Fanfiction Crossover escrito puramente por diversión y sin fines de cualquier lucro.

Historia que toma elementes, personajes, ideas y entre otras muchas cosas de la novela High School DxD creada por Ichiei Ishibumi y del manga Sekirei creado por Ashika Sakura.

Sin nada más que decir, empecemos con esta historia.


—tal parece que las cosas se pondrán violentas— Personaje hablando.

*Sera mejor que me expliques todo lo que está pasando* Comunicación de diversos tipos.

(Bueno…esto podría haber salido mejor) Personaje pensando.

[Bueno, o bien morimos aquí o bien nos matan tus novias Aibou] Seres místicos.


-Capitulo Cuatro: La Información Es Poder-


No le tomo mucho tiempo llegar al lugar desde donde sintió la energía tan distintiva que despedía el bastardo del Sekiryuttei.

Desde el aire observo que el lugar era un jardín botánico.

Jardín el cual mostraba unos claros indicios de que algo grande había ocurrido, después de todo el lugar mostraba un enorme cráter que aun humeaba.

Sin perder tiempo Xenovia Quarta aterrizo en una de las entradas del jardín, haciendo desaparecer sus alas y aureola.

Manteniendo a Durandal aun en su mano derecha, mirando con detenimiento el lugar.

—¿Qué es lo que ha pasado aquí?—

Había algo raro en el lugar, no, era el ambiente mismo el cual se sentía raro y eso la estaba poniendo en alerta.

TAP

Xenovia giro la cabeza al oír como algo aterrizaba detrás de ella.

—Master, ¿es este el lugar?—

La persona que había llegado era su compañero Sekirei, el numero 05 Mutsu.

—así es Mutsu, pero parece que llegamos tarde, ya no hay rastros del dragón, solo la destrucción que dejo a su paso— Exclamo Xenovia agachándose para tocar el suelo —¿energía maldita?—

Mutsu miro con detenimiento el lugar, asombrándose un poco por la destrucción ante sus ojos.

Tras ser alado por Xenovia y que esta le mostrara lo mucho que desconocía del mundo, Mutsu comprendido que el responsable de tal destrucción era alguien al cual no podía enfrentarse tontamente.

Por esa razón ayudaría a su Ashikabi con todas las fuerzas que tenía, la protegería no importa que.

—la energía residual que ha quedado en este lugar es de naturaleza maldita, no es el poder que usa el dragón ¿contra quién se enfrentó el Sekiryuttei?—

—¿a qué se refiere con eso Master?—

—ya eh peleado contra el Sekiryuttei antes— Exclamo ella no muy a gusto —estoy bastante acostumbrada a forma de pelear y a las energías que el utiliza al pelear…y lo que ha quedado en este lugar para nada concuerda con el poder usado por él, por lo cual intuyo que contra quien haya peleado también no es alguien normal—

Pero había algo que no cuadraba en todo esto.

El Sekiryuttei era fuerte, tanto que si quería pelear en igualdad de condiciones con él, ella tenía que liberar todo su poder y usar al máximo la carta del As dado por Michael.

Por lo cual, quien quiera que sea contra el que haya peleado el dragón, debía ser lo suficientemente fuerte como para provocar un empate.

Incluso si el dragón había tenido que pelear usando sus poderes al mínimo para no llamar la atención, no había indicios de algún cadáver, por esa razón llego a la conclusión de que lo que había pasado aquí fue una pelea que quedo en empate.

Por lo cual contra quien haya peleado también seguía vivo y era otro problema a tratar.

Cosa que hizo pensar a Xenovia.

¿Acaso era algún conocido del dragón?

¿Algo provoco que no fuera un duelo a muerte?

¿Tenía algo que ver el que esta ciudad últimamente haya aumentado el número de demonios, caidos, exorcistas renegados que estaban llegando?

Otra gran pregunta también era, ¿Por qué el dragón estaba en esta ciudad?

¿La facción de los Héroes se habían enterados de los Sekireis?

¿Era el dragón un Ashikabi?

Muchas preguntas venían a la cabeza de Xenovia ahora mismo, pero no lograba dar con alguna respuesta que fuera lo suficientemente aceptable.

Xenovia se encontraba bastante sumida en sus pensamientos, por lo cual no se percató cuando otra presencia llego al lugar.

Mas Mutsu si noto que alguien se acercaba, por lo cual se puso enfrente de su Ashikabi para protegerla.

Nueves aparecieron y cubrieron la luz que proyectaba la luna, así como por los daños ocurridos en el jardín, las farolas que alumbraban ya no estaban.

Por lo cual todo el lugar estaba cubierto por una penumbra que podía rayar en lo tétrico.

—vaya, vaya y yo que pensé que aquel tirón que había sentido me llevaría a un premio bastante interesante—

Se trataba de la voz de una mujer y era una voz que Mutsu conocía muy bien, más realmente no quería verse con ella tan pronto.

—encontrarme con un viejo amigo no estaba en mis planes, o al menos no tan pronto—

Cuando las nubes que cubrían el cielo se disiparon, dejando que la luz de la luna diera algo de visión.

Mutsu sintió como si un nudo se formara en su garganta y apretó con fuerza la katana que traía consigo, preparándose para pelear.

La mujer frente a él era un peligro muy grande, un peligro para él, para su Ashikabi y para casi cualquier miembro involucrado en el plan Sekirei.

Una mujer cuyo pasado mutuo estaba demasiado empapado con sangre para su gusto.

Su antigua compañera de armas y en estos momentos quizás la Sekirei más peligrosa contra la cual tardeo o temprano tendría que pelear.

—ha pasado un tiempo Mutsu—

La sonrisa de aquella mujer solamente indicaba peligro.

—Numero 04 Karasuba—

Los dos ex miembros del primer escuadrón disciplinario se miraron fijamente, atentos ante cualquier movimiento que pudiera hacer el Sekirei frente a él/ella.

Ambos habían peleado juntos tiempo atrás y sabían a la perfección de lo que era capaz el otro.

Por lo cual ambos sabían a la perfección que quien fuera el primero en equivocarse al hacer un movimiento.

Sería el que moriría.

Por su parte, Xenovia miro con detenimiento a la mujer que acababa de aparecer.

Estudiándola sin perder uno solo de sus movimientos.

Por la forma en que Mutsu la llamo y por cómo se había tensado al verla, no cabía duda de que ambos se conocían y que su Sekirei veía un gran peligro en esta mujer.

—¿Qué haces aquí Karasuba?—

Mutsu decidió que hablar sería la mejor forma de iniciar esto al menos.

