Holi, disculpen la demora, pero aquí les traigo otro capítulo, espero que les guste. Como resumen del capítulo anterior, recordar que Naruto se peleo con Gaara y luego al salir enojado por la decisión de su familia, cayó en la trampa de Sasuke, pero cuando este lo iba a matar, no pudo hacerlo y lo liberó.
Bueno, eso, disfruten este capítulo.
"Do you want to tame me? I would libe to see how you will do it"
Naruto
Suspirando, hago un esfuerzo titánico por levantarme. Ahora que la adrenalina había pasado, mi cuerpo estaba agotado y acalambrado.
Aprieto los dientes y emprendo el largo camino a casa. Cuando ya es el atardecer, por fin puedo divisar los límites de nuestros territorios.
Voy dando tumbos penosos. Cuando por fin llego a la casa, los guardias al divisarme comienzan a gritar y a armar un gran escándalo avisando que me habían encontrado.
"Que ruidosos son, ¿qué no ven que estoy bie ...?", tengo que plantar bien firme mis patas al suelo, todo me daba vueltas.
Me sentía realmente muy mal. "¿Todo esto por mi pata?, ¿o por la experiencia de casi morir?"
Doy tumbos hasta que logro distinguir los olores de mis padres acercándose rápidamente.
- ¡Naruto!, ¿qué ocurrió?, ¡estábamos muy preocupados! - mamá en su forma humana me abraza mi cabeza y yo la apoyo contra su pecho, dejándome inundar con su olor tranquilizador y familiar.
Me transformo y la abrazo -... estoy cansado ... lamento haberlos preocupado dattebayo - siento que se me cierran los ojos.
Mamá me peina con delicadeza mis cabellos rubios y suspira, depositando un beso en mi frente - cuando te hayas recuperado, habláremos seriamente - escucho la voz de papá.
Asiento y noto como este me cubre la desnudez con su capa, también acariciándome mis cabellos. Me inundo con su olor, un olor que esta vez era refrescante y protector.
Rodeado de los olores y compañía de mis padres, me sentía muy cálido y protegido, así que me dejo ir y me quedo dormido sobre mamá.
"... Eres bellísimo ...", al abrir mis ojos, me topo con sus ojos ónix mirándome de vuelta. Me sorprendo al notarme en mi forma humana frente a él.
Nervioso, intento taparme. "Conocerá nuestro secreto, que nos podemos transformar. Debo cubrirme".
Pero este me retiene las muñecas y me aparta los brazos. Este me recorre mi anatomía con sus ojos penetrantes y calculadores.
"... Hermoso ...", vuelve a mencionar con su voz grave. Sonido que me hace querer ronronear y mostrarle mi panza para que la acariciara, igual cómo si fuera un gato.
Este se inclina sobre mí y susurra en mi oído – despierta ...- abro los ojos.
Frunzo el ceño y al recordar lo que estaba soñando, me levanto de un golpe. Al mirar confuso a todos lados, me fijo que estaba en mi cuarto.
"Sólo fue un sueño", me paso la mano por la cara. "Mierda ... todo esto me golpeó fuerte", me lamento avergonzado.
"¿Por qué tenía que ser guapo?, ¿por qué tenía que decirme esas cosas?... ¿¡por qué tenía que ser un puto cazador!?", golpeo mi almohada, en mi delirio.
- ¿Naruto-sama? - escucho que tocan a la puerta. Suspiro, pero me controlo y dejo que entren.
- Hola Anko-san, pueden llevarse esa ropa ...- ella permite que las señoritas que hacían el aseo, se lleven las prendas sucias.
Vuelvo a suspirar - por favor comunícales a mis padres que estoy bien, tomaré una ducha e iré a su encuentro - le comento educado.
Esta asiente - como usted pida. Le cuento que mientras estuvo inconsciente, su abuela Tsunade-sama le atendió su pierna, a la altura de su pantorrilla. Sufrió una fractura que tardará unas dos semanas en curarse completamente - ahora me fijo que mi pie y pantorrilla estaban vendados.
Asiento - gracias por informarme. Tomaré una ducha dattebayo - tomo una toalla y dejo que ella haga su trabajo.
Me recubro mi pie con un plástico y me meto a la bañera. Afortunadamente, me habían dejado el baño preparado, el agua había sido calentada hace poco.
Reflexiono sobre todo lo que me había ocurrido en las últimas horas, pienso en mi sueño y lo que mis instintos me indicaban.
Sacudo la cabeza, "es ridículo lo que pienso, sólo porque mis instintos me dicen algo, no tengo por qué hacerlo. Soy en parte animal, pero no soy un animal tonto, soy mitad humano. Puedo perfectamente racionalizar que seguir mis instintos, en esta ocasión, es suicida".
