Negociaciones


"Desde un extremo de la habitación veía como Kasumi sonreía de oreja a oreja con sus amigos y estudiantes del Jujutsu festejando su cumpleaños número quince. No podía creer lo rápido que el tiempo trascurrió para ambos siendo el un hombre próximo para cumplir veinticinco y ella una hermosa damita, a su lado Suguru aún se veía decaído por el reciente fallecimiento de Riko, manteniéndolo de cierta forma cuerdo sus pequeñas hijas, Nanami en compañía de Shoko estaba con los adolescentes. Arrugo el entrecejo al ver como un joven de cabello castaño oscuro se acercaba de más a Miwa entregándole un pequeño obsequio y como era de esperarse la ojiazul lo tomo feliz y en el proceso abrazándolo.

- Por lo que veo Kasumi siempre ha tenido esa aura para atraer a los hombres y chicos lindos. - una voz a su espalda hizo que volteara sus ojos ocultos por sus gafas. – Y dime, ¿Cuándo la tomaras como tuya? Aunque sea demasiado joven eso no es impedimento para que comiences a entretenerte con ella.

- Sabes perfectamente que nunca la he visto de esa forma. - sonrió soberbio dirigiendo una mirada a su progenitora. – A kasumi-chan la veo como una hermana.

Una risa estridente interrumpió un poco la festividad causando un desconcierto momentáneo en los adolescentes en cambio los adultos sabían que cada conversación de los peliblancos era para algo relacionado al Clan.

- Créeme que por experiencia propia en toda mi vida, nunca vi que tu Tío me viera de la forma en que miras a Kasumi. – vio como los lentes de su hijo se deslizaron.

- ¿y como miro a Kasumi-chan?

Odiaba dar explicaciones de su vida privada, más tomando en cuenta que su Okasama estaba en toda razón de dudar que el cariño que antes tenía hacia la joven cian fue transformándose en algo más profundo, más posesivo e incluso más oscuro.

- La miras como esos postres que tanto deleitas devorar, detallando cada fino rastro y detalle para luego encajar el colmillo.

Ambos miraban como Kasumi les hablaba para tomarse una foto y guardar cada detalle como lo venía haciendo desde los diez.

- No olvides mis palabras Satoru: El amor es la maldición mas retorcida de todas. – quedando hombro a hombro con su hijo a pesar de la diferencia de estatura. – Su poder puede llegar al grado de quebrarnos y después destruimos, sino jugamos bien con las negociaciones del destino.

Sin esperar otro comentario la mujer se fue acercando a la joven cian y extendiendo sus brazos para otorgarle un abrazo como cada año, los ojos cielo de Satoru vieron con resentimiento a su madre, pero en cuanto se toparon con la figura de Kasumi inmediatamente fue delineando cada rasgo de ella, su cabello cian peinado a media coleta, su vestido floral, su rostro afilado, sus largas pestañas negras y cada detalle de su cuerpo deteniéndose en los senos de ella, cuestionándose ¿seguirían creciendo? ¿podrían sus manos abarcarlos?

- Si pudieras.

Parpadeando varias veces Gojou no se dio cuenta como Kasumi se encontraba frente a él con sus mejillas sonrojadas esperando pacientemente algo, ¿acaso ella leyó su mente o…?

- Satoru, ¿podrías acompañarnos en la foto? Solo faltas tu.

- "Con que era eso". – pensó sonriendo y notando como Kasumi sostenía una fotografía de su abuelo, el cual falleció en la primavera pasada provocando un dolor inminente en ellos. – Muy bien vamos a tomarnos esa foto Kasumi-chan.

Argumento feliz abarcando con su grande brazo la menuda figura de ella al abrazarla por los hombros provocando una mirada cargada de indignación de Nanami, Momo, Mai y Utahime; una llena de rabia de ese joven el cual Miwa dijo que se llamaba Muta y por último la de su madre llena de soberbia al ver como sus planes se estaban concretando. Pero eso no fue lo que inquieto y excito a Gojou Satoru sino que a través de cada abrazo lleno de alegría por parte de la joven sentía como el tiempo había pasado sobre ella convirtiéndola en aquello que nunca debió verla…porque Miwa Kasumi frente a sus ojos ya no era su protegida, sino una mujer.

Después del cumpleaños de Kasumi se concentró en sus misiones y fue olvidando esporádicamente ir a la finca, hasta que un día harto de usar su poder o viajar decidió quedarse en su antiguo hogar.

