Estoy notando que entrar en el ámbito detectivesco, fuerza a ponerle más detalle a una historia, más detalle del que estoy acostumbrado a utilizar al menos. Ahora, esta no es una historia que tome muy enserio los crímenes, tiene tintes detectivescos claro, pero no es el foco, la verdad el foco es el romance, pero no podemos hablar de una historia protagonizada por un detective, y una aspirante a detective, sin entrar en el mood.
Ahora, antes de contestar reviews, no estoy muy acostumbrado a escribir novelas estilo policiacas, es probable que cometa errores por aquí y por allí, soy fan de los programas de ID, más que de los CSI, y he leído algunas obras policiacas, pero no muchas, así que pido algo de paciencia con lo detectivesco, digo, me he leído casi todos los comics de Batman si eso ayuda, jajaja. En fin, ya me extendí mucho, a contestar reviews:
liuterazagi: Anabel es más la protagonista de la historia que Looker, por lo que nos concentraremos más en sus casos, aunque estos sean estudiantiles, que en los de Looker. Lo que sí te puedo adelantar, es que las capacidades de Anabel son muy superiores a la media, y en este capítulo estoy tratando de entrar en más detalle sobre ello con las visiones de Anabel, que crea mundos en su mente, espero se entienda mejor cuando lo leas, pero mientras el fuerte de Looker es su experiencia, el de Anabel es su capacidad de ver todo vívidamente, tal vez no tenga las capacidades de deducción de Looker, pero es capaz de recordar o construir escenarios en su mente, y moverse sobre ellos, esa es la habilidad que quiero plasmar en ella. Sobre la pandilla de Scooby Doo, bueno, Anabel tendrá su pandilla, unos ayudan más que otros, y no hay Croagunk galletas. Precisamente lo que mencionas de Croagunk es lo que lo hace útil, también hay algo de eso en este capítulo. De entrada, es más que obvio que sabes más de detectives que yo, tal vez puedas asesorarme con cuestiones puntuales que me sirvan de referencia, mi conocimiento se limita más a los comics de Batman y a ID, soy muy fan de ID, puedo estar todo el día viendo esos documentales. La verdad los puestos que escribí en el capítulo anterior fue lo que pude sacar rápidamente de mis comics de Batman. Me educaré más sobre el sistema estadounidense, por lo pronto el puesto de Comisionado es el que ostenta Nanu, Looker es un Detective, y antes era un Agente Especial, igual que 932. Anabel no tiene cargo, pero en estos momentos aspira a ser agente, aunque no sé qué puesto tiene siendo jefa de Looker en el futuro, sin ser ella misma un detective, al menos no recuerdo que hayan mencionado que lo sea. ¿Puedes ser jefa de detectives sin ser detective? Umm… tendré que investigar esto. Bueno, espero que disfrutes de esta entrega.
Faller - La dama caída.
Capítulo 4: El caso de la carta anónima.
Alola. Isla Melemele. Academia Hauoli. Aula 1-A.
En la Academia Hauoli, cuando toca la campanada del receso, que más bien es un Bronzong en una torre con un Komala entrenado para tocarla aún mientras duerme, lo normal es que los estudiantes de secundaria vayan a comer algo en la cafetería, a estirarse en el patio de recreación junto a sus Pokémon, o a charlar en los pasillos. Sin embargo, algunos estudiantes prefieren quedarse dentro de sus aulas a charlar, leer historietas, o comerse sus almuerzos caseros. Aunque a estos estudiantes podías contarlos con los dedos de una mano. Sin embargo, si en esta ocasión alguien quisiera contar a los estudiantes que se habían quedado dentro del aula 1-A, tendrías que llamar a un amigo para que te prestaran dedos, ya que mínimo había unos veinte estudiantes, observando alrededor de un conjunto de cuatro pupitres pegados, mientras la estudiante de intercambio de Hoenn, a quien pocos se acercaban, aparentemente atendía a una clienta de su nuevo e improvisado despacho de detectives.
-Perdona si interrumpí con los preparativos, pero si voy a hacer esto, voy a hacerlo bien –comentó Anabel en ese momento, tomando un legajo, colocando algunas hojas en blanco dentro del mismo, preparando su lápiz de minas, y su libreta de apuntes con los consejos de Looker a un lado de la misma, y solo cuando todo aquello estuvo listo, auxiliada de un borrador, comenzó con su interrogatorio-. Empecemos con tu nombre, edad, y grado, seguido del motivo de la consulta –comenzó Anabel, anotando las preguntas, mientras Ilima y Kahili la miraban curiosos desde sus respectivos pupitres, el de Kahili lleno de migas por estar comiendo un emparedado.
-Ah… está bien… -comenzó la chica de piel oscura en uniforme de primaria nerviosamente, aunque ella recordaba ya haberse presentado y dado sus motivos. Solo que en ese momento Anabel no estaba lista, por lo que tuvo que volver a empezar-. Mi nombre es Tatiana… estudiante de primaria del 4-B… tengo 11 años… -respondió a las preguntas Tatiana, mientras Anabel mantenía la mirada fija en ella, pero desviaba la misma en pequeñas ocasiones para tomar nota, asegurándose de siempre mantener el contacto visual, aunque recordaba a Looker posando de una forma distinta siempre que entrevistaba a alguien, en aquel entonces a ella misma, con la mirada entre la libreta de notas y el cliente, por lo que no rompía contacto visual y al mismo tiempo tomaba notas. Tras unos cómicos y fallidos intentos, Anabel logró imitar la pose, lo que ponía algo nerviosa a Tatiana-. El… motivo de mi consulta… es que hoy por la mañana encontré esta carta de amor en mi casillero. Pero no puedo responderla, porque no sé quién me la dejó. No venía firmada por ninguna parte –comentó mientras manipulaba la carta, y mostraba que no tenía firma.
-Ya llegaremos a la carta, primero es la recopilación de información –comentó Anabel, colocando un par de líneas horizontales en el medio de la hoja-. Dices que encontraste la carta hoy por la mañana. ¿A qué horas aproximadamente fue eso? –preguntó Anabel.
-¿Eso importa? –preguntó Tatiana confundida, Anabel no dijo nada, solo esperó- Siempre… siempre llego a la misma hora. A las 5:00am que la escuela está cerrada, así que soy siempre la primera en entrar –explicó Tatiana, y Anabel encontró aquello curioso.
-¿Por qué llegas tan temprano a la escuela? ¿Puedes asegurar que siempre eres la primera en llegar? –preguntó Anabel, anotando en una de las líneas horizontales la hora de las 5:00am, y marcando las 7:00am, que era la hora de entrada, en la misma.
-No tengo Pokémontura propia, así que mi padre me lleva sobre su Braviary. Mi padre trabaja como bombero en la Isla Ula-Ula, donde vivimos, así que desde muy temprano me despierta y me trae literal a cuestas –comentó ella, y Anabel continuó escuchando-. Como mi padre tiene que regresar temprano para su trabajo, espero desde las 5:00am hasta las 6:30am que es cuando el Conserje Jay abre la puerta –le explicó Tatiana, y Anabel escribió el nombre del conserje, además de marcar las 6:30am-. El conserje me deja entrar diez minutos después, por lo que supongo, que estoy frente a mi casillero a las 6:40am –terminó ella, comprendiendo que Anabel necesitaba todo el detalle que le fuera posible.
-Lo que significa que hay un periodo de diez minutos desde que se abre la puerta hasta que entras… -comentó Anabel, encerrando en un círculo el periodo de diez minutos-. Cuando abriste tu casillero. ¿Había alguien más a tu alrededor que pudieras reconocer? Si no reconoces a nadie, pero hubo alguien presente me serviría también saberlo –comentó ella.
-Cuando abren algunos estudiantes ya llegaron también, pero de todas formas soy la primera en entrar. Nadie podría haberme adelantado y dejado la carta por la rendija sin que yo lo notara –respondió Tatiana, pero esa no era la respuesta a la pregunta de Anabel, por lo que no anotó nada-. Joshua e Ian… Joshua es del 3-B, Ian está en mi salón. Normalmente están allí conmigo cuando abrimos –comentó Tatiana, Anabel anotó los nombres-. Aunque… esta vez Joshua no estaba. En realidad, él llegó al salón tiempo más tarde –comentó Tatiana, y Anabel anotó aquella información, encontrándola curiosa.
-¿Notaste algo diferente en Joshua? ¿Te comentó algo del por qué llegó tarde? –preguntó Anabel, separando una sección para escribir información sobre ese tal Joshua. Tatiana notó que la sospecha de Anabel iba en dirección a Joshua, por lo que ella lo negó.
-Imposible, no podría ser Joshua, él e Ian son como mis hermanos –comentó Tatiana, pero nuevamente esa no era la respuesta a su pregunta, pero Anabel hizo una anotación de todas formas en la que Tatiana aceptaba que solo veía a Ian y a Joshua como hermanos-. Joshua está en el club de futbol. Creo que tienen juego la próxima semana, así que tuvieron una práctica matutina o algo así –comentó ella.
-¿Práctica matutina? ¿No te parece eso conveniente? –se preocupó Anabel, Tatiana intentó responder, pero Anabel la detuvo- No es nada, no respondas. Looker dice que no podemos saltar a conclusiones sin tener evidencias, así que bien podría ser cierto –se molestó Anabel al notar que había caído en un error de novatos- Hasta ahora tengo un posible periodo de tiempo, pero necesito descartarlo o corroborarlo. ¿A qué horas sales de la escuela? Pasas por tu casillero antes de irte, ¿no es así? –preguntó Anabel.
-Mis clases terminan a las 4:00pm, como las de todos, pero mi padre sale de su trabajo a las 6:00pm… a su Braviary le toma treinta minutos el volar hasta aquí, así que salgo de la academia realmente a las 6:30pm –le comentó ella, y Anabel marcó la hora de salida.
-A las 4:00pm sales de clase. Pero, ¿a qué hora llegas a tu casillero? Necesito que me confirmes la hora, y que cuando abriste el casillero no había una carta dentro –le comentó Anabel, pero Tatiana no comprendía muy bien.
-Pero si ya te dije que la carta la encontré hoy por la mañana –comentó Tatiana, pensando que Anabel no estaba prestando atención. Lo que Tatiana no entendía, es que Anabel estaba usando un método de análisis de la información que le había enseñado Looker, el encontrar la consistencia en la versión de un hecho, y demostrar con base a ella que Tatiana, efectivamente, encontró la carta por la mañana del día actual, en lugar de encontrarla el día anterior, y darle tan poca importancia a la hora de su descubrimiento, como para omitir la hora real del descubrimiento-. Habré llegado a mi casillero a las 4:10pm… y no había nada dentro, solo mis libros de texto, mi bolso, y mi raqueta –comentó ella.
-Umm… ¿eres la única que sabe la combinación de tu casillero? –preguntó, Tatiana asintió- ¿Hay forma de que alguien ingresara una carta por la rendija, y que por el acomodo de tus cosas no la vieras? –Tatiana movió su cabeza en negación- Necesito que hagas un dibujo de cómo estaban distribuidas las cosas en tu casillero ayer antes de irte –le pasó su hoja de apuntes tras hacer un cuadro donde Tatiana debía dibujar.