Me sumerjo en la tina, no quería seguir pensando. Cuando ya estoy con mis dedos arrugados, salgo de la tina y me pongo un kimono.
Tomo aire y me encamino donde mis padres. Al tocar a la puerta, estos me indican pasar. Noto como estos estaban tomando una merienda, al verme de pie, ambos me sonríen y vienen a abrazarme.
Los abrazo y vuelvo a inundarme con su olor tan familiar y protector - ¿cómo te encuentras cielo? - mamá me peina los cabellos. Le sonrío, sintiéndome horrible.
- Estoy bien ...- los observo a ambos - lamento mucho haberlos preocupado, no era mi intención - comento.
- ¿Qué ocurrió?, ¿dónde estabas? Todos estábamos buscándote muy preocupados - papá me mira firme, aunque no como el otro día. "Nada puede ser peor que el otro día".
- Yo eh ...- me rasco la cabeza - como estaba tan alterado, sólo corrí y no me fijé por donde iba ... Yo ... caí en una trampa de cazadores - les cuento. Ambos abren los ojos como platos, sus rostros deformándose con horror.
- ¡Kami-sama, Naruto! - comenta mamá alterada.
Trago saliva - ¿y cómo te liberaste? - me pregunta papá, también alterado.
Cuando abro la boca para responder, las puertas vuelven a abrirse y entra todo el resto de mi familia quienes, al verme, vienen corriendo a abrazarme y preguntarme cómo estaba.
- ¿Ven?, sabía que estaba bien, ¡este mocoso es duro de roer! - me golpea el hombro Ero-sennin, riéndose ampliamente. Ruedo los ojos, pero le sonrío a mi abuelo paterno.
- ¡Jiraiya!, ¡se rompió la pierna y estuvo desaparecido toda una noche y tarde!, ¡no es para tomárselo a broma! - lo regaña mi abuela paterna, Tsunade-obachan.
- ¿Vas a quedar con un trauma sobrino? - al voltearme, me sorprendo al ver a mi tío Nagato.
- ¡Tío!, ¿desde cuándo estás aquí? - corro a abrazarlo. Este me recibe cariñoso.
Mi tío era el hermano menor de mamá y en uno de sus viajes, conoció a un hombre de nombre Yahiko. Este vivía en una pequeña aldea entre nuestro propio país, el país de la Tierra y del Viento, llamada la aldea de la Lluvia.
Yahiko-san y su hermana Konan, los cuales eran leopardos, luchaban para mantener a su país a flote. Habían elegido a Yahiko-san para liderar la manada y este había aceptado encantado, él era pasional y determinado.
Cuando se conocieron con mi tío, el celo se dio en ambos y ambos se reconocieron como 'destinados', ¿qué es eso? Sinceramente era una conexión muy especial y muy extraña que se daba entre ciertos Jinchuriki.
De hecho, mis padres eran 'destinados'. Así de comprometidos estaban.
El lazo que se formaba entre las parejas era tal, que a veces podían sentir si el otro estaba en peligro. En ocasiones, también podían percibir ligeramente lo que el contrario estaba sintiendo y pensando.
Por último, y lo más especial del proceso, es que no podían estar mucho tiempo separados, eso los mataba. Incluso, si una parte llegaba a morir, la angustia para el que quedaba vivo, era tan grande que también sucumbía, sólo por pena.
Por esa razón, y pese a lo extraño que es para nosotros dejar nuestra manada de origen, el tío Nagato tuvo que dejarnos e irse a vivir al país de la Lluvia, donde estaba su pareja destinada, Yahiko-san.
Ya que el peli naranjo era el alfa líder, no podía dejar a su manada. En cambio, el tío Nagato nunca iba a tener que cargar con esa responsabilidad en nuestra manada, por eso fue él quien se fue.
Aunque me dolía no tenerlo cerca, este siempre mandaba cartas y cada tanto, venía de visita con su ahora esposo, Yahiko-san. El peli naranjo era muy simpático y nos parecíamos.
Al principio no me había agradado que mi tío se haya emparejado con un extranjero, pero cuando lo conocí, conectamos al instante.
Finalmente, me dije que estaba siendo un niño tonto, ellos se amaban y eran felices juntos. Nada más importaba.
- Llegamos justo hace un par de horas. Venimos para celebrar tu compromiso y al llegar, nos topamos con la desagradable sorpresa de que habías desaparecido y que te habían encontrado hace apenas un par de horas atrás - me comenta el peli rojo.
