Suicidio.
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Despertó por el despertador, queriendo darle un buen manotazo. Los parpados le pesaban y su boca se sentía seca, lo único que quería hacer era tomar un gran jarrón con agua. Se levantó con pesadez mientras frotaba sus párpados y tocaba el interruptor de la luz.
—¡Mierda! —Dijo mientras volvía a presionarlo, dejando todo a oscuras. Sintió como si la luz lo golpeara de repente y ardía un poco, como estar muy cerca de una estufa, pero no lo suficiente para lastimarlo. Volvió a encenderla, y la sensación volvió, pero mucho más leve, pero lo suficiente para molestarlo. Sacó de uno de sus cajones unos lentes de sol y se los puso, esperando que eso lo ayudara un poco. —. ¿Estoy enfermo el día de hoy? —Se preguntó para si mismo.
No se sentía débil del cuerpo o cansado, pero si estaba algo sensible a luz. Suspiró, aunque tenga una mejor excusa, tendría que ayudar de cualquier forma a Connors, así que nada cambiaba. Tomó su toalla y salió de la habitación, suspirando de molestia mientras se ponía detrás de Lola. Nuevamente había sido el último en llegar.
Una vez llegó su turno, entró al baño bostezando mientras sacaba sus lentes de sol. Apagó la luz soltando un quejido, aún cuando estaba a oscuras a excepción del pequeño rayo de sol que salía de la ventana, sentía que podía ver perfectamente aún con la poca iluminación.
«Deberia hablar con Lisa más tarde.» Pensó para si mismo mientras abría la llave del agua caliente.
—¡Carajo! —Gritó una vez se dio cuenta que estaba dándose una ducha con la ropa puesta. Cerró la llave para sacarse la ropa algo mojada y dejarla en el piso. —. Estoy actuando como todo un tonto hoy...
Una vez terminó de bañarse, se puso una toalla al rededor de la cintura y se vio al espejo sacando un cepillo de dientes.
—¿Eh? —Levantó una ceja y abrió la boca mientras miraba su dentadura.
¿Esos eran colmillos?
—¿Por qué llevas lentes? —Clyde se había atreido a preguntar en medio de la caminata a la escuela.
—Ando sensible a la luz el día de hoy. —Dijo sin mover mucho la boca.
Clyde levantó una ceja.
—¿Susurraste?
—Sí... No... No tengo idea. Me... duele la garganta. —Dijo en una mentira para ocultar esos colmillos.
No parecía ser un buen día. El mero contacto de la luz ya sea solar como eléctrica le irritaba, unos colmillos le habían crecido, su ropa (aunque estaba sucia) se había mojado, y para colmo por tardarse apreciando su ligeramente cambiada dentadura, Luan había arrancado la van y se había ido con el resto, al menos Lori le advertía (unos segundos antes de dejarlo) que se iría sin él. Suspiró, realmente estaba extrañando a Lori, la comediante no era necesariamente una gran hermana alfa, le costaba tomarse en serio las cosas y tenía un mal control sobre las menores... y aún así, prefería tener de hermana alfa a ella antes que tener a Lynn dentro de un año. Tembló un poco de solo pensar en eso, y luego hizo otra mueca al volver a sentir la luz del sol sobre su piel. ¿Se estaba convirtiendo en una especie de vampiro o algo así? Tal vez con su hermana gótica no fuera el caso, pero para él, no sonaba como algo muy genial si tenía que salir por las noches a cazar a cualquier malviviente que pase por ahí por un poco de sangre.
Entro a la escuela junto a Clyde, sacando unos libros del casillero mientras rascaba su cabeza, se sentía incluso más molesto al sentir la luz que emanaban los focos de la escuela, ¿Ahora se supone que habían diferentes tipos de luz? Lincoln recordaba que de hecho era así y solo le restaba atención a clases.
—¡Oigan, cuidado! —Gritó una voz de atrás.
Lincoln de la nada sintió algo similar a una punzada no muy dolorosa detrás de su nuca, y como si fuera alertado por varias voces, inclinó su cabeza a un costado viendo como un balón impactaba contra su casillero. Rápidamente volteó, detrás de sus lentes de sol vio a una chica de cabello castaño, con trenzas y una camisa amarilla la cual tenía sonrisa algo nerviosa.