-Ya entiendo –dedujo Ilima, mientras Tatiana dibujaba, y Kahili lo cuestionaba con la mirada- Anabel quiere tener confirmación visual de que no hay forma de que alguien introduzca una carta por la rendija del casillero, y esta pudiera permanecer oculta bajo algún objeto sin que Tatiana se diera cuenta –le explicó Ilima, y cuando Tatiana le regresó la hoja de apuntes, Anabel encerró en un círculo un lugar entre los libros dibujados y la raqueta-. ¿Lo ves? Según el acomodo de las cosas, la carta podría haberse deslizado entre los libros y el ángulo de la raqueta –comentó Ilima.
-Pero es altamente improbable que no la viera –respondió Anabel-. Al abrir el casillero, suponiendo que es del mismo tamaño que los nuestros, por la posición, habría visto la carta inmediatamente… a menos que… –comenzó Anabel, sacando algunos libros, y tomando un palo de golf de la maleta de Kahili, lo que la escandalizó un poco. Anabel la ignoró y comenzó a imitar la escena en su pupitre lo mejor que podía-. ¿Dónde estaba la carta cuando la encontraste? –preguntó Anabel entregándole la carta, Tatiana la colocó justo en el espacio que Anabel había encerrado en un círculo- Ya veo… Ilima, ¿trajiste tu atlas? –preguntó Anabel, Ilima asintió y sacó uno de los libros más largos de su mochila, Anabel montó la escena sobre el atlas, colocando la carta donde se supone que la habían encontrado-. Kahili, necesito que sostengas el palo de golf lo más parecido a la forma en que se ve la raqueta –pidió Anabel, y Kahili hizo lo propio, aunque se sentía ridícula-. De abajo hacia arriba, ¿cuál es tu casillero? –preguntó Anabel.
-Ah… el tercero –comentó Tatiana, Anabel le pidió que se parara, Tatiana así lo hizo, Anabel entonces colocó el atlas sobre el pupitre, acomodó a Tatiana frente al mismo, y sacó una regla de su mochila, realizando algunas mediciones.
-Ilima, sube el atlas hasta esta altura, Kahili, mantén el palo de golf en posición –pidió Anabel. Ilima y Kahili intercambiaron miradas, pero hicieron lo que Anabel les pedía. De una forma incomoda por el peso, Ilima sostuvo el Atlas casi a la altura del rostro de Tatiana, mientras Kahili, torpemente y parada en la punta de sus pies, mantenía el palo de golf en posición. Anabel se acercó al rostro de Tatiana, la empujó gentilmente a un lado y se posó a su misma altura, mirando a la maqueta improvisada sobre el atlas de Ilima. En su imaginación, su maqueta improvisada pasó a ser un casillero, el palo de golf una raqueta, incluso imaginó el sombreado del lugar y su iluminación probable con respecto a las lámparas del lugar, y aún con todo eso, la carta era visible-. Suficiente, tengo lo que necesito –comentó Anabel, y tanto Ilima como Kahili, agotados, se dejaron caer en sus asientos-. Ahora necesito saber: ¿Dónde esperas desde las 4:10pm hasta las 6:30pm que llegan por ti? –preguntó Anabel.
-Bueno… el Conserje Jay cierra las puertas de la escuela a las 5:00pm puntual. Desde las 4:10pm hasta las 5:00pm espero dentro de la escuela, me siento en el escalón que da a los casilleros –Anabel imaginó el área de casilleros. Su mente, dañada o no por la amnesia que le había borrado 14 años de su vida, dibujaba y creaba con tal lujo de detalle sus alrededores, que era casi como si Anabel estuviera en el lugar. La imaginación activa de la aspirante a detective era capaz de crear estos mundos tan detallados por los cuales Anabel comenzó a caminar, se sentó en un escalón ficticio, y miró a los casilleros. Tatiana, confundida y sin poder ver lo que la mente de Anabel podía crear, lo observó todo curiosa, igual que alrededor de veinte alumnos quienes lo observaban todo-. A las 5:00pm… ya estoy fuera, así como todos los estudiantes. Ni el conserje se queda dentro –comentó ella, y Anabel inclusive vio las puertas dobles cerrarse.
-Listo… -terminó Anabel, la realidad que creó a su alrededor desapareció mientras se levantaba, volviendo a su pupitre, y haciendo las anotaciones finales-. Con toda la información que recabé, puedo concluir que no hay forma de que la carta, entrando por la rendija, estuviera dentro del casillero entre las 4:10pm del día de ayer hasta las 5:00pm –comentó Anabel, dibujando en las hojas. No era muy buena en ello, pero su dibujo se entendía-. Por el ángulo del casillero, y la posición de tus cosas, además del lugar donde mencionaste que estaba la carta, puedo asegurar que no hay forma de que no la hayas visto –continuó, y después dibujó el escalón-. Si el escalón está en el mismo lugar que el de nuestra zona de casilleros de secundaria, y a menos que me digas que tuviste que ir al baño saliendo de la zona de casilleros por unos instantes, no hay forma de que alguien hubiera logrado meter la carta por la rendija entre las 4:10pm y las 5:00pm. Si esto es cierto, solo hay un periodo donde la carta pudo haber ingresado. Entre las 6:30am y las 6:40am, que es el periodo en el cual nadie tiene acceso al casillero además del Conserje Jay –resumió Anabel.
-¿Aaaaah? ¡Pero el Conserje Jay es demasiado mayor para Tatiana! –exclamó Kahili, y todos en el aula comenzaron a rumorear, lo que comenzó a molestar a Anabel- Tranquila, yo me encargo –comentó Kahili, sosteniendo un palo de golf mientras miraba a Tatiana con sombrías intenciones.
-¡No fue el Conserje Jay! ¡Deja de adelantar conclusiones sin tener pruebas! ¡Solo vas a hacer correr rumores y entorpecerás el rumbo de la investigación! –reprendió Anabel, y Kahili sonrió apenada- Aunque, esto es una escuela, y no es realmente un crimen, así que realmente no importa si la información se filtra. Pero, meterás a un pobre hombre inocente en aprietos que puede hacerle perder su trabajo si no tienes las evidencias para sostener tus acusaciones –insistió.
-En resumen, Kahili, ten más cuidado por favor –comentó Ilima-. Así que, según entiendo, el siguiente paso es entrevistar al Conserje Jay, quien es ahora un sospechoso de complicidad –comentó Ilima, y Anabel asintió-. Vamos entonces, suena divertido –comentó Ilima.
-¿Eh? ¿Vas a acompañarme a hacer las indagatorias? ¿Por qué? –preguntó Anabel sonrojada, lo que Kahili notó mientras sonreía de oreja a oreja- Puedo encargarme yo sola de esto, no te preocupes –insistió Anabel.
-Pero Detective Anabel, no llegará muy lejos con dibujos tan malos, necesita un asistente –comentó Kahili, mostrando los dibujos de Anabel, que no eran malos, pero no enteramente entendibles- Ilima es el estudiante más sobresaliente del club de arte. Muéstrale Ilima –comentó Kahili con una sonrisa de picardía.
-Ah… no es por presumir, pero creo que me defiendo bien… dibujo de sketch, ¿verdad? –preguntó Ilima, tomando su mochila y sacando su libreta de sketch, mostrándole a Anabel algunos de sus bocetos-. Si quieres tener un archivo y mapas como los que hacen en esos programas de policía, puedo hacerlo –le mostró Ilima.
-Oh… son muy buenos… -comentó Anabel, pasando entre los dibujos de sketch. Había unos de su Smeargle, otra de un paisaje de Alola, todos muy bien detallados-. Pero en verdad no necesitas… -intentó decir Anabel, cuando Kahili la tomó del brazo y la alejó tanto de Ilima como de Tatiana.
-¿Qué estás haciendo? Para ser una detective no pareces darte cuenta de que le gustas a Ilima –le susurró Kahili, apenando a Anabel- Si tanto te preocupa quedarte a solas con él, te acompaño yo también –comentó Kahili.
-No me preocupa nada, todo está en tu cabeza… -comentó Anabel, se viró a ver a Ilima, y su imaginación se disparó, imaginando a Ilima rodeado de rosas y brillos por todas partes, por lo que Anabel regresó su atención a Kahili-. Aparentemente… tengo una imaginación bastante activa. Acompáñame por favor… pero… ¿qué papel vas a desempeñar? –preguntó Anabel.
-Primero, el de guardaespaldas armado por si el Conserje Jay resulta ser un pervertido –comentó Kahili, armándose con un palo de golf-. Segundo, el de tesorera –comentó nuevamente, dirigiéndose a Tatiana-. Encontraremos al escritor anónimo, Tatiana, estos son nuestros honorarios –comentó Kahili, entregando un recibo, que aparentemente había dibujado en medio del interrogatorio.
-¡No estoy cobrando por hacer esto, Kahili! –pero para sorpresa de Anabel, Tatiana ya había colocado el dinero sobre la mesa- Eso son… ¿300 créditos? –preguntó Anabel confundida, mientras Kahili se apresuraba a tomar el dinero.
-Si eres buena en algo, cobra por ello, pero tampoco abuses. 300 créditos es suficiente para comprar un emparedado para cada uno –sonrió Kahili, dividiendo el dinero entre los tres, aunque Anabel se sentía mal por aceptar pago alguno-. Es retornable si no resolvemos el caso –le recordó.
-Entonces sugiero que nos apresuremos, solo queda media hora del receso –comentó Ilima, y Anabel se resignó al conocimiento de que, aparentemente, tenía ahora un equipo de ayudantes de detective autoimpuestos.
Estación de Policía de Hauoli.
-Espero que Anabel tenga mejor suerte adaptándose a la vida de estudiante que yo a la vida de Detective –se quejaba Looker, nuevamente encerrado en su oficina, sin nada que hacer. Mitchell realmente se había esforzado por resumir a los miembros de familia adinerada y a sus negocios, lo que se encontraba concentrado en un libro engargolado que hasta esos momentos Looker continuaba leyendo mientras descansaba sobre su silla reclinable con los pies arriba del escritorio. Pero, aparentemente, los miembros de familia acaudalada, al menos hasta donde Looker había llegado, no parecían tener actividades ilícitas relacionadas. Todo parecía indicar que Alola realmente era un lugar sin problemas ni crímenes-. Esto me está fastidiando demasiado –prosiguió Looker, antes de comenzar a leer la información de los negocios y nexos de la familia de Lusamine.
-¿Detective? –preguntó Mitchell, entrando a la oficina de Looker, quien en aburrimiento le dirigió la mirada- Pensé que le agradaría escuchar que alguien en la Academia Hauoli aparentemente escuchó que existía un detective en Alola, y desea contratar sus servicios –sonrió Mitchell.
-¿Alguien en la Academia Hauoli escuchó de mí? –preguntó Looker curioso, bajó los pies del escritorio, guardó el libro con la información que había reunido Mitchell, y se acomodó su gabardina. Mitchell, notando que Looker ya estaba presentable, permitió a una señora entrar en su oficina. Se trataba de una señora ya mayor, con el cabello cano y corto, vistiendo un vestido de una pieza color verde con patrones amarillos. Sus manos estaban más resecas de lo que las tendría alguien de su edad, por lo que Looker dedujo que debía tratarse de una empleada doméstica, o de alguien que constantemente manejara utensilios de limpieza. No parecía una maestra, así que Looker rápidamente supo que se trataba de alguna empleada de la limpieza de la academia- Buenas tardes señora, Detective Looker a sus órdenes –se presentó Looker.