—bueno lo de siempre— fue la respuesta aburrida de Karasuba —el presidente me envió a revisar el lugar luego de aburrirse con el ultimo evento que organizo—

—¿evento?—

—una Sekirei fue responsable de que las plantas de este lugar crecieran tanto y el presidente vio esto como un ¨Evento¨ muy divertido, por lo cual dio un anuncio para todos los Ashikabis ¿acaso tu Ashikabi no recibió el mensaje?—

Los ojos de Karasuba se enfocaron en Xenovia.

Cuando ambas mujeres se vieron a los ojos, las reacciones de ambas no se hicieron esperar.

Ambas se prepararon para pelear, poniéndose en posición de combate.

Xenovia se tensó y su agarre sobre la empuñadura de Durandal se intensifico, preparándose para liberar el poder de la Seiken.

Karasuba por su parte no se demoró en desenvainar su espada y prepararse para lanzarse al ataque, todo mientras una sonrisa empezaba a formarse en su rostro.

Sin demorarse un solo segundo Mutsu se puso delante de su Ashikabi, lo peor que podía pasar ahora mismo es que ellas dos empezaran a pelear.

Aun cuando sabía que las reglas del plan Sekirei dictaban que ningún Sekirei podía dañar a un Ashikabi.

Dudaba ciertamente que eso le importara a Karasuba, para mal conocía como era esta mujer y como pensaba.

—jaja— Karasuba se rio y la sonrisa que se plasmó en su rostro era psicótica —veo que encontraste una Ashikabi bastante interesante Mutsu, recientemente parece haber llegado a la ciudad bastantes Ashikabis interesantes—

Mutsu y Xenovia no pudieron evitar estremecerse ante aquella sonrisa.

La sonrisa de un psicópata listo para iniciar una masacre a gran escala.

—esa cosa es peligrosa, no podemos dejarla con vida Mutsu— Exclamo Xenovia preparándose para desplegar su poder —hay que eliminar cuanto antes—

Justo cuando estaba por terminar su oración, Mutsu saco a Xenovia del camino.

CLANK

Bloqueando con su katana aun enfundada el ataque que Karasuba dio.

Xenovia y Mutsu retrocedieron con un salto, poniendo tanta distancia como pudieran entre ellos y Karasuba.

(¿en qué momento se movió?) Pensó Xenovia confundida por lo ocurrido.

Esta Sekirei no podía compararse con el resto de Sekireis que ella había visto desde que acepto trabajar junto con Mutsu.

Incluso Mutsu mismo, si bien era una hábil espadachín y sus habilidades con la tierra eran sorprendentes, había algo con la Sekirei frente a ellos que no podía evitar notar.

—Mutsu, pienso liberar el poder completo de Durandal, hazte a un lado— Exclamo Xenovia dando un paso al frente.

Mutsu abrió mucho los ojos sorprendido por las palabras de su Ashikabi.

Por su lado, Karasuba también abrió los ojos solo que ligeramente en comparación.

Sus instintos como guerrera le indicaron que algo grande iba a ocurrir, algo que debía evitar o lo lamentaría.

—muy interesante, veamos qué es lo que tramas Ashikabi— Exclamo ella apuntando a Xenovia con su arma —lo que sea que pienses hacer, apúrate Ashikabi o sere yo quien de inicio a este baile—

El ambiente comenzó a cambiar gradualmente, el aire alrededor del espadón de gran tamaño que portaba Xenovia comenzó a vibrar.

Debía matar a la criatura frente a ella, no importaba si el cielo le había encomendado la misión de ganar este absurdo plan y poner en protección a todas las Sekireis.

El ser con forma de mujer frente a ella era un peligro el cual no podía ignorar.

Cuando la hoja de Durandal empezó a emitir un potente resplandor.

TAP

[Hasaiten] (Punto de aplastamiento)

CRACK

Todo alrededor del jardín botánico comenzó a sacudirse con violencia.

Xenovia y Karasuba lograron ver de reojo como Mutsu había golpeado el suelo con la punta de su katana.

El Sekirei había usado sus habilidades.

Generando lo que claramente era un terremoto que provoco que el suelo se sacudiera con violencia, que se rompiera y empezara a desmoronarse sobre sí mismo.

Todo el contorno del jardín botánico se desplomo sobre sí mismo producto del ataque de Mutsu y ocasionando que las dos mujeres perdieran el terreno sobre el cual estaban paradas.

Antes de que cualquiera de las dos pudiera recuperarse, Mutsu tomo a Xenovia, cargándola sobre su hombro derecho y a gran velocidad abandono el lugar, saltando de piedra en piedra hasta desaparecer del lugar, dejando a Karasuba atrás.

A sabiendas de que toda esta destrucción no sería suficiente como para matar a Karasuba ni mucho menos provocarle una desactivación.

Pero tampoco es que quisiera eliminarla.

Mutsu sabía que Karasuba era alguien importante para mantener el plan Sekirei en orden y que sacarla del juego ahora mismo ocasionaría más mal que bien.

Aun si aún había otros miembros del escuadrón disciplinario, Karasuba era importante.

Luego pensaría en como disculparse con su Ashikabi.

Por su parte Karasuba dio grandes saltos sobre los pedazos de tierra suelto para evitar quedar sepultada.

Dando un potente salto para salir de la fosa y aterrizando en uno de los bordes intactos que habían quedado luego del derrumbe.

Lo que una vez fue un jardín botánico, ahora no era más que un cráter circular de gran tamaño.

—tch, este Mutsu, sabe cómo acabar con la diversión de una chica— Exclamo Karasuba enfundando su katana —bueno…no esperaba que mi paseo nocturno fuera a terminar así—

Karasuba miro la devastación causada por su viejo ¨amigo¨, observando intrigada de lo que era posible un Sekirei con un Ashikabi.

—hah…supongo que esto es un recordatorio de que debería empezar a buscar a mi propio Ashikabi— Exclamo dando un suspiro —una noche muy interesante y repleta de reencuentros no esperados—

La mirada de Karasuba se centró por unos instantes a uno de los edificios cercanos al cráter, embozando una leve sonrisa capas de helar la sangre, para luego darse la vuelta y marcharse del lugar.

M.B.I ya se encargaría de limpiar todo este desastre.

Había alguien en el lugar donde Karasuba había centrado su vista por unos instantes.

Una mujer que había sido testigo de todo lo ocurrido en estos pocos minutos.

—…—

La mujer tenía el cabello negro, vestia un atrevido vestido de color morado y su figura era sumamente atractiva.

La mujer tras intercambiar miradas por no más de un segundo con Karasuba, despareció en un remolino de viento.

Karasuba no le presto importancia, dando unas palabras finales mientras se marchaba de regreso a la torre de M.B.I.

—también me ¨alegro¨ de verte Kazehana—

Esta noche, por casualidades del desteñido o por algo más grande tramado para ellos.

La mayor parte de los miembros del primer escuadrón disciplinario se reunieron una vez más.


-Posada Izumo: Por la mañana-


Ya habían transcurrido algunos días desde el rescate de Kusano y las cosas habían retomado ese estado de tranquilidad de la posada Izumo.

Kusano se había unido con mucha facilidad al ambiente en la posada y la pequeña hada del bosque se encargó de darle aún más vidilla al lugar.

Congeniando muy bien con el resto de sus hermanas Sekireis y con Miya a la cual la trataba como si fuera una hermana mayor.

Todo era alegría y diversión en la posada Izumo.

Salvo claro está, que desde lo ocurrido en el jardín botánico, Issei comprendido que no le había estado tomado la debida importancia a todo esto del plan Sekirei.

No se había preocupado en investigar más sobre el plan Sekirei, conformándose con solo lo poco que Uzume y Musubi le habían comentado así como lo que Minaka le había dicho cuando se comunicó con él por primera vez.

Sabía que habían 108 Sekireis, mas no sabía de lo que cada una de estas peculiares alienígenas eran capases de hacer.

No sabía que determinaba la fuerza de cada uno.

No sabía quiénes eran las Sekireis más a tomar en cuenta en este Batlle Royal.

No sabía cuántas de las 108 Sekireis ya habían sido eliminadas del juego y por quien.

No se había puesto a investigar a los Ashikabis al pensar que solamente serian seres humanos comunes y corrientes que por X razones fueron elegidos como Ashikabis.

Siempre supuso que la razón por la cual él fue elegido como un Ashikabi se debió a las energías diferentes que el despedía al portar una Sacred Gear tan peculiar.

En si debió de preguntarse ¿Qué es lo que diferencia a un Ashikabi con un humano común y corriente?

¿Las Sekireis podrían reaccionar a Ashikabis que no fueran esencialmente humanos?

¿Algún ser sobrenatural podría catalogarse como un Ashikabi en condiciones?

En parte sabia la respuesta a esa pregunta ya que según Setanta, Xenovia Quarta, la paladín de la iglesia era una Ashikabi y ella era una humana que reencarno en un ángel al servicio del cielo.

Por lo cual ¿era posible que algún hibrido o rencarnado que fuera humano de nacimiento pudiera ser un Ashikabi?

Demasiadas preguntas y con sus escasos recursos no podía dar con respuestas claras.

Los informantes que tenía en la ciudad tenían sus límites, M.B.I había logrado mantener gran parte de su información bien resguardada.

No había forma mágica ni tecnológica de que el pudiera recolectar algo de información sobre la empresa ni de otro de sus secretes.

No con los recursos que tenía a mano.

Por lo cual ahora mismo se encontraba en un callejón sin salida y sin saber cómo seguir, lo cual le molestaba y le parecía frustrante.

Solamente podía prepararse hasta que la segunda fase iniciara y por lo poquísimo que sabia, esa segunda fase no empezaría hasta que no quedaran solamente 10 Sekireis sin alas.

¿Cuántas Sekireis sin ala quedaban? Eso era algo que no sabía.

Pero mientras hubiera tiempo, encontraría la forma de que sus chances en este juego fueses los más favorables posibles.

Y lo primero que debía tratar es que tanto Musubi como Uzume estuvieran listas para hacerle frente a cualquier Sekirei que se pusiera en su camino.

Por lo cual y como ya era una costumbre en la posada Izumo.

Las mañanas iniciaban con un buen desayuno preparado por Miya, para luego dar paso al entrenamiento matutino de Musubi con la casera poco antes de que Issei se fuera a su trabajo.

Igual como era costumbre, Issei se sentó en el pórtico que daba al patio trasero para observar el entrenamiento de Musubi, con Akitsu fielmente sentada a su izquierda y ahora con Kusano sentada entre sus piernas.

—Chiiiii—

Kusano miraba atentamente todo lo que pasaba, dando leves sobresaltos cuando Musubi y Miya intercambiaban golpes.

Haciéndole ver a Issei que pese a la edad de la pequeña Kusano, los instintos de una Sekirei estaban bastante ligados a las peleas, eso o que la raza tenía tendencias a buscar confrontaciones.

Todo muy normal para los que vivían aquí, solo que el día de hoy había una gran diferencia y que no se debía a Kusano.

¿La gran diferencia en comparación a días anteriores?

Es que ahora mismo había dos personas siendo entrenadas por Miya.

Musubi y Uzume se encontraban a una distancia de Miya, preparándose para hacer sus respectivos movimientos.

Musubi como costumbre bestia aquellos atuendos de gimnasia que Uzume le había dado además de sus típicos guantes de combate rojos.

A su costado se encontraba Uzume vistiendo un atuendo de gimnasia como Musubi, solo que a diferencia de la Sekirei peleadora, Uzume tenía un largo velo blanco enrollado alrededor de sus brazos y cintura.

Dicho velo se movia como si fuera una serpiente a la espera de atacar.

—…—

—…—

—…—

Miya se encontraba en posición, manteniéndose firme con su Boken en alto, preparada para hacerle frente a las dos.

Musubi y Uzume se movieron levemente, haciendo un rápido intercambio de miradas entre ellas, para luego lanzarse en un rápido ataque combinado.

—¡Vamos!—

Uzume apunto con sus dos brazos a Miya, con hacer ese movimiento, el velo que embolia sus brazos salió disparados a una velocidad considerable mas no sorprendente.

Mientras Uzume ataco, Musubi aprovecho para acercarse a la Miya, colocándose en el espacio que había entre los dos ataques del velo.

—empiezan a coordinarse bastante bien— Exclamo Miya, había cierto tono de orgullo en sus palabras —pero, aun dejan muchas aperturas al momento de atacar—

Con unos pasos hacia un costado y un balance de su Boken, Miya esquivo y desvió el ataque del velo de Uzume, preparándose para encarar a Musubi.

Esta lanzo varios golpes y patadas que Miya bloqueo con su Boken fácilmente o esquivo sin esforzarse.

Musubi dio un salto para dar una patada giratoria que Miya eludió dando un paso hacia atrás.

Musubi se preparó para lanzar otro golpe.

Miya esquivo ese otro golpe, quedando detrás de Musubi.

—sigues cometiendo las mismas fallas Musubi-chan—

PAP

Golpeando la cabeza de la castaña.

—Ite, Lo siento Oya-sama— Exclamo Musubi acurrucada sobándose el chincho que se formó en su cabeza.