—Jordan —Dijo en un saludo. —. Había olvidado que hoy tendríamos quemados. —Eso último lo había dicho algo molesto, definitivamente era un mal día, como si todo lo anterior no hubiera sido lo suficientemente malo, tendría que soportar a Jordan actuando competitiva... otra vez.
—¡Lo siento mucho, Linc! —Exclamó agrandando esa sonrisa nerviosa. —. Estaba practicando lanzamientos y casi te doy.
—¿En medio del pasillo? —Preguntó levantando una ceja.
—Oye, si vamos a hablar de hacer cosas estúpidas puedo señalar al hecho de que estás con lentes de sol dentro de la escuela.
—Touché. —Lincoln quiso decir lo mismo que le dijo a Clyde, pero decidió guardarselo para evitar que se alargue la conversación.
La campana sonó. La clase de gimnasia estaría por empezar. Lincoln suspiró, y de la nada comenzó a sentir más dolores de cabeza. Clyde, quien había aparecido al salir del baño, se dio cuenta de eso, acercándose a su amigo.
—Oye, ¿Te sientes bien? —Preguntó tomándolo ligeramente del hombro, sorpeendiendose al ver que Lincoln lo apartó bruscamente.
—No. —Respondió mirándolo con molestia, la luz chocando contra su piel, esa punzada de hace rato, y ese extraño ardor en las yemas de sus dedos lo estaba matando. — Iré al baño, avísale al profesor.
Lincoln ignoró cualquier llamado de su amigo y entró al baño, se fijó debajo de las cabinas para ver si había alguien, y al darse cuenta de que estaba solo, presionó el interruptor de la luz para quedar a oscuras. Se acercó al lavabo, abriendo la llave y llevando agua a su rostro.
—¿Qué carajos está pasandome hoy? —Se preguntó a sí mismo. —. Este día es incluso peor que el incidente del experimento de Lisa en plena ida al centro comercial... y eso que apenas inicia este puto di... —Se calló, apretando sus dientes al oír ese agudo sonido parecido al de un tenedor rayando un plato de porcelana viniendo del lavamanos.
Retiró la mano, dándose cuenta que en el lavamanos habían marcas de garras. Se extrañó, y al ver sus palmas sintió como su corazón daba un vuelco.
Garras. Aproximadamente de un centímetro, y salían de las yemas de las manos. Comenzó a respirar pesadamente del miedo mientras las apreciaba con más atención. Tragó saliva mientras aproximaba la garra proveniente de su dedo índice a su palma en la otra mano, sorpeendiendose al ver que las garras se habían retirado... antes de que sintiera alegría, las garras volvieron al retirar su dedo. Repitió ese proceso varias veces, dándose cuenta de cómo funcionaban.
—Se... ¿Retraen al tener contacto con mi piel? ¿Qué carajo está pasandome?
Llevó su mano al mentón, con algo de miedo de que esta vez las afiladas garras no se retraigan, aliviandose de que nuevamente había sido así. Repasó lo que sucedió el día anterior. Despertó, desayunó, fue a la escuela, hizo su examen, ayudó a Connors dandole algo a Lisa, volvió, el doctor actuó raro y al volver... Una luz se encendió dentro del cerebro de Lincoln al unir los puntos.
—¡La araña, es cierto! —Gritó en sorprensa, volviéndose a ver la palma con las garras. —. Esa araña debió...
Si presentas algún problema fuera de lo normal, vas a avisarme, ¿Entendido?
—Lisa... —Dijo con preocupación. Pero luego recordó a Connors.
¿Debería hablar con su hermana, o con el sujeto que tenía la araña en primer lugar? Si hablaba con Lisa, ella más que quitarle esas cosas en su cuerpo, seguramente experimentaría un poco con él. Una cosa eran malestares por la picadura de una araña, otra diferente es tener garras que se retraían al contacto con uno mismo, colmillos, sensibilidad a la luz, y una extraña punzada, que por algún motivo lo advirtió del peligro. Lincoln abrió los ojos de par en par. Ahora que lo pensaba, eso era algo positivo.
—A ver... Vamos a repasar: Colmillos —Dijo tocando ligeramente uno de esos dientes. No es que estuvieran muy afilados ahora que se daba cuenta. —, sensibilidad a la luz —Agregó sacándose las gafas de sol, no le hacía falta eso en ese lugar sin luz. —, Garras... y el día anterior... —Recordó algo: Se quedó pegado unos segundos al sillón. — Pegado... araña... Pared... Techo... —Miró al techo, tragando saliva. — No puede ser.