- Nos alteramos cuando supimos que te habías roto la pierna, pero ahora que te vemos, me siento mucho más aliviado. Te vez bastante bien, pese a todo - me comenta Yahiko-san, también abrazándome.
"Compromiso ... mi compromiso", de repente, todo me cae encima como si fuera un balde de agua fría. Recuerdo la razón de por qué salí escapando tan molesto, por qué en mi frenesí mental no percibí la trampa y me ocurrió todo lo que pasó.
"Es cierto, mis padres me comprometieron con Gaara, el tigre imbécil del País del Viento", aprieto los dientes.
- Lo bueno es que ya está aquí, a salvo - comenta el bis abuelo Hashirama, entrando en compañía de mi tío bis abuelo Tobirama.
- ¿Qué te ocurrió para terminar en ese estado Naruto? - me pregunta Tobirama-san.
- ¡No lo van a creer!, ¡Naruto nos estaba contando que cayó en una trampa! - les cuenta mamá angustiada.
Mi cerebro trabaja a toda máquina. Siento mi sangre arder, al recordar que querían venderme para abrirme de piernas ante ese estúpido y arrogante peli rojo.
- ¿Una trampa?, ¿cómo lograste salir Naruto? - Tsunade-obachan me mira angustiada. Todos me miraban.
Un rostro pálido y con cabello oscuro me viene a la mente. Me muerdo la lengua, pero siento un ferviente deseo que ese rostro sea sólo mío, mi secreto.
Si les contaba la verdad, sabía que mis padres y familia estallarían en histeria. Papá quedaría mucho más convencido de que los cazadores eran realmente una amenaza y apresuraría la alianza militar, casándome con Gaara.
"¿Estoy siendo egoísta?, ¿pongo en peligro mi manada?", pienso frenético.
"No ... lo que ocurrió con el cazador fue un hecho aislado, un golpe de suerte para él y una metedura de pata por mi parte. No es como si los cazadores estuvieran montando un ataque organizado contra nosotros", reflexiono.
Todos estos pensamientos ocurren en una fracción de segundo, al levantar la mirada, sé que debo hacer.
"Perdónenme, pero deseo ser egoísta por esta ocasión. Si la situación es realmente peligrosa, les contaré todo", me prometo en mi cabeza y corazón.
Me llevo la mano a la cabeza, como si estuviera apenado - no es la gran historia de guerra, precisamente. Forcejeé hasta que pude soltarme, pero me tomó tiempo, hasta que pude roer con éxito las cuerdas dattebayo - les cuento.
Estos parpadean, pero luego parecen suspirar aliviados y me asienten.
El resto es historia, no estoy precisamente poniendo atención. Había tomado una decisión arriesgada, pero algo en mi fuero interior, en lo más recóndito y salvaje de mis instintos, deseaba volver a ver al moreno cazador.
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Un par de días después, cuando las cosas se han tranquilizado un poco. Cuando vuelvo a tener que pedirle perdón a Gaara y a su familia, acordando que la celebración de unión se daría en un año más, es que me atrevo a escabullirme de la casa y me interno en el bosque en mi forma zorruna.
Durante todo el camino, me repito los pros y contras de lo que estaba haciendo. "La verdad es que sólo tiene contras ... además, nada me asegura que lo veré otra vez".
A pesar de todo, termino llegando al mismo claro con la pequeña laguna del otro día.
Levanto la cabeza y al oler a mi alrededor, no distingo ningún indicio de su olor. Su olor lo había memorizado, me había quedado retenido en la cabeza.
Bajo la cabeza e intento distinguir olores en el suelo, pero nada. No puedo evitar sentirme decepcionado.
Sacudo la cabeza y me aproximo al lago. "¿Y ahora qué?"
Termino acostándome en una roca y apoyando mi cabeza en mis patas delanteras.
"No quiero volver a casa", cierro los ojos y me termino durmiendo.
Lo que me termina despertando, es la esencia del olor que estaba buscando. Al abrir los ojos, muevo mi cabeza y noto que el olor estaba cerca de la linde del bosque. Levanto la cabeza con cuidado y me quedo a la espera.
Lo escucho respirar profundo y luego este comienza a salir con lentitud de entre los arbustos. Vuelvo a llenarme con su imagen, su kimono azul combinaba con su cabello oscuro con tonos azules.
Su rostro pincelado como mármol, encaja tan bien con esos ojos oscuros y brillantes al mismo tiempo.
Trago saliva y me levanto, este se detiene. Muevo mis colas expectantes -... ¿eres tú cierto? - susurra, a pesar de eso, lo escucho claramente con mi agudo oído.
