Holi, disculpen la demora, esta semana ha sido asquerosa entre trabajo y exámenes, en fin. Gracias por los comentarios y les traigo un capítulo que espero que les guste, es más intenso. ¡Enjoy!

Naruto

Cuando me despierto, vuelvo a saltar fuera de la cama y me visto emocionado. "Otro día con mi cazador", pienso ilusionado.

Ya llevábamos viéndonos a escondidas un par de semanas, siempre en nuestro claro, en mitad del bosque. Sentía que a ambos nos ayudaba y nos quitaba el estrés en nuestras vidas.

Me encantaba jugarle bromas y juguetear con él. Me encantaba cuando este dejaba de lado su máscara de frialdad y me retaba, o me devolvía las bromas.

Muchas veces había tenido ganas de querer acercarme a él, pero de una forma distinta, quería que él me percibiera distinto. Yo no podía evitar tontear con él y coquetearle, mi cuerpo muchas veces terminaba actuando antes que mi mente, eran mis instintos.

No lo pensaría tanto si no fuera porque Sasuke, en primer lugar, era un humano y, en segundo lugar, era un cazador, es mi enemigo, pero me salía de forma inevitable, estas ganas de querer acercarme.

Y cuando lo hacía, este me acariciaba la cabeza y el lomo, pero sabía que este lo hacía como si fuera un simple animal, como si fuera un perro.

Observo mi reflejo en el espejo de mi cuarto.

Me acaricio mi rostro de forma distraída, "¿cómo sería si él me acariciara la mejilla? ..." Me acaricio mi cuello, "si él me besara aquí, en mi cuello ... ¿cómo se sentiría?" Noto que me estoy sonrojando al ver mi reflejo en el espejo.

Exhalo, sintiéndome acalorado. Quería que el me viera en mi forma humana, este deseo cada vez era más fuerte en mi interior, pero no podía.

La transformación era el secreto más grande de mi clan. Jamás podría mostrársela o hablarle de ella, por mucho que mi celo me estuviera alocando mis sentidos.

Suspiro e intento espabilar. Constantemente tenía que fingir con mi familia, me costaba bastante, pero debía disfrazar mi celo. Además, que todavía tenía que lidiar con esa estúpida unión de enlace, con ese engreído tigre de Gaara.

"No, antes muerto que unido a ese imbécil ... Por mientras seré feliz al lado de Sasuke, luego lidiaré con esa unión dattebayo".

De debajo de mi cama, saco un remedio que me conseguí con mi abuelo, Ero-sennin. Este le había dado distintas excusas a mi abuela Tsunade, hasta que esta exclamó que le haría el remedio, pero que uno, no la considerara una tonta y segundo, que me lo daría para que dejara de molestarla.

Fue así que el remedio que me dieron disfrazaba el olor que expedía mi celo, de esa manera había logrado evadir a mis padres y sus posibles sospechas.

De un sólo trago, me trago la amarga medicina y me dirijo a tomar desayuno. Durante este, escucho a medias como papá comentaba que había habido más avistamientos de cazadores cerca de nuestras tierras, aunque eran unos pocos.

Nuestra aldea estaba construida en un terreno muy agreste y difícil de acceder siendo sólo humano. De hecho, en nuestras formas humanas se nos hacía imposible llegar, teníamos que estar transformados.

Escucho a medias las conversaciones entre papá, mis abuelos y mis bis abuelos. Yo me quedo al margen, la situación siempre me había dejado un poco dubitativo.

Por un lado, los despreciaba: nos cazaban, vendían nuestras pieles y no nos veían como criaturas dignas de habitar la misma tierra con ellos, sólo éramos mercancía.

Aunque, por otro lado, ellos no sabían que éramos seres pensantes. Ellos sólo veían un animal con un tamaño colosal, de seguro tenían miedo, ellos se protegían a sí mismos y a los miembros no luchadores.

Hago una mueca, miembros revuelvo con desgana mis fideos con mis palillos. Suspiro y junto las palmas.

- Gracias por la comida - respondo quedo, mientras me levanto.

- Naruto, no te olvides de tus lecciones - me comenta mamá. Asiento.

Nosotros íbamos a la academia desde los 7 años, que era la edad cuando sufríamos el cambio.