-Vaya, que detective tan más apuesto –sonrió la señora, sentándose en la silla con cuidado. Como buen detective que Looker era, aunque no hubiera presentado los exámenes correspondientes, su trabajo comenzaba desde el preciso momento en que una clienta potencial entraba en su oficina. Por su tonalidad de voz, la expresión alegre, y la poca prisa de hablar, Looker supuso que no se trataba de un caso grave, pero era mejor que nada-. Me presento, Detective, mi nombre es Polly. Soy una empleada de limpieza en la Academia Hauoli, donde escuché hablar de usted –agregó la ancianita con ternura.
-Me adelantaré a adivinar que cierta niña del aula 1-A ha estado haciendo cosas para llamar la atención, y para excusarse de lo que puede hacer, seguramente me mencionó –dedujo Looker, y la anciana sonrió y asintió-. ¿En qué puedo servirle, señorita Polly? –preguntó entonces.
-Es una pequeñez. Espero no quitarle el tiempo de casos verdaderamente importantes –se disculpó ella, por lo que Looker tuvo que fingir que todo estaba bien-. Verá, Detective, hace unos 20 años yo tenía un novio, su nombre era Braiden –comenzó la mujer, por lo que Looker tomó una de sus libretas y comenzó con las anotaciones-. Era un hombre apuesto, pertenecíamos a un grupo de entrenadores que adoramos a los Eevee. Por diversas razones que no tienen importancia, nunca oficializamos nuestra relación, cada quien hizo su vida aparte, cada uno se casó y tuvo a sus hijos. Él se fue a vivir a Pueblo Po en la Isla Ula-Ula –comentó ella, y aquello llamó la atención de Looker, por lo que hizo una anotación especial-. Mientras yo me quedé en Melemele a trabajar en la Academia Hauoli. Ah… disculpe por ser algo parlanchina, a las empleadas de la limpieza nos encanta el chisme… -interrumpió ella.
-No se fije, mientras más información tenga mejor para el posible caso –comentó Looker, analizando a la mujer en todo momento. Estaba peculiarmente interesado en cualquier información sobre Pueblo Po, aunque no sabía si el caso avanzaría en esa dirección-. Me comentaba de este señor, Braiden –continuó Looker.
-Así es… -continuó ella, y su semblante cambió un poco, se mostraba algo triste, lo que no pasó desapercibido por Looker-. Verá, Detective, mi marido falleció hace unos cinco años. Estuve muy triste, pero seguí adelante. Ahora, creo que usted entenderá que como mis hijos ya migraron e hicieron sus propias vidas, una mujer, sin importar la edad, se siente sola y aburrida. Lo entiende, ¿no es así? –preguntó ella, por lo que Looker sudó frio.
-No necesita excusarse conmigo, señora Polly –comentó Looker, sabiendo de antemano a donde iba la conversación, y deprimiéndose él mismo un poco-. Sé perfectamente lo que es pasar por un tiempo de luto, y comprender que se debe salir adelante de alguna forma –se dijo a sí mismo, Polly lo miró confundida, pero Looker inmediatamente corrigió el rumbo-. Di-distraer la mente del luto puede hacerse de varias formas. Algunos piensan en trabajar para distraer a la mente, otros requieren de nuevas emociones, como usted –declaró Looker.
-¿Verdad que sí? No soy una mala mujer por querer tener un novio, ¿no es verdad? –Looker suspiró al notar que había logrado desviar la atención de sus propias inquietudes- Hace dos años, Braiden regresó a la Isla Melemele. Nos volvimos a ver después de tantos años, y entre nosotros se encendió una llama que hace mucho se mantuvo apagada. Fueron los dos años más maravillosos de mi vida –comentó ella emocionada.
-Hasta allí llegó el amor por el difunto señor Polly, que triste –se dijo Looker a sí mismo, Polly parpadeó un par de veces y lo miró fijamente, pero Looker volvió a retomar el control de la conversación-. Lo que quise decir es que me alegro por usted y por el señor Braiden. Lo que no entiendo aún es el motivo de su consulta –sonrió Looker.
-Oh, a eso voy, lo siento por divagar –se disculpó la ancianita-. Todo parecía ir bien. Quiero decir, incluso comenzamos a hacer planes para que se mudara a vivir conmigo en Pueblo Lilii –prosiguió ella, mientras Looker continuaba con las anotaciones-. Solo era cuestión de que Braiden volviera a Pueblo Po por algunas cosas, y viviríamos en nuestro propio nidito de amor –Looker hizo una mueca, misma de la que no se percató Polly-. Pero hace dos semanas que regresó, cuando volví a verlo, él no me reconoció. Era como si hubiera perdido la memoria –comentó ella, y Looker, inmediatamente, viró a su corcho, y al nombre de Anabel.
-¿Perdió la memoria, dice? –de pronto, lo que a Looker en un principio le pareció un caso sin importancia, seguramente de alguna infidelidad o de arrepentimiento de último minuto, se convirtió en algo más- ¿A qué se refiere con que perdió la memoria? –preguntó Looker, esta vez metiéndose de lleno en el papel de detective.
-A precisamente eso, no recuerda ni mi nombre –le comentó ella, lo que fue del interés de Looker, quien comenzó a anotar nuevamente-. Le dije que, si esto era una broma, me iba a enojar mucho. Pero Braiden se limitó a decir que él simplemente no me recordaba. Le di algo de tiempo, lo seguí procurando, pero nada, parecía una persona totalmente diferente, pero yo sé que es mi Braiden –Looker encontró varias similitudes entre lo que decía la señora Polly, con lo que le había pasado a Anabel, y en su mente, comenzó a hacer una relación. Lo que sea que le pasó a Anabel para hacerla perder sus memorias, tal vez era lo mismo que le estaba pasando a este tal Braiden, aunque era muy temprano para hacer conjeturas- La razón de que vengo a buscarlo, Detective, es que no sé qué hacer. Braiden simplemente no quiere reunirse más conmigo, le es incómodo. Algo pasó, durante esa semana, algo lo cambió. Por favor Detective, ayúdeme a descubrir lo que está pasando –suplicó Polly.
-Ah… sí… claro… -comentó Looker algo distraído, pero regresó en sus cinco sentidos- ¿Tiene alguna foto de este tal Braiden? –preguntó Looker, y Polly inmediatamente le entregó la misma- ¿Puedo quedármela? –preguntó, y Polly asintió- Muy bien señora Polly. Si acepta la tarifa por mis servicios, me comprometo a encontrar lo que sea que le pasó a su enamorado, solo firme aquí –comentó Looker, y la anciana firmó- Perfecto, puede pasar con mi compañero Mitchell para las formalidades. Puede venir a pedir adelanto de la investigación en el momento que usted quiera. Si dentro de tres días los resultados no le complacen, discutiremos la devolución de su anticipo –terminó Looker, empujando gentilmente a Polly fuera de su oficina-. Atiéndela Mitchell –comentó Looker, cerró su puerta, y se dirigió a su corcho-. ¿Otro caso de amnesia? ¿Podría ser de verdad eso? –se preguntó Looker a sí mismo, colocando la foto de Braiden en el corcho con un pin, uniendo la misma con una tira de hilo rojo amarrado al pin de Braiden, y conectándolo con el pin en el papel con el nombre de Anabel, y colocando una nota con un símbolo de interrogación-. Si en verdad existe otro caso de amnesia en Alola, Anabel… es posible que esté cerca de encontrar respuestas de lo que te ocurrió –terminó Looker, acomodándose su gabardina, y saliendo de su oficina tras cerrar la misma-. ¿Terminaron las formalidades, Mitchell? –preguntó Looker.
-Ah… sí, Detective, acabo de terminar las formalidades –comentó Mitchell con el dinero en mano, sin saber qué hacer con él-. Lo siento, Detective, no estoy acostumbrado a esto de los Detectives Privados. ¿Son estos honorarios? ¿A dónde se reportan? –preguntó Mitchell.
-Al arca de la Estación de Policía… solo, déjalo en un cajón por el momento, nos vamos –comentó Looker, Mitchell miró a su Snubbull, quien alzó los hombros sin saber qué hacer-. He dicho que nos vamos, Mitchell. Tenemos un caso. Aún no sé qué tipo de caso, pero tenemos un caso. Y voy a asegurarme de que estés en forma para atender a los casos de la Isla Melemele. Cierra la estación, vamos a visitar a un tal Braiden, buscaremos su registro de vivienda en el Ayuntamiento de Hauoli –terminó Looker, y tanto Mitchell como su Snubbull salieron tras cerrar la Estación de Policías.
Academia Hauoli. Edificio de primaria. Zona de casilleros.
-Bueno, con esto confirmamos que el escalón tiene vista directa a los casilleros –comentó Ilima, mientras el grupo llegaba ante los casilleros. Anabel no perdió el tiempo en realizar mediciones del lugar, y pedirle a Tatiana abrir el casillero para cerciorarse de que el acomodo de las cosas era el correcto-. ¿Qué sigue ahora, Detective Anabel? –preguntó Ilima, ruborizando a Anabel.
-Preferentemente, no la distraigas –comentó Kahili con una sonrisa en su rostro, mientras Anabel divagaba un poco, pero lograba concentrarse lo suficiente para continuar con su investigación, caminando hasta la puerta de entrada, que no eran más que unas puertas dobles transparentes.
-Aún cerradas, es posible ver lo que pasa en el interior –dedujo Anabel, y se viró a ver a Tatiana-. Durante el periodo de 10 minutos entre las 6:30am y 6:40am, ¿qué haces normalmente? ¿Observas el lugar? –preguntó Anabel.
-Am… no suelo poner mucha atención a lo que hago todo el tiempo… supongo que me quedo parada afuera mirando a los casilleros hasta que el Conserje Jay regresa –comentó Tatiana, Anabel la tomó de la mano, la sacó del edificio, cerró las puertas de vidrio tras de sí, y le pidió que le mostrara-. Normalmente… me paro aquí y espero… creo… -comentó ella.
-Desde aquí se puede ver tu casillero perfectamente –comentó Anabel, Ilima y Kahili se colocaron a su lado y corroboraron la información-. Aún si no estás del todo concentrada, verías fácilmente si el Conserje Jay metía algo por la ranura de tu casillero. Por más distraída que estuvieras supongo que algo así no pasaría desapercibido –se frotó la barbilla Anabel, lo cual hizo instintivamente mientras recordaba a Looker, por lo que se apenó y se quitó la mano de la barbilla.
-¿Eso significa que se descarta al Conserje Jay como sospechoso sin siquiera haberlo entrevistado? –preguntó Ilima, Anabel meditó al respecto, intentando hilar las cosas como Looker le había enseñado. Pero tristemente, Anabel no llevaba tantas lecciones como para armar un caso en su totalidad, lo que la deprimió un poco- Tranquila, sabemos que apenas estás aprendiendo –comentó Ilima, apenando a Anabel.
