Fanfiction Crossover escrito puramente por diversión y sin fines de cualquier lucro.
Historia que toma elementes, personajes, ideas y entre otras muchas cosas de la novela High School DxD creada por Ichiei Ishibumi y del manga Sekirei creado por Ashika Sakura.
Sin nada más que decir, empecemos con esta historia.
—tal parece que las cosas se pondrán violentas— Personaje hablando.
*Sera mejor que me expliques todo lo que está pasando* Comunicación de diversos tipos.
(Bueno…esto podría haber salido mejor) Personaje pensando.
[Bueno, o bien morimos aquí o bien nos matan tus novias Aibou] Seres místicos.
-Capitulo Dos: Brisa invernal-
El cielo nocturno, una luna llena pintada de un profundo rojo.
Edificios en llamas.
Personas gritando de terror antes de ser asesinadas sin piedad.
Un pequeño pueblo rural siendo destruido completamente por personas encapuchadas.
Todo lo que sus jóvenes ojos podían ver, era un paisaje sacado de una pesadilla y una de las peores.
Hyoudou Issei, edad 8 años.
Este fue el día que su vida cambio por completo, el día que perdió a toda su familia y el día en que su vida hubiera terminado.
—¡tenemos que huir cuanto antes!—
—¡¿pero a donde Gorou?!—
Su padre lo sostenía en sus brazos mientras junto a su madre intentaban huir de este lugar.
Ni él ni sus padres sabían a ciencias ciertas que estaba pasando o el por qué estaba pasando esta catástrofe.
Todo había empezado como un día común y corriente con él yendo a visitar a sus abuelos paternos.
Nada fuera de lo normal, siempre le encanto visitar a sus abuelos, en especial a su Oji-chan quien le había enseñado el maravilloso mundo de los Oppais.
Cosa que había provocado el enfado en su madre y su Oba-chan.
Estaba muy feliz de poder estar aquí disfrutando del día.
Además, estar con sus abuelos quito esa tristeza que había tenido desde que su mejor amigo se había mudado a otro país.
Había disfrutado mucho su estancia en el pequeño pueblo en el que vivían sus abuelos.
Según decían ellos, vivir alejados de una ruidosa ciudad era bueno para su salud, además hoy era el día donde ocurriría un eclipse lunar y no había mejor lugar que para verlo que en la casa de sus abuelos.
Pero todo cambio cuando la noche callo.
El cielo nocturno cambio de color y una extraña pesadez inundo el aire.
En el firmamento, varias personas vestidas con capuchas habían aparecido de la nada.
Lo que ocurrio después fue una masacre.
Estos encapuchados comenzaron a disparar bolas de fuego a diestra y siniestra contra todas las personas de este pequeño pueblo.
Sus abuelos, la gente de las casas cercanas, el Oji-san de la tienda que siempre le regalaba algún dulce.
Todas las personas que vivían en este pacífico pueblo fueron arrasadas por estos misteriosos encapuchados.
Su joven mente no comprendía bien que estaba pasando, no quizás su mente sufrió algún daño cuando vio como sus abuelos eran engullidos por una inmensa bola de fuego frente a sus ojos.
Fue en ese momento que su padre lo cargo sobre sus brazos y junto a su madre empezaron a correr.
—¡No mires Issei!—
Su padre intento que no viera nada de lo que estaba ocurriendo, pero incluso él siendo tan joven sabía que sería inútil.
Ya había visto mucho, ya había oído el grito desgarrador de personas muriendo y pidiendo piedad.
Las risas maniacas de aquellos encapuchados mientras continuaban con sus acciones.
BOOM
Una explosión los golpeo tanto a él como a su padre, ambos cayendo con fuerza al suelo.
Siendo quizás el quien se llevó la peor parte o eso pensó ya que se golpeó bastante fuerte en la cabeza.
Por unos momentos Issei aun con la mirada borrosa debido al golpe en su cabeza, pudo ver como un edificio se había derrumbado producto de aquella explosión.
—¡Miki!—
Su madre había quedado enterrada por los escombros, quedando únicamente su cuerpo expuesto.
—Gorou…salva a Issei…olvídate de mí…— Exclamo débilmente —yo…ya no podre…seguir corriendo…—
—¡No pienso hacer eso!—
Desesperadamente intento retirar los escombros que cubrían el cuerpo de su esposa.
Giro la cabeza para ver a su hijo, viéndolo tirado en el suelo.
—¡Issei!—
Con horror se acercó a él, tomándolo entre sus brazos, observando como este había caído inconsciente con sangre brotando de su cabeza.
BOOM
Las explosiones a lo largo del pueblo no parecían cesar, pero en cambio los gritos sí.
Eso solo indicaba que ya casi no quedaban habitantes vivos.
Gorou no sabía qué hacer.
—Gorou…corre…salva a Issei…te lo suplico…—
Con lágrimas en los ojos Miki Hyoudou le imploro a su esposo que la dejara.
Ella lo sabía, su cuerpo había quedado muy lastimado al caer tantos escombros sobre ella.
Sabía que las heridas la matarían o aquellos encapuchados los encontrarían e igualmente moriría.
Pero al menos ella deseaba que su pequeño Hijo pudiera salvarse.
—Ghh ¡Maldición!—
Con pesar y apretando los puños con rabia, Hyoudou Gorou se acercó a su esposa, dándole un último beso antes de tomar a su pequeño Hijo y salir corriendo.
Gorou corrió y corrió cuanto sus piernas pudieron.
El pequeño pueblo donde había nacido ya había desaparecido.
Sus padres murieron, su esposa murió.
Lo único que le quedaba era su hijo y pasara lo que pasara lo protegería y eso fue lo que hizo.
Corrió con todas las fuerzas que tenía, creyendo que si lograba salir del pueblo y adentrándose en el bosque lograría salvarse y salvar a su hijo.
Mas nunca espero que no sería capaz de salir.
Justo cuando Gorou con Issei en sus brazos llegaron a la entrada al pueblo.
FLUSH
CRACK
Un criatura inmensa y que nunca espero ver aterrizo con fuerza en el suelo.
Una criatura grande, un cuerpo inmenso y cubierto con escamas negras, a las gigantescas en su espalda.
Un Dragon.
Eso era lo que la mente de Gorou podía asociar a la criatura frente a él.
Criatura que lo miraba fijamente con un ojo dorado y otro negro, ambos con pupilas rasgadas.
Ante la mirada de tan increíble ser, Gorou se congelo, no sabía qué hacer, el miedo había bloqueado todos sus sentidos.
Por mucho que le ordenara a su cuerpo que corriera, este no le hacía ningún caso.
—valla estamos de suerte, logramos encontrarlo vivo—
La voz de un hombre saco a Gorou de su estupor.
Observando como de la espalda del dragón negro bajaba una persona.
Dicha persona bestia una capucha igual a la de los que atacaron el pueblo, la única diferencia es que el sí tenía su rostro al descubierto.
Un hombre de mediana edad, de cabello color plateado oscuro, ojos de color avellana, tenía barba y las facciones de su rostro parecían europeas.
—parece que eres el último superviviente de este pueblucho, así que te hare una oferta— Exclamo jovial el hombre —entrégame al niño y quizás te permita vivir—
—¿Qué?—
Fueron las únicas palabras que Gorou pudo decir en este momento.
Ante esta respuesta el hombre dio un suspiro de aburrimiento.
—Vamos hombre que no tengo todo el día, las cosas son sencillas, dame al niño y te perdonare la vida, niégate y te matare y aun así me llevare al niño—
No entendía nada, ¿Por qué este hombre quería a Issei?
¿este hombre era el responsable de todo lo que había ocurrido?
No sabía qué hacer, solamente supo que tenía que proteger a su hijo a toda costa.
Por esa razón lo único que pudo pensar en hacer, fue en correr en dirección contraria al hombre, sujetando con fuerza a su hijo.
Ante esto aquel hombre solo dio un suspiro cansado.
—humanos, siempre es lo mismo con ellos, bueno démosle unos…— el hombre miro un reloj de bolsillo que cargaba —2 minutos, luego de eso empezaremos la casería Crom Cruach, recuerda que no debes matar al niño, ya sería una completa molestia encontrar al próximo portador de la Boosted Gear—
El hombre volvió a subirse a la espalda del dragón y tan pronto pasaron los minutos que acordaron, el dragón batió sus alas y se dispuso a encontrar a Gorou.
Ese día las autoridades de Japón no supieron cómo reaccionar ante la destrucción de un pequeño pueblo y la muerte de todos sus habitantes.
-Shin Tokio: Tiempo Presente-
Issei lentamente abrió ligeramente los ojos, notando que por fuera de su ventana aún se podía ver la luna llena y cielo nocturno característico de una ciudad.
Lo que le indicaba que aún era muy temprano como para levantarse, más aun con lo mucho que bebió ayer junto a Seo y las gemelas relámpago.
—¿hm?—
Intento moverse un poco, notando un peso sobre sus brazos lo que lo mantenía inmovilizado.
Levantando la cabeza y abriendo un poco más los ojos Issei vio por qué no podía mover sus brazos.
Uzume y Musubi, sus dos Sekireis habían entrado en algún momento a su habitación justo como lo hicieron ayer y se acostaron junto a él sin que el pudiera darse cuenta.
Aferrándose con fuerza a sus brazos, con Uzume a su derecha y Musubi a su izquierda.