Miya luego de haber golpeado a Musubi, dio unos pasos hacia la derecha, bloqueando uno de los ataques del velo de Uzume con su Boken y esquivando el otro al moverse ligeramente hacia la derecha.

—¡Te tengo Miya!—

Uzume con su control sobre su velo logro enrollar gran parte del Boken de Miya, usando su propia fuerza en un intento para desarmarla.

Miya al notar lo que planeaba Uzume, ejerció un poco de fuerza para jalar a Uzume.

—¿eh? ¡WHA!—

Logrando tirar a Uzume hacia ella y luego quitarse provocando que esta se chocara con Musubi.

BLAAM

Quedando las dos tiradas en el suelo y envueltas por el velo de Uzume.

Desde su lugar Issei observo todo con mucho detenimiento.

—bueno, ambas realmente están mejorando bastante, aun así Asama-san no deja de sorprenderme—

Esto de cierta forma marcaba como el término del entrenamiento, por lo cual Issei dejo a un costado a Kusano para acercarse a las dos que intentaban desamarrarse.

Asama Miya, no cabía duda que ella era una Sekirei y una sumamente fuerte.

Una Sekirei que había dominado un estilo no convencional de Kenjutsu y que lo reforzaba con la fuerza, agilidad, velocidad y destreza que poseía.

Issei sabía que si por azares del destino alguna vez se enfrentara a Miya, solo ganaría si usaba todo lo que tenía y no dejaba que la Sekirei de cabello morado tuviera respiro.

Si la dejaba actuar libremente el seria el que perdería, por lo cual lo más sensato era mantenerse como un ¨amigo¨ de esta inusual casera.

—uh…oya-sama es muy fuerte—

—¿podrías dejarnos al menos darte un leve golpe Miya? Al menos así nos subirías algo la moral—

Ambas castañas terminaban de desenredarse, con Uzume mirando a Miya y haciendo un puchero.

—ufufu, si hiciera eso las estaría mal acostumbrando— Exclamo Miya tras su leve risa —pero ambas están mejorando bastante, Musubi aun comete sus errores mas no tanto como antes y tu Uzume note que tienes mayor soltura con tu velo, ambas están mejorando—

—buen trabajo a las dos— Exclamo Issei extendiendo ambas manos hacia ellas —vamos, las ayudare a pararse—

Musubi tomo la derecha y Uzume la mano izquierda, con eso Issei las levanto a ambas sin esfuerzo.

—Gracias Ise-san—

—¿Por qué yo también tengo entrenar Ise?—

Musubi no tenía ninguna queja con ser orientada por Miya, pero Uzume se había dicho palabras en contra a todo esto.

—por dos muy buenas razones—

Issei levanto dos dedos, ganándose la completa atención de todas las Sekireis a su cuidado y Miya quien sabia esas razones, por lo cual mantuvo su sonrisa al mínimo.

—uno luego de lo visto cuando fuimos a salvar a Kusano, comprendí que si espero avanzar en el plan Sekirei tenemos que estar preparados, por eso quiero que ambas estén listas para enfrentarse a cualquier Sekirei que se les ponga enfrente—

Sus Sekireis tenían que ser fuertes para siempre salir victoriosas.

El por su parte no se preocupaba si alguno de los competidores no seguía las reglas eh intentaba atacarlo, para eso tenia a Akitsu, aunque claro está, él podía ensuciarse las manos si las cosas se ponían complicadas.

Pero sabía que quizás esto no sería de agrado para sus Sekireis.

Musubi y Uzume eran bastante competitivas en lo que al plan Sekirei se refería, Akitsu había demostrado solo importarle el y Kusano era muy joven para que ella entrara en una pelea.

—¿y lo segundo?— Pregunto Uzume.

—y lo segundo segundo— Issei paso a señalar a Uzume con el dedo índice —duermes demasiado Uzume, Asama-san me ha dicho que no te levantas hasta ser casi medio día y no terminas los quehaceres que ella te pide—

La cara de Uzume se tornó sumamente roja, pasando a mirar a la peli morada con enfado.

—¡MIYAAAAA! ¡¿Por qué me delataste?!—

Esta reacción provoco que casi todos los presentes soltaran entre carcajadas a leves sonrisas.

Otro día más en la posada Izumo, Issei realmente disfrutaba del tiempo que pasaba en este lugar y junto a estas curiosas alienígenas.


Mientras tanto, en una habitación oscura repleta de monitores.

Una persona miraba con mucha atención lo que se veía a través de las multiples pantallas de su computadora, tecleando a gran velocidad.

—arara, otra Sekirei acaba de obtener a su Ashikabi el cual es una…¿chica?—

Dicha persona era una mujer de cabellos largos de un color rojizo atado en trenzas a los lados, su ropas consistían en un vestido chino de color blanco muy similar a un Seongsam además de contar con unas gafas.

—esto es raro, veamos— La mujer comenzó a teclear, al hacerlo varios de los archivos cambiaron —ah el Sekirei es uno de los pocos masculinos, el Numero 107—

En la pantalla varios ventanas comenzaron a abrirse, revelando multiples fotos de personas.

—la información secreta del M.B.I cada día mejora su sistema de defensa, más esto no es un problema para mi—

La mujer siguió tecleando, haciendo aparecer más fotos.

Deteniéndose al ver una foto en particular, en dicha foto apareció la cara de cierto castaño al cual ya conocemos.

—Hyoudou Issei…— ella estiro su mano para tocar la foto en la pantalla —¿Por qué? ¿Por qué eres tan guapo cada vez que te miro?—

Su rostro se sonrojo y su respiración comenzó a ser irregular, sus ojos pasaron a las fotos que acompañaban a la de Issei.

—él ya tiene a tres Sekireis registradas y cuida de la numero descartado, pero Matsu lo sabe, solamente el sera capas de apagar las llamas que me consumen, solo él puede ser mi Ashikabi—

Ella llevo una de sus manos a su pecho.

—Las Sekireis y los Ashikabis, los secretos que aun desconozco de esta unión— sin quererlo ella comenzó a jugar con su senos —no cabe duda que la única forma de resolver este misterio es usando mi propio cuerpo para ello—

Matsu ya había tomado una decisión.

—pronto mi amado Ashikabi, pronto Matsu te demostrara todo el amor que tiene por ti, pero antes— Ella paso a mirar las fotos de Uzume, Musubi, Kusano y Akitsu —tendré que hacer planes para que podamos tener tiempo a solas—

Ella llevo su mano derecha al escote de su vestido, sacando un teléfono y con rapidez escribió un mensaje.

