Me tomó un poco más de tiempo escribir el segundo cap de lo que había deseado, pero he estado ocupado en otras cosas últimamente.Sin embargo aún tengo muchas de ganas de continuar, pero como siempre, escribiré en cuanto el tiempo y mi mente me lo permita.Revisé el Cap pero quizás puede haber algunos errores en la escritura o en la narración que pude haber pasado por alto, me gustaría que me lo indicaran en los comentarios.Sigamos...


La noche sigue su rumbo hasta la llegada del amanecer. otro dia comienza en la selva.

Blu habia tenido malas noches, pero nada que una amada compañia no puede arreglar, sin embargo, por primera vez en años, estaba solo. Su mente obstaculizaba sus sueños, aquellas pesadillas y malos recuerdos de su estadía en la tribu Spix solo hicieron miserable su noche. Pero al final pudo conciliar el sueño.

El frio de la noche desaparece y ahora comienza a hacer calor.

Blu despierta, pero sin abrir los ojos quiso volver a entrar al mundo de los sueños, detestaba despertar temprano. Inconcientemente siente algo suave y calido apegado a él y tambien debajo de sus alas, una sensacion familiar recorre su cuerpo que instintivamente aprieta suavemente su abrazo.

Y no solo eso, tambien sintio que su cuerpo era envuelto y su agarre en él tambien fue apretado.

Debilmente abre sus ojos. Su vista era borrosa, pero eventualmente se fue aclarando.

De golpe sus ojos se abren como platos antes de entrar en shock.

Tenia a Alejandra bajo sus alas, otra vez, y ella lo estaba abrazando de vuelta, Blu podia sentir los latidos de la escarlata con su pecho pegado a la de ella.

Se movio un poco ante la sorpresa, pero solo provoca que la hembra se apegara aun mas a él, Blu respira agitadamente al sentir ahora como sus vientres se juntan al igual que la punta de sus picos.

Blu intenta alejar su cabeza, nota como el pico de ella formaba una sonrisa, aun seguia dormida.

Casi entra en pánico al percatarse de que estaba atrapado con ella. No tenia idea de como terminó en esa situación, incluso no recordaba que hacia ahí ni como llegó.

Habia despertado abrazado con otra chica, cualquiera que los vieran pensaria que los dos hicieron algo mas que solo dormir.

Lo unico que Blu pudo hacer fue doblar sus partes libres hacia atras, su cabeza y su cola se alejan de ella lo mas que se pudo.

Sabia que no podia hacer nada para liberarse sin despertarla.

"Um... ¿Alejandra?" Llamo suavemente. No hizo efecto si no hasta el segundo llamado

"A-alejandra... despierta..."

La escarlata se mueve un poco y bosteza, se veía cómoda y relajada, al menos alguien si pudo dormir bien.

Blu se sacudió un poco y logra hacerla despertar.

Abre lentamente sus ojos, encontrándose con un Blu bastante alterado con una torpe y nerviosa sonrisa.

Tomó un par de segundos hasta que ella se percatara de la situación y rápidamente se separa de él.

"Woah, Blu... yo, lo siento"

Finalmente libre, Blu se sienta. "Uh, no pasa nada."

Un silencio incómodo se apodera del lugar, Alejandra se veía apenada y sonrojada, al igual que Blu.

Pero antes de que uno de los dos dijera algo, sus estómagos rugen.

"Um, voy a traer el desayuno." Fue lo único que dijo Blu antes de levantarse, acomodar sus plumas y dirigirse a la salida.

"Claro uh... Espera, yo puedo encargarme de eso, no te molestes".

"Creo haber visto un árbol con mangos cerca, no tardaré en traerlos"

Alejandra se levanta y se acerca a Blu

"Yo voy por ellos, tu deberías seguir descansando, no te ves muy bien que digamos"

En efecto, Blu se veía agotado, solo había dormido unas horas de lo necesario. El Spix no quería discutir con ella y la idea de recostarse de nuevo era tentador. No fue necesario convencerlo para que se quede en el árbol.

"Bueno..."

La escarlata ve como Blu se regresaba a su lugar para dormir y se recuesta. Luego ella sale del hueco respirando el aire fresco antes de desplegar sus alas.

Blu no vió cuando salió y solo se acomoda sobre la madera del árbol dejando salir un bostezo. Se da cuenta que había empezado su primer día lejos de su familia, completamente solo.

"Buenos días, Perla..." Dijo a nadie a su alrededor.

Cierra los ojos e intenta dormir aunque sea un par de minutos.

Mientras afuera en el exterior, Alejandra volaba entre los árboles, buscando aquel árbol de mangos que Blu había mencionado, comenzó a pensar que solo lo dijo para alejarse de ella pues, no había uno cerca.

"Creo que lo molesté" Suspiró mientras recordaba lo placentero que fue su noche con Blu. "Pero sus alas eran tan suaves, y con una dulce aroma."

Surca entre las ramas hasta que encuentra con árbol con frutas.

"Es un buen tipo, muy diferente a los demás machos, no sé cómo alguien lo trate como basura, las tribus son unos salvajes. Y su pareja una malagradecida" Dijo con desprecio mientras toma un mango con sus alas y acerca su pico sobre el tallo para arrancarlo.

"No sé merece todo lo que ha sufrido, debo hacer algo para animarlo" Con el mango en su poder, acaricia la suave textura de la fruta.

Una vez teniendo un par de mangos en sus garras, alza vuelo de regreso al árbol.

No demoro mucho volver, solo estaba a un minuto de distancia, pero se presenta otro pequeño problema, al aterrizar en el interior del árbol se encuentró a Blu en un profundo sueño. Se enterneció al verlo, al parecer el cansancio era mayor al hambre, su plan de dormir abrazados no funcionó en darle una buena noche, y ahora que lo piensa bien, era una idea tonta, ella no era Perla y era de esperarse la reacción de Blu, y el nulo efecto de reconfortarlo.

Se maldice así misma en su mente antes de acercar los mangos hacia el Spix.

No sabía si debía despertarlo o no, el tiempo avanza, y encima ambos durmieron de más, ya era la tarde así que si querían llegar a Manaus antes de la noche debían moverse ya.

Al final decide desayunar sin él. Toma un mango y se lo lleva a la entrada.


Alejandra desayuna en silencio y sola en la entrada del árbol, contemplaba la belleza natural de la selva, el aire limpio que respiraba, el ambiente tranquilo y cálido que la relajaba, todo eso la había convencido en abandonar la ciudad y comenzar su vida en su hábitat natural.

Pero por desgracia, no terminó tan bien como había querido. Los rumores que había escuchado sobre el Amazonas no era como habían dicho. Deseaba no haber abandonado la ciudad, por poco pierde la vida por hacerle caso a esos rumores.

Le da otra mordida al mango, de algo está segura era que la comida ahí era más sabrosa que en la ciudad. Poco a poco la fruta se fue reduciendo a hasta que solo quedaba la semilla. Una vez terminada deja los restos contra la pared, vió al segundo mango intacto al lado y cerca de Blu quien permaneció dormido. Esperaba que al menos tuviera un buen sueño.

Tras un momento sentada en el borde, decide ir a asearse.


Con un pequeño gemido, Blu abre nuevamente los ojos, está vez estaba solo, levanta su cabeza y revisa el lugar esperando ver a la escarlata, pero en lugar de eso encontró un mango. Su estómago rugió con mayor fuerza al verlo que no pudo aguantar más y se levanta y camina débilmente hacia él. Sin siquiera tomarse la molestia en revisar si no tenía algún bicho encima, cosa que siempre hacia con todas frutas que comía en Río.

