Lisa escuchó otro golpeteo a su puerta unos veinte minutos después de la idea de su hermano.
—¿Sí? — Preguntó sin mirar su puerta, su vista estaba totalmente centrada a su computadora.
—¿Puedo pasar, Lisa?
Lisa levantó una ceja al oír la voz de Lincoln. ¿No se había ido su hermano al laboratorio de Connors al entregarle unas pequeñas baratijas casi sin relevancia? Debería echarle el ojo a su monitor de rastreadores más seguido ahora que se ponía a pensar.
—Pasa —Con un pequeño empujón a su silla se dio la vuelta para estar en dirección a la puerta la cual se abrió dando paso a su hermano de cabellos blancos. Vio de casualidad que estaba cubriendo el dorso de su mano izquierda. Preguntaría por eso después. —. Creí que estabas brindando tu ayuda al doctor Connors, ¿Sucedió algo?
—Me dio el día libre, aunque no sé por qué —Respondió, su tono mostraba algo de nerviosismo. —. Oye, ¿Podrías mirar esto?
Lincoln retiró la mano del dorso, revelando algo que parecía ser una pequeña araña aplastada, junto con una pequeña hinchazón al lado.
—Un... arácnido Saltícido. No soy una experta en eso para saber si son comunes encontrarlas en esta parte del mundo.
—¿Pero para saber su nombre científico?
Lisa se encogió de hombros.
—Oye, olvídalo, ¿Esto es venenoso?
—De serlo ya estaría diciéndote homo sapien descerebrado por consultar a tu claramente mentalmente superior unidad fraterna inferior en vez de ir simplemente a un hospital... pero me siento halagada de que hayas a mí acudido como tu primera opción
—Eso es un...
—Es un no. —Lisa sintió como si estuviera hablando con Leni, aunque no querría decirlo en voz alta.
—Pero... ¿Y la hinchazón?
—Suele ser normal en varias picaduras, así que no debería haber problema alguno, en unas horas debería bajar la hinchazón —Se acomodó los lentes. —. No obstante, no voy a tomar riesgos alguno. Si presentas algún problema fuera de lo normal, vas a avisarme, ¿Entendido? Así que ve, y disfruta de tu día libre para dejarme hacer mis quehaceres.
Lincoln asintió, pasó su mano por el dorso para sacarse lo que quedaba de la araña encima, y con una sonrisa en el rostro revolvió los cabellos de su hermana como solía hacerlo.
—Gracias Lis, te debó una.
Dicho eso, salió de la habitación, Lisa escuchó desde la habitación como bajaba las escaleras gritando "día libre" y aguantó un pequeño bufido por la gracia que le había ocasionado. Luego esa sonrisa desapareció una vez miró al suelo.
—Acaso acaba de... ¿Dejar al arácnido muerto en mi suelo como si nada?
—¡Sí señor, día libre...! —Vociferó en medio de la sala mientras prendía la televisión. —. O lo que queda del día, sea lo que sea...
Estaban pasando las noticias, ahora que lo pensaba Lincoln... ¿Habían más noticias de crímen últimamente? Estaban reportando otro a salto a mano armada en una casa, por suerte no habían matado a nadie, claro que Lincoln podría llamarlo suerte olvidando el hecho de que alguien había sido asaltado. Bostezó con la palma cercana a su boca, sintiéndose más cansado de lo usual, ¿No había dormido temprano el día anterior? Tal vez podría dormir una pequeña siesta. Suspiró molesto, finalmente tenía una tarde libre en día se semana y tenía demasiado sueño, más de lo usual. Sus párpados se sentían pesados, apenas podía escuchar las noticias, para ese punto ya estaba a punto de desmayarse, y finalmente, cayó dormido de boca arriba en su sillón.
No le devolvía las llamadas, sin importar cuántas veces llame, él solo las ignoraba. Connors suspiró, realmente su hijo estaba molesto, ¿Por qué no podía comprender que estaba haciendo todo lo posible para poder tener su vida normal? Ya no quería ser ese manco el cual miraban con lastima, trabajó tanto en su experimento de cruce de especies. Sentado en el sillón de su sala, miró la palma de su mano, ahí había una pequeña jeringa con un líquido verdoso. Aproximó la aguja al muñón dónde alguna vez había un brazo. ¿Debería? Aún no habían pruebas en animales, mucho menos en humanos, es más, ni siquiera había avisado a alguna persona de que su experimento llamado "un sueño estúpido" por varios científicos, estaba completado, o más o menos lo estaba. Gruñó, alejando la aguja de ese muñón y dejándola en la mesa de café frente a él. Miró arriba, su expresión se mostraba una que reflejaba su cansancio y tristeza.
—Solo un poco más —Murmuró pasa si mismo sin dejar de mirar al techo. No era la primera vez que decía algo así, pero si era la primera en la que estaba convencido de ello. —. Solo un poco más y me podrá ver cómo lo hacía antes.