(debí suponer que algo así pasaría, más me sorprende que no me percatara de cuando entraron) Pensó dejando caer su cabeza sobre su almohada y cerrando los ojos nuevamente.
Un leve resplandor verde cubrió su mano izquierda.
[eso se debe a que aceptaste a ambas como tus parejas Aibou, un dragón por lo general siempre esta alerta ante amenazas, mas no ante nuestras parejas o crías] Exclamo el dragón celestial directamente a la mente de Issei.
Parejas.
Escuchar ese término sin duda lo hacía sentir un poco…extraño.
Por lo que ha vivido hasta ahora Issei nunca creyó que terminaría en una relación de este calibre, siempre pensó que su interacción con mujeres seria simplemente de amistad o de cosas de una sola noche.
Pero mírenlo ahora, la sola idea de estar separado de Uzume y Musubi era algo inconcebible y que nunca permitiría, esto del lazo entre Ashikabi y Sekirei sin duda era aterrador.
Issei se mantuvo mirando al techo de su habitación en la posada Izumo unos minutos, haciendo memoria de todo lo que había pasado en estos tres días siendo este su cuarto día desde que llego a Shin Tokio.
Flashback:
Issei tuvo que sentarse para respirar y de esa forma poder calmarse un poco, su enfado había provocado que de un golpe rompiera la pared de un edificio.
Fue bueno que ya tuviera tanta maestría y control con su Longinus, cuando más joven la Boosted Gear solía materializarse por su cuenta cuando estaba furioso.
(¡Ese bastardo de Minaka!)
Mentalmente estaba maldiciendo con todas sus ganas al presidente del MBI.
Había cometido un error y ahora se encontraba en la palma de la mano de ese desquiciado.
Por mucho que quisiera ir a matarlo, esto solo traería problemas ya que si su verdadera identidad y sus poderes eran reveladas al mundo, las cosas se irían a la basura muy rápido.
Los humanos normales se enterarían del mundo sobrenatural y eso conllevaría a muchas cosas, ninguna de ellas buena.
Ya de por si las cosas estaban bastante malas con la guerra entre los licántropos y los vampiros.
Si les sumamos las guerras ocultas que se estaban librando entre las facciones bíblicas y que muchos panteones estuvieran a la espera para hacer su movimiento así como los propios problemas internos de los panteones.
Si Minaka rebelaba la verdad al mundo, este sería el pistoletazo de salida del Armagedón.
No tenía más opción que participar en su estúpido juego y mantenerse callado, evitando a toda costa llamar la atención.
—…hah…— Issei dejo salir un gran suspiro —¿acaso mi mala suerte siempre me lleva a lugares de conflicto?—
Mientras pensaba en esa posibilidad, aquellas dos mujeres que ahora eran sus compañeras se acercaron a él.
—Ise…¿ya estas mejor?— Pregunto Uzume tímidamente —pudimos sentir que estabas bastante molesto—
—Muy pero muy molesto— Repitió Musubi.
Issei las miro a ambas, notando…no, sintiendo el nerviosismo y preocupación que ellas dos tenían.
(Este ¨vinculo¨ es raro, puedo comprender que están sintiendo ellas…)
[dímelo a mí, incluso yo las puedo sentir, esto del vínculo realmente unió sus almas]
Tras haber oído la explicación de Minaka, Issei sin duda sintió que lo que se presentaba ante él era lo más raro que había vivido hasta ahora y mira que en sus años de vida desde que aprendió sobre lo sobrenatural había visto cosas, muchas cosas.
(¡Pero Aliens! ¡¿en serio?! ¡Esto sin duda es lo más surrealista con lo que me eh topado hasta ahora!)
Como un fiel fanático del cine Syfy la idea de entablar contacto con seres fuera de este mundo era algo que le atraía y mucho.
Mas siempre pensó que esto sería algo que solo pasaba en las películas, pero la frase pasa en las películas, pasa en la vida se le vino a la cabeza.
—Uzume— Issei miro fijamente a la castaña —¿podrías explícame un poco mejor que pasa?—
—sí lo hare, pero déjame decirte que es un historia algo larga y que sería mejor no hablarlo aquí, estaremos en problemas si alguien ajeno se entera del plan Sekirei—
Issei se puso de pie, limpiándose el polvo de la ropa, extendiendo su mano hacia Uzume y Musubi quienes gustosas lo aceptaron, ayudando a ambas a pararse.
—pues regresemos a la posada, allí tendremos la suficiente privacidad para hablar— Issei miro a Musubi —la posada Izumo es donde Uzume y yo vivimos, aunque yo recién me mude ayer, es una posada algo vieja, espero que no te moleste—
Aquellas palabras iban dirigidas a Musubi, pero la chica negó con la cabeza.
—no me importa donde este mientras pueda estar junto a Ise-sama—
—Musubi—
Nuevamente se formó un pequeño mundo entre los dos tan pronto se miraron a los ojos.
—¡Ise yo también soy tu Sekirei, no me dejes de lado!—
Sintiendo un arranque de celos Uzume abrazo al castaño, quedando firmemente agarrada a su pecho por la diferencia de alturas entre ambos.
—nunca seria capas de eso Uzume, ahora que estas a mi lado no pienso dejarte ir nunca—
Aquellas palabras fueron dichas con mucho amor mientras acariciaba el rostro de Uzume.
—Ise— Uzume se derretía al tacto de su Ashikabi —¡te amo, te amo mucho!—
—¡Musubi también!—
En algún punto Musubi también se había aferrado a él.
Issei con gusto abrazo a ambas, demostrándoles el cariño que les tenía.
Y mientras hacía eso en su mente.
(¡Carajo esto puede ser un poco aterrador ¿Ddraig?)
[A mí no me preguntes, ya, está bien que los dragones llegamos a ser posesivos y apasionados con nuestras parejas…pero esto ya raya lo raro, digamos que es algo de alienígenas y ya]
Prefirió pensar en eso.
Lo que sentía por Uzume y Musubi puede que haya sido algo muy repentino, pero no negaría que las amaba y mucho.
Da miedo.
Luego que el trio con dificultad terminaran su abrazo grupal, todos se dirigieron de regreso a la Posada Izumo.
Por el camino regresaron a donde habían estado antes de toparse con Musubi y las gemelas en un intento de recuperar las cosas compradas por Uzume, más el ver que varios vehículos privados del MBI así como agentes rodeaban el área desistieron en entrar.
Ya cuando los tres llegaron a la posada, Miya los recibió como siempre.
Claro que hizo algunas preguntas con respecto a Musubi y tal, pero Miya rápidamente la acepto en la posada.
Indicándole que ya que Musubi pasaría a vivir aquí, en estos momentos tanto ella como Uzume dormirían juntas en una habitación.
Cosa que Issei agradeció por dos cosas, uno que Miya aceptara a Musubi y dos que Musubi no intentara dormir con él ya que realmente se le haría sumamente difícil acatar la norma de no actos lascivos teniendo a Uzume y Musubi junto a él.
A todo esto, realmente comenzó a tener sospechas de Miya ya que ella acepto a Musubi muy fácilmente además de que ya tenía a Uzume viviendo aquí desde quien sabe cuándo.
(tú que piensas Ddraig)
Mientras observaba a Musubi charlando con Miya, Issei le pregunto a su compañero, teniendo la mirada fija en Miya.
[o bien esta mujer sabe cosas del MBI o lo más acertado decir es que ella misma es una Sekirei, una poderosa debo recalcar]
Issei apoyaba esta idea, Miya daba mucho miedo y tenía un poder inmenso el cual ocultaba muy bien, mas no lo suficiente para sus ojos expertos.
Pero como quien dice, es mejor no molestar a un dragón dormido, Miya tenía sus secretos y él no era nadie para exigir saberlos.
Mientras ella no atentara contra él y sus Sekireis, él por su parte no haría nada.
Todo eso que pensó se fue al caño cuando la propia Miya lo llamo Ashikabi, dándole a conocer que sabía todo sobre el plan Sekirei.
Provocando que Issei casi se tropezara con sus propios pies ante la noticia.
Por lo que Miya le dijo, su difunto esposo fue miembro de MBI y él le conto todo al respecto.
En retrospectiva, este sin duda fue un día muy agitado y eso que Uzume aun no pasaba a explicarle todos los detalles.
Sin duda esta noche seria larga.
Issei se acostó tarde esa noche, pensando sobre lo que Uzume y Musubi (ella sabía lo esencial más olvidaba algunas cosas) le habían contado.
20 años atrás, Minaka Hiroto descubrió una extraña isla que emergió repentinamente cerca del mar japones.
En dicha isla encontró un secreto olvidado por mucho tiempo.
Una nave alienígena que quien sabe cuando llego a este planeta y que se mantuvo oculta por quien sabe cuánto.
En aquella nave Minaka descubrió mucha tecnología nunca antes vista que fue lo que impulso a la creación del MBI y también encontró a las Sekirei.
Seres alienígenas que se asemejaban mucho a los seres humanos de este planeta, solo que más poderosos y con habilidades únicas.
En total eran unos 108 de estos seres.
Seres que se mantuvieron en secreto del mundo por años y que ahora justamente Minaka decidió liberar por toda la ciudad de Tokio para que buscaran a sus Ashikabis.
Ashikabis, según Uzume eran por así decirlo las personas destinadas de una o un Sekirei (Al parecer había machos Sekirei), aquel o aquella que sería su pareja para toda la vida.