El dulce sabor elevó enormemente su espíritu y revitalizó sus energías, más que cualquier otra fruta que había degustado. Aún no se encontraba al cien, pero estaba listo para continuar su viaje.

En tiempo record y a consecuencia del hambre, Blu terminó su mango en un instante, se dió cuenta después que en su frenesí se había manchado sus plumas con el jugo del mango causando que en algunos puntos de sus cuerpo las plumas se juntan y revelarán pequeños agujeros incómodos dónde en algunos se podía ver su piel. Tras pensar que hacer, decide buscar un lugar para acicalarse.

Por fortuna sus alas no estaban muy manchadas así que pudo aletear sin problemas hasta un pequeño río rodeado de arbustos y rocas.

Quería limpiarse rápido, no sabía cuándo iba a regresar Alejandra, estaba seguro de que ella no se marcharia sin él, pero aún así rogaba verla de nuevo, lo último que necesitaba es que termine deambulando sólo en la selva, y sin ninguna clase de guía.

Blu aterriza a lado de una roca y levanta su mirada al frente, llevándose una grata sorpresa.

No sé había dado cuenta que alguien más estaba usando el pequeño rió. Frente a él, una joven y hermosa hembra escarlata estaba dándose un baño, dándole la espalda al Spix.

"¿A-alejandra...?" Murmuró sorprendido, sus ojos recorren toda la espalda de la hembra hasta su peinado de plumas, veía como ella usaba sus coloridas alas para remojarse la cabeza, el agua se deslizaba suavemente sobre el plumaje húmedo dando un agradable espectáculo para los ojos del macho.

La luz del Sol se refleja en ella haciéndola brillar dándole un aspecto angelical, justo como el día anterior

Blu permaneció en trance, no podía evitar mirarla, no fue hasta que la hembra voltea y se percata de su presencia.

"¿Blu? Despertaste" Dijo Alejandra, instintivamente cubre su cuerpo con sus alas pero rápidamente las retira al descubrir de quién se trataba.

El Spix quedó enganchado al fijar sus ojos sobre la llamativa y jugosa pechuga emplumada y mojada que la hembra poseia, ella se percata de ese detalle pero no hizo nada para evitarlo, de hecho, se sentía bien mostrarse así ante él.

Con una pequeña sonrisa la escarlata gira su cuerpo hasta estar frente a él, exponiendo por completo su pecho hacia Blu

Él no estaba seguro si ella lo inflaba a propósito con tal de atraerlo, o quizás el tamaño era natural, de igual forma era una vista hipnotizante.

"Jeje, ¿Piensas quedarte parado y mirándome o vas unirte a mí?" Comentó la Escarlata, levanta sus alas y cubre su pecho pensando que ya fue suficiente y lo hace despertar

Blu parpadea un par de veces y despierta del trance, se da cuenta de que se habia quedado embobado con el pico abierto.

"Y-yo ¡Lo siento! ¡Yo... No era mi intención...!" Sacudió su cabeza quitándose los pensamientos impuros y perversos que su mente había creado, sostiene su cabeza con sus alas, pero eso provoca que se embarre aún más del jugo de mango que lo cubría.

"Hey tranquilo, no pasa nada. Ven, déjame ayudarte a quitarte el jugo de encima." Dijo suavemente, con un gesto lo invita a unirse a ella en el agua.

"¿Eh? N-no es necesario, yo puedo acicalarme solo... voy al otro lado." Respondió procediendo a dar media vuelta y estirar sus alas.

"Ven aquí yá, o voy a arrastrarte al agua, no podrás quitarte todo ese jugo tu solo y no puedo dejarte así" Hablo está vez con un ligero tono autoritario y serio que sorprende a Blu haciéndolo detener sus acciones.

"Umm..."

Tras pensarlo detenidamente, el Spix regresa y comienza a caminar hacia el agua con ella.

Estaba fresca y limpia, siguió entrando hasta tener el agua sobre su vientre. Aún había algo de distancia entre él y su amiga, pero ella se encarga de reducirlo.

Blu se pone nervioso al ver cómo Ale nadaba hacia él, pero nuevamente no podía quitarle los ojos encima, mientras más de acercaba, mejor podía contemplar su belleza.

Su vista queda fija sobre esos ojos rubí, nunca había visto ese color en otra hembra, ni en otra ave que ha conocido.

El mundo alrededor desaparece quedando solo ella y él sobre el agua, la escarlata se acerca más hasta estar frente a él, vió como ella sonrió y parpadeo un par de veces sus bellos ojos cautivandolo aún más.

No sé detuvo hasta que sus pechos hicieran contacto, al parecer ella no le importaba mancharse sus plumas con el mango. Era una sensación relajante y excitante, hace tiempo que no experimentaba dicha sensación, no desde que zarparon de Río, Blu nunca tuvo la oportunidad de bañarse con Perla en el Amazonas. Y ahora estaba compartiendo su primer baño en la selva, su primer baño con otra hembra, joven, atractiva y fuera de su especie.

Ale levanta sus alas y los coloca sobre los hombros de Blu, ésto provocó que sus rostros se acercaran aún más. El Spix quedó encantado, miles de cosas pasaban en su mente pero no se atrevia a emprender alguna accion como respuesta.

Luego se percata que ella lentamente acerca su pico hacia él, inclinando su cabeza y entrecerrados sus ojos.

Controlado por el instinto, Blu hace lo mismo, abre su pico y lo inclina de igual forma, y cierra por completo sus ojos.

Llegó al punto de no pensar en nada, solo ella y él.

De pronto de la nada, Alejandra se abalanza sobre él y lo sumerge bajo el agua, haciéndolo despertar abruptamente de su sueño.

Sorprendido, Blu vió como la escarlata la abrazaba, notaba como sonreía gracias a lo cristalina que era el agua.

Ella lo suelta y Blu nada instintivamente hacia la superficie, seguido por Alejandra.

Con una gran bocanada de aire, el Spix comienza a toser mientras que su compañera reaparece suavemente frente a él mientras reía.

"¿¡Y eso... que fue!?"

"Oh nada, solo intenté despertarte de tu trance"

"¿Que?... ¿de que estás hablando?"

"Sabes de lo que hablo." Comentó un poco más seria. "De nuevo me miras con esos ojitos"

"¿Eh?... Yo no..." Sacude la cabeza y se quita el exceso del agua en sus ojos con sus alas. "Yo no te estaba viendo... Digo... si te estaba viendo, pero no de la forma en la piensas"

"¿Ah, sí? ¿Entonces por qué no respondías? Te pedí que te sumergieras para quitarte el exceso de mango que cargas, pero pusiste cara de tonto y tuve que hacerlo yo misma"

"¿Que... cosa...?" Blu no recordaba que ella le había pedido eso, aunque talvez tenga razón, no quería admitirlo frente a ella e ilusionarla que ella la atrae. Su instinto le hizo una mala jugada en el momento equivocado, lo único que recuerda era que como ella se acercaba y también como hablaba pero su voz se oía como un susurro casi inaudible, no pensaba que de verdad estaba llamando su atención. Y eso explicaría porque ella se apegó a él de repente.

Alejandra lo mira, su rostro cambia a una de preocupación mientras cruza sus alas. "Debes seguir descansando, no quiero que te distraigas de esa manera y tengas un accidente durante nuestro vuelo a Manaus... como ayer." Añadió rodando los ojos.

"Estoy bien... en serio... mira, perdon por causarte molestia, pero creo que es mejor buscar otro lugar donde asearme" Dijo Blu procediendo a dar media vuelta, sino fuera porque sintió como la escarlata lo toma de un ala deteniendolo.

"¿Y quién dijo que me causas molestias? Al contrario, estar contigo es divertido, e interesante" Dijo mientras ojeo fugazmente a Blu de abajo para arriba

"Umm... ¿Debo recordarte que yo-"

"Si, yá se que tienes pareja, tampoco te estoy pidiendo que... bueno... haya algo entre nosotros" Rió ligeramente, un poco nerviosa, aunque Blu no estaba seguro si realmente ella tenía esas intenciones, al igual sobre que hacer con ella mientras estén juntos

Un breve momento de silencio se apodera del lugar, Blu suspira y gira nuevamente hasta estar frente a Ale quien soltó su ala con una pequeña sonrisa.

"Entonces..." Dijo Blu desplegando un poco ambas alas esperando algún movimiento

"Empezaré con tu espalda, no te muevas"

Blu observa como la hembra nada a su alrededor hasta quedar detrás de él, intentó mantener su vista al frente y ocultar su nerviosismo, aunque también le daba curiosidad sobre que iba a hacer con él.

De pronto, un par de alas rojas envuelven su vientre, causando que por poco salte de la sorpresa y casi pierda el equilibrio.

Después sintió como algo duro y puntiagudo atraviesa gentilmente las plumas en su espalda. Alejandra usaba su pico para retirar el jugo y el exceso de agua que él tenía acumulado.

El pico se desliza suavemente por toda el área, la sensación comenzó a perturbar a Blu. Recuerda las veces que Perla le ayudaba a acicalarle las plumas, la sensación era idéntica y relajante, intento mantenerse firme en lo que la escarlata trabajaba en él pero el cosquilleo lo debilitaba y el hecho de que todavía se encontraba cansado empeoraba la cosa.

Sella su pico intentando evitar dejar salir un gemido, pero su respiración poco a poco comenzó a acelerarse al igual que su corazón.

Alejandra podía sentirlo y solo rió en sus adentros sin dejar de acicalar a su amigo azul.

El pico desciende hasta llegar al agua, contempla el rabo de Blu bajo el agua cristalina mientras una idea perversa se genera en su mente, pero no es buen momento para un movimiento arriesgado, aún no. Para las plumas de la cola decidió usar sus garras y solo fueron movimientos sencillos y breves y las mantuvo alejadas de la zona sagrada de Blu.

Después fija su atención hacia el cuello. Teniéndo su torso bajo sus alas, lo jala un poco más hacia ella, haciendo que sus cuerpos estén en contacto, el Spix no se opone, aunque se percata como él tragó un bulto de saliva.

Ahora usando de nuevo su pico atraviesa las plumas detrás del cuello de Blu.

El macho abre los ojos sorprendido al sentir la respiración de Ale sobre su piel, uso todas sus fuerzas para evitar caer rendido ante la abrumadora y relajante sensación.

Sin detenerse ella toma delicadamente el mechón de plumas que Blu tenía y retira el exceso de agua, subió más que incluso acicalo gentilmente las pequeñas plumas individuales detrás de la cabeza.

De pronto Blu sintió como las alas de Ale comienza a subir hasta tenerlos en su pecho, estaba seguro que ella podía sentir como su corazón latía de manera frenética poniéndolo aún más nervioso. Pensó en cuestionar sus acciones pero la curiosidad sobre saber hasta donde podía llegar su pequeño baño era mayor.

Un escalofrío recorre su cuerpo al sentir la respiración cerca de su mejilla.

Ale se mueve hacia su izquierda, comenzando a acicalarle aquel lado de su cuello repitiendo la misma técnica. La podía ver trabajar pero intentó no establecer contacto visual con ella.

Se percata después de que ella disfrutaba lo que hacía, en todo momento Ale sonreía, incluso la escuchó reírse un poco.

Lo mismo ocurre en su otra mejilla poco después, pero al final siente como ella lo suelta y queda libre en el agua.

Blu suspiró, con solo pensar lo que había sucedido le provoca a otro escalofrío que lo hizo sacudir todo su cuerpo, pero al hacerlo solo demuestra que Alejandra hizo un excelente trabajo en limpiar sus plumas cuando estás no arrojaron agua por todos lados. Sin embargo, tampoco podía evitar sentirse algo decepcionado, el trato que ella le brindaba era bastante placentera, pero no quería reflejarlo en su rostro así que solo se limita a mantenerse sereno. Aunque en su interior deseaba más.

Alejandra nada muy pegado a él, se detiene al frente y lo mira con una expresión que le pareció seductora. notó como ella lo ojeo brevemente de arriba y abajo. Blu estaba limpio por detrás, pero no por delante.

"¿Puedes continuar tu solo a partir de ahora? O..." Habló la Escarlata con su pico muy cerca de él, susurrándole al oído mientras lo miraba a los ojos. "... ¿Quieres que siga?"

Nuevamente queda enganchado en sus ojos, abrió levemente el pico para decir responder, pero no tuvo la fuerza para siquiera formular una respuesta concreta.

"... Y-yo..." De pronto vió como ella se acercó más hasta que ambos pechos estuviesen en contacto. "... Y-yo..."

Su instinto comenzaba a controlarlo. Quería más de ella. Necesitaba su afecto, quería abrazarla, tocarla... besarla.

Inconscientemente acerca su pico, girandolo levemente hacia un lado. Cerró sus ojos para dejarse llevar, y lo último que vió era el rostro de la bella guacamaya imitando la acción.

Y entonces, Blu cayó...


Abre los ojos y mira a su alrededor, estaba postrado sobre una de las gruesas ramas del arbol donde antes vivia, en el centro de la parvada Spix. Ya era de noche, la luz de la Luna iluminaba la selva y la actividad de la tribu había desaparecido

Se sentia fresco y limpio, recuerda haber tenido un baño hace poco.

Comenzo a escuchar un par de aleteos a su lado, pero su vista siguió fija hacia el cielo

"¿Contemplando las estrellas, cariño?" Reconoció al instante esa dulce voz que habia extrañado oir. Despues sintió como ella apoyó su cabeza contra su cuello

Blu desvio su mirada para verla y sonrió.

"Así es, y me siento afortunado de que la estrella mas bella está aquí a mi lado" Respondió Blu mirandola a los ojos y envolviendo su torso con una de sus alas

Bajo su cálido manto, Perla frota su pico contra la mejilla de su pareja tocado del corazon por las palabras de Blu, rapidamente el gesto es correspondido por él, pero no duro mucho antes de que lo conviertieran en un beso.

Blu buscó la manera de dominarla, con el pasar de los años había aprendido como hacerlo correctamente. Su lengua ingresa al pico de Perla y al instante hace contacto con la otra lengua

Lanzo un ataque rápido y envuelve la lengua de Perla con la suya ganandose consigo un gemido por parte de ella.

La hembra se mostro sorprendida y cae rendida bajo el dominio de su macho

El placer era bastante, tanto que no queria que terminara.

Las garras de Perla comenzaron a temblar y amenzaban con dejarla caer al suelo, pero Blu la mantuvo firme con sus alas y no tenia intenciones de soltarla bajo ninguna circunstancia.

La temperatura de ambos ascienden, comenzaron a sentir calor y con ello, el deseo de procrear se forja en sus seres.

Habia pasado bastante tiempo desde la ultima vez que hicieron el amor. La paternidad los habia mantenido ocupados por mucho tiempo pero ahora deseaban mas que nada el cuerpo del otro.

