—Midousuji-kun, ¿pasa algo? Te ves mal —dijo Onoda con preocupación, habían parado su travesía en bicicleta en el lugar de siempre.

—No, solo me siento un poco mareado —confesó y Onoda de inmediato puso una mano en su frente.

—¡M-Midousuji-kun! ¡Tienes mucha fiebre! —exclamó al sentir la piel del otro muy caliente.

—Será por el día —se excusó en ese sol abrazador del día de hoy.

—¡No! Estoy seguro que es fiebre, vamos de vuelta al club, debes ir a casa.

—Kimo, no es para tanto.

Midousuji agarró su De Rosa y se montó en ella, Onoda le siguió, apenas iban a volver a la carretera cuando Akira se ladeó hacia un lado, Sakamichi asustado llegó justo a tiempo para evitar su caída.

—¡M-Midousuji-kun, te lo dije!

Ambos fueron en bicicleta hasta el club, Onoda sostenía la mayoría del tiempo a Midousuji por sus mareos. Al llegar de cambiaron, Onoda dejó una nota justificando su ausencia y se fueron a casa del todo terreno.

La casa está completamente sola, el padre de Akira regresa tarde del trabajo, Onoda ayudó a su novio a entrar a la casa y lo llevó hasta donde le indicó que está su cuarto, allí lo recostó en el cama y lo tapó. Se quedó toda la tarde allí cuidando a Midousuji, poniendo un paño húmedo en su frente y con mucha vergüenza preparó una sopa simple para él.

—Come, Midousuji-kun.

—Kimo, no tengo ganas —Onoda frunció el ceño molesto, Midousuji le miró impresionado pues jamás le había visto así.

—¡Midousuji-kun! ¡Debes alimentarte bien, estás enfermo y necesitas recuperarte pronto!

—Kimoimichi —pronunció y obediente se sentó en la cama, el paño se cayó de su frente.

—Vamos, come —dijo Onoda volviendo a sonreír, Midousuji recibió las cucharadas de comida avergonzado, esto es demasiado cursi para su cerebro—. Creo que no le puse tanta sal, pero te hará bien.

—Sabe bien —admitió Midousuji.

—¡Me alegra! —dijo emocionado Onoda—, iré a comprar medicina cerca y volveré.

Midousuji asintió en silencio volviendo a acostarse en la cama. Onoda salió de prisa y regresó en unos cuantos minutos con la medicina, remojó una vez más ese paño y lo puso en la frente de su novio mientras este se dejó con los ojos cerrados. Sacó la medicina y fue a buscar un vaso con agua.

—Midousuji-kun, la medicina —avisó con voz suave.

—Voy... —Midousuji se sentó en la cama y se tomó la medicina.

—Te sentirás mejor en un rato, ahora recuestate —dijo con una sonrisa.

—Kimo, no me trates como a un niño.

A Midousuji esta situación lo estaba sobrepasando, no es que le molestara, solo era asqueroso para él esa actitud tan maternal de parte de Onoda. Este se disculpó con él, más de una vez pues era hora de irse y le daba pesar dejar a su novio solo.

Una vez que Sakamichi se fue, Midousuji sintió la habitación mas fría y solitaria, tratando de ignorar esos pensamientos decidió dormir con la intención de también recuperarse lo más pronto posible.