- Como si esta fuera la solución. – pensó divertido al ver como el chamán más fuerte de todos era intimidado por una adolescente y el peor del caso es que ni siquiera ella lo sabía. – Ni lo sabrá esto se convertirá en mi sucio secreto.

Finalizo al deslizar la puerta de su habitación, al ser él líder del Clan tenía todo el derecho de reservar la habitación principal dentro de la finca, pero se quedó de piedra al verla.

- Tiene que ser una broma. – golpeándose ligeramente la mejilla y al sentir dolor descubrió que no lo era.

Frente a sus ojos se encontraba Miwa Kasumi portando una de sus camisas, quedándole como una bata de dormir por la diferencia de sus proporciones, el cabello de ella enredado y su rostro demasiado tranquilo sobresaliendo un rastro de saliva en sus labios. Pero en lugar de parecerle asqueroso o adorable, encontraba la situación excitante, vio como estaban desnudas las piernas blancas, su camisa subida en demasía al grado de ver casi las bragas de ella y al darse la vuelta quedando boca arriba pudo deducir que Kasumi no portaba brasier viendo cómo se erizaban sus pezones por el frio otoñal.

- Eres demasiado hermosa. – acercándose y sentándose en ese amplio futón, mientras que su mirada delineaba el cuerpo de la joven. – Me pregunto si sería capaz de…

Acerco su rostro al de ella notando lo linda que se había convertido Miwa deteniéndose en sus labios color cereza.

- A fin de cuentas algún día serás mía. – susurro antes de juntar sus labios con los de ella sintiendo una textura suave y delicada.

Sorprendiéndose de sentirse correspondido por unos tímidos movimientos por parte de Kasumi, Satoru fue besando un poco más rápido, sintiendo como su morbo crecía y decidiendo que hoy mismo tomaría a Kasumi como su concubina mandando al carajo todos los protocolos que tenían que realizar, pero al separarse noto que…

- ¿Esta dormida? – alzo las cejas al ver como entre sueños la joven correspondió su beso, entonces eso significaba que Kasumi estaba soñando que se estaba besando con alguien.

Inmediatamente vino a su mente ese joven que entraría como estudiante con Utahime, Suguru incluso comenzó a pensar en el pervertido de Naoya sin embargo lo que escucho a continuación lo dejo helado.

- Satoru…te amo. – susurraba entre sueños la adolescente con una sonrisa, llegando a contagiarlo y antes de retirarse deslizo un poco del flequillo de ella para darle un beso en la frente cerrando los ojos e inhalando el aroma dulce de Kasumi.

- Yo también, cariño. – su respuesta hizo que la sonrisa de ella se extendiera mientras se daba la vuelta abrazando ese extraño peluche en forma de él.

Fue lo último que dijo desapareciendo del lugar dejando como un trago agridulce todo lo que estaba ocurriendo y buscando la forma del bienestar de Miwa Kasumi.

El tiempo volvió a transcurrir siendo pocas veces que visita la finca, y su convivencia con la joven cian iba deteriorándose un poco. Cerro los ojos frustrados odiaba ver la actitud decaída de Miwa, su madre le había asegurado que casi no comía, preguntaba constantemente por él y en las noches la finca era testigo de las pesadillas de ella al borde de las lágrimas siendo el mayor responsable.

- Haz estado últimamente muy pensativo Satoru. – la voz divertida de Mei lo saco de sus pensamientos. – Acaso por fin se terminó tu faceta de protector guardián de esa niña.

- Vaya que sorpresa encontrarte Mei. – dijo divertido levantándose de su asiento, aunque odiaba como existía gente aunque menospreciara a Kasumi-chan. – No sabía que era un enfoque de atención a tu avara mirada.

La nombrada solo se encogió de hombros notando como su ex compañero de academia maduraba como los vinos y delineando con su mirada cada parte del cuerpo de él.

- ¿Se te perdió algo? – cuestiono divertido al ver como Mei lo devoraba con la mirada.

- En lo absoluto. – pegándose al cuerpo del hombre para que sintiera sus senos bien formados. - Aunque odie admitirlo querido, tú siempre serás el enfoque de muchas miradas y sabes que no solo por tu belleza.

Mientras decía esas palabras sintió como Mei enrollaba sus brazos por su cuello y delineaba su cuello con besos demasiado sugerentes erizando su piel, pero no como lo haría la cercanía de Miwa.