El beso termina y un delgado hilo de saliva termina colgando de sus picos. Ambos se miran con deseo y lujuria, sabian lo que el otro pensaba y estaban dispuestos a fortalecer el vínculo que los une como pareja.

"Oh Blu, vamos al nido" Dijo Perla separandose de él.

Pudo notar lo ansiosa que ella sonaba, era claro que ella lo deseaba ahora mismo.

Sin decir nada, observó como Perla se deja caer de la rama y planea suavemente hacia el borde del hueco el arbol para despues desaparecer en su interior

Ella lo esperaba. ¿Que clase de macho dejaria a una hembra necesitada, especialmente su pareja?.

Blu no pierde el tiempo y responde al llamado de la naturaleza, llegó la hora de aparearse.

Extendiendo sus alas, da un pequeño salto y planea hasta aterrizar en el borde de su hogar.

Echandole un vistazo al interior alcanza a avistar a Perla parada frente a él dándole la espalda, con su cabeza volteandolo a ver, esperándolo. Sonrió y rió antes de seguir caminando más al fondo.

Pero para la sorpresa de Blu, ella desaparece, como si hubiese sido tragada por la oscuridad.

"¿Perla?" La llamó pero no recibió respuesta.

Blu camina para seguirla y buscarla.

"Hey Blu"

El Spix se detiene al escuchar otra voz, una que reconoció al instante. Mira detrás de él.

"Alejandra" Dijo sorprendido.

La escarlata estaba postrada cerca de la salida, y dentro del árbol, ni siquiera la había escuchado entrar.

Se veía hermosa, su colorido plumaje hacia contraste entre la oscuridad. Tenía una bella sonrisa plasmada en su pico que lo cautivó. Verla provocó que sonriera igual.

Blu se da media vuelta y se acerca a ella.

"¿Que haces aquí? ¿Cómo sabías donde vivía?" Le pregunto

"He venido a ayudarte a olvidar tu dolor" Respondió, su sonrisa se desvanece un poco al decirlo.

Blu se mostró confundido, abre el pico para cuestionarla pero antes de hacerlo, escuchó ruido al fondo del árbol, haciendo que volteara a ver.

Ahora estaba el nido, y no solo eso, había alguien dentro de ella, y no era uno, sino dos aves que reconoció al instante. Su sonrisa se desploma de su rostro.

Perla gemia del placer mientras que con sus garras rasguñaba la espalda de Roberto quien estaba sobre ella, embistiendola, frotando su entrepierna con el de ella.

Blu se quedó en shock, luego la ira y la tristeza se apodera de él. Perla estaba apareandose con Roberto, y lo estaba disfrutando. No podía creer lo rápido que se había olvidado de él. Desvío su mirada y se encuentra a Alejandra viéndolo preocupada.

"La vida no ha sido justo contigo Blu, quiero ayudarte para que seas feliz" Le susurro.

El Spix hizo un esfuerzo para ignorar los gemidos de Perla y los gruñidos de Roberto, pero le era difícil. Sus garras se entierran en el suelo, perforando y razgando la madera, sus ojos comenzaron a humedecerse.

Sintió una de las alas de Ale, tocar la barbilla de su pico.

"Ven conmigo Blu, seamos felices juntos"

La dulce voz tranquilizó a Blu, las primera lágrimas había comenzado a deslizarse sobre sus mejillas. la escarlata los removió con una pluma de su ala.

Ambos se miran a los ojos, Blu quedo hipnotizado, perdido entre esos exóticos ojos color rubí. De nuevo ella sonríe, provocando que él sonriera igual.

La Escarlata se apega a él y acerca su pico. Blu se mostró un poco indeciso, Perla estaba detrás y no quería imitar sus acciones para hacerla pagar, pero ya no quería seguir sufriendo.

"Seamos felices..." Susurro Blu antes de que el mundo a su alrededor girará abruptamente, haciendolo caer sobre ella.

De pronto se encontraba sobre un nido en un árbol desconocido, se dió cuenta que tenía a Alejandra debajo de él en una posición bastante comprometedora.

Estaban completamente solos, y tenía sometido a la Escarlata quien lo miraba con una expresión seductora

"Seamos uno, Blu..."

Su corazón comenzó a latir intensamente, necesitaba hacerlo, quería hacerlo, se sentía muy solo, y ya no quería estarlo.

Se acomoda sobre ella, contempló su bello rostro por unos segundos antes de sonreír.

"Seamos uno..."

Luego baja su rabo, y da la primera embestida...


Abre los ojos de golpe, pero rápidamente los cierra.

Era de día, o más bien tarde, y la luz lo había golpeado directamente al rostro.

Blu se frota los ojos con sus alas y comienza a ubicarse. Estaba de regreso en el hueco donde él y Alejandra había pasado la primera noche.

"Al fin despiertas, me tenías preocupada"

Voltea y encuentra a la escarlata recostada a una distancia considerable de él, ella se levanta y se acerca.

Blu se mantuvo en su lugar, estaba acostado de igual manera, intentó recordar los sucesos pasados.

"¿Qué pasó?... ¿Como llegue aquí? ¿No estabamos-?"

"En el río, si, pero te desmayaste. Me diste un gran susto. ¿Que te sucedió?" Se sienta a su lado y coloca una ala sobre la cabeza de Blu. "¿Te sientes bien?"

"Si, estoy bien, un poco mareado pero bien... ¿Pero que pasó?"

"Pues... que otra vez me miraste con esos ojos y... caiste sobre mi y... uh, caiste al agua, me preocupe cuando vi que no salias de ahí, pensé que estabas jugando conmigo" Contó ella, notandose un poco nerviosa.

Blu se extrañó, lo ultimo que recordaba era cuando se vieron a los ojos, a partir de ahi, todo era borroso

"No... recuerdo..." Respondió acariciando su cabeza.

"Creó que lo unico que necesitabas era descansar, aunque no es normal que te desmayaras de esa manera, ¿Estas enfermo o algo?" Pregunto preocupada.

"No, no estoy enfermo, pero si estaba cansado, creo que, tu masaje en la espalda me hizo dormir" Dijo Blu recordando lo que sentía."

La escarlata se sorprende y ríe

"¿Masaje?"

"Um, sí, bueno, éso fue lo que a mi me pareció." Respondio nervioso al darse cuenta lo que dijo sin pensar

"Ya veo, no crei que lavarte la espalda te afectara tanto... Aunque... desde que estamos juntos te has estando portando muy raro. Esas miradas que me echas pues, me trae malos recuerdos"

"Miradas..." Dijo Blu entendiendo a que se refería. "No era mi intención, es solo qué... uh"

Ale sonríe y se acerca aun mas a él.

"No pasa nada, contigo es muy diferente, sé que no tienes malas intenciones conmigo, eres un ave muy noble y divertido, quizas sea muy pronto pero, yo confío en tí.

"Oh, entonces... ¿Estamos bien?"

"Claro, aunque me gustaria saber qué tanto ves en mí. ¿Te parezco atractiva?" Preguntó con un tono divertido

Blu abre los ojos de la sorpresa, de nuevo su característica nerviosidad se refleja en él.

"No... ¡Digo si!, digo... uh... eres una hembra muy linda y, atractiva ¡pero eso no es la razón por la que te veo!"

Ale ríe apoyando su cabeza sobre él.

"¿Hay alguna otra razón por la cual estás interesado en mí?" Preguntó con cierta emoción

"¿Interesado?" Se dió cuenta tarde de lo que había dicho "Ésto... ¡no es lo que quise decir!"

