Los personajes no me pertenecen, todo es de DreamWorks y Disney.
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Capítulo 24: Safe
El peliblanco había estado HORAS limpiando y ordenando el desastre que quedó tras el show de talentos, pero no se sintió mal por ello. Había evitado que Elsa y sus amigos fueran castigados, lo que era muy bueno y además...¡se sentía lo suficientemente entusiasmado luego de su presentación y luego de hablar con la linda platinada con la cual aún tenía una conversación pendiente!
Al terminar con sus tareas Jack literalmente voló a casa esperando que no fuera muy tarde y Elsa siguiera despierta.
—¿Hipo, dónde está Elsa?—preguntó Jack apenas entró y luego ver los guante de la chica sobre la mesa, pero sin su dueña
—Terminaste con tu castigo—se burló Hipo antes de responder, cosa que no le causó gracia a Jack—Elsa salió hace unos minutos con Chimuelo
—¿A dónde fue? ¿Y Chimuelo gato o dragón?
—No lo sé y gato—dijo el castaño—, no sé por qué sigue cambiando...aunque al menos ahora puedo traerlo a casa o llevarlo a clases, también come menos lo que es muy ventajoso para mis ahorros y la apuesta que...
—Iré con Elsa—anunció el peliblanco ignorando Hipo, estaba muy ansioso por continuar las cosas con la chica y no le importaba mucho la historia de su amigo
—¡Sí, claro déjame hablando solo sobre la apuesta que tendré que pagar por tu culpa!—se quejó Hipo, pero Jack apenas lo escuchó por salir apresurado
...
—¡Vamos, Chimuelo, tú puedes!—le habló la platinada al gato negro que jugaba al interior del establo en donde previamente se refugiaba el enorme dragón—¡Muy bien!—lo felicitó cuando se acercó a ella dando saltos
Elsa aún acariciaba al gato dándole lo último que le quedaba de comida cuando de pronto oyó unos pasos tras ella que la asustaron y erizaron la piel de Chimuelo entre sus brazos.
—Hola Elsa—saludó una voz que lamentablemente ya conocía
—Gastón—dijo la platinada volteándose con rapidez
El chico le dio una de sus sonrisas triunfantes antes de dar unos pasos hacia ella que hicieron que el gato saltara y se escondiera por el miedo.
—Chi-Chimuelo—llamó la chica sin éxito
—Déjalo—señaló Gastón—No sé porque querrías cargar con una bestia—dijo observando la dirección por la que se había ido el felino
—Chimuelo no es una bestia—respondió la platinada con decisión aunque comenzaba a temer y retroceder a medida que el chico comenzaba a arrinconarla
—Qué coincidencia haberte encontrado aquí...sola—murmuró Gastón siguiéndola a pasos lentos
—T-Tengo que irme—avisó la chica intentando esquivarlo y salir del lugar, pero el pelinegro se lo impidió y sujetó su brazo
—Vamos, Elsa no es la primera vez que huyes y tal vez ahora podríamos tener un tiempo a solas—dijo pasando la lengua por sus labios mientras acariciaba su brazo—¿Alguna vez te habían dicho que tienes un cuerpo muy hermoso y seductor?
Elsa sentía que respiraba con dificultad y temblaba de terror. Su mente iba muy deprisa, pero su cuerpo no podía reaccionar. Quería escapar y gritar, sin embargo, estaba en completo shock mientras los dedos del chico subían y bajaban por su brazo y tocaban su mano sin sus guantes. Temía que sus poderes explotaran dañando a alguien aunque también temía por su seguridad si es que no los usaba y Gastón cumplía con lo que insinuaba.
La aterradora mirada que mantenía sobre ella y sus manos que amenazaban con acercarse a otros lugares tenían a la chica cada vez peor.
