FIC

Historias de Albert y Candy

reto Cumpleaños 2021

Bailando por un Sueño

Por Mayra Exitosa

En el hogar de pony una celebración se daba, no podían correr, en pequeñas sillas de ruedas dos niños felices se acompañaban, tenían tres meses de haber estado en cirugía y lo que más celebraban era estar con vida, Candy había vivido a pulso todo el proceso y se congraciaba de poderlos ver sonreír de nuevo recibiendo la primavera y aunque aún no se unían a todos los demás pequeños en los jardines, su cirugía había sido solo el comienzo de todas las bendiciones recibidas, pues el hogar había sido remodelado, contaba con una larga fila de padres adoptivos para todos y cada uno de los pequeños que se encontraban en espera de formar parte de una familia, independiente de la edad que fueran todos y cada uno de los niños, la lista de parejas se iban incrementando para ser aceptadas sus peticiones de adopción y que mejor que ser aprobados por los niños que ansiaban ser hijos de alguien y tener padres.

Los mellizos miraban como se iban yendo una tras otra personita que habían estado junto a ellos por muchos meses y algunos por años, mientras que ellos aun no podían caminar, su espalda requería más tiempo para poder rehabilitarse y ahora sin el apoyo al que estaban acostumbrados uno al otro al estar unidos la mayor parte de sus recientes vidas, no podían ni imaginar en lo que todos los niños deseaban, ser parte de una familia.

Candy les aseguraba que habría unos padres para ambos y que no se separarían que estaban juntos en la adopción, más eso no llegaba, para quienes pronto iniciarían sus terapias de caminar, solo notaban que no había un papá ni una mamá para ellos por su complicada situación.

Muy lejos de ahí, Albert no dejaba de pensarla, de saber cada detalle con el informante que tenía de encargado en el orfanato, con el pretexto de remodelar hasta los jardines de ser necesario, ahí tenía a un hombre que le pasaba todo lo que el actor deseaba saber, si ella estaba bien, si lo extrañaba, si estaba deseando irse con él o cualquier cosa que mencionara, su ansia de saber de ella era tan evidente que el hombre que tenía le grababa imágenes y videos de ella junto a los niños constantemente.

- no se preocupen, yo no fui adoptada, ustedes son mi familia, si los adoptan tendrían un papá y una mamá y ya no sería posible que los viera tan seguido. - Pero Candy todos quieren un papá. Mencionaba el pequeño mellizo desde su silla de ruedas ahora frente a su hermana que asentía asegurándole lo que su hermanito decía y ella con mucha cautela al no ser elegidos por su situación actual, les buscaba una justificante para que no se pusieran tristes por no ser elegidos. - Pues sí, también deseaba un papá, pero si lo hubiera tenido, no habría estado aquí junto a ustedes ni me hubiera inscrito en el baile por un sueño, ni habría conocido al hombre que hizo posible que venciéramos en la competencia y se cumpliera su operación con tanto éxito. El niño estiraba sus bracitos indicándole que deseaba abrazarla y el video tomado lo observaba Albert quien anhelaba hacer lo mismo para tenerla en sus brazos, la escena no salía de su cabeza hasta que se le ocurrió una idea y ahora lo que más deseaba era finalizar las escenas de la película para poder ir a buscarla y estirar también sus brazos, para tenerla y no soltarla de nuevo.

Semanas después una llamada recibía y Candy emocionada al saber quien era, corría feliz por responder - ¡Albert! - ¡oh Candy! Como te he echado de menos, acaso ya olvidaste tu promesa de venir conmigo. – No, pero no sabía como irme, los niños están pasando por rehabilitación y… deseaba verlos caminar para luego poder llamarte y que me dijeras como le hago para llegar a ti. -¿de verdad? Realmente deseabas eso. - Por supuestos, una promesa se debe cumplir y me daría mucho gusto verte de nuevo. Al finalizar su comentario se apenaba y él lo notaba al estar escuchando su tono nervioso y avergonzado, casi podía verla a través de su voz, sus gestos y sus sonrisas nerviosas por estar hablando con él, era algo que no había cambiado a pesar del tiempo y la distancia. - Me gustaría ir por ti. - ¿por mí? - Si ¿acaso no quieres? - ¡Si! es solo que no lo esperaba, y… lo niños… yo… - También podemos traerlos, Solo dime que sí, y los unimos al paquete completo. - ¡Albert! - Diles que iré a verlos que no vayan a elegir padres, porque ambos podrían ser nuestros. - ¿nuestros? - ¿no quieres? -¡si! es solo que… ¿cómo nuestros? - Te lo explicaré cuando llegue, solo espérame y diles a ellos que pronto se irán de ahí. – No puedo decirles eso sin explicarles, -entonces no lo hagas, les daremos la sorpresa. - bien, realmente me intriga. - Si, supongo que sí, pero prometo no tardar ya finalicé la película y nada me dará más gusto que irte a buscar.