También que dependiendo del ¨aura¨ del Ashikabi, una o varias Sekireis podían reaccionar a un mismo Ashikabi, como le paso a él con Uzume y Musubi.
(si Georg estuviera aquí, sin duda intentaría estudiar a alguna Sekirei para comprenderlas mejor y ver de qué son capases) Pensó el castaño mientras miraba el techo de su habitación.
Su compañero en la brigada era un científico aclamado tanto en la ciencia como en las artes mágicas.
Después de todo él era un descendiente directo de Johan Georg Faust, aquel alquimista de renombre que hizo un trato con el demonio Mephisto.
En estos momentos se encontraban en la Fase 1 del plan Sekirei.
Dicha fase consistía en que las Sekireis que terminaban de ser ajustadas dentro de la torre del MBI serian liberadas y deambularían por toda la ciudad de Shin Tokio en busca de su Ashikabi.
Una vez todas las Sekireis fueran aladas, se pasaría a la fase 2, fase que por lo que Uzume sabia (Cosa que no era mucho) se realizaría una batalla campal entre Sekireis.
Ahora que ya estaba al tanto de todo lo que pasaba, Issei se preguntaba que tenía que hacer.
Estaba más que claro que su misión había quedado relegada a un segundo lugar ya que Minaka de seguro tendría un ojo puesto en cada una de sus acciones.
(que hacer, que hacer…es mejor cuando te puedes apegar a un plan y no a improvisar sobre la marcha ante cualquier cambio)
No queriendo pensar más, Issei se fue a dormir, además de planear cuál sería su siguiente movimiento en todo esto del plan Sekirei, mañana tenía que levantarse temprano para asistir al trabajo que tomo.
Servir como un obrero más en una construcción.
Temprano por la mañana del día siguiente, Issei se despertó sintiendo peso extra sobre su persona.
Abriendo los ojos para encontrar a sus dos Sekireis plácidamente durmiendo aferradas a él.
Con Musubi atrapando su brazo derecho entre sus pechos, mientras Uzume estaba aferrada a su costado izquierdo, usando el pecho del castaño como almohada, sintiendo como esta le estaba dando algunos besos estando aun dormida.
Esto realmente emociono a Issei, más aún ya que Musubi solo traía puesto (por alguna razón que desconocía) una de sus camisas de Linkin Park con unas bragas rosas y Uzume por su parte traía puesto solamente unas bragas y sostén blanco.
Esto realmente estaba provocando que su pequeño amigo se alzara con majestuosidad buscando algo de diversión.
[Aibou, a no ser que quieras que te echen de esta casa, controla tus impulsos de reproducirte]
Issei maldijo mentalmente a dos personas, uno a Ddraig por ser un incordio y la otra a Miya por privarle de los exquisitos manjares que eran sus Sekireis.
Pero ya habría momento para esto, si Miya no permitía esto en su posada, la solución era pasarse un día de estos a un Love Hotel y asunto arreglado.
Con unas fuerzas titánicas Issei salió de la cama.
Soltarse del agarre de Musubi le costó más que con Uzume.
Según entendía, su segunda Sekirei se especializaba en el combate cuerpo a cuerpo, por lo cual no era raro el que tuviera una fuerza física tremenda.
Cuando supo de este se preguntó, si activaba el Norito de Musubi, ¿Quién ganaría en un concurso de vencidas Ella o Heracles?
Norito, la carta del triunfo de una Sekirei.
Según le explico Uzume, esta era una habilidad especial y única para cada Sekirei, un poder abrumador que solamente podía ser usado por Sekireis que ya contaran con un Ashikabi.
Dicho poder se desataba cuando una Sekirei y un Ashikabi se besaban y tras recitar un cantico el ataque más poderoso de la Sekirei podía usarse.
Cuando escucho eso, tanto Issei como Ddraig pensaron que con uno o más Boost y Transfer, el poder del Norito podría incrementarse aún más.
Pero el caso es que aún no estaba del todo a gusto de saber que Uzume y Musubi estaban ahora involucradas en una batalla campal entre Sekireis.
Su deseo de protegerlas era grande, pero también sabía que ellas mismas deseaban participar en este combate.
Las Sekireis al parecer eran una raza que tenían dos grandes amores, sus respectivos Ashikabis y la batalla.
Una raza alienígena que le encanta pelear, la broma de los Saiyajin con Dragon Ball nunca fue tan fácil de hacer.
Después de pensar en eso.
Issei salió de su habitación y se dirigió al baño, pensar más en esto no le seria de ayuda ahora mismo.
Tras salir de lavarse la cara, Issei bajo al patio para hacer algo de entrenamiento matutino como de costumbre.
Tenía hasta por lo menos las 8 de la mañana libre antes de tener que irse a trabajar.
Mientras bajaba las escaleras para ir a entrenar al pequeño terreno de la posada.
FLUSH
El sonido de algo cortando el viento llamo su atención.
Cuando llego a la sala de estar que daba hacia el patio, Issei observo como Miya se encontraba balanceando una espada de madera.
La miro con detenimiento por unos segundos, su postura, la forma en que manejaba la espada.
Todo lo que Asama Miya estaba haciendo le indicaban que esta mujer era una experta espadachina, una al mismo nivel o incluso más que Siegfried.
—¿ara? Buenos días Hyoudou-san, veo que eres una persona madrugadora—
—buenos días a usted también Asama-san, si por muchas razones le agarre la costumbre de levantarme temprano, tenía pensado volver a hacer entrenamiento rutinario antes irme a trabajar—
Issei comenzó a hacer el mismo ejercicio que ayer realizo, era lo mejor que podía hacer por ahora sin levantar muchas sospechas-
—puedo decir que eres una persona de hábitos— Exclamo Miya observándolo con detenimiento —no muchos jóvenes de tu edad tienden a ser tan diligentes con sus ejercicios—
—puedo decir lo mismo Asama-san ¿entreno en algún dojo antes? Su postura y forma de manejar el Boken es propia de alguien que ha practicado por toda una vida—
Miya se percató de lo perceptivo que era este hombre, ella misma también noto desde el primer momento que lo vio que Hyoudou Issei no era un joven normal.
—ufufu, la respuesta es un no, no entrene en un dojo, más si eh practicado mi Kenjutsu desde que era muy joven—
—sus habilidades sin duda pondrían verde de envidia a un buen amigo mío, al igual que usted el desde pequeño practico con la espada, aunque no una japonesa—
—ara, ¿Cómo se llama tu amigo?—
—¿prometes no reírte de su nombre?—
Miya arrugo un poco la cara desconforme por la pregunta del castaño.
—Hyoudou-san, yo sería incapaz de reírme del nombre de otra persona, un nombre es un regalo importante que una persona recibe de sus padres—
Issei sonrió, Miya tendrá sus secretos y todo, pero no cabe duda que era una amable mujer.
—Siegfried—
Miya parpadeo confusa.
—¿perdón?—
—su nombre es Siegfried— Exclamo Issei terminando sus ejercicios, entrando nuevamente en la casa —él se llama igual al héroe del mito—
Uno de sus grandes amigos, alguien a quien le confiaría su vida sin dudarlo y que era su compañero de armas en este mundo tan cruel.
Una hora más tarde.
Musubi ya se había levantado y cambiado sus ropas a su atuendo de Miko solo que sin sus botas y guantes.
Sentándose junto a Issei en la sala de estar a la espera del desayuno preparado por Miya.
—¿Uzume sigue durmiendo Musubi?—
—sí, Uzume-san dijo que quería dormir un poco más, que ella era mala en las mañanas—
—iré a ver si puedo levantarla, tu quédate aquí y ayuda a Asama-san a poner la mesa—
—¡Hai!—
Musubi era una chica bastante enérgica y alegre.
Issei se dirigió de regreso a su habitación, abriendo la puerta y encontrando a Uzume bien dormida aferrándose a la almohada que el utilizaba.
—hah— suspiro, acercándose al futón —vamos Uzume, levántate, Asama-san ya preparo el desayuno—
—Hmm…otra hora más—
Issei había intentado levantar a Uzume pero esta aun quería dormir un poco más, es más ella intento que Issei volviera al futón para poder dormir juntos un poco más.
Pero como tenía que irse a trabajar negó la oferta.
Cosa que provoco un puchero en Uzume alegando que el trabajo era más importante que estar con su amada Sekirei.
Para compensar a Uzume, Issei se acercó a ella para darle un dulce beso.
Cosa que ella con gusto acepto, abrazando al castaño mientras profundizaban su beso.
Ver las Alas de energía de Uzume era algo que llamaba mucho su atención.
(¿Uzume podría volar con esas alas?)
[Lo dudo, eso es simplemente poder residual que es liberado en forma de alas, tómalo como lo que hace nuestro rival al eliminar la energía que absorbe]
(por favor evita las comparaciones de mi Sekirei con el blanco gracias)
Al ver que no podría hacer que la chica se levantara, Issei dejo que ella durmiera un poco más.
De regreso en la sala de estar, Issei se sorprendió por lo bien que se veía el desayuno.
Un desayuno completo estilo Japones, cosa que no había comido en años, estando más acostumbrado a los típicos desayunos de occidente o de por si comidas simples como un pedazo de pan.
Issei se sentó junto a Musubi, con Miya sentada en un extremo de la mesa.
Viendo tan buena comida los dos castaños agradecieron por la comida.
—Itadakimasu—
El desayuno procedió con normalidad, más Issei noto que Kagari no se encontraba por ningún lado.
