Desea bailar con Akira. Desde que vio la película de Love Hime dónde Kotori baila con su amor, decidió que quería imitar esa escena tan romántica con su novio. Estuvo casi una semana tratando de plantear como haría la pregunta, como convencería a Midousuji de hacer eso que tanto desea, seguramente el chico le diría que no, o eso piensa, jamás le ha visto interesado en nada más que no sea una bicicleta o el ciclismo, pero lo intentaría y tenía la ocasión perfecta para pedirlo. Su cumpleaños. Midousuji seguro no podría decirle que no, es decir llevan muchísimos meses saliendo, ya están a punto de entrar a su tercer año de preparatoria, se supone que ahora son más unidos.
Onoda un día antes de su cumpleaños se juntó con Midousuji pues celebrarían su cumpleaños a solas, y luego al día siguiente tocaría el turno de celebrar con sus amigos y familia. Necesitaba estar a solas con su novio, lo conoce, si no celebran hoy no celebrarían nunca, ya que el todo terreno se negaría a ir a una fiesta con tantas personas en medio.
Se juntaron en su casa, Onoda ese día estaba solo, su madre salió a comprar cosas para la fiesta y el regalo de cumpleaños de su hijo que olvidó por completo. Midousuji se sentía algo perdido en esa casa, no porque fuera demasiado grande, sino porque era incómodo para él estar en una casa ajena y agradeció que estuvieran solos en ese momento. Dejó su mochila en el sofá y fue al comedor donde estaba Onoda terminando de servir un poco de té y galletas. Se sentaron y comieron.
—P-Perdón, no hay mucho porque mi madre aún no compra los aperitivos para la fiesta.
—Me da igual. —Fue su corta respuesta mirando a la nada.
—¿De verdad?... Midousuji-kun —le llamó sin esperar respuesta—, esto... yo quisiera hacer algo especial hoy.
—Kimo.
—Eh... —Onoda temeroso dudó si seguir hablando o no.
—¿Que quieres hacer? —preguntó volteando su mirada hacia él.
—Algo especial... Esto, como bailar juntos o algo así —dijo mientras su voz se hacía cada vez más pequeña.
—Kimoi, Ahomichi —le insultó.
—¡P-Perdón!
—Escucha, no sé que idea extraña y asquerosa tengas en la cabeza, pero yo no sé bailar —explicó frunciendo un poco el ceño y con un leve rubor en sus mejillas.
—Yo tampoco... pero es lo que quiero... —replicó con cierta timidez y determinación en sus ojos.
—Kimo.
Midousuji se levantó y tomó el brazo de Onoda para jalarlo con él. Pusieron algo de música lenta y Midousuji dejó que Onoda tomara el control, este le tomó por la cintura y con su otra mano agarró la suya, comenzaron a moverse lento, aún así varias veces sus pies se enredaron o se pisaron por error, Midousuji se veía serio, pero por dentro solo podía apretar sus dientes y sonrojarse por la vergüenza, era un asco, tanto la situación como sus habilidades en el baile.
—Ah... Me late muchísimo el corazón, Midousuji-kun —admitió en medio del baile—, muero de nervios.
—Ahomichi —susurró y acomodó su frente en el hombro de Onoda.
—¿Eh? —dijo mientras su rostro se tornaba rojo. Moriría, definitivamente moriría, su corazón se escaparía de su pecho.
La canción siguió sonando mientras ambos se quedaron allí sin realizar ningún movimiento. Onoda soltó su mano y le abrazó, aunque pareciera imposible su corazón iba más y más rápido, además se siente emocionado, Midousuji correspondió su abrazo y no tenía la más mínima intención de crear alguna distancia entre él y su asqueroso novio.