Dicho mensaje fue enviado y la respuesta no demoro en llegar.

Matsu sonrió al ver la respuesta y se preparó para lo que pronto ocurriría.


A diferencia de otros días, para la gran suerte de Issei ninguna de sus Sekireis decidieron aparecerse por su trabajo en la construcción para la hora que terminaba su turno.

Realmente se alegraba de verlas cuando decidían aparecerse por aquí, pero los rumores sobre el siendo un Playboy realmente estaban comenzando a molestarlo.

El que le dijeran playboy no era lo que le molestaba, ya con anterioridad lo habían llamado así y en parte dicho título lo llevaría con orgullo.

Lo que le molestaba era que sus supuestos ¨compañeros¨ de trabajo comenzaron a ver a sus Sekireis con claras miradas lascivas.

Realmente estaba pensando en dejar este trabajo, después de todo Seo ya lo había hecho hace unos días y tan mal no le parecía estar.

Si solamente George dejara de tener un palo en el culo y le desbloqueara los fondos en la tarjeta.

Se estaba desviando del tema, agradecía que el día de hoy ninguna de sus Sekireis hubieran venido a recogerlo, puesto a que antes de regresar a la posada Izumo.

Tenía algunos asuntos que resolver.

Sin prisa y con calma Issei camino hacia uno de los tantos parque que tenía Shin Tokio, dicho parque estaba cerca de su lugar de trabajo.

Durante el día sintió como si alguien lo estuviera observando.

Alguien lo suficientemente bueno como para no lograr ser rastreado cosa que ponía en alerta a Issei, no fue hasta que llegó la hora del almuerzo que comprendió unas cosas.

El sitio donde por lo general se sentaba con Seo a comer tenía algo que no tenía días anteriores, cosa que Issei noto y que fue lo que lo llevo a dirigirse al parque tan pronto acabo su jornada laboral.

Una vez llego, camino por dicho parque, llegando a una máquina expendedora y compro una lata de refresco.

Sentándose en una banca a esperar.

No tomo mucho antes de que otra persona se sentara junto a él, por un momento Issei lo vio de reojo.

Dicha persona era un hombre en sus treinta, de cabello castaño largo que cubria un poco sus ojos así como una perilla del mismo color que su cabello, su atuendo era el típico traje de un asalariado con zapatos formales de color negro, dicho hombre empezó a leer un periódico que traía bajo su antebrazo.

—whao, realmente mi presencia aquí causa mucho revuelo— Exclamo Issei dándole un sorbo a su lata mientras aun miraba hacia el parque —de otro modo, ¿Por qué estaría aquí el gran Hattori Zenzou?—

Hattori Zenzou, un ninja al servicio del actual gobierno japones y que a su vez es un descendiente del Samurái/Ninja Hattori Hanzō del periodo sengoku.

—modera tu voz Sekiryuttei, no queremos que esta reunión sea escuchada por oídos indiscretos, después de todo…esta ciudad recientemente se mantiene en una vigilancia perpetua—

Dichas palabras no pasaron desapercibidas para Issei, por lo cual intuyo que Zenzou o mejor dicho el gobierno estaba al tanto de lo que ocurría aquí en Tokio.

Issei continuo mirando hacia el frente, viendo a varios transeúntes pasar, al igual que sus ojos se posaron por milésimas de segundos a los árboles y arbustos, viendo lo que a simple vista otras personas no notarían.

—el hecho de tener a una gran cantidad de miembros del oniwabanshu por aquí rodeándonos tampoco es que llame la atención para nada— Exclamo Issei con sarcasmo.

La única razón por la cual Issei se mantuvo al tanto de que se encontraba rodeado, es que él ya tenía mucha experiencia tratando con Shinobis y conocía como se movían, actuaban y trabajaban.

(Debería darle las gracias a Fuuma, sus lecciones sirvieron para algo)

[El chico te teme a mas no poder, así que lo mejor sería no hablarle de momento]

Issei soltó un suspiro.

—si aún no han intentado matarme solo significa que las altas esferas del gobierno aun quieren algo de mí, de mi o de la facción—

Un asunto sin resolver del pasado y quizás a parte de los malos recuerdos, uno de los principales factores por los cuales Issei prefería no estar mucho tiempo en Japón.

—más que algo de ti, el emperador quiere dar a conocer su decisión ante la solicitud que se le dio tiempo atrás—

Issei levanto una ceja intrigado.

La actitud y el semblante del hombre a su costado se volvió bastante seria, tanto que Issei sintió como si el aire a su alrededor fuera más pesado.

(Ah carajo, ¿Por qué los problemas no dejan de caer?)

Lo que Issei escucho ese día sin duda no serían más que problemas a futuro.


Pensativo ante lo que acaba de escuchar, Issei llego a la posada.

Viendo a Asama Miya limpiando la entrada de la posada como muchas veces antes la había visto.

(¿Cuánto tiempo más podre estar aquí?)

[…]

—ara, bienvenido Hyoudou-san, ¿paso algo? Se te ve algo deprimido—

—no es nada Asama-san, simplemente me regañaron por un descuido ¿y las chicas?—

No era momento de pensar en eso, aun no era el momento.

—Uzume y Akitsu están ayudando con la cocina, Kuu-chan jugo bastante y está tomando una siestas y envié a Musubi-chan a hacer algunas compras—

—ya veo, entonces subiré a darme un baño—

Issei entro a la casa dejando que Asama Miya terminara de limpiar la entrada.

Tan pronto entro, vio como Uzume se asomaba por la puerta que daba a la cocina.

—hola Ise, espero que estes hambriento, Akitsu y yo preparamos bastante comida—

Akitsu decidió también hacerse de notar, ambas traían puesto delantales de concina por encima de sus ropas comunes.

La camisa con estrella y pantalones jeans de Uzume y el Kimono blanco de Akitsu.

—¿es curry? Porque realmente me encanto como lo preparan—

Luego de probar la comida que sus Sekireis preparaban (no es como si tuvieran un gran repertorio de platillos en sus menús) Issei no pudo evitar notar que se había vuelto adicto a sus comidas.

Algo así como que no importa lo que preparaban el siempre estaría gustoso de comer lo que ellas preparaban para él.

—nuestra especialidad— Exclamo con orgullo.

—…— Akitsu simplemente asintió mostrándose también orgullosa.

Issei realmente agradeció que Uzume y Akitsu habían comenzado a llevarse mejor.

—iré antes a darme una ducha—

Issei se disponía a subir las escaleras.

—jeje ¿quieres que te ayude lavándote la espalda?—

Deteniéndose ante esa risa picara que Uzume le estaba dando, realmente esta Sekirei estaba poniendo al límite mucho de su autocontrol.

