Los personajes no me pertenecen, todo es de DreamWorks y Disney.


Capítulo 10: Un nuevo comienzo

Al día siguiente Jack se levantó temprano, mucho más de lo habitual. No había podido dormir bien y aún no había resuelto lo que había pasado la noche anterior. Lo único claro en su mente era que seguía sintiéndose culpable y con justa razón.

Sabía que debía disculparse si Elsa lo aceptaba y para ayudar con su propósito a las 7 AM ya había salido de casa a comprar un pastel de chocolate donde Tiana

—Hola, Jack—lo saludó la chica que atendía al público de la mañana

—Hola, Tiana—dijo el peliblanco—¿Tienes pasteles de chocolate?

—Sí, acabo de terminarlos—respondió la chica separando los trozos de una torta en porciones individuales—¿Ya se comieron el montón de comida que les llevé ayer?—preguntó la ella y Jack asintió—Es un buen indicio de que les gustaron. Elsa se salvó, llegó justo a tiempo antes de que se terminaran y logró alimentarlos. Bueno, ella igual había cocinado, pero eso no era muy comestible que digamos

—¿Elsa cocinó?—cuestionó el peliblanco sorprendido

—Si, claro. De hecho creo que aún tengo los buñuelos duros que preparó

—N-no lo sabía—dijo Jack mientras Tiana buscaba la bolsa que la platinada le había entregado el día anterior

—Obviamente no se los mostraría, fueron un fracaso—dijo la chica golpeando uno contra el recibidor para enseñarle a Jack—Elsa es horrible cocinando porque esta era una receta fácil, pero al menos lo intentó para hacer algo lindo por ustedes. De hecho, dijo que tu eras la principal razón por la que les cocinaba—expuso la chica sorprendiendo al peliblanco—Jack, ¿tú tienes algún problema con Elsa?—cuestionó Tiana

Jack negó sin saber qué más decir, no sabía el motivo de la pregunta

—Eso esperaba—dijo la chica—La verdad es que con Lottie quedamos un poco sorprendidas cuando Elsa dijo que creía que no te agradaba y por eso compraba tus pasteles favoritos

—Solo fue un malentendido—explicó Jack—¿Me das dos porciones de pastel de chocolate?—pidió antes de que la chica lo volviera a preguntar algo

Como si no se sintiera mal, lo que acababa de descubrir lo hacía sentirse peor consigo mismo. Elsa sí había tenido una buena intención al intentar cocinarles, solo no tenía el talento para hacerlo y por eso terminó comprando. Ella si se había esforzado e incluso había pensado en él... pero con su bocota lo había arruinado. Jack necesitaba tanto a Hipo en estos momentos, para que le dijera que no era la horrible persona que se sentía.

—Gracias, Tiana—le dijo a la chica al recibir su pedido

Cuando el peliblanco volvió a casa, dejó la bolsa en la mesa junto a una pequeña nota que decía:

Para: Elsa

De: Jack~

Sabía que con un pastel no solucionaría del todo el problema, pero era algo sencillo que podría intentar por ahora para acercarse a la chica, además, creía estar seguro de que el chocolate le gustaba tras notar que frecuentemente recurría a la despensa a obtener un poco, así que eso también ayudaría.

El peliblanco esperó con paciencia en la sala, desde allí podría ver cuando Elsa se acercara y notara la sorpresa que tenía para ella, pero tras unos minutos el único que apareció fue Kristoff

—Hola, Jack—saludó el chico

—Buenos días, Kris

—¿Cómo estás? Yo, excelente—dijo el rubio sonriente—Anoche dormí como un bebe

—Creo que tienes el sueño pesado—dijo Jack, le resultaba extraño que el chico se viera tan fresco a pesar del ruido que probablemente había hecho con Elsa

—Cuando vives con trolls en una montaña tienes que acostumbrarte a ignorar sus ruidos nocturnos. ¡Y qué ruidos!...y olores—acotó

Jack sonrió por lo que decía

—¿Quieres desayunar?—preguntó el peliblanco

—Sí, eso estaría bien—respondió Kristoff

—Yo cocinaré—ofreció Jack dirigiéndose a la cocina

Hoy quería ser una buena persona, cooperar con sus compañeros, eso definitivamente debería traerle buenos resultados...o eso pensó, porque tras regresar al comedor se topó con una no muy grata sorpresa

—¿Acaso no sabes leer?—le dijo Jack a Kristoff cuando lo vio comiendo los pasteles que le había dejado a Elsa

—No—dijo el rubio mordiendo la torta de chocolate

—¡Te estaba preparando el desayuno!—le reclamó Jack

—No te preocupes, los pasteles estaban perfectos—dijo el chico poniéndose de pie—Gracias por la comida, Jack—dijo el chico caminando hacia la puerta—Iré con mi familia, no me esperen

—¡Hey! ¡Necesito solucionar esto! ¡Vuelve acá, Kristoff!—le pidió el peliblanco persiguiéndolo sin éxito pues el chico salió con prisa de la casa

Los pasteles estaban arruinados y con eso todo su plan se iba por el desagüe ¿Acaso podía Jack ser más fracasado?

Y la respuesta era: Sí.

En el momento que Jack volvía lamentándose, Elsa apareció en el comedor.

—Elsa—se detuvo Jack frente a ella cuando la vio

La chica no tenía ánimos de hablarle, había pasado mucho anoche y no sabía qué decirle, no sabía en qué términos habían quedado y si Jack la seguiría molestando

—Elsa, ¿podemos hablar?—preguntó él

La platinada no respondió, en cambio, observó la bolsa con su nombre y con medio pastel mordido en el interior. Eso parecía darle una señal de cómo seguían las cosas con Jack.

—¿Elsa?—insistió

La chica negó

—Jack, no me interpondré en tu camino si tu no te interpones en el mío—dijo Elsa antes de abrirse paso hacia la puerta

Jack observó hacia donde la platinada había observado y se dio un golpe mental cuando la vio salir de la casa.

—¡Espera, Elsa! ¡No es lo que crees! ¡Kristoff se los comió!—le gritó el chico en vano, pues ella ya se alejaba para unirse a Rapunzel que la esperaba

Jack se derrumbó en el sofá tras su partida. Ni sus buenos gestos daban resultado...

Solo le quedaba una persona que podría ayudarlo: Norte. Tal vez lo regañaría y castigaría, pero ahora no importaba, solo quería redimirse con Elsa y hacerla sentir bien.

...

—Norte, ¿puedo pasar?—preguntó el chico tras abrir la puerta de la oficina y ver como el director se sobaba las sienes en su escritorio

—Jack, justo a ti quería verte—dijo el hombre indicándole que entrara y se sentara frente a él—Recibí un reclamo contra ti y estoy muy decepcionado ¿Qué le hiciste a Elsa?

—¿Elsa te lo contó?—preguntó el chico sorprendido de que ya supiera. Ahora entendía porqué Norte se veía tan pensativo

—No, Rapunzel se quejó de ti esta mañana. La señorita Corona me dijo qué has estado molestando a Elsa y que la habías hecho llorar recordándole el fallecimiento de sus padres

Jack bajó la cabeza

—¿Es cierto?—siguió Norte

—Sí, es cierto—dijo él chico, notando la mirada de desaprobación que le daba el director—Norte, no sabía lo que decía y estoy arrepentido. Por eso venía a buscarte, ¿por qué no nos dijiste de los padres de Elsa? ¡Ninguno lo sabía y la hubiéramos ayudado!

—Francamente no creí que fuera un problema—se excuso el director

—¿Y sus poderes, Norte? ¿Por qué no me dijiste de sus poderes?

Esta vez fue el turno de Norte de sorprenderse

—Lo sabes—dijo y suspirando agregó—Jack, no es mi secreto para contarlo. Elsa te lo diría cuando estuviera lista

—Anoche...—siguió Jack nervioso ganándose la atención de Norte—Anoche me encontré con ella cuando salió de su habitación y así lo descubrí…

—La estamos ayudando, le daremos apoyo con sus poderes, si eso es lo que te preocupa—dijo Norte sin revelar mucho

Jack negó con la cabeza para luego volver a mirar al guardián más viejo

—Norte, nunca había visto a alguien con tanto miedo—dijo el chico recordando como ella lo miraba, el terror que había en sus ojos—¿Qué pasa con Elsa?

—Es una buena niña que ha pasado por cosas difíciles—dijo el director

—Y yo la juzgue mal, si lo sé—dijo el peliblanco y se estiró sobre el mesón del otro guardián para tomar la carpeta sobre la mesa

Nombre: Elsa Arendelle

Padres: Iduna y Agnarr Arendelle

Edad: 18 años

País de origen: Reino de Arendelle

Nivel: 5to año

Leyó, igual que la vez anterior, pero esta vez pudo seguir por el resto.

Habilidades: Hielo y Nieve

Títulos: Princesa heredera

Regalos navidades pasadas:

18 años: Guantes

17 años: Guantes

16 años: Guantes

.

.

8 años: Guantes

7 años: "Una muñeca para mi y otra para Anna"

—¿Estos son los regalos que Elsa ha pedido para navidad?—cuestionó Jack despegándose de la hoja. Pedir guantes a los 8 años no era muy propio de un niño—¿Norte, hay algún error?

—No hay errores, Jack

Jack pasó algunas páginas en la carpeta hasta encontrar las cartas que el guardián conservaba con tanto cuidado.

Elsa Arendelle, edad 8 años

"Querido Santa:

Sé que trabajas muy duro junto a tus elfos, pero te quería pedir algo especial para esta navidad. ¿Podrías traerme unos guantes? Sé que no era lo que te había dicho que quería, pero cambié de parecer. No importa el color ni diseño, solo desearía que sean los más resistentes que tengas.

Por favor, Santa, los necesito. Sé que no soy la mejor niña, pero prometo ser buena este año, no lastimaré a nadie y los guantes me ayudarán"

Jack trago con pesadez al leer. ¿Eso lo había escrito una niña de 8 años?

—¿Por qué pide guantes? ¿Acaso le dabas carbón?—cuestionó casi con esperanzas de que Elsa pidiera un regalo pequeño por ser traviesa

Norte negó con la cabeza

—Elsa nunca ha estado en la lista de niños malos, Jack—explicó

—¿Entonces por qué?

—Tu lo viste ayer: Miedo. Ella tiene miedo, mucho miedo

—Explícate, Norte—pidió el peliblanco

—Jack, no te puedo contar la vida de Elsa, eso le corresponde hacerlo a ella si es que quiere—dijo quitándole el documento de sus manos—Solo te pediré una cosa: No molestes a Elsa, ya ha tenido suficiente

El peliblanco de inmediato se puso de pie y miró al director con determinación

—Norte, te prometo que haré las cosas bien y si le daré algo a Elsa, será felicidad—dijo

—Tengo altas expectativas en ti Jack, no me decepciones—dijo el gran hombre a lo que el chico asintió

Al dejar a Norte, Jack volvía con un nuevo objetivo: alegrar a Elsa. Claro, primero tenía que lograr que ella le hablara.

De inmediato tuvo una nueva idea para lograr eso...Tal vez su plan molestaría un poco a Bunny y a Norte, pero el chico creía que funcionaría y valía totalmente la pena intentarlo.

...

Tras volver de su encuentro con Rapunzel, Elsa se encontraba en su habitación revisando la solicitud de cambio de vivienda que su prima le pidió que completara.

Rapunzel había obligado a Elsa a contarle en detalle todos los eventos de la semana, solo pudo guardarse para si lo ocurrido la noche anterior, y tras hacerlo le dijo que mudarse sería la mejor decisión y la verdad era que Elsa también lo creía, aunque ella hubiera preferido irse de la academia. Le preocupaba que sus poderes ya no fueran secretos y puede que sea cosa de días hasta que todos lo sepan si es que Jack decide compartirlo...y dudaba que él desaprovechara la oportunidad.

Elsa leía la segunda hoja del papel con la solicitud cuando de pronto escuchó un grito desde fuera de su habitación y luego un sonoro golpe de algo con una superficie de madera

—¡Ayuda!—escuchó de nuevo otro grito

Sabía a quien pertenecía esa voz, era Jack. No quería salir y encontrarse con él, pero eran las únicas dos personas en la casa y el peliblanco había gritado por ayuda. Tras reunir el coraje que necesitaba salió de su cuarto y se encontró con Jack levantándose de debajo de la mesa del comedor sobándose la cabeza.

—¡Abajo, en tus pies!—dijo él cuando la vio aparecer. Elsa miro hacia abajo y vio un conejito blanco—¡Atrápalo!—le indicó a Elsa, pero este ya había saltado lejos

—¿Qué pasó?—preguntó la platinada viendo como dos conejos saltaban entre las cosas

—Te traje unos conejitos—dijo Jack deteniéndose un segundo a verla

El peliblanco había sacado dos pequeños conejitos árticos del criadero y los llevó a casa. Jack vio que anoche a Elsa parecieron gustarle los conejos y esperaba que hoy con los reales fuera lo mismo, pero se dio cuenta que había sido una mala idea traerlos...una terrible idea, los animalitos corrían descontrolados por toda la casa.

—¿Por qué?—preguntó la chica, pero Jack la ignoro, tenía uno en la vista

—¡Tengo uno!—dijo tomando la criaturita en sus brazos y entregándolo a Elsa para volver a correr en su persecución por el otro

Elsa aún sostenía el formulario de cambio de residencia, pero se preocupó de tomar bien al pequeño animal…¿por qué Jack le llevaría conejos? Eran adorables, pero qué quería de ellos ¿acaso planeaba otra broma?

La chica veía a Jack correr y saltar alrededor de la casa, sin poder vislumbrar los planes del chico

—¡Lo tengo!—gritó Jack desde la cocina tendido en el suelo mientras sonriente levantaba el animalito sobre su cara tras la difícil misión de atraparlo. De pronto una bolita que no era de chocolate cayó sobre su rostro y borró su sonrisa

—¿Por qué trajiste conejos?—le preguntó Elsa molesta llegando al lado de Jack que limpiaba la cara con asco

—Creí que sería una buena idea para alegrarte—dijo el chico con sinceridad

Elsa se sorprendió por sus palabras quitando su expresión de enojo.

—¿Te irás?—preguntó de pronto Jack notando el papel en las manos de Elsa—Elsa, ¿puedo hablar un momento contigo?—pidió el chico notando que era su oportunidad de arreglar las cosas

—No estoy lista para otra de tus bromas—dijo la chica mirando el conejito en sus manos y entregándoselo a Jack

—No es una broma...se que no partimos bien y que fui malo, pero de verdad no quiero seguir así, no quiero ser tu enemigo

—¿Y tu broma de la mañana?—lo cuestionó Elsa dispuesta a irse—¿Y los conejos?

—No era una broma, solo quería ayudar para que te sintieras mejor—dijo interponiéndose en su camino para que no se alejara—Kristoff se comió los pasteles en la mañana y ahora no contaba con que los conejos escaparían...creí que podrían gustarte, son un poco lindos y peludos

—Son MUY lindos—lo corrigió ella

—Son conejos polares, les gusta el frío—dijo Jack dejando caer pequeños copos de nieve sobre sus cabezas—¿Elsa, podrías escucharme? Solo serán cinco minutos

La platinada suspiro, tal vez esta vez no tenía una mala intención

—Bien, solo cinco minutos—dijo ella provocando una sonrisa en Jack

—Eso es más que suficiente—dijo el chico y se movió por la cocina—Traeré la comida de Bunny Jr 1 y Bunny Jr 2

...

Elsa se sentó en el porche de la casa junto a Jack acompañándose de los pequeños conejitos

—Creo que le gustan más los arándanos y las frambuesas—dijo Jack alimentando al animalito en sus manos con frutas y verduras

El que tenía Elsa se había dormido entre sus brazos y ella lo acariciaba con cuidado.

—Esta es la última Bunny Jr—dijo Jack antes de darle la fruta

La platinada solo observó en silencio. Fuera del incidente con el escape de los conejos, está actividad hubiera sido divertida en otro contexto, pero ahora la chica no podía sonreír por ello pues aún estaba triste. Jack notó esto y tras darle la baya al conejo habló:

—Elsa, lo siento. Sé que me pase de la raya al molestarte, no quise ser malo y de verdad no sabía que te estaba lastimando con lo de tus padres

Elsa no respondió, pero detuvo las caricias al conejito en sus manos. Ella podía sentir como sus ojos se humedecían. Lo que Jack le dijo le había dolido, sin embargo, sabía que él no conocía la realidad sobre sus padres...

—Está bien—dijo al final tras unos segundos—Tu no controlas quién vive y quién muere, no te puedo culpar, además no lo sabías... y yo debí haber puesto más esfuerzo en cocinar, tengo la culpa por eso

—No digas eso, Elsa —la detuvo de inmediato Jack—Sé que intentaste cocinar y por favor culparme por todo. Golpéame, dame una cachetada, es lo menos que merezco

La chica negó con insistencia

—Desquita todo tu odio conmigo, puedo darte un minuto para que grites y me digas todo lo que quieras y si quieres todo lo que salga de tu boca luego será olvidado, no te guardaré rencor ni nada. Por favor, hazlo—pidió el peliblanco

—No te tengo nada que decir, no te conozco lo suficiente

Jack dejó de hablar. Esperaba que ella al menos tomara la oportunidad que le ofrecía y se desquitara pues tal vez con eso no se sentiría tan mal, pero Elsa lo hacía sentir todo lo contrario. Ni con las facilidades que le daba y ni por el dolor que debía sentir, fue mala con él.

—Lo siento, Elsa—dijo nuevamente Jack, arrepentido

La observo por unos segundos mientras ella acariciaba el conejito y luego volvió a divisar el papel de solicitud de cambio de vivienda que tenía a su lado. No quería que ella se marchara

—¿Te quedarás?—preguntó Jack—Te prometo que me comportaré. Y si quieres te compensaré todo de alguna forma. Seré tu esclavo si es necesario—bromeó Jack, pero luego suavizó su mirada—Lo dijo en serio, quiero hacer las cosas bien y si eso es lo que tengo que hacer estoy dispuesto. Además, tus poderes...

Elsa se tensó de inmediato ante la mención de sus poderes y levantó la vista con miedo. No habían hablado de eso antes y él sabía su secreto

—No le digas a nadie—pidió Elsa con temor

—No lo haré—aseguró él viendo como el miedo la paralizaba nuevamente—Elsa, ¿le tienes miedo a tus poderes?—la cuestionó, sabía que había algo extraño con ellos que Norte no quiso compartir. Además, era raro que la chica tampoco los hubiera usado a pesar de estar en una academia mágica. Tal vez ese era el origen del temor que había visto la noche anterior y que volvía a aparecer ahora

Elsa asintió suavemente ante su consulta

—¿Por eso los guantes, por tus poderes?

—No puedo controlarlos—dijo alejando la pequeña criatura que sostenía hacia el regazo de Jack por miedo a lastimarla y apretando sus manos como si su poder fuera a escapar. Él observo sus acciones y sin dudar dijo:

—Te ayudaré con ellos

—No, no puedes—dijo la platinada apretando más sus puños. Ni con los guantes sentía sus poderes seguros, menos sería sin ellos

—¿Vamos Elsa, quien mejor que yo para ayudarte? Además, quiero hacer las cosas bien y no sería muy amistoso de mi parte dejarte sola

—No—dijo la chica continuando su rechazo

—Elsa por favor, necesitas ayuda y puedo ayudarte, entiendo que no confías en mi, pero déjame demostrarte que puedes hacerlo

—No es eso—negó la chica—Jack, mis poderes son peligrosos, puedo hacerte daño—dijo finalmente mirándolo

—Pff, ¿el hielo dañando a Jack Frost? Eso es imposible, no es sólo tu elemento princesa, también es el mío y no pasará nada—dijo sonriéndole con tranquilidad intentando aligerar el ambiente—¿Recuerdas lo de ayer? Todo fue mucho más espontáneo que lo que podría ser una práctica conmigo enseñándote y no pasó nada. ¡Vamos, Elsa, todo saldrá bien, soy inmune a tus poderes y puedo ayudarte!

Elsa seguía dudando

—Norte me dijo que ellos también estaban trabajando contigo, ¿quién te está ayudando?

—El profesor Sandy y un segundo profesor que aún no conozco—le explicó Elsa

—Sandy es un gran profesor, pero no controla el hielo, yo sí—dijo intentando que cambiara de opinión—¡Vamos princesa! ¡Todo saldrá bien!—le dijo con entusiasmo

Elsa mordió su labio confundida, lo que Jack le proponía era tentador y tenía razón de que Sandy no controlaba la nieve y hielo como ella y él lo hacían. Además, lo que había pasado la noche anterior había sido suficientemente poderoso y él lo había controlado sin problemas, no sería como practicar con alguien sin magia...pero aún dudaba y la imagen de su hermana siendo lastimada por sus poderes seguía viniendo a su mente.

—Elsa, se que nunca podré hacer lo suficiente para que me perdones por lo tonto que fui, pero te prometo que lograré que puedas controlar tus poderes si me lo permites—dijo el peliblanco—Te lo prometo, Elsa

La platinada miró a sus ojos que contrarios a esa chispa juguetona y burlesca, ahora se veían honestos y decididos…Y Elsa decidió confiar en él

—Acepto—dijo finalmente, a pesar del miedo y la tristeza que aún albergaba

El chico asintió con una sonrisa y aquel día Jack se prometió a sí mismo que siempre estaría para ella, la ayudaría con sus miedos y en todo lo que pudiera, pues ahora con solo mirarla sabía que se había equivocado en juzgarla. Elsa era aún una chica inocente la que además de buena y amable, se mostraba muy, muy temerosa. Jack sabía que aún estaba a prueba para ser un guardián, pero lo menos que podía hacer era ser uno para Elsa y quería serlo costara lo que costara.


betaworkshop460: Sí, Elsa se siente sola pues aunque sepa que hay gente a su alrededor no puede confiar del todo en ellos y no los puede arriesgar. Y estas en lo correcto, Jack podrá ser infantil, inmaduro, impulsivo, pero no es malo.

Lovepeachy: Esta tratando de hacer las cosas bien...es un poco fracasado en eso, pero reparará todo el daño que causo ;)

Nikolai: En el fondo no es malo, solo esta confundido y dolido. Ahora empieza a hacer las cosas mejor, intenta ser bueno y arreglar las cosas...algo que no será tan facil...

Gracias a todos por leer. ¡Hasta la próxima!