—Asama-san ¿y Kagari-san?—
—Kagari-san me llamo diciendo que no vendría por algunos días, al parecer ocurrio algo en su trabajo que lo mantiene bastante ocupado—
—ya veo, me pareció un buen tipo, me gustaría hablar más con el cómo el único otro compañeros hombre que viven en esta posada—
—Ara, Hyoudou-san parece ser alguien muy sociable, más con hombres que con mujeres por lo que veo—
Ante ese comentario Issei casi se atraganta, golpeándose rápidamente el pecho en un intento de desatascarse.
Para su suerte Musubi le paso una taza de té rápido, que él se bebió de un tirón pese a estar un poco caliente.
—gracias Musubi— Agradeció a su Sekirei, pasando a mirar a su casera con una cara enfadada —Asama-san por favor no vallas por ese camino, ya estoy cansado de que mis amigos digan que bateo para el otro lado solo por llevarme bien con hombres—
—¿batear para el otro lado?— Musubi inclino la cabeza confusa.
Issei se sorprendió por lo inocente/ingenua que podía ser Musubi, en cambio Miya reía tras las mangas de su Kimono.
Realmente las cosas en la posada Izumo serian interesantes desde ahora en adelante.
Y también pensó rogando que los del MBI le hubieran enseñado a Musubi sobre las relaciones físicas, porque no quería tener que explicarle a su segunda Sekirei que era el Sexo.
El trabajo que había conseguido era uno simple.
Sería un obrero más en la construcción de un nuevo edificio de departamentos.
Con su fuerza física superior a la de un ser humano corriente, Issei no tendría problemas más tampoco abusaría como para llamar la atención.
Con tal de ganar algo de dinero.
(ahora que me eh metido en todo este lio del plan Sekirei, dudo mucho que me quede más que un simple mes)
[Tendremos que comunicarnos con el resto para informarles de la situación, además…dependiendo de lo que aprendamos de estas Sekirei]
La voz de Ddraig dentro de su cabeza era sumamente seria.
Issei sabia el porqué.
(Si se demuestra que las Sekireis son un peligro para los Humanos, la facción las tomara como criaturas místicas peligrosas y procederá a dar la orden de ejecución)
La facción de los Héroes como su nombre lo indicaba eran un grupo armado de reencarnaciones de viejos héroes de antaño, así como de usuarios de Sacred Gears.
Todos humanos y la gran mayoría de ellos no veían con buenos ojos a las criaturas místicas de este mundo.
Principalmente con los dioses ya que muchos tenían la misma opinión que los dioses simplemente veían a los humanos como sus juguetes o como simples baterías que les daban poder.
El mismo tenía sus pegas, no soportaba ni un poco a un demonio, si tenía uno frente a él no dudaría en darle un rápida muerte no importa si este demonio fuera ¨bueno¨ lo mataría sin dudar.
Si las Sekireis demostraban ser un peligro, aun cuanto le doliera, el informaría de todo a la facción.
Amaba a Uzume y Musubi con todo su corazón, pero su deber como Héroe era preservar a sus pares en busca de un mejor mañana para la humanidad.
Aun cuando el mismo sabía muy bien que la humanidad era una enfermedad para este planeta.
—llego la hora del almuerzo—
La vos del capataz de la obra lo saco de sus pensamientos, no se había percatado de cuánto tiempo estuvo trabajando en piloto automático mientras pensaba.
Issei busco un lugar donde almorzar, desempacando el Bento que Miya le había dado esta mañana.
—oh se ve muy bien—
Todo en el bento lucia de maravilla.
Fue justo cuando Issei se dispuso a dar el primer bocado que se percató de que tenía a alguien al lado.
—eso se ve muy bien—
Issei lo miro con detenimiento se trataba de un hombre alto y delgado, de aspecto desalineado, cabello castaño oscuro, de mirada ruda, quizás unos años mayor que él.
Lo que más le llamo la atención a Issei fue que este hombre despedía una muy pequeña aura extraña que nunca antes había sentido y que de alguna manera había logrado acercarse tanto a él sin que lo notara.
[Este hombre no es normal]
Incluso Ddraig pensó lo mismo que él.
—disculpa—
Issei hablo, pero pareció que este hombre estaba más centrado en el bento que tenía entre las manos que en él.
Levanto ligeramente el bento, el hombre lo siguió con la mirada.
Bajo el bento y lo mismo paso.
—hola—
El hombre logro regresar a sus sentidos y saludo a Issei, para luego volver a centrar su ojos en el bento.
—¿quieres un poco?—
Creyendo que lo más recomendable era invitarle un poco.
—¿en serio? gracias—
Con gusto acepto, agarrando una bola de Onigiri.
—¿hm? Este sabor…— exclamo el hombre tras darle un bocado al Onigiri.
—¿paso algo?—
—no es nada, ¿eres un estudiante?—
—soy un viajero, por encargo de unos amigos estaré en la ciudad por un par de meses, pero uno de ellos me envió con menos dinero de lo pensado—
—eso apesta, ¿acaso hiciste algo para enfadar a ese amigo? Porque lo veo como una mala jugada por parte de él—
—hmm…digamos que gaste el dinero del grupo en malas apuestas, la mayoría ya me perdono pero este último siendo él el que administra el dinero no—
—oh te comprendo— Exclamo el hombre emocionado —ya sabes, cuando tienes ese sentimiento de que estas en racha—
—¡Lo sé, ese sentimiento de que tienes todas las de ganar!—
Ambos se miraron fijamente, para luego estrechar la mano en señal de amistad.
—me llamo Kaoru Seo—
—Hyoudou Issei, un gusto en conocerte Seo—
—puedo decir lo mismo, Issei, ahora ¿podría tomar un poco de ese pollo?—
—toma uno sin preocuparte—
—gracias viejo—
Quién lo diría, pero las apuestas y los Juegos de azar terminaron creando una relación de amistad en estos dos en cosa de nada.
Todo parecía normal, hasta que de repente.
—¡SEOOOOOOOOOOOOOOOO!—
Seo fue mandado a volar producto de una patada voladora.
Lo único que Issei logro ver antes de que su nuevo amigo fuera atacado fue ver a una persona con traje de Maid.
Dicha mujer se acercó al caído seo y lo levanto tomándolo por el cuello de la camisa.
—¡Seo!—
—anda pero si es Hikari-chan—
—¡¿Cómo que anda?! ¡Otra vez estas quitándole la comida a los demás!—
Por lo molesta que estaba esta mujer parece que Seo con frecuencia parecía picotear de los almuerzos de sus compañeros de trabajo.
—lamento lo que nuestro idiota ha hecho—
Otra mujer vestida de Maid se acercó a Issei disculpándose, cuando Issei la miro no pudo notar que se veía igual a la mujer que estaba sacudiendo a Seo.
Al parecer eran gemelas.
(Espera ¿gemelas?)
Sus pensamientos se cortaron cuando reconoció el rostro de las dos mujeres.
Y estas mujeres también reconocieron a Issei.
—¡Las gemelas S&M! —
—¡El Ashikabi de Uzume y esa otra!—
Saben, cuando dicen que el mundo es un pañuelo, Issei siempre pensó que era un dicho absurdo.
Mas ahora realmente comenzaba a cuestionarse.
—valla realmente el mundo es raro, mira que encontrarme con otro Ashikabi en un lugar como este—
—¡Idiota, donde estas tocando!—
Seo se había levantado y tomo a las gemelas entre sus brazos, agarrando con su mano el pecho de la gemela más proporcionada.
—empiezo a pensar que mi suerte raya en una maldición—
Issei se desanimó con la cabeza agachada.
Mira que no le tomo ni un día entero desde que se volvió Ashikabi como para encontrarse de frente con otro, más aun con otro con sus Sekireis junto a él.
Comenzaba a creer que realmente no tenía suerte o había sido maldecido por alguien.
Eso debía ser, alguna criatura que asesino lo debió maldecir.
O quizás fuera cosa de la misma Hela.
Si tenía que ser ella, la muy desgraciada aun debía de estar tras de él por haber matado a su padre.
—…¿está bien? lleva ya un rato así—
—no lo sé, oye Issei ¿Qué te pasa?—
Issei salió de su modo depresivo al percatarse que estos tres se habían preocupado por su reacción.
—no es nada olvídenlo, así que tú eres el Ashikabi de estas dos, debo decir que ellas me dieron una tarde movida ayer al perseguirme a mí y a mis Sekireis—
Seo miro a sus dos Sekireis ligeramente confuso.
—¿atacaron a unas Sekireis teniendo a su Ashikabi cerca?—
—no haríamos algo tan estúpido— exclamo la gemela más irritable.
—perseguíamos a una Sekirei sin alas cuando nos topamos con él y con Uzume de la posada, él les dio alas a ambas antes de que pudiéramos detenerlas— respondió la gemela más dócil.
—oh— Seo pareció impresionado —así que Uzume por fin consiguió un Ashikabi—
—¿conocen a Uzume?— pregunto el castaño.
Mas, cuando recordó un poco de lo ocurrido ayer, se percató de que Uzume al parecer conocía a las gemelas, por lo cual supuso que también conocía a su Ashikabi y por lo cual.
—si la conozco, de hecho también conozco a Miya, ya decía yo que ese sabor ya lo conocía— Exclamo mirando al bento.
Lo del mundo siendo un pañuelo ya quedaba corto.
Cuando la hora del almuerzo acabo las gemelas se fueron.