—¡Elsa!—gritó de pronto una voz sacando a la platinada del shock y alejando al pelinegro de ella. Jack había llegado a los establos y no pudo callarse ante la vista de la chica en una posición vulnerable, atrapada entre Gastón y la pared, mientras el pelinegro la acariciaba
Elsa no desaprovechó la distracción que se generó por el grito de Jack y corrió hacia el peliblanco que la recibió con preocupación
—¿Estás bien, princesa?—preguntó Jack observando su rostro pálido de miedo. La platinada no habló, pero asintió y el peliblanco quería seguir preguntando sobre su estado, pero antes de poder hacerlo, vio a Gastón tras ella que los miraba a ambos con odio—Espérame afuera, copito de nieve—pidió. Esta vez estaba dispuesto a enfrentar a Gastón y decirle que no lo quería cerca de sus amigas.
Elsa huyó sin decir ninguna palabra ante la petición de Jack
—De nuevo te interpones en mi camino—murmuró Gastón con disgusto—No es la primera vez ni la segunda vez que nos interrumpes, Jack Frost—se quejó
—Se lo que hiciste con Bella, no permitiré que Elsa pase por lo mismo—señaló el peliblanco y Gastón enfureció tras la mención a la castaña
—No tienes ni idea—dijo el pelinegro apretando los dientes con molestia
—No te dejaré acercarte a Elsa
—Tu y yo, a las 12 de la noche en los pastizales frente al bosque encantado—lo desafió Gastón
—¿Qué?—preguntó Jack sin entender que decía
—Es un duelo, Frost—respondió el pelinegro—¿Aceptarás? ¿O te acobardaste? A ver que tan valiosa es ella para ti...
Jack lo miró con incredulidad por unos segundos al notar lo que proponía, pero no dudo de su respuesta:
—Bien, si eso quieres para dejar de molestar a Elsa y cualquier amiga mía, acepto
—Te moleré a golpes—amenazó Gastón golpeando uno de sus puños en la palma de la otra mano y dejando ver sus enormes músculos—Lleva a Abadejo contigo... necesitarás a alguien que te levante luego de la golpiza que te daré
—Allí estaremos
—Y por cierto, no queremos que los profesores se enteren...odio a los soplones
Jack corrió hacia el exterior del establo, su corazón latía con prisa...no podía creer lo que acababa de hacer, pero no se arrepentía. Vio que la hora indicaba que eran las 11:45 P.M., solo le quedaban quince minutos para volver a encontrarse con Gastón...Tenía que volver a casa y dejar a Elsa allí
—¿E-Elsa, donde estás?—pidió saber el chico luego de no encontrarla y sentirse más nervioso de que Gastón la hubiera atrapado nuevamente, pero pronto la platinada salió de entre las sombras abrazándose a si misma—¿E-Estas bien, princesa?—preguntó nuevamente
La chica asintió repetidamente aún sin poder formular palabras
—¿Por qué viniste a los establos sola? ¿Por qué no saliste con alguno de nosotros?—preguntó repentinamente Jack, hablando con un poco de desesperación y fuerza, más de la que realmente quería usar—Te pudo haber pasado algo, Elsa. Pudiste haberme pedido a mi, a Astrid, a Hipo o a Kristoff que te acompañáramos—dijo. Estaba sumamente exaltado por lo que pudo haber pasado aunque sabía que ella no tenía la culpa
—Perdón—le dijo Elsa al borde de las lágrimas. Aún intentaba procesar lo que acababa de pasar y Jack estaba siendo muy duro con ella
—¡Cuando salgas tarde llámanos! ¡A cualquiera! ¡No te quedes sola de noche!—termino Jack
—Lo siento—dijo Elsa soltando finalmente unas cuantas lágrimas por lo crueles que sonaban sus palabras—Creí que el campus era seguro
La chica bajó la cabeza y apretó con mayor fuerza sus manos alrededor de su cuerpo. Se sentía mal por haber salido y por lo que usaba, por sus brazos desnudos y por la forma de su cuerpo. Aún sentía como si Gastón la acariciara y observara con lujuria, y era desagradable.