Este traga saliva y lentamente, muy lentamente, comienza acercarse. Noto que en ningún momento desenfunda su katana, pero tampoco aparta su mano de la empuñadura.
Dejo que se acerque y cuando está a unos cinco metros, salgo corriendo. Me alejo un poco y me detengo.
Este frunce el ceño, dejando escapar una exhalación. "Vamos, ¿ahora qué harás?", vuelvo a agitar mis colas, sintiendo una emoción en mi ser.
Este parece llenarse de determinación y vuelve a acercarse con precaución. Dejo que se acerque y luego vuelvo a escapar – vamos ...- suspira.
"No te lo haré tan fácil", agito mis colas.
El proceso lo repetimos, por lo menos, unas cinco veces. Dejaba que se acercara y luego echaba a correr. Este en ningún momento me amenazó o pareció darse por vencido.
Cuando ya era pasado el mediodía, decido que es suficiente. Cuando este vuelve a intentarlo, me quedo expectante, preparado para todo, pero dejo que este se acerque hasta llegar a mí.
Le saco una cabeza de altura, pero este, aunque traga saliva, se acerca a mí.
Nos quedamos de nuevo mirándonos. Esta vez, aunque veo cautela en sus ojos, no veo el mismo miedo y eso, sorprendentemente, me tranquiliza.
Decido confiar en mis instintos y agacho mi cabeza. Los diez segundos que transcurren, son los diez segundos más largos de toda mi vida.
Finalmente, noto como este exhala y extiende su mano.
El primer contacto con su piel, me hace tensar mi lomo, este se queda quieto, pero me sorprendí porque su mano estaba fría. Agacho mis orejas y me acerco un poco más, intentando hacerle entender que sólo me sorprendí.
Este vuelve a tocarme y me acaricia mi pelaje con una delicadeza que me sobrecoge. Ante su toque, no puedo evitar ronronear y mover mis colas.
- Jeje ... hey ... así que tienes un lado que le gustan los mimos - me acerco y lo olfateo. Este se tensa, pero no se aleja.
"Eres realmente valiente", reflexiono en la ocasión en que intentó matarme.
Pese a que no lo hizo, yo sabía que no se debía por cobardía, sino porque él era bueno. Tenía un corazón y espíritu dignos de elogiar.
Sigo olfateándolo y memorizando mucho más su olor. Cuando me topo con su katana, gruño. Este se tensa, llevando su mano justamente a su katana, pero cuando se fija que le gruño al arma, este se detiene.
- Oe, eso no es justo, tú tienes tus colmillos de cuchillos, yo debo tener algo para defenderme - vuelvo a gruñir.
- ¡Bien!, zorro quisquilloso - murmura. Me divierto, pero simulo estar tenso y alerta.
Este saca su katana de su kimono y la deja apoyada lejos, luego regresa con cautela a mi lado.
Cuando este se voltea y me da la espalda, noto un símbolo en su kimono, un abanico. "¿Será un símbolo de cazadores o de su clan?", me pregunto.
- ¿Feliz? - extiende los brazos - sólo te digo algo y no sé por qué hablo contigo, si no me entiendes, pero si me llegas a comer, te voy a golpear desde el interior - tengo que hacer esfuerzos para mantenerme serio y no estallar en risas.
Me siento sobre mis cuartos traseros y lo observo, ladeando la cabeza.
Este vuelve a acercarse y da vueltas a mi alrededor, observándome - lo que daría padre por hacerse contigo - le gruño levantándome - ¡espera, espera!, ¡lo siento! - lo observo atento - lo siento ... sólo señalaba que eres un espécimen muy bello y especial - sacudo mis orejas.
"Todo lo arreglas con piropos Teme", estoy que ruedo los ojos, pero me vuelvo a sentar. "Bueno, lo admito, supongo que soy un poco vanidoso".
Este vuelve a acercarse y, me acaricia mis colas y mi lomo – hey ... - este se acerca a mi pata trasera, vuelvo a gruñirle – mierda ... esto fue por el otro día - susurra.
Este rebusca algo en su kimono y saca un pote de algo. Me levanto y me alejo gruñendo - hey, tranquilo, es medicina - me muestra. Le gruño.
Suspira y se sienta - sólo quiero ayudarte y disculparme por lo del otro día ... ¿me dejas? - resoplo, pero me acerco y le dejo aproximarse.
-Esta es una medicina que hizo mi mamá ... ella es buena en estas cosas ... Te aliviará - me comenta durante todo el proceso. Parece que lo hacía para tranquilizarse y al mismo tiempo, para calmarme a mí también.