No teníamos muy claro por qué el cambio sucedía en ese momento. La abuela Tsunade tenía la teoría de que, a esa edad, tenemos más o menos la capacidad cognitiva suficiente de poder procesar la exigente experiencia de la transformación.

Luego hasta los 15 años, íbamos a la academia donde nos enseñaban a dominar nuestros instintos, a aprender a mutar a voluntad y a combinar los instintos animales con los humanos.

También nos enseñaban cosas sobre el mundo humano. Era extraño cambiar de manada y era aún más extraño el irse a meter a una aldea humana, pero si uno llegaba a ir o a necesitar ir, por cualquier razón, debíamos pasar desapercibidos.

La transformación era el secreto más importante y debíamos protegerlo.

Esos años de academia, sólo habían servido para confirmar lo que yo ya sabía, que yo era malo para quedarme en una silla, quieto, escuchando órdenes y enseñanzas.

Era muy aburrido, aunque cuando nos enseñaban de las aldeas humanas, siempre mi curiosidad había sido alta.

Al caminar por la aldea, me encuentro con mis amigos: Kiba, Hinata, Lee y Neji. Me quedo conversando con ellos un rato, poniéndonos al día. Kiba y Hinata me cuentan cómo va su convivencia, en su nueva vida de casados.

Me agradaba mucho que estuvieran tan felices. Lee me cuenta que continua arduamente entrenando con Gai-sensei. Lee iba a postular para convertirse en guardia real, él no había nacido con la sangre para ello, pero él quería demostrar que, con esfuerzo, todo se podía, yo siempre lo animaba.

¿Qué mejor que poder contar con mi amigo como guardia y confidente? Nada.

Luego de conversar con ellos, Neji se va con Hinata y Kiba, Lee se va en otra dirección. Espero hasta que ellos me pierden de vista y sin que nadie se percate, salgo de la aldea y me dirijo a nuestro claro.

Al llegar, sólo tengo que esperar un poco cuando detecto el embriagante olor de mi cazador.

- Hey Sasuke - lo saludo contento.

- Hey zorrito - bufo y me recuesto a su lado, incluso ya me atrevo a apoyar mi cabeza en su regazo. Este me acaricia la cabeza, pero su toque era como siempre, alguien rascándole el lomo a un perro.

No puedo evitar sentirme ofuscado, pero lo dejo pasar.

-Y ahora, ¿por qué tan callado? - me sigue hablando este.

Si estuviera en mi forma humana, me estaría mordiendo el labio, pero por lo menos en mi forma zorruna, es más fácil disimular.

- Nada en especial ... ¿qué tal tú?, ¿cómo te fue en tu misión con tu hermano Itachi? - le pregunto para hacer conversación y para que no se fijara tanto en mi ánimo apático.

- Bien ... - resopla medio divertido - cuando te conocí, todo en lo que pensaba era en superarlo cazando a uno de ustedes, ahora ...- se encoge de hombros - me da igual ... es liberador, no sabes cuanto - sonríe.

Echo mis orejas hacía atrás, pero me siento muy cálido al saber que de una u otra forma, yo le había ayudado a que encontrara paz con su hermano y ya no le tuviera celos.

Durante la tarde disfrutamos pescando, bueno, él pescaba con su caña y yo lo hacía con mis dientes.

El gusto era otra cosa curiosa en nuestra raza, cuando estaba transformado, mis instintos más salvajes se intensificaban. Por todo ello, cuando estaba transformado sentía ganas de correr, de gruñir, de no importarme si la carne estaba cocida o no, o de hacer mis necesidades biológicas en lo salvaje.

Todos esos detalles que en mi forma humana no los hacía, porque me sentía cohibido o tonto, en mi forma zorruna me daban igual.

Es así que cuando tengo los peces frente a mí, revolviéndose y saltando por la necesidad de agua, yo sólo abro el hocico y me los zampo de una sola engullida.

Podía hacer lo mismo si se trataba de un animal, abrirlo en canal y comerlo así, crudo.

Recuerdo la broma que le jugué a Sasuke, la primera vez que hablé con él, había exagerado, pero si yo quería, podía dejarme influir por mis instintos y disfrutar con las entrañas de mis presas.

Intentábamos siempre, balancear nuestros instintos hacía el lado racional, que hacía lo salvaje. Por ello, es que cuando cazaba en casa, solía ofrecer la carne a los cocineros del clan y que estos la cocinaran.