Se acercó a la pared, poniendo ambas manos ahí. No podía ser. Levantó uno de sus pies, uniendo su rodilla contra la pared. Tragó saliva una vez más, negando lo que podía pasar a continuación. Finalmente, soltó su último pie en el suelo, pegando la suela de su zapato a la pared.
No se había caído.
—No es cierto... —Dijo con asombro.
Comenzó a gatear con algo de nerviosismo, temeroso de caerse. Llegó al borde, y aún así, comenzó a pegarse finalmente al techo, sigueindo gateando hasta quedar al centro de la habitación mientras veía todo de cabeza. Soltó una carcajada en mezcla de emoción y confusión al darse cuenta de su situación.
—Bien... Si podría acostumbrarme.
Por primera vez en ese día, había sonreído.
—¡Entrenador, ¿Vamos a comenzar o no?! —Jordan comenzaba a impacientarse, no podía ser que no iniciara la clase de quemados aún solo porque Loud estaba retrasandose.
—Aún no —Respondió mirando su reloj. —. Él aún no llega, además... ¡Oh, miren quien está aquí! —Exclamó mirando a la puerta del gimnasio escolar.
Un chico con camisa blanca, shorts rojos, cabello blanco que llegaba hasta la nuca y lentes de sol con una expresión de seguridad comenzó a caminar lentamente hasta quedar en su zona con su equipo. Jordan sonrió, estaba esperando el día de quemados desde que la habían suspendido la semana pasada por lanzar un poco "brusco". Había dicho que era un accidente, pero Chandler se había burlado de ella llamándola marimacho, y ella le quería devolver el favor dándole un buen balonazo a la nariz.
—¿Ya podemos empezar? Lamento la tardanza. —Dijo Lincoln con un tono presumido al profesor.
—¿Eh? Ah, sí, claro, comiencen. —Dijo haciendo sonar su silbato, volviendo a ver esa revista porno escondida en ese catálogo de deportes.
Jordan sonrió mientras miraba al equipo de Loud: Eran Clyde, Stella, Rusty, Liam, Billy Connors, el cual tuvo que entrar al equipo de Lincoln a regañadientes viendo que odiaba la clase de gimnasia, y finalmente el peliblanco. Sin dudas sería fácil, o eso pensaba. Si bien Billy había tomado la iniciativa al eliminar a una de sus cuatro compañeras de un buen balonazo en el hombro, ella le devolvió el favor sacando a Liam de un buen tiro al estómago, siendo un poco más leve de lo habitual, ya que a sus ojos, ese pelirrojo era un buen chico que tuvo la mala suerte de quedar en un equipo contrario a ella.
Stella logró eliminar a otra de sus compañeras, pero tuvo que salir al atrapar mal un balón que lanzo otra de su equipo. Solo quedaba ella y otras dos, mientras que en el equipo de Lincoln solo quedaban cua... perdón, tres, Clyde había recibido un balonazo directo a la cara de parte de Jordan.
Pero había algo que hacía impacientarse a la chica. Aún cuando estaba en medio del campo de tiro, frente a ella... Lincoln Loud no dejaba de sonreír con soberbia, como si estuviera seguro de que no le darían. Bufó, pensando que si eso tenía en mente ese chico, entonces sería un error. Billy rápidamente atrapó un balón y lo devolvió a otra de las compañeras de Jordan, quedando solo con otra más. Suspiró, pensando que él podría dar problemas a su racha perfecta.
Rusty había sido eliminado de un buen balonazo en sus partes íntimas por ver raro a la compañera de Jordan, sin poder reclamarle algo al profesor, viendo que el parecía muy embobado con esa revista, ¿Tan interesante era ese catálogo de productos deportivos? Rodó los ojos, volviendo a centrar su vista al partido.
—Bien, lo admito —Jordan miró a Billy, el cual levantó la ceja al ver que comenzó a hablarle. —. A diferencia de estos, tu si eres bueno —Tomó un balón, sonriendo de oreja a oreja. —. Lastima que aún estás a años luz de mí.
Sin decir más, lanzó el balón tan fuerte que por la velocidad Billy no podría esquivarlo, así que sonrió victoriosa, sabiendo que Lincoln no podría hacer nada estando solo...