Algo me decía que él no era de hablar tanto, pero ahora se estaba esforzando por los dos. Y sorprendentemente, lo estaba logrando, me gustaba su voz.
Me recuesto y este aplica su pomada, la cual era fresca y hace que las dolencias se mitigaran significativamente. Cierro los ojos.
Sasuke
Aplico lo más delicadamente que puedo la pomada en su pata lastimada. La veía un poco hinchada y enrojecida, pero cuando le aplico la pomada, este cierra los ojos y ronronea.
Sonrío, "puede ser grande, pero sigue siendo un gatito".
Este se recuesta y se deja hacer. Cuando termino, este no se aparta o abre sus ojos, se veía en paz conmigo a su alrededor.
Sólo me quedo contemplándolo. Al regresar a casa, no les comenté nada a nadie del clan, sólo me iban a considerar un cobarde, lo cual era.
Me había sentido muy avergonzando y me prometí que lo volvería a encontrar, para esta vez, matarlo.
Otra promesa rota por mi parte. Sabía que las probabilidades de que este volviera al claro de la laguna, eran más que imposibles, pero albergaba la esperanza.
Pero cuando lo vi aparecer, supe que no iba a poder hacer nada en su contra. Así que me puse la meta de ganarme su confianza.
Decido que es buena oportunidad de comerme mi bento que había preparado. Me recuesto lo más cerca que me atrevo de él y saco el bento de mi kimono.
Mientras estoy abriendo la tapa y sacando un Onigiri, percibo que este me observaba fijamente. Al levantar la mirada, sus ojos escarlatas observan fijamente la comida en mi mano.
- ¿En serio? - no puedo evitar exclamar. Este se relame el hocico y era casi como ver a una persona relamiéndose el labio.
Parpadeo confuso y tentativamente, se lo dejo en el suelo el Onigiri. Este lo olfatea y luego en una rápida recogida, se lo zampa entero.
Vuelvo a parpadear como idiota, este vuelve a relamerse el hocico y me observa insiste - no, ese fue el primero y el último, ¡ni siquiera lo disfrutaste! - le reclamo.
Este mueve sus colas y con su hocico me golpea suavemente el hombro. Vuelvo a desconcertarme, su gesto parecía como si un amigo me hubiera golpeado el hombro, casi podía sentir que este me hablaba.
"¡Vamos hombre!, uno no es ninguno para mí", realmente podía sentir que me estaba diciendo eso.
Vuelvo a sacar otro Onigiri y se lo dejo en el suelo – lento - le enfatizo. Este sacude la cabeza y vuelvo a fruncir el ceño.
"Lento ñe ñe, ¡no seas tan aguafiestas!", sacudo la cabeza.
"Él no está diciendo eso, es un animal. A veces también da la sensación que uno puede hablar con los perros, pero no es la realidad. ¡Ya Sasuke, enfócate!", batallo en mi cabeza.
Sorprendentemente, ya sea por casualidad o porque este realmente me entendió, me inclinaba más por la primera, el zorro estaba comiendo más lento.
Suspiro, saco un Onigiri para mí y comienzo a comerlo lentamente. Este luego de comer, sólo recuesta su cabeza en sus patas delanteras y se queda a mi lado.
-... ¿Te gustaron? - me atrevo a preguntarle. Este me observa y sacudo sus colas emocionado. "Lo tomaré como un sí".
Observo el Onigiri de manera relajada, como si no me significara realmente todo mi entrenamiento el mantenerme calmado.
- ¿Sabes? - este me observa - si quieres ..., si quieres yo podría venir todos los días y traerte diversa comida. Pollo y carne de res, por ejemplo - me encojo de hombros.
Este sacude sus orejas para atrás y me queda observando. Luego de un par de minutos, este se relame el hocico con su lengua.
-Lo tomaré como un sí ...- me levanto y sacudo mi kimono - lo siento, ya he estado mucho tiempo aquí, debo volver - nuevamente, ya sea por casualidad o porque realmente me entiende, este se sacudo y se levanta.
Al levantarse, vuelvo a tener que verlo hacia arriba. Este vuelve a hacer chocar su hocico contra mi hombro, ahora como si estuviera despidiéndose y efectivamente, luego sale trotando hacía la linde del bosque.
-Adiós ...- le susurro. Vuelvo a exhalar y dejo ir mi tensión, aunque esta vez, la emoción superaba con creces mi temor.
Regreso a mi hogar y mientras voy por las calles de la aldea, todo me parecía que tenía una dimensión distinta. Ya lo único que tenía ganas, era de volver a ver a ese zorro.
