Me desperté sobresaltado, soñando que Camus estaría enojado o en forma de Amo Dominante Del Inframundo dispuesto a sacarme a pasear con la correa del Cancerbero.
Giré mi cabeza en la almohada y allí estaba, aún durmiendo, tranquilo, respirando profundamente. Le acaricié el cabello y besé su frente.
Que es lo que te hicieron?
- Por favor no quiero verte mal, no vuelvas a la mierda de nuevo. Creo que... te amo - le susurré, haciendo reales todos mis miedos.
Suspiró y se removió entre las sábanas.
Me levanté lo más despacio que pude para no despertarlo y fui hacia el baño, luego al living y vi que su celular parpadeaba una y otra vez. Achiqué los ojos sintiendo emanar furia de mi cuerpo. Lo tomé y miré quién llamaba a estas horas: Julián Solo.
Maldito desgraciado
Me debatí en contestar o no.
Mis acciones acarrearían consecuencias... y podrían ser peligrosas viniendo de Camus.
Pero mi rabia era más fuerte, carraspee para aclararme la garganta, le di ok y dije intentando sonar calmado:
- Hable
- Quién habla?
- Milo. Que necesita señor Solo?
- Quiero hablar con Camus en este instante
- No está disponible. Ni ahora ni nunca más para usted, Señor. Agradecería que no volviera a llamar - mi voz sonó melosamente amenazante.
- Pero quien te crees...?
- Gracias. Adiós.
Y corté, muy satisfecho de mi mismo, dejé el teléfono en la mesa y abrí la heladera para tomar el jugo de naranja.
Tomé del cartón, Camus no se enteraría. O eso pensé. Me giré y allí estaba parado, con su cara agria mirándome fijo. El señor Drama al ataque nuevamente... Giré los ojos, que tanto podría molestarle?
- Merde Milo! Qu'as-tu fait?
- Quieres que tome un vaso?
- Que hiciste? - frunció el ceño
- Cuidarte.
Sus mejillas enrojecieron.
Se giró y tomó su teléfono. Es que estaba marcándole?
- Qué haces Camus? Es una broma? Me ves la cara? Que estás haciendo?
- Quítate. Tengo que arreglar esto...
- Dame eso
- Basta Milo, suéltame
Forcejeamos. Le tiré el celular al piso y la pantalla estalló. Intentó abofetearme, pero le atrapé en el aire la mano derecha.
- Cálmate, Camus. No necesitas hacer esto
Cayó de rodillas al piso, intentando arreglar en vano el celular.
- Tu no lo conoces, Milo. Nos hará la vida imposible...
- Que lo intente... cálmate, yo te protegeré. - Me incliné hacia él y lo abracé en el piso - hoy es sábado, que te apetece hacer?
- Atarte a mi cama, todo el día - dijo... y no sonrió.
Sus planes fueron concedidos, su capricho fue Ley. Agaché la cabeza una vez más y le di el gusto.
Cuando pude moverme, tomé mi celular. Vi llamadas perdidas de mi hermano, me sentí culpable.
- Kardia, como vas?
- Milo tengo que contarte algo urgente, por Dios dónde estas?
Donde te parece que puedo estar?
- Con Camus... giré los ojos hacia arriba, a esta altura no lo sabía?
- Vengan a comer abajo, compramos picada para veinte personas
- Uhm suena bien. Te veo al rato.
- Donde vas? - su tono imperioso me sacaba de quicio, pero me prometí tenerle paciencia.
- Donde vamos. Los dos. Juntos. Mi hermano nos invita a cenar, obviamente - puntualicé cada palabra para que le quede claro.
- No. No iremos...
- Si, si iremos Camus. Quiero que conozcas a mis amigos y a Kardia. No son monstruos.
- Pero tú...
- Yo tomaré jugo. No le veo el problema
- Pero...
- Cámbiate, ya.
Me sentaba bien esto de mandonear, aunque sea una vez. Sonreí al verle la cara, me frunció el ceño y fue hacia el cuarto.
Revisé los wsp, había uno de un teléfono desconocido sin foto que simplemente decía: "Átalo"
Marqué el número, curioso. Nadie contestó.
- Irás desnudo a tu casa? - levantó una ceja
- Me robaré tus joggins grises - le sonreí y lo besé.
Aioria, Kardia y Deidalos tomaban cerveza, fumaban y la música estaba alta.
Tuve que tocar el timbre, ya que mis llaves nunca aparecieron.
Dei nos abrazó, Camus parpadeó muchas veces y todos nos reímos.
- Ya me acostumbré a que esta gente abrace a todo el mundo - dijo Aioria, mirando a Deidalos con cariño. Le estampó un beso casto en la boca y ambos sonrieron.