-A-aún tengo otras formas de resolver esto –comentó Anabel, apenándose, y desviando la mirada-. Looker me diría, que no se puede descartar a ningún sospechoso hasta tener todas las pruebas. Iremos a entrevistar al Conserje Jay –comentó Anabel, notando entonces algo cerca del casillero de Tatiana, agachándose, y observándolo fijamente-. Esta es… -comenzó Anabel-. Ilima, acércate por favor –le pidió Anabel, mientras se agachaba en cuclillas y miraba lo que encontró en el suelo, Ilima se asomó, pero estaba tan cerca de ella que Anabel se apenó un poco, pero no dijo nada sobre aquello-. Creo… que encontré una huella. ¿Puedes dibujarla? –preguntó Anabel.
-Puedo, pero esa no es una huella humana –comentó Ilima, mientras comenzaba a registrar la huella en su libreta de dibujo. Anabel midió la misma con una regla, se incorporó, y observó el casillero de Tatiana con cuidado, encontrando algunos rayones en el mismo.
-Por el tamaño de la huella, supongo que estos rayones los hizo un Pokémon con tres dedos –explicó Anabel, aunque algo en su teoría no encajaba, al mirar de cerca los rayones, parecían ser hechos por un Pokémon de tres dedos, pero algo en la forma del rayón de en medio no la convencía.
-¿Un Pokémon se le declaró a Tatiana? –preguntó Kahili, y tanto Anabel como Ilima suspiraron, y la miraron con preocupación- Los Gallade tienen tres dedos –comentó Kahili, y Anabel la miró con curiosidad- ¿Enserio no sabes lo que es un Gallade? –preguntó Kahili.
-Creo que he escuchado de ellos… creo… -admitió Anabel a sus adentros, deprimida por su pérdida de memoria. Ilima notó que Anabel tenía problemas intentando imaginarse lo que era un Gallade, por lo que hizo un boceto rápido a memoria y se lo mostró-. ¿Eh? Pero si parece un Gardevoir –se quejó Anabel.
-Eso es porque los Kirlia machos evolucionan en un Gallade con una Piedra Alba –le explicó Ilima, y Anabel se inquietó por este nuevo conocimiento-. Además, el Kirlia que evoluciona pierde el tipo Hada y lo cambia por el tipo Lucha –le explicó Ilima.
-¿Tipo Hada? Espera, los Gardevoir son Psíquico puros –se frotó la cabeza Anabel. Inmediatamente después, pensó en pasar a Ilima por los once puntos, pero desistió-. No… Ilima no mentiría… -declaró, confundiendo a Ilima-. De todas formas, no podría ser un Gallade. Si tiene algo de parecido a los Gardevoir, es demasiado alto, no tendría por qué hacer estos rayones –dedujo Anabel, y entonces tuvo una idea-. Croagunk –llamó Anabel, y Croagunk se materializó y saludó militarmente.
-Qué lindo, hasta tiene sombrerito –comentó Kahili entusiasmada- Pero… ¿para qué necesitas a un Croagunk? –preguntó ella, Tatiana e Ilima estaban igualmente confundidos por lo que hacía Anabel, además de que comenzaba a acercarse una multitud a rodear al grupo, curiosos de lo que estaba pasando, y de ver a un Croagunk con sombrero de policía.
-A reserva de entrevistar al Conserje Jay sobre su posible participación en el caso de la carta de amor anónima, estos rayones fueron hechos por un Pokémon –apuntó Anabel-. Los rayones se ven recientes. ¿Tienen algo que ver con el caso? Aún no lo sé, pero por la pisada en el piso, estoy segura de que fue producida por un Pokémon pequeño, Croagunk es un Pokémon pequeño –comentó Anabel, lo que ofendió a Croagunk, quien infló sus mejillas y se viró con molestia-. Agente Croagunk, saluda –comentó Anabel saludando como agente de la Policía Internacional Pokémon, los instintos entrenados de Croagunk lo forzaron a saludar-. Inspecciona el área, quiero que busques un lugar por donde un Pokémon de dimensiones similares a las tuyas pudiera pasar –ordenó Anabel, y Croagunk comenzó a saltar entre los estudiantes a una velocidad impresionante, mientras los de primaria charlaban emocionados por lo que estaba pasando-. En estos momentos, mi teoría es que un Pokémon ingresó la carta por la rendija entre las 6:30am y las 6:40am. El Conserje Jay ya vino a limpiar este lugar, pero se dejó una huella por accidente. Según Looker, los criminales que intentan cubrir sus huellas normalmente tienen tanta prisa que dejan algo que los delata, pero no creo que el Conserje Jay esté relacionado con el crimen… o más bien caso. A lo que me refiero es que bien podría meter él la carta sin la necesidad de un Pokémon… mi duda es… ¿por qué no viste ni al Conserje Jay ni a un Pokémon metiendo la carta entre las 6:30am y las 6:40am. Podría ser que el culpable metiera la carta antes, durante el horario en que las aulas están cerradas, con la ayuda de un Pokémon. Para saber esto, es preciso saber por dónde entró el Pokémon, e intentar hacer una línea de tiempo de esto –explicó Anabel.
-Y allí entra Croagunk –sonrió Ilima, comprendiéndolo, Kahili solo lo miró confundida-. Croagunk tiene un tamaño similar a la del Pokémon sospechoso. Si Croagunk puede entrar por alguna parte al edificio incluso si todo el lugar está cerrado, la carta pudo haber entrado en cualquier momento en el casillero desde las 5:00pm que se cerró la escuela, hasta las 5:00am que es cuando llega Tatiana y puede ver por las puertas transparentes en dirección a su casillero –comentó Ilima, y Anabel asintió-. Pero si eso ocurrió, es demasiado tiempo. Este caso se complica –declaró Ilima.
-No tanto –aceptó Anabel, saliendo de la escuela, y apuntando a unos postes- No solo hay veladores en los alrededores de la escuela por las noches, también hay cámaras de vigilancia. No creo que nos den acceso a ellas fácilmente, pero sabiendo por donde entró el Pokémon, podríamos pedir a la directora Asuka que nos permita ver las cámaras desde las 5:00pm del día anterior, hasta las 6:40am que apareció la carta. Solo esperemos no llegar a eso, dudo mucho que nos concedan el permiso solo por encontrar a un enamorado –concluyó Anabel, y entonces Croagunk llegó a su derecha-. ¿Encontraste algo? –preguntó, y Croagunk sonrió alegremente, pidiendo con un ademán de su mano a Anabel que lo siguiera, quien obedeció. Ilima, Kahili y Tatiana intercambiaron miradas y la siguieron, varios mirones los siguieron a todos solo por curiosidad. Croagunk no se fue muy lejos, virando a la izquierda desde los casilleros había un pasillo largo que llegaba a una pared, y a un ducto de ventilación, que en ese momento el Conserje Jay estaba limpiado por unas extrañas manchas en la pared- ¡Alto! ¡Está destruyendo la evidencia! –exclamó Anabel en ese momento, asustando al conserje.
-Por las barbas de un Stoutland, niña, me asustaste –se quejó el Conserje Jay, un hombre regordete en overol azul sobre vestimenta roja, con las manos enguantadas mientras sostenía utensilios de limpieza-. ¿Qué es eso de evidencia? ¿Estas manchas en la pared? –preguntó el hombre confundido.
-Solo déjeme tomar una muestra rápida. Ilima, por favor –pidió Anabel, e Ilima comenzó a hacer bocetos de las huellas que podía identificar-. Conserje Jay, ¿puede contarme su rutina por las mañanas? Más específico necesito saber qué hizo entre las 6:30am del día de hoy, hasta las 6:40am que dejó a los estudiantes entrar –pidió Anabel.
-¿Qué es esto? ¿Juegan al Detective Laki? –preguntó el Conserje Jay, Anabel miró a Kahili con curiosidad, pero ella hizo un ademán indicando que le explicaba después- Los niños en sus juegos. Bueno, supongo que no me afecta en nada seguirles el juego. Hoy por la mañana, como siempre, abrí las puertas para la pequeña Tatiana. ¿Algo más que necesites? –preguntó.
-En realidad, necesito más detalle –comentó Anabel-. Hasta donde Tatiana me ha dicho, usted llega puntual a las 6:30am. Abre las puertas dobles, pero no deja entrar a los demás hasta las 6:40am. Necesito detalles específicos de lo que pasa en esos diez minutos –pidió Anabel.
-Que curiosos los juegos de ustedes los jóvenes –se rascó la cabeza el conserje-. Bueno, a las 6:30am que llego, lo primero que hago encender la caja de fusibles para que haya electricidad en el lugar. Es muy peligroso moverse a oscuras –le explicó el conserje, y Anabel tomó una libreta de bolsillo y comenzó a hacer las anotaciones necesarias, incluso dibujando el mapa del lugar mientras seguía al conserje y miraba a los alrededores-. La caja de fusibles está por aquí, siguiendo este pasillo, dentro de este gabinete metálico cerrado con llave –comentó el conserje. La caja de fusibles estaba a unos dos metros a la derecha del ducto. Anabel hizo las anotaciones, y continuó esperando el resto de la información-. Ya que hay electricidad, me dirijo al armario de limpieza, que está en la entrada y a la derecha de la zona de casilleros –Anabel continuó dibujando su mapa del lugar, y comenzó a sacar sus conclusiones-. Ya en el armario de limpieza, me cambio en mi uniforme, tomo mis utensilios y salgo a abrir la puerta. ¿Es suficiente detalle? –preguntó él.
-Si lo primero que hace por las mañanas es venir a encender la caja de fusibles, debió pasar por frente al ducto –comentó Anabel-. Conserje Jay, una vez que encendió las luces y regresó por este pasillo. ¿Encontró las manchas en la pared que estaba limpiando? –preguntó Anabel, pero el conserje lo negó con la cabeza.
-No, todo estaba normal –explicó el conserje-. Me cambié, abrí las puertas, comencé a trapear en el área de casilleros, cuando un estudiante me vino a avisar que la tapa de metal del ducto estaba en el piso. Vine a ver, la pared estaba manchada y la tapa estaba en el suelo. Como a esas horas hay muchos estudiantes en el pasillo, solo coloqué la tapa nuevamente, y fui a limpiar otras áreas. Esta la dejé para cuando no hubiera tanto ajetreo de estudiantes –le explicó él.
-Ya veo –continuó Anabel, armando el caso en su mente-. Entonces, estaba en lo correcto, la carta entró en el casillero entre las 6:30am y las 6:40am –comentó Anabel, dirigiéndose a su grupo de involucrados-. El Conserje Jay no encontró nada extraño mientras caminaba por este pasillo a cambiarse en el armario de la limpieza. Ya que va a cambiarse, lo normal es que tenga la puerta cerrada, lo que significa que no puede ver a alguien que haya entrado como, por ejemplo, por este ducto de ventilación –miró Anabel al ducto-. Además, a puerta cerrada, aún si la cubierta metálica cae, lo que ocurrió mientras el conserje se cambiaba –comentó Anabel, encontrando un azulejo en el piso agrietado a medio metro del ducto-. Y considerando la distancia del impacto, el Pokémon que entró empujó sutilmente para no hacer tanto ruido. Lo que entró entonces tiene escasos diez minutos en lo que el Conserje Jay termina de cambiarse para entrar, correr por este corredor, encontrar el casillero, saltar, y meter la carta. Pero esto deja dos problemas, el primero, ¿cómo identifica el Pokémon que entró en qué casillero meter la carta? Y, además, ¿cómo no lo viste en ese periodo de diez minutos? –preguntó Anabel.
