Nuevamente me tardé un poco en continuar con esta historia. De poco en poco quiero volver a la ruta de los entrenamientos de Anabel, pero hay ciertas cosas que tienen que quedar asentadas primero para que la historia pueda desenvolverse de una forma más amena, y de eso trata este capítulo, de ir encaminando la historia al objetivo de crecimiento que tanto Looker como Anabel tienen, que ambos encuentren su móvil. Pero no indagaré mucho en esto, mejor continuemos con la historia.
mazp04: Hola, bienvenido a esta historia. Me da gusto el leer que la estás disfrutando, Anabel siempre fue un personaje que me atrajo desde niño, era interesante, y me aplastó una infinidad de veces en el juego la hija de… ejem… de Arceus porque todos somos hijos de Arceus. El punto es que me encantó su personaje, y al verla en Sun y Moon no pude no volver a interesarme en ella como personaje. Espero que estés disfrutando de mi versión de su historia hasta los eventos de Sun y Moon. Espero seguir contando con tu apoyo.
liuterazagi: Gracias, he estudiado para que sea creíble todo esto del entrenamiento de Anabel, claro que no soy ningún experto, pero que un policía me diga que voy por buen camino significa que el esfuerzo de estudio previo a escribir que estoy poniendo va por buen camino, seguiré estudiando para no decepcionarte con alguna burrada… aunque seguro en algún momento voy a cometer alguna burrada, jajaja. Kahili, al igual que Anabel, es de esos personajes de poco trasfondo que me encantan porque me dan la oportunidad de explotarlos para mis fines artísticos, así que no podía no poner a Kahili en un rol importante para Anabel si esta estaba en Alola. El Desafío de las Islas precisamente me abre esas posibilidades, en este capítulo hay algo implícito de "jurisdicciones", que Looker por supuesto ignorara mientras está, "apoyando a Anabel en su Desafío de las Islas", pero todo lo del Desafío de las Islas trae consigo más bien preocupaciones a Looker más que herramientas, buena parte de este capítulo se centra en eso y en el que las apariencias engañan. Ya corregí el error, lo lamento mucho y me da demasiada pena, desde ahora paso la búsqueda de Word en cada capítulo, lo normal es que se me escapen los "Destra" por la costumbre, pero un "Zawako", historia equivocada señor, esos errores no se cometen, que vergüenza. Sobre la nueva historia que se viene, como sabes es un universo compartido, no necesitas leerlas todas, la historia que planeo para la próxima semana tiene que ver con cierto profe afeminado. Me gusta expandir las historias de los personajes de crónicas, y lo hago de esta forma porque sus personalidades están frescas y cometo menos errores cuando realizo estas actualizaciones. Pero mi limite es trabajar en tres historias al mismo tiempo, como "La chica que quería ser un Pokémon", ya se terminó, me queda ese hueco en mi tiempo de escritura, y lo llenaré con esa historia, pero nunca escribiré más de tres historias al unísono, y como bien sabes, una historia no debe afectar a las otras, solo sirven para complementar y "entender la referencia". "Crónicas", además, es una historia sin fin, recorrerá todas las regiones, no solo Kanto, así que bueno, mi misión es mantenerla en actualizaciones rápidas y recurrentes. El resto de historias, Faller por ejemplo, son finitas, se acabarán a lo mucho en 24 capítulos, al menos ese es el plan. Faller tiene tintes policiacos, y con lo de este capítulo se asienta el caso de toda la historia, al menos en lo que respecta a Alola, velo como el caso principal de una saga de detectives, toda la historia de Looker girará a ese caso, mientras Anabel, es la otra parte de la historia, todo lo que respecta a Anabel es menos policiaco y más sentimental, de superación personal, algo así como la persona que descubre que tiene una enfermedad terminal y, pese a ella, elige vivir la vida, solo que, su ritmo de vida, es más rápido, queriendo vivirla al máximo, cumplir la mayor cantidad de objetivos, antes de desaparecer. Así que sí, hay tintes policiacos, y los mantendré, pero el objetivo va más allá de eso, y espero que la insistencia de Anabel se entienda mejor en este capítulo. Que lo disfrutes.
Faller - La dama caída.
Capítulo 6: La carga que llevamos juntos.
Alola. Isla Melemele. Ruta 01. Casa de Anabel y Looker.
-¡No puedo creer que me quedé dormida! –exclamó Anabel, despertando a Croagunk, quien se espantó y miró en todas direcciones poniéndose a la defensiva, pero en lugar de peligro, solo encontró a Anabel corriendo de un lado de la habitación a la otra lanzando su pijama mientras se cambiaba en su ropa de diario, o al menos lanzando ropa de su armario al futón, preocupando a Croagunk, quien veía a Anabel siendo todo un desastre mientras se vestía lo más rápido que podía en diferentes atuendos, mirándose al espejo, y cambiando por algo más- ¿Qué opinas? –preguntó Anabel a Croagunk al tercer cambio, mostrándole una camiseta sin mangas de un color violeta con bordes negros, una minifalda plisada blanca, calcetas sobre las rodillas de color violeta pálido, y alpargatas blancas. Croagunk miró el conjunto e hizo una pose acomodándose el sombrero de policía-. ¿Un sombrero? –preguntó Anabel, Croagunk asintió, y Anabel buscó entre la montaña de ropa, encontrando un sombrero de playa con una flor violeta- ¿Qué tal? –posó Anabel, Croagunk asintió, y Anabel se admiró el conjunto- Entonces estoy lista –intentó salir Anabel, pero Croagunk la detuvo-. ¿Qué ocurre? –Croagunk entonces apuntó a la montaña de ropa- Ah… cierto… -se apenó Anabel, y comenzó a guardar todo lo más rápido que pudo, pero tras escuchar la puerta de la habitación de Looker abrirse, se escandalizó-. Te lo encargo, Croagunk –se apresuró Anabel a salir, y Croagunk hizo una mueca, pero comenzó a doblar y guardar la ropa de Anabel, mientras ella se dirigía a la cocina- ¡Buenos días! –se apresuró Anabel a pasar por la cocina, llegó al refrigerador, y rápidamente comenzó a cocinar algo.
-Alola Anabel –respondió Looker, quien comenzó a preparar la cafetera-. ¿Café? –preguntó Looker, Anabel lo pensó, asintió, y Looker puso más agua en la cafetera. Anabel entonces desvió algunas miradas en dirección a Looker mientras se medió concentraba en cocinar, Looker notó las mismas, y se preguntó la razón, notando después a Croagunk en la puerta de la habitación de Anabel, tomando un vestido, y poniéndoselo encima como si modelara el mismo, por lo que Looker entendió la razón de las miradas de Anabel-. Te vez bien –sonrió Looker, apenando a Anabel.
-¿Enserio? –se apenó ella con algo de rubor y una sonrisa en su rostro mientras volvía a concentrarse en la cocinada. Looker miró en dirección a Croagunk, el Pokémon hizo movimientos como indicando que dijera más, Looker se rehusó, fastidiando a Croagunk, pero antes de que una confrontación pudiera iniciar, Anabel habló primero, interrumpiéndolos a ambos- ¿Quieres pan tostado? Lo serviría normal, pero ya está un poco viejo, creo que sabrá mejor si lo tuesto un poco –continuó ella.
-Me parece bien –continuó Looker, Croagunk volvió a hacerle señas, pero Looker lo ignoró y tomó el periódico, abriendo el mismo-. Este es el periódico de ayer –se quejó Looker, colocando el mismo en la cesta de reciclaje y viendo la hora- Umm… ya deben de haber entregado el de hoy. Voy a la entrada –comentó Looker.
-Sí, ah, y sepárame la sección de tiras cómicas –pidió Anabel, mientras Looker se dirigía a la entrada, y encontraba el periódico del día sobre el tapete de la entrada, levantando el mismo, buscando la sección de tiras cómicas, y colocándolas en la mesa en el lugar de Anabel, mientras él se sentaba y abría el periódico en su lugar, pretendiendo comenzar a leer el mismo, cuando Anabel le quitó el periódico-. Nada de periódico en la mesa… tu desayuno… -comenzó Anabel, alejándole a Looker el periódico y colocándolo del otro lado de la mesa, al igual que a la sección de tiras cómicas.
-Eres medio mandona, ¿lo sabías? –agregó Looker, mientras Anabel le servía de tomar, Croagunk llegaba a la mesa y se sentaba, y Anabel le servía de su comida Pokémon. Una vez que todo estuvo listo, Anabel se sentó- ¿Emocionada por informarte sobre el Desafío de las Islas? –preguntó Looker comenzando a desayunar, y Anabel asintió.
-Kahili dijo que vendría con nosotros. Vas a venir tú también, ¿verdad? –preguntó ella entusiasmada, Looker hizo una mueca e intentó decir algo, pero Croagunk lo atacó con su Puño Hielo por debajo de la mesa, dándole un tremendo escalofrió a Looker-. ¿Estás bien? –preguntó Anabel preocupada por las reacciones de Looker, sin haber notado el Puño Hielo de Croagunk.
-Estoy bien… -se quejó Looker, Anabel alzó una ceja, más en específico al recorrer a Looker por los once puntos descubriendo que mentía- Iba a decirte que, yo voy por asuntos de trabajo. Las acompaño con gusto, pero no olvides que voy a trabajar –le explicó Looker.
-Entiendo que tu trabajo es importante… pero, ¿no puedes al menos dedicarme el domingo? Todo el sábado estuviste trabajando –se quejó Anabel, Croagunk le dirigió una mirada molesta a Looker, el detective le regresó la misma con molestia similar- Ya veo… no puedes… -se deprimió Anabel, Croagunk reprendió con la mirada, Looker solo suspiró, intranquilo.
-Tal vez podría hablar con Mitchell para que cada uno tenga un día del fin de semana de descanso… -aceptó Looker, y Anabel lo miró con entusiasmo-. Pero no te emociones. Al menos hoy, definitivamente, tengo que trabajar. El próximo fin de semana veré la forma de tener algo de tiempo libre. Tengo que aprovechar que, al menos de momento, parece que tengo un caso que seguir –le explicó Looker.
-Pensaré entonces en algo que hacer el próximo fin de semana –agregó Anabel entusiasmada, Looker asintió a duras penas, pero regresó su atención a su desayuno, aunque la misma se interrumpió cuando la puerta fue golpeada varias veces-. Si es Mitchell… me voy a enojar… -comentó Anabel, mirando a Looker con sombrías intenciones-. ¿Ni siquiera podemos pasar el desayuno juntos? –se quejó Anabel.
-No creo que sea Mitchell, a él lo veré en la estación más tarde –le comentó Looker, levantándose. Anabel solo suspiró deprimida porque nuevamente no podía lograr pasar tiempo a solas con Looker. Siempre era una interrupción tras otra, por lo que Croagunk intentó animarla, mientras Looker abría a la puerta-. ¿Nanu? –preguntó Looker.
-Sí, ese aún es mi nombre –comentó Nanu, ofreciendo su mano a Looker, quien la estrechó y lo invitó a pasar-. Espero que te hayas estado comportando como un adulto responsable. Sabes que sabré cuando no lo hagas –se burló Nanu, caminando con las manos dentro de los bolsillos a la mesa, donde Anabel, un poco nerviosa, se puso de pie e hizo una reverencia-. ¿Qué formas son esas de recibir a tu padrastro? –se quejó Nanu.
-A-Alola… Nanu… -se apenó Anabel, Nanu la miró con molestia-. ¿Tío Nanu? –preguntó, y Nanu sonrió, revolviéndole el cabello a Anabel, mientras Nanu caminaba hasta la mesa, y se sentaba de forma relajada en la misma- ¿Desayunaste? ¿Te preparo algo? –preguntó Anabel, y Nanu asintió. Anabel no supo qué significaba aquello- Prepararé un poco para ti –comentó ella, dirigiéndose a la cocina nuevamente.
-¿La tienes de tu sirvienta? –se quejó Nanu, preocupando a Looker- Es broma… es bueno ver que hay algo de luz en su mirada después de todo. ¿Cómo van las cosas en la escuela, Anabel? ¿Ya has hecho amigos? –preguntó Nanu.
-Ah… bueno… supongo que sí he hecho a algunos amigos –se apenó Anabel, sonriendo. Aquella sonrisa llamó bastante la atención de Nanu, quien sonrió de igual manera, mientras Anabel continuaba cocinando-. Ka-Kahili… creo que puedo llamarla mi amiga. Ambas nos iniciamos ayer en el Desafío de las Islas… perdona por no mencionártelo, tío Nanu –se apenó ella, llegando a la mesa con un plato, y entregándoselo a Nanu.
-Descuida, las cosas en Alola se mueven así de rápido –prosiguió Nanu, comiendo un poco de su plato antes de continuar-. Quiero decir, no es como que yo les haya dicho que, de alguna forma que no me explico, logré pasar el rito de Tapu Bulu. Oficialmente soy un Kahuna y todo eso –comentó Nanu, continuando con su desayuno.
-Felicidades, Nanu… -comentó Anabel, y Nanu la miró con molestia, preocupándola-. ¿Tío Nanu? –preguntó Anabel, y Nanu volvió a asentir- Aunque… técnicamente es padrastro Nanu. Lo que técnicamente tampoco importa porque toda esta relación es ficticia en todos los sentidos –comentó ella confundida, pero Nanu reaccionó molesto rápidamente.
-Vah, tecnicismos inútiles –se quejó Nanu-. Para este sujeto y para mí, que todo lo que somos es falso, nos da lo mismo. Basta con que yo quiera verte como a una sobrina y listo. Después de todo, como el buen tío que ahora soy, te traje un regalo –comentó Nanu, sorprendiendo a Looker, y levantando la curiosidad de Anabel-. Hala me contó que te habías iniciado, pero me dijo que no te dio un Pokémon inicial porque ya no tienes 11 años y todo eso. Pues que pena, yo también soy un Kahuna, y en el nombre de Tapu Bulu y todas esas idioteces, te hago entrega de tu Pokémon inicial –comentó Nanu, entregando a Anabel una Pokébola.
-¿Me trajiste un Pokémon inicial? –preguntó Anabel, tomando la Pokébola, ante la mirada molesta y de vena saltada de Croagunk, a quien Anabel le dirigió una mirada de preocupación- Muchas gracias, tío Nanu. Cuidaré muy bien de él o ella –sonrió Anabel.
-Espera un momento… ¿cómo te dieron un inicial si apenas ayer te asignaron como Kahuna? –se quejó Looker- Por más rápido que se muevan las cosas en Alola, no creo que te hayan entregado a un grupo de Pokémon iniciales, y menos que estés facultado para entregarlos así como así –intuyó Looker.
-Cierto, no es ni un Rowlet, ni un Litten, ni tampoco un Popplio –les comentó Nanu, y Anabel miró a la Pokébola con curiosidad-. Cuando Hala me comentó que Anabel se inició en el Desafío de las Islas, me tomé la molestia de ir al Monte Lanakila y capturarle a un Pokémon que yo considerara adecuado para convertirse en la compañera de Anabel –terminó Nanu, y Anabel, curiosa, se puso de pie interrumpiendo su desayuno, y lanzando la Pokébola, que estalló liberando al Pokémon-. No sé si entre los remanentes de tu memoria lo recuerdas, ese es un… -intentó decir.
-¡Sneasel! –declaró Anabel sorprendida, mientras el Pokémon de Tipo Siniestro y Hielo la saludaba- Por supuesto que recuerdo a los Sneasel. Son elegantes y muy veloces. Siguen siendo tipo Siniestro y Hielo, ¿verdad? –preguntó Anabel.
-No, ahora son Hada y Dragón –bromeó Looker, Anabel se impresionó-. Es broma, debiste saberlo al pasarme por los once puntos –se molestó Looker, Anabel se sintió reprendida en ese momento, por lo que desvió la mirada.
-Bueno… es solo que, no sentí necesidad de desconfiar de ti… -agregó Anabel apenada, levantando las sospechas de Nanu, quien miró a Looker con sombrías intenciones. Looker las notó. Anabel estaba tan distraída que no se percató de la tensión en el ambiente-. Alola, Sneasel, mi nombre es Anabel, y él es Croagunk –presentó Anabel, notando que, en ese momento, entre Sneasel y Croagunk nació realmente la tención-. ¿Por qué se miran así? –preguntó Anabel curiosa.
-Looker… ¿estás entrenando a Anabel? –preguntó Nanu a manera de susurro, Looker desvió la mirada y tomó de su café ignorando las acusaciones de Nanu- ¿A qué va eso? Pensé que, desde lo de 932, lo que menos querías era involucrar a alguien más en estas tonterías de agentes secretos –se quejó Nanu.
-No la estoy entrenando para convertirla en una agente secreto –se defendió Looker-. Pero si mis sospechas son correctas y hay cosas turbias pasando en Alola, no quiero volver a tener que pasar por lo de 932, y te agradecería que dejaras de mencionarla –respondió Looker también a manera de susurro, aunque Anabel ya miraba en la dirección de ambos con curiosidad.
-Si te refieres a las cosas turbias que Hala ha estado ocultando sobre las familias reales de Alola, también estoy en el caso, estoy enterado y estoy investigando –le respondió Nanu-. Tu trabajo es en Isla Melemele, déjame los problemas de Isla Ula-Ula a mí, y solo cuida de Anabel –declaró Nanu, Anabel tan solo los miró a ambos curiosa mientras ellos continuaban en su discusión de susurros ignorándola completamente.
-Lo siento, Nanu, pero tengo un caso de posible suplantación de identidad que lleva un rastro a la Isla Ula-Ula y a Pueblo Po –comentó Looker, fastidiando un poco a Nanu-. Así que, es solo cuestión de tiempo para que mi investigación me lleve en dirección a Ula-Ula. Te sugiero prepararte para una visita familiar –comentó Looker.
-Oh, Anabel es bienvenida, ella si es mi familia, contigo solo tengo negocios –le recordó Nanu, molestando a Looker-. Y lo siento por ti, Detective Looker, pero el caso de las familias reales de Alola me pertenece, y cuando lo resuelva ganaré puntos en la Policía Internacional Pokémon. Sé paciente hijo, te queda un largo trecho para ser un detective de mi calibre, este caso no te concierne –insistió Nanu.
-Me concierne desde que tengo una clienta que ya pagó por su caso –se defendió Looker, y Anabel comenzó a acercarse a la mesa, cosa que ambos notaron-. Nanu, entiendo que quieres que Anabel tenga una vida normal, fuera de todo esto, yo deseo lo mismo, pero lo turbio de Pueblo Po me concierne también, no vine de vacaciones, vine a convertirme en detective –sentenció Looker.
-Renunciaste a todo dirás, es por Anabel que lo volviste a intentar, así que quédate en el lado amable de Alola, cuida de Anabel, y déjame las cosas sucias a mí –insistió Nanu, Anabel se sentó, y tanto Nanu como Looker cambiaron sus respectivas posturas agresivas-. Y así fue como adopté a mi cuarto Meowth… son Pokémon muy agradables la verdad –comentó Nanu, comiendo de su plato con una sonrisa, Anabel lo observó con detenimiento.
-Vaya vida cómoda la de Alola, espero conocer a tus Meowth cuando el Desafío de las Islas de Anabel la lleve a Ula-Ula, porque sabes, soy su tutor legal, no me perdería el viaje por nada –sonrió Looker, fastidiando a Nanu, quien lo miró con descontento.
-Oigan, yo también quiero sentir el ambiente familiar y de pertenencia… pero ya los pasé a ambos por los once puntos, y ninguno está haciendo ni el mínimo esfuerzo de ocultar sus intenciones. ¿Qué está pasando? -preguntó Anabel, Nanu entonces miró a Looker con molestia- Si esto es porque Looker me está entrenando, yo se lo pedí, tío Nanu. Se resistió lo más que pudo, pero puedo ser muy convincente –le explicó Anabel.
-Si… claro… ya me sé esta historia, y normalmente no termina bien –se fastidió Nanu, levantándose mientras miraba a Looker con fastidio-. Gracias por el desayuno, Anabel. Estuvo delicioso. Y cuídate… –le comentó Nanu. Aquella ultima parte con una preocupación genuina que no pasó desapercibida ni por Looker ni por Anabel.
-¿Ya te vas? Pero si acabas de llegar –se quejó Anabel, pero Nanu la ignoró, y con un movimiento de su mano a manera de ademán de despedida, salió de la casa dejando al par con su nuevo Pokémon- Nanu es algo extraño, pero no me parece una mala persona. Se tomó la molestia de conseguirme un Sneasel, y ella es muy linda –sonrió Anabel, acariciando la cabeza de Sneasel, ignorando a su vez la mirada de molestia de Croagunk.
-Para mí que solo vino a generar discordia, pero bueno, ya se fue –comentó Looker, levantando los platos y comenzando a lavarlos. Anabel notó la molestia de Looker, y se acercó para verlo con preocupación- No tengo problemas con Nanu, es solo que él siempre hace lo que le viene en gana sin consultar. Ahora tenemos otro Pokémon que no pedimos –se fastidió Looker.
-Pues yo creo que fue algo lindo que pensara en mí sin tener obligación alguna de hacerlo –continuó Anabel, dándose la vuelta, y encontrando a Sneasel y a Croagunk en pose a punto de entrar en conflicto-. Croagunk, no seas grosero –reprendió Anabel, tomando ambas, la Ultra Bola y la Pokébola de sus respectivos Pokémon, y regresándolos para evitar una confrontación. Después de aquello, comenzó a ayudar a Looker con los platos, secándolos, y guardándolos en su lugar. Cuando todo aquello estuvo listo, Looker se dirigió a donde colgaba su gabardina, colocándose la misma, y preparándose para salir con Anabel siguiéndolo de cerca- ¿Te confieso algo, Looker? –comenzó Anabel una vez que salieron de la casa, por lo que Looker comenzó a tener un mal presentimiento. Para fortuna de Looker, esta vez su intuición se equivocó- Cuando desperté hace dos semanas con amnesia, estaba inmensamente deprimida, y sentía que quería desaparecer. Era un sentimiento triste, que solo se reafirmaba día con día con todas las cosas malas que pasaban… pero… creo que ahora veo todo de una forma más entusiasta –sonrió ella, sorprendiendo a Looker. Era como Nanu había dicho, se veía en Anabel un poco de luz en su mirada-. Aún si perdí 14 años de mi vida, quiero que los años que me quedan, sean cuantos sean, estén llenos de experiencias agradables, por eso… me disculpo si puede parecer que necesito que me estés cuidando todo el tiempo. Tan solo, intento anclarme a este nuevo mundo y conocer todo lo que pueda para convencerme así de no desaparecer –sonrió Anabel nuevamente, y Looker sonrió también.
-Ver la luz al final del túnel, ¿no es así? –preguntó Looker, y Anabel asintió- Desearía que algunos túneles al menos, no fueran más oscuros que otros –recordó Looker, Anabel se preocupó un poco por él, pero Looker también decidió verlo todo con esperanza- Eso me recuerda, aún hay lecciones que debes aprender para poder permearte con tus alrededores como hago yo. ¿Aún quieres aprenderlas? Si vas a tomar el Desafío de las Islas, pienso que te serían de mucha utilidad –continuó Looker, caminando en dirección a Pueblo Lilii.
-Definitivamente quiero aprenderlas –comentó Anabel entusiasta-. Técnicas detectivescas, Krav Maga, no importa lo que sea, mantienen mi mente y mi cuerpo concentrados. ¿Cuál es la siguiente lección, maestro? –preguntó Anabel entusiasta.
-Desconfiar de todo, incluso de la naturaleza –comentó Looker de forma sombría, lo que Anabel notó, mientras en la mente de Looker, aquella Ultra Bestia, Guzzlord, volvía a convertirse en parte de sus pesadillas recurrentes-. Si vas a hacer el Desafío de las Islas, estoy seguro de que pasarás un tiempo prolongado en la naturaleza. Allí afuera, ni las habilidades detectivescas, ni el Krav Maga te serán de utilidad, si no aprendes a sobrevivir primero –le explicó Looker, y Anabel notó que estaba siendo algo distante mientras lo decía.
-Lo entiendo… pero parece que este es un tema que, por alguna razón, te deprime… y no me gusta verte deprimido… -comentó Anabel, Looker notó su mirada preocupada, y para calmar un poco los ánimos, le revolvió el cabello al bajarle el sombrero y frotárselo violentamente-. Basta, me despeinas. Me esforcé por peinarme y verme linda lo más rápido que pude en la mañana –se quitó el sombrero Anabel, y comenzó a peinarse con las manos a cómo podía.
-A la naturaleza no le importa que te veas linda –comenzó Looker, y Anabel notó que entraba en modo maestro, por lo que se apresuró a acomodarse el sombrero, y a sacar su libreta de notas-. No hay reglas en la naturaleza, estás a merced de los Pokémon silvestres, debes recordar siempre que eres una invasora a su hábitat, y que por más que en el mundo los Pokémon comprendan el lugar del ser humano, donde muchos los ven como amigos, no dejan de ser individuos salvajes que se guían de sus instintos. Si no tienes cuidado, podrías ser la presa de alguno de ellos –continuó Looker, y la memoria de 932 volvió a hacerse presente, y de Guzzlord, y aquel horrible momento-. Anabel… -comenzó Looker, deteniendo la marcha, y Anabel, encontrando aquello curioso, se detuvo también-. Quiero que me prometas que nunca… jamás… vas a bajar la guardia. No importa si se trata de un humano o de un Pokémon… si quieres sobrevivir, debes de desconfiar de todo y de todos, no debes confiar en nadie… ¿lo comprendes? –preguntó Looker, y Anabel bajó sus notas, comprendiendo que esto no era una lección.
-Looker… ¿hay algo que quieras contarme? –preguntó Anabel, por unos momentos Looker la observó, y vio y escuchó a 932, por lo que Looker se frotó los ojos, movió su cabeza varias veces, y disipó aquella imagen- ¿Looker? –volvió a preguntar Anabel.
-En la naturaleza –resumió Looker tanto la lección como la caminata. Anabel intuía que algo estaba mal, pero Looker era un agente especialmente entrenado para cualquier cosa, por lo que desestimó sus preocupaciones, y comenzó a caminar a su lado nuevamente-. Deberás entender cuatro conceptos básicos de supervivencia. El primero es la Seguridad Inmediata, no desatiendas a ninguna señal de peligro. Si hay un incendio te alejas de este, si hay una inundación, buscas terreno alto, si llueve, buscas refugio. Nada es más importante que la seguridad inmediata. Cuando estás en una misión, arriesgar la vida por tu misión es lo más ridículo que puedes hacer. Primero está tu seguridad, después está todo lo demás. Si comienza a oscurecer, no esperas a que el sol se oculte, aseguras refugio mientras aún hay luz. El alimento, buscar agua para beber, incluso cuidar de tus heridas, todo es secundario sin un refugio –recalcó Looker.
-¿Incluso atender a las heridas? –preguntó Anabel, y Looker asintió- Supongo que sabría más de estas cosas si tuviera más experiencia. Pero si me estuviera desangrando por cualquier razón, pienso que atender a mis heridas es prioridad –comentó Anabel.
-Trata de ponerte un torniquete en medio de un incendio o inundación… la adrenalina no te dejará siquiera comprender si tu herida está bien cubierta –comentó Looker, impresionando a Anabel-. La adrenalina puede, inclusive, evitar que atiendas a tus heridas porque incluso tu cuerpo sabe que primero es ponerse a salvo, antes que atenderse –recalcó Looker, y Anabel, comprendiéndolo, notó su error-. Una vez que has asegurado refugio, ya estando a salvo, el segundo punto para la supervivencia son los Primeros Auxilios –le explicó Looker, y Anabel asintió-. Verificas si tienes heridas o lesiones, y tratas tus problemas de salud. Es vital tener un botiquín listo, llevar lo esencial. Vendas, alcohol, tijeras, incluso un encendedor para desinfectar tus utensilios, o realizar cauterizaciones de emergencia –comentó Looker, aquello aterró a Anabel un poco-. Esas tonterías del Detective Laki de quemar la hoja de un cuchillo, y quemarse la zona donde tiene una hemorragia, solo funciona en la televisión. Cuando tengamos más tiempo te enseñaré la forma correcta de cauterizar una herida, cocer una herida, realizar torniquetes, y dar primeros auxilios básicos de reanimación cardiopulmonar –prosiguió Looker, ya entrando en la zona de maestro, por lo que las explicaciones se tornaban más largas y Anabel debía tomar notas más rápidamente.
-Ejercicios básicos de… reanimación… cardiopulmonar… -anotó Anabel, leyendo sus notas rápidamente para ver si hacían sentido, y deteniéndose nuevamente en la parte de la reanimación cardiopulmonar, mostrando curiosidad-. ¿Cómo es la reanimación cardiopulmonar? –preguntó mientras se rascaba la cabeza.
-El RCP se utiliza cuando alguien ha dejado de respirar o su corazón se ha detenido por alguna razón –le explicó Looker, y Anabel asintió-. Consiste en colocar la base de las manos en el esternón y realizar 30 presiones rápidas y fuertes, manteniendo un mismo ritmo, y sin ejercer presión tal que pudiera romper la caja torácica, en cuyo caso solo empeoraste las cosas y probablemente mataste a alguien –declaró Looker, sobresaltando a Anabel-. Estas presiones se alternan con respiración de boca a boca inclinando la cabeza de a quien atiendes hacia atrás, levantando la barbilla o mentón y apretando la nariz con los dedos. Soplas un par de veces suave y lentamente, inflando el pecho cada vez que soples… pero te explicaré cada procedimiento de forma individual después… -le explicó Looker, y ante la imagen mental, Anabel rompió la punta del lápiz que usaba para anotar, mientras mantenía el rostro enrojecido-. Debiste usar una pluma… -enunció Looker.
-¿Boca… a… boca…? –se apenó Anabel, haciendo volar su imaginación, y sintiéndose en extremo apenada en esos momentos. Looker tan solo la miró con curiosidad, mientras Anabel, apenada, se dio la vuelta- Dame un minuto… -prosiguió Anabel, dándose la vuelta, y pellizcándose la mejilla con fuerza, lo que preocupó un poco a Looker, hasta que Anabel, dándose la vuelta nuevamente, y con la mejilla enrojecida por el estiramiento y algunas lágrimas traicioneras, miró a Looker con monotonía-. Ya estoy lista para continuar con mis apuntes… maestro… -prosiguió Anabel, sacando un nuevo lápiz de su bolsa y continuando con sus anotaciones.
-Está bien… creo… -comentó Looker, ya estaban cerca de Pueblo Lilii, pero Looker quería terminar con el resumen de las siguientes lecciones de Anabel-. El tercer punto es la Protección… -continuó Looker, nuevamente con aquel tono distante, como si recordara algo de su pasado, y la realidad era que eso era precisamente lo que Looker hacía, mientras se recordaba en aquella planicie de Prado Poni, recordando el cómo él y 932 encontraron refugio en un claro alejado de los árboles atendiendo a la necesidad de Seguridad Inmediata, eligiendo el claro y montando el puesto de vigilancia en dirección a los árboles, sabiendo que si algún Pokémon silvestre aparecía, lo divisarían de inmediato. Estaban en buena salud, ninguno necesitaba de Primeros Auxilios, pero bajaron la guardia, no estaban protegidos realmente, la Protección, en ese entonces, era solamente un Croagunk entrenado. En retrospectiva, Looker estaba tan cómodo en ese momento, que desatendió a los cuatro principios de supervivencia-. Debes armarte con lo que puedas para proteger tu refugio, proteger tu perímetro. La única vez que desatendí a esta regla, pagué el precio más alto que puedes llegar a imaginar –prosiguió Looker, Anabel dejó de tomar notas, y se dispuso a escuchar, no a la lección, sino a la historia que contaba Looker entre líneas-. No pusimos trampas… debimos haber colocado alguna trampa de cuerdas, o cavado algunos agujeros… no nos armamos con palos o piedras, no elegimos una ruta de escape… lo único que queríamos… era ver las estrellas. Habíamos acampado tantas veces, construido tantos refugios… sabíamos que aquello a lo que perseguíamos era peligroso, inmenso inclusive… pero… éramos dos agentes entrenados, nos creíamos invencibles… ella… no lo logró… -comentó Looker, Anabel se estremeció, comprendiendo de lo que Looker hablaba-. Nunca… jamás… bajes la guardia, Anabel… ¿lo entiendes? –le pidió Looker, Anabel intentó ir a donde él para darle apoyo moral, pero Looker continuó con la marcha, preocupándola aún más.
-Looker… -comenzó ella, guardando sus cosas e intentando seguirle el paso. Looker había comenzado a caminar más rápidamente, y había comenzado a hablar nuevamente, ignorando el tema y las quejas de Anabel-. Looker, espera… la lección puede esperar… -intentó decir Anabel.
-El cuarto punto consiste en atender a las Necesidades Físicas –prosiguió Looker, ya subiendo los escalones de madera de Pueblo Lilii. Anabel se le adelantó rápidamente-. Hacer un fuego, conseguir agua, conseguir comida, todo eso entra únicamente cuando los otros tres puntos han… -intentó decir Looker, pero sintió el cuerpo de Anabel golpeando el suyo. Looker había estado caminando con los ojos cerrados por lo que no se dio cuenta del momento en que Anabel lo adelantó, terminó de subir las escaleras, ignorando a Kahili que la saludaba desde la cima de las mismas, solo para extender sus brazos, y atrapar a Looker en un abrazo justo en el momento en que, estando escalones abajo, estaban a la misma altura, por lo que Anabel logró aferrarse a su cuello-. ¿Anabel? –preguntó Looker sorprendido.
-Ya entendí… tendré cuidado… pero tú también, deja de guardarte todo ese dolor… -le comentó Anabel, abrazándolo con fuerza- No sé lo que pasó… pero puedo imaginarlo… te prometo tener cuidado, te prometo desconfiar, aprender todo lo que tenga que aprender… pero tú… aprende a dejar que quienes te queremos, te ayudemos también… -terminó Anabel, y Looker, aunque con una mueca, asintió, y acarició la cabeza de Anabel unos instantes-. ¿Estás bien? ¿Quieres que hablemos de esto? –le preguntó separándose del abrazo.
-Tal vez en otra ocasión, lo lamento… -se disculpó Looker, y Anabel asintió-. Alola, Kahili –sonrió Looker, Anabel entonces recordó a Kahili, se apenó, se dio la vuelta, y encontró a Kahili con cámara en mano y sonriente.
-Pobre Ilima, va varios escalones abajo –se burló Kahili haciendo énfasis en la palabra escalones. Anabel, apenada, fue a donde ella intentando quitarle la cámara. Kahili se defendió, pero con el conocimiento de Krav Maga de Anabel ella rápidamente la desarmó-. ¡Pero Ani! –se quejó Kahili.
-¡No te di mi consentimiento de tomarnos fotos! –respondió Anabel molesta, buscando como borrar la foto de la cámara digital, pero tras verla, Anabel no tuvo el valor de borrarla- Solo… pregunta la próxima vez –se apenó Anabel, regresándole la cámara a Kahili, quien rápidamente pasó por la galería para cerciorarse de que no había borrado la foto- Espera, me distrajiste. Looker… -se apresuró Anabel.
-Ya estoy bien, no te preocupes –sonrió Looker, adelantándose-. Alola Hala –saludó Looker, entrando en conversación con el Kahuna Hala, quien lo saludó entusiasta. Anabel aún estaba preocupada, pero la mirada curiosa de Kahili la distrajo.
-¿Esto significa que ya puedo coquetearle a Ilima? –preguntó Kahili, Anabel se molestó, y desestimó las acusaciones de Kahili, adelantándose- No es justo, Ani los quiere a todos para ella sola –continuó con sus burlas Kahili.
-¡No es eso! –se defendió Anabel, tomando nuevamente su libreta de apuntes, abriendo la misma, y rápidamente actualizando la libreta con lo último que había dicho Looker, antes de volver a posar su atención en el tercer punto, que era el que lo deprimía- El trabajo de agente secreto… debe ser muy peligroso… me pregunto quién era la persona a la que Looker perdió… -recordó Anabel las palabras de Looker entonces-. "Ella no lo logró" –repitió Anabel para sí misma, y un sentimiento profundo y vacío en su pecho se hizo presente-. No era una simple compañera si lo dijo en ese tono… -dedujo Anabel.
-¿Ani? –preguntó Kahili, Anabel de inmediato regresó en sí, guardando sus notas. Y prestándole atención a Kahili- ¿Está todo bien? –continuó ella intranquila. Anabel aún estaba preocupada por Looker, pero decidió concentrarse en Kahili y en el Desafío de las Islas, notando entonces el arete ya bien confeccionado de Kahili con el símbolo del Desafío de las Islas.
-Se ve increíble –exclamó Anabel, en parte para desviar la atención, en parte porque realmente lo pensaba. Kahili decidió no indagar al respecto mientras hacía a un lado el cabello de Anabel, encontrando su Talismán del Desafío de las Islas amarrado a su oreja, por lo que Kahili se lo desamarró, y comenzó a trabajar en este.
-Lo tendré listo en unos diez minutos. De momento escuchemos la explicación de Hala –agregó Kahili entusiasta. Ambas entonces notaron que Hala los esperaba en su casa con la puerta abierta, invitándolas a pasar.
-Alola a todos –comenzó Hala, invitando a los presentes a sentarse en su sala, donde Anabel y Kahili se sentaron juntas. Looker se acomodó en un asiento frente a Hala-. Me complace que después de tanto tiempo, Kahili, hayas encontrado a una compañera para llevar a cabo el Desafío de las Islas. En cuanto a ti, Anabel, espero que esta sea una experiencia agradable para ti también –prosiguió Hala, y cuando ambas asintieron, Hala continuó-. El Desafío de las Islas consiste en viajar a lo largo de las Cuatro Islas principales de Alola, llevando a cabo diversos desafíos que ayuden a ambas a convertirse en mejores entrenadoras mientras mantienen viva la comunión con la naturaleza. Durante su viaje encontrarán a entrenadores que ya han completado el Desafío de la Isla y quienes, por su superioridad ante el resto, han sido nombrados Capitanes –les explicó Hala, notando entonces que Anabel estaba tomando notas-. No es necesario tomar notas, puedo repetirlo cuando quieras –se sorprendió Hala.
-Muchas gracias, pero es parte de mi entrenamiento –comentó Anabel, continuando con sus notas, Hala entonces miró a Looker confundido, él nerviosamente alzó y bajó los brazos negándose a darle explicaciones.
-Muy bien… -prosiguió Hala-. Normalmente se espera que los participantes al Desafío de las Islas pasen 8 retos proporcionados por los Capitanes, y un Gran Juicio de parte del Kahuna de la Isla, antes de obtener el sello aprobatorio en sus pasaportes para participar en el Festival de Hokulani, un torneo que se celebra al final del año en el cual los participantes del Desafío de las Islas que exitosamente hayan reunido los Cuatro Sellos de los Kahuna, competirán para declarar al Campeón del Desafío de las Islas. En este torneo pueden participar los que realizan el Desafío de las Islas por primera ocasión, e inclusive, entrenadores veteranos –terminó Hala.
-Por mí que participe quien sea, yo seré la Campeona del Desafío de las Islas –declaró Kahili, mirando a Anabel en señal de desafío-. Lo siento mucho Ani, te quiero mucho, pero voy a aplastarte –comentó Kahili, pero mientras lo hacía, le entregaba el arete ya terminado.
-Eso lo veremos, Kahili –respondió Anabel, colocándose el arete, y ambas posaron divertidas, y rieron al unísono-. Pero ya enserio, aunque seas mi amiga, voy a aplastarte –se burló Anabel, Kahili encontró la determinación de Anabel en extremo divertida.
-A los Tapus les agradará saber que hay dos participantes con semejante fuego en su interior –prosiguió Hala, sonriente-. Para retar al Kahuna de Isla Melemele, que soy yo, deben primero encontrar al Capitán de la Isla de Melemele, quien los iniciará en el primero de los desafíos, y premiará su valor con un Cristal-Z –les explicó Hala, mostrándoles un cristal de color marrón con un puño adornando el mismo-. Aprenderán más de los Cristales-Z del primer Capitán. Aunque, el decirles quien es el primer Capitán sería muy aburrido, ¿no lo creen? Será más divertido si los miembros del Club de Investigación de la Secundaria de Hauoli, indagan por sí mismas y lo descubren –aseguró Hala.
-¿Club de Investigación de la Secundaria de Hauoli? –preguntó Anabel, y de inmediato se viró a ver a Kahili, quien desvió la mirada- Nos ingresaste a un club… más importante, creaste un club alrededor de las investigaciones que he realizado en la Academia Hauoli –dedujo Anabel.
-Me descubrió, Detective Anabel –sonrió Kahili, Anabel hizo una mueca de descontento, Looker comenzó a preocuparse por las cosas que ocurrían en aquella secundaria-. Pero volviendo al tema. No recuerdo que fuera parte del Desafío de la Isla el descubrir la identidad del Capitán. De hecho, los Capitanes son figuras públicas. ¿Por qué el cambio? –preguntó Kahili.
-Ah, esto también es petición del Capitán mismo –prosiguió Hala, sonriente-. Cuando los capitanes cumplen los 20 años, deben dejar el puesto. Cuando eso ocurre, es responsabilidad de Kahuna, o del Capitán anterior, el elegir al reemplazo. Normalmente, a los iniciados se les dice la identidad del Capitán para que vayan a él o ella y realicen el reto. Pero, por alguna razón, el Capitán actual decidió que no deseaba ser identificado, y prefirió que, las iniciadas, lo descubrieran por sí mismas como parte de su Desafío de la Isla –comentó Hala.
-Lo que básicamente significa, que es un estudiante de la Academia Hauoli –comentó Anabel, Kahili la miró confundida-. Piénsalo. Si tuviera 20 años podría ser alguien fuera de la Academia Hauoli, pero en la Academia Hauoli se puede estudiar hasta la preparatoria, lo que significa que los graduados tienen entre 18 y 19 años. Un año más y debe dejar el puesto. Además de que, si pone de condición que quiere que descubramos su identidad nosotras específicamente, eso reduce el rango de investigación a los estudiantes que estuvieron presentes en nuestro Festival de Iniciación –resumió Anabel.
-Porque si tuviera más de 18 o 19 años ya no sería un Capitán, y no nos hubiera puesto esta prueba si no supiera, de antemano, que realizamos investigaciones a lo largo de la Academia Hauoli –prosiguió Kahili, realizando deducciones por sí misma, lo que enorgulleció a Anabel-. Tampoco puede ser un entrenador en su año sabático realizando su viaje Pokémon, porque no sabría de nuestras investigaciones si no formara parte de la academia. Además, podemos descartar que el capitán sea un alumno de primaria porque el sistema educativo de Alola inicia la secundaria entre los 13 y 14 años hasta los 15 y 16, después de eso está la preparatoria que inicia a los 16 y 17 y termina a los 18 y 19, siendo los de primaria de ultimo grado en un rango de edad entre 11 y 12 años, se necesitan 3 años de vencido tu Desafío de las Islas para poder ser considerado un Capitán –comentó Kahili, complementando la información de Anabel con la propia.
-¿Siempre es así en su ámbito, Detective? –preguntó Hala, Looker tan solo sonrió y asintió- En todo caso, con esto podemos dar por concluidas las introducciones al Desafío de la Isla. Encuentren al Capitán, soliciten el Desafío de la Isla de Melemele, y cuando tengan su pasaporte sellado, vengan a buscarme. De momento, requiero de un tiempo a solas con el Detective para volver a asuntos de otra índole –pidió Hala, Anabel tan solo miró a Looker, confundida.
-Ve a casa, Anabel. Charlaré con Hala, y después iré a ver a Mitchell en la estación –comentó Looker, Anabel intentó quejarse en ese momento-. Ya hablamos de esto, veré de qué forma encuentro tiempo para pasar al menos un día del fin de semana libre de mi trabajo. Anda –le pidió Looker, Anabel y Kahili intercambiaron miradas, y salieron de la casa de Hala. Solo entonces, Looker se dirigió a Hala-. ¿Qué puede decirme del caso, Kahuna Hala? –preguntó Looker inmediatamente.
-Que desearía que no existiese, Detective –comenzó Hala, y Looker preparó su libreta de anotaciones-. La Familia Kalákaua, familia real de Alola de bastas tradiciones, y la Familia Kalulani, separada de la Familia Kalákaua. El vínculo entre ambas familias es de sangre, pero se considera que la sangre de la familia Kalulani, está manchada por la sangre de extranjeros de la Región Johto. ¿Conoce la historia Detective? –preguntó Hala.
