias falla con su ridículo plan, no hay forma en la que el rey vampiro les perdone la vida a todos los demás habitantes del palacio. Al cumplir el capricho de su hermano, aseguraran su sobrevivencia en este mundo repleto de depredadores.

–Entonces, él forjador puede sernos de utilidad.

Los orbes del vampiro rubio se posan sobre la silenciosa silueta, del joven que aún se encuentra arrodillado ante él. El silencio del mismo le dice que el forjador continúa perdido entre la ilusión creada por sus ojos, esperando por una orden de la criatura que le había sumido en dicho encantamiento. Aunque una parte de él susurra que las palabras de su hermano están repletas de razón, no puede evitar el sentir la molestia que se encuentra en su interior. Este forjador es una variable que jamás pensó, afectaría a sus planes en la más mínima forma. Después de todo se sabe que los otros dos forjadores, cumplen deberes completamente diferentes para el rey de la noche. La forma en la que la mente del rubio se aferró con desesperación a su mirada, le hace sentir una inmensa repugnancia. Este forjador no peleo por enfrentarlo… simplemente lo acepto y se aferró a él, como una hoja se aferra a las ramas de un árbol.

–Piénsalo Mathias… esto no será más que un escalón, para llevar acabo tu plan.

Las resplandecientes aguamarinas se entrecierran en un gesto pensativo, pues eventualmente tendría que tomar control de los otros dos forjadores, o asesinarlos en caso de que ellos tampoco sean capaces de escuchar la más mínima razón en sus palabras. Una voz en su cabeza susurra lo que ya sabe al ver al joven imposibilitado por su glamour. Su fuerza no es normal en ese aspecto, pero aun así… Rafaela lo había podido evadir. A diferencia de este hombre… ella lo había enfrentado, se había reusado por completo a escuchar su voz y había escapado del embrujo de sus ojos. La mujer no aceptaría voluntariamente el unirse a él, pero… si él era capaz de debilitar al triunvirato y con ello disminuir la imponente fuerza del ejército que era la horda de criaturas que servían a Drácula. Eventualmente la forjadora será incapaz de cumplir con su deber y el rey vampiro seria expuesto a la fuerza del señor vampiro de Estiria.

–Solo tienes que ofrecerle aquello que tanto desea.

Las palabras de su hermano estaban repletas de verdad, robar a los otros dos forjadores debería de ser sencillo. Ambos vivían a la sombra de la dueña de las hebras castañas, mejor conocida como la forjadora guardiana de Drácula. No había vampiro que no supiera que mirar a la forjadora del modo incorrecto, terminaría en una muerte segura y despiadada a manos del señor de la noche. Quizás por esto es que la mujer, seguía tan devotamente al vampiro de los orbes carmines. ¿Sería eso lo que el vampiro le había ofrecido para unirse a él? Le habría prometido una vida tranquila en un palacio, rodeada de lujos, obsequios, seguridad y cuidados de todo el mundo. Un suave 'Tsk' escapa de los pálidos labios del rubio, al mismo tiempo que sus pasos lo acercan al joven arrodillado ante él, preparándose para aquello que reconoce como el segundo movimiento de su propia guerra en el continente.

–Alfred, te ofrezco poder a cambio de que me sirvas.

Los pálidos dedos del vampiro, toman sin el menor cuidado la barbilla del dueño de los orbes celestes, asegurándose de que los nublados ojos de su víctima se mantengan fijos en el resplandor de sus depredadores orbes. El forjador de demonios es algo un tanto vergonzoso a los ojos de Mathias, es ridículo pensar que un ser que posee el poder de crear ejércitos, sea tan simple como todo el resto de los humanos. Para una criatura como el bastara con solo ofrécele poder, y la promesa de seguir vivo cuando Drácula perezca. Pero en este instante… el forjador es la fuente de información más preciada que posee al alcance, la lengua del más alto se desliza lentamente sobre sus colmillos, para después sonreír de un modo tan escabroso que eriza por completo la piel del mismo Siegfried.

–Ahora Alfred… dime todo lo que sabes de Rafaela.

Continuara…

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Hybrid-Virus

Yo! Buen día lectores, estuve teniendo muchísimo trabajo estos días y me había sido imposible actualizar nada. Pero por alguna extraña razón siempre tengo ánimos para escribir al besto villano Mathias, quien sigue interponiéndose en las actualizaciones de las otras historias *insértese mirada acusadora* Por lo que aquí tienen una nueva actualización. ¡Muchas gracias por los reviews y el cariño que le están brindando a esta historia, en verdad lo aprecio mucho!