Por su parte Jack sabía que no estaba enojado con Elsa, no quería gritarle y no quería asustarla, pero ahora él se encontraba en un shock emocional en que no podía sentir ni expresar nada bien. Se sentía completamente aterrado y sentía que podía largarse a llorar en cualquier momento, mas la rabia que sentía contra Gastón era lo único que salía. Finalmente, tras ver a la platinada incómoda mientras se encogía en su lugar, cedió, no podía hacerle eso a ella. Jack dejó su enojo atrás, aunque en su rostro solo se podía apreciar un gesto de seriedad
—Ven—le dijo Jack acercándose a ella y sacándose su sudadera sin mostrar ninguna emoción—Puedes usarla si quieres
Elsa aceptó sin decir nada, por ahora sería un buen escudo para cubrirse, aunque aún podía sentir la mano de Gastón sobre ella, avanzando por su brazo y causando un detestable escalofrío...
Jack observó como la chica incluso cubrió su cabeza con la capucha de la prenda que le daba y no pudo evitar pensar en como llegó con ella justo a tiempo antes de que las consecuencias fueran mayores...
—Tenemos que volver a casa—pidió el peliblanco, recordando lo que habían acordado con Gastón
...
Jack abrió la puerta de la casa con fuerza, alertando y separando de inmediato a Hipo y Astrid que se besaban frente al televisor aún sintiendo la emoción que les había dejado la reciente presentación.
—¿Y a ustedes qué les pasó?—preguntó el castaño cuando vio al peliblanco entrar a la casa con rapidez y cara de pocos amigos
Segundos después Elsa fue la que apareció tras el peliblanco, quedando a la vista de Hipo y Astrid que alarmados vieron como la chica se abrazaba a sí misma mientras tiritaba en la sudadera de Jack.
—¡Elsa!—exclamó Astrid—¿Qué te pasó?—preguntó, pero la chica no respondió—¿Qué le pasó?—le preguntó esta vez a Jack y ambos chicos lo miraron esperando a que hablara
—Hipo, te necesito—dijo Jack con determinación en lugar de responder—Acompáñame a la cocina—pidió antes de desaparecer al interior de la casa
Ni Hipo ni Astrid sabían lo que pasaba, pero con certeza podían decir que nunca había visto al Jack tan decidido y firme frente a algo
—Ve con Jack, Hipo—le dijo la rubia a su novio que aún no se recuperaba de la seriedad con la que Jack le hablaba y de la temblorosa Elsa, pero tras recibir la petición de Astrid de inmediato siguió al peliblanco
Por su parte, la chica se acercó a la platinada
—¿Estás bien, Elsa?
—Estoy bien—mintió la chica intentando parecer calmada mientras Astrid la sentaba a su lado en el sillón, pero no fue la mejor simulando
—¿Qué pasó?
—Nada, Astrid, no pasó nada—se negó a hablar la platinada mientras cerraba sus ojos con fuerza para no llorar
—Podría llamar a Rapunzel si es que quieres hablar con ella
—¡No!—respondió de inmediato Elsa no muy feliz con la idea de que su prima se enterara de que había sucedido—Estoy bien, Astrid
La rubia no siguió preguntando y respetó el silencio de Elsa, aunque eso no evitó que la preocupación siguiera creciendo en ella tras verla cubrir nuevamente su cuerpo con sus brazos.
Elsa no quería revivir lo que había pasado contándole a su amiga el incidente, todo lo contrario, quería retroceder el tiempo o borrarlo de su cabeza como si nunca hubiera sucedido, aunque sabía que eso era imposible.
Pronto los pasos de los chicos caminando con rapidez hacia la sala se hicieron oír. Astrid se puso de pie para recibir a Hipo que se acercó a abrazarla y Elsa levantó su vista encontrándose por unos segundos con la del peliblanco que salía apresuradamente de la casa
—¿Hipo, a dónde van?
—Cuida de Elsa, Astrid—pidió el castaño sin explicarse—Te quiero mucho—dijo besándola con fuerza en la mejilla antes de salir
...