Bueno siendo francos, casi todas sus Sekireis ponían al límite su autocontrol, solamente Kusano se salvada y eso se debía a que era una niña.

[Los que te conocen apostarían a que para estos momentos ya hubieras perdido la cabeza]

Issei decidió hacer oídos sordos a los comentarios de su compañero dragón.

—sabes tan bien como yo Uzume que me encantaría, pero Asama-san o bien nos mata o nos saca a patadas de aquí y realmente me gusta este lugar—

Realmente era una situación de mierda, ni masturbarse podía.

—una lástima—

Por el tono era claro que Uzume también deseaba que esta temporada de sequía acabara pronto.

Pensar más en el tema no ayudaría, por lo cual Issei subió las escaleras en dirección al baño.

Al subirlas, Issei no noto como Uzume rápidamente saco su teléfono celular, el cual Issei había comprado recientemente para ella y para cada una de sus Sekireis, salvo Kusano ya que ella no sabría cómo manejarlo y tecleo rápidamente antes de volver a guardarlo.

—vamos Akitsu, tenemos que terminar la comida—

Los preparativos ya estaban listos.

—…— Akitsu solo asintió.

Uzume agradeció que Akitsu no preguntara por lo que había hecho, a veces era fácil tratar con esta dama de las nieves.

Antes de volver a la cocina, Uzume miro hacia una esquina del techo en el pasillo, sacando el pulgar y giñando un ojo.

Esperaba que esto fuera suficiente.


Mientras tanto en otro lugar de la ciudad.

—veamos, solamente me faltan las coles y el rábano—

Musubi estaba terminando las compras que Miya le encargo, caminando por la zona comercial cercana a la posada.

FLUSH

—¿Are?—

Al sentir que algo iba mal, Musubi dio un salto, esquivando lo que pareció fue el disparo de un proyectil.

FLUSH

FLUSH

Mas y más disparos fueron contra ella, obligando a Musubi a dar varios saltos, esquivar, correr todo con tal de no ser golpeada por lo que a sus ojos eran estelas de luz que impactaban fuertemente contra el suelo.

—¿Qué está pasando?— Exclamo Musubi muy confundida.


De regreso en la posada Izumo, Issei se encontraba sumergido en la bañera, teniendo una toalla pequeña y blanca cubriéndole los ojos.

—bueno esto es relajante, un buen baño con agua caliente realmente ayuda a quitar el cansancio en del cuerpo—

Lo mejor para no pensar en la gran cantidad de cosas que habían estado ocurriendo era relajarse con este baño.

Ya después y sin que sus Sekireis se dieran cuenta el saldría a mandar la información que había recibido a Cao Cao.

Mientras se relajaba en la bañera, Issei escucho como la puerta del baño se abría, escuchando las pisadas de alguien descalzo acercándose.

—Uzume, sabes que si Asama-san nos pilla la vamos a pasar mal—

No hubo respuesta verbal, en cambio Issei escucho y sintió como el agua de la bañera se agitaba, indicándole que alguien más había entrado.

Sintiendo como una mano se ponía en su pecho y como esta comenzaba a acariciarlo.

[Aibou]

(¿Qué?)

[no te parece raro que no sientas la ¨conexión¨ de la persona que ahora mismo te está tocando, ya estamos acostumbrados a como se siente cuando una de esas chicas está cerca, lo cual no noto en la persona que está aquí con nosotros]

Las palabras de Ddraig fueron una alerta que provoco que Issei se sobresaltara y rápidamente se quitara la toalla de la cara.

Pudiendo observar a la persona que ahora estaba junto a él en la bañera.

—¿Quién eres tú?—

Una mujer pelirroja que Issei no había visto antes.

—Hyoudou Issei—

El que supiera su nombre activo más alertas, más lo que escucho a continuación poco y más provoca que las cosas dentro de este baño se pusieran feas.

—edad 23 años, altura 1.80, peso 78 Kg, tipo de sangre O+, padres fallecidos en un accidente automovilístico y sin ningún otro pariente sanguíneo fue adoptado por una amiga de la familia, paso a vivir en estados unidos después de ser adoptado, se graduó de la universidad a los 22 años y al año siguiente se enrolo a una ONG, ha viajado a diferentes partes del mundo desde entonces cosa que lo trajo a Shin Tokio Japón—

Cada palabra que dijo esta mujer describió a la perfección todo el pasado de Issei, o al menos todo el pasado prefabricado que se le había hecho para ocultar su identidad desde que formo parte de la facción de los héroes.

[ha averiguado mucho de ti, pero el que sea la información publica indica que no esta al tanto de la verdad, además este patrón…¿otra más?]

(…)

—un ser humano muy interesante, alguien como tu…—

Ella puso su mano sobre el pecho de Issei de nuevo, su rostro se sonrojo y su respiración se volvió irregular, cosa que Issei noto y capto al instante.

—es el Ashikabi perfecto para mí, la Sekirei Numero 02 Matsu—

No cabía duda, se trataba de otra Sekirei.

(No me estoy quejando… ¡pero vamos! ¿Cuántas Sekireis más piensan reaccionar conmigo? Ya se está armando un batallón)

Uzume, Musubi, Akitsu, Kusano y ahora esta chica llamada Matsu.

Cinco Sekireis, realmente esperaba que esta fuera la última.

—por favor, calma el calor de este cuerpo con tu ADN— Exclamo pegándose más aun a Issei.

Permitiéndole al castaño sentir como los grandes pechos de ella se pegaban a su pecho y sintiendo el cálido aliento de Matsu golpear su rostro.

Dichas palabras y acción provocaron cierta reacción en Issei.

[Fijo, hoy mismo nos echan de aquí, hah… y eso que había logrado aguantar un par de meses]

Justo cuando pareció que la temporada de sequía estaba por terminar.

GATCH

Las puertas del baño se abrieron otra vez.

—¿hay alguien en el baño?—

Musubi entro cubriendo su desnudes con una toalla, notando a Issei y a Matsu.

—ah Ise-san ¿quieres que lave tu espalda?—

Issei realmente quería decir algo sobre lo despistada que podía ser Musubi, eso o realmente ella estaba ignorando el hecho de ver a su Ashikabi desnudo con otra mujer desnuda encima.

—¿hmm? ¿Quién eres tú?—

[Se dio cuenta, es un milagro]

Issei se enojo por las palabras de Ddraig.

Matsu en cambio se despego de Issei y de algún lado saco unas gafas redondas y se las puso.

—mi enemiga, regresaste 30 segundos antes de lo que pensaba pero, ¡Estaba dentro de mis cálculos!—

De la nada Matsu saco lo que parecía un cañón en miniatura.