-A riesgo de tener que rememorarla, la conozco, Kahuna Hala –comentó Looker, regresando en sus apuntes-. La ultima reina de Alola, Likalani Kalákaua, es forzada a abdicar el trono y entregárselo a su hermana, Kalulani Kalákaua, casada con un político de Johto cuyo nombre, por alguna razón, no aparece en ningún registro de la Biblioteca Central de Alola en la Isla de Melemele. Solo sé que este Político usó el nombre de su esposa, Kalulani, y lo convirtió en el nuevo apellido de la Familia Real de Kalulani. Este conflicto pasó hace cerca de 150 años, y hasta ahora no entiendo qué tiene que ver con el supuesto accidente del novio de mi clienta en Pueblo Po –declaró Looker, sacando un acta de defunción de su gabardina, así como un artículo de periódico que redactaba la muerte de Braiden en un accidente automovilístico.
-Comprendo sus dudas, Detective, pero si ya llegó a esta información, es porque alguien en su equipo duda de la veracidad de este "accidente" –comentó Hala, inclusive dibujando unas comillas imaginarias- Los Kahunas investigamos todos los crímenes que pasan en las Islas de Alola, pero a falta de un Kahuna en Isla Ula-Ula hasta recientemente, apenas y hemos podido rascar la superficie de lo que ocurre en Ula-Ula. En realidad, Detective, si no hubiera sido por la repentina muerte en circunstancias sospechosas de la cabeza de la Familia Kalulani, no se habría optado por asignar a un Kahuna a Ula-Ula en primer lugar –le comentó Hala, y Looker se concentró en aquella información.
-No he encontrado información suficiente todavía sobre la Familia Kalulani, Kahuna Hala –comentó Looker, comenzando a trazar en su libreta un diagrama relacional-. ¿Qué sabe de la Familia Real? Me serviría el nombre de los jefes de la familia actuales, incluyendo del difunto cuya muerte no ha sido revelada todavía –pidió Looker.
-En estos momentos, no hay un cabeza de la familia suplente, Detective –comentó Hala, y Looker lo miró con cautela-. Verá… por tradición, solo la sangre de un Kalákaua puede gobernar en Ula-Ula. Le hayan cambiado el nombre a la casa real por el de Kalulani no borra esa tradición. La cabeza de la familia de Kalulani, con sangre de Kalákaua, llevaba el nombre de Aholo Kalulani, aunque tenía también un nombre de Johto, Lidya Kalulani. El punto es, que Aholo o Lidya, como usted prefiera, fue reportada fallecida hace dos semanas –le explicó Hala.
-¿Reportada fallecida? –preguntó Looker, y Hala asintió- Perdóneme por lo que voy a decir, Kahuna Hala, pero nadie es "reportado fallecido". Cuando hay un fallecimiento, debe haber una investigación por parte de un forense, y este expide un acta de defunción con los motivos de la muerte del finado. Uno no "reporta" un fallecimiento –comentó Looker.
-Sé cómo suena Detective, y en circunstancias normales, pensaría igual que usted, pero le pido que entienda una cosa –comenzó Hala, y Looker esperó-. Las cosas en Alola no funcionan como en el resto del mundo. Aholo Kalulani no tenía un hijo o una hija, lo que significa que, si ella fallece, su esposo no puede gobernar. ¿Entiende hasta esa parte? –preguntó Hala, y Looker asintió- Esta es la tradición de nuestra tierra, Tapu Bulu así lo designó hace muchos años. Entonces, Detective. ¿Por qué fue el esposo de Aholo Kalulani, Dominis Kalulani, quien reportó el fallecimiento de su esposa? –le preguntó Hala, y Looker comenzó a rascarse la barbilla- ¿Lo entiende ya? Si Dominis Kalulani se acerca a un Kahuna, en este caso a mí, y reporta el fallecimiento de su esposa, es igual que renunciar a toda su fortuna, a su derecho de gobernación, porque no posee la sangre de un Kalákaua. Dominis Kalulani vino a mí, abatido, me contó el cómo su esposa fue tragada por un agujero que se abrió en el cielo. Para usted sé que suena ridículo, para mí fue igual de ridículo, me presenté en la Mansión Kalulani, investigué. No seré detective, pero no encontré ni sangre, ni nada, ni indicios de que alguien hubiera atentado contra la vida de Aholo Kalulani. Solo encontré a un esposo destrozado, insistiendo que un agujero en el cielo se tragó a su esposa. Su tristeza al menos me pareció genuina, además de que me resultaba ilógico que él, y toda su servidumbre, no solo corroboraran la historia, sino que vinieran y me lo reportaran. Dominis Kalulani no tiene ningún poder ya, la Casa Kalulani terminó con la muerte o desaparición, como quiera llamarla, de Aholo Kalulani.
-No tiene sentido –declaró Looker. daba vueltas entre sus anotaciones, pero en efecto, lo que Hala decía no tenía ningún sentido-. Si fuera una muerte natural, o por enfermedad, Dominis Kalulani no hubiera tenido más opción que reportarlo como tal, habría un cuerpo, se haría un acta de defunción, y listo. Dominis Kalulani por supuesto que pierde todos sus derechos por la tradicionalidad de Alola –Hala asintió, pero esperando al resumen de Looker-. Si Dominis Kalulani fuera una persona ambiciosa, que perdió a su esposa en esas condiciones, y no deseara perder sus beneficios por la tradicionalidad de Alola, hubiera ocultado la muerte, habría hecho lo posible por fingir un nacimiento de un "heredero a la corona" de la Familia Kalulani, conservando sus derechos, y después reportando el fallecimiento de su esposa Aholo. Pero Dominis, en lugar de eso, reporta el "fallecimiento", al Kahuna, sabiendo que al hacerlo pierde todos sus derechos, ya no puede gobernar. Es una historia ilógica, pero interesante, más si consideramos que hay un fallecido además de la cabeza de la familia Kalulani. ¿Por qué esta información no se ha hecho pública, Kahuna Hala? –preguntó Looker.
-Ah, la pregunta obligada, por supuesto –comenzó Hala-. Como sabe, una familia fue forzada a abdicar el trono, pero esa familia posee sangre de Kalákaua, lo que los hace merecedores del trono de Ula-Ula ante los ojos de Tapu Bulu –le explicó Hala, y Looker asintió-. Imagínese que los miembros de la Familia Kalákaua se enteran de que la cabeza de la Familia Kalulani falleció sin herederos. Esto inicia un feudo dentro de la Familia Kalákaua. Los descendientes se declaran merecedores del trono. Todo Ula-Ula entra en caos –le explicó Hala.
-Así que, hasta saber qué hacer, usted sugirió a Dominis Kalulani que mantuviera en secreto el fallecimiento o desaparición de Aholo Kalulani –comentó Looker, y Hala, con tristeza, asintió-. El problema es que, alguien murió en las inmediaciones de la Mansión Kalulani. Dígame Hala, el silenciamiento, ¿incluía silenciar a quienes se enterarán? –preguntó Looker, y Hala bajó la cabeza, apenado- Puedo ver por donde va todo esto. Dominis Kalulani, bajo su sugerencia, intenta mantener apariencias. Debe seguir gobernando a nombre de su esposa fallecida o desaparecida, mientras los Kahunas averiguan el cómo dar la noticia al resto de la Isla Ula-Ula. Incluso asignan a un nuevo Kahuna, quien sea la voz de Tapu Bulu, y convenza a los pobladores de que la línea real termina con Aholo Kalulani, y que se inicien acciones democráticas para elegir a un nuevo gobernante bajo el mismo sistema de gobierno del resto de Alola –comentó Looker.
-Es como usted dice, Detective –prosiguió Hala, deprimido-. Hice lo que pude por evitar que se propagara el caos en Ula-Ula. Sugerí a Dominis Kalulani que mantuviera el secreto de manera temporal, mientras asignábamos a un Kahuna que fuera aceptado por Tapu Bulu. El problema es, como usted dice, que hubo un accidente, el cual yo estoy seguro que no era un accidente. Si Dominis hubiera seguido el plan como lo hablamos, en estos momentos estaríamos anunciando con la ayuda de Nanu, el fallecimiento de Aholo Kalulani. Con Nanu como la voz de Tapu Bulu, se declara el fin de la línea de sucesión, y sin importar que aún existan miembros de la familia real con la sangre de un Kalákaua, se da fin a la monarquía, hay una democracia, y Dominis conserva su mansión y el legado de la familia Kalulani. Todo termina de forma tranquila y favorable para Alola –resumió Hala.
-Pero no consiguieron a un Kahuna a tiempo para hacer el anuncio formal, y ahora hay un fallecido –comentó Looker, comenzando con las conjeturas-. Si un miembro de la Familia Kalákaua hubiera orquestado un asesinato, ya se hubieran pronunciado al respecto, además de que no existiría una versión de Dominis Kalulani enunciando que a su esposa se la tragó un agujero en el cielo –comenzó Looker, y Hala asintió-. Volviendo a mi planteamiento original, Dominis Kalulani, a sugerencia suya, mantiene las apariencias, sigue el plan, llamémoslo en un acto de buena fe y responsabilidad social –comentó Looker, aunque Hala sabía que, en el comentario, Looker juzgaba muy duramente a Hala-. Dominis mantiene las apariencias, continua en la gobernanza, y es allí donde llega un albañil, Braiden, a quien Dominis contrata para labores de diario, seguramente de mantenimiento. Este Braiden, tiene una novia en Melemele, este es su último trabajo antes de su mudanza a la Isla de Melemele. Pero escucha algo que no debería escuchar. Escucha a algún sirviente, tal vez al mismo Dominis, mencionar la muerte de la cabeza de la familia Kalulani… información muy sensible… en oídos de un carpintero. Y entonces… -prosigue Looker, y Hala se deprime-. Hay una orden de silenciamiento, tal vez un miembro de la servidumbre se lo toma muy literal, o tal vez el mismo Dominis se da cuenta de que no quiere dejar el poder. Silencian a Braiden… y lo reportan como un accidente. ¿Dominis se ha pronunciado al respecto de todo esto, Kahuna Hala? –preguntó Looker.
-En absoluto, Detective –comenzó Hala, entristecido-. Si Dominis se hubiera pronunciado al respecto, tal vez creería que todo se trató de un accidente solamente. Pero en mis múltiples intentos de ponerme en contacto con él, me ha evadido. Sospecho que, Dominis fue quien dio la orden, pero no tengo ninguna prueba –comentó Hala, y Looker asintió-. Volviendo a lo de Braiden… yo tampoco lo entiendo. Me entero del accidente, pero aparece en Melemele y todo parece indicar que nada pasó. Investigo al respecto, hay un acta de defunción, asumo que es un error, que el Braiden del accidente y el Braiden que trabaja en el cementerio no son la misma persona. Pero allí es hasta donde llegan mis capacidades. No tengo idea de lo que ocurre… no sé donde entra Braiden en todo esto, ni si es el mismo Braiden… quiero saber lo que ocurre tal vez incluso más que usted, Detective, para usted esto es un trabajo, para mí… es la paz en Alola –le mencionó Hala, y Looker, al observarlo, pudo intuir que la preocupación de Hala era genuina-. Si hice mal en pedirle a Dominis que esperara para dar la noticia, aún si tenía los mejores intereses de Ula-Ula, y de todo Alola en mente. Voluntariamente me entrego a las autoridades, bajo el crimen que usted quiera ponerme –enunció Hala, mostrando sus manos ante Looker, pidiéndole que lo esposara y lo llevara ante la justicia.