El campus estaba sombrío y la fría brisa soplaba entre los árboles cercanos cuando el peliblanco llegó junto a Hipo al punto acordado para la reunión. Gastón y sus matones ya los esperaban allí con sonrisas arrogantes dibujadas en sus rostros
—¿Estás seguro de esto, Jack?—preguntó el castaño viendo con desconfianza al capitán de Works, Lefou, los hermanos Stabbington y al chico nuevo, Hans
—Tengo que hacerlo—respondió el peliblanco
Hipo asintió sin evitar que el chico se acercara a su oponente pues comprendía la motivación que tenía, aunque eso no evitaba que temiera por su amigo ya que si bien Jack era alto, muy alto y con tal vez un poco de musculatura, Gastón era enorme y sus brazos y abdomen trabajado superaban casi tres veces a los del peliblanco. Jack también era consciente de la gran diferencia que existía entre él y Gastón, pero no se acobardaría y le haría frente, pues no quería que su princesa volviera a pasar por algo similar nunca más.
—Creo que no eres tan cobarde como supuse—dijo el pelinegro al ver a los chicos y caminar a su encuentro
—Solo hago esto para que dejes en paz a Elsa
—Es un enfrentamiento cuerpo a cuerpo, sin poderes y solo nosotros dos—dijo observando amenazadoramente al castaño, desafiándolo con la mirada
—Hipo no intervendrá—señaló Jack con rapidez indicándole a su amigo que se alejara
—Eso espero—dijo Gastón cerrando más la distancia con el peliblanco y lanzando un primer golpe al estómago de Jack cuando él aún estaba distraído
—¡Eso fue trampa!—se quejó Hipo intentando acercarse a su amigo cuando lo vio doblarse de dolor, pero los compañeros de Gastón fueron más rápidos y lo detuvieron
—Estoy bien, Hipo—gritó el Jack para que el chico dejara de forcejear con los otros más grandes, cosa que dio resultado aunque Hipo no dejaba de estar preocupado
Gastón fanfarroneó con sus camaradas por el golpe que le había propinado al peliblanco y por la facilidad con la que lo había hecho
—Te haré polvo, Frost y contigo fuera del mapa Elsa no se resistirá
—No le harás nada sin su consentimiento, Gastón—dijo Jack recuperando el aliento e irguiéndose para volver a la posición de pelea—No te dejaré acercarte a ella, ni que la toques y si pudiera impediría que la vieras
—¡Ella quiere ser mía! ¡No hay mujer que no lo desee!—dijo empujándolo y lanzándolo al suelo—Y de no ser por esa sombra hubiera entrado a su cuarto hace mucho, mucho tiempo y lo hubiera conseguido
El peliblanco se levantó sumamente molesto por lo que insinuaba y por confirmar sus sospechas de que el ataque que habían sufrido a su casa era producto de su asquerosa obsesión con la chica.
—¡Entonces estaba en lo correcto, tu intentaste entrar a la habitación de Elsa!—acusó Jack y Gastón no respondió, pero sonrió antes de lanzar otro golpe al chico, el que esta vez logró esquivar, enojando al pelinegro
—¡No sé porque la proteges, no es nada tuyo hasta donde yo sepa!—gritó Gastón
—¡Es mi amiga y protegería a cualquier chica de tipos como tú!—señaló el peliblanco convencido de que no se dejaría vencer por el otro sujeto por ellas y fiel a su palabra, Jack se mantuvo firme y esquivó con agilidad los puñetazos que quería darle el más grande. No golpeó a Gastón, sabía que no podría, pero todo lo que hizo, lo hizo con mucha valentía, logrando cansar al otro chico y por un segundos Jack creyó que ganaría tras dejarlo agotado...Pero Gastón comenzó a enloquecer y se aprovechó de la única ventaja que le quedaba, haciendo trampa...
En un repentino movimiento, que Jack no previó, y por orden del pelinegro, los hermanos Stabbington sujetaron al peliblanco por los brazos para permitirle a Gastón golpearlo. Hipo no logró reaccionar a tiempo pues el sujeto pelirrojo que los acompañaba lo lanzó al suelo tras hacer que perdiera el equilibrio luego de golpear su pierna con la prótesis.