-Bueno… como te mencioné, normalmente no pongo tanta atención a lo que hago –comentó Tatina-. Supongo que estaba hablando con mis amigos, y no estaba viendo por las puertas de cristal en ese momento –comentó ella, y Anabel comenzó a hilar las cosas.
-Ian –recordó Anabel-. Mencionaste que normalmente tus amigos Joshua e Ian están contigo por las mañanas cuando abren la puerta, ¿no es así? –preguntó Anabel, y Tatiana asintió- También mencionaste que Joshua tenía práctica matutina de futbol y no estaba presente. Eso significa que Ian estaba contigo frente a las puertas, ¿verdad? –preguntó Anabel, y Tatiana asintió. En la mente de Anabel, Ian distraía a Tatiana con una conversación cualquiera, dando un lapso de diez minutos en los que un Pokémon podía entrar por el ducto de ventilación, y colocar la carta dentro del casillero de Tatiana, mientras Ian, convenientemente, la distraía.
-No sé si sirva de algo, pero mientras la caja de fusibles esté apagada, no se encienden las lámparas de las canchas –comentó el Conserje Jay, y Anabel lo miró con curiosidad-. Eso significa que no puede haber una práctica tan temprano, no verían ni sus narices a esas horas –declaró él.
-Y supongo que este ducto conduce exactamente a las canchas de futbol –comentó Anabel, tomando la tapa metálica del ducto y quitando la misma-. Croagunk, entra por aquí y sigue el ducto hasta la primera salida, todo derecho –pidió Anabel, Croagunk entró en el ducto obedeciendo, Anabel entonces corrió fuera del edificio, Ilima, Kahili y Tatiana la siguieron, los estudiantes curiosos e incluso el conserje, comenzaron a seguirla-. Las canchas de futbol –sonrió Anabel a su llegada a las canchas-. Y el ducto está… -comenzó Anabel, hasta que escuchó a Croagunk patear la puerta del ducto metálico, y esta cayó sobre unos arbustos-. Es una altura considerable para un Pokémon, no cualquier Pokémon llegaría allí arriba, no sin ayuda –comentó Anabel, mientras el grupo se reunía a su alrededor-. Abajo Croagunk –pidió Anabel, Croagunk bajó-. Ahora, considerando la altura, y que necesitaría quitar la tapa para entrar –comenzó Anabel, haciendo mediciones, alejándose un poco del ducto en dirección a las canchas, luego virándose, corriendo en dirección al ducto, saltando, y colgándose apenas de la apertura del ducto-. Bien… -comentó Anabel-. Si yo apenas llegué, eso significa que alguien debió apoyarse en la pared con su pie para impulsarse, colgarse de la tapa, y con todo su peso tirar de esta hasta abrirla –apuntó Anabel, encontrando una huella en la pared-. Ilima, por favor –pidió Anabel, e Ilima comenzó el registro-. Luego, solo es cuestión de levantar al Pokémon –comenzó Anabel, colocando sus manos en la cintura de Croagunk, lo que le hizo cosquillas-. Concéntrate, Croagunk –pidió Anabel, Croagunk se aguantó la risa, y Anabel logró subir a Croagunk-. Ya tengo casi todas las piezas –sonrió Anabel-. Tatiana, ¿conoces a los Pokémon de Ian y de Joshua? –comentó Anabel.
-Por supuesto. Joshua tiene un Growlithe –para fortuna de Anabel, ella conocía a un Growlithe, y sabía de antemano que los Growlithe tenían cuatro dedos en la parte delantera de sus patas, y uno más en la parte de atrás, lo que no encajaba con las huellas que habían registrado-. Ian tiene un Psyduck –comentó ella, y la forma de las patas de Psyduck encajaba, por lo que Anabel terminó de unir las piezas.
-Lo tengo –concluyó Anabel-. Creo que ya tengo un sospechoso, y ese sospechoso, es Ian –sonrió Anabel, imaginando a Psyduck bajando por el ducto, llevando la carta hasta el casillero, y saltando rasgando con sus manos delanteras el casillero, mientras dejaba sus huellas de tres dedos en el piso del mismo.
-¿Ian? -se preocupó Tatiana- Pero… Ian nunca… él solo me ve como a una hermana –insistió Tatiana, pero antes de que Anabel pudiera hablar, las campanas que anunciaban el regreso a clases la interrumpieron- Entonces… fue Ian… ya veo… -comentó Tatiana, apenada.
-Sigue siendo un sospechoso hasta que corrobore la información que tengo –la detuvo Anabel-. Ve a clases, y no le menciones nada a Ian de esto, pero pídele que te acompañe a la salida. Para comprobar que fue Ian, necesito tener una batalla Pokémon con él primero –sonrió Anabel, como si tuviera todos los elementos para descubrir la verdad.
Ciudad Hauoli. Zona Residencial.
-Según la información del Ayuntamiento de Hauoli, esta es la residencia de ese tal Braiden, detective –comentó Mitchell, con su Snubbull mirando en todas direcciones esperando que hubiera algún conflicto, Looker tuvo que admirar al menos que uno de los elementos se tomaba enserio su trabajo, lastimosamente ese elemento era un Pokémon-. También conseguí información de su lugar de trabajo. No ha ido en dos semanas, lo despidieron por eso. Pero tal parece que eso no le importa mucho ya que tiene un trabajo en el cementerio de Hauoli como velador. Entró en ese puesto hace exactamente dos semanas –explicó Mitchell.
-Umm… no me parece muy falto de memoria, a decir verdad –comentó Looker, tocando al timbre. Momentos más tarde un hombre regordete de tez ligeramente bronceada y cabellera blanca y corta vistiendo una camisa de playa de color azul con adornos amarillos, abrió la puerta-. Señor Braiden, Looker del Departamento de Policía de Hauoli. ¿Me permite unos momentos? –preguntó Looker amablemente.
-¿Tiene una orden? –preguntó Braiden, llamando la atención de Looker. En Alola todos eran amigables, además de que se suponía que no había un solo crimen registrado. Pero por la postura de Braiden, que se ocultaba detrás de la puerta, parecía que algo ocultaba. Además, por experiencia, Looker sabía que la gente no pedía órdenes de cateo sin ocultar algo.
-No hay orden, señor Braiden, solo queremos hacerle algunas preguntas relacionadas con su novia Polly –comentó Looker, analizando en ese momento a Braiden, pasándolo por los once puntos para al menos descubrir si intentaba ocultar algo.
-¿Polly otra vez? Ya le dije a esa señora lunática que no la conozco –comentó Braiden, y Looker no dijo nada, solo continuó con su análisis, pasando la mirada por cualquier cosa entre la apertura de la puerta que le llamara la atención sin perder de vista a Braiden-. Sin una orden, Detective, no pienso responder a ninguna pregunta. Con su permiso –terminó Braiden, azotando la puerta.
-Yo le voy a dar su orden –se quejó Mitchell, arremangándose las mangas, pero Looker lo detuvo-. Escuche, Detective, no hay un juez en Hauoli que vaya a darle una orden sin una carpeta de investigación. No sé cómo hace las cosas usted, pero a mí nadie me cierra una puerta –se quejó Mitchell, y su Snubbull refunfuñó de igual manera.
-Cálmate Mitchell, o tendré que abrirte una carpeta criminalística a ti –comenzó Looker, alejándose de la puerta, mientras se frotaba la barbilla con interés-. No estaba mintiendo –comentó Looker, y Mitchell lo miró confundido-. No entró dentro de ninguno de los once puntos, pero algo ocultaba, eso es evidente. Ahora, tampoco se le veía como una persona amnésica. Aunque pensándolo mejor, tampoco es como que el caso de amnesia de Anabel sea común, tal vez dice la verdad porque en verdad no recuerda nada, pero mi intuición me dice, que este no es el caso. Nadie que pida una orden es inocente según mi experiencia –meditó al respecto Looker-. Mitchell, ¿había más información sobre Braiden en el ayuntamiento? Dónde vive y dónde trabaja es importante, pero, ¿podría ser que Braiden tuviera un hermano gemelo? –preguntó Looker.
-¿Hermano gemelo? –preguntó Mitchell en medio de una risa ahogada- Detective, ¿no se está esforzando mucho en un caso que simplemente es un caso de acoso? La señora Polly está senil y se imagina cosas donde no las hay –intentó explicar Mitchell, pero Looker no compraba aquello-. La señora perdió a su marido, y ahora acosa a un hombre que no quiere nada con ella. Solo las locas contratan a un Detective Privado –declaró Mitchell.
-Puede ser… no lo descarto, pero parte de ser un Detective es analizar a tus clientes, Mitchell –recordó Looker las facciones faciales de Polly, sus movimientos, el tono de su voz. Nada en ella parecía falso, y su preocupación parecía genuina-. Además… algo no me cuadra. Memoricé la foto de ese tal Braiden… la persona que nos atendió, definitivamente se le parecía… pero tengo el presentimiento de que la persona en la foto, y el hombre que nos abrió la puerta, no son la misma persona –comentó Looker, mirando a su reloj-. Escucha, tengo que recoger a Anabel. Hazme el favor de volver al Ayuntamiento de Hauoli, y verificar si este tal Braiden tiene o no un hermano gemelo. Mi intuición me dice que este no es un caso de acoso o de amnesia, sino un caso de suplantación de identidad –prosiguió Looker, dejando a Mitchell y a su Snubbull moviendo sus cabezas en negación como si Looker se complicara solo. Looker le prestó muy poca importancia a aquello, mientras se deprimía un poco-. Supongo que me adelanté a hacer conexiones donde no las había. Lo siento mucho, Anabel… no tengo nada aún sobre tu caso –se dijo a sí mismo, mientras se dirigía a la Academia Hauoli.
Academia Hauoli. Aula 1-A.
-Muy bien primos, se acabó la clase, pueden retirarse –comentó Kukui al término de su clase. Los estudiantes del aula 1-A comenzaron a retirarse entonces, todos menos Anabel, Kahili e Ilima, lo que llamó la atención de Kukui. Kahili estaba mirando por fuera de la ventana, aquello era normal, lo que no era normal era tener a Ilima y a Anabel allí. Ilima miraba a Anabel, esperando a que se levantara para acompañarla, Anabel solo miraba a Kukui-. ¿Algún problema, Prima? –preguntó Kukui nervioso por la mirada.
-Profesor Kukui… -comenzó Anabel, la mirada de seguridad en su rostro ponía algo nervioso a Kukui-. ¿Realmente se desabrocha el traje y la camisa porque siente mucho calor, o secretamente es un acosador que quiere aprovecharse de Kahili? –preguntó Anabel sin rodeos.
-¿Aprovecharse de mí? ¿Eh? –preguntó Kahili, regresando a la realidad, notando a Anabel con pose acusadora desde su pupitre, a Ilima sonriendo incomodo por la pregunta, y a Kukui, molesto, mirando a Anabel directamente.