Tenía que hacer pruebas. No era un estúpido, o de serlo, tampoco era un impaciente. Escuchó la puerta abrirse, volteó y se encontró a su hijo, el cual no se molestaba en mirarlo mientras mantenía una expresión seria. Connors se levantó y se puso frente a su hijo, tomándolo literalmente del hombro.
—Billy, no contestaste mis llamadas. ¿Ocurrió algo? ¿Estás bien?
Su hijo se encogió de hombros, retirando la mano de su padre.
—Estoy bien. Pasé el día en la casa de mamá.
Hizo una mueca de disgusto. La idea era que pasara tres días en su casa, y cuatro días en la de su ex mujer, pero lo único que hacía Billy cuando estaba con el era levantarse, ir a la escuela, dirigirse a la casa de su madre y regresar al anochecer justo cuando tenían que cenar para acto seguido irse a la cama, y tal vez si había suerte su hijo podría regresarle una llamada y hablar con el uno o dos minutos, pero solo tal vez.
—Billy, sé que no te gusta mucho tiempo pasar tiempo aquí —Se hizo a un lado para dejar pasar a su hijo, el cual dejo su mochila en el sillón, sentándose a un lado. Connors tragó saliva antes de proseguir. —. Pero estoy intentando que esto funcione y no nos distanciemos una vez tu te independices...
—Papá, literalmente me dejaste plantado cuando se suponía que veríamos una película, ¿Y te molesta que yo haya pasado un rato con mamá? —Su tono era elevado, más de lo que Connors podría permitirle, pero no sabía de qué forma recriminarle eso.
—Hijo, ya te dije que...
—¡¿Qué estabas por terminar con tu experimento?! —Se levantó de golpe para encararlo. —. ¡Se acabó, papá, llevas con eso desde hace años, tu brazo no va a regresar, ¿Qué diablos te cuesta aceptarlo?! —Miró a su padre por unos momentos antes de calmarse y tomar su mochila para subir las escaleras, sin antes darle un último vistazo a su padre. —. No bajaré para cenar, así que no subas a decírmelo, ¿Si?
Lo había dejado solo en la sala. Realmente quería volcar la mesa de una patada, golpear la pared con su único brazo o tal vez revolotear todo a su alcance... pero no pudo. Connors se consideraba demasiado patético como para armar un escándalo o liberar su ira contenida. Suspiró, sentándose en el sillón y aguantando sus lágrimas. Miró la jeringa, tomándola para tenerla frente a él. Apretó sus labios mientras dirigía la jeringa a su muñón, su respiración se hacía cada vez más pesada, pensando en qué pasaría si algo salía mal. Pero a nadie le importaría...
—¡No! —Dijo, esperando que Billy no haya oído eso y alejando esa sustancia que ni siquiera sabía si era segura. —. Aún no... aún no... No puedo.
Comenzó a llorar, pensando que tal vez no tomó las mejores decisiones en su vida. Un hombre manco, divorciado con un hijo que cada vez le tenía menos cariño, en una casa muy pequeña y con gastos que con varios sacrificios podía pagar. Realmente estaba en la mierda, aunque no le guste ni pensar en groserías.
Se quedó dormido en ese mismo sillón, temeroso de que en cualquier momento podría caer e inyectarse eso.
Abrió los ojos lentamente, dándose cuenta que las luces estaban apagadas, sintiendo como su boca estaba seca. Frotó sus ojos, mirando alrededor. Genial, era de noche y nadie lo había despertado, aunque su espalda estaba algo adolorida, seguramente era porque las gemelas habían usado su cuerpo como sillón para ver la tele. Bostezó mientras se levantaba, sin antes ser jalado hacia atrás para volver al sillón. Volteó, confundido, dándose cuenta que las yemas de sus dedos estaban pegadas al sillón.
—Oh, claro, muy chistosa —Comentó con una expresión de molestia. —. Pegarme la mano al sillón no es divertido, Luan.
Jaló una vez, y nada. Tomó con su mano libre su muñeca, y jaló una vez más, logrando soltarse. Miró su mano, levantando una ceja, ¿No tenía pegamento en la mano? Eso era extraño, debería preguntarle a Luan de dónde había sacado un pegamento que no se podía ver. Sacó su celular, dándose cuenta que era medianoche, grandioso, ahora le costaría conciliar el sueño, haciendo que duerma mucho más tarde y seguramente termine por llegar tarde a la escuela.
Entró su cuarto, sintiéndose raro, casi mareado. ¿Debería avisarle a Lisa? Descartó la idea, pensando que seguramente debía ser algo que comió ese día, y finalmente se recostó en su cama, sintiéndose incluso más cansado que hace unas horas.
Terminé cambiándole el título al fic debido a que se volverá incluso más largo de lo que creí. También dudo que los capítulos duren más de 5.000 palabras. En fin, lamento cualquier falta ortográfica que lleguen a ver.