(¿Dónde diablos lo oculto?)

[¿Dónde diablos lo oculto?]

Eso fue un pensamiento compartido por Issei y Ddraig.

Matsu entonces apunto con el cañón a Musubi y disparo, lanzando lo que parecía una red de casa, atrapando a la Sekirei.

—¿eh? ¿are? ¿Ise-san que esta pasando?—

Musubi intentaba salirse de la red, mas no podía, tampoco podía romperla.

—Musubi ¿estas bien?—

—Ise-san, no puedo salir— Exclamo llorosa.

Todo esto le parecía muy estúpido a Issei, ¿Por qué rayos la Sekirei que acaba de aparecer y que claramente estaba reaccionando con el de repente ataco a Musubi?

—ufufu, es una red especial hecha por M.B.I con un material raro, es imposible romperla incluso para una Sekirei del tipo físico como tú, lo prepare por si algo pasaba—

Matsu paso a ver nuevamente a Issei.

En ese momento Issei pensó que el brillo en las gafas de Matsu y el cómo estaba moviendo los dedos sin duda eran aterrador.

—ahora que ya me encargue de la interferencia sigamos—

Ella dio un paso para acercarse.

—¡Espera un momento! ¿Qué demonios estas tramando?!—

Issei retrocedió hasta chocar contra el borde de la bañera.

[hay no, ahora serán dos lo que me faltaba por la puta madre]

Issei no supo ni porque, pero con la toalla que había estado usando cubrió sus partes y retrocedió asustado casi hasta meterse en la bañera.

Algo en su cabeza hizo click y revivió recuerdos que realmente esperaba mantener aun guardados en lo más profundo de su ser.

(¿acaso otra vez una mujer me va a violar? ¡Esta vez ni siquiera estoy borracho como para poder olvidarme!)

Un evento del pasado que era de poca importancia ahora mismo.

Matsu siguió acercándose.

Para su enrome suerte, las cosas no llegaron a más.

Justo cuando Mutsu estuvo a un paso de llegar a Issei.

CLINK

La hoja de una katana apareció a un costado de la cabeza de Matsu, provocando que esta se congelara y empezara a sudar frio.

—había mucho ruido en el baño así que decidí venir a ver—

Una voz conocida, una voz dulce que provoco que todos los presentes en el baño temblaran como niños asustados.

—Mi-Miya-tan…¿estas molesta?—

Matsu giro la cabeza, arrepintiéndose de eso tras hacerlo.

Asama Miya hizo acto de presencia con su katana desenfundada.

—los actos indecentes en el baño de la posada Izumo están…—

Como si toda luz abandonara el lugar, una presencia oscura, fría y maligna se poso junto a Miya, la máscara Hannya hizo aparición y consigo todo el mal del mundo fue desatado.

Sus siguientes palabras fueron efectivas para provocarle un trauma a todos.

Prohibidas Matsu-san—

El grito de terror que se dio aquella noche sin duda seria recordado por todos los que pudieron oírlo.


La fría noche de Shin Tokio era justamente lo que más necesitaba ahora.

—pasar menos tiempo en la posada es lo mejor, no mientras el este ahí—

Kagari o mejor dicho Homura el guardián de las Sekireis sin alas se encontraba dando saltos de techo en techo.

Patrullando por esta enorme ciudad en caso de toparse con alguna Sekirei sin alas que necesitara de su ayuda.

Aunque muy en el fondo sabía que la única razón de estar haciendo esto era mantenerse alejado lo más que pudiera de la Posada Izumo.

Todo para no encontrarse con aquel castaño que estaba haciendo que su cuerpo empezara a reaccionar.

—no…él no puede ser mi Ashikabi, debe de ser un error—

Kagari/Homura era uno de los Sekireis que ya tenían más tiempo deambulando por Shin Tokio en busca de su Ashikabi.

Por bastante tiempo busco y busco a aquella mujer que hiciera a su cuerpo reaccionar.

Fue por esa razón que acepto trabajar como un anfitrión, creía que de esa forma lograría relacionarse con la mayor cantidad de mujeres que pudiera y que al final una Ashikabi lograra hacerlo reaccionar.

Mas el tiempo paso y paso y nunca fue capaz de encontrarse con alguien que hiciera saltar sus alarmas.

Claro esta hasta que conoció a aquel castaño llamado Hyoudou Issei.

La primera vez que lo vio no encontró nada resaltante en él, pero todo se fue al diablo cuando le dio la mano, en ese momento sintió como su cuerpo empezó a mandar las alertas.

Estaba reaccionando y eso era algo que realmente le molestaba.

—¿Por qué demonios de entre todos Yo tenía que reaccionar con otro hombre?—

Que su Ashikabi fuera un hombre era lo que más le molestaba, él era sin por siento heterosexual y estaba seguro de no tener esos gustos.

Comprendía que entre las Sekireis había algunas que quizás tenían esos gustos bisexuales y que el reaccionar a una mujer en caso de serlos ellas no era un impedimento, pero para él sí.

Antes de que fuera alada por Issei, Uzume le comento que había tenido una leve reacción con una chica que vio en un hospital, pero esta fue trasferida a otro país y nunca llegaron a hablar más de una vez.

Aunque bueno, ahora mismo Uzume se ve bastante feliz con Issei.

Pero ese no era el caso para él, desde que las señales de la reacción empezaron, sus poderes sobre el fuego comenzaban a ser cada vez más difíciles de controlar.

Sufría quemaduras por usar sus propios poderes, le era difícil mantener sus llamas en control para no herir a ningún transeúnte que se viera envuelto en un altercado al proteger a una Sekirei sin alas.

—tengo que encontrar a otra Ashikabi, no puedo ser alado por un hombre— Exclamo dando un potente salto hacia otro tejado —me niego a ser el Sekirei de Hyoudou Issei ¡GHHH!—

Aterrizo en el borde del tejado, pero un repentino dolor en el pecho provoco que se fuera hacia atrás al retorcerse de dolor.

Cayendo en picada al suelo y por el dolor en el pecho no pudo sujetarse a algo.

Golpeando algunos aires acondicionados al caer hasta estrellarse sobre unos contenedores de basura.

—maldición—

El golpe le había dolido, pero no tanto como le estaba doliendo el pecho ahora mismo.

Homura intento ponerse de pie más el dolor en todo su cuerpo se lo impedía.

Fue entonces que noto como humo comenzó a salir de sus ropas.

—otra vez no…— le costaba respirar, bajando su mascarilla facial en un intento de respirar mejor —debo pedir ayuda a Takami-san—

Logro incorporarse lo suficiente como para sentarse y recostarse sobre la pared, buscando entre sus ropas su teléfono celular.