-Te reitero… Anabel… -comentó Kuki con una vena saltada en su frente-. Me desabrocho el traje y la camisa porque en verdad siento mucho calor, y no veo a Kahili como otra cosa que no sea una estudiante distraída que debería prestar más atención a sus clases en lugar de a lo que pasa del otro lado de la ventana –finalizó Kukui, y Anabel lo analizó con detenimiento.
-0 de 11… está diciendo la verdad –concluyó Anabel, y Kukui parpadeó un par de veces, mientras Anabel se ponía de pie y hacía una reverencia-. Me disculpo por haber dudado de usted, profesor Kukui. Acabo de comprobar que es una persona recta, en quien se puede confiar, aunque tenga una extraña forma de liberarse de su calor corporal. Lo lamento mucho –terminó Anabel.
-Ah… bueno… todo bien… supongo… -comentó Kukui, Anabel terminó de guardar sus cosas, tomó de la mano de Kahili, que se emocionó por sentir que la tomaban de la mano, y Anabel comenzó a tirar de ella a la salida, con Ilima caminando al lado de las chicas.
-¿0 de 11? –preguntó Ilima, Anabel, nerviosamente y algo apenada por descubrir que Ilima la había esperado, movió su cabeza en negación- Esta bien, no indagaré al respecto. Antes de decirte lo que descubrí quiero que quede claro que no te estoy esperando solo para decírtelo, realmente te quería esperar –comentó Ilima.
-Ah… gracias… creo… -comentó Anabel, intranquila, Kahili simplemente sonrió con malicia, mirando a Anabel con picardía, lo que ella notó-. ¿Por qué me miras de esa forma tan desagradable? –preguntó Anabel.
-Porque te está sudando mucho la mano –se burló Kahili, y Anabel inmediatamente soltó a la chica- Oye… me gusta que me tomes la mano –se quejó ella, pero Anabel se preocupó por el comentario y prefirió no hacerlo-. Volviendo a lo que importa, no hemos resuelto el caso, y ya me gasté mi parte –comentó Kahili.
-Según Anabel resolveremos el caso con una batalla Pokémon, aunque no me explico cómo –comentó Ilima, Anabel estuvo a punto de contestarle, cuando Ilima la interrumpió-. Espera un momento, Anabel. Sé que crees que tienes el caso armado, pero, quería enseñarte esto… -comentó Ilima, mostrándole un dibujo de una huella-. La huella frente al casillero… y la huella en la pared del ducto… se parecen mucho, pero no son iguales. Esta huella es de cuatro dedos –comentó Ilima, mostrándole a Anabel, y aquello al parecer derrumbó todo su caso.
-¿Cómo? –se quejó Anabel, mirando la primera huella, y después a la segunda- Pero… todo el caso se desmorona si no estamos hablando del mismo Pokémon –Anabel paso una y otra vez entre ambas huellas, la información no tenía sentido para ella, lo que comenzó a estresarla- No, no, ya casi tengo esto resuelto. ¿Qué haría Looker al encontrar un nuevo hallazgo que desestima toda su teoría? –se estresó Anabel aún más.
-Ani, tranquilízate –comenzó Kahili, estaban pasando por enfrente de los casilleros, uno de los cuales comenzó a temblar por alguna razón inexplicable- ¡Aaaaah! ¡Ese casillero acaba de vibrar! –comenzó Kahili asustada, llamando la atención tanto de Ilima como de Anabel, y cuando lo hizo, el casillero dejó de temblar-. Te juro que lo vi temblar mientras pasábamos –comentó Kahili aterrada en dirección a Anabel.
-Seguro fue un cambio de presión, está bajando la temperatura –comentó Ilima, desestimando las preocupaciones de Kahili, pero ella estaba completamente segura de que el casillero había comenzado a temblar de la nada-. Concéntrate, Kahili. No es momento para los misterios de fantasmas de la Academia Hauoli –comentó Ilima.
-¿Fantasmas? –exclamó Anabel- No, un caso a la vez… además por lo de los fantasmas no me han pagado, así que no quiero saber, no es que vaya a seguir resolviendo casos, ni que vaya a cobrar… -comentó Anabel, aún estresada. Kahili, nerviosamente, miró al casillero que temblaba nuevamente.
-¡Detective Anabel! –escuchó Anabel, su atención se posó en Tatiana, quien recién llegaba al área de casilleros de secundaria, y el casillero volvió a dejar de temblar, aunque Kahili ya lo picoteaba con su palo de golf, pero este no volvió a moverse- Hice lo que me pidió y convencí a Ian de tener una batalla Pokémon con usted. Está esperando en la arena –comentó Tatiana entusiasmada, era más que evidente que deseaba saber si el chico Ian era el que le había dejado la carta en su casillero, solo que Anabel ahora no estaba tan segura.
-Ah… claro… -respondió Anabel, saliendo de la escuela, y notando a Looker recargado en la entrada, lo que significaba que venía por ella-. Ya vengo, un momento por favor –interrumpió Anabel, y corrió inmediatamente en dirección a Looker, quien la saludó, aunque ella estaba aterrada- ¡Looker! ¡Es terrible! ¡Me metí en un buen lio otra vez! –comenzó Anabel, y Looker la miró con preocupación.
-Cálmate un poco, sigues en terreno de la escuela y no quiero que haya más eventos molestos a tu alrededor –comentó Looker, notando entonces que había más estudiantes de lo normal reunidos en la academia-. ¿Qué hiciste? –preguntó Looker curioso.
-No sé cómo explicarlo, pero… aparentemente soy una supuesta famosa detective de secundaria gracias a Kahili –explicó Anabel, y Looker suspiró intranquilo- ¡No me culpes! ¡Estoy tratando de mantener mi mente trabajando! Es solo que… creo que necesito un consejo de un profesional… -se apenó Anabel, y Looker miró al grupo reunido, todos esperaban a Anabel.
-No te enseñé estas cosas para que las utilizaras para volverte popular –recriminó Looker, y Anabel bajó la cabeza sintiéndose regañada-. Dijiste que era para estar lista por si alguien intentaba aprovecharse de ti, no que ibas a ir de aquí por allí resolviendo casos pretendiendo ser una detective –reprendió Looker, pero Anabel se limitó a juntar sus manos a manera de plegaria, y suplicarle a Looker mientras lo miraba directamente a los ojos, lo que lo doblegó-. ¿En qué necesitas consejo? –preguntó Looker.
-Hice todo lo que me enseñaste… interrogué a mi clienta, indagué sobre la situación, recolecté evidencia, visité el lugar de los hechos, hice una línea de tiempo de los eventos y corroboré la información –le explicó Anabel, y Looker se impresionó por la forma en que Anabel absorbió el conocimiento sobre el cómo llevar un caso-. Todo parecía ir bien, tenía un caso, un sospechoso, un móvil, posibles secuaces, una línea de tiempo bien definida, evidencia, y de pronto, un pedazo nuevo de evidencia que no encajaba con todo lo demás desmoronó todo mi avance. Y ahora estoy por tener una batalla Pokémon para corroborar la evidencia que tenía recolectada, solo para darme cuenta de que muy probablemente estaba equivocada –finalizó.
-Ya veo… -comentó Looker, Anabel estaba tan nerviosa que comenzaba a temblar, y Looker, con sus sentidos tan agudos, detectó que no era lo único que vibraba, mientras sentía un extraño cosquilleo en su gabardina- Anabel, toma aire y relájate –pidió Looker, y Anabel así lo hizo, lo que dejó de hacer vibrar su gabardina, misma a la que Looker prestó atención-. ¿Fuerza Psíquica? –preguntó Looker, y Anabel parpadeó un par de veces sin comprenderlo- Olvida eso, mejor concentrémonos en lo importante. Anabel, si seguiste el método, y las cosas comenzaron a hacer sentido, una pieza de información adicional que no encaja, no desestima todo. Más bien es una pieza más del rompecabezas, que en alguna parte debe de encajar –le explicó Looker, y Anabel esperó al resto de la explicación-. Imagina que armas un rompecabezas, hay muchas piezas, pero empiezas con los contornos porque así es más fácil. Todo encaja perfectamente, pero entonces encuentras una pieza que se parece a una que ya colocaste en el tablero. Los bordes encajan perfectamente, en un principio pensabas que era la pieza correcta, pero la reemplazas. La pieza entra, ¿lo que vez hace sentido incluso si la pieza encaja? –pregunta Looker, Anabel se imaginó todo el escenario con su mente que era tan buena para hacer ese tipo de escenarios. De pronto estaba en una mesa, armando un rompecabezas con Looker, los bordes ya estaban hechos, la mitad del rompecabezas estaba formado, y dos piezas idénticas, estaban en el tablero, la diferencia era que las piezas eran de diferente color, en un paisaje que asemejaba a la torre de sus memorias-. Si quito la que era mi primera pieza, y coloco la pieza nueva. Lo primero que tengo que hacer es ver si la nueva pieza encaja de mejor manera con lo que ya tengo construido. Si ese es el caso, entonces tengo que ver donde deja eso a la pieza que antes era la pieza que yo creía que era correcta. ¿Voy a tirarla y desestimarla? Tal vez es la pieza de otro rompecabezas que estaba armando, y se mezcló con mis piezas –ante el comentario, Anabel imaginó varias cajas de rompecabezas, todas derramando piezas y piezas alrededor del tablero en el que Looker trabajaba-. Para saber si este es el caso, necesito ver mi rompecabezas actual terminado, solo entonces sabré que esta pieza no correspondía a mi rompecabezas. Pero, también hay otra posibilidad –el Looker en su mente tomó la pieza que había reemplazado, y la colocó en otra parte del rompecabezas-. ¿Qué pasa si la pieza pertenece a mi rompecabezas, pero estaba mal acomodada? –explicó Looker, y Anabel comenzó a ver otras piezas alrededor de la pieza inicial, que encajaban con esta, y completaban el rompecabezas de la torre de sus memorias- No desestimes ninguna pieza solo porque encontraste otra que encaja mejor. Continuas en tu rumbo de investigación. Solo desestimarás una evidencia, cuando el rompecabezas esté completo. En un caso policiaco de verdad, incluso una pieza de evidencia desestimada jamás se tira. Una pieza, puede abrir otras conexiones, y ampliar incluso un caso que se creía cerrado –terminó Looker, y Anabel regresó a las puertas de la Academia Hauoli.
-Para desestimar la pieza… necesito ver el rompecabezas terminado… -se mencionó Anabel, sonriente, y entonces miró a Looker con determinación-. Entendido, maestro –saludó ella militarmente, Looker se molestó, pero decidió regresar el saludo de todas formas, mientras Anabel regresaba a la arena de batalla, donde Ian la esperaba-. Perdona la demora, ya estoy lista –comentó Anabel, preparando su Ultra Bola-. Ian, ¿no es así? Antes de comenzar, ¿puedes decirme cuantos Pokémon tienes? –preguntó Anabel.
-No entiendo siquiera por qué me retas si ni siquiera sabes eso, superiora Anabel –comenzó el chico del 4-B de primaria, con Tatiana a su lado-. Solo tengo un Pokémon. Espero que eso no sea una desilusión –comentó el joven.
-Para nada, esta es solo una batalla por diversión –comentó Anabel-. ¿Estás listo? –preguntó, Ian asintió- ¡Hagámoslo entonces! ¡Croagunk! –llamó Anabel, y Croagunk, con todo y sombrero de policía, se hizo presente.