Gastón golpeó a Jack sin piedad y muy alterado por un par de minutos que parecieron eternos para el peliblanco. Hipo que estaba de espectador incluso temía por la vida del chico, afortunadamente el bosque encantado los salvó de continuar la salvaje escena. Una ventisca proveniente desde las profundidades del oscuro lugar y unas llamas púrpuras alertaron a Lefou que dio aviso a sus amigos
—Gastón, tenemos que irnos, alguien viene—dijo el chico haciendo que el pelinegro soltara a Jack y observara a su alrededor notando lo misma inusual escena en el bosque
—Vámonos—dijo Gastón levantándose del suelo en donde ahora golpeaba al peliblanco y corriendo por el campus siendo seguido por el resto de sus secuaces
—Jack, Jack—corrió Hipo al lado del chico tirado en el césped cuando finalmente fue liberado por el pelirrojo—¿Estás bien, Jack?—no obtuvo respuesta—¿Jack, me escuchas? ¡Jack!
...
La platinada se había contenido en todo momento, se sentía en shock por lo ocurrido y no podía expresar nada. Su mirada se alternaba entre la puerta y el reloj. Eran pasadas las 1 A.M y Jack e Hipo no llegaban y ninguna sabía a dónde habían ido. Astrid a su lado parecía igual de preocupada y tampoco decía nada.
De pronto se escucharon pesados pasos de alguien que llegaba a casa. Ambas chicas se prepararon, pero no lo suficiente para lo que verían...
—¡Jack!—exclamó Elsa llevando sus manos a cubrir su boca cuando vio entrar al peliblanco recargado sobre Hipo. El chico estaba muy golpeado. Su labio sangraba, su mejilla estaba raspada y tenía diversos moretones en su rostro y otras partes de su cuerpo
Jack levantó su vista para observar a Elsa, que aún vestía con su sudadera y tenía el miedo reflejado en su rostro, y no pudo evitar sentirse decepcionado de sí mismo por no haber sido lo suficientemente fuerte para vencer a Gastón...no pudo, no pudo hacerlo, se dijo pesar.
—Siéntate, Jack, iré por el botiquín—exigió Elsa, siendo la primera en quebrar el silencio que se había instalado luego de la gran conmoción. La chica se apresuró en ir buscar lo que necesitaba en el interior de la casa y volvió casi de inmediato
—Hipo, acompáñame—habló Astrid a continuación, luego de asegurarse de que el peliblanco quedara sentado en el sofá
Astrid aprovechó que Elsa y Jack estaban ocupados para exigirle a Hipo que le relatara lo sucedido con la chica y el peliblanco. El castaño no se negó a hablar
—¡Ese mal nacido!—reclamó Astrid cuando Hipo terminó el relato—¡Cuando lo vea le daré su merecido!—dijo dando puños al aire, furiosa
—Astrid, por favor—pidió con suavidad Hipo tomando sus manos para tranquilizarla
—¡Tengo más fuerza que Jack!—señaló la chica casi gritando—¡Estoy mejor entrenada! ¡Puedo vencerlo!
—No quiero que interfieras, Astrid, te puede hacer algo—dijo Hipo abrazándola con firmeza. No la dejaría exponerse a un escenario tan salvaje como el que había visto—Lo solucionaremos, My Lady, estaremos bien, pero no te pongas en peligro
...
Elsa limpiaba con delicadeza las heridas de Jack mientras el chico soltaba pequeños quejidos, pero sin decir nada. El peliblanco se mantenía serio, observando el vacío y a Elsa le dolía mucho verlo así, tan distante y tan golpeado. La chica no pudo evitar soltar unas lágrimas pues sentía que todo eran su culpa... si tan solo no hubiera salido de noche
—Lo siento—dijo de pronto Jack haciendo que Elsa detuviera los cuidados que le daba—No pude ganarle
—¿Por qué, Jack, por qué peleaste con él?—murmuró Elsa limpiando sus lágrimas con rapidez—¡No tenías que hacerlo!