- Eso lo sé. – respondió con el mismo tono provocativo que utilizaba cuando deseaba acostarse con alguien. - ¿Qué te parece si lo discutimos en mi habitación?

Sin darse cuenta ambos ya se encontraban en su habitación teniendo sexo, cada estocada que le daba a la ojiazul era más fuerte, escuchando los gemidos llenos de placer de esta, pero cuando detuvo su mirada en ella no vio el cabello casi blanco de Mei sino un color cian demasiado extraño, su piel no era aperlada sino de un color blanco, su proporcionada figura ahora era menuda y su rostro no era el de una mujer demasiado experimentada en el sexo sino que era…kasumi.

- Mas rápido Satoru. – escucho su tierna voz mientras extendía sus brazos para sentirlo más cerca, que sin chistar acepto las peticiones de la adolescente.

A medida que iban en aumento las estocadas, Satoru sentía que estaba en el paraíso. Esa mezcla de sentimientos no solía tenerla con nadie, ni siquiera en las misiones con esas maldiciones o el cuestionamientos de los altos mandos por todavía no otorgarles un heredero. Esas sensaciones eran gracias a esa pequeña conejita que había llegado a su vida a poner todo de cabeza, aquella niña sin chiste y caritativa que le otorgo aquello que escasamente le daban: Miwa Kasumi le regalo a Gojou Satoru una amistad sin conveniencia, un amor sin restricción y un afecto infinito.

- ¡Satoru! / ¡Kasumi! – exclamaron ambos al momento de llegar a su orgasmo, pero abrió abruptamente los ojos al descubrir que no era la joven cian con quien estaba teniendo sexo, sino con…

- ¿Acabas de llegar al clímax diciéndome el nombre de esa niña? – reclamo entre ofendida y divertida Mei al ver las reacciones de arrepentimiento y culpa en su compañero. – Vaya Satoru sí que tus gustos y fantasías han cambiado drasticamente al grado de imaginarte follar con una niña casi once años menor que tú.

Sin más contratiempo Satoru salió del interior de Mei teniendo cuidado de no romper el preservativo, y analizando las palabras de la mujer, que simplemente comenzó a vestirse como si nada hubiera pasado.

- ¿No dirás nada? – cuestiono nuevamente al ver como Gojou solo le daba la espalda, suspiro derrotada por la situación. – Si tanto te gusta esa niña deberías ejercer tus derechos sobre ella a fin de cuentas por ese motivo se encuentra a cuidado del Clan.

Vio como Satoru la miraba de reojo dedicándole una mirada demasiado seria para ser él.

- Solo mantente en tus asuntos Mei, lo que sucedió aquí no debe salir de esta habitación. – parándose para tirar el condón y ponerse su pantalón. – Respecto a mi relación con Kasumi solo me concierne a mí.

- Al menos deberías indemnizarme por tal humillación y guardar tu "secreto" acerca de esa niña, o dime ¿Cómo reaccionaría al saber que llegaste al clímax pensando en ella? Y más siendo amiga de…

- Te daré seis millones de yenes, así que deja de joder. – colocándose la venda. – Pero si escucho que hablaste la boca Mei, créeme que no querrás haberme provocado.

La mujer solo amplio su sonrisa despidiéndose, lanzándole un beso mientras que él veía sin emoción algunas las sabanas que había compartido con la mujer y como su mente comenzó a traicionarlo al grado de haber imaginado estar entre las piernas de Kasumi y no de su compañera de trabajo. Bufo molesto dispuesto a salir de la habitación para llamar a una de las mucamas para recoger su habitación, pero se quedó de piedra al ver detrás de esta a quien menos deseaba ver viendo fijamente la figura de Mei Mei retirándose del lugar.

- ¿Aun sostienen algo Mei-san y tú? – Miwa dirigió su mirada oceánica en Satoru que simplemente la veía. – Al parecer interrumpí algo. – trato de sonreír. – Con permiso Satoru vendré en otro momento.

Pero antes de que se retirara el peliblanco la sostuvo del brazo, para meterla. Sintiendo una extraña necesidad de justificarse, ¿pero justificación podría tener si era muy notorio que Mei y él habían tenido sexo?

- Lo que sostenemos Mei y yo termino el día de hoy, Kasumi. – noto como alzaba las cejas, pero aun manteniