Hola otra vez, muchas gracias por el recibimiento a los lectores de esta historia, me alegra leer las reseñas que me comparten, y ello me motiva a seguir actualizando constantemente. No hay mucho que decir para este capítulo, solo que creo que los dramas policiacos y Pokémon no deberían mezclarse tanto, la fórmula de Detective Pikachu funcionó, pero de eso a dejar que alguien que se la pasa viendo ID escriba esto pues… espero que no sea demasiado oscuro para los lectores. Lo que me recuerda que el caso de Looker está sumamente enredado, pero ya estoy acercando a Looker a la dirección que le permita resolverlo. Espero, genuinamente, dos cosas: 1) Espero que este capítulo no resulte ser muy aburrido para ustedes porque entré de lleno en el mood detectivesco con Looker. 2) Espero que no se pierdan en la explicación de Looker, hice todo lo que estuvo a mi alcance por hacerlo ver creíble. Ultima nota, el caso de esta historia, está basado en hechos reales de las familias reales de Hawaii.

mazp04: Esas memorias de Vietnam son demasiado traumáticas para mí, pero igual por eso Anabel se ganó mi respeto. Saludos desde México mi estimado venezolano, y que curiosa la historia del cómo te convertiste en fan de Anabel, wow, no sé cuánto tiempo te tomó ver todo el anime, mi esposa y yo llevamos viéndolo desde el inicio desde creo que hace medio año y apenas vamos en las Islas Remolino, nos distraemos con mucha facilidad. Lamento leer de tu bajón anímico, espero que, con mis historias, te ayude a sentirte mejor, animo, todos estamos en el mismo barco con esto de la pandemia. Tal vez a futuro esta historia se mueva a Kalos, quien sabe, pero sería agradable intentar revivir esos sentimientos nostálgicos mientras lees, ya veremos qué pasa. Sobre Pokémon Masters, lo jugué un tiempo, es agradable, pero perdí todo mi avance cuando cambié de celular porque no puede recuperar mi cuenta, así que, tristemente, opté por no volverlo a intentar, además suficiente tengo con Fire Emblem Heroes, y sus malditas ofertas de orbes… ejem… me desvié del tema. Espero Anabel algún día aparezca en Masters. Espero que sigas disfrutando de esta historia, y que sigas disfrutando del personaje de Anabel, o al menos mi versión de ella, ya sabes, la amnesia da para algunos cambios de personalidad, pero intento mantenerme fiel al personaje.

liuterazagi: Oh te tengo noticias sobre la primera línea de tu review, pero dejemos que este capítulo hable por sí mismo. Es verdad que ya existe confianza entre Looker y Anabel, aunque es una confianza que se forjó por la codependencia, uno se sintió responsable por la pérdida de su compañera, sentimental o no, fue un duro golpe, y encuentra refugio y consuelo en ayudar a alguien más. Anabel por otra parte, busca un lugar al que pertenecer, para ambos la relación es, al menos antes del comienzo de este capítulo, por conveniencia. Pero, si Looker pudiera separar a 932 de Anabel, y Anabel pudiera encontrar respuesta a la pregunta de: "¿de dónde vengo?" ¿qué pasaría con ellos? Bueno, este capítulo da respuesta a eso. Kahili es todo un caso aparte, accidentalmente se está convirtiendo en un personaje que estoy disfrutando en manejar, así que le estoy dando más protagonismo del que inicialmente tenía pensado. Sobre la escena de las escaleras, vieras que fue una adición de último minuto, dije al principio: "Nah es muy pronto para este tipo de escenas" tres doritos después me regresé: "Vah, ¿por qué no?", y se quedó la escena. Ni me recuerdes lo confusa de la investigación de Looker, jajaja, en este capítulo se pone peor. Gracias por darle la oportunidad a la otra historia, es la que sigue de actualizar después de esta, voy de historia en historia. Sobre su Deus Ex Machina, no será lo mismo, créeme… además ya sembré el antecedente de lo que tiene que pasar en "Crónicas de un Viaje Pokémon", pero esa es otra historia.


Faller - La dama caída.

Capítulo 7: En la tragedia y el amor.


Alola. Isla Melemele. Ruta 01. Casa de Anabel y Looker.

En la casa de Anabel y Looker, cierta adolescente estaba al borde de un colapso nervioso y de un posible ataque cardiaco, mientras permanecía recostada sobre el sillón del área común, con su rostro sumamente ruborizado, mientras al lado de ella, y sentado sobre un banco, se encontraba Looker, con su mirada monótona, su mirada de trabajo, mientras al parecer proseguía con una de sus lecciones.

-Para realizar la reanimación pulmonar, debes colocar las manos en esta posición –le explicaba Looker, pero Anabel apenas y ponía atención, mientras Looker colocaba sus manos sobre su esternón. El solo contacto físico disparaba sus emociones. Looker solo continuaba con la lección sin prestarle atención a su vergüenza-. Debes realizar 30 presiones rápidas y fuertes, manteniendo un mismo ritmo, y sin ejercer presión tal que pudiera romper la caja torácica –le explicaba Looker, presionando, como si intentara reanimar su corazón y sus pulmones, aunque los segundos estaban tremendamente escasos de aire, mientras el primero no dejaba de palpitarle a un ritmo demasiado rápido. Con cada presión, las cuales solo fueron un par para darle a Anabel una idea sobre la fuerza que se imprimía, la vergüenza de Anabel aumentaba, al igual que su temperatura corporal, mientras su confundido cuerpo intentaba bajarle la misma al cubrirla de sudor, mismo que se intensificaba, mientras más se acercaban a cierta parte de la lección-. Estas presiones se alternan con respiración de boca a boca inclinando la cabeza de a quien atiendes hacia atrás, levantando la barbilla o mentón y apretando la nariz con los dedos –prosiguió Looker, por alguna razón, su voz sonaba más expresiva, casi seductora, mientras Looker se acercaba. Anabel nerviosamente comenzó a prepararse, podía sentir su respiración-. Y soplas un par de veces… suave… y lentamente… -prosiguió Looker, Anabel lo esperaba con los ojos cerrados, sus labios estaban a apenas unos centímetros de los suyos, Anabel inclusive sabía que Looker no estaba en posición de reanimación pulmonar, más bien parecía que iba a besarla, y entonces… su alarma la despertó.

-¡Aaaaah! –exclamó Anabel asustada por la alarma en su cuarto, Croagunk y Sneasel se despertaron de golpe y aterrados. Croagunk, como el Pokémon entrenado que era, mantuvo pose de artes marciales. Sneasel no era un Pokémon entrenado, pero hizo lo posible por imitar la pose. Anabel solo respiró pesadamente, ignorándolos a ambos- ¿Fue un sueño? Claro… fue un sueño… -continuó Anabel, tomándose el pecho, mientras apagaba la alarma al lado de su futón. Anabel entonces lentamente comenzó a recostarse nuevamente, viendo al techo, sus Pokémon intercambiaron miradas curiosas, mientras Anabel lentamente se quitaba la almohada de la nuca, se la colocaba sobre su rostro, y gritaba con todas sus fuerzas mientras pataleaba y rodaba por su habitación, lo que mantenía en alerta a sus Pokémon aterrados por las reacciones de la chica, que pataleaba aún más fuerte intentando calmarse, hasta necesitar respirar, quitarse la almohada del rostro, y revelar el mismo tan rojo que sus Pokémon creyeron que estaba enferma- Creo que… no es dependencia… -admitió Anabel, incorporándose, dirigiéndose a su closet y vistiéndose, esta vez en un traje de baño de una sola pieza, mismo que acompañó de guantes deportivos, rodilleras, coderas, y tras aquello comenzó a recogerse el cabello. Sneasel entonces preguntó a Croagunk lo que ocurría, el Pokémon entonces optó por una pose de artes marciales, e hizo sombra, Sneasel se impresionó al respecto, mientras Anabel salía de su habitación, y encontraba a Looker ya listo en su traje de baño.

-Alola Anabel –saludó Looker, Anabel regresó el saludo-. Veo que hoy elegiste un traje de baño más adecuado. Muy bien –Anabel se apenó y desvió la mirada, Looker encontró aquello curioso-. Por cierto, ¿tuviste una pesadilla? Escuché un grito muy extraño… -continuó Looker, Anabel solo se apenó al respecto.

-¡No es nada! –agregó apenada, saliendo de la casa, y dirigiéndose a la playa, donde rápidamente optó una pose de Krav Maga, eligiendo esta vez la especialidad de boxeo- Solo, comencemos con el entrenamiento. Hoy tengo clases, y debo bañarme antes de atender a las mismas –lo apresuró Anabel, Looker asintió y comenzó a ponerse en pose, eligiendo la pose de boxeo también-. Trata de no lastimarme mucho… no quiero que haya rumores de violencia doméstica en la escuela… -pidió Anabel.

-Si no quieres que haya de ese tipo de rumores, entonces mejor empieza a concentrarte –prosiguió Looker, lanzándose a Anabel, quien sorprendida por su velocidad comenzó a evadirlo. Pero Looker se movía incluso más rápido que en sus lecciones anteriores- Te dije que no iba a darte tregua ahora. Vas a aprender por las malas de ser necesario –continuó Looker, aumentando su velocidad, Anabel sorpresivamente lograba evadirlo, pero no encontraba apertura para lanzar sus propios ataques, lo que se le dificultó aún más cuando Looker alternó a karate, forzándola a ella a retroceder- ¿Qué ocurre? No estás concentrada. Tienes que ser más violenta que eso y atacarme. Si me dejas marcar la pauta, no tardarás en caer –prosiguió Looker, pateando el pie de Anabel, haciéndole perder el equilibrio, después alternando a judo, tomándola del brazo, arqueándose, y levantándola hasta azotarla en la arena, donde Anabel no logró concentrarse el en azote, sino en la momentánea fricción del cuerpo de Looker contra el suyo mientras ella era derribada- Esa no es la reacción que esperaba… -alzó una ceja Looker.

-¡Déjame en paz! –se fastidió Anabel, poniéndose de pie, y optando pose de karate esta vez. Looker sonrió, tomó pose de karate también, tensando inclusive sus músculos. La visión de Looker tensando los músculos probó ser demasiado para Anabel, quien se apenó y perdió la concentración, pero solo unos instantes mientras Looker lograba apresarla en una maniobra de karate, azotarla nuevamente al suelo, y someterla- Esto… no está funcionando… -se quejó ella, Looker la liberó, lo volvieron a intentar, pero intento tras intento, el resultado fue el mismo.

Ciudad Hauoli. Academia Hauoli. Aula 1-A. (Tres días más tarde).

-Te vez fatal… -exclamó Kahili durante la hora del almuerzo, misma en la que, como ya era costumbre, juntaron pupitres, o al menos Kahili juntó el suyo al de Anabel, ya que la posible aspirante a Agente Especial de la Policía Internacional Pokémon, mantenía la cabeza recostada contra su pupitre, mientras miraba a Kahili con ojos inexpresivos, y con el cuerpo cubierto de bandas por todas partes- Ani… ¿Looker te golpea? –preguntó Kahili curiosa.

-No… solo me azota contra la arena… -respondió Anabel, Kahili la miró con extrañeza- Al menos sé que cuando toma pose de boxeo solo es para moverse más rápido, nunca me golpea a puño cerrado, pero los derribos de judo… bueno… supongo que la arena absorbe la peor parte –agregó Anabel con molestia, Kahili solo la miró con preocupación, por lo que, tras un suspiro, Anabel se decidió a responderle de una forma más entendible-. Todas las mañanas me levanto a las cinco a tener un entrenamiento de Krav Maga con Looker. El Krav Maga es una combinación de artes marciales que incluye karate, boxeo, judo, aikido, y maniobras de lucha libre… Looker normalmente no me lastima, pero desde el fin de semana, algo cambió. Se ha vuelto más agresivo en el entrenamiento… y además… yo no puedo concentrarme… -le explicó Anabel, Kahili solo mantuvo su silencio, mientras Anabel se debatía entre decir más o no-. ¡No me concentro porque entrena en traje de baño! Al principio no me afectaba, pero recientemente me afecta demasiado, y está afectando a mi concentración y a mi velocidad de reacción –se quejó Anabel.

-Yo pensando que es un caso de violencia doméstica, y resulta que solo te distraes con los pectorales de Looker –se burló Kahili, Anabel tan solo se apenó-. Sé de algo que va a alegrarte. Cierto niño pelirosa hoy regresa a clases. ¿No te parecía sospechoso que el salón estuviera así de vacío en horario de almuerzo? Todos salieron a recibir a Ilima –se burló Kahili, y Anabel se iluminó de la pena por las palabras de Kahili, y volvió a enterrar su rostro contra su pupitre, apenada-. Escuché que a Ilima le fue bastante bien en su torneo de Tenis de Mesa. Seguro llegó con otro trofeo –comentó ella.

-Ya enserio, Kahili… si te gusta Ilima, ¿por qué me ayudas a quedar con él? –preguntó Anabel, Kahili solo sonrió para ella- Me haces sentirme como la peor amiga del mundo –continuó ella con sus muecas-. Además… me preocupa acercarme… apenas y estoy cambiando la imagen que tienen todos de mí y todo eso. Lo que menos necesito es que vuelvan a enemistarse conmigo por culpa de Ilima –continuó ella.

-Oh, eso va a pasar, quieras tomar la iniciativa o no –apuntó Kahili, y el corazón de Anabel dio un vuelco, mientras a la entrada del salón de clases llegaba Ilima, quien sonrió al ver a Anabel y a Kahili, llegando ante ellas, y acomodando su pupitre para compartir el descanso con ambas.

-Alola Kahili, Alola Anabel –sonrió Ilima, Kahili devolvió el saludo, Anabel también lo hizo, aunque de forma un tanto nerviosa-. Anabel… ¿te encuentras bien? Estás toda golpeada –se preocupó Ilima, Anabel tan solo desvió la mirada por la vergüenza.

-Es-estoy bien… no es nada –comentó ella incomodada, Kahili solo sonrió ante las reacciones de Anabel-. ¿Cómo te fue en el torneo de Tenis de Mesa, Ilima? Perdona por no haberlo visto por la televisión… solo tenemos cable… -se apenó ella.

-Descuida, no fue un torneo televisado como los de Kahili –respondió Ilima- Y me fue bastante bien la verdad, regresé con el primer lugar –comentó Ilima, agachándose para sacar el trofeo de su mochila, el cual le mostró a unas impresionadas Anabel y Kahili.

-Siento tanta envidia… -comentó Kahili, ganándose las miradas de Anabel y de Ilima-. Yo también quisiera ir a un torneo de golf y pasar de la primera ronda clasificatoria. Siempre me aplastan de la forma más horrible posible –se quejó Kahili.

-Bueno… creo que eso es porque siempre te concentras en los tiros de poder –comentó Ilima, levantando la curiosidad de Anabel, y sorprendiendo a Kahili, quien lo miró con extrañeza-. En el torneo anterior, Tori venció a Kahili en las eliminatorias porque Kahili estaba más concentrada en la distancia de su tiro que en controlar su fuerza. Cayó en una trampa de arena, de la cual no pudo salir –le explicó Ilima.

-¿Viste mi encuentro? –se apenó Kahili, y aquella fue la primera vez en que Anabel creyó realmente el que muy probablemente a Kahili le gustaba Ilima. Hasta ahora solo habían sido posibles bromas de la chica, pero el descubrir que Ilima había visto su última participación en un torneo, la apenó bastante- Pero… a ti no te gusta el golf… ni siquiera lo practicas… -se apenó ella.

-No es que no me guste, solo no creo tener la habilidad –comentó Ilima, aunque algo en su comentario llamó la atención de Anabel. Ilima, aparentemente, estaba mintiendo-. Podemos indagar más tarde sobre tus tiros de poder, pero de momento, me interesa saber qué ha sido de ustedes. ¿Han tenido más casos? –preguntó Ilima.

-Umm… no exactamente… -respondió Anabel- Quiero decir, nos han hecho preguntas, y hemos ayudado algunas veces a encontrar a responsables de travesuras, o a ladrones de almuerzos, pero nada que yo consideraría un caso –le explicó Anabel.

-Oh vamos Ani, el caso del ingrediente secreto del emparedado de ingrediente secreto fue muy divertido –le comentó Kahili, Ilima se mostró muy interesado en aquel caso, Kahili lo notó-. Ani descubrió que el ingrediente secreto era cafeína para generar adicción. La cocinera mezclaba una cucharada de café recién molido con la mayonesa en los emparedados. Eso es lo que los volvía tan adictivos que todos ignoraban el hecho de que la carne no era más que la combinación de todas las carnes frías sobrantes de la semana –le explicó Kahili.

-Me pregunto… ¿cómo fue que llegaron a esa conclusión? ¿Y cómo es que la academia permitió semejante platillo? –comentó Ilima preocupado, Kahili se preparó para responderle, pero Ilima ya estaba viendo a Anabel, lo que la deprimió un poco.

-No es la gran cosa… -respondió Anabel, aunque la baja en el entusiasmo de Kahili no pasó desapercibida para ella-. Compré el emparedado de ingrediente secreto, y como básicamente Looker y yo somos adictos al café, por su culpa debo agregar, detecté el ligero sabor a café en la mayonesa. El resto fue una misión de infiltración que culminó con ambas descubriendo a la Directora Asuka y a la señora Polly mezclando una cucharada de café con la mayonesa para lograr que las carnes frías que ya se estaban venciendo se consumieran en lugar de echarse a perder… nos dieron detención por infiltrarnos en la cocina sin permiso –resumió Anabel.

-Entonces… la directora Asuka era la autora intelectual… vaya… -se sorprendió Ilima, con una gota de sudor cayéndole del rostro por lo alarmante de la historia- Por cierto… me preocupa un poco tu adicción al café… tienes 14, se te descalcificarán los huesos si abusas de la cafeína –comentó Ilima, Kahili notó que había pasado enteramente a segundo plano en la conversación, por lo que Anabel comenzó a sentirse mal por ella.

-Bueno, si Kahili no consigue al cliente interesado en saber el ingrediente secreto, la verdad es que ni siquiera hubiera probado el emparedado de ingrediente secreto –comentó Anabel, desviando la atención a Kahili, quien lo notó-. En realidad, la mayoría de los casos los ha conseguido Kahili. Los demás estudiantes no se acercan a mí directamente –terminó Anabel.

-Es bueno que Kahili se interese en algo además de mirar por fuera de la ventana para variar –agregó Ilima entusiasta, aunque el comentario la verdad no agradó a Kahili, quien tan solo hizo una mueca nerviosa-. Les agradará saber entonces, que es posible que tenga un caso. Hay una clienta que está interesada en contratar nuestros servicios, voy de camino a verla. ¿Quieren venir? –preguntó Ilima, pero Anabel comenzó a frotarse la barbilla con curiosidad.

-La verdad, Ilima, estoy un poco cansada por mi entrenamiento de la mañana. ¿Podemos alcanzarte más tarde? –preguntó Anabel, Ilima asintió sin sospechar absolutamente nada, tomó su mochila, y fue a ver a su clienta. Una vez que estuvieron solas en el salón, Anabel se puso de pie de improviso y se dirigió a la ventana. Kahili parpadeó un par de veces sin saber lo que Anabel hacía, y parpadeó un par de veces más mientras Anabel recorría el pupitre frente al de Kahili y lo acomodaba en el lugar de Kahili, se sentaba, e imitaba la pose de Kahili de ver por fuera de la ventana, Kahili de pronto supo lo que estaba ocurriendo, y se apenó- Kahili… -comenzó Anabel- No veías por fuera de la ventana… ¿verdad? –comenzó Anabel, Kahili comenzó a ponerse nerviosa- Mirabas el reflejo del escritorio de Ilima en la ventana –dedujo ella.

-¡Aaaaah! ¡No se supone que descubrieras eso! –se quejó Kahili, levantando a Anabel del pupitre, y acomodándolo donde debía ir, luego encarando a Anabel- Ani, aunque admito que el escritorio de Ilima se ve perfectamente desde el reflejo de la ventana, justo en el lugar en que me siento, te aseguro que realmente me distraigo viendo por fuera de la ventana… no solo me la paso viendo a Ilima… -se apenó ella.

-Oh… pero divagas pensando en qué pasaría si te le confesaras –continuó Anabel, apenando a Kahili aún más. Anabel inmediatamente se viró para cerciorarse de que seguían a solas, y tras haberlo confirmado se dirigió a Kahili nuevamente-. Kahili, no voy a discutir contigo por un chico. Me gusta Ilima, pero si a ti te gusta también, tienes el mismo derecho de intentar ganar su atención –le comentó Anabel.

-Basta Ani, las cosas no son así. Yo me conformo con pasar tiempo con él mientras paso tiempo contigo –le explicó Kahili, Anabel solo bajó la mirada en señal de preocupación- Ilima es lindo, ¿y qué? Es solo un chico que básicamente no se dio cuenta de que existía, hasta que cierta niña de cabello lila llegó. Es solo una atracción física, nada más que eso –aseguró Kahili.

-Aja, y mientras más tiempo pasa, y más me acerco a Ilima, más te lastimo –concluyó Anabel, Kahili hizo una mueca y se mordió el labio-. Kahili, tampoco sé si siento más por Ilima que solo atracción física… no es él quien aparece en mis sueños… -confesó Anabel, Kahili abrió su boca hasta sus límites tras escuchar aquello.

-¿Sueñas con Looker? –exclamó Kahili, Anabel se apenó e inmediatamente le tapó la boca, virando en todas direcciones para ver si alguien estaba presente, alegrándose de saber que nadie estaba allí. Kahili se quitó la mano de Anabel de la boca, y continuó- Necesito detalles de ese sueño, ¿fue sucio? –sonrió Kahili burlesca.

-Basta, no estamos hablando de Looker, estamos hablando de Ilima –continuó Anabel, y Kahili volvió a deprimirse-. Kahili… no quiero ilusionarme con Ilima si eso significa que te voy a lastimar. No tengo idea de lo que siento por Looker, y aunque sintiera algo estaría horriblemente mal hacerlo. Pero si después de resolver mi conflicto interno, por casualidad me doy cuenta de que lo que siento por Ilima no es solo atracción física… bueno… no quiero lastimarte –insistió ella.

-Ani, fallas en ver un pequeño detalle –le comentó Kahili, tomándola de ambas manos-. Independientemente de que me guste Ilima o no, independientemente de que te guste Ilima o prefieras a Looker, eso no cambia el hecho de que a Ilima le gustas tú… -le explicó, Anabel se apenó por aquel comentario-. Si te preocupas por el no lastimarme, y no te resuelves en tus sentimientos, lo único que vas a conseguir es que yo me enoje contigo. Deja de pensar en mí, piensa en ti. ¿Cuántas chicas conoces que le gustan al chico que les gusta? Solo disfrútalo mientras tomas una decisión –terminó Kahili, pero Anabel no estaba convencida de aquello-. Y mientras tanto, me cuentas sobre la indecorosa relación que tienes con quien debería ser tu figura paterna –se burló Kahili cambiando el tema.

-¡Eres de lo peor! ¡Y Looker no es mi figura paterna! ¡Ese es Nanu! –se molestó Anabel, Kahili solo se burló de ella. Anabel se sentía mal por Kahili, así que, tragándose su orgullo, bajó sus defesas solo para ella- Soñé que Looker me daba reanimación pulmonar… -comenzó Anabel, Kahili se impresionó por aquello, y se tapó un poco la boca para no reírse- ¡Déjame en paz! ¡Estaba tan apenada cuando pasó que desde entonces uso un traje de baño de una pieza para entrenar con él! –se fastidió Anabel.

-Oh, ¿entonces ya no usas el bikini que no compraste para impresionar a Ilima? –se burló Kahili, apenando sobremanera a Anabel- ¿Sabes qué? Me da más pena el pobre de Ilima todo enamorado, mientras tú sueñas con tu tutor legal. Siento más pena por él que por mí –se burló Kahili.

-¡Basta! ¡Te lo conté para animarte no para que te burles de mí! –se fastidió Anabel, Kahili solamente se reía con fuerza, y de improviso abrazó a Anabel, quien no se lo esperaba- ¿Ahora qué te pasa? –se preocupó Anabel.

-Ani… gracias por ser mi amiga… -comentó Kahili, Anabel asintió y le regresó el abrazo-. Bueno… -continuó Kahili rompiendo el abrazo-. Mejor vamos a buscar a Ilima y a descubrir quién es nuestra nueva clienta. Además de que todavía tenemos pendiente el averiguar quién es el Capitán de Melemele –la tomó de la mano Kahili, sacando a Anabel del aula.

Estación de Policía de Hauoli. Oficina de Looker.

-Acerola Kalákaua… -en la oficina de Looker en la Estación de Policía de Hauoli, se encontraban tanto él como Mitchell, además de un Snubbull enterrado dentro de una montaña de documentos y papeles diversos, mientras ambos, el policía y el detective, intentaban poner algo de orden en el desorden que resultaba ser la multitud de casos en los que se encontraban envueltos-. Por el hermetismo que hay actualmente en la Isla de Ula-Ula, apenas logré hacerme con la documentación referente a la chica. Hasta donde sé por su registro de nacimiento tiene 10 años de edad actualmente. El nombre de su padre es David Kalákaua… vaya nombre para los estándares de Alola –notó Looker.

-Con ese nombre, seguramente no tiene raíces nativas de Alola, se lo aseguro –comentó Mitchell, y Looker asintió a sus palabras-. En Ula-Ula es normal que se tenga la opción de tomar el nombre de la esposa una vez que hay una unión matrimonial. De esa forma algunos extranjeros lograron hacerse con nombres de poder. Su esposa seguramente es una Kalákaua –comentó Mitchell.

-Sorpresivamente no, aquí dice que su segunda esposa era Victoria Kamámalu, dueña del Súper Ultraganga de Villa Tapu –le mostró Looker, y Mitchell comenzó a rascarse la cabeza confundido-. Además, el nombre de la madre de Acerola y primera esposa de David Kalákaua, es Emma Hameha VIII, lo que significa que David es un Kalákaua por sangre, no por cambio de nombre, y siguiendo su árbol genealógico… -continuó Looker, extendiendo un rollo de papel, mismo que terminó envolviendo a Snubbull, quien apenas salía de la montaña de papeles y ya era rodeado por el papel desenrollado de Looker-. Debe de estar por… aquí… la relación de sangre existe, entre el abuelo de David Kalákaua y… una… extranjera de algún lugar. Su nombre está escrito en otro tipo de letra que no me es familiar… -comentó Looker, Mitchell se asomó.

-Es Kantones… -le explicó Mitchell-. Tanto en Kanto como en Johto, Hoenn y Sinnoh, se habla el Kantones. Aquí en Alola, igual que en Unova y Galar, se habla el Tesalio –le explicó Mitchell, Looker entonces lo miró esperando que tradujera el nombre-. No sé Kantones, detective, solo reconozco los símbolos –le explicó.

-Vaya, y yo aquí sorprendido por tu conocimiento de lenguas extranjeras… -se fastidió Looker- Un momento… ¿cómo es que Anabel sabe hablar Tesalio si viene de Hoenn? ¿No debería saber ella Kantones? –se frotó la barbilla Looker, Mitchell solo alzó y bajó los hombros.

-¿Cómo voy a saberlo? –se quejó Mitchell- En todo caso, si de verdad quiere traducir el nombre de la abuela de ese tal David, puede mandarle la fotografía a la Estación de Policía de Ula-Ula. Allí hablan varios idiomas por las colonias de Johto que se construyeron. Creo que en el Monte Hakulani inclusive, hablan un Kaliense fluido –se rascó la nuca Mitchell-. El idioma de Kalos, detective. Le recomendaría aprender otros idiomas para no requerir de traductores –sentenció Mitchell de forma arrogante.

-Dice el que distingue el Kantones pero no puede traducirlo –se burló Looker-. No está de más aprender otro idioma de todas formas –realizó las anotaciones pertinentes Looker-. Volviendo al tema, no creo necesario traducir el nombre Kantones de la abuela de David, me basta con saber que la relación de sangre existe, pero mira esto –apuntó Looker, haciéndole cosquillas a Snubbull mientras movía su dedo por el papel ya que Snubbull continuaba debajo del rollo de papel-. Aquí en la panza de Snubbull, podemos ver fácilmente que la sangre de los Kalákaua se mantuvo constante por un tiempo antes de entrar en decadencia, rodea inclusive la cintura de Snubbull. El abuelo de David es el hijo número seis del matrimonio de su bisabuelo. Eso convierte a Acerola, si seguimos el árbol genealógico hasta la pata derecha de Snubbull… en una descendiente lejana… muy lejana… -apuntó Looker.

-Ella… no debería figurar en la línea de sucesión… -comentó Mitchell, mirando el árbol genealógico-. Detective… mire esto… todas las demás líneas de sucesión… no tienen descendientes… Acerola es algo así como la prima lejana que nadie consideraría una descendiente de la familia Kalákaua pero… extrañamente, nadie de las cabezas actuales tiene descendencia… -dedujo Mitchell.

-Claro… porque la familia real de Kalákaua perdió su estatus de realeza. Pocas fueron las familias que se formaron desde que Likalani Kalákaua fue forzada a abdicar el trono. Eso convierte a la familia de Acerola en una de las pocas líneas de sucesión que quedaron –dedujo Looker. Snubbull por fin salió de debajo del rollo de papel con el árbol genealógico, mientras Looker buscaba algunos documentos entre la montaña de papeles, que terminó cayendo sobre Snubbull cuando, tras extraer los papeles que necesitaba, la montaña remanente se le vino encima-. Creo que eso abre un móvil muy curioso, mira esto… Victoria Kamámalu, la actual esposa de David Kalákaua, se casó con él hace 9 años, un mes después del misterioso fallecimiento de Emma Hameha VIII, la madre de Acerola –le muestra el registro de matrimonio Looker a Mitchell, quien se muestra impresionado, y recibe después un artículo de periódico muy viejo-. Este matrimonio alzó el descontento social, ya que resultaba bastante extraño que David se hubiera casado a solo un mes tras perder a su esposa. Lo acusaban de no respetar el luto –le explicó Looker, y Mitchell asintió-. Además de eso, aparentemente hace 11 años, David Kalákaua y Emma Hameha VIII, entraron en un conflicto por la compra de la Biblioteca de Ciudad Malíe, perteneciente a la familia Kalulani –apuntó Looker.

-Espere, espere, la familia Kalákaua y la familia Kalulani son casas enemigas. Toda nuestra investigación se basa en eso, ¿y ahora me dice que hace 11 años David Kalákaua compró una Biblioteca en Ciudad Malíe, la ciudad construida por una colonia extranjera de Johto, a la familia Kalulani? –resumió Mitchell sin encontrarle ningún sentido.

-Por una cantidad exorbitante de dinero, además –le mostró otro artículo de periódico Looker a Mitchell, que leía sobre un escándalo en la familia Kalákaua por la compra de la biblioteca, por una cantidad de dinero muy exagerada, y del cómo la familia Hameha, una muy influyente y respetable familia de Ula-Ula, acusaba a David Kalákaua de usar dinero de la familia Hameha para realizar aquella compra-. Todo comienza a hacer sentido. Un miembro de la familia Kalákaua, tiene negocios con la familia Kalulani, en este caso la compra por una cantidad exagerada de dinero, de la Biblioteca de Ciudad Malíe. David Kalákaua se casó con Emma Hameha VIII dos meses antes de la compra, tuvo acceso a las finanzas de la familia Hameha, y usa su dinero para enriquecer a la familia Kalulani –enunció Looker.

-¿Quién se tomaría tantas molestias para enriquecer a la familia enemiga? –se preguntó Mitchell- Lo siento Detective, quisiera decir que entiendo por dónde va todo este embrollo, pero mientras más nombres se suman, más confundido me siento –declaró Mitchell.

-Lo comprendo perfectamente, y todo esto no son más que teorías, pero, el que David Kalákaua se haya casado con Victoria Kamámalu, me hace pensar que ella es la mente detrás de todo este embrollo –apuntó Looker a un artículo de periódico sobre Victoria Kamámalu, mismo que hablaba sobre la inauguración del Súper Ultraganga de Villa Tapu-. Mira la fecha de la inauguración de esta tienda… solo han pasado dos meses desde la compra de la Biblioteca de Ciudad Malíe. Claro que, una persona que vive esto al día, no puede hacer una conexión, pero ahora que más de 10 años han pasado, encontramos una historia de infidelidad que cuentan los periódicos –comenzó Looker, colocando varios periódicos en la mesa en un orden que contaba una historia-. Empecemos con el matrimonio de David Kalákaua y Emma Hameha VIII hace 11 años –colocó Looker el periódico-. Meses más tarde, ocurre el escándalo de la compra de la Biblioteca de Ciudad Malíe –colocó el siguiente periódico Looker, y después uno más-. Dos meses tras la compra de la Biblioteca de Ciudad Malíe, ocurre algo que aparentemente no está relacionado. En Villa Tapu, se inaugura un supermercado que estuvo casi un año en paro de construcción por falta de pagos. ¿De dónde salieron los fondos para su construcción? De las arcas de la Casa Hakulani, a nombre de Dominis Hakulani –apuntó Looker al nombre del esposo de la desaparecida cabeza de la Familia Hakulani.

-¿Dominis? –preguntó Mitchell- Podría ser una coincidencia. ¿Por qué piensa que la donación de Dominis Hakulani, para el pago de las deudas de construcción del Súper Ultraganga de Villa Tapu, tiene algo que ver con la compra de la Biblioteca de Maulíe? –preguntó Mitchell.

-Primero, los montos –comenzó Looker, apuntando al segundo periódico-. La cantidad de dinero por la venta de la Biblioteca de Ciudad Malíe, coincide con el adeudo de la construcción del Súper Ultraganga de Villa Tapu –le explicó Looker, y Mitchell comenzó a ver la conexión-. Si a eso le sumamos el hecho de que, dos años más tarde, David Kalákaua, ya viudo, se casaría con Victoria Kamámalu, aquí tenemos el primer motivo –le explicó Looker, dejando espacio entre el periódico que contaba sobre la inauguración del Súper Ultraganga de Villa Tapu, y el escándalo del matrimonio de David Kalákaua con Victoria Kamámalu tras la muerte de Emma Hameha VIII.

-Según entiendo entonces, el matrimonio de David Kalákaua con Emma Hameha fue un matrónimo por conveniencia para que David Kalákaua robara el dinero de la familia Hameha, comprara la Biblioteca de Ciudad Malíe que pertenecía a la Familia Hakulani, y así Dominis tuviera el dinero para pagar los adeudos de la construcción del Súper Ultraganga de Villa Tapu que pertenece a Victoria Kamámalu –resumió nuevamente Mitchell, y Looker asintió-. Para que todo esto tuviera sentido, debe existir una relación entre Dominis y Victoria… y Victoria debía mantener a su vez una relación con David en ese momento, aun cuando David estaba casado con Emma –comentó Mitchell resumiendo las conexiones.

-Victoria Kamámalu era la amante de Dominis Hakulani, quien estaba casado con Aholo Kalulani –le explicó Looker, colocando en la mesa no un periódico, sino una lista de personas- Esta lista contiene el nombre de toda la servidumbre de la Familia Kalulani de los últimos 15 años, aquí está el nombre de Victoria Kamámalu –apuntó Looker, y después sacó otros documentos-. Este es el currículo de Victoria Kamámalu de hace 15 años, entró a trabajar para la Familia Hakulani como criada. ¿Qué criada tiene suficiente dinero para abrir un supermercado? Tal vez una que ahorró bastante, o al menos eso pensaría si Dominis Hakulani no hubiera pagado por la mayoría de los gastos de construcción, y por el adeudo –comentó Looker.

-Entonces… la criada de Dominis Hakulani, Victoria Kamámalu, era su amante. Pero al final del día, seguía siendo una criada. Dominis no iba a dejar de estar casado con Aholo Kalulani, gobernante de Ula-Ula, por una criada, no a menos que esa criada tuviera una muy buena fuente de ingresos a la par de la de un gobernante –comienza Mitchell, maquinando, Looker lo deja pensar-. Planean juntos la construcción del Súper Ultraganga de Villa Tapu utilizando los fondos de la Familia Hakulani, pero la construcción se interrumpe ya que dejan de pagar, hay un paro… ¿qué causó el paro? –pregunta Mitchell, y Looker sonríe.

-No qué, quién. Aholo Kalulani sospechaba la infidelidad de su esposo, y cancela los fondos para la construcción del Súper Ultraganga de Villa Tapu –continúa Looker, y le muestra una carta de despido-. Despide a Victoria Kalulani –le explica Looker, y todo comienza a hacer un poco más de sentido-. Aquí ya establecimos la relación de Victoria con Dominis, pero falta la relación de Victoria con David. Sabemos que se casaron, pero no sabemos por qué. ¿Cómo se conocieron? ¿Cómo ocurrió? Basta con ver las fechas de todo lo que ocurrió para hacer una teoría. Victoria no tiene trabajo, y Dominis no puede pagar la deuda de la construcción del Súper Ultraganga de Villa Tapu ya que Aholo Kalulani le congela los fondos. Bueno, si Dominis no puede pagarle a su amante, su amante tendrá que buscar la manera. ¿Quién es la siguiente familia rica en la lista? No son los Kalákaua, desde que perdieron la casa, son pocos los que continuaron formando familias. La siguiente familia más rica de Ula-Ula es la familia Hameha, pero hay un problema, no hay un hombre soltero en esa familia, todo lo contrario, la única hija de la familia está casada con un Kalákaua –apuntó Looker.

-Esos bastardos –se impresionó Mitchell-. Victoria sedujo a David Kalákaua. Puedo verlo ahora: "huye conmigo y vivamos de mi Súper Ultraganga de Villa Tapu, solo necesito que me ayudes a pagar la deuda, terminamos la construcción, y te divorcias de esa Hameha. Luego te casas conmigo." –fingió Mitchell, y Looker asintió-. Pero, aunque parece la historia de una telenovela barata, o un episodio del Detective Laki, ¿cómo convenció a David Kalákaua de comprar específicamente la Biblioteca de Ciudad Malíe? –preguntó Mitchell.

-Poniéndola a nombre de David Kalákaua –comento Looker con una copia del registro de propiedad-. David Kalákaua no iba a dejar a su esposa Emma, única heredera de una de las familias más respetables de Ula-Ula, por una criada desempleada con deudas que pagar. Él quería una garantía, eligió un negocio rentable, o que tuviera material invaluable. La Biblioteca de Ciudad Malíe tiene algunos de los documentos más preciados por los coleccionistas. En la mente de David Kalákaua: "si me voy a arriesgar a hacer esto por ti, tú tendrás que hacer algo por mí" eligió la biblioteca y todos sus tesoros. Victoria entonces suplica ayuda a Dominis, le promete que seguirán siendo amantes, que vivirán su romance, solo necesita que acceda a vender la biblioteca. Dominis pone el monto, David roba la cantidad de las arcas de la Familia Hameha, ocurre el escándalo de la biblioteca. Ahora David tiene una garantía, y Victoria tiene su Súper Ultraganga de Villa Tapu de nuevo en construcción. Pero la historia no acaba aquí. Victoria, genuinamente, estaba enamorada de David Kalákaua, no se hubieran casado tiempo después si ese no fuera el caso, pero había un problema. Justo cuando David Kalákaua llena la documentación para el divorcio… Emma queda embarazada de Acerola Kalákaua –termina de unir las piezas Looker, y Mitchell queda sumamente impresionado-. El periodo de tiempo entre el escándalo de la compra de la biblioteca, y el posterior matrimonio de David Kalákaua, coincide con un embarazo, seguido del tiempo requerido para que una madre cuide de su hijo. David se quedó con Emma por la promesa de ser padre, no se divorció, pero eso no significaba que amara a su esposa Emma más de lo que amaba a su nueva y joven amante, Victoria. Contrató un seguro de vida para su esposa, quien falleció de causas no especificadas por la policía forense de Ula-Ula. David Kalákaua gana una buena suma de dinero y se casa un mes después con Victoria Kamámalu, quien adopta a Acerola por su matrimonio con David Kalákaua. Ahora David, Victoria y Acerola viven en una biblioteca donde crían de su hija, y Victoria tiene un negocio rentable y de gran renombre como lo es el Súper Ultraganga de Villa Tapu, todo mientras Dominis se queda sin biblioteca, sin negocio, y sin amante –concluyó Looker.

-Esto está tan exagerado detective, que es difícil de no creer –aseguró Mitchell, indagando en todas las conexiones-. Pero entonces, detective. ¿Por qué el secuestro de Acerola? Si es que realmente es un secuestro –preguntó Mitchell.

-Aholo Kalulani es la respuesta –comentó Looker-. Bajo misteriosas circunstancias, Aholo Kalulani desaparece o es asesinada. Tras el embrollo con su amante terminado, Dominis Kalulani continuó casado con su esposa, y todo lo de Victoria no fue más que un amargo recuerdo, por lo que Dominis, tras presenciar o recibir la noticia del fallecimiento o desaparición de Aholo Kalulani, realmente siente el impacto y actúa genuinamente como un dolido esposo. En su dolor, no piensa bien las cosas, y reporta esto a Hala –le explica Looker, y Mitchell asiente-. Hala le pide a Dominis no decir nada aún, y es en ese periodo donde Braiden entra accidentalmente en el caso. Braiden no es más que un carpintero que realiza trabajos a lo largo de todas las islas, pero que tiene su domicilio en Pueblo Po y es carpintero recurrentemente en la Mansión Kalulani, por eso no aparece en la lista de personal. Seguramente Braiden, un carpintero externo, no recibió las ordenes de silenciamiento cuando Aholo falleció o desapareció, o simplemente no podía ser obligado al no tener una relación laboral real con la Familia Kalulani. Braiden no es nada más que un hombre inocente que estaba intentando hacer una nueva vida con la Señora Polly en la Isla Melemele. Tenía planes para mudarse con la señora Polly. Pero Braiden aún tiene trabajo pendiente, va a la mansión, se entera de lo que está pasando, y es silenciado por uno de los empleados de Dominis, quien no deseaba el asesinato de Braiden. Al menos esa es una teoría, pero yo tengo otra teoría –comienza Looker, y Mitchell le presta toda su atención-. Para que esta teoría tenga sentido, hay que rebobinar un poco antes de la llegada de Braiden para hacer labores de mantenimiento, más específico a momentos después de que Hala le indica a Dominis que mantenga silencio. Dominis es un hombre dolido, y con antecedentes de alcoholismo, hay varios reportes de disputas domésticas, e inclusive un conflicto en un bar de Pueblo Po que lo involucra. Es la fórmula perfecta para que un hombre con el corazón destrozado, acuda a su antigua amante, Victoria Kamámalu, por consuelo. Si Victoria fue la amante de Dominis, y ahora está casada con David Kalákaua… ¿Qué crees que pasa cuando Dominis, muy seguramente ebrio y con la lengua suelta, le dice que la ama y que vuelva con ella porque su esposa ya no es un problema? –preguntó Looker, y Mitchell se puso de pie.

-Victoria se da cuenta de que está casada con el padre de la única persona que, ante los ojos de Tapu Bulu, puede ascender al trono de Ula-Ula –deduce Mitchell, y Looker asiente-. Eso significa que… si la noticia se sabe… Acerola se convierte en la legítima cabeza de la Casa Kalulani. Eso restaura la Casa Kalákaua –lo comprendió Mitchell.

-Dominis, ya sobrio, se da cuenta de su error… -continua Looker-. Solo se necesita que David Kalákaua dé el anuncio oficial, y todo lo que posee, desaparece –agrega Looker, y Mitchell entiende lo delicada de la situación-. Tracemos una línea de tiempo imaginaria. Según Dominis cuando le informó a Hala, Aholo Kalulani es tragada por un agujero por la noche de hace dos semanas –comienza Looker, y mientras hace su línea de tiempo, la imagen de Anabel en la Playa de Prado Pony le viene a la mente, los tiempos coincidían, pero Looker rápidamente desestimó aquello y se concentró en su caso-. El Kahuna Hala visita la Isla Ula-Ula esa misma noche para hacer sus averiguaciones, y recomienda a Dominis Kalákaua mantener el silencio. Según Hala, Dominis está muy afectado, además de que es un alcohólico, va y se embriaga en una taberna en Pueblo Po, y ya con varios vasos vacíos, toma el celular, llama a Victoria Kamámalu, le pide que se vean. Victoria no quiere nada con él, pero es ambiciosa, huele el dinero. Accede a reunirse, seguramente escabulléndose de su esposo. Ellos viven en Ciudad Malíe, para cuando por fin Victoria llega a la taberna de Pueblo Po, Dominis está tan ebrio, que le declara su amor incondicional. Charlan, Victoria indaga, y descubre la verdad. Victoria fue buscando cobre, pero encontró oro, más oro del que cualquiera pudiera imaginar. Deja a Dominis, regresa a Ciudad Malíe. Pero es muy tarde, y si le cuenta a David lo que fue a hacer a tales horas de la noche, entrará en conflicto con su esposo. Ella decide esperar a que llegue la tarde, seguramente para preparar una buena excusa de su encuentro con Dominis, y por fin informarle de la muerte de Aholo Kalulani, y del como Acerola ahora es la legítima heredera. Se levanta como todas las mañanas, hace el desayuno, lleva a Acerola a la escuela… Acerola no regresa de clases –deduce Looker.

-Después de la resaca, seguramente Dominis comprendió el cómo había metido la pata –Mitchell asiente, comprendiéndolo todo-. Pide a uno de sus empleados el secuestrar a Acerola cuando sale de clases. A estas alturas, Victoria ya le ha contado a David sobre la muerte de Aholo, y sobre Acerola. Solo esperan que su hija regrese de clases para hacer el anuncio, pero nunca llega –concluye Mitchell, entristecido.

-Pero Dominis no puede arriesgarse a que se inicie una investigación de persona desaparecida. Toma el teléfono, llama a su amante –continúa Looker, y entra en modo secuestrador-. "Tengo a tu hijastra… hablas… y no solo la Familia Kalulani cae, sino que me llevo a la familia Kalákaua conmigo" –imita Looker, Mitchell asiente-. Allí entra Braiden. Tal vez escuchó lo que pasó, tal vez vio a los empleados de Dominis con Acerola atada y sometida. Huye lo más rápido que puede –continúa Looker, y Mitchell continúa.

-No llega siquiera a su automóvil –responde Mitchell, colocando los resultados del forense de Braiden-. Según el forense que atendió al sitio, encontraron a Braiden muerto dentro de su automóvil. Leí todo el reporte, parecía que todo hacía sentido, salvo una contusión en su nuca. No había nada en el automóvil con lo que Braiden pudiera herirse la nuca. Yo pienso que el forense fue obligado a decir que el motivo del fallecimiento fue por las graves heridas que sufrió mientras el automóvil se precipitaba por los acantilados cercanos a la mansión, cuando realmente, Braiden ya había fallecido antes de siquiera subir al automóvil, montaron la escena –terminó Mitchell, y Looker asintió-. Es una teoría muy compleja, y pienso que tiene demasiado sentido, Detective. Estoy impresionado, pero, hay un problema muy importante… -insistió Mitchell.

-Es solo una teoría –terminó Looker-. Y no importa lo bien que esté diseñada una teoría… sin pruebas, no deja de ser solo eso, una teoría… no se puede actuar solo con la teoría, necesitamos una evidencia contundente –mencionó Looker, y Mitchell lo pensó.

-Pero espere, Detective… ¿Quién hizo el reporte de persona desaparecida de Acerola? –preguntó Mitchell, ganándose la atención de Looker- Si Victoria y David estaban silenciados por el riesgo a la vida de su hija. ¿Por qué hicieron el reporte? –preguntó Mitchell.

-No cuento con la documentación de la Estación de Policía de Ula-Ula, Mitchell. Solo sé que el reporte existe porque Hala me lo dijo –le comentó Looker, Mitchell entonces se sobresaltó, y comenzó a buscar entre la montaña de papeles, incluso lanzando a Snubbull a un lado cuando le estorbó- ¿Tienes algo? –preguntó Looker sorprendido de la nueva dedicación de Mitchell.

-No lo sé, Detective, yo sí reuní documentación de la Estación de Policía de Ula-Ula, así que intento confirmar una corazonada –continuó Mitchell, buscando entre más y más papeles-. Si ni Victoria ni David podían realizar el reporte de persona desaparecida, y si no se han pronunciado en absoluto al respecto, la persona que aparezca en el reporte no puede ser ni uno de ellos, y si ese es el caso –continuó buscando Mitchell, y Looker abrió sus ojos de par en par, comprendiéndolo.

-¡Es un testigo! ¡Podría ser un empleado de la Familia Kalulani! ¡Estoy por rezarle a los Tapus de que no sea una denuncia anónima! –se estremeció Looker, cuando Mitchell encontró la copia del reporte, facilitándosela a Looker- Royce… -leyó Looker, buscando entre la lista de empleados- No parece ser un empleado, ¿podría ser un trabajador habitual como Braiden? –preguntó Looker.

-Tal vez su compañero y logró escaparse –hizo al lado varios papeles Mitchell, buscando su computadora portátil-. Esta cosa es más lenta que un Shuckle… espere Detective, estoy pasando el nombre por la base de datos de Ula-Ula… aquí está, hay tres coincidencias… -comentó Mitchell, y Looker esperó-. Un empleado de mantenimiento de Parque Malíe. Un profesor de la Primaria Po, y un empleado de una taberna en Pueblo Po –comentó Mitchell.

-¡Maldición! ¡Cualquiera de los tres puede ser! –se fastidió Looker- Un empleado de mantenimiento y posible compañero de Braiden. Un profesor de la misma escuela de Acerola. O un tabernero que podría o no ser testigo de la reunión entre Dominis y Victoria –se quejó Looker, y Mitchell asintió-. Escucha Mitchell, apenas nos dieron la información de Ula-Ula, y Nanu se convirtió en Kahuna hace cuatro días. Ve lo más rápido que puedas a Ula-Ula, entrevista a los tres Royce, si alguno es testigo, lo quiero en Melemele como testigo protegido. Si Nanu llega a él antes que nosotros el caso se congela –ordenó Looker.

-¿Ahora somos rivales de los oficiales de Pueblo Po? Detective, definitivamente quiero un aumento –se quejó Mitchell, pero de inmediato saludó a Looker de forma militar, Snubbull lo notó, se quitó los papeles de encima, y saludó igualmente- No puedo creer lo que voy a decir, Detective Looker, pero esos perezosos de Isla Ula-Ula no van a quitarnos este caso. Puede contar conmigo, Detective –terminó Mitchell, y salió de la estación seguido de su Snubbull.

-Después de todo, es un buen oficial –se sentó Looker en su silla, sosteniéndose la cabeza en ese momento-. Pensar en todo este revoltijo, me está causando mucho dolor de cabeza –se quejó Looker, y de pronto, la memoria de Anabel malherida en una cama de hospital regresó a su mente, así como la imagen de Guzzlord, y aquel meteorito oscuro, y del lugar de donde salió- ¡Un agujero en el cielo! –se estremeció Looker, y se dirigió rápidamente al corcho, mirando a la foto de Anabel en el mismo-. Está relacionado… todos los casos están relacionados, son el mismo caso, incluso el de Anabel… si Aholo Kalulani fue tragada por un agujero en el cielo, tal vez aquel meteorito, aquella bestia… las heridas de Anabel… -continuó Looker, sudando frio-. Anabel… no es de este mundo… llegó por un agujero en el cielo… -sentenció Looker, tomando el teléfono, y pensando en llamar a Nanu. Pero, más tardó en alzar el teléfono, que en recordar las palabras de Nanu. "Este trabajo va a terminar matando a uno de ustedes". Resonaron las palabras de Nanu en su mente-. Lo sabías… -comentó Looker para sí mismo, dejando caer el teléfono-. Ese maldito… lo sabía… -continuó Looker, recordando a 932, y sus palabras antes de morir: "Esa criatura… solo quiere regresar a casa, como yo hace mucho tiempo quería regresar a casa…". De pronto, Looker cayó en sus rodillas, y azotó con fuerza su puño contra el suelo, mientras lágrimas comenzaban a caerle de los ojos, abriendo una herida muy reciente. Looker entonces se puso de pie nuevamente, tomó su teléfono, y comenzó a llamar-. ¿Fundación Aether? –preguntó Looker, y esperó del otro lado de la línea- Looker de la Policía Internacional Pokémon, código de identificación 836. Comuníqueme urgentemente con Mohn… -prosiguió Looker, su cuerpo ya vibraba por su molestia actual- ¡Entonces comuníqueme con Lusamine! –prosiguió Looker, y esperó del otro lado de la línea, hasta que por fin lo atendieron- Lusamine… perfecto… escúcheme bien por favor… la Fundación Aether y la Policía Internacional Pokémon han trabajado muchas veces juntos, ustedes son, inclusive, nuestros médicos personales –comentó Looker, y entonces recibió respuesta del otro lado de la línea-. No se preocupe, señorita Lusamine, no estamos en peligro. Lo de hoy es una consulta… sé que infiltró a una doctora dentro de la Academia Hauoli… -comentó Looker, la voz del otro lado de la línea comenzó a sonar algo preocupada-. Lusamine, por favor solo escucha… no me interesan tus razones, solo quiero que me digas una cosa, y te juro por lo que quieras que esto será de entera confidencialidad entre tú… y yo… Anabel… ¿ella es lo mismo que era 932? –preguntó Looker, y tras recibir la respuesta, el teléfono cayó de su mano.

Academia Hauoli. Enfermería de la Academia Hauoli.

-¿Aquí es donde encontraremos a nuestra clienta? –preguntó Anabel, quien llegaba ante las puertas de la enfermería de Hauoli junto con Ilima y Kahili, el de cabellera rosada asintió para ella- No sé si debería decir esto pero, creo que deberíamos tener una clausula sobre aceptar trabajos de profesores o personal de la Academia Hauoli. No quiero volver a tener problemas con los dudosos negocios de la Directora Asuka –le explicó Anabel.

-Oh, te aseguro que no es nada de eso –comentó Ilima-. Ya realicé la entrevista inicial, y puedo asegurarte que es un trabajo de investigación similar al caso de la carta de amor, con la diferencia de que, es un trabajo fuera de clases –comentó Ilima.

-¿Fuera de clases? –preguntó Anabel, Kahili se mostró igualmente sorprendida de la noticia- Creo que no establecimos que podíamos aceptar trabajos fuera de los horarios de clases… espera… ¿por qué estamos aceptando trabajos? –preguntó Anabel.

-Porque Kahili abrió un club usando nuestros nombres –le recordó Ilima nerviosamente, Kahili solo desvió la mirada preocupada- Y bueno, técnicamente hablando, hay un horario de clubes que tenemos que cumplir. Podríamos acomodar los horarios a conveniencia para poder indagar en un caso fuera de clases –comentó Ilima.

-Pero… ¿qué hay del Reto de las Islas? –se quejó Anabel- Se supone que averiguáramos quien es el Capitán de la Isla Melemele para así poder realizar nuestro Desafío de las Islas, no que invirtamos el tiempo fuera de clases en resolver lo que sea que vinimos a resolver –se quejó Anabel.

-Oh, ese no es problema –comenzó Ilima-. Según lo que escuché de nuestra clienta, la Enfermera Burnet, muy probablemente nuestra investigación nos llevará a la Isla Akala, además de que estoy seguro de que encontrarán al Capitán de la Isla Melemele más rápido de lo que piensan –les explicó Ilima, y Anabel notó algo curioso en el tono de voz de Ilima, que le hizo sospechar-. Les recomiendo que escuchemos lo que la Profesora Burnet tiene que decir –comentó Ilima entusiasta, y entonces comenzó a tocar la puerta, pero nadie le respondió-. Qué raro… le dije a la Enfermera Burnet que no tardábamos. ¿Habrá ido al baño? –preguntó Ilima, Kahili solo miró a su reloj.

-Pues quedan solo diez minutos del descanso, así que, con permiso –enunció Kahili entusiasta, entrando sin permiso, lo que sorprendió un poco a Ilima y a Anabel, quienes rápidamente entraron tras ella-. Allí está, pero está al teléfono –apuntó Kahili a la Enfermera Burnet, quien estaba de espaldas a la entrada, con el teléfono en su mano.

-Le pido por favor que se tranquilice, Detective –escuchó Anabel, Kahili estuvo a punto de anunciar que estaban allí, pero Anabel rápidamente le tapó la boca, y se dispuso a escuchar lo que Burnet decía-. Entiendo que Lusamine lo transfirió conmigo, pero no hay mucha información que pueda darle… -se preocupó la Enfermera Burnet-. Le diré lo que sé, pero no es nada concluyente, por favor escuche… -prosiguió Burnet, sacando una Tablet, y leyendo algunas de sus notas-. Los llamamos Fallers, individuos que por circunstancias que no comprendemos, atraviesan los umbrales, los agujeros en el cielo a los que usted se refiere. Tras atravesar por estos umbrales, los individuos comienzan a emanar una energía incomprensible aún para nosotros, pero que aparentemente guarda una estrecha relación con los Ultra Entes… sí… la criatura a la que se enfrentó aquella vez era, en efecto, una de esas criaturas… -prosiguió Burnet, y del otro lado de la línea, la voz en la misma se tornaba molesta- ¡Escúcheme de una buena vez! ¡Soy la autoridad en el campo, y si yo le digo que no sabemos lo que son, o de donde vienen, no hay otra persona a la que pueda acudir! –se quejó Burnet, y esperó del otro lado de la línea a que Looker se calmara- La energía que emana de los individuos que han cruzado estos umbrales, atrae a las bestias, pero eso no produce agujeros en el cielo, esos… no sabemos quién o qué los producen… -continuó Burnet, ya sintiéndose incómoda por las preguntas- ¿Agentes como carnada? Detective, no sé por quién me toma, yo soy una investigadora de un fenómeno hasta ahora muy poco explorado, y mi intención es la de encontrar la verdad, no la de hacer experimentos que pudieran poner en peligro la integridad física de los Faller… -continuó Burnet, y entonces comenzó a asentir- Le repito, Detective, de la forma más sincera que me es posible… lo que le pasó a su compañera, yo no tuve nada que ver… -confesó Burnet, Anabel se escandalizó, comenzó a retroceder, y a sacar a la fuerza a Kahili y a Ilima de la enfermería, logrando su cometido, y cerrando la puerta tras de ella, por lo que no pudo escuchar más de la conversación- ¿Anabel? –preguntó Burnet, dándose la vuelta, mirando a la puerta cerrada- Curiosamente tengo una reunión con ella en breve. No ha venido a atenderse de nada desde que le di todas aquellas inyecciones, pero por la muestra que tomé aquella vez, creo que puedo confirmarlo. Detective Looker… Anabel es una Faller, salió de un Ultra Umbral, y seguramente eso tiene algo que ver con su amnesia. De allí a confirmarle que Anabel viene de otro mundo, eso no puedo confirmárselo. Su biología es idéntica a la humana, tal vez entró en un Ultra Umbral, y este la escupió en otro lugar o tiempo distinto. Le juro que, si supiera más que esto, se lo diría, pero es todo lo que sé –le informó Burnet, y entonces sonrió-. Por supuesto… sé que no tiene razón alguna para creerme, pero realmente me importa la salud de Anabel, no solo porque quiero indagar sobre la naturaleza de los Faller, sino porque es una buena chica. Le juro que, si algo pasa, se lo diré inmediatamente. Hasta pronto, Detective –colgó Burnet, y entonces miró su reloj- Oh cielos… Ilima debe estar esperando –comentó Burnet, dirigiéndose a la puerta de la enfermería, y encontrando al grupo reunido allí, con Kahili e Ilima entrevistando a Anabel.

-No es nada, Ilima… tranquilo… -le explicaba Anabel a Ilima, quien no estaba convencido de aquello. Kahili también estaba confundida, había escuchado algunas cosas, y por conversaciones anteriores con Anabel ella sabía sobre su amnesia, pero no entendía qué tenía aquello que ver con agujeros en el cielo- De verdad. Solo, me molesta que la gente escuche conversaciones ajenas, eso es todo –declaró Anabel, y la Enfermera Burnet sudó frio, notando que ella estaba escuchando una conversación ajena-. Ah, Enfermera Burnet. Perdone por no venir a visitarla antes. Escuché de Ilima que tenía un caso –sonrió Anabel, y al menos para Kahili fue evidente que su sonrisa era fingida- Disponemos de poco tiempo. ¿Puede atendernos? –preguntó Anabel.

-Claro, es una tontería de todas formas, supongo que puedo resumírselos, los detalles completos ya se los dije a Ilima. Pasen por favor –los invitó la Enfermera Burnet, Ilima y Kahili miraron a Anabel, no querían dejar de indagar en lo que ocurría, pero Anabel ya había sacado su libreta de apuntes, y entraba en la enfermería, por lo que las preocupaciones de ambos pasaron a segundo plano-. Seré breve. Es sobre su profesor de aula, el Profesor Kukui –exclamó Burnet. La atención de Anabel y de Kahili entones se posó en Burnet, quien comenzó a sonrojarse, y a bailotear de forma coqueta, como si la emoción la venciera-. Verán… el Profesor Kukui… él… me pidió que fuera su novia –continuó Burnet, y de pronto Anabel y Kahili se olvidaron de sus respectivas preocupaciones, y el corazón de las adolescentes amantes del romance se apoderó de ambas, Anabel incluso dejó de intentar tomar notas. Ilima inclusive se despreocupó, si Anabel podía regresar a ser una adolescente enamorada a la sola mención de un romance, entonces lo que seguro la había estado molestando, no era realmente importante.

-¿De verdad? ¿Cómo fue? ¿Cuándo pasó? ¿Qué le respondió? –comenzó Anabel, bombardeando a Burnet de preguntas incomodas, mientras Burnet se apenaba aún más, por lo que Anabel, dándose cuenta de lo que estaba haciendo, intentó recobrar el papel de investigadora- Todas esas… fueron preguntas de investigación… por favor responda con todo lujo de detalle posible –continuó Anabel, sus orejas coloradas, lo que ante Kahili era indicativo de que Anabel al menos no estaba aún en modo detective, sino que solo pretendía por los detalles.

-¡Oh fue muy lindo! Me invitó a caminar por la playa, charlamos, comimos unas malasadas, y después charlamos aún más –comenzó Burnet, tenía toda la atención tanto de Anabel como de Kahili- Luego fuimos a nadar. Oh, no tienen idea del cómo se ve Kukui sin camisa… -agregó Burnet sonrojada, Anabel y Kahili entonces intercambiaron miradas nerviosas-. Y luego, en medio del mar, con un cardumen de Luvdisc a nuestro alrededor, me hizo la pregunta… "¿quieres salir conmigo prima?" –imitó la voz de Kukui Burnet, y tanto Anabel como Kahili sonrieron apenadas- Me dio un calambre, y no le pude responder. No vayan a nadar después de comer malasadas chicas –agregó Burnet apenada, Anabel y Kahili bajaron sus cabezas deprimidas- Como el romance del momento se cortó, le pedí amablemente que me dejara pensarlo. Eso fue hace dos días, y bueno, se supone que le iba a contestar, pero… siento… que alguien se me adelantó… -se deprimió la Enfermera Burnet, por lo que Anabel, recordando que venía por trabajo, o, mejor dicho, por cuestiones del club, comenzó a anotar.

-¿Qué le hace pensar que alguien se le adelantó, Enfermera Burnet? –preguntó Anabel, aún algo distraída por la historia, pero regresado de lleno a su papel de detective en entrenamiento y tomando notas de todo lo que le pareciera importante.

-Bueno… antier, por ejemplo, acordamos que comeríamos juntos, pero entonces recibió una llamada de alguien momentos antes de podernos poner de acuerdo de si comeríamos en la enfermería, o en la sala de maestros –le explicó Burnet-. Desde el día del Festival de Pueblo Lilii, Kukui me compartió su número de celular, su celular era rojo, pero el celular que utilizó para contestar aquella llamada, era azul –le comentó Burnet.

-¿Podría tratarse de un forro? ¿Una funda? ¿Qué le hace pensar que no era el mismo celular además del color? –preguntó Anabel, y Burnet comenzó a hacer memoria- A lo que quiero llegar es, que quiero confirmar que Kukui tenga dos celulares, no que haya reemplazado el anterior –le explicó Anabel, notando que Burnet no había entendido la pregunta.

-Oh, eso –tronó los dedos Burnet como un ademán de que lo había entendido-. Al principio pensé que era eso, que algo le había pasado a su otro celular, pero al día siguiente que lo llamé para ponernos de acuerdo, nos topamos en el pasillo, y pegado a la oreja llevaba el mismo celular que el día del festival –le explicó Burnet, y Anabel realizó las anotaciones-. Además, el día en que vi el segundo celular, él comenzó a actuar sospechoso conmigo. Me pidió tiempo, y se encerró en su salón a tomar la llamada, además de que hablaba de una forma más entusiasta, casi pensaría yo que extravagante, como si estuviera inmensamente feliz de hablar con alguien. No quería inmiscuirme en la conversación y bueno… ser una persona desagradable que escucha conversaciones ajenas… -agregó Burnet apenada, Anabel sintió la indirecta, pero decidió ignorarla-. Pero, accidentalmente, y porque Kukui no estaba controlando el tono de su voz, él mencionó: "Allí estaré sin falta, Olivia querida" –imitó el tono de voz de Kukui, y Anabel comenzó a conocer la naturaleza del caso-. Mi corazón se hizo añicos. Entenderán que tuve toda una epifanía. ¿Y si no soy la única chica a la que Kukui le coquetea? ¿Quién es esa tal Olivia? ¿Por qué Kukui tiene dos celulares? Y allí es donde ustedes entran, necesito que me ayuden a averiguar la verdad. ¿Qué pasa si acepto la confesión de Kukui, solo para descubrir que lleva una doble vida? –se humedecieron los ojos de Burnet.

-No soy experta para nada en relaciones personales, pero… Looker diría que uno no debería contratar a un investigador privado para indagar sobre su pareja sentimental –comentó Anabel de forma monótona, hiriendo a Burnet en ese momento-. Pero, como son actividades del Club de Investigación… supongo que haré la vista gorda. ¿Qué más puede decirnos, Enfermera Burnet? –preguntó Anabel.

-¿Además del hecho de que acabo de sentirme horriblemente sucia por contratar a unos niños para espiar al hombre que me gusta? –se molestó Burnet, Anabel solo sonrió dulcemente- Solo sé que Kukui ha estado presionándome para responderle a su confesión… entiendo que no se debe dejar a un hombre esperando por mucho tiempo. Quiero decir, claro que hay un periodo en el cual nos hacemos las difíciles, pero estoy cerca de ese periodo, y necesito darle una respuesta. Le pedí que me diera un par de semanas para acomodar mis ideas, le dije que tenía mucho trabajo y tenía que concentrarme, pero que, en dos semanas, sin falta, le daría una respuesta. Y bueno… ese es el resumen. Aparentemente a Kukui le tranquilizó mi respuesta, mencionó que de cualquier forma tenía pendientes en Isla Akala, lo que realzó mis sospechas de que algo trama… -comenzó a deprimirse Burnet.

-Enfermera Burnet, sé que le estresa la situación, pero por favor necesito que mantenga la calma –le pidió Anabel, Ilima le entregó un pañuelo a Burnet, y la enfermera lo utilizó para secarse las lágrimas-. ¿Por qué piensa que los pendientes del Profesor Kukui en Isla Akala son confirmación de que mantiene una relación con alguien además de usted? –preguntó Anabel.

-Pues… porque la Kahuna de Isla Akala se llama Olivia –le explicó Burnet, inflando sus mejillas con molestia-. La fama de Olivia es tal, que incluso una extranjera como yo que vengo de Unova, he escuchado de ella. Olivia, la doncella de Ciudad Konikoni. No hay hombre en el que no pose su mirada. Y si ella de alguna forma logra ver a Kukui sin camisa, en verdad que lo habré perdido –se quejó Anabel.

-No es tan difícil el ver a Kukui sin camisa, pero entiendo su preocupación –sentenció Anabel, y Burnet aspiró con fuerza, incluso sonándose la nariz con el pañuelo de Ilima, quien se preocupó por el mismo cuando Burnet se lo devolvió-. ¿Es todo lo que puede decirnos? –preguntó Anabel, y Burnet asintió- Bueno… no es el lujo de detalle al que estoy acostumbrada a recibir… pero supongo que podemos empezar con esto… -declaró Anabel.

-Lo que nos lleva a la plática de los honorarios –se adelantó Kahili, empujando a Anabel a un lado, y entregando a Burnet un recibo-. Por 12 días de trabajo, 50% por adelantado por favor –pidió Kahili, Burnet asintió, tomó su bolsa, y le entregó el dinero- ¡Muchas gracias por su patrocinio! –celebró Kahili.

-No, gracias a ustedes por… un momento, ¿no eran un club? ¿Por qué me cobran si tienen presupuesto de club? –preguntó Burnet, Kahili inmediatamente empujó a Anabel y a Ilima fuera de la enfermería, y por el pasillo hasta llegar a terreno seguro, donde comenzó a contar el dinero, y a separarlo entre los miembros.

-Ya que terminamos con las formalidades. ¿Ani…? –comenzó Kahili, pero Anabel movió su cabeza en negación- Pero… -intentó decirle Kahili, pero Anabel se mantuvo firme, mientras tomaba de la mano de Kahili con gentileza.

-Insisto, Kahili, no es nada, solo ideas ridículas mías –le respondió Anabel, comenzando a indagar en sus notas, mientras Kahili e Ilima intercambiaban miradas-. Creo que lo primero que deberíamos hacer, es averiguar si Kukui realmente tiene dos teléfonos celulares, no podemos ir a ciegas, Looker diría que hay que… -comenzó Anabel, Kahili e Ilima la siguieron, pero Kahili no le estaba poniendo atención.

-Aye aye, Capitán… necesito de ti –comentó Kahili, Ilima se sobresaltó-. Por cierto, era totalmente obvio que eras el Capitán, seguro Ani lo sospecharía si no estuviera totalmente embobada por ti –continuó Kahili en un susurró, Ilima se apenó un poco.

-¿Te dijo eso? –preguntó Ilima, Kahili movió su cabeza en negación- Claro… es Anabel, es hermética, no admitiría nada –se preocupó Ilima, Kahili desvió la mirada con molestia. Anabel seguía hablando, esta vez sobre más métodos para confirmar la información recibida, era evidente que deseaba desviar la atención de lo ocurrido en la enfermería, demostrando que estaba totalmente convencida de su trabajo-. ¿Qué es lo que quieres que haga? –preguntó Ilima.

-Sal con ella… -comentó Kahii, Ilima la miró con sorpresa-. Lo único que quiero, es que Anabel siga sonriendo. Si para que sonría necesito que salga contigo, que así sea, te daré la excusa perfecta –se recogió el cabello Kahili, mostrándole su arete con el Amuleto del Desafío de las Islas- Me pondré a corriente después. Anímala, hazla sentir que le importas. Además, terminando los Desafíos de la Isla de Melemele, podemos ir a Akala, es la excusa perfecta –continuó Kahili.

-¿De verdad vas a jugar a Enamorus conmigo y con Anabel? –preguntó Ilima conmovido, Kahili solo hizo una mueca, y desvió la mirada- Eres una gran amiga, Kahili –susurró Ilima, y al hacerlo, el corazón de Kahili se achicó un poco, pero ella alcanzó a asentir.

-Anabel… -comenzó Ilima, Anabel por fin dejó de hablar sobre métodos de confirmación de la información, y miró a Ilima con curiosidad-. Iré al grano para no tener malos entendidos, quiero que salgas conmigo cuando terminen las clases –sonrió Ilima.

-¿Eh? –comenzó Anabel, y de pronto entró en pánico- ¿¡Sa-sa-sa-sa-salir contigo!? –preguntó Anabel consternada, pero antes de que Ilima pudiera confirmarlo, la campana de regreso a clases resonó, por lo que Ilima entró en el salón de clases- ¿Escuché bien? –preguntó Anabel, y entonces miró a Kahili- ¿Qué hiciste? Kahili… a ti Ilima te… -intentó decir ella.

-¿Qué importa si yo no le gusto? Ani, es la oportunidad perfecta de que te decidas –comentó Kahili entusiasmada, Anabel intentó quejarse, pero Kahili la interrumpió-. Ani, olvídate de la amnesia, o de agujeros en el cielo, o de casos detectivescos. Todas las cosas que haces tienen Looker escrito por todas partes. Lo único que yo sé que le gusta a Ani que no tiene nada que ver con Looker se llama Ilima. Así que, hazte un favor a ti misma… sal con Ilima… y decide si es lo que quieres, o prefieres a Looker, pero decide… -terminó Kahili, y antes de que Anabel pudiera contestar, Kahili divisó a Kukui- Ahora vuelvo –comenzó Kahili, y fue a donde Kukui.

-¿Prima? –preguntó Kukui, Kahili solo sonrió, y antes de que Kukui pudiera preguntar nuevamente, Kahili enterró las manos en los bolsillos de Kukui, extrayendo dos celulares, lo que sobresaltó a Anabel, y escandalizó a Kukui- ¿¡Qué significa esto!? –se quejó Kukui, arrebatándole sus celulares.

-¡Soy una detective! ¡Jajajaja! –se burló Kahili, pero Kukui, en respuesta, le dio con su libreta en la cabeza- La violencia física entre un profesor y su estudiante debería estar penada, le diré a Asuka –se quejó Kahili.

-Se llama defensa personal, ahora adentro, prima –se quejó Kukui, entrando en su salón. Anabel se quedó boquiabierta mirando a Kahili, quien sonrió divertida para Anabel, quien no daba crédito a lo que acababa de ocurrir.

-Ya te adelanté la tarea de investigación, ahora puedes salir con Ilima –susurró Kahili, guiñó el ojo, y se sentó en su pupitre, Anabel fue a sentarse en el suyo, y se dio cuenta de algo que la entristeció. Kahili no estaba viendo por la ventana.

Ciudad Hauoli. Centro Comercial de Hauoli.

-Así que… Faller… -comentó Looker para sí mismo, mientras comía una malasada dentro de una cafetería en el Centro Comercial de Hauoli, misma que acompaño con un café. Se le veía deprimido, como si su mente no dejara de hacer conexiones y teorías, no sobre el caso de las familias reales o de Braiden, sino de Anabel, y de 932, encontrando similitudes inquietantes que, a su vez, se traducían en un peligro inminente-. No voy a permitirlo… -comentó Looker, se puso de pie, comenzó a retirarse, y tras salir del establecimiento en que se encontraba, divisó una tienda de celulares-. Umm… -comenzó Looker para sí mismo, y entró en la tienda.

Una hora más tarde, Looker caminaba por la ciudad en dirección a la Academia Hauoli para recoger a Anabel, llegando un poco más tarde de lo habitual por haberle invertido tanto tiempo a la compra de los celulares, por lo que, a su llegada, no fue difícil para él escuchar la voz de Anabel.

-Pe-pe-pero… Looker no tarda en llegar… -comentaba Anabel, nerviosa. Looker se asomó por los bordes de la entrada, encontrándola con Ilima y Kahili, el primero un poco incomodado, la segunda muy molesta- Qui-quiero ir contigo… pero… no quiero preocupar a Looker –insistió Anabel, lo que terminó por fastidiar a Kahili.

-¡Si tanto te preocupa, yo lo espero para decirle! –se quejó Kahili, empujando a Anabel hasta la entrada. Looker se mostró curioso de aquello, y se ocultó doblando la esquina, por lo que, al salir de la escuela, Anabel no se percató de su presencia- ¿Qué adolecente no tiene un celular para avisar? Por donde lo mires él tiene la culpa, pero descuida, yo lo espero –comentó Kahili.

-No quiero ser una molestia… -se apenó Anabel, Kahili solo le dirigió una mirada asesina-. Está bien, ya voy… -se decidió Anabel, siguiendo a Ilima. Looker notó la mirada de Anabel mientras caminaba junto a Ilima, era una mirada baja, ligeramente apenada, pero normalmente Anabel no miraba al suelo, lo que llamó la atención de Looker.

-Las cosas que hago por mi primer amiga… -suspiró Kahili, mirando su reloj- Voy a llegar tarde a mi lección vespertina… -se quejó- Espero que Looker no tarde mucho en llegar –ante el comentario, Looker salió de donde se escondía.

-¡Alola Kahili! –exclamó Looker, espantando a Kahili, quien cayó al suelo por la sorpresa- Así que, Anabel ya tiene ese tipo de relación… me alegro por ella… -sonrió Looker, pero Kahili, tras ponerse de pie, lo encaró con molestia-. ¿Qué ocurre? –preguntó Looker.

-¿Qué no le viste la cara a Ani? –preguntó Kahili molesta, Looker desvió la mirada fingiendo demencia- Oh, ¿vas a ignorar lo que digo? Te lo deletreo entonces. ¡Le gustas a Anabel! –se quejó Kahili sonoramente.

-Eso no es deletrear, y, de todas formas, eso no me interesa –le respondió Looker sin rodeos, Kahili se sintió sumamente deprimida por la facilidad con la que Looker dijo aquello- Te agradecería que dejaras de darle a Anabel esperanzas. Soy su tutor legal y entrenador, nada más. ¿Cuántos años crees que tiene? –preguntó Looker molesto.

-¿Te parece que eso le importa a ella? –se fastidió Kahili, Looker solo hizo una mueca desestimando los comentarios de Kahili- Oiga detective, yo sé que usted no es ningún tonto. Además de Detective es listo, ya debió de darse cuenta de la forma en que Ani lo ve… de la forma en que habla de usted… de la forma en que se preocupa, de lo mucho que le interesa aprender de usted… sabe muy bien que no es por lo de su reseteo –comentó Kahili, y Looker la miró con sorpresa-. Sé lo de la amnesia de Ani… y cuando me lo contó, ella dijo que usted era la única persona que la aceptaría aún si se reseteaba –insistió Kahili.

-Dependencia… -concluyó Looker, Kahili suspiró molesta- Entiéndelo, lo mejor que puede pasar es que Anabel y ese niño bonito salgan. Es lo mejor para mí, aunque… por lo que veo no lo mejor para ti… -dedujo Looker.

-Al menos en eso estamos de acuerdo, Detective –se molestó Kahili, acomodándose su bolsa de palos de golf al hombro- Lo mejor que puede pasarle a Ani es que comience a salir con Ilima, pero si eso pasa, no soy la única que termina lastimada –se quejó Kahili, y comenzó a retirarse. Looker solo suspiró molesto.

Cueva Sotobosque.

-Cuándo me pediste salir, no esperaba que fuera a una cueva en medio de la tarde-noche –comentó Anabel un poco preocupada, Ilima entonces le mostró un talismán con la forma de una flor, misma ante la cual ella sonrió-. Ya lo sospechaba… solo quería que Kahili lo descubriera también –comentó Anabel.

-Kahili ya lo sabe –le mencionó Ilima-. Ella quería que saliéramos juntos, así que decidió dejar su reto para otro día –le explicó Ilima, caminando con Anabel por la cueva. Ella nerviosamente comenzó a seguirlo- Ah, pero descuida, tengo desafíos ligeramente distintos para ti y para Kahili –comentó Ilima, Anabel suspiró.

-Kahili no debería meterse en esto… -comentó ella, lo que ganó un poco la atención de Ilima- Esta es la segunda vez que Kahili me obliga a tomar una decisión… es bastante molesto, a decir verdad, pero tengo que aceptar que ponerme entre mis sentimientos y las posibilidades, ayuda a que los comprenda mejor… -continuó ella, e Ilima lo comprendió de igual manera, suspirando- Eres… demasiado guapo, ¿lo sabías? Pero solo las apariencias, no son suficiente –confesó Anabel.

-Cortante y directo al punto, justo la Anabel que llamó tanto mi atención –sonrió Ilima, Anabel se disculpó con una ligera reverencia en su dirección- Sea quien sea quien tiene toda tu atención, espero que sepa lo especial que eres, Anabel. ¿Amigos? –preguntó Ilima.

-Por siempre… -sonrió Anabel, estrechando la mano de Ilima-. De verdad lo siento mucho… Ilima… fue duro tener que rechazarte. Espero que al menos eso sea un consuelo –declaró ella con tristeza más que evidente.

-Ahora sé lo que sienten los demás cuando gano un trofeo del primer lugar… ser el segundo no es nada agradable –sonrió Ilima, tomándolo bastante bien-. ¿Lista para tu reto? –preguntó Ilima, Anabel asintió entusiasmada-. Hay tres Pokémon entrenados por mí en esta cueva, tu misión es encontrarlos a todos, derrotarlos en batalla, y asumir las consecuencias de tus actos –le explicó Ilima entusiasta.

-Joh… eso no sonó para nada con resentimiento, Ilima –se burló un poco Anabel, Ilima simplemente se rio un poco-. De verdad… me hubiera gustado aceptar tus sentimientos… -susurró Anabel, aquel comentario sorprendió a Ilima, pero Anabel rápidamente emprendió la marcha, liberando a Croagunk y a Sneasel- ¡Vamos chicos! ¡Hay que encontrar a esos Pokémon! –continuó Anabel, corriendo por los alrededores de la cueva, analizando, y buscando las posibles madrigueras-. Sneasel, punto hueco en ese tronco, Croagunk, por esas rocas –prosiguió Anabel tras haber encontrado unas huellas, y seguir las mismas con la mirada hasta dos posibles madrigueras, dentro de las cuales tanto Sneasel como Croagunk encontraron a un Rattata cada uno- Rattata de Alola, perfecto. ¡Crogaunk, Venganza! ¡Senasel, Ataque Rápido! –ordenó Anabel, mientras Ilima la miraba con una sonrisa, tomaba su libreta de bocetos, y comenzaba a dibujar- Esos son dos Pokémon derrotados –continuó Anabel emocionada, mientras Ilima continuaba dibujando a Anabel, en varias poses, moviéndose ágilmente por la cueva, inclusive colgándose de unas lianas como si estuviera perfectamente entrenada para la supervivencia en la naturaleza-. Por aquí –comentó Anabel tras encontrar algunas frutas mordidas, y tras seguir el rastro, encontró a un tercer Rattata –seguir un rastro de Pokémon es más difícil que seguir el rastro de un humano, pero te tengo. ¡Sneasel! ¡Puño Hielo! –ordenó Anabel, y el tercer Rattata cayó. Un rugido desde las profundidades se escuchó entonces- Asumiré las consecuencias… de todos mis actos… -comentó Anabel, mientras un inmenso Raticate se hacía presente, lo que sobresaltó a Anabel- ¡Mis actos al parecer tienen consecuencias que no imaginé! ¿Qué diantres es eso…? –apuntó Anabel.

-¡Se llama Pokémon Dominante! ¡Son más grandes y fuertes que los Pokémon normales! –le gritó Ilima, mientras Raticate atacaba a Anabel, forzando a Croagunk a detener con su cuerpo el embiste del enorme Pokémon, mientras Sneasel impactaba con su Ataque Rápido- Creo que mi Raticate especial está algo enojado contigo –sonrió Ilima.

-Para no tener resentimiento, no lo expresas muy claramente, Ilima –se molestó Anabel, pero pese aquello, mantenía una mirada entusiasta y determinada, misma que Ilima plasmó en su dibujo- Hay que apresurarnos, Sneasel… Croagunk… no me gusta hacer a Looker esperar –finalizó Anabel, Ilima sonrió, y cerró su libro de bocetos.

Minutos más tarde, Ilima se encontraba sobre un banquito, colocándole una banda a su Raticate en la cabeza, mientras una apenada Anabel se disculpaba varias veces por haber lastimado tanto a Raticate en su batalla, mientras Raticate continuaba con sus ojos llenos de lágrimas.

-Calma, Raticate, el Pokémon de Anabel resultó ser de un nivel más alto de lo esperado, además de tener una doble efectividad contra ti, no estoy decepcionado –lo acarició Ilima, Anabel de todas formas continuaba reverenciando preocupada, y forzando a Croagunk y a Sneasel a reverenciar de igual manera-. Con esto vas a sentirte mucho mejor… -terminó Ilima, y su Raticate asintió-. Ahora que eso ha quedado de lado, puedes acercarte al tótem, y tomar el Normastal Z –le comentó Ilima, y Anabel así lo hizo, acercándose al tótem, y tomando de este el Cristal Z en su interior-. El Normastal Z, además de reconocerte como vencedora de mi desafío, te permite además combinar un ataque de tipo Normal de tus Pokémon, como por ejemplo el Ataque Rápido de Sneasel, y convertirlo en un Movimiento Z, en este caso la Carrera Arrolladora –le explicó Ilima, y comenzó a adoptar una pose, misma que Anabel comenzó a imitar- Con esto, mi desafío ha terminado. Le informaré a Hala que estás lista para el Gran Desafío de Melemele. En hora buena, Anabel –felicitó Ilima, y Anabel reverenció-. ¿Te llevo a casa? –preguntó Ilima.

-No me gustaría molestarte con esto, pero muchas gracias –se apenó Anabel, Ilima suspiró, pero aceptó aquella respuesta- Por cierto… Kahili van dos veces que me acorrala, y me obliga a tomar decisiones abruptamente. Así que, no me parece justo el no recibir retribución tras sus molestos intentos por colocarme en situaciones que no estoy preparada para afrontar… -prosiguió Anabel, e Ilima la miró confundido-. Así que… esta es mi venganza… Ilima… le gustas a Kahili… -sonrió Anabel dulcemente.

-¿Eh? –se estremeció Ilima, parpadeando un par de veces- Pero ella… la razón por la que estamos aquí… -continuó Ilima, Anabel simplemente asintió- No puedo creerlo… -se estiró el rostro Ilima, y Anabel volvió a sonreírle- No me rechazas por eso, ¿verdad? –preguntó.

-Por supuesto que no, solo te lo digo como venganza sobre Kahili, y te pido que no digas que te lo dije –guiñó el ojo Anabel, e Ilima asintió, aunque levemente nervioso por este nuevo conocimiento- ¡Nos vemos mañana en clases, Ilima! –se despidió Anabel.

-Claro… porque no va a ser para nada incómodo para mí estar entre ustedes dos de ahora en adelante –se estremeció Ilima, pero de todas formas volvió a sonreír-. Kahili… ¿verdad? –mencionó Ilima para sí mismo, abrió su libreta de bocetos, donde había varios bocetos de Anabel que había hecho, pero entre todos ellos, había uno que no pertenecía a Anabel, sino a cierta chica, que miraba por fuera de una ventana- Debería sentirme afortunado, pero… elegí y perdí… Kahili no merece ser… un segundo lugar… -cerró la libreta de bocetos Ilima, y la guardó en su mochila.

Ruta 01. Casa de Looker y Anabel.

-¡Llegué! –exclamó Anabel alegremente, mientras llegaba junto con Croagunk y Sneasel a su casa, donde encontró a Looker en el sofá con una rebanada de pizza en la boca- ¡Eeeeeh! ¡No me esperaste para cenar! –se quejó Anabel.

-¡Alola Anabel! –comentó Looker, mientras Anabel se acercaba con un rostro con una mezcla de pena y hambre- También hay para ti. Solo no sabía a qué hora ibas a llegar de tu cita –se burló Looker, apenando a Anabel-. Y bien. ¿Se confesó? Por el rubor en tu rostro, intuyo que sí –sonrió Looker de forma burlesca.

-Se confesó… lo rechacé… -respondió Anabel, jugando con su coleta haciéndole risos. Looker había estado bebiendo su refresco cuando escuchó aquello, por lo que lo escupió sorprendido, bañando a Croagunk, y a la rebanada de pizza que estaba por comerse, entristeciéndolo, y ganándose la risotada de Sneasel- Me gusta alguien más –comentó Anabel sonriente.

-Eso me temía… -respondió Looker, mirando a Croagunk y a Sneasel, ambos entonces le hicieron ojitos a Looker- ¿Estás segura de que quieres rechazar al chico más lindo de toda la Academia Hauoli? –se burló Looker.

-No me tientes… no tienes la menor idea de lo que sufrí al tomar aquella decisión… -se fastidió Anabel, quitándose las zapatillas y los calcetines, y después pateando descalza las piernas de Looker, obligándolo a liberar espacio en el sillón para que ella pudiera sentarse-. ¿Qué pediste? –preguntó curiosa.

-Pizza Aloliana –comentó Looker, Anabel extrajo una rebanada de la misma, y apuntó con sorpresa a los trozos de fruta amarilla en la misma- Lleva jamón y trozos de baya Pinap. Mitchell dijo que era una delicia, y vaya que me sorprendió el sabor –comió de su rebanada Looker.

-Si muero te hago enteramente responsable –mordió Anabel su rebanada, sorprendiéndose-. No puedo creerlo… pero… acabo de confirmar que mi mal gusto se extiende al paladar –declaró Anabel, Looker solo la miró con molestia-. ¿Vemos el Detective Laki? –preguntó ella.

-No entiendo tu obsesión con ese programa tan ridículo –encendió el televisor Looker, y comenzó a buscar algo dentro de su gabardina, Anabel entonces comenzó a buscar algo en su mochila también-. Antes de eso… -comenzó Looker con un celular en mano.

-Antes de eso… -enunció al mismo tiempo Anabel con el Normastal Z en su mano, y ambos vieron lo que estaba en la mano del otro-. ¿Me compraste un celular? –se emocionó Anabel, tomando el mismo, Looker solo miró el cristal en manos de Anabel.

-Así que, lograste el primero de los Desafíos de las Islas –se alegró Looker por Anabel, notando que ella estaba más distraída recorriendo las funciones de su celular nuevo, hasta detenerse en una, en el registro de contactos, encontrando el nombre de Looker allí, lo que dibujó en Anabel una sonrisa-. ¿Anabel? –preguntó Looker.

-Ah… -regresó a la realidad Anabel. Croagunk y Sneasel, cada uno con una rebanada de pizza a medio morder, intercambiaron miradas, y movieron sus cabezas en negación. Anabel solo los ignoró a ambos- El reto… sí… Ilima me llevó a Cueva Sotobosque, él era el Capitán todo este tiempo –comentó Anabel emocionada, Looker notó que Anabel no le prestaba atención al episodio del Detective Laki, y en su lugar le platicaba todo el detalle de su Desafío de la Isla-. Era un Raticate enorme y obeso, en Alola hay Pokémon muy extraños –continuó Anabel emocionada, y tras una hora de charlas, y que se terminara la pizza, ambos estaban relajados en el sillón con los pies sobre la cómoda, y con Croagunk y Sneasel ya indigestados de tanto comer- La verdad, me estoy divirtiendo mucho… perdóname por no decirte que iba a hacer mi Reto de la Isla… pero no tenía un celular, ahora tengo uno –sonrió Anabel.

-Si bueno, ya lo había dejado pasar mucho tiempo –le respondió Looker, mientras Anabel comenzaba a recorrer las funciones de su nuevo celular por tercera vez-. Anabel… -comenzó Looker, y ella lo miró quitándose el celular del rostro, percatándose entonces de que se había recostado en las piernas de Looker, usándolas como almohada, por lo que se apenó y se preparó para quitarse- Creo que ya sé lo que ocurrió contigo… de dónde vienes… y sobre tu memoria… -comenzó Looker, y Anabel recordó lo acontecido en la enfermería de la Academia Hauoli.

-¿Enserio? –comenzó Anabel, y Looker asintió, suspirando, y preparándose para hablar- Buen trabajo, Detective Looker. Resolviste tu primer caso –sonrió Anabel, Looker la miró confundido- No necesito saber. Ya estoy donde quiero estar –sonrió ella, Looker intentó hablar, pero ella lo interrumpió primero- Looker… -insistió, y Looker esperó- No quiero saberlo… en estos momentos ya estoy feliz con lo que tengo… ¿puedes dejarme disfrutarlo? –le preguntó, Looker lo pensó, recordó a 932, lo feliz que era pese a todo lo malo que le había pasado en la vida, y comparó aquella sonrisa con la sonrisa de Anabel. Una persona que, pese a todo lo malo, pese a todo el sufrimiento, luchaba por vivir su vida. Looker entonces llegó a su conclusión, y asintió sonriente- ¡Gracias! –sonrió Anabel, y entonces recordó algo- ¡Ah! ¡Nos estamos perdiendo el Detective Laki! ¡Pásame el control! –exigió Anabel.

-Párate por él, ya me entumiste las piernas –se quejó Looker, Anabel solo infló sus mejillas y se rehusó- Pareces un Raticate de Alola –se burló Looker, fastidiando a Anabel aún más, por lo que se incorporó y lo empujó con fuerza.

-¡Qué grosero eres! –se quejó Anabel, tomó el control, encendió el televisor, y para sorpresa de Looker, volvió a usar sus piernas de almohada- Solo por tu grosería te voy a entumir las piernas todo lo que quiera, bleh… -le sacó la lengua Anabel.

-Claro, claro –se burló Looker, mientras Anabel comenzaba a poner atención al caso del Detective Laki- Fue el tabernero –comentó Looker tras escuchar el resumen del caso, lo que molestó a Anabel, quien refutó.

-Claro que no, obviamente fue la mesera –apuntó Anabel, Looker sonrió, y en el programa, el Detective Laki señaló al tabernero como el culpable-. ¿Qué? ¿Cómo? ¡No tiene el móvil correcto! ¡Este programa es estúpido! –se fastidió Anabel.

-Te lo dije –se burló Looker-. Cambia el canal, es todo un maratón, la gente de Alola al parecer no ve otra cosa que maratones del Detective Laki –se fastidió Looker, pero Anabel se rehusó, y lanzó el control al gorro de policía de Croagunk-. No hablas enserio –se fastidió Looker.

-Nadie duerme hasta que se acabe el maratón. ¿Palomitas? –preguntó Anabel, Looker suspiró, pero asintió- ¡No me tardo! –corrió Anabel a la cocina, y comenzó a preparar las mismas. Mientras aquello pasaba, Croagunk y Sneasel miraban a Looker con sonrisas ridículas pese a sus respectivos dolores estomacales. Looker los ignoró, pero lo que no pudo ignorar, fue a Anabel sentándose a su lado, bastante cerca para acercarle las palomitas- Oh, este caso lo tengo resuelto. El hombre del tatuaje tiene un gemelo, es el que toma la fotografía –apuntó Anabel, ofreciéndole palomitas a Looker.

-Lo estás disfrutando, ¿verdad? –preguntó Looker, Anabel parpadeó un par de veces sin saber a lo que se refería- Me rindo –se fastidió Looker, y luego sonrió-. Yo también creo que tiene un gemelo, pero el director lo pone de una forma tan obvia, que simplemente no puede ser el criminal… yo apuesto a… el mimo… -apuntó Looker.

-Eso sería lo más ridículo que puede pasar en este programa, obvio no… -se quejó Anabel, y ambos continuaron charlando sobre los móviles de sus respectivos culpables. Para descontento de Anabel, cuando el episodio acabó, Looker volvió a tener razón- ¡Odio este programa! –se quejó Anabel poniéndose de pie molesta, solo para regresar y sentarse junto a Looker una vez que terminaron los comerciales, y comenzó el siguiente capítulo.