—Es solo que... no creo que Gastón entienda con un no y no quiero que te pase nada—dijo el chico también dejando correr las lágrimas que contenía
—Pero era mi culpa, no debí salir. No debí hacerlo—dijo observando su regazo mientras apretaba sus puños
—No, Els—dijo Jack levantando su rostro y llevando los mechones sueltos de su cabello hacia atrás—Perdóname por lo que te dije antes, sé que te defendiste y sobrerreaccioné, estaba asustado y no pensé en lo que decía. Tienes derecho a salir cuando desees, no debería pasarte nada y no deberías temerle a nada—dijo mirándola fijamente y con mucho cariño—Tu no tienes la culpa de nada y nunca la tendrás si ocurre algo así, no importa el lugar que estés ni la ropa que vistes, tu no tienes la culpa de que la mente de algunos sea tan retorcida
El peliblanco de pronto observó una extraña marca oscura en la piel de la chica y con su consentimiento levantó ligeramente el puño de la sudadera para encontrar que los dedos de Gastón estaban marcados en una de sus muñecas
—Princesa, necesito que me prometas una cosa—dijo con moderación, aunque por dentro sentía una profunda rabia—Prométeme que si Gastón o cualquiera se acerca a ti para hacerte daño, usarás tus poderes
—No puedo...
—Por favor, Elsa, promételo—pidió. Jack sabía que si Elsa se enfrentaba a Gastón sin sus poderes saldría perdiendo pues era mucho más pequeña y no creía que tuviera la suficiente fuerza física suficiente para vencerlo
—Lo mataría, Jack—señaló la chica asustada
—No lo harás, Elsa—dijo el peliblanco acercando sus dedos al rostro de la chica y limpiando las lágrimas que seguían cayendo—Copito de nieve, tengo muchos años y sé que las malas personas estaban en todas partes y sé que cosas malas le pasan a gente buena, lo he visto en el mundo real...y no podría soportar la idea de que te hicieran algo, no podría vivir sabiendo que te dañaron y ninguno llegó a tiempo. Sé que puedes defenderte porque ya controlas mejor tus poderes y te prometo que cuando volvamos de vacaciones te ayudaré el doble para que te sientas en confianza con ellos y los uses para protegerte
—Tenía tanto miedo, Jack—murmuró Elsa antes de ser envuelta entres los brazos del peliblanco que intentaba consolarla—Se que puede parecer exagerado pues solo tocó mi brazo, pero no sabes lo mal que se sentía saber que él estaba haciendo algo que no quería y que tenía completo control sobre una parte de mi cuerpo, además, la forma que me observaba era tan- —se cortó Elsa por el recuerdo
—No tienes que seguir, Els y no tienes que explicarme nada, entiendo que te asustó aunque fuera algo pequeño, pero no permitiré que te pase nada, mi copito de nieve—dijo besando su frente
—Gracias, Jack. Gracias por estar aquí conmigo
—No hay de qué, princesa, yo soy tu guardián
Elsa se sentía cómoda y segura en los brazos de Jack y finalmente se permitió llorar con fuerza, así como le hubiera gustado hacerlo desde que Gastón puso su mano sobre ella. Liberó todo lo que sentía mientras Jack acariciaba su cabello y acomodaba sobre sus hombros la chalina de su madre.
El peliblanco trataba con suavidad a Elsa mientras lloraba, la dejó soltar todo porque sabía que ella lo necesitaba y esto quedó claro cuando notó que ella se calmaba poco a poco. Sin embargo, a pesar de la calma que aparentaba tener, no pudo evitar sentir rabia y apretar los dientes pensando en todas las formas que le gustaría hacer sufrir a Gastón por atreverse a intentar tocar a su princesa. No permitiría que nunca lo hiciera y eso solo ocurriría sobre su cadáver...
Fin por ahora. Espero que les haya gustado ✨
betaworkshop460: Que bueno que no te decepcionó el no incluir niños y Elsa mas que esperar que la validaran diciéndole que es linda, se sintió mal porque Jack le dijo que era fea ashdja