Mas al momento de tenerlo entre sus manos, el teléfono se derritió producto del calor que el cuerpo de Homura estaba generando.

—bueno…¿me convertiré en cenizas para la mañana?— un suspiro lastimero escapo de su boca —no me gusta la idea de auto inmolarme—

Debía hacer algo o de lo contrario moriría, más su cuerpo no respondía a sus órdenes, observo como sus guantes negros empezaban a quemarse por las llamas que habían brotado de sus manos.

Las llamas empezaron a brotar en diferentes partes de su cuerpo, este sería su final.

—te ves lamentable Homura—

fue entonces que una gran cantidad de agua cayó sobre él, apagando las llamas que habían empezado a cubrir su cuerpo, dejándolo completamente empapado.

Pero de alguna forma esto evito que continuara con la auto inmolación.

Al alzar la mirada Homura vio a una mujer esbelta de gran figura, de cabellos largos de un color rubio y ojos azules, su atuendo consistía en un vestido blanco con un abrigo negro sobre él, botas marrones.

—¿y se supone que tú eres mi rival?—

—Tsukiumi—

—levántate Homura, solamente yo tengo el derecho de derrotarte, no pienso perdonarte si mueres precipitadamente—

Homura no pudo reprimir una sonrisa al ver a esta mujer.

—eres genial Tsukiumi, pero te puedo ver las bragas—

Tras oír eso la mujer dio un paso hacia atrás y con sus manos cubrió esa zona, su cara roja de la ira y vergüenza.

—¡¿Dónde estás mirando maldito?—

Homura logro ponerse de pie aunque con algo de dificultad, hablándole a la mujer como siempre lo hacía, demostrando lo mucho que conocía a Tsukiumi.

—¿ya encontraste a tu Ashikabi Tsukiumi?—

—Hmp, yo no necesito ningún Ashikabi, puedo demostrar que soy la más fuerte por mí misma, no pienso aceptar que un simple mono ponga uno solo de sus mugrientos dedos sobre mí, una vez lo encuentre juro que lo matare con mis propias manos—

Homura sabía que Tsukiumi le tenía una fobia a los hombres, por eso ella no aceptaría a ningún Ashikabi incluso si estaba reaccionando a él.

—y que me dices tu Homura—

—yo no pienso tener un Ashikabi, mi único propósito es proteger a las Sekireis sin alas y por ultimo matar al bastardo de Minaka—

Eso era algo que él siempre quiso hacer, matar al bastardo responsable de que su especie fuera forzada a una batalla entre ellas.

Esa sería su meta final.


Luego del numerito del baño.

Issei se encontró sentado en la sala de estar con todas sus Sekireis distribuidas a sus costados.

Con la mesa en el medio y con la regañada Matsu al otro lado, con Miya parada al costado de la pelirroja.

—un placer conocerlos, mi nombre es Matsu Sekirei número 02, lamento el incidente—

Issei y sus Sekireis miraron a Matsu por unos instantes, cada una con una reacción diferente.

Issei algo retraído por lo ocurrido.

Musubi un poco confundida.

Uzume dando una risa tensa.

Akitsu desinteresada como siempre.

Y por último Kusano curiosa.

—ella también vive en la posada Izumo— Explico Miya con su típico rostro sonriente.

Uzume levanto la mano cohibida, ganándose la atención de Issei y las demás.

—yo ya sabía de Matsu— revelo para luego juntar las manos frente a su rostro —lo siento por no haberte dicho nada Ise—

—Uzume—

Issei no estaba enojado con ella, pero parecía que para las demás así se veía.

—la culpa no es de Uzume-tan, yo le pedio que no te dijera nada— Exclamo Matsu defendiendo a Uzume —cuando empezó a reaccionar a ti, digamos que quise investigarte un poco antes de poder revelarme, por esa razón le pedí a Uzume-tan que no dijera nada y que el día de hoy me diera algo de tiempo a solas contigo—

—¿y tenia que ser en el baño?—

Matsu se rasco la cabeza sonrojándose apenada.

—jeje, no pude aguantarme más, lo siento por eso—

—hubiera sido más fácil si simplemente te hubieras presentado y habláramos, a todo esto ¿Dónde habías estado? Nunca te vimos antes y no oímos ruido en alguna de las habitaciones—

—ella vive en la habitación 201, es la habitación que puede verse desde uno de los costados de la casa—

Haciendo memoria, Issei no había visto dicha habitación aunque si había visto la supuesta ventana aunque siempre pensó que esa ventana daba a la habitación de Kagari.

—¿Dónde esta la puerta?— Pregunto confundido.

—en el segundo piso, síganme—

Todos siguieron a Miya, subiendo al segundo piso y agrupándose junto a la pared que se encontraba al costado luego de subir las escaleras.

Para asombro de casi todos, la pared se abrió revelando una puerta secreta.

—¡¿Una puerta secreta?!—

—¿Cómo no lo pensé?— exclamo Issei palmeándose el rostro —¿pero porque vives en una habitación secreta?—

Ante la pregunta de Issei, Matsu se puso algo tensa y Miya se mostró más seria.

—bueno…digamos que cuando deje M.B.I cause algunos problemitas…al final ellos me están persiguiendo—

Como si nada soltó la bomba, haciendo que Issei liberara un suspiro.

[Mujeres que solo traen consigo problemas, no cabe duda que tienes un magnetismo que atrae a las mujeres más peculiares]

(Calladito estas más bonito Ddraig lo cual es un milagro para un moco feo como tu)

[¡Que dijiste maldito!]

—bueno, supongo que como tu Ashikabi tendré que hacerme a la idea de que ahora M.B.I estará tras mi trasero— Exclamo Issei rascándose la cabeza para luego acercarse a Matsu —espero contar contigo ahora y para siempre Matsu—

La cara de Mutsu se puso tan roja como su cabello cuando Issei puso sus manos sobre sus hombros y vio el rostro de Issei acercarse.

Con un beso unas alas de energía de un color amarillo hicieron acto de presencia.

El resto de las Sekireis de Issei celebraron por la nueva incorporación al equipo.

—estemos juntos para siempre, mi amado Ashikabi-sama—

Ver esa expresión en Mutsu sin duda hizo que el corazón de Issei diera un salto, estas mujeres que ahora estaban fuertemente unidas a el serian quienes le darían nuevos aires a su vida.

Y quizás las responsables de que Issei replanteara lo que debía hacer con su vida.


CONTINUARA…


Otro capitulo listo, espero que sea de su agrado.