La llamada finalizaba y Candy no dejaba de meditar lo que había dicho, que los mellizos serían de ellos, y su mente divagaba e cosas imposibles y sueños que no deseaba imaginar y luego que fueran solo eso, sueños pasajeros, pues quizás Albert los llevaría con algún especialista a otro país y ella ira con ambos a algún lugar, pero entonces volvía a su cabeza la idea "nuestros" y se preguntaba curiosa ¿cómo es que los mellizos serían de ambos?

El arribo del actor salía por televisión y parecía suerte porque tanto ella como los mellizos observaban que ya se encontraba el actor de nuevo en Chicago, al tener tantos paparazzi tras él, lo seguían a todos lados, el pequeño John reía emocionado asegurando que algún día el sería famoso y lo perseguirían igual que a él, a lo que su hermanita que era más calladita solo asentía y miraba ilusionada a Candy porque ambas solo sabían que el hombre en la pantalla era muy atractivo y ambas lo apreciaban. - ¿verdad que es muy guapo? Candy giraba a ver a Mary y reía nerviosa con ella confirmando su pregunta, mordiéndose los labios al saberlo cerca y ella que sabía que iría a buscarla se seguía preguntando en calidad de que, serían los mellizos de ambos, para que fuera esa palabra nuestros. Sin poder comentar con nadie sus dudas por avergonzarse de sus pensamientos.

La llegada de Albert fue la escena sorpresa romántica más inesperada, pues pasaron días después de haberlo visto en la pantalla del televisor, encontraba a Candy leyendo un libro romántico sentada en el paso bajo un árbol, que al tener quien le avisara de todo dentro del orfanato, no fue difícil encontrarla y llegar a solas con ella. -¡Hola, preciosa! - ¡Albert! El abrazo efusivo y los giros inesperados dieron pauta a un beso y un abrazo que no se detenía, al finalizar ambos emocionados se observaban mutuamente y con ternura y otra fila de besitos en su rostro confirmando que no era un sueño lo que ambos estaban pasando, finalizaba diciendo - Ya vine por ti, no volveremos a separarnos jamás. Ella asentía confirmando lo que el aseguraba sin poner ningún pretexto asegurando que también lo deseaba y el sonreía satisfecho por lo transparente que era cuando estaba con él. Un beso de nuevo más intenso por asegurare que se irían juntos, y otro más por no desear soltarla de sus brazos, para finalizar ambos eran pareja realmente confirmada sin un noviazgo previo, solo besos que decían que no podían contenerse.

- Te extrañé mucho, Albert. - También yo, no deseaba pasar un día más sin ti. - Ni yo. Sin evitarlo, la bajaba lentamente y se arrodillaba sacando la sortija de su cajita asegurando lo que ya soñaba y no creía posible la rubia, al pedirle matrimonio de esa manera tan inesperada, cuando ninguno había imaginado que eso fuera posible. - ¡di que sí! - ¡Si! ¡Si! ¡Si! ¡Si! Se volvía a lanzar a sus brazos cayendo encima y rodando por el pasto bajo el árbol que los ocultaba del resto de quienes en e orfanato ignoraban de su presencia.

Casarse fue solo el comienzo de un sueño que no creía posible, adoptar a los mellizos fue algo que nadie podía creer, pero ambos estaban unidos gracias a ellos y no deseaban perderlos, su rehabilitación continuo por un par de años más, cuando por fin dejaron sus sillas para caminar y jugar, para entonces sus padres ya esperaban bebe, algo que ninguno de los dos había previsto, puesto que ya contaban con dos hijos mayores que al darles la noticia festejaron pues ellos ya eran una familia y la que consideraban su hermana mayor se había convertido en su madre. Albert estaba más que dichosos, la vida le había favorecido desde aquella ocasión en la que George Jonhson le había engañado al hombre para tomar la esfera y fingir sacarla de la tómbola, para que resultara ser la mujer de su vida, quien lo volvía loco de felicidad, le había dado mucho más de lo que un sueño deseaba, pues por fin tenía una familia, y eso era lo que más amaba.

- ¿quieres bailar esta pieza? - ¡Oh Albert! contigo todas las piezas musicales son un sueño, pero este vientre no me dejara abrazarte. - Veras que sí, solo es cuestión de práctica, además pronto saldrá de ahí y sus hermanos cuidaran de él, para dejarme de nuevo a su madre… para mí. - ¡Albert! Un tremendo beso, acallaba su rubor, al imaginar lo que pasaba por la cabecita de su mujer, al haberle dicho que finalizar su embarazo, sería otra vez suya, cuanto más pasaba el tiempo, más la amaba, ella era la mujer que el destino le tenía reservado, luego de tantas parejas simuladas, la vida le brindaba la mujer que esperaba desde hacía tiempo, solo por cumplir un sueño, había sido el comienzo de todos los suyos desde entonces.

FIN


Gracias por leer y esperar hasta finalizar este reto cumpleaños 2021, deseando haya sido de su agrado como lo es para mi escribirla, feliz Navidad

Un abrazo a la distancia

Mayra Exitosa