Por fin conocemos al segundo general del ejército de Drácula, quien es nada más y nada menos que el no tan querido por muchos Alfred. Quiero suponer que, con esta revelación ya deben de tener una idea de quién será el tercer general. La relación entre Alfred y Rafaela no es mala, pero si existe una diferencia abismal entre el trato que recibe Rafaela y Alfred de parte del mundo de las criaturas de la noche. Ambos son detestados por ser humanos, por lo que han sido vistos como menos y denigrados por las criaturas y vampiros por igual. Pero Rafaela lleva mucho más tiempo sirviendo a Vladimir, por lo que la relación de ambos es más sólida que la de Alfred y el tercer forjador de demonios.

Rafaela y Vladimir son un par que se mueve juntos, cuando Vladimir se encuentra en alguna reunión hecha por algún señor vampiro, siempre lleva con él a Rafaela. Ya sea como simple compañía o como un guardián ante las tretas de alguna criatura. Esto ha llevado a los vampiros a entender que intentar deshacerse de Rafaela, implica un enfrentamiento seguro contra Vladimir. Es por esta razón que los vampiros ven el punto débil de Drácula en Rafaela. Si no se pueden acercar a Vladimir en búsqueda de algo, es más sencillo intentar acercarse a la forjadora, para estar congraciados con Vladimir.

Es a causa de esta situación y de la compañía que maestro y estudiante comparten, que los otros dos forjadores no son muy reconocidos por los señores vampiro. Todos los forjadores de demonios al servicio de Vladimir, se unieron a él por alguna situación. En este capítulo podemos ver que Alfred lo hizo buscando poder, mientras que en capítulos anteriores Rafaela da una pequeña pista de la razón por la que ella se unió al rey vampiro. Es la búsqueda de este poder, la razón por la que Alfred se permite ser consumido por los ojos de Mathias, al ver la posibilidad de conseguir aquello que tanto desea.

El plan de Mathias continua en movimiento, pero ahora con un ligero cambio de agenda. El señor vampiro primero tomará el control del segundo y tercer forjador de demonios. De ese modo cuando llegue el momento oportuno de actuar, Mathias hundirá a Rafaela en la desesperación al saberse incapaz de cumplir con su deber de proteger tanto el castillo como a Vladimir.

En este capítulo podemos ver un espejo que Alfred utiliza para trasladarse, por lo que muchos dirán que decidí incluir los espejos de la serie de Netflix. Pero sabían que en el juego los espejos como portales existen, sin embargó jamás han aparecido como fragmentos que se arman o que se llevan en cajas, por lo que podríamos decir que el canon tanto del juego, como de la serie serán utilizados en ese aspecto de la historia. Esto se debe a que los forjadores tienen sus propios espejos, mismos que deben ser más compactos ya que estos son utilizados para comunicarse los unos entre los otros, y lo más importante, para comunicarse con Drácula y brindar informes de las misiones que se encuentran realizando para el rey de la noche.

Sin más por el momento, dejen un review y nos vemos en la próxima actualización.

¿Dudas? ¿Comentarios? ¿Critica? ¿Etc.? ¡Ya saben qué hacer, envíen un review!

-Reviews-

RusMex: Hola, ¿¡Verdad que el papel de villano, le queda excelente al Mathias!? Supuse que al ser un engreído y un vampiro, Dinamarca sería bastante coqueto y seductor. Me alegra que la caracterización sea de tu agrado. También estoy de acuerdo en que le queda perfectamente a Rusia el ser sobreprotector, en especial con quien no lo ve feo como Alfred suele hacer.

Es correcto la invocación de la forja es la misma que utiliza Héctor, para forjar a sus DI en el juego. Desde que soy niña he sido fanática de esta saga de videojuegos y con el paso de los años la he seguido lealmente, con mucho aprecio y cariño. Es por eso mismo que intentare hacerle la mejor justicia al canon del juego, el mismo que se encontrara aquí en la historia como base. Y a mí también me encanta la idea del Arthur hada, me mata de la risa la hadita gruñona.

Bee: ¡Muchas gracias por tu apoyo y me hace realmente feliz, que la historia te guste tanto! No es mucho, pero aquí tienes un nuevo capítulo, completamente repleto de cariño y aprecio para ti Bee.

"Formemos parte de la línea de reviews, cuando leamos un fanfic con un personaje que nos gusta y no es muy común ver, de un fandom olvidado o de una historia que nos guste; dejemos un review, porque esa persona escribe para nosotros y que mejor forma de inspirarla y darle combustible para seguir"