No me sorprendió y me alegré por ellos.
- Escucha hermano, invitamos a los gemelos... espero que no sea una molestia - y señaló con la cabeza a Camus, que se servía una copa de vino.
- Veremos, tranquilo. Se tiene que acostumbrar
- Estemmm tengo algo serio con Kanon, será un problema para alguien?
- Si, para Dègel cuando se entere - reímos - hermano, me alegro por los dos.
Tocaron el timbre, era el delivery. Atendió el portero Dei
- Que más pidieron?
- Nada - Kardia levantó los hombros
- Es un paquete para vos, Milo. Bajás a buscarlo?
- Me llevo tus llaves
Bajé intrigado. El delivery me dio una fina y larga caja, le di propina y subí al ascensor... adentro había una especie de látigo de cuero y un papel que decía "Úsalo"
Maldito stalker
Llevé el paquete a mi dormitorio para que Camus no lo vea. Intenté pasar desapercibido
- Que era? - Kardia se moría de intriga.
- No se, no era para mi - mentí. Y no soy justamente un buen escondedor.
Me senté al lado de Camus y le conté de los gemelos. En breve llegarían y no quería un escándalo por Saga.
- Que no se te acerque y estaremos todos bien - fue lo único que dijo al respecto.
Llegaron los peliazules, Kanon fue directo a abrazar a Kardia. Al fin veía a mi hermano sonreír nuevamente.
Fiel al estilo Argentino, nos abrazamos todos. Habían traído a tres amigos de la facultad: Eo, Isaac y Sorrento. Trajeron vino y cervezas y se acomodaron en el sillón.
La noche pasaba amena, entre risas y brindis. En algún momento mi hermano se levantó del sillón y con un tenedor golpeó su copa de champagne llamando la atención
- Bueno amigos... tengo un anuncio importante que compartir con todos ustedes
El murmullo cesó y todos lo miramos expectantes.
- Algunos ya saben, otros no... nos comprometimos - levantó la mano izquierda de Kanon con la suya y en sus dedos anulares brilló un pequeño cintillo de plata - Nos mudaremos juntos, me quedo a vivir en Argentina!
Aplausos. Aplausos que no cesaban, gritos y abrazos llenaron el departamento. Choques de copas y carcajadas se escuchaban donde se mire. Me acerqué a Kardia y lo abracé, enterré mi cara en su pecho con amor.
- Hermanito... te sientes bien?
- Kardia, no sabes la alegría que me das
- Tengo miedo que mi hermanito me mate de la dulzura antes de que pueda casarme - me despeinó el cabello y se fue tras Dita.
Maldito hijo de perra sin sentimientos
Y hablando de frialdad, miré de reojo a Camus que hablaba animadamente con los nuevos.
Evité todo contacto con Saga, pero entrada la noche se acercó y me ofreció champagne que amablemente rechacé.
Nuestra charla fue tranquila, sin resentimientos. Al cabo ni él ni yo nos debíamos nada.
- Milo hoy llegó a mi casa un paquete, adentro había esto con un papel que decía: "Dáselas a Milo y que las use" tienes idea de que trata todo esto?
Me dió unas esposas. Mi cara tomó rápidamente color. Las tomé y las llevé a la habitación sin decir una palabra. Miré a Camus de reojo y me siguió.
Cerré la puerta y le tendí las esposas.
- Camus...
- Julián
- Se las mandó a Saga. Que más nos podremos encontrar? El paquete de hoy...
- Je te l'ai dit, merde!
Se abrió la puerta y mi hermano entró de golpe. Se quedó parado enfrente nuestro, con el ceño fruncido
- Bueno, ya basta de tretas, Milo. Que está pasando? Crees que puedes engañarme? Eres pésimo mintiendo, en que desastre se metieron los dos? Acaso son drogas?
- Yo... ahora no, Kardia - mi paciencia estaba al límite
- Dame el paquete, Milo. O iré a contarle a padre.
- Espera un momento... ahora me amenazas?
- Soy tu hermano mayor, debo saber que te traes entre manos! No creo que seas tan estúpido de...
- Todo es mi culpa, monsieur... - Camus lo interrumpió y al contrario de todo pronóstico, le contó a Kardia el último problema con Julián, que lo miraba con la boca abierta. Pestañó varias veces, no sabiendo que decir.
Por un momento sentí pánico... que pensaría mi hermano de todo aquello? De mi? Me mordí la uña, ansioso.
Por suerte Camus no entró en detalles escabrosos, simplemente lo planteó como un ex desquiciado que ahora nos acosaba.
Desquiciado le queda corto, lo sé
Suspiró. Nos abrazó. Y dijo: "Que haremos con el maldito?"
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Nota: este fic está siendo actualizado y corregido gracias a @SaSha.