- Entonces, ¿tus amigos ya muchos están enlazados? - le pregunto curioso.

- ¿Enlazados? - pregunta Sasuke confuso.

- Ehh ...- me intento corregir – matrimonio – comento.

- ¡Oh!, entiendo ... sí, uno de ellos ya está esperando el primer hijo ...- este lanza una piedra al lago, quedándose viendo con la mirada vaga, las ondas en la superficie del agua - no es algo que yo desee ...- suspira y observa al horizonte.

Me acerco y lo observo más curioso - ¿pero ...? - insisto.

- No, es sólo que ...- suspira, encogiéndose de hombros - lo de formar familia no va con mi clan y creo que conmigo tampoco, por lo menos, no en estos momentos. Yo sólo quería ser un buen cazador y superar a mi hermano, pero ahora ...- parece estar reflexionando a medida que hablaba - pero ahora no sé qué hacer ... no sé cuál es mi camino ...- suspira.

- ¿Y tú ...?, es decir - intento expresarme, aunque los nervios comienzan a hacer mella en mí - ¿no hay nadie por ahí que ...?, ya sabes, ¿con la cuál quieras formar familia dattebayo? - me atrevo a formular la pregunta.

- ¿Te refieres a si estoy en un compromiso? - niego, aunque luego también le asiento.

- Bueno, también te pregunto si estás en un compromiso dattebayo - comento rápidamente, pero pienso en el enlace forzado que querían someterme junto a Gaara -... pero quería decir, si ... ¿si tú ... amas a alguien? - finalmente digo.

Este inclina la cabeza, extrañado, pero luego parece reírse suavemente - ¿y eso te tomó tanto tiempo formularlo? - si fuera humano, de seguro me sonrojo.

- La verdad es que no - volteo a verlo ante su respuesta - el amor nunca ha sido un tema para mí ... muchas jóvenes de la aldea me ven y quieren que esté con ellas. Hay una en especial que es un real molestia - me cuenta - su nombre es Sakura, dice amarme y ni siquiera sabe qué me gusta hacer, qué disfruto, en qué creo... - voltea a verme, de repente divertido - ahora que lo pienso, tú me conoces mejor que ella o cualquier otra de las niñas que me siguen - más sonrojos que agradezco tanto que no se noten en mi forma zorruna.

- Vaya ... no sé si eso es raro o triste - intento bromear con él, para no sucumbir a mis deseos de ronronear y querer frotar mi cuerpo contra el suyo.

Este rueda los ojos – usuratonkachi - susurra el mote que me puso, me lo decía cada vez que hacía o decía alguna burrada según él.

Me río y cuando voy a comentarle algo, un olor extraño me perturba. Me levanto al instante, con mi lomo erizado.

- ¿Qué ...?, ¿Naruto? - pregunta Sasuke, viéndose tenso y preocupado.

Olfateo el aire y vuelvo a gruñir - son cazadores ... un grupo de tres, pero bloquean cada camino dattebayo - comento preocupado.

Observo de un lado a otro, pero ya sea por suerte o intuición, los cazadores estaban bloqueando los caminos que conducían a mi hogar.

"Mierda, ¿y ahora que haré?", pienso consternado.

-Se acercan hacía acá, habrán visto tus huellas ... mierda ...- susurra también Sasuke, observando de un lado a otro de nuestro claro - acá no hay donde ocultarte ... hay que movernos, ¡vamos! - toma sus cosas y nos apresuramos.

Tengo que refrenarme mucho para no dejar a Sasuke atrás, pero a pesar de ello, vamos haciendo un buen avance, cuando un cambio en la dirección del viento me hace frenarme.

- No ...- olfateo el viento, sintiéndome más frenético - son más ... ¡son casi 7 cazadores! - exclamo ya más que preocupado.

- No ... no, no ...- Sasuke aprieta los puños - nos están rodeando, cuando lleguen a nuestra posición ya no será sólo un cazador, ¡mínimo serán tres! - comienza a estresarse el moreno.

A pesar de ello, seguimos corriendo hasta llegar cerca de un cerro, Somos obligados a detenernos, ya que nos recibe un murallón natural de roca.

-No podemos escalar esto ... tú tal vez puedas, pero quedarás muy expuesto visualmente. Con una flecha será fácil darte - comienza a analizar Sasuke, nervioso - no podemos retroceder ... estamos rodeados y atrapados - susurra en una voz de ultratumba, pero yo lo escucho a la perfección.

Vuelvo a olfatear el aire, pero sólo confirmo lo que ya sé, no hay escapatoria. No para un animal salvaje de mi tamaño.

"Ni camuflándome voy a poder pasar desapercibido ... Necesito un milagro o un disfraz ... un disfraz, brillante idea Naruto, voy a disfrazarme de caballo, a ver quién cae", pienso con acritud.

"Aunque ...", abro los ojos como platos. Siento como mi alma cae al suelo y me quedo helado. Incluso el día parece nublarse de repente.

Trago duro, al darme cuenta que sólo había un camino posible y que, de hecho, yo sí tenía el mejor disfraz de todos.

Pero para ello, para poder usarlo, iba a tener que enseñárselo a Sasuke.

Vuelvo a tragar duro, pero el tiempo corre, a cada segundo noto cómo se van acercando los cazadores a nuestra posición.

- Sasuke ...- susurro, pero este sigue dando vueltas nervioso.

- Mierda, ¿qué hacemos? ... no tengo donde ocultarlo, ¡ni siquiera puedo esconderlo, no con su tamaño! - susurra frenético para sí mismo, mientras se pasa las manos por sus cabellos, desesperado.

Exhalo lentamente y lo intento otra vez – Sasuke ...- lo llamo, pero este no atiende. Se pasea de un lado a otro, como si le fuera a llegar la solución del cielo.

- ¿Correr?, no, estamos rodeados ...- continúa susurrando.

Me muerdo el labio, los nervios provocan que me baile mi estómago – Sasuke ... – mis garras hacen surcos en el suelo - por favor ... sólo ...- lo observo, este lucía concentrado, realizando estrategias en su cabeza -... ¡SASUKE! - le grito ya exasperado.

- ¡¿Qué?!, ¿qué pasa?, ¿no ves que estoy pensando en algo para sacarnos a los dos de este problema? - inspiro y exhalo repetidamente, intentando tranquilizarme.

Me acerco a este y bajo un poco mi cabeza. Nos quedamos observando casi a la misma altura – yo ... yo en verdad quiero confiar en ti dattebayo - este frunce el ceño.

- ¿A qué viene eso ahora Naruto?, estamos en un gran aprieto - vuelvo a tomar aire, casi me estaba mareando de puros nervios.

"¿Qué estoy planeando hacer?, he perdido la cabeza ... pongo en riesgo todo, pero ...", observo al moreno.

-... Realmente quiero confiar en ti ... por favor no grites o te alteres - este frunce más su ceño, totalmente confundido.

- ¿Qué ...? - pero yo cierro los ojos, accediendo al calor en mis entrañas y el cual me permite cambiar.

"Por favor ... sólo ... no me rechaces Teme", no puedo evitar desear con desesperación en mi interior.

Sasuke

-Por favor no grites o te alteres - me pide este y yo sólo quedo aún más confundido que antes, lo cual ya era decir mucho.

Cuando abro la boca para intentar, de nuevo, preguntarle o enfocarlo en el problema que tenemos entre manos, este cierra los ojos.

Ante mí, su gigantesca figura se va reduciendo y para asombro de mis ojos, va mutando. El pelaje rojizo y anaranjado va desaparecido, dejando paso a una piel acaramelada y con un tono medio moreno muy bonito.

Las colas, orejas, patas y colmillos también van desapareciendo, formando en su lugar un cuerpo humanoide en perfecto estado físico, ya que podía notar bíceps en sus brazos y, un abdomen marcado y delgado. En sí, una figura atlética.

Las patas se transformaban en manos, fuertes y delgadas. Las colas dieron lugar a un glúteo bien firme. Su hocico desaparece y sus orejas también.

En lugar del pelaje rojo, sobre su cabeza luce un cabello en punta, pero que se ve muy brilloso y lleno de vida. Una cabellera abundante y rubia. Un rubio dorado que me invitaba a acariciarlo.

Su rostro fue modelándose en finas mejillas con tres marcas de nacimiento en cada una, marcas que me hacían recordar que hace apenas unos segundos atrás, ahí había bigotes.

También su hocico fue mutando en una boca, la cual tenía finos labios, Estos estaban un poco resecos, pero detonaban poderío.

Por último, sus ojos escarlatas y rajados, fueron transformándose en un par de ojos humanos, ojos con un iris de color celeste. Un exquisito color que me hacía evocar un par de zafiros, el cielo o el mar mismo.

Frente a mí, ya no estaba un zorro gigantesco de nueve colas, no, frente a mí estaba arrodillado un muchacho que lucía de mi edad. Un muchacho de piel ligeramente tostada, con una cabellera dorada y unos brillantes ojos color cielo.

En síntesis, frente a mí había un humano, no una bestia.

Siento que me quedo boca abierto observándolo y no puedo evitar sentir mis piernas más débiles, así que me dejo caer suavemente al suelo. Ahora, ambos nos observamos de nuevo a la misma altura.

El shock me hace quedar en silencio, pero cuando la información de lo recién ocurrido me va calando dentro de mi entumecido cerebro, no puedo evitar comenzar a exclamar.

- ¡Tú ...! - este salta sobre mí y me tapa la boca. Ahora estábamos frente a frente, casi tocándonos las narices, podía percibir su olor, una mezcla entre los olores del bosque y un olor propio que se me hace muy agradable.

Su mano es cálida y al contacto, suave – shu ... sólo no ... no grites ...- traga saliva - soy yo Sasuke ...- susurra. Es la misma voz que provenía del zorro Jinchuriki, pero ahora, proviene de este chico.

Cuando este se da cuenta que no voy a gritar, me aparta la mano de mi boca y me la apoya en mi mejilla. Noto como este me acaricia casi en un trance, me hacía recordar a cuando este frotaba su cuerpo contra mí, cuando este tenía su forma de zorro.

- ¿Tú ...? - intento tranquilizarme, el toque de su mano tampoco me estaba ayudando precisamente. Además, sólo ahora comienzo a ser consciente que este estaba completamente desnudo.

Este estaba hincado sobre sus rodillas, eso me evitaba el ver en mayor detalle su cuerpo o sus partes íntimas, pero, de todas maneras, su cuerpo estaba totalmente al descubierto.

No puedo evitar incomodarme, me separo de su mano. Este abre los ojos, casi podía ver como una sombra los ensombrecía. Me levanto y procedo a sacarme mi kimono, quedando sólo con el kosode que llevaba debajo.

Vuelvo a agacharme y envuelvo su figura con el kimono. La sombra se va de sus ojos y me observa sorprendido. Me aclaro la garganta, incómodo - ya no tienes pelaje ... estás desnudo - declaro.

Este parpadea como si la información no le entrara y luego le dirige una mirada a su cuerpo, atándose mejor las cintas de mi kimono – cierto ...- se aclara la garganta - en la manada no es la gran cosa estar desnudos. Eso sí, intentamos mantener un código para no pasear en bolas frente a todos dattebayo - lo observa boca abierto.

Este enrojece, pero lentamente no podemos evitar comenzar a reírnos. Tal vez eran los nervios o la situación tan extrema que estábamos viviendo, pero reír nos ayuda.

Me masajeo el cuello, riéndome suavemente – Dobe ... - susurro. Este se ríe otro poco y luego parece atreverse a levantar la mirada.

Se muerde el labio dubitativo y lo noto jugar con sus manos, nervioso -... ¿tú no ...? ...- suspira -... ¿no te doy miedo? ... ¿soy un fenómeno a tus ojos? ...- exhalo largamente, pero niego.

-Para nada, tú luces ...- "precioso", no puedo evitar pensar, pero me concentro - luces bastante bien ... y muy humano - le digo casi como una acusación.

Este baja la mirada, apenado – yo ...- suspiro, negando.

-Adivino ... no es un secreto solamente tuyo - declaro.

Enterarme que este podía hablar, ya me había dejado en shock. Conocer esto, que se transformaba en humano, era ya demasiado.

Este asiente - es el más grande secreto de mi clan ...- este entorna los ojos y me observa firme - quiero confiar en ti Sasuke, de verdad - este de repente vuelve a apegarse a mí y me golpea un poco el pecho con su puño - pero si se lo dices a alguien ... te mato - susurra frente a mi rostro.

El sonido viaja por mi cuerpo y aunque este era un humano ahora, mientras me habla, parece soltar un gruñido desde el fondo de su ser. Un gruñido que me recordaba al zorro gigante de nueve colas.

Asiento lentamente -... como dije antes ...- me encojo de hombros - sólo van a creer que estoy loco - nos quedamos observando, pero luego este me asiente y se separa un poco de mí.

Sentía que la cabeza me seguía dando vueltas, pero cuando las preguntas vuelven a bullir en mi interior, escuchamos los aullidos de los perros de caza y de los gritos de los cazadores.

Vuelvo a aterrizar en la emergencia que teníamos entre manos. Me vuelvo a acercar a él, susurrándole frenético frente a su rostro - tienes mucho que explicarme, pero por ahora, concentrémonos en salir con éxito de esta - este me asiente.

- ¿Qué hacemos dattebayo? - me susurra de vuelta, ahora noto que éramos del mismo tamaño.

- Bien, esta es la historia. Venimos a cazar y a pasar el rato, pero mientras lo hacíamos, tú te resbalaste por una pendiente, tu kimono quedó lleno de lodo y con mugre de algún animal. Por eso yo te presté mi kimono y ahora estamos de regreso a la aldea de Konoha, ¿entiendes? - este asiente.

Tomo aire, intentando controlar mis nervios. Aunque la verdad, los cazadores al ver a Naruto jamás iban a sospechar que este no era humano. Realmente, el ahora rubio nos había salvado al transformarse.

Y aunque estoy con el corazón en la boca cuando vemos aparecer a los cazadores, sé que todo estará bien.

- ¿Sasuke? - me pregunta uno al divisarme. Me doy cuenta que pertenece al clan Akimichi, por eso eran tantos cazadores, eso me había desconcertado, el número de cazadores, pero recuerdo que ahora los Akimichi, por orden del Shogun, se nos habían unido.

Hago una pequeña reverencia - ¡disculpe Sasuke-san!, me tomó por sorpresa - cambia el tono y me observa con mayor respeto, lucía incluso un poco asustado. Yo era el hijo del jefe después de todo.

-No hay problema, no sabía que había una misión hoy - comento suavemente - me dirigía a la aldea con mi amigo - señalo a Naruto, quien me copia y también hace una pequeña reverencia.

De paso, le cuento rápidamente la historia falsa que había pensado sobre nuestro aspecto.

-Entiendo, nosotros estamos siguiendo un rastro de un akuma, estamos seguros que está por aquí cerca - me comenta el hombre Akimichi.

Asiento lentamente - no he divisado nada ...- hago como que estoy enojado - no estoy ahora en condiciones de ponerme a cazar, tendré que dejarles esta oportunidad - el hombre hace una pequeña reverencia.

-No le decepcionaremos, ni a su padre Sasuke-san - asiento y me despido.

Cuando nos alejamos varios metros, nos escondemos dentro de una pequeña cueva y cuando ya no escuchamos, ni detectamos la presencia de más cazadores, me dejo caer por la pared hasta tocar el suelo de la cueva.

Naruto también parece tomar aire y luego sonríe. Yo sólo me quedo observándolo, era humano, jamás podría imaginar que hace sólo una hora atrás, frente a mí, tenía un zorro gigantesco y feroz.

-... ¿Cómo? - sólo susurro. Naruto me observa y suspira, se agacha a mi lado luciendo nervioso.

-... No te sabría decir exactamente cómo, porque siempre hemos podido ... Nacemos con este aspecto humano y cuando cumplimos siete años, se nos produce nuestro primer cambio y mutamos a nuestras formas animales dattebayo - me cuenta.

Asiento lentamente y no digo más, ¿qué más iba a decir? Lo había visto con mis propios ojos, el asombroso cambio.

-... Es algo que ... ¿te duele? - me atrevo a preguntar, unos minutos más tarde. Este parece pensarlo.

- Un poco, es ... liberador y desgarrador al mismo tiempo, como experimentar un orgasmo - abro los ojos como platos, no pudiendo evitar quedar un poco boca abierto y sonrojado - ¿qué? - me observa perdido.

Me intento aclarar la garganta - no puedes hablar así, es muy indecoroso - lo reprendo. Este ladea la cabeza y se encoge de hombros.

- Tú preguntaste como se sentía, los humanos son muy conservadores dattebayo - se levanta y estira su cuerpo - me lo habían comentado. Sólo creen en la unión de un hombre con una mujer, viven llenos de reglas de comportamiento y se avergüenzan por cosas biológicas normales - comenta libremente.