-Kahuna Hala, usted no ha cometido ningún crimen –comenzó Looker, y Hala lo observó con curiosidad-. Existe un acta de defunción para Braiden, lo que significa que hubo una investigación forense. Esta tiene un resultado, que espero que mi colega Mitchell ya haya obtenido. No existe acta de defunción sobre Aholo Kalulani, no hay un cuerpo, al menos no todavía, lo único que se ha evadido hasta ahora, es el registro de una ficha de desaparición. Pero también entiendo, que es práctica común para no entorpecer una investigación, el no soltar esta información de no encontrarse necesario. Me haré cargo de ahora en adelante, Kahuna Hala… usted no ha hecho nada mal. Llenaré la ficha de persona desaparecida, investigaré sobre el caso de Aholo Kalulani. Usted encárguese de que la política de Alola esté en orden. Después de dos semanas de desaparición, es posible asignar a un gobernante por defecto, si este gobernante por defecto no puede ser Dominis, debe anunciar quien sí puede serlo. Comience a restaurar el orden, yo indagaré en este caso. Lo peor que puede pasar, es encontrar un cuerpo –finalizó Looker.
-Detective, ¿está usted seguro? –preguntó Hala- Si una vida se ha perdido por mis acciones, debería responsabilizarme de ella, ¿no lo cree? –preguntó el Kahuna Hala, pero Looker sonrió para el Kahuna.
-Hala, nada en esta conversación me ha hecho pensar que tienes las manos sucias de alguna manera –concluyó Looker, y Hala se mordió los labios con fuerza-. Si no crees a las palabras de un Detective, cree a Tapu Koko… si tuvieras las manos sucias de alguna manera, no te hubiera permitido celebrar el Festival de Pueblo Lilii ayer. Estás limpio Hala, no puedo decir lo mismo de Dominis –sentenció Looker.
-Muchas gracias… Detective… significa mucho para mí… -se secó algunas lágrimas traicioneras Hala, y entre él y Looker hubo un entendimiento mutuo de respeto-. Mantendré al Braiden que conozco en investigación constante, y le informaré de todo lo que me entere. Juntos resolveremos este misterio –Looker asintió, pero entonces notó que Hala no había terminado-. Tristemente, hay algo más que tengo que informarle, Detective Looker… algo que muy probablemente también tenga algo que ver con el caso… todo este embrollo es muy confuso para mí, y puede que usted pueda hacer las piezas encajar de una forma más sencilla, pero para mí, todo tiene relación, solo que no alcanzo a ver qué relación –prosiguió Hala, mostrándole una foto a Looker, quien la miró con curiosidad-. Hay también abierto en Ula-Ula, una carpeta de investigación de una persona desaparecida… su nombre es Acerola… -le entregó Hala, y Looker miró la foto-. Es triste que alguien desaparezca… pero también he tenido que ser muy cuidadoso con lo que hago, espero lo entienda. Su nombre completo… es Acerola Kalákaua –finalizó Hala, y aquel pedazo de información, complicó incluso aún más un caso que aparentemente no tenía ni pies ni cabeza.
Ruta 01. Casa de Looker y Anabel.
-¿Por qué tarda tanto? –Anabel iba de un lado de la casa al otro de forma impaciente, con Croagunk y Sneasel mirándola en todo momento mientras se paseaba descalza, lo que era indicativo de que planeaba relajarse un poco, pero era algo que no reflejaba en absoluto- Quiero decir, esto es Alola… entiendo que tenga un caso, y entiendo que tiene que trabajar. Pero… ¿Qué tipo de caso puede ser que le está tomando tanto tiempo volver? También dijo que iría a ver a Mitchell a la estación, así que seguro por eso se está tardando tanto, pero… -prosiguió Anabel, Sneasel entonces comenzó a charlar en su idioma peculiar con Croagunk mientras apuntaba a Anabel, Croagunk solo movió su mano indicando que este era un comportamiento normal de la chica, y entonces hizo un ademán como dibujando un corazón, Sneasel lo entendió y asintió-. ¿No se supone que no se toleraban? –preguntó Anabel de forma acusatoria cuando se dio cuenta de que sus Pokémon se estaban burlando de ella- Y no estoy enamorada de Looker, tengo dos semanas de conocerlo, ¿por quién me toman? Además de que me dobla la edad –se quejó Anabel. Sneasel y Croagunk intercambiaron miradas y movieron sus cabezas en negación-. Basta… no voy a esperarlo, veré algo de televisión… -encendió Anabel la televisión, y un episodio del Detective Laki comenzó a mostrarse, lo que la fastidió, forzándola a cambiar de canal-. ¡Basta con los detectives! ¡Ni siquiera sé si me interesa ser una detective! –se quejó Anabel, apagando la tele, y dejándose caer en el suelo, por lo que Sneasel y Croagunk la miraron con curiosidad- Es dependencia… no es lo que creen –se defendió Anabel, y el par de Pokémon volvió a mover sus cabezas en negación- Lo que sí tengo que admitir… es que estoy totalmente aburrida sin Looker… al menos debería estudiar algo, probablemente sobre primeros auxilios o técnicas de supervivencia –comenzó ella, pero entonces se deprimió- ¡Todo lo que soy tiene que ver con él o sus enseñanzas! ¡Soy patética! –se quejó Anabel, revolviéndose los cabellos- ¡Es suficiente! ¡Vamos a buscarlo! –se quejó Anabel, Croagunk y Sneasel sonrieron con picardía- ¡Que no veo a Looker de esa forma! Solo… no tengo nada mejor que hacer… -se quejó Anabel, el par de Pokémon hizo un ademan desestimando sus excusas- Creo que los prefiero peleándose. ¿Vienen o no? –se quejó ella, y el par de Pokémon la siguió entre risas de burla.
Ciudad Hauoli. Estación de Policía de Hauoli.
-¿Qué es todo esto? ¿Feudos entre familias reales? ¿Posibles suplantaciones de identidad o asesinatos? ¿Una niña desaparecida o posiblemente secuestrada? –se quejó Mitchell, en la oficina de Looker, quien compartía todas las inquietudes de su compañero de trabajo- Detective, ¿cómo diantres pasó todo esto? Nos contrataron para investigar al novio de una ancianita. Esto… no entiendo cómo llegamos a todo esto… -apuntó a todo lo que Looker había pegado en su corcho.
-Cálmate Mitchell… es normal que un caso simple se convierta en toda una calamidad cuando las autoridades locales no prestan la suficiente atención –le comentó Looker, lo que fastidió a Mitchell, su Snubbull solo miraba el montón de papeles y conexiones en el corcho, no sabiendo lo que significaba, pero sabiendo que mientras más papeles, más trabajo tenía-. Ves como cuando todo parece que está bien, lo más probable es que todo vaya horriblemente mal –comentó Looker.
-Lo que entiendo es que usted llegó y abrió la caja de Pandora, y que aparentemente en Ula-Ula nadie hace bien su trabajo –se quejó Mitchell-. Lo que me lleva a lo siguiente, Detective. Todo esto, ¿no debería entrar dentro de la jurisdicción de Ula-Ula? ¿Cómo vamos a arreglar todo esto usted y yo desde Melemele? –preguntó Mitchell.
-Parte por parte –comentó Looker, separando los papeles en el corcho-. Todo lo que encontramos puede que no sean un solo caso, sino casos aislados que estamos conectando por conjeturas sin suficientes evidencias. Así que, comenzaremos separando estos casos en diferentes carpetas de investigación, y los uniremos en uno solo si es que lo consideramos necesario –declaró Looker.
-Me siento como el personaje de un videojuego al cual le asignan una misión principal, y se llena de misiones secundarias, solo que a estas alturas ya no sé cuál es la misión principal ni cuáles son las secundarias –se quejó Mitchell, Looker encontró la analogía bastante conveniente-. Supongo, que, si tuviera que hacer las separaciones, comenzaría con el caso de la señora Polly –mencionó Mitchell, y Looker estuvo de acuerdo.
-Caso número dos, el misterio del novio de la señora Polly –enunció Looker, anotando en una hoja en blanco que colocó en el corcho. Mitchell solo lo miró con confusión-. Oh, el caso número uno es un caso personal. El caso de la amnesia de Anabel –anotó Looker.
-¿Ahora amnesia…? Claro, por qué no –se quejó Mitchell, mientras Looker anotaba el caso de Anabel como el primero, y el de la señora Polly como el segundo-. El tercer caso entonces sería, el probable asesinato de Braiden, si lo deslindamos de que ese Braiden y el de Melemele sean el mismo –comentó Mitchell.
-Archivemos la supuesta suplantación de identidad dentro del caso de la señora Polly, y tratemos de momento el accidente, diagonal, posible asesinato como un caso aparte –comentó Looker, y Mitchell asintió-. Después está el caso de la desaparición, diagonal, asesinato, diagonal, se la tragó el cielo, de Aloho Kalulani –anotó Looker.
-¿Tragada por el cielo? Yo ya quiero que me trague la tierra, Detective –se fastidió Mitchell, y tomó la foto de Acerola-. El quinto caso sería entonces, la desaparición, diagonal, secuestro, de Acerola Kalákaua –terminó Mitchell, y Looker asintió-. Detective, si todo esto se trata de un solo caso demasiado enredado, renunciaré –declaró Mitchell.
-No acepto tu renuncia, ahora concéntrate –se quejó Looker, y Mitchell bajó la cabeza, preocupado-. Dividiremos esfuerzos, el caso de Anabel es personal, así que ese es mío, eso deja otros 4 casos. Yo tomaré el caso de la señora Polly, y me encargaré de indagar en el caso de la desaparición de Acerola Kalákaua –comentó Looker, molestando a Mitchell-. Tú sacaste a relucir lo del posible accidente no accidente, responsabilízate. Te encargarás de indagar sobre el caso de posible asesinato de Braiden, y sobre la desaparición de Aholo Kalulani –ordenó Looker.
-Claro, déjeme a cargo de la investigación del posible asesinato político, mientras usted se encarga de investigar a un posible suplantador de identidades, y a una posible desaparición diagonal secuestro –se quejó Mitchell-. Esto está Giratinamente enredado. ¿Dónde comenzamos? –preguntó Mitchell molesto.
-En dejar de decir "posible", en nuestros respectivos casos, y darle un nombre definitivo –le comentó Looker-. Y deja de quejarte, el Kahuna Hala va a pagar por todas estas investigaciones, incluyendo el caso de la señora Polly, lo que encuentro muy conveniente, porque mañana tengo que darle un adelanto del caso, y solamente tengo "posibles". Si me pide devolución, adivina, tendré que devolverle su dinero –se quejó Looker.
-Hablando de dinero, Detective, ¿es tarde para pedirle un aumento? –comentó Mitchell, fastidiando a Looker- Quiero decir, desde que llegó, mi trabajo se quintuplicó. Pasé de cero casos a cinco en dos semanas. ¿No me merezco al menos que también se me quintuplique el sueldo? –preguntó Mitchell fastidiado.
-Muy gracioso, señor comediante –se quejó Looker, mirando todo el corcho con curiosidad-. A estas alturas… supongo que tendré que descartar la idea de descansar al menos un día del fin de semana. A Anabel no va a gustarle para nada esto –se quejó Looker.
-A Anabel definitivamente no le gusta para nada eso –escucharon Looker y Mitchell, se dieron la vuelta, y encontraron a Anabel detrás de ellos, con Croagunk y Sneasel detrás de ella-. La puerta estaba abierta –comentó Anabel, y se acercó al corcho curiosa-. ¿Soy un caso? –preguntó ella sorprendida tras ver su nombre en el corcho.
-Eres un caso, en más de un solo sentido de la palabra –le comentó Looker, Anabel entonces miró el resto de casos, notando que todos tenían una fotografía, menos el de ella-. Anabel, no deberías estar aquí. De hecho, muy seguro hay implicaciones de seguridad en que te hayas metido hasta mi oficina. ¿Puedes esperar afuera? –preguntó Looker.
-¡Llevo esperándote todo el fin de semana! ¿Cuesta tanto trabajo dedicarme algo de tiempo? –se quejó Anabel, Looker suspiró preocupado, Mitchell solo alzó sus hombros de arriba abajo incomodado- Al menos, si no vas a pasar tiempo conmigo, déjame estar aquí –se quejó ella.
-Podríamos beneficiarnos de una secretaria –comentó Mitchell, Looker lo miró con molestia-. Oiga, yo ya traté con mis adolecentes, le toca a usted. Pero si quiere mi consejo, no le conviene enemistarse con una adolecente, solo causará más problemas, dele por su lado al menos una vez –sugirió Mitchell.
-Está bien… -se fastidió Looker-. Puedes venir conmigo los sábados a la estación si tanto te preocupa quedarte sola. De esa forma Mitchell puede descansar los sábados, y él vendrá a trabajar los domingos. ¿Te complace? –preguntó Looker, Anabel sonrió alegremente- Adolecentes… -se quejó Looker.
-Aw, oiga yo quería el Domingo –se quejó Mitchell, Looker solo lo miró con molestia-. Es broma… relájese un poco Detective, ya suficiente estrés tengo con todo este trabajo de más. Sobre el caso de Braiden, indagaré al respecto, hay mucho hermetismo en Ula-Ula, pero con un poco de presión, y con el apoyo de Hala, seguro que me comparten la información de hospitales y de los peritos sobre el accidente. Habiendo dicho esto, creo que mi cerebro necesita descansar un poco de todo esto. ¿Podría tomarme el resto del domingo al menos? –preguntó Mitchell.
-Anda, que es tu último domingo libre. Cierta señorita no me permitirá tomarme los domingos como laborales al parecer –miró Looker a Anabel, quien se mantuvo de brazos cruzados viéndolo. Mitchell solo se despidió con un ademán y se retiró con Snubbull, dejándolos a ambos solos-. Ya voy Anabel… solo intento poner un poco de orden en este caos… -insistió Looker, y Anabel se asomó al corcho, leyendo todo lo que estaba escrito.
-Wow… de verdad estás ocupado… -dedujo Anabel con la información en el corcho, y entonces bajó la mirada, deprimida-. Looker… perdón… creo que estoy siendo muy injusta contigo… -aceptó Anabel. Looker dejó de ver el corcho en ese momento, y miró a Anabel fijamente- No debería exigir de tu tiempo cuando realmente tienes mucho que hacer… es solo que… supongo que me sentí algo sola… -aceptó ella.
-Descuida… no es todo tu culpa… -le respondió Looker, y Anabel le dirigió la mirada-. He estado enfrentando el luto distrayendo mi mente con trabajo. Es injusto también que no haga otra cosa que no sea trabajar. Más si tomamos en cuenta que yo acepté hacerme cargo de ti –admitió Looker, y ambos intercambiaron miradas-. ¿Malasadas? –preguntó Looker.
-Solo si son de aquel puesto que me comentaste… las de máquina expendedora son adictivas, pero no muy buenas –respondió Anabel, y ambos salieron de la Estación de Policía, misma que Looker cerró detrás suyo-. ¿Enserio puedo venir los sábados? No me molesta ayudarte como asistente –agregó entonces.
-Solo si no tienes nada mejor que hacer –le respondió Looker, y ambos emprendieron la marcha por la ciudad ya rodeada por la noche- Estás en secundaria, se supone que salgas con tus amigos, tengas fiestas en la playa, y yo esté metiendo a prisión a tus pretendientes –se burló Looker, Anabel se apenó un poco.
-No tengo a nadie así –se quejó Anabel, aunque Croagunk y Sneasel intercambiaron miradas en ese momento. Anabel decidió no prestarles atención, y en lugar de eso, tocar un tema un tanto más delicado, pero que no dejaba de molestarla-. El luto que mencionaste. ¿Es por lo que decías antes de los cuatro puntos para la supervivencia? Aquello sobre la preparación… -comentó Anabel, incomodada por la posible respuesta.
-El día que te encontramos en la playa de Prado Pony, Nanu y yo perdimos a una amiga muy especial… todo porque bajamos la guardia al sentirnos listos para afrontar cualquier cosa… llevábamos años haciendo esto, nos parecía solo una misión más… -le explicó Looker, y Anabel sintió curiosidad sobre aquella amiga, por lo que comenzó a frotarse el brazo sin saber si debía preguntar o no-. Aprendes demasiado rápido, ¿lo sabías? –comentó Looker.
-Aprender demasiado rápido viene con el paquete de tener una mente vacía… supongo que por eso aprendo muy rápido todo… -se defendió un poco Anabel, mientras buscaba el valor para hacer su siguiente pregunta-. Me enseñaste a detectar patrones fonéticos no hace mucho… -comentó Anabel, intranquila-. La forma en que hablas de aquella persona… me hace pensar que no era solo tu… compañera, ¿verdad? –preguntó Anabel, y Looker la observó de reojo- Era alguien importante… ¿no es así? –se atrevió a preguntar.
-El día que falleció… acababa de proponerle matrimonio –confesó Looker, y Anabel bajó la cabeza, entristecida-. Mi obsesión con el trabajo es a su vez una forma de dejar de pensar en ella, lo cual es en parte ridículo. Concentrarme en mi trabajo es exactamente lo que hacía mientras ella estaba con vida, no hay cambios en eso… además… el enseñarte es lo que más me recuerda a ella –le explicó Looker, y Anabel se deprimió aún más.
-¿Ella era tu estudiante también? –le preguntó, Looker movió su cabeza en negación- Entonces, ¿por qué enseñarme te hace recordarla a ella? ¿Significa esto que vas a dejar de enseñarme? –preguntó curiosa.
-No, no es eso… -le respondió Looker-. Todo lo que sé, yo lo aprendí de Nanu. Y cuando Nanu terminó con mi formación, ella fue su siguiente aprendiz. Viéndolo desde la óptica correcta, tú eres realmente mi primera aprendiz. La razón por la que me recuerdas a ella… es otra… -le explicó Looker, Anabel tan solo esperó a que él se lo explicara-. Es un sentimiento de miedo, Anabel… la persona a la que Nanu y yo perdimos, era una persona inmensamente preparada… me preocupa no poder prepararte a ti, para poder defenderte de lo que a nosotros nos tomó desprevenidos. En otras palabras, me preocupa que sigas nuestros mismos pasos, y te enfrentes a nuestros mismos peligros. Aún puedes ser una persona normal –le explicó Looker.
-Claro… normal… con un contador de tiempo que no tengo forma de ver, programado con un reseteo a mi configuración de fábrica –enunció Anabel, preocupando a Looker por sus palabras-. Ciertamente, si hubieras decidido ocultarme aquella parte, como sé que habías considerando, tal vez en este momento estaría encerrada en mi habitación, hablando por el celular que no me has comprado, con Kahili sobre cierto chico lindo que me gusta bastante. En lugar de eso, y gracias a Nanu, vivo con el miedo constante de resetearme, olvidarlo todo, y no tener a quien acudir si eso pasa. Estar sola me aterra, porque si eso pasa y no estás para ayudarme, quien sabe lo que me podría pasar –admitió Anabel, y ambos llegaron a la tienda de malasadas-. Sigue abierto… -se sorprendió Anabel.
-Entremos entonces. Alolas noches o como se diga –entró Looker, ganándose las risas de las empleadas del local, lo que por alguna razón molestó a Anabel-. Alola chicas, pediremos cuatro malasadas, dos Pokémalasadas para el Croagunk y el Sneasel, una malasada suprema con mermelada Pecha y trozos de baya Nanab para mí, y para mi compañera… -presentó Looker.
-Compañera… claro… es lo que soy, pero le coquetea a todo lo que tiene enfrente –se susurró a sí misma Anabel, ganándose la atención de Looker-. Malasada suprema con mermelada de baya Oran, trozos de baya Nanab, baya Chesto en trozos molidos con leche Moomoo evaporada y algo de cajeta quemada de Gogoat –terminó Anabel, con un tono de voz sombrío, que espantó un poco a las empleadas, y levanto la curiosidad de Looker-. Dije todo eso del chico guapo… pero heme aquí enojándome porque Looker le coquetea a unas cajeras… -se deprimió Anabel, mientras Looker recibía las ordenes, y todos iban a sentarse a una mesa, donde Anabel comenzó a concentrarse en su malasada.
-Anabel… -comenzó Looker, sobresaltándola, por lo que se atragantó un poco. Estaba evidentemente preocupada porque Looker le preguntara por su actitud reciente-. Retomando el tema… comprendo que vivas con ese miedo, y quiero hacer todo lo que me sea posible para evitar un reseteo… comprendo que solo llevemos poco más de dos semanas de conocernos, pero ya te considero parte de mi vida, y te prometo hacer todo lo que pueda por fortalecer tu mente, y que puedas sobrellevar incluso el reseteo –habló Looker con determinación, apenando a Anabel bastante, por lo que se tapó el rostro con su malasada.
-Aprecio eso… -fue su respuesta entre mordidas de malasada, y Looker parpadeó un par de veces por sus reacciones-. No me mires así… está rica… crujiente por fuera, suave por dentro… mis reacciones son por la malasada, no por otra cosa –comentó Anabel, Croagunk y Sneasel hicieron un ademán burlesco, Looker también comprendía que había algo más, pero decidió no indagar al respecto de las reacciones de la chica.
-Lo que quiero decir realmente, Anabel, es que acepto la responsabilidad total de tu entrenamiento –le comentó Looker, Anabel no comprendía muy bien a lo que se refería-. En un principio, me pediste que te enseñara con fines de estar preparada para quienes te quisieran hacer daño. Al principio vi eso como una forma de ayudarte a fortalecer tu mente, mantenerla ocupada, nunca pretendí entrenarte con otro fin que no fuera ese –comentó Looker, pero entonces, Anabel notó nuevamente la preocupación en él-. Pero ahora algo cambió… vas a hacer el Desafío de las Islas, y claro que no puedo ir contigo cuidándote de los peligros que pudieras enfrentar –aceptó él.
-¿Peligros? Looker, los niños de Alola a sus 11 años hacen el recorrido. Tengo 14, obviamente les llevo ventaja –agregó Anabel tranquilamente-. Además, hay Guías del Desafío de las Islas supervisándonos todo el tiempo. Si algo sale mal, estoy segura de que ellos nos ayudarían. Te repito que niños de 11 años hacen este desafío año con año –desestimó sus preocupaciones Anabel, pero la mirada de Looker era contundente.
-Alola es una tierra tradicionalista, eso lo entiendo, y su población ve esto como un ritual de madurez –le comentó Looker, y Anabel asintió-. Para comprender un rito de madurez, hay que entender el trasfondo. El Desafío de la Isla preparaba a guerreros, a soldados, para cuidar de sus tierras, obedecer a sus deidades, y mantener a su población entrenada para invasiones, y que aprendieran a sobrevivir –le explicó Looker, y Anabel lo miró extrañada-. Ahora hay guías, y una estructura preparada y controlada por los Capitanes para garantizar la seguridad. Pero no importa cuán preparados puedan estar, siempre algo puede salir mal… hasta los mejores se equivocan, Anabel… y pagan precios muy altos –insistió Looker, y Anabel supo que había regresado a hablar de su compañera-. Voy a entrenarte, como si entrenara a una agente de la Policía Internacional Pokémon… seré estricto, seré duro, pero aprenderás a sobrevivir con o sin mí –finalizó Looker.
-Wow, de verdad estás preocupado –comentó Anabel, con una mezcla de pena y de tristeza. Por una parte, Looker estaba preocupado por ella, pero por otra, dicha preocupación seguramente se debía a que había perdido a alguien importante, y se negaba a repetir ese error-. Descuida Looker, seré la mejor no agente de la Policía Internacional Pokémon que puedas imaginar –bromeó Anabel, Looker asintió, aceptando aquella resolución.
-Hay que irnos, se hace tarde, y tienes clases mañanas. Sin mencionar que tienes una sesión de Krav Maga matutina –enunció Looker, y Anabel se preocupó un poco por su integridad física, ya que, si antes Looker no había sido muy serio con su entrenamiento, esta vez seguro iba a forzarla físicamente más de lo normal.
Anabel terminó su malasada, y salió tras Looker junto a Croagunk y Sneasel. La noche de Alola ya reinaba oscura, y las luminarias se habían encendido, aunque estas realmente no se necesitaran mientras pasaban por el Centro Comercial de Alola, frente al cual Anabel se detuvo, forzando a Looker a detenerse también. Anabel entonces recordó el corcho con el papel con su nombre, y después recordó a Kahili tomándole una foto abrazada de Looker, por lo que tuvo una idea.
-Una foto… -enunció Anabel, Looker la miró confundido-. Solo ven, hay algo que quiero hacer –Anabel lo tomó de la mano sin darle oportunidad ni de quejarse ni de pensar, y guio a Looker hasta una pequeña cabina fotográfica, misma que programó, e ingresó a ella sola, tomándose unas cuantas fotos, en todas saliendo presentable, como si la foto de una licencia se tratara. Tras verlas, Anabel cortó un par de la tira, entregándoselas a Looker-. Para tu corcho… -sonrió Anabel, Looker tomó la foto, y entonces miró a la que le sobraba, por lo que Anabel se apenó-. Por si… querías una para tu cartera… si no la quieres no importa –señaló ella apenada.
-Oh, claro que te importa… -se dijo a sí mismo Looker-. No voy a llevar esta foto en mi cartera, Anabel –le regresó la misma Looker, deprimiéndola, pero Looker entonces colocó unas monedas en la máquina, y tiró de Anabel dentro de la misma-. Sonríe –comentó Looker, el flash de la cámara de la cabina se disparó, Anabel claro que no estaba lista, por lo que salió con rostro confundido en la foto, pero sonrió para la segunda, Looker le hizo cosquillas para la tercera, en la cuarta ya se estiraban las caras, y así continuaron haciendo poses distintas en varias más de las fotos, algunas incluyeron a Croagunk y a Sneasel, una incluso a un montañista que asomó la cabeza de la nada en la cabina, saliendo en la foto, y así continuaron, hasta que se terminó el tiraje-. ¿Quién rayos era ese montañista? –se quejó Looker saliendo de la cabina de fotos, buscando por todas partes al montañista, y viendo si no le habían robado algo-. Parece que no me robaron nada. ¿Qué hay de ti Anabel? –preguntó Looker, notando a Anabel, distraída mirando las fotos en el tiraje, en específico a una donde salían ambos sonrientes y divertidos-. ¿Te gusta esa? –preguntó Looker, Anabel regresó en sí, apenándose, pero asintiendo de todas formas- Entonces yo tomaré esta otra –le mostró Looker, tomando una foto donde salían ambos en pose de saludo militar-. Si lo piensas bien va a tema –la tomó Looker, metiéndola en su cartera.
-Podías elegir una foto más linda que esa… -se quejó Anabel, tomando la tira de fotos, y dividiéndola a la mitad-. Toma, haz lo que quieras con tu mitad… son pegatinas, así que puedes pegarlas en donde quieras –continuó ella apenada, hasta ese momento Looker entendió que se despegaban, por lo que experimentó con una, arruinándola-. ¡Si no tienes donde pegarlas no las desperdicies! –se molestó ella, y Looker sonrió apenado, pegando torpemente la misma en la tira de fotos.
-Vamos a casa –comentó Looker, la forma en que lo dijo apenó a Anabel, quien asintió, y siguió a Looker el resto del camino a la Ruta 01. En todo momento, Anabel sintió una presión cálida en su pecho.
Ruta 01. Casa de Looker y Anabel.
-¿Tomas un baño primero o lo tomo yo? –preguntó Looker una vez que llegaron a su casa, quitándose la gabardina y la corbata, y colocándola sobre una de las sillas del comedor- Hay tiempo todavía para un capítulo del Detective Laki. ¿Quieres burlarte de lo ridículo que es? ¿O vas a volver a quedarte dormida? –preguntó burlesco.
-¡No me hubiera quedado dormida si no me hubieran agotado con todo ese ejercicio! ¡Hoy apenas hice ejercicio, así que no me quedaré dormida esta vez! –se fastidió Anabel, Looker solo se burló de ella un poco- Puedes bañarte primero, repasaré algo de mis apuntes un rato, y me quejaré sonoramente del celular que nuevamente no me compraste –señaló Anabel.
-Oh rayos, sabía que olvidaba algo –se quejó Looker-. Lo siento, mi cabeza ha estado en las nubes con lo del caso. El próximo fin de semana sin falta –prometió Looker, metiéndose en el baño para ducharse.
-Debo ser la única adolecente sin celular en toda Alola. No ayudas a mi integración social –se quejó Anabel, y cuando escuchó el agua de la regadera, ella rápidamente entró en su habitación, se lanzó a su futón, seguida de su par de Pokémon, y abrió su libreta de apuntes, tomando una de las fotos, despegándola, y pegándola en su libreta de detective-. Sé que algún día voy a acabarme esta libreta, pero de momento, aquí puedo llevarlo conmigo –sonrió Anabel, Croagunk y Sneasel tan solo hicieron una mueca-. ¿Qué? Si algún día me reseteo, y encuentro esta libreta en mi bolsillo, al menos sabré que el hombre raro con el que vivo es en verdad una persona importante y no un acosador –se defendió Anabel, sus Pokémon se burlaron de ella-. Me caían mejor cuando estaban uno en contra de la otra, el que se unan para apenarme es molesto –insistió Anabel, mirando su libreta, y leyendo un poco de la misma-. Aunque… si me reseteo y solo veo esto… pensaré que soy parte de algún experimento militar o algo así… ¿de qué forma puedo decirle a la Anabel producto del reseteo, quien soy, y lo que siento? –lo pensó ella, imaginándose a sí misma reseteándose, y desconociendo totalmente a Looker- No… esto no es suficiente. Necesito que no solo esté claro que Looker es una persona en quien puedo confiar… necesito que la Anabel que sobreviva al reseteo, entienda lo que siento realmente –se decidió Anabel, buscó entre su mochila una libreta, eligiendo una lila que no tenía nada escrito todavía, caminando con la misma hasta su escritorio, encendiendo la lámpara, tomando una pluma, y comenzando a escribir una fecha, una fecha de hace dos semanas-. De la Anabel del pasado… a la Anabel que encuentre este diario… no hay nada antes de esta primera entrada, tu vida comienza desde este preciso momento –comienza Anabel, sus Pokémon la miraban curiosos de lo que hacía-. Desperté, en brazos de un hombre muy importante para mí, quien me encontró inconsciente en una Playa de Prado Pony. Esta es mi primera memoria, no hay nada antes que eso, solo el recuerdo de una torre, de la cual yo soy guardiana, una torre en la Región Hoenn, no sé nada más que eso, mi edad, mi nombre, y que alguna vez, fui una entrenadora Pokémon muy buena. No quiero que cometas el error de aquella primera Anabel, que no registró 14 años de nuestra vida, que se perdieron entre el laberinto de nuestros recuerdos. Registra todos tus días, registra tus sentimientos, de forma que todas las Anabel que sigan a nosotras, siempre sepan, lo que sentía nuestro corazón mientras existimos… -continuó Anabel, llenando hoja tras hoja, resumiendo dos semanas de historia-. Acepté esta nueva vida, firmé los papeles, Nanu, se convirtió en mi padrastro. Me sentía vacía, deprimida, pero con un sentimiento de necesitar permanencia –continuó ella, sin percatarse de que Looker, ya salido de bañarse, entraba en la habitación para decirle que el baño estaba libre-. Me destruyeron… -escuchó Looker a Anabel decir-. Caí en lo más profundo… esta nueva vida… me deprimía… todos me odiaban sin razón alguna… pensé en abandonarlo todo, pensé en darme por vencida, pero él no me dejó darme por vencida… y fue en ese momento… que decidí que viviría por él… -prosiguió Anabel, y Looker salió de la habitación, comprendiendo que este era un momento privado para Anabel-. Puede que leas esto… y pienses que soy una ridícula… pero me anclé a la única esperanza que me quedaba… y no me he arrepentido de haberlo hecho… -sonrió Anabel, continuando con su escrito con entusiasmo-. Me enseñó a pensar como él… resolví el caso de la carta de amor… aunque… en retrospectiva pude haberlo resuelto de otra forma… quería que él me viera y estuviera orgulloso… -prosiguió ella, contándole todo a la Anabel del mañana-. Kahili es… rara… va a su propio ritmo… tiene la mente en las nubes… pero no te confíes de ella, es más lista de lo que aparenta, acorralarme en su lugar secreto y sacarme la información… bueno, aún estoy algo molesta por eso… pero es mi amiga… una verdadera amiga… puedes confiar en ella… -prosiguió Anabel, no se había dado cuenta del tiempo. Croagunk y Sneasel ya dormían, su reloj marcaba que ya era un nuevo día, e incluso ella comenzaba a bostezar, pero no quería dejar esto inconcluso todavía-. Bailé con Ilima… no voy a mentirte, fue agradable… diferente, se sentía bien… sentí un poco de miedo por las miradas asesinas de Hiromi, pero… la verdad… estaba inmensamente feliz… -continuó Anabel, llegando hasta el día actual, y deprimiéndose un poco-. Looker… él aún piensa en su compañera… ¿puedes creer que le propuso matrimonio? Sé que no debería, la pobre falleció… pero sentí… molestia, al enterarme de eso… creo… que no es solo dependencia… ¿Looker o Ilima? Kahili lo dedujo por si sola… me gusta Ilima… pero Looker… no lo sé… yo… quiero que me vea… no sé lo que siento… solo quiero, que sepas que algo siento… y que mientras pueda, seguiré indagando al respecto –tomó Anabel otra de las fotos de su tira, y la pegó en aquella página, sonriendo- De la Anabel de hoy… a la Anabel de mañana… no sé qué significa Looker para mí todavía… yo solo sé… que no puedo evitar esta sonrisa…