Al menos eso parecia, hasta que para su sorpresa vio como Lincoln estiró un poco el brazo atrapando con una mano el balón antes de que impacte en la cara de Billy. Jordan levantó una ceja, ¿Acaso Lincoln estaba sosteniendo el balón con la sola palma sin necesidad de usar sus dedos para agarrarlo bien? Momento, ¡¿Eso erak garras que salían de los dedos de Lincoln?!
—Bueno... —Comenzó el albino, lanzando levemente el balón a la compañera de Jordan para que esta lo atrapara. — Supongo que podré divertirme antes de hacer que muerdas el polvo. —Sonrió nuevamente con arrogancia, ¿Y por qué? Él nunca había sido necesariamente "bueno" en esto.
—¿Perdona? ¿Hacerme morder el polvo? —Tomó otro balón mientras reía, creyendo que lo que salía de la boca de Lincoln solo era una mala broma. —. Lincoln, no te vayas a creer tanto solo por haber esquivado un balón en el pasillo.
—Oh, ¿Lo esquive? —Dijo con un tono sarcástico. — ¿O simplemente tu puntería era tan mala que pasó a un lado mío.
Y eso la había hecho enojar. Con incluso más fuerza que el tiro que intentó lanzarle a Billy, intentó lanzar el balón directo a la cara de Lincoln, y este lo esquivó, sin quitar esa sonrisa del rostro.
—¡Vamos Jordan, eres mejor que...! —Dio un pequeño salto, esquivando otro balón que le había lanzado su compañera. —. Bien, eso fue sucio.
Rápidamente corrió a tomar un balón, nuevamente haciendo confundir a Jordan al ver que nuevamente lo tomaba simplemente con las palmas sin necesidad de usar sus dedos. Dio un pequeño salto, y con fuerza le dio directo en el estómago a su compañera.
—¡Mierda! —Dijo al ver que había dejado a la chica en el suelo con las manos a su estómago intentando tragar aire, su sonrisa había desaparecido, siendo reenplazada por una mirada de preocupación. —. ¡Lo siento, lo siento much...!
Sus palabras fueron calladas al recibir un fuerte balonazo en la mejilla por parte de Jordan, la cual rió un poco mientras ayudaba a su compañera a levantarse.
—Bueno, vaya forma de perder, eso fue paté...
Antes de poder terminar, sintió un pequeño golpe en su hombro. Sin poder creerlo, miró al suelo, divisando un balón rojo que parecía haberla golpeado, levantó la vista, y vio como Billy tenía los brazos extendidos con una sonrisa de oreja a oreja.
—Bueno, vaya forma de perder, eso fue patético. —Comentó en un tono irónico. Volteó a Lincoln, extendiendo su mano para levantarlo, el cual aceptó con gusto mientras volvía a ponerse sus lentes de sol. —. ¿Estás bien?
—¿Eh? Sí, claro, no es la primera vez que recibo un buen balonazo de Jordan chica.
Ambos rieron un poco, mientras Jordan soltaba un quejido de molestia al darse cuenta que había perdido de una forma estúpida, y todo por bajar la guarda por un momento.
Lincoln salió de la escuela una vez acabaron las clases, comenzando a caminar a una zona no tan habitada de Royal Woods. Entro a un callejón, mirando sus manos con garras. Parecía que ahora era más fuerte. Ese balonazo que le pegó a esa chica era con la fuerza con la que solía lanzar siempre, dando usualmente un golpe suave... Pero ese lanzamiento no había sido nada suave. ¿Ahora era alguna clase de superhumano? ¿Debería decírselo a Lisa? Mientras no hayan tantas dificultades más allá de su irritación al sol, podría sobrellevarlo. Miró al cielo, viendo como comenzaba a ocultarse el sol. Se sacó los lentes al ver que la luz no lo irritaba tanto y volteó a su izquierda. Había ahí un pequeño auto, miró a ambos lados, dándose cuenta de que no había nadie a la vista. Tragó saliva, esperando que nadie se diera cuenta lo que iba a hacer. Se acerco a él, agachándose, y tomando del borde del auto intentando que sus garras no toquen el vehículo, comenzó a ejercer fuerza. Se estaba levantando. Un escuálido como él comenzaba a levantar un automóvil solo con sus manos, él mismo, con su propia fuerza, y todo gracias a esa araña.
—¡Esto es increíble! —Dijo, soltando bruscamente el auto dejándolo en el suelo, haciendo que la alarma antirrobos comience a sonar. —. ¡Oh, diablos!