"¿Entonces?" Se mantuvo esperando una respuesta concreta.

Blu no sabía que hacer, se percata de lo cerca que ella estaba de él, casi con amblos plumajes en contacto. Tenerla a esa proximidad lo hizo recordar su sueño con ella, no podía negarlo, pero sus sentimientos por ella se intensificaron gracias a éso.

"Yo..." Intento hablar pero para su desgracia, los bellos ojos de Ale comienzan a afectarle nuevamente, y no solo eso, su sonrisa lo encantaba, sus bajos instintos lo incitaba a hacer algo que no quería. Sintió deseos de abrazarla, regocijarse entre esas suaves plumas rojas, besarla, morderla, hacerla suya... "N-necesito aire fresco"

Recuperando el control, Blu se levanta y camina rápidamente hacia el exterior, dejando a una Ale sentada, preocupada y decepcionada.

El Spix continúo caminando hasta postrarse sobre una de las ramas del árbol, inhala el aire fresco y limpio de la selva. Contempló el cielo, comenzó a tornarse naranja y el Sol estaba descendiendo en el horizonte, el lugar estaba completamente aislado, no había ninguna ave viviendo cerca.

"Qué me está pasando..." Se dijo a sí mismo en voz baja mientras se frota los ojos con sus alas "... ¿Por qué tengo estos pensamientos?..."

No podía evitar pensar en su amiga, el efecto en él era tan grande que lo sorprendía y lo preocupaba, no comprendía por qué de la nada sentía atracción por ella cuando él ya tenía a alguien a quien amar.

"Ésto no está bien... No puedo aceptarlo... No es correcto..."

Su cabeza le dolía, su corazón latía intensamente, intento pensar en otra cosa, sin embargo le era difícil, su mente procesaba la melodiosa voz y la hermosa imagen de la escarlata. Con solo un día de conocerse, Blu se había enamorado de ella y le costaba creerlo. Había mucho en común, ambos fueron criados en entornos citadinos, rodeados de la civilización humana, encontrarse fue una gran coincidencia, una que admitía que estaba enteramente agradecido. Alejandra era la única ave que no lo trata raro, la única compañía agradable que ha tenido desde que emprendió su viaje al Amazonas.

Negó con la cabeza, no podía hacer algo por esos sentimientos, era un ave comprometida y con hijos, prometió serle fiel a Perla hasta la muerte, y estaba seguro que ella también cumplirá esa promesa.

Vaga en su mente hasta que una idea surge en él. Quizás estaba sintiendo lo mismo que Perla cuando se encontró por primera vez a Roberto, ella perdió inmediatamente interés en él para irse a bailar con su amigo de la infancia, incluso ni se preocupo cuando él no podía encajar.

Llegó a la conclusión de que Perla estaba interesada en Roberto, y eso explicaría porque su constante ausencia.

Su mente lo tortura con desagradable imágenes.

Ahora que Blu no estaba, Perla pasaría más tiempo con él, Roberto se encargaría de protegerla y tratarla como una reina, y con el tiempo lo reemplazaría completamente como su nueva pareja.

"No, no, no... ella no... sería capaz... oh Perla..."

En la entrada del árbol, Alejandra se postra en el borde, viendo a distancia como Blu reflexionaba, notaba como estaba muy metido en sus pensamientos, murmuraba pequeñas oraciones, y se frotaba los ojos con sus alas.

Quería hacer algo por él, pero no sabía qué. Se limitaba a observarlo hasta que regrese, observa el cielo y llegó a la conclusion de que pasaran otra noche en el árbol.

La escarlata suspiró, de igual manera reflexiona sobre el tiempo que estuvo con Blu, era el primer guacamayo decente desde que se aventuró a la selva, y no solo eso, también le había salvado la vida. Tenia una deuda que saldar y su corazón le decía que no se separara de él.

Ella viajó al amazonas con un solo propósito, iniciar una nueva vida salvaje, pero la selva no tuvo piedad con ella, ni sus habitantes.

Pero para su fortuna, la naturaleza estuvo dispuesta a compensarla

"Oh Blu..."

Quería saber que tanto atormentaba al pobre macho, ¿su discusión con su pareja? ¿Su decisión de separarse de ella?... o había algo más...

Una pequeña chispa se refleja en sus ojos al tener una idea.

Blu sí estaba interesado en ella, y por ello él está conflicto, estaba decidiendo si continuar serle fiel a su pareja o juntarse con ella.

La mera idea le provocó un escalofrío placentero, su corazón comenzó a latir fervorosamente, las plumas de su cola se agitan levemente cómo respuesta al estímulo dentro de su pecho.

Pero se mantuvo firme ya que éso es solo una teoría, desconocía la verdadera razón del porque Blu sufría, cerró los ojos frustrada por dejarse ilusionar por su propia mente.

Sea cual sea la decisión de Blu, ella lo aceptará y lo respetará. No quería destruir un matrimonio, pero Blu había capturado su corazón desde que entabló contacto visual con él la primera vez.

Si las cosas no salen como ella quería, al menos deseaba tener un momento íntimo con él para saldar su deuda antes de separarse para siempre.

Ale baja su mirada ante ese posible desenlace, le costará aceptarlo, pero tampoco lo obligara a cambiar de idea.

Sintió como una lágrima se desliza debajo mejilla, rápidamente se lo quita con un ala, lo único que necesitaba ahora es molestar a Blu con su estado.

La Escarlata se retira de nuevo al fondo, pero no le quitaba la vista de Blu. Temia que tomara una decisión ahora.

El tiempo avanzo hasta que el sol estuviera parcialmente oculto, el color azul del cielo se volvio cada vez mas oscura y las primeras estrellas comienzan a aparecer.

Alejandra estaba dentro del árbol, tenia un par de mangos al lado, solo esperaba a que Blu volviera para cenar con él. Su estomago ruge pero no queria empezar sin él.

De pronto, para su alivio, Blu regresa del exterior, lo mira sentada con una expresion curiosa.

"Oh, veo que ya tienes preparada la cena" Dijo Blu con un tono mas calmado.

"Salí hace poco por ellas, aunque no parece que me vistes salir." Respondió amablemente.

"Ah si, lo siento por eso"

"No pasa nada, ven y cenemos"

Blu camina y toma su mango, y se sienta frente a ella.

Sin decir una palabra ambos degustan de sus frutas, ninguno de los dos se atrevía a iniciar una conversación, a pesar de que querían hacerlo, se quedaron esperando a que el otro hablara primero.

Ale suspira y agarra confianza.

"¿Ya te sientes mejor?" Preguntó dulcemente y con ligera preocupación.

"Um, sí... necesitaba salir por un momento, perdon si te preocupe"

"No pasa nada, es solo que... no te veias muy bien"

"Sólo... estaba pensando... lo que paso antes de desmayarme, en serio lamento haberte asustado, y perdon por causarte molestias" Dijo apenado.

"Hey, no tienes la culpa de lo que pasó, solamente no dormiste lo suficiente es todo" Respondio Ale, aunque no podia evitar pensar que habia otra razón que provocó el comportamiento inusual de Blu.

Continuaron cenando en silencio, después Blu decide cambiar de tema.

"Um, Nunca me dijiste cuál fue el motivo del porque viniste a la selva, conoces mi historia, y me gustaría conocer la tuya, si no es mucha molestia." Dijo Blu con algo de pena.

"Oh, bueno... he pasado toda mi vida en Manaus, vivía con mi madre y con mis hermanos, pero llegó el momento en el que era hora de independizarme. Mi hermano fue el primero en dejar el nido, él prefirió vivir en otro lado de la ciudad para que estemos cerca, después yo quise seguirle el paso, una de mis amigas me había contado sobre su travesía en el Amazonas, y según lo que contó, fue lo ideal para mí. Ella encontró un macho salvaje, uno bastante curioso y lo trajo a vivir en la ciudad para mostrarle como era la vida entre la influencia humana, ahora ambos son pareja." Contó Ale recordando con una sonrisa el pasado.

Blu se mantuvo pensativo mientras se hacía una idea de los motivos de la escarlata de venir aquí.

"Entonces, ¿volaste hasta acá solo para conseguir pareja?"

"Esa era una de las razones, pero también quería saber cómo se siente vivir en un entorno salvaje, mi amiga me contó que había encontrado una parvada cerca de aquí, una tribu, el macho que consiguió provenía de ahí, y ese era mi destino"

"Ya veo"

"Mi primer encuentro con ellos fue... diferente a lo que esperaba. Los machos me miraban raro, e incluso me inspeccionaron de cerca, fue muy incómodo, me presenté y me trataron bien después. Me llevaron al centro donde conocí al lider y él me dejo vivir con ellos. Uno de los guardias fue tan amable que me ofreció un árbol donde vivir. Y pasé mi primera noche ahi"

Blu escuchaba atento, sorprendido de lo bien que fueron los guacamayos salvajes con ella, deseaba haber tenido ese trato desde el comienzo.

Alejandra continúa, aunque se mostró preocupada despues.

"Aunque mi primer dia fue, fuera de lo común. Desperte y me encontre a tres guardias cerca de mi... Ellos... intentaron cortejarme, me habian traido el desayuno, intentaron tocarme pero luego entre ellos se peleaban. Quería salir de ahí pero ellos me mantuvieron encerrada por un tiempo hasta que yo eligiera a uno de ellos como mi pareja. Ellos decian que ninguna hembra debia estar soltera, pero la verdad ninguno de esos tres me llamaba la atención, pero despues ellos... se acercaron a mí... con esos ojos... y..."

Se detuvo por un momento, una expresion de angustia se reflejaba en su rostro. Blu pensó en lo peor.

"¿Acaso ellos... te...?" Pregunto Blu inseguro de mencionar esa palabra.

Ale lo miró por unos segundos, hasta entender.

"No, por fortuna no... o al menos me salve de ese horrible destino... En ese momento... tuve un salvador, resulta que él era el lider del grupo donde los tres pertenecen, era un buen ave... bueno, eso parecía. Él me ofreció su árbol, y mando a los otros tres a patrullar o a hacer otras cosas mientras que él me dejó salir

Pasé solo un par de días con él, era bueno conmigo, aunque también bastante posesivo, y agresivo, gracias a él no tuve la oportunidad de explorar o conocer a otros guacamayos, había decidido tomarme como su pareja sin siquiera pedírmelo."

Blu escuchaba atento, sintió lastima, pero también molestia por la impotencia que sentía, ella no se merecía ese trato por parte de los Escarlatas.

Alejandra continúa.

"No fue hasta el día siguiente que de la nada me arrinconó contra la pared y él... empezó a tocarme y besarme... dijo que era hora de hacer oficial nuestra unión... por suerte, logre zafarme de él, pero me persiguio a las afueras de la tribu, intenté perderlo pero fue difícil, fue una hora de puro vuelo intenso que me cansé, me ocultaba entre los arbustos pero al final me encontró... forcejeamos pero él me arrojo a un árbol y él..." No pudo terminar, sentada retrae todo su cuerpo, no queriendo recordar ese terrible evento.

Blu se sorprendió al darse cuenta de cómo terminó la historia, las piezas se unen en su mente, aquel salvador era el mismo que había intentado violarla cuando los encontró, el mismo al que le soltó una roca en el rostro.

Sin pensarlo a dos veces, se acerca a ella y lo envuelve con sus alas, Ale se acurruca en él, no pudo resistirse más y entierra su rostro en el pecho de Blu, humedeciendolo con sus lágrimas.

"Está bien, no tienes que seguir... ya comprendo lo que pasó..." Dijo Blu suavemente abrazando a la escarlata.

Se mantuvieron en silencio durante unos momentos, la amargura pasaba y Alejandra se fue calmando.

"Fue... la peor experiencia de mi vida" Añadió sin despegarse del Spix.

"Tranquila, todo eso ya quedó atrás, estás a salvó ahora" Lo reconfortó Blu colocando gentilmente su cabeza sobre ella.

"... Gracias a tí..." Murmuró ella, Blu la alcanza a escuchar y la envuelve más con sus alas. "Si no hubieras aparecido... quien sabe... dónde estaría..."

"Lamento haberte hecho recordar todo éso" Susurró Blu con una voz dulce.

Alejandra se limpia el rostro y lo mira a los ojos.

"No pasa nada, los dos hemos sufrido en la selva, y ahora estamos juntos en esto, no tienes idea de lo feliz que estoy de haberte conocido" Mostró una pequeña sonrisa, de pronto le da un pequeño beso en la mejilla de Blu.

El Spix se sorprende un poco, pero después sonrió, había tomado la decisión correcta en quedarse con ella, sin embargo, ahora su corazon estaba dividido, aún ama a Perla y no podía esperar volverla a ver para abrazarla y besarla, pedirle perdón por su cobardía y su tonta huida; pero también admitía que Alejandra era una hembra maravillosa, de buen corazón, divertida, y traviesa en ciertos aspectos y sin contar que ambos tiene mucho en común, habían hecho conexión en muy corto tiempo.

Con ella, por primera vez Blu sintió la necesidad de protegerla, con Perla era distinto, su pareja casi nunca ha requerido de su protección, se sentía un poco mal al serle incapaz de cumplir aquella parte de su papel como macho y eso era lo que desde un principio temía. Sin un día Perla necesitaba su ayuda de verdad, temía en ser incapaz de asistirla.

Con Alejandra, pudo saber lo que se siente proteger a alguien, en este caso, de un colapso emocional, una trauma. Ahora ella depende de él para estar segura otra vez, y Blu quería seguir protegiéndola.

La Escarlata apoya su cabeza contra el pecho del Spix, escucho su corazón latir con tranquilidad, se sorprendió un poco al ver cómo él ya no estaba nervioso. Con la calidez de la alas azules que la envolvian suelta un pequeño suspiro de relajación.

Se mantuvieron abrazados por un tiempo antes de que ambos se sentarán juntos, continuaron cenando pero está vez, hablando de otros temas.

El ambiente se vuelve tranquilo, con pequeñas risas e historias de ambos de sus vidas.

Para ambos, había pasado algo tiempo desde que tuvieron una buena compañía, ambos lidiaron con la selva solos, ahora estando juntos era lo mejor que les ha pasado.

La cena termina, está vez sin hacer un desastre, sin embargo, el rostro de Alejandra se encontraba marcada, humedecida por sus lágrimas. Y ella se percata de ella.

"¿Crees que será peligroso si me acicalo en un río ahora?"

"No tengo idea, podría haber depredadores nocturnos afuera"

De pronto, un trueno resuena a distancia tomando desprevenidos a a ambos, seguido después de un leve viento que ingresa al árbol y les provocó un escalofrío.

Viendo afuera, escuchan las hojas sacudirse y ven las gotas cayendo alrededor.

Iba a ser una noche tormentosa.

"Oh, eso puede servir" Dijo Alejandra antes de levantarse para después caminar hacia la salida, Blu la observó de cerca.

La escarlata se detiene por un momento, observando como la vegetación se sacudía ante el frío viento, después sale y se postra en la rama, dejando que la lluvia empapará su cuerpo.

El Spix la observó con curiosidad. No recordaba cuando fue la última vez que ha visto a un ave darse un baño con la lluvia, quizás este sea la primera vez. En Río siempre se refugiaba junto a su familia dentro del centro de conservación de Tulio.

Con una pequeña sonrisa, y sin saber que hacer ahora, se dedica una vez más a contemplar a su compañera. No sé cansaba de verla, ella era el paquete completo, perfecta para Blu. Aún estaba en conflicto y temía que eligiera la decisión incorrecta, todavía tenía muchas razones para volver con Perla, aún no es tarde para enmendar su error, o al menos eso espera.

Por ahora, piensa que no tiene nada de malo que le eche un ojo a otra hembra, mientras no ocurra algún accidente todo va a salir bien.

Blu se acomoda recostandose de lado, disfrutando del pequeño espectáculo en la entrada. Su vista recorre de garras a cabeza, con su mente aprobando cada atributo que ella poseia, ahora comprendía porque esos escarlatas intentaron forzarla y someterla. Con ello aprendió que tanta belleza puede ser más una maldición que una bendición.

Tal vez esa sea una de las razones del porque ella permanecía a su lado, a pesar de que su mente le provocaba ilusiones, no se atrevía a tocarla o faltarle el respeto, al menos no hasta que ella haga el primer movimiento.

Aunque no lo parezca, Blu posee una gran fuerza de voluntad, especialmente cuando se trata de hembras, recuerda las veces que su vida social se volvió más activo en Río, desde que se asentó ahí, su nombre se hizo famoso y se volvió objetivo de muchas chicas. Tanta atención le incomodaba, pero jamás caía bajos los encantos femeninos de sus admiradoras quienes se atrevían a cortejarlo y seducirlo.

En aquel entonces era feliz con Perla, ella era la única con quién se dejaba seducir, la única a la que le hacía cumplidos, lanzaba piropos, algunos sonando tontos pero tiernos. La única a quien besaba, la única con quién tuvo el privilegio de aparearse y formar una familia.

Su vida era perfecta, pero no sabía en qué momento cambio todo, de pronto Perla perdió interés en él, y fue desde que se enteró que había más de su especie en el Amazonas. Hizo de todo para hacerla feliz, pero ¿no fue suficiente?

Luego, un relámpago cae y asusta a Blu sacándolo de sus pensamientos. Se da cuenta que Alejandra estaba adentro del árbol, acercándose a él con su plumaje mojado. Se veía un poco apenada.

"Hey Blu... um... me preguntaba si... ¿podrías ayudarme a acicalarme"

Aquello lo tomó desprevenido, bajo las plumas azules en sus mejillas se había sonrojado a la idea de acercarse a ella. No era la primera vez que estuvieron a esa distancia.

"Oh, um... Bueno..." Aceptó con ligeros nervios.

Blu se levanta y ve como ella se acerca, se da cuenta que ella tenía frío, su cuerpo temblaba un poco y usaba sus alas empapadas para cubrir su cuerpo darse calor pero sin éxito.

Pensando que nada saldría mal, Blu se acerca a su espalda y gentilmente la envuelve con sus propias alas. Alejandra suspiró al sentir el cálido manto de Blu y lo mira con una pequeña sonrisa.

Tragando un poco de saliva, el Spix sonríe de manera divertida y lentamente acerca su pico hacia el cuello de la escarlata.

Con extrema delicadeza, Blu acicala las suaves plumas de su compañera, tenía que encojer un poco su cuello debido a que ella es ligeramente más pequeña que él, pero eso no presento ningún problema.

Su pico se entierra en las plumas rojas hasta hacer contacto con la piel, y sin querer Blu la muerde.

"Ahhh..." Las voz de Alejandra sonó más como un gemido que como un quejido.

"¡Lo siento! ¿Te lastime cierto?" Se disculpo Blu mirándola con preocupación y pena.

"Jeje, no fue nada es solo que... bueno, ha pasado tiempo desde que alguien me ayudaba en mi aseo. Puedes continuar si quieres" Respondió aún manteniendo su pequeña sonrisa.

"Uh, de acuerdo"

Blu continuo trabajando en ella, intento mantenerse sereno, controlar sus temblorosas alas y cabeza para no lastimarla o incomodarla.

Pero no podía negar que le gustaba lo que hacía. Estaba abrazando a una bella guacamaya, requirió toda su fuerza de voluntad para no explorar el suculento cuerpo con sus alas, solo se limitaba a imaginarserlo en su mente.

Su pico desciende a la espalda; las alas sobre el vientre y las patas. Estaba tan concentrado que no se había dado cuenta que había descendido de más.

La Escarlata se mostró sorprendida y ansiosa, mira de reojo a Blu quien estaba bastante cerca de su rabo. Se muerde un poco la lengua mientras su respiración se agitaba. Una idea perversa surge en su mente

"¿Que está haciendo? Está bajando mucho, está cerca de mi cola, él no se atrevería a... ¿o sí?" Pensó ella con leve emoción "¿Y que tal si...?"

Tras pensarlo por un momento, ejecuta su movimiento.

De forma lenta y discreta, levanta su cola e inclina su cuerpo hacia el suelo.

Blu al principio no nota nada raro, no hasta que se da cuenta que vió de más.

La cola de la escarlata se levanta lo suficiente para revelar lo más sagrado en ella a Blu

El Spix abrió los ojos como platos ante la imagen: entre esas plumas rojas, entre las patas alcanza a visualizar la cloaca de Alejandra. Casi grita de la sorpresa cuando levanta su mirada y hace contacto visual con ella.

"¡Ahhh!" Blu se levanta y cubre sus ojos con sus alas. "¡Oh Dios, lo siento lo siento!"

Ale se recompone y ríe bajo su pico cerrado

Blu en cambio evitó mirarla directamente, incluso se encogió esperando un regaño o un golpe por parte de ella, pero al final no lleva nada.

"Tranquilo Blu, no tienes porque ponerte así" Intentó calmarlo.

"Ah yo... lo siento mucho, en serio yo... no debí mirar... lo siento... yo no... um..."

La escarlata se acerca y lo abraza con un ala.

"Relájate, solo estaba jugando contigo"

"Espera ¿que?" Se sorprende Blu. "Tu... ¡¿lo hiciste a propósito?!"

Ella se limitó a sonreír inocentemente ante la incredulidad del Spix.

"¿En serio? pero... ¿Porque?" Preguntó Blu.

"Pues porque quería hacerlo" Respondió simplemente "Además, ¿no es lo que buscabas ver?" Preguntó, está vez sonando un poco acusador.

"¡¿Que!? ¡No, por supuesto qué no!. No soy un pervertido. Solamente estaba distraído, no me había dado cuenta de lo que hacía. ¡Lo juro!" Se defendió intentando suprimir sus nervios.

Alejandra lo mira en silencio por unos momentos antes de apegarse más a él.

"Entonces supuse mal, pero lo hecho, hecho está. Pero dime... ¿Te gustó lo que viste?

El tono sensual enciende el bajo instinto de Blu, inconscientemente coloca sus alas bajo su estómago y su cola se agitó por un instante, acompañado con de un cosquilleo justo bajo su rabo, entre sus patas. Y todo por recordar aquella imagen que seguía fresca en su mente

El Spix se mantuvo quieto, nervioso, apenado, mirando a su compañera mientras pensaba que decir al respecto.