- ¿C-Cómo que sólo hombre y mujer? Eso es lo correcto y normal - comento, entrando aún más en shock.

Este vuelve a encogerse de hombros - nosotros no creemos sólo en hombre y mujer, el amor y el deseo pueden venir de cualquier parte, no nos interesa realmente - este parece quedarse pensando en algo y en un rápido movimiento que me deja perplejo, este se encuentra con su rostro muy cerca al mío.

No puedo evitar sentir como el bochorno sube por mi cuerpo, cuando me doy cuenta que este se sentó sobre mi regazo, casi como si estuviera en su forma animal y se apoyara contra mi cuerpo.

Sin embargo, él no estaba en su forma animal, sino que era un hombre joven y este, además, no contaba con ropa interior ni nada, sólo con mi kimono que lo cubría.

Por eso cuando se sienta, no puedo evitar ser consciente como el kimono se le sube, mostrando sus musculosos muslos que rodeaban mi regazo. Tampoco podía evitar ser consciente de sus partes íntimas, haciéndome presión.

- ¿¡Q-QUÉ HA-HACES!?, ¡bájate!, ¡no puedes sólo subirte encima mío, tienes ahora forma humana! - lo reprendo, sintiéndome histérico.

Este me observa y para mi gran confusión, comienza a acariciarme mi mejilla. Me doy cuenta que el rubio tenía uñas largas y un poco filosas, como si conservara las garras que posee en su forma de zorro.

También me fijo que cuando sonríe, los colmillos en sus dientes, son un poco más afilados que los de un humano normal.

-Nee, he querido preguntarte esto desde hace mucho tiempo dattebayo - me sigue acariciando, pero se notaba que lo hacía de forma curiosa. Como si en vez de un hombre, fuera un animal frotándose contra mí - ... ¿por qué me dijiste bello cuándo nos conocimos? - vuelvo a abrir los ojos como platos.

Me quedo viendo sus ojos zafiros y su belleza vuelve a deslumbrarme. Ya sea en forma de zorro o forma humana, Naruto era bello y etéreo, un ser sobrenatural.

Me intento hacer el que no entiende - no sé de qué hablas, ¡ya!, ¡bájate de encima! - intento apartarlo, pero este sonríe de manera traviesa y parece sólo arrimarse más a mí. Siento su paquete rozando el mío, enrojezco.

- Nee, dime - su garganta produce un ronroneo que le sacude todo su cuerpo y como este está tan pegado a mí, también parece llenarme su ronroneo.

- Naruto ... lo dije porque ...- intento concentrarme - porque como zorro, eres un espécimen salvaje muy bello, ¿ya? Ahora por favor bájate, esto no es correcto - lo intento otra vez.

Este frunce el ceño, pero luego vuelve a sonreír travieso - me estás mintiendo ... bueno, la verdad es que formulé mal la pregunta dattebayo ... ¿Me encuentras bello en esta forma? - era oficial, sentía un severo escozor en mis mejillas.

- ¿Q-Qué? ...- mi cerebro entra en corto circuito - ¿¡qué sucede contigo!?, ¿te sigues comportando como un animal? Existen las reglas de compostura ¿lo sabías?, ¿acaso las conoces? - le pregunto de sopetón.

Este inclina la cabeza y se ríe. Antes de que pueda procesarlo más de la cuenta, me acerca más su rostro al mío y parece olerme.

Vuelve a embozar una sonrisa busca pleitos - ya te lo dije, yo no juego con las reglas humanas dattebayo - me besa la mejilla ... "¡ME BESÓ LA MEJILLA!".

No sé cómo reaccionar, me quedo petrificado. De todas maneras, antes de que pueda hacer algo, él mismo se levanta de mi regazo y parece estirarse como si acá no hubiera pasado nada.

- Espero de verdad Sasuke, que no le digas nada a nadie sobre nuestra capacidad de cambio ...- se voltea a mirarme, esta vez, hay una increíble profundidad en sus ojos cielo - realmente quiero confiar en ti dattebayo - nos quedamos observando, casi puedo sentir como me hundo en el mar que son sus ojos.

-... Lo prometo ... no le diré a nadie - el silencio perdura, pero no necesitamos decir nada más. Había promesas y promesas sueltas, y esta era seria, esta la iba a llevar hasta el día de mi muerte, lo sabía él y ahora lo sabía yo.