Debería sentirse feliz, Midousuji, su amor platónico aceptó venir con él a su cafetería favorita luego de insistirle tanto. Pero el problema era que no sabía de qué hablarle, solo se miraban incómodos, sobretodo Onoda que le tiemblan las manos por los nervios, no sabe que hacer.

—Entonces, ¿Cuál es la razón para que me trajeras aquí?

—Ah yo... ¡No es nada en especial! ¡Quería hablar un poco contigo nada más!

—Kimo.

—Perdón... Podemos hablar de anime si quieres... Salió el nuevo capítulo de One Piece y eso... —dijo mientras su voz se hacía más y más pequeña.

—Si quieres...

De inmediato se le iluminó el rostro a Onoda y sonrió, Midousuji frunció el ceño de forma imperceptible. Siguieron hablando por horas o más bien Onoda habló todo ese tiempo mientras el todo terreno escuchaba.

El escalador se sintió muy feliz pues Midousuji parecía prestarle atención y se mostraba tranquilo, siempre le preocupa hablar de más con otras personas, pero con él es diferente, aunque a veces le calle, siempre que habla lo escucha.

Luego de un rato se habían comido lo que pidieron y Onoda seguía hablando de animes, después de bicicletas o del Inter High mientras Midousuji de vez en cuando decía algunas palabras. Decidieron irse pues habían estado mucho tiempo sentados, pagaron y fueron a buscar sus bicicletas aparcadas. Dieron un largo paseo, Onoda seguía a Midousuji sin dudarlo hacia donde quiera que fuera, llegaron hasta Minegayama y subieron la cuesta, no pudieron evitar competir entre los dos, el sol y el viento pegaba en sus caras mientras los latidos de sus corazones iban al máximo. De vez en cuando Onoda rebasaba a Midousuji, pero este volvía a remontar hasta que llegaron a la cima.

—¡Midousuji-kun, eres tan rápido! —dijo el chico de lentes con admiración.

—Kimo —contestó con un leve rubor en sus mejillas.

Observaron las vistas, o más bien Midousuji lo hizo, Onoda estaba muy ocupado mirándolo en secreto, no puede evitarlo, para él es muy atractivo y su magnetismo se palpa en el aire. Midousuji le miró de reojo y Onoda desvió la mirada fingiendo que no estaba viendo, sus mejillas se sonrojaron y su corazón latía rápido. De verdad le gusta Midousuji.