Midousuji y Onoda esa noche compartían habitación, luego de llevar unos pocos meses de noviazgo, se acercaba el Inter High y llegó el día de la concentración, de nuevo tendrían que cumplir la meta establecida sino no podrían participar en su segundo Inter High. Y en esa situación los chicos de segundo compartían habitación, Onoda tímido, pero valiente colocó su futon al lado del de Midousuji bajo la mirada atenta de sus compañeros, quienes se sorprendieron por la iniciativa del chico, el todo terreno, por su parte, ignoró voluntariamente lo que hizo Onoda mientras se daba la vuelta para mirar por la ventana, no quería perder su dignidad debido al sonrojo en su cara.
Llegó la noche después de un largo día de entrenamiento, se bañaron y se prepararon para dormir, apagaron las luces y Midousuji no era capaz de pegar un ojo al saber que Onoda estaba al lado suyo. Era asqueroso, ¿por qué no cierra los ojos y duerme? ¿por qué no ignora ese estúpido latido desenfrenado en su corazón?
Se acomodó en el futon mirando al lado contrario de dónde está Onoda, y cerró los ojos tratando de dormir.
—Midousuji-kun —susurró Onoda.
—¿Qué? —susurró también.
—Ehh... cómo decirlo, ¿puedes voltearte? —Midousuji obedeció con fastidio y miró a Onoda entre esa oscuridad.
—Kimo, ¿qué pasa?
—No puedo dormir...
—Yo tampoco —admitió.
—Midousuji-kun, puede sonar indebido, pero quiero estar más cerca tuyo —susurró sonrojado deslizando su mano por debajo del futon, hasta agarrar la de su novio.
—Eres asqueroso, Sakamichi —dijo con las mejillas encendidas y con el estómago revuelto. Se liberó del agarre y levantó sus mantas—, ven.
Sakamichi sonrió y se acercó acostándose a su lado, acomodó la cabeza cerca del pecho de Midousuji, podía oír el latido desenfrenado de su corazón, sonrió porque se sentía igual de alterado, aún así el olor y la cercanía del chico le hicieron dormir profundamente.