-¡Vamos Ian! –llamó Tatiana emocionada, lo que apenó a Ian, ya que aparentemente Tatiana había traído a todo un grupo de compañeros a animarlo en su batalla- ¡Tu Pokémon tiene ataques Psíquicos! ¡Ese es Veneno y Lucha! ¡Tienes la ventaja! –comentó Tatiana, Anabel observó todo con detenimiento, en especial al grupo de amigos que había traído, buscando entre los presentes al mismo tiempo que inspeccionaba las facciones de Ian.
-¡Lo haré! –comentó entusiasmado, y llamó a su Pokémon- ¡Ve, Psyduck! –llamó Ian, y Anabel prestó atención a sus patas, comparándolas con las huellas que Ilima había dibujado en su mente, encajaba perfectamente con una de las dos.
-Las piezas comienzan a encajar, pero no encajan de la forma en que yo había pensado –sonrió Anabel, armando su rompecabezas mental mientras se encontraba en batalla-. ¡Croagunk! ¡Necesito que salte! ¡Puño Hielo a sus pies! –ordenó Anabel, Croagunk saludó militarmente, se lanzó a Psyduck, y atacó a sus pies, aplastándole una de las patas a Psyduck, quien saltó a un solo pie sosteniéndose la otra.
-¿Puño Hielo? –preguntó Kahili curiosa- No me considero la mejor entrenadora que hay pero. ¿No es eso lo peor que puedes elegir en el repertorio de un Croagunk para enfrentar a un Psyduck? –preguntó Kahili, pero Ilima observaba todo con diferentes ojos.
-Si Anabel estuviera pensando en una batalla normal, ese puede que fuera el caso. Pero Anabel no retó a Ian por querer una batalla, lo hizo para analizar a su Pokémon –le explicó Ilima, apuntando a Psyduck, quien asustado huía de Croagunk, incluso saltando para esquivar sus ataques a sus pies-. El nivel de ese Croagunk es muy alto, si usa ataques de tipo Veneno o Lucha, a Anabel no le servirá de nada para descifrar si ese Psyduck es el que entró por el ducto, por eso está usando ataques de tipo Hielo, a los que Psyduck es resistente –le explicó Ilima, y Kahili notó que Croagunk ni siquiera estaba haciendo un intento por lastimar a Psyduck, solo se concentraba en atacar cerca de sus pies para obligarlo a saltar-. Psyduck tiene el tamaño, tiene la pisada sospechosa, pero no puede saltar a la altura del ducto. Con esta batalla, Anabel está descartando que Psyduck sea el Pokémon que entró por los ductos, lo que descartaría a Ian como sospechoso –comentó Ilima.
-¿Eh? ¿Entonces quien fue? –preguntó Kahili, pero Ilima no tenía la respuesta, solo continuó observando a Anabel, sorprendiéndose de que su mirada estaba entre analizar a Psyduck, y las reacciones de los compañeros de Ian, quienes lo animaban pese a la terrible desventaja.
-Arma el rompecabezas… -se decía Anabel a sí misma-. La pieza que pensabas que era la correcta, no es la correcta. Pero si la acomodas en otra parte… -miró Anabel a Ian, estaba completamente concentrado en la batalla, miró entonces a Tatiana, quien entusiasta le echaba porras, miró entonces a sus amigos, uno de ellos, no apoyaba a Ian-. Te tengo, pieza faltante. ¡Croagunk! –llamó Anabel, y Croagunk dejó de jugar, y miró a Anabel- Venganza, pero sé gentil –terminó Anabel, y Croagunk caminó hasta el aterrado de Psyduck, y lo empujó al suelo sin siquiera reunir energías de tipo Lucha-. ¡Gran combate, Ian! –agregó Anabel entusiasta.
-¿Estás bien Psyduck? –comenzó Ian, entre los acompañantes de primaria un chico sonrió, pero su sonrisa se borró cuando Tatiana fue a hablar con Ian, felicitándolo por durar tanto. El chico no estaba molesto, pero estaba triste.
-Joshua –apuntó Anabel, sabiendo perfectamente la identidad del chico, quien reaccionó apuntándose a sí mismo-. ¿Te gustaría tener una batalla Pokémon? –pidió Anabel, sonriente, pero el chico estaba aterrado por las habilidades de batalla de Anabel- Ah, estate tranquilo. No quiero humillar a nadie, solo quiero divertirme un poco. A Tatiana le gustan mucho las batallas Pokémon después de todo –agregó Anabel sonriente.
-¡Vamos Joshua! –comentó Tatiana entusiasmada, apenando a Joshua, lo que era confirmación para Anabel. Pero, atendiendo a las enseñanzas de Looker, prefirió primero tener todas las piezas, mientras seguía armando el rompecabezas en su mente.
-Está bien… -comentó el chico tímidamente, y caminó a la arena-. ¡Growlithe! –llamó Joshua, y Anabel viró para ver a Ilima en ese momento, quien le prestó toda su atención con una sonrisa entusiasta, como de admiración en dirección a su amiga.
-Te lo encargo, Ilima, serán dos huellas distintas –comentó Anabel, e Ilima comenzó a caminar por la arena-. ¡Croagunk, hazlo saltar! ¡Puño Hielo! –ordenó Anabel, Croagunk se lanzó a Growlithe, quien lo evadió, sorprendiendo a Anabel- Esa no me la esperaba –comentó Anabel, mirando a los ojos de Joshua, quien había perdido toda su timidez.
-¡Colmillo Ígneo! –ordenó Ian, el ataque impactó a Croagunk, fue un ataque muy fuerte, pero Croagunk estaba a un nivel muy alto y apenas lo sintió- ¡Ahora usa Derribo! –ordenó, Growlithe derribó a Croagunk, pero este ágilmente se puso de pie, y continuó con sus ataques a los pies de Growlithe, obligándolo a saltar, mientras Anabel miraba de reojo a Ilima, quien con un pulgar arriba le indicó que tenía la primera huella.
-¡Bien Croagunk! ¡Atráelo con Mofa! –ordenó Anabel, y Croagunk, sonriente, comenzó a sacar su lengua, y a mover su mano invitando a Growlithe a ir por él. El Pokémon de Fuego se fastidió, e insistió con un ataque de Derribo- Aquí viene la segunda huella, Ilima. ¡Croagunk, Puño Hielo al suelo y salta! –ordenó Anabel, Croagunk golpeó el suelo con su Puño Hielo, congelándolo, y saltó esquivando a Growlithe, quien intentó frenar, marcando sus huellas al suelo, mismas que Ilima comenzó a dibujar, y con un pulgar en alto, Anabel supo que era suficiente- Tenemos lo que necesitamos, Croagunk, ¡Venganza! –terminó Anabel, y Croagunk, sabiendo que Growlithe era más fuerte que Psyduck, tuvo que conectar el ataque, noqueando a Growlithe- ¡Excelente combate, Joshua! –agregó Anabel entusiasta, incluso aplaudiendo para Joshua, quien sonrió apenado, regresando a ser el tímido niño de antes.
-¡Tengo las huellas! –comentó Ilima, mostrándole a Anabel sus bocetos, por lo que sonrió, mientras en su mente por fin terminaba el rompecabezas, y llamaba a Tatiana con un movimiento de su mano, pidiéndole reunirse con ella lejos de los mirones.
-Ya sé quién es el escritor anónimo –miró Anabel a Joshua, y Tatiana, comprendiéndolo, se ruborizó-. Hoy por la mañana, tal vez no lo recuerdas, pero entre 6:30am y 6:40am, platicabas con Ian. ¿No es así? –comentó Anabel, mientras en su mente veía a Tatiana frente a las puertas cerradas del edificio de primaria, esperando al Conserje Jay para que le abriera.
-Como le dije, Detective, no recuerdo muy bien todo lo que hago en todo momento –comenzó Tatiana, sonriente-. Pero creo que ahora que lo menciona, cuando Ian llegó, estaba extrañamente hablador –recordó Tatiana, y en su imaginación Anabel pudo ver a Tatiana y a Ian hablando, mientras un chico corría a sus espaldas en dirección a las canchas de futbol, ese chico era Joshua-. Pero pensé que usted había dicho que Ian… -comentó ella.
-Fue lo que pensé en un inicio, y no estaba del todo equivocada, ya que Ian era el cómplice –le explicó, y comenzó con el resumen-. A las 6:30am, el Conserje Jay entra y se dirige a la caja de luces, mientras tanto, Ian, extrañamente comunicativo, desvía tu atención –le explica Anabel, mientras mira la escena en su cine mental-. Joshua va a las canchas, busca el ducto de ventilación. Y mientras el Conserje Jay va a la caja de cambios, salta para quitar la tapa del ducto de ventilación –le explica Anabel, y esta vez parece como si Tatiana pudiera ver el cine mental de Anabel, mientras Joshua salta, pisando la pared, y se cuelga de la tapa del ducto hasta abrirla-. Una vez que la tapa está abajo, la caja de cambios se enciende, Joshua escucha los focos de las canchas de futbol titilar, saca a Growlithe, y lo carga para entrar en el ducto –explica Anabel, y en su mente, Growlithe va todo derecho por el ducto, taclea la tapa, esta cae a unos metros, rompiendo un azulejo, mientras el Conserje Jay se cambia en el armario de la limpieza-. Growlithe no sabe a dónde ir, pero persigue un olor, el olor de tu casillero. Conocías de Growlithe de antes, ¿no es así? –preguntó Anabel.
-Sí, he tenido batallas tanto con Ian como con Joshua. Growlithe me conoce bien –comentó Tatiana, parecía como si ella pudiera ver ahora a Growlithe en la mente de Anabel, dirigiéndose al casillero con la carta en el hocico, saltar, e intentar meter torpemente la carta por la rendija de su casillero, lo que le tomó varios intentos, mismos que Ian veía desde las ventanas de las puertas dobles cerradas, mientras continuaba haciendo conversación para que Tatiana no mirara los intentos de Growlithe, hasta que el Pokémon por fin logró meter la misma, y correr de regreso por donde vino, mientras el Conserje Jay salía e iba a abrir la puerta, permitiéndoles a todos el paso.
-La carta entró entre las 6:30am y las 6:40am –continuó Anabel-. El Conserje Jay no tuvo nada que ver, fue un Growlithe quien entró siguiendo tu aroma, y colocó la carta, regresó a su dueño, Joshua, mientras el cómplice, Ian, te distraía. Todas las piezas encajan perfectamente –comentó Anabel, sonriente, y Tatiana asintió, aceptando la respuesta.
-Pero, ¿qué hay con las huellas? –preguntó Kahili, Ilima sonrió, y le mostró su libreta de dibujo-. La huella que encontramos era de tres dedos, y los Growlithe tienen cuatro dedos delanteros y uno en su talón –comentó Kahili, apuntando en el libro de dibujo de Ilima a las huellas que había dibujado.