Miró a ambos lados, y al ver que aún no había nadie cerca, saltó al muro más cercano y comenzó a gatear para llegar al techo. Al subir, volteó viendo como una persona salía a apagar la alarma del auto viendo para varias direcciones. Suspiró al ver que por poco y hacia algo que llegaba a mayores.
Miró a otro edificio, teniendo otra idea loca. Si había pasado gran parte del muro teniendo una altura de tres pisos... tal vez de un salto podría llegar a otro. Comenzó a caminar al borde, soltando una risa algo incómoda. No había manera de que vaya a intentar algo como eso. Nuevamente la sonrisa desapareció mientras miraba sus garras. Claro, desaparecían cuando hacía contacto consigo mismo, ¿Pero y si intentaba levantar a Lily? La lastimaria, y con esa y muchas más razones su vida social podría verse perjudicada. Comenzó a tensar los músculos de su mano, haciendo varias muecas.
—¡Vamos! —Gritó, sorprendiendose gratamente al ver que las garras desaparecieron sin tocarse... y esa sonrisa se desvaneció al ver que las garras volvieron a salir. Suspiró, soltando una sonrisa. —. No, esto es bueno —Se dijo a su mismo. —. Si puedo hacerlas irse con algo de esfuerzo, tal vez con el tiempo pueda hacer que se retraigan las veces que quiera.
Miró al cielo, pensando en qué otras cosas podría hacer. ¿Ganaría dinero con eso? No era un criminal, así que tendría que descartar la idea de robar un banco, ¿Pero qué tal con hacer apariciones en televisión? Podría ser perjudicial haciendo que hasta el gobierno vaya tras el por sus nuevos poderes, o aún peor, Lisa podría intentar experimentar con él. ¿Y si se hacía un traje? Sí, eso podría servir.
—Un traje... —Se llevó la mano a la barbilla
¿Podría ser un superhéroe? Parecía buena idea, pero en Royal Woods no había mucho crimen, a lo mucho había un robo a mano armada o algún allanamiento de casa... cada tantos meses. Suspiró, sabiendo que a menos que esté en una gran ciudad como Nueva York, no podría intentar ser como Ace Avvy.
Lincoln no había llegado. No es que le molestara mucho, pues no había casi nada de trabajo por hacer ese día, pero hubiera estado mejor que le hubiera avisado con antelación o algo parecido.
Connors se tumbó en su silla, mirando la jeringa con esa fórmula que el había hecho. La llevó a su muñón, no iba a inyectasela, pero llevar esa aguja a ese lugar se había vuelto alguna clase de tic cada vez que pensaba demasiado, como si fuera algún suicida poniendo el cañón de su revolver en su boca.
Suicidio... Ahora que se ponía a pensar, si llegara a recuperar su brazo, ¿Luego qué? A este punto su vida no era buena, su hijo cada vez se alejaba más y más de él, su exesposa ya ni le dirigía la palabra a menos que se trate de algo sobre su hijo (Y nunca solía ser algo bueno), y esa chica que le había hecho ojitos en el laboratorio de esa universidad se había acostado con ese otro profesor más joven y apuesto.
"Te robaron la hembra" Había dicho uno de sus compañeros en broma como si fuera alguna clase de reptil.
Rió... y luego comenzó a soltar lágrimas una vez se dio cuenta que su vida no mejoraría aún con su brazo. Tantos años, tantos sacrificios, y todo había sido en vano, todo había sido para nada. Apretó los dientes con fuerza mientras las lágrimas corrían por sus mejillas, si iba a suicidarse, no sería con un revolver, ni una soga al cuello... Lo haría como cualquier científico demento lo haría.
Teniendo en la cabeza la imagen de la sonrisa de su hijo cuando tenía cinco años y la última vez en la que lo levantó con ambos brazos... Introdujo la aguja a su muñón donde alguna vez estuvo su brazo.
Todo comenzaba a volverse borroso, la imagen en su computadora mostraba los resultados de algo, pero no le importaba. Se acomodó en su silla mientras miraba al techo con una sonrisa, aún teniendo la imagen de su hijo y de como lo llamaba papá, hasta preferiría que lo llame Curt actualmente, en vez de intentar evadir cualquier conversación con él.
Soltó una última lágrima mientras cerraba sus ojos, y la última cosa que sintió antes de quedarse desmayado, fue como su muñón parecía abrirse para abrirle paso a algo, algo frío.