Ya luego de un rato y hablando un poco más con Seo logro enterarse de algunas cosas.
Primero, Seo había sido quien había ayudado a construir la posada Izumo por encargo de Asama Takehito, el difunto marido de Miya y amigo de la infancia de Seo.
Segundo, que él ya estaba al tanto de las Sekireis gracias a Takehito y que no por órdenes suyas Hikari y Hibiki solo casaban Sekireis sin Ashikabis para evitar que el plan avanzara a la siguiente fase.
Eliminar a los participantes antes de que el juego siquiera empiece en realidad no era algo que le gustara personalmente, pero encontraba la lógica.
Una vez termino el día laboral, Issei se cabio el uniforme de trabajo a sus ropas normales, dirigió de regreso a la posada Izumo, notando que Seo lo siguió.
En un principio le pregunto porque lo seguía.
—simplemente pasare a saludar a Miya—
Fue la respuesta de Seo, pero Issei sabía que había algo detrás de esas palabras.
Cosa que comprendido tan pronto llego a la posada.
—ara, parece que una garrapata mugrienta se ha aferrado a Hyoudou-san—
Si, esas palabras salieron de Miya.
La recatada y amable casera estaba escupiendo veneno con sus palabras tan pronto miro a Seo sin cambiar en lo más mínimo su rostro amable.
—tan linda como siempre Miya—
Y por la respuesta de Seo, esto parecía ser algo común entre ellos, no quedaba duda alguna de que estos dos tenían historia.
—ya lo sabía por lo cual está de más preguntar si se conocían, solo para salvaguardar mi pellejo diré que yo no lo invite, el vino por su cuenta—
—¡oye! ¡¿tan rápido me traicionas?! Pensé que éramos amigos—
—compréndeme si quiero seguir viviendo aquí debo ponerme del lado de Asama-san—
—ara, conociendo a Kaoru-san ya me hacía idea de que en algunos días aparecería en busca de comida, Hyoudou-san recomiendo no juntarte mucho con él, es una mala influencia para ti y tus Sekireis—
—¡Él también es una mala influencia!—
Ok la situación sin duda era tensa entre estos dos, tenía que encontrar algo para cambiar el tema y rápido.
Fue entonces que noto que no sentía las presencias de Uzume y Musubi en la casa.
Ahora como el Ashikabi de ellas dos, podía sentir cuando ellas estaban cerca y le pareció raro no sentirlas en la casa, aunque tampoco sabía cuánto tenían que estar separados para no poder sentirlas.
—Asama-san ¿Dónde están Uzume y Musubi?—
—ah, las envié a hacer las compras, contigo y Musubi-chan las reservas de la cocina no serían suficientes—
—¡Miya ya llegamos!—
—¡Oya-sama ya regresamos!—
Fue entonces que pudo oír a ambas, volviendo a sentirlas detrás de la puerta de entrada de la posada.
[Tiene un rango muy reducido, bueno supongo que es mejor que nada ya que nunca fuiste un buen rastreador]
(…este vínculo es muy raro)
Uzume y Musubi entraron, cargando consigo varias bolsas de compras, siendo Musubi la que llevaba más.
Uzume fue la primera en reconocer a Seo, arrugando un poco la cara.
—hola Seo, ¿regresar a pedir comida?— Exclamo ella con siendo para nada amable —supongo que Hikari y Hibiki aparecerán en algún momento buscándote, hay cosas que quiero decirle a ambas—
—Hola Uzume— Saludo pasando su brazo por encima del cuello de Issei —aquí tu Ashikabi me invito—
—no seas capullo, te invitaste tú solo—
—¿hah? ¿acaso me estas llamando mentiroso?—
Las tres mujeres vieron el intercambio entre estos dos, notando a leguas que ellos se llevaban de maravilla.
—hah…parece que Hyoudou-san es propenso a relacionarse con malas personas— Miya suspiro llevándose una mano al rostro —Uzume-chan, Musubi-chan cuiden a su Ashikabi para que no se relacione más con malas personas—
—¡Hai!— Exclamaron las dos aferrándose a cada brazo de Issei, jalando al castaño hacia ellas.
Lo que ocurrio después fue algo que digamos molesto ligeramente a Miya.
Sin consultárselo a ella de antemano se organizó una pequeña reunión entre los dos Ashikabis.
Issei vio que en tras esto le caería una reprimenda pero por los momentos se disculpó con Asama.
Esta solamente suspiro y dejo que continuaran.
En algún punto de la noche Hikari y Hibiki aparecieron para como Uzume dijo llevarse a su Ashikabi.
Mas por las insistencias de Seo, Issei y una animada Musubi las gemelas también se unieron a esta reunión.
Cabe decir que Uzume cada tanto miraba con un poco de enfado a las gemelas.
Cosa que ellas claramente notaron.
Issei supuso que Uzume era de aquellas personas que le guardaban rencores a otros si lastimaban a sus amigos o en su caso su pareja.
Vasto que Issei sentara a Uzume entre sus piernas mientras la abrazaba para que el ánimo de Uzume se volviera más agradable.
Aferrándose a él.
Musubi por su parte se aferró a su brazo derecho buscando un poco de cariño también, cosa que el con gusto le dio.
—veo que no le encuentras pegas a esto de ser un Ashikabi—
Fueron las palabras de Seo mientras tomaba un poco de Sake, observando con detenimiento al castaño.
—siendo sincero no le veo las pegas a esto, tener a una o en nuestros casos dos hermosas alienígenas que nos aman es algo agradable, puedo suponer que eres cariñoso con tus Sekireis a tu manera—
Issei abrazo con fuerza a sus dos Sekireis.
—y valla que soy cariñoso, ¿no Hikari, Hibiki?—
No supo ni porque lo hizo pero el también atrajo a las gemelas con sus brazos, más siendo quizás un abrazo un poco más subido de tono en comparación por como su mano se posaba en el pecho de Hikari y su otra mano en el trasero de Hibiki.
—¡No hables de más idiota!— Exclamo la gemela más irritable con el rostro completamente rojo —¡Además, ¿dónde estás tocando?!—
—Seo eso es algo privado— la gemela más dócil igual estaba sonrojada —no aquí seo—
Era un panorama curioso sobre como dos Ashikabis demostraban su afecto a sus Sekireis, más la dueña de esta pensión tenía sus propias palabras a esto.
—ara, las políticas de la posada Izumo dictan que no se permite el hablar de cosas indecentes—
No tomo ni un segundo más y una gran mascara Hannya de color purpura apareció detrás de milla imponiendo terror.
—¡Lo sentimos!—
Todos los presentes asustados se separaron y se sentaron con normalidad en la mesa.
Todos compartían el mismo pensamiento.
(Miya/Asama-san/Oya-san es aterradora)
Fue una buena velada para Issei.
Además de que pudo aprender algunas cosas hablando con seo.
Al parecer la fase 1 del plan Sekirei no había llegado aún ni a un 50% de estar completo, por lo cual había aun muchas Sekireis sueltas por todo Shin Tokio.
Así como que al parecer ya había algunos nombres que debía de recordar.
Fin Del Flashback:
Por lo que Seo le comento ayer.
Por cómo iba el plan Sekirei ya se estaban formando grandes potencias que comenzaban a controlar limites en la ciudad.
Cada punto cardinal de la ciudad estaba siendo controlado por un Ashikabi.
Mikogami Hayato en el sur.
Higa Izumi del este.
Sanada Nishi del oeste.
Y el norte no tenía a nadie que lo gobernara ya que corría el rumor que había una aterradora Hannya en el norte.
(Asama-san de seguro)
[Esa mujer puede ser muy aterradora, deberías intentar copiar esa técnica de intimidación, seria de mucha utilidad en un futuro]
(Ni loco, no quiero seguir viendo eso, ella asusta y mucho cuando se pone así, da más miedo que Hades)
[Llorón]
Ignoro lo que dijo el dragón para pensar mejor en otras cosas.
Si quería proteger a sus Sekireis y conocer más sobre este plan Sekirei, tendría que buscar información.
Además de comunicar lo poco que sabía a la facción sin que la gente del MBI se enterara.
(es bueno que la facción cuente con una vasta red de informantes, si no mal recuerdo…debería haber uno en un bar de Kabukichō)
Issei cerró los ojos de nuevo, ya tenía un plan para el día por lo cual lo mejor que podía hacer por ahora era volverse a dormir.
Aun le quedaban algunas horas de sueño que aprovechar acurrucándose junto a sus dos amadas Sekireis.
Apenas habían pasado cuatro días desde que llego a la ciudad de Shin Tokio.
Pero Issei ya sabía que su rutina diaria seria levantarse bastante temprano, forcejear un poco para salirse del agarre de oso de Musubi y Uzume para luego bajar y hacer algunos ejercicios en el patio trasero de la posada Izumo antes de irse a trabajar.
Algo que vería como normal.
El ligero cambio para el día de hoy fue que saliendo de tomar una ducha tras sus ejercicios, volvió a toparse con el único otro miembro masculino que vivía en la posada Izumo.
El andrógino anfitrión Kagari.
—Kagari-san ¿regresando del trabajo?— Issei miro fijamente al joven —¿te encuentras bien?—
Issei noto que Kagari no se veía muy bien de salud, estaba más pálido que de costumbre y parecía que tenía problemas para respirar, además que una de sus manos estaba vendada.
—Hyoudou— Kagari se tensó al notar al castaño, tratando de poner un rostro sereno —si…estoy bien…estos días fueron un poco…ajetreados en el club—
No conocía mucho a Kagari y tampoco afirmaría que ambos sean amigos por la mínima interacción que tuvieron antes, pero tampoco sería tan desalmado para no brindarle ayuda a alguien enfermo.
—Kagari-san, creo que estas algo enfermo, ¿no crees que sería mejor que descansaras un poco?—
Ligeramente preocupado Issei se acercó al hombre intentando ayudarlo, tocándole el hombro con la mano.
SLAP
Pero antes de que siquiera pudiera hacer algo más, Kagari bruscamente golpeo su mano.
Issei retrocedió ante esto, mientras que Kagari parpadeo confuso por lo que había hecho.
—lo siento Hyoudou, no me gusta que me toquen—
—…lo comprendo no te preocupes por ello, le diré a Asama-san que te vea—
Sin decir nada mas Issei se dio la vuelta dejando al otro hombre solo.
Al verle dado la espalda Issei no noto como Kagari extendió su mano hacia él, como quisiera detenerlo y a su vez decirle algo, más las palabras que quería decir murieron en su boca.
—…porque tenías que ser tu—
Aquellas palabras dichas por Kagari fueron escuchadas por los finos oídos de Issei.
(¿acaso le hice algo como para que me guarde rencor?)
[…]
Issei bajo las escaleras, llegando a la sala de estar donde como costumbre encontró a Miya y a Musubi quien estaba ayudando a poner la mesa.
Musubi siempre se levantaba un poco después de que Issei lo hiciera, a diferencia de su primer Sekirei Uzume, Musubi parecía que no podía seguir durmiendo a gusto si no podía abrazarlo.
—Buenos días Ise-san— Exclamo energéticamente la Sekirei.
—buenos días a ti también Musubi— Issei se acercó a ella dándole un beso en la mejilla —Asama-san ¿creo que Kagari-san no se encuentra bien de salud?—
—¿Kagari-san?— Musubi inclino la cabeza confusa.
—la otra persona que vive en la posada Musubi-chan— Explico Miya para luego mirar al castaño —es raro, Kagari-san siempre ha sido una persona de buena salud—
Lo dicho por Miya llamo la atención de Issei, parece que la casera conocía el Kagari desde hace mucho para afirmar eso.
—¿lo conoces desde hace mucho?—
—si desde que era más joven, Kagari-san es alguien que mi esposo cuido desde bastante joven—
—ya veo—
Las palabras de Miya solo hacían que Issei estuviera más seguro de que la casera era una Sekirei o que sabía mucho sobre estos seres alienígenas.
—en todo caso iré a ver como esta, ustedes dos desayunen con tranquilidad— Exclamo la casera levantándose de la mesa dispuesta a ir a la habitación de Kagari —deje tu bento en la cocina Hyoudou-san—
—te lo agradezco mucho Asama-san—
Issei y Musubi comenzaron a desayunar.
Musubi se acomodó a su costado derecho.
Mientras más veía a su segunda Sekirei, más podía sentir como el vínculo entre los dos se fortalecía, cosa rara ya que simplemente estaban desayunando juntos.
Lo cual le hizo preguntarse, estos seres, Los Sekirei que tanto se diferenciaban de los seres humanos normales más allá del poder que tenían.
¿Tenían los mismos órganos que un ser humano?
¿Un alma como la suya?
Ahora que ellos estaban aquí en la tierra, serian capases de portar una Sacred Gear.
El hijo de un Sekirei y un humano podría entrar al sistema de Sacred Gear.
Muchas preguntas y pocas respuestas.
Sabía que si se lo preguntara a Musubi o Uzume ambas se lo dirían, pero tampoco es como que ellas supieran más de los que le habían dicho ya.
Lo único en claro es que las Sekireis tuvieron que recibir modificaciones para poder estar con sus Ashikabis.
De lo contrario algo tan simple como abrazarlos podría ser mortal.
—Musubi, puede que llegue un poco tarde hoy—
—¿Por qué Ise-san?—
—tengo que hacer alguno de los recados por los cuales vine a la ciudad, no puedo postergarlos por más tiempo— tenía que hacerlo, ya había desperdiciado tres días —no es nada del otro mundo—
—¿Uzume-san y yo podríamos acompañarte?—
—me temo que no—
—oh—
Musubi agacho la cabeza desanimada haciendo un leve puchero, pareciendo un cachorro triste.
Issei tuvo que contener las inmensas ganas que tenia de mimarla en estos momentos.
—te propongo algo, tratare de terminar mis asuntos lo más rápido que pueda, si aún es temprano para cuando llegue porque no salimos en una cita, los tres—
—¿En serio?— la mirada de Musubi se ilumino.
—sí, díselo a Uzume y que ella también te preste algo de ropa—
—¿prestarme ropa?— Musubi miro sus propias ropas —¿hay algo malo con mis ropas?—
—destacas mucho, sé que son tus atuendos para cuando peleas pero esta noche quiero que salgamos los tres en una cita, nada que tenga que ver con el plan Sekirei—
—entiendo, le diré a Uzume-san que me preste algo—
—buena chica— Exclamo acariciando el rostro de Musubi —podremos aprovechar y comprar ropa normal para ti—
Tendría que pedir un pequeño adelanto de su sueldo o un préstamo pero se prepararía para esta noche, quería atender a sus dos Sekireis como lo merecían.
Tras la charla Issei termino de desayunar, tomando el Bento que Miya la dejo y esta vez dejando la posada Izumo junto con su motocicleta.
Eran cerca de las 10 de la mañana cuando Uzume se levantó, bajando al comedor de la posada Uzume vistiendo únicamente unas bragas y sostén.
—ah, Uzume-san buenos días—
Musubi se encontraba tendiendo la ropa recién lavada.
Uzume por su parte fue hacia la mesa de estar para ir por su desayuno como de costumbre, claro que antes tendría que calentarlo.
—buenos días Musubi— exclamo la castaña bostezando —¿Qué hora es?—
—un poco más de las 10 Uzume— Respondió Miya saliendo de la cocina vistiendo un delantal sobre sus ropas comunes —estas empezando a dormir más que antes—
—jeje, lo siento Miya, es que dormir junto a Ise es lo mejor, es tan calientito— Exclamo la castaña muy alegre —aunque es molesto que tenga que irse a trabajar—
—Hyoudou-san está haciendo lo mejor de sí para poder ganar el dinero suficiente como para estar aquí—
—si permitieras que usáramos la tarjeta del MBI Ise no tendría que trabajar y estaría más con nosotras—
—las tarjetas del MBI no sirven de nada aquí Uzume y aunque ya tengas a tu Ashikabi no pienso cambiar esa regla—
—eras mala Miya— Se quejo Uzume sacándole la lengua.
—Uzume, hay que ver como eres, compórtate—
Miya se sintió como si fuera una madre ante una hija rebelde y dado a que ella era por así decirlo la reina de los Sekireis, el que tuviera el papel de la madre no estaba tan alejado de la realidad.
Mas ella nunca lo admitiría, ella era la One-san de todas las Sekireis no su madre.
Por su parte Uzume nunca le había encontrado pegas a las reglas de Miya, más aún ya que le había permitido vivir en la posada desde que salió de los laboratorios del MBI sin tener que pagarle hasta que encontrara a su Ashikabi.
Pero ahora que ya había encontrado a su Ashikabi, las reglas empezaban a ser molestas.
Su Ashikabi tenía que trabajar para pagar el alquiler cosa que le quitaba el tiempo para que estuvieron juntos y la regla de prohibido cosas indecentes era la que más le dolía.
Ella quería saltar sobre Ise y hacer un montón de cosas no aptas para menores de edad, pero sabía que no podía intentar nada ya que Miya se enteraría al momento.
—Uzume-san, Ise-san me dijo que hoy llegaría un poco tarde—
—¿Por qué?—
Esto claramente no le gusto, ella no quería que Ise estuviera mucho tiempo separada de ella.
Acepto la comida que Miya le había calentado, empezando a comer.
—Ise-san dijo que tenía que hacer algunas cosas por las cuales vino a la ciudad, le dije si ambas podíamos acompañarlo pero me dijo que no—
—esto apesta— Uzume hiso un puchero mientras comía su desayuno —Ise debería estar más aquí con nosotras—
—Uzume, entiendo que tu deseo de pasar más tiempo con tu Ashikabi, pero recuerda que Hyoudou-san también tiene sus cosas que hacer, ya de por si él acepto que tendría que pasar más tiempo en la ciudad a lo que había calculado en un comienzo—
—Pero Miyaaaa—
—nada de peros Uzume—
—BUUUU, QUIERO A MI ISE—
Uzume ya estaba haciendo un berrinche, Miya no pensaba que ella se pondría así luego de conseguir a su Ashikabi.
—pero Ise-san dijo que trataría de llegar temprano para que los tres pudiéramos tener una cita—
—¡¿Una cita?!—
Miya volvió a suspirar, el ánimo de Uzume se disparó tan pronto escucho eso.
Sabia como era su raza, más aún se sorprendía de como muchos de sus conejeras cambiaban de ánimo tan súbitamente si sus Ashikabis tenían algo que ver.
Se pregunto si ella misma se había comportado así con Takehito.