-Growlithe tiene cuatro dedos, es verdad –comentó Anabel, enseñándole la penúltima huella que dibujó Ilima, que era idéntica a la huella de Psyduck- Ingenuamente, pensé que al Psyduck tener tres dedos, era el Pokémon que estábamos buscando. La batalla contra Ian era para comprobar con huellas frescas que estas fueran idénticas al dibujo inicial de Ilima, y lo eran –le mostró Anabel-. En mi mente, Ian había llevado a Psyduck a las canchas, había subido a Psyduck al ducto, regresado para distraer a Tatiana, y permitirle entrar mientras el Conserje Jay estaba cambiándose. Todo parecía encajar perfectamente, hasta que Ilima me enseñó esto –prosiguió Anabel, mostrando una huella con cuatro dedos-. Esto desmoronaba mi teoría, la pieza de mi rompecabezas encajaba perfectamente hasta este momento. Pero entonces pensé en Joshua, quien convenientemente tenía practica de futbol matutina, aun cuando sin las luces de las canchas no podría ver absolutamente nada. Las huellas en la pared por donde baja el ducto, las que limpiaba el Conserje Jay, tenían cuatro dedos, pero las de enfrente del casillero eran de tres, o al menos, parecían de tres, los dedos dos y tres de Growlithe, están muy juntos mientras camina, lo que crea la ilusión en una huella de que es de tres dedos, pero cuando frena, o se apoya, los dedos se separan –explicó Anabel, mostrándole a Kahili la última huella, la de Growlithe cuando frenó tras resbalar por el hielo del Puño Hielo de Croagunk, los dedos se separaron para dar un mejor agarre-. Cuando Growlithe saltó frente al casillero, su pata trasera no estaba ejerciendo más que la fuerza de empuje, pero en la rendija, desde un principio las marcas de arañazos de en medio me confundieron. La pata de Growlithe no estaba en pose de afiance, pero por más cerca que estén los dedos, tiene dos garras, parecía un arañazo de tres dedos, cuando realmente el "dedo" principal, eran dos muy juntos. Las huellas en el ducto, además, eran las huellas de Growlithe sosteniéndose del borde del ducto antes de saltar, por lo que allí también se separaron sus dedos antes de lanzarse dentro –terminó Anabel.
-Eso aclara todas mis dudas, Detective Anabel, muchas gracias –miró Tatiana en dirección a Ian y a Joshua, quienes hablaban entusiasmados de la batalla contra Anabel con sus otros compañeros-. Aunque… a pesar de que sé que Ian ayudó a Joshua a colocar esta carta en mi casillero… aún no puedo verlos más que como hermanos… gracias por su trabajo, Detective Anabel, de ahora en adelante, solo me resta pensar en si debo aceptar la confesión –reverenció Tatiana, y regresó con Ian y Joshua, hablando con ellos de lo que fuera, menos del caso.
-Bueno, eso termina con nuestro primer caso –cerró su libreta de dibujo Ilima, y entonces miró a Anabel, como si fuera a decir algo, pero entonces notó la hora-. Oh vaya… ya es tarde… -comenzó Ilima, debatiéndose entre sí decir lo que tenía que decir o no, lo que mantenía a Anabel a la expectativa-. Nos concentramos mucho en el caso, y ya tenía varias cosas que hacer, pero. Anabel, ¿quisieras salir conmigo a comer algunas malasadas en otra ocasión cuando un caso no nos quite tanto tiempo? –invitó Ilima, apenando a Anabel sobremanera, quien comenzó a tartamudear.
-¡Yo hablo tartamudo! –se adelantó Kahili, interrumpiendo- Ella estará encantada. ¡Mueve la cabeza para asentir si es así! –comentó Kahili, Anabel tragó saliva con fuerza, pero asintió- Es una cita –sonrió Kahili.
-Supongo –respondió Ilima, mientras Anabel, temblorosa, asintió-. Ya debo irme. Cuídate de camino a casa, Anabel, y Kahili, no ataques a nadie –comentó Ilima con un poco de sudor en su rostro.
-¡No prometo nada! –respondió Kahili con palo de golf en mano, pero entonces notó la hora ella también- ¡Aaaaaah! ¡Mi práctica de la tarde! ¡Anabel! ¡Quiero quedarme a hablar contigo de cierto niño guapo pelirosa, pero ya se me hizo tarde también! –se quejó Kahili.
-Anda, ve, ya dejé a Looker esperando mucho de todas formas –sonrió Anabel, Kahili entonces miró a Looker recargado contra una pared y esperando, apuntó a él con curiosidad y preparó su palo de golf, pero eso solo molestó a Anabel-. ¡Solo vete! ¡Es mi tutor legal! –se quejó Anabel.
-Si bueno, mientras no tengan relación de sangre igual me preocupo –comentó ella, y Anabel la miró con curiosidad-. Solo… ten cuidado, ¿está bien? Vivir con otro hombre que no es tu familia no es normal –terminó Kahili, retirándose, pero haciendo una seña desde sus ojos y apuntando a Looker después, como una forma de decir, "te estoy vigilando", en dirección a Looker.
-¡Kahili! ¡Basta! –se molestó Anabel, sonrojada- No le hagas caso, está demente –se quejó Anabel, pero realmente Looker no estaba poniendo atención en esos momentos-. No importa… solo… gracias por los consejos… me sirvieron mucho –agregó ella, sin tener el valor de verle a Looker al rostro. Looker por su parte, la miró a ella, a Croagunk, y al grupo de gente que hablaba sobre su batalla e imitaba la misma.
-Esta escena es mucho más esperanzadora que la de los primeros días –comentó Looker, Anabel lo notó, y sonrió de forma entusiasta-. ¿Malasadas para cenar? –preguntó Looker, y el recuerdo de Ilima invitándola a comer Malasadas un día la apenó- Oh… entonces ya tienes a alguien especial con quien comer Malasadas… -se burló Looker.
-¿Eh? ¡No saques conclusiones, Detective! –se apenó Anabel mientras lo apuntaba, notando que, al hacerlo, se había puesto a la defensiva, lo que iba en contra de todas sus enseñanzas- No me puse a la defensiva –declaró ella.
-Te pusiste a la defensiva, por lo que solo reafirmas mi punto –se burló Looker, apenando a Anabel aún más-. Supongo que, si ya tienes a alguien especial con quien esperas comer Malasadas, podemos cenar otra cosa –sentenció Looker.
-¡Las Malasadas están bien! –se fastidió Anabel, aún apenada- Mientras no sean de máquina expendedora, son una buena cena, y con una malteada de leche de Miltank, tal vez algunos jugos de fruta y macarrones –terminó Anabel, y Looker accedió.
Ruta 01. Casa de Looker y de Destra.
-¿Qué estamos viendo? –preguntó Looker, en el sillón de la sala de estar al lado de la cocina, con un plato de Malasadas en mano, mientras Anabel, ya en su pijama, que constaba de una blusa blanca y pants lilas, comía palomitas junto a Croagunk.
-El Detective Laki –comentó Anabel-. Kahili dijo que era un programa de detectives, dijo que podría aprender algo si lo veía –le respondió Anabel, tomando una cajita de jugo de naranja, y sorbiendo del popote.
-No vas a aprender nada viendo esto, pero el mayordomo lo hizo –comentó Looker, mientras Anabel, confundida, desviaba la mirada para ver a Looker- No confundas un programa de televisión con un caso policiaco real. En un caso policiaco, las evidencias están desde un inicio. Un buen detective normalmente tiene a su sospechoso bien identificado, este sujeto va de un sospechoso a otro por el poder del guion –comentó Looker.
-Oye, yo fui de un sospechoso a otro, no necesariamente por el poder del guion –se quejó Anabel-. Quiero decir, es verdad que lo primero que dije fue algo así como: "¿no te parece conveniente que Joshua tenga practica matutina?" pero tú me dijiste que tenía que corroborar todo con evidencia –declaró ella.
-Sí, pero en un programa de televisión, todos parecen culpables porque el poder del guion te quiere distraído, y eso hace que el verdadero culpable sea el de las razones más evidentes. El director te está haciendo dudar a propósito desviándote por otros caminos antes de darte la sorpresa de que obviamente era el mayordomo. Te apuesto 500 créditos a que es así –sacó el dinero Looker de su bolsa.
-Es un programa de televisión, obvio no va a ser igual que en la vida real –comentó Anabel, Looker continuó con su apuesta-. No es el mayordomo, es el jardinero. Tiene las razones más de peso –Looker continuó moviendo su billete, Anabel, molesta, accedió- Este no es un caso real, Detective, fue el jardinero, es obvio –comentó Anabel, buscando su mochila, y sacando el dinero. Looker sonrió, y cuando Laki, el protagonista, declaró al culpable, este resultó ser el mayordomo-. ¿Eh? Pero eso es tan anticlimático –se quejó Anabel.
-Te lo dije, para resolver un caso en una serie de televisión, solo debes pensar en lo que haría el director, no en los móviles de los personajes ficticios arreglados para hacerte dudar –comentó Looker, y Anabel, frustrada, le entregó el dinero-. Por cierto, tu mesada –le regresó el mismo Looker, junto a sus 500 créditos.
-No me hace feliz que me pagues mesada con el dinero que me acabas de extorsionar –se quejó Anabel, pero antes de que la conversación pudiera continuar, el timbre sonó-. ¿Esperamos a alguien? ¿Alguien sabe que vivimos aquí? –preguntó Anabel.
-Espero que no, un hombre adulto con una niña menor de edad con quien no comparte lazos de sangre. Receta perfecta para meterme a la cárcel –comentó Looker, Anabel se apenó y desvió su rostro al televisor, mientras otro episodio del Detective Laki comenzaba-. Ya regreso –comentó Looker.
-¿Qué le pasa? Estábamos pasando un buen rato, no tenía que recordarme la vergonzosa realidad de nuestra relación –se quejó Anabel, soplando en la pajilla de su jugo para distraerse. Croagunk de pronto comenzó a sentirse mal, se tomó del estómago, y un potente olor comenzó a golpear la nariz de Anabel- ¡No inventes Croagunk! ¡Qué asco! –se quejó Anabel, abriendo una ventana, mientras Looker abría la puerta.
-¿Mitchell? –preguntó Looker, sorprendido de encontrar a su compañero aún en uniforme- Es tarde, ¿por qué sigues en uniforme? –preguntó Looker, mientras Mitchell le entregaba una carpeta- No me digas que estuviste trabajando en el caso hasta ahora. Tenemos horarios –declaró Looker sorprendido, el Snubbull de Mitchell simplemente se cubrió la nariz cuando le llegó el olor de Croagunk, pero Mitchell al parecer no se percató del mismo, lo que Looker encontró curioso.
-Hice lo que me ordenó, Detective, investigué más de este tal Braiden… pero cuanto más descubría, más me inquietaba –comentó Mitchell, y Looker comenzó a hojear la documentación-. Tenía razón, Detective, Alola esconde secretos… creo que yo no quería verlo, pero solo basta con escarbar un poco la superficie, y estos salen a luz –comentó Mitchell, y Looker se detuvo en un acta, y miró a Mitchell con sorpresa-. Cuando me enteré, no pude dejar de seguir investigando. Detective, Braiden está muerto, esa es su acta de defunción. Murió hace dos semanas –comentó Mitchell preocupado.
-Esto… puede ser más que solo un caso de suplantación de identidad… -comentó Looker, leyendo sobre un supuesto accidente en Pueblo Po, y leyendo el acta de defunción-. Sé que quería trabajo, pero… por alguna razón, esto no me alegra en absoluto… -terminó Looker. Alola, solo era bella en la superficie.