"¿D-debo responder éso?"

"Si tú quieres"

"Oh, um..."

Ella le da una pequeña palmada en su espalda y ríe.

"Es obvio que te deje sin palabras, no tienes porque apenarte. Pero si te incomode, entonces te pido perdón..."

Blu estaba desconcertado, miles cosas volaban en su mente, trataba de procesar el hecho que fue víctima de una pequeña travesura de Alejandra, una bastante atrevida.

Iba a decir algo pero de pronto ella se para frente a él, con sus picos casi al contacto pero sus pechos unidos y con una expresión seductora.

"Pero si piensas lo contrario pues..." Se acerca a su oído y le susurra "...puedo enseñartelo otra vez"

Blu parpadeo varias veces, sacudió la cabeza y lo mira con sorpresa y pena.

"¿M-me estás... seduciendo?" Preguntó intentado no mirarla a sus cautivantes ojos. "

Una fría corriente de aire invade el árbol y golpea a ambos. La escarlata lo abraza completamente.

"Uff, que frío, mis plumas aún no están secas. ¿Quisieras terminar lo que empezaste?"

El corazón de Blu latía como loco, no esperaba estar en ese estado, sus hormonas están alborotadas y gracias a la cercania y a la provocación de Alejandra se encontraba en ánimos de satisfacer su necesidad carnal con ella. Un escalofrío recorre su cuerpo cuando el frío viento atraviesa sus alas bajo su estómago y acaricia su propia cloaca expuesta y lubricado con sus fluidos. Lo peor que podría imaginar sería que ella se diera cuenta.

No sabía que hacer, afuera la lluvia había comenzado, el viento golpeaba los árboles haciendo imposible salir de ahí, lo que significaba que estaba encerrado con esta guacamaya traviesa y atractiva. Esto podría ser lo que cualquier guacamayo desearía o soñaría, pero no Blu.

Estaba inseguro sobre que es lo que podría pasar después, no quería cometer algo que más tarde se arrepentiría.

Baja su mirada y contempla la jugosa pechuga que la Escarlata cargaba, su deseo por ella se intensifica, tenía ganas de morderla.

"Puedo hacerlo... puedo... soportarlo" Se dijo a si mismo en su mente.

Blu recupera la calma con un suspiro y lentamente envuelve el cuerpo de la hembra. "Está... bien... pero ¿podrías dejar de... seducirme, por favor?"

Su compañera asiente y se mantiene firme a la espera de él.

"Cómo quieras"

Una ves todo preparado y sin problemas, Blu acerca su pico con mucha cautela al cuello de plumas rojas, Ale mueve un poco su cabeza para estirarla y darle más espació a Blu.

Al principio el proceso fue lento, pero lo más incómodo para Blu fue cuando hace contacto con la piel bajo las plumas, al hacerlo podía percibir el dulce aroma de la escarlata, y le hacía bastante efecto en él, y eso sin contar que tenía que soportar los pequeños gemidos que Ale no podía contener, al igual que su respiración rozando su mejilla.

Fue cuestión de tiempo antes de que Blu comenzará a jadear, su respiración se acelera con cada roce en ella, ya no negaba el hecho de que ambos estaban excitados.

Los gemidos de Alejandra se volvieron más fuertes, poco a poco reducía su esfuerzo para contenerse.

Después Blu desciende hasta la pechuga, su mente estaba en medio de una brutal batalla entre su raciocinio y su instinto salvaje, mientras que de un lado busca mantener el control de su cuerpo a raya, el otro buscaba desatarlo, dejarse llevar y usar a la hermosa escarlata para liberar su frustración, saciar su sed de placer, satisfacer su necesidad de reproducirse.

Alejandra coloca sus alas sobre la cabeza de Blu, forzandolo a morderla en su pecho

Blu forcejeo un poco pero después acepto el trato, el aroma femenino lo encantaba, los gemidos era música para sus oídos. De pronto pierde más el control cuando comenzó hacerle un chupetón.

"¡Ohhhh, Blu!" Jadeó de placer mientras miraba hacia arriba con los ojos cerrados.

El lado salvaje ganaba cada ves más terreno en la mente de Blu, continuo mordiendo y saboreando aquella pechuga exótica, en lugar de acicalar solo la desarreglaba aún más.

De pronto, Blu se levanta, y la mira a los ojos, ambos jadeaban, sus rostros reflejaban el deseo, la lujuria. Sus picos esbozaban una sonrisa, sabían lo que el otro quería.

Una vez decidido, Alejandra se voltea, dándole la espalda para después recostarse en su estómago contra el suelo. Seguido después de Blu quien al instante procedió a montarla, posiciona sus garras en los costado de la escarlata con cuidado de no lastimarla, usó sus alas para mantener el equilibrio, deciende su cabeza para estar cerca de la de su compañera, se miran a los ojos, las colas de ambos se sacuden y comienzan a posicionarse.

Blu sintió como la cola de su compañera se levanta a la espera de él para juntar sus rabos y finalmente ser uno.

El Spix contempla su puesto, estaba listo y en posición para aparearse en una pose tradicional y común entre las aves. Recordó la última vez cuando estaba en ese mismo lugar, aquella noche en Río, teniendo a Perla bajo sus garras, mirándolo con esos bellos ojos, esos ojos que reflejaban el deseo y el amor que le tenía. Su primera vez nunca se le olvidará.

Había esperado tantos años para repetir la experiencia de tener a una hembra debajo de él.

Ahora no pensaba en nada, ni en Perla, ni en sus hijos, solo esta bella y atractiva guacamaya escarlata y él.

Su instinto salvaje gana la batalla.

"Seamos uno..." Murmuró Blu antes de descender su rabo.

Las colas de ambos se revuelven y chocan mientras intentaban encontrarse uno al otro con sus cloacas. Solo un poco más hasta que...

¡KRAAKABOOM!

"¡AAHHHH!"

Ambos Guacamayos gritan aterrados gracias a un poderoso trueno que impacto cerca e iluminó el cielo.

Blu en pánico pierde el equilibrio y cae al suelo mientras que Alejandra da un salto y juntos retroceden hasta el fondo del árbol. Llegaron al punto de aferrarse entre ellos por sus vidas.

Los dos temblaron, tanto de miedo como de frío cuando el viento se intensifica y los golpea.

Ambos se quedaron en shock, se habían olvidado por completo que estaba lloviendo, pero al menos se dieron cuenta de que no era un buen momento para aparearse.

Se miran a los ojos y aprietan sus abrazos, Alejandra se acurruca en el pecho de Blu mientras que él la protege con sus alas y cuerpo.

Gracias a este cambio de eventos, el Spix despierta y recupera la razón, no podía creer de lo que se había salvado, por fortuna, la cosa no paso a mayores.

"Quezo y chispas" Dijo Blu mientras miraba con preocupación a su compañera escarlata.

No tardó mucho antes de que el shock se disipará y la adrenalina en sus cuerpos desaparezca causandoles a ambos mucho sueño.

Ambos bostezan y caen rendidos al mundo de los sueños, abrazados y con frío.


Bueno, Blu y Alejandra se conocieron mejor... Bastante jaja.Aún queda mucho por ver, la historia apenas comienza y Blu todavía tiene que tomar una decisión sobre su futuro, esperemos que nuestro amado guacamayo Spix tome el mejor camino. O sufrirá las consecuencias xdd.Espero que el siguiente cap no me tome bastante tiempo.Y pos ya no se que más poner aquí así que, nos vemos pronto :D