—sí, me dijo si podías prestarme algo de ropa, dijo que mis ropas llamarían mucho la atención durante nuestra cita— dijo ella volviendo a ver sus ropas —¿llamo mucho la atención?—
—¡Entiendo! — Uzume procedió a comer más rápido su desayuno —termino esto y ambas iremos a comprar algo de ropa linda, tenemos que prepáranos para esta noche Musubi—
—¡Hai!—
—JEJEJE, no me esperes esta noche Miya—
Aquella risa de Uzume solo indicaba una cosa y Miya sabia a la perfección que era.
—esta chica—
Miya vio como Uzume paso a dejar los platos de sus desayuno en la cocina y rápidamente se dirigía a su habitación.
—Uzume—
Ser llamada por Miya la detuvo unos momentos.
—¿si?—
—lo que vayas a hacer, recuerda hacerlo con moderación— Exclamo mirándola fijamente.
Por su parte Uzume simplemente le devolvió una sonrisa, aquella sonrisa solo aumento los temores de Miya.
—no prometo nada, pienso divertirme mucho con mi Ise esta noche, ¿no Musubi?—
—Si—
Musubi no capto la indirecta.
Miya solo pudo suspirar.
El día fue relativamente normal.
Trabajo como siempre, divirtiéndose un poco al ver a Seo ser regañado por el capataz por llegar tarde.
Cosa que entendía ya que a diferencia de él, Seo había bebido bastante el día anterior.
Cuando llego la hora del almuerzo Seo nuevamente intento picotear algo de su comida, mas esta vez espero que en cualquier momento aparecieran las gemelas cosa que hicieron unos cuantos minutos después.
Interactuó poco con estas dos, pero pudo sacar en limpio dos cosas.
Amaban mucho a Seo (Hikari no lo admitía tan abiertamente como Hibiki) y ellas tampoco estaban a favor del plan Sekirei.
Además que ellas parecían muy cautelosas conmigo.
Tras terminar la hora del almuerzo prosiguió con sus labores y una vez la jornada laboral termino se dispuso a ir hacia Kabukichō.
Recorrio las calles del barrio rojo hasta llegar al sitio indicado.
Un pequeño y viejo bar algo apartado llamado Otose Snack House.
—bueno es aquí—
Aparco su moto a un costado del local y entro.
No más puso un pie en el local, su nariz logro captar el aroma del tabaco así como el de muchos tipos de licores diferentes entre otras cosas más.
Dada la hora, el negocio apenas estaba abriendo y por lo cual no habría problemas con oídos curiosos.
—no esperaba tener clientela tan pronto—
Quien le hablo detrás de la barra era una mujer mayor, quizás entre los 50 o 60 años.
Lleva un kimono de color marrón oscuro/negro, tiene el pelo marrón arreglado, traía lapis labial de un color rojo intenso y en su mano llevaba un cigarrillo.
—¿es usted Otose-san?— Exclamo Issei acercándose a la barra.
—sí, ¿Quién pregunta?—
La mujer lo estaba analizando con la mirada.
Issei se sentó en un banquilla, sacando una tarjeta de su chaqueta y poniéndolo sobre la barra, acercándolo hacia la mujer.
—simplemente soy un joven en busca de información—
La llamada Otose miro la tarjeta, sus ojos se abrieron ligeramente, estudiando aún más al joven frente a él.
—dame un momento, cambiare el letrero de la tienda a cerrado, mientras tanto espera en la parte de atrás—
—se lo agradezco—
Las cosas iban mejorando.
Para su suerte la búsqueda de información y enviar mensajes no le tomo mucho tiempo.
Salió de trabajar a las cuatro en punto de la tarde y gasto una hora y media en el bar de Otose.
Lo que le daba toda la noche libre para su cita con Uzume y Musubi, fue bueno que el capataz lograra darle un adelanto de sueldo.
Además con la vendedora de información logro hacerse con un valioso recurso que le sería realmente útil de ocurrir algo.
—hay que darse prisa—
Al acercarse a la posada, noto que Miya se encontraba afuera barriendo la entrada además de que ella también se percató de su llegada.
—ara, bienvenido Hyoudou-san—
—ya regrese Asama-san— Issei se dirigió a la cochera para guardar su moto —¿Cómo se encuentra Kagari-san?—
—un poco mejor, tal parece que pesco un resfriado y pese a eso siguió trabajando como si no fuera nada hasta que se puso peor, ahora mismo debe estar durmiendo en su habitación—
—¿y lo de su mano vendada?—
Eso era algo que le había llamado la atención esta mañana, dado como estaba vendado y el leve olor que desprendía no cabía duda que se trataba de una quemadura.
—en el club donde trabaja Kagari hace un truco de encender una llama en su dedo con un guante especial, al estar tan mal se quemó la mano por equivocación, gracias a dios no fue una quemadura grabe—
—ya veo, me siento un poco aliviado—
Miya lo miro con curiosidad.
—tal parece que te llevas bastante bien con Kagari-san—
—como dije, suelo llevarme bien con personas de mí mismo sexo, tiendo a empatizar más fácil con otros hombres que con mujeres— Explico —puede que sean pocas las veces que hablamos pero sentí que podía llevarme bien con él—
—ya veo, a mí también me gustaría que pudieras llevarte mejor con Kagari-san, después de todo son los dos únicos hombres de la posada—
—eso también, bueno iré a darme una ducha, tengo una cita con Uzume y Musubi—
—eso oí— Miya le sonrió con normalidad —Hyoudou-san—
—¿si?—
—cuida mucho a Uzume y Musubi-chan—
Issei parpadeo ligeramente.
Noto que la casera parecía baste protectora con sus dos Sekireis.
—no te preocupes Asama-san— Issei le sonrió —yo sería capaz de dar mi vida por ellas—
Sin nada más que decir Issei subió para darse un baño y prepararse para su cita.
—bueno, no era esa exactamente la respuesta que esperaba, pero puedo confiar en él, puedo ver que Hyoudou-san es una persona amable—
Miya continuo con sus labores, estando satisfecha al saber que esas dos estaban en buenas manos.
Pese a ser la primera cita del tipo romántica de su vida, debía admitir que lo hizo bien.
Llevo a Uzume y Musubi a divertirse por la ciudad, yendo a diferentes recreativos, fueron a comer a un restaurante (No muy lujoso) y por ultimo fueron a ver una película juntos.
Ya era bastante tarde por la noche cuando los tres se dirigían de regreso a la posada, atravesando el parque para acortar camino.
—sabes, había visto las películas anteriores y si, la saga ya se ha despegado mucho de como empezaron— comento Uzume —aunque tiene sus momentos—
—los guionistas no esperan ganar un Oscar, la saga se volvió las típicas películas palomiteras para matar el rato, ¿no te gusto la película?—
—me gusto el poder pasar más tiempo junto a ti Ise— Exclamo ella juntando su mano con la de él —aunque a juicio personal le doy un 5 de 10 a la película, para la próxima busquemos algo diferente, quizás una romántica—
—anotado—
—a mi me gusto cuando usaron el auto con el motor de cohete y cuando apareció el amigo que creían muerto—
Rememorando, realmente era una película sin mucho sentido y eso que el ya se había visto las películas anteriores.
Dudaba que Musubi conociera la franquicia antes de mostrársela.
—si por eso digo que ya no tienen nada de como empezaron, se supone que la cosa iba de carreras ilegales—
—la cosa sera ver cuantas más lograran sacar—
—escuche un rumor de que querían que fueran unas 11—
—¡Genial entonces todavía habrá dos películas más!—
Uzume y Issei miraron fijamente a Musubi, tal parece que ella fue la única que disfruto plenamente de la película.
Aun así, Issei afirmo que esta velada fue un éxito.
Y creyó que el día terminaría bien, pero fue entonces que algo ocurrio.
—¿Ise?—
—¿Ise-san?—
Repentinamente Issei se había quedado inmóvil, cosa que preocupo a Uzume y Musubi.
—¿Qué…es esto que estoy sintiendo?— Dijo llevándose una mano a la cara.
No comprendía lo que estaba ocurriendo ahora mismo.
Desesperación.
Soledad.
Deseos de morir.
Eran sentimientos negativos que estaba sintiendo al punto de ser abrumadores.
[Contrólate Aibou, lo que sea que este pasando no es cosa tuya]
(Ddraig…¿Qué?)
[Estas recibiendo estos sentimientos negativos, esto no es algo tuyo, alguien mas parece estar sintiendo esto y de alguna razón que desconozco lo estas sintiendo tu]
Que o quien estaba teniendo estos sentimientos al punto de abrumarlo.
—¿Ise te encuentras bien? ¡Musubi ayúdame a llevar a Ise a un médico!—
—¡Si!—
Tener a esas dos tan preocupadas por él lo hacia sentir como una basura, pero tenía que recomponerse.
No quería preocupar más a sus Sekireis.
—no…estoy bien…— Issei se recompuso sacudiendo la cabeza —es solo…de repente llegaron a mi…no sé ni cómo explicarlo sin parecer loco—
Y tenía razón, ¿Cómo le explicaría a sus Sekireis que estaba sintiendo lo que otra persona estaba sintiendo?
—¿Qué cosa llegaron a ti?—
—…sentimientos, es como si pudiera sentir lo que otra persona estuviera sintiendo ahora mismo—
—¡!—
Las dos Sekireis abrieron los ojos muy asombradas.
—Ise, eso es…—
—¡empatía sensorial!— por alguna razón Musubi parecía bastante animada —¡Eso significa que Ise-san esta reaccionando con otra Sekirei!—
—¿Qué cosa?—
Realmente se sorprendió ante lo que Musubi había dicho.
¿esto era una reacción a otra Sekirei?
Pero con Uzume y Musubi no experimento algo como esto y también estaba el ¿Por qué la Sekirei con la que estaba reaccionando estaba sintiendo esto?
¿Qué le había pasado para tener estas ganas de morir?
—esto es algo sumamente raro Ise, nunca había escuchado de que un Ashikabi tuviera una conexión tan grande con una Sekirei que llevaría a que ambos pudieran sentir lo que el otro esta sintiendo— Exclamo Uzume muy asombrada.
—pues, si lo que dices es verdad entonces tenemos que encontrarla rápido— Exclamo ahora más serio.
Comenzando a correr por el parque en búsqueda de esta Sekirei.
A su lado Uzume y Musubi comenzaron a buscar también.
Por la hora que era estaban seguros de que no habría muchas personas por este parque.
—me pondré un poco celosa por como estas tan impaciente por unirte a ella Ise— Exclamo Uzume.
Ella realmente no sentía celos, después de todo como Sekirei sabia que si un Ashikabi era fuerte este terminaría atrayendo a mas Sekireis.
Incluso ella misma pensaba que para cuando la fase dos del plan se pusiera en acción, Issei ya debería de tener a un gran numero de Sekireis, ¿Cuántos? Ni ella misma lo sabía.
—No es por eso Uzume, los sentimientos que estoy recibiendo no son normales, tenemos que encontrarla pero ya—
—Esa Sekirei tiene tanto amor por ti Ise-san— Exclamo Musubi contenta —tendremos una nueva amiga que ama mucho a Ise-san—
—no, lo que ella esta sintiendo ahora son ganas de morir— la preocupación era palpable en su tono.
Esta revelación fue capas de congelar a las dos Sekireis.
Fue entonces que Issei llego al lugar donde sintió con más fuerza aquellos sentimientos.
—es ella—
Sentada en una banca, tenia el cabello corto de un color castaño claro, lo único que traía puesto era una bata de laboratorio manchada de sangre por un costado.
Esta Sekirei noto que había alguien cerca por lo cual levanto la mirada.
Revelando unos profundos y vacíos ojos de color gris, pero lo que mas le llamo la atención fue la cresta Sekirei en su frente.
Ya había visto esa cresta antes, pero Musubi y Uzume la tenían en la parte de atrás de su cuello.
¿Por qué ella lo tenía en la frente?
¿Eso quería decir que ella ya había sido alada?
¿Pero entonces como es que el estaba reaccionando a ella?
—no puede ser, es el número descartado… ¿Pero cómo es posible?—
Aquello fue dicho por Uzume con una mescla de asombro y confusión, por su parte Musubi no había dicho nada ya que sus manos cubrieron su boca en un intento de impedir dar un gemido de lastima.
¿Número descartado?
¿Qué demonios significaba eso?
—Ise-san, ¿ella es la Sekirei que estas sintiendo?—
—Si…— Issei se acercó a esta mujer.
Siendo avasallado por los sentimientos negativos, más cuando la mirada de esta mujer se centró únicamente en él.
Esos ojos vacíos.
No sabía que le había pasado, pero era como si estuviera frente a una persona que había perdido todo deseo de vivir.
—eres un Ashikabi—
Hasta su voz estaba mesclada con pesar, melancolía y resignación.
Y esto realmente estaba desgarrando su alma, quería ayudarla, quería protegerla y hacerle saber que todo estaría bien.
(Ddraig)
[No hay duda socio, has escogido a esta mujer como tu pareja, o mejor dicho como tu Sekirei]
Cada día que pasaba en esta ciudad le hacia pensar que algo grande iba a pasar y por eso fue justamente él quien termino siendo asignado aquí.
Ya había pasado una vez antes y estaba seguro de que volvería a pasar.
Mientras Issei se enfrentaba a lo que era su destino.
En otra zona, más específicamente en la zona sur de Shin Tokio, algo estaba ocurriendo en un viejo parque de diversiones abandonado.
Grandes trozos de tierra sobresalían del suelo, deformando el parque de diversiones por completo.
Pero si alguien estuviera viendo esto, lo que más llamaría su atención no sería la destrucción.
Sino lo que había ocasionado dicha destrucción.
—Master, esta criatura ya ha sido eliminada—
Quien hablo alto de cabello color plateado desordenado y de ojos grises.
Su atuendo consiste en un pantalón negro y una camisa de manga larga del mismo color.
La camisa está abierta en la parte delantera, deteniéndose solo unos centímetros debajo de su plexo solar, con bandas de cuero entrecruzadas que forman una X.
Dicho hombre se encontraba sentado sobre una formación rocosa, apoyando una katana envainada sobre su hombro izquierdo.
Mirando a la persona que se acercaba a él con devoción.
—buen trabajo Mutsu, yo también termine mi parte, es momentos de irnos de aquí y seguir buscando a nuestra presa—
La persona que hablo sin duda era una mujer, una mujer cubierta por una larga túnica de color marrón que cubria casi todo su cuerpo.
El hombre se levantó, parándose junto a la mujer mientras de un salto ambos dejaban el lugar.
Lo único que había quedado ahí eran los restos de unas criaturas monstruosas con aspecto de arañas.
Todas perforadas por afiladas rocas o cortadas en pedazos.
—Master, ¿esta segura que la persona que buscamos se encuentra en Shin Tokio?—
Fue la pregunta de Mutsu hacia su maestra mientras los dos saltaban de techo en techo.
—los informes de la iglesia informaron que fue visto entrando en esta ciudad días atrás, además de que las firmas energéticas de la Seiken fueron captadas—
Mientras saltaban, el fuerte viendo arranco la capucha que cubria el rostro de la mujer.
Un rostro hermoso que como única imperfección seria aquella cicatriz que cubrí su ojo derecho el cual había perdido en batalla.
Tenia el cabello corto de un color azul claro con un mechón de color verde a la altura de la frente.
Su único ojo bueno era de un color café.
—¿esta persona es tan peligrosa como lo dice Master?—
—es una de las principales potencias de la facción de los Héroes, el Sekiryuttei Hyoudou Issei no es alguien a quien tomar a la ligera, el robo la Seiken Ascalon y como el As de Michael-sama es mi misión recuperar dicha arma—
Esta persona era Xenovia Quarta el As de Michael y paladín de la santa Iglesia, a su lado se encontraba su compañero Sekirei, el Numero 05 Mutsu.
En el este de Shin Tokio.
En un callejón de mala muerte un intenso combate acababa de terminar.
Un hombre sostenía entre sus brazos a una joven Sekirei que había perdido el combate, llorando por la pérdida de su amada compañera.
La Sekirei vencedora tenia el cabello baste corto en comparación al típico cabello corto de una mujer.
Tenia la piel ligeramente bronceada y sus atuendos consistían en un atuendo morado, amarillo y negro que es algo similar en diseño a un traje de baño de una pieza, y extremadamente ajustado, y se mantiene unido por un anillo de metal aproximadamente a medio camino entre sus senos y ombligo.
—oye oye, sabias desde un comienzo como terminaría esto al buscarnos problemas a mi y a mi jefe, sé un hombre y no te pongas a llorar—
La persona que hablo se encontraba recostado sobre la pared desde donde había observado todo el combate, teniendo una cara de aburrimiento por lo que vio mientras a un costado y bastante aferrado a él se encontraba una mujer que también era una Sekirei.
Este hombre claramente no era de Japón.
Tenía el cabello corto y puntiagudo de un extraño color azul y largo por la parte de atrás amarrado en una coleta, sus ojos eran de un color rojo y portaba unos aretes de color plateado.
Al ver que sus palabras caían en oídos sordos se molestó, para su suerte los helicópteros encargados de recoger a las Sekireis caídas ya se podían escuchar.
—va esto es una mierda, Ichiya, Toyotama nos vamos no hay nada de diversión aquí—
—hah, esto no sirvió ni para un calentamiento— Exclamo Ichiya juntándose con su Ashikabi mirando con mala cara a su compañera Sekirei —esta noche Cu es mío Toyotama, así que aléjate de él—
—¿hah? ¿Pero qué mierda dices? Tu tomaste la presa así que a cambio yo me quedo con Cu hoy—
Todo indicaba que estas dos estaban por empezar a pelearse, pero se detuvieron en el momento que las manos de su Ashikabi se posaron sobre sus traseros, dándoles un apretón que degeneran en un gemido de ambas.
—vamos señoritas, hay Cu Chulainn de sobra para ambas, saben muy bien que si no trabajan juntas no pueden satisfacerme, así que dejemos los problemas y regresemos al hotel—
Las dos sonrieron con impaciencia.
Toyotama Sekirei numero 16 y Ichiya numero 18 y su Ashikabi Cu Chulainn, un antiguo miembro de la facción de los Héroes que decidió irse por su cuenta.
—solo algunos Ashikabis llaman la atención, todos los demás son simples molestias que no pueden hacer nada— Exclamo el héroe celta suspirando —bueno, solo habrá que esperar a encontrarnos con el Oppai Dragon—
Una sonrisa fiera apareció en su rostro.
El Plan Sekirei de Minaka Hiroto empezaría a cambiar desde que Ashikabis sobresalientes comenzaron a Alar Sekireis.
Pronto se vería que este Batel Royal ya no sería únicamente entre Sekireis.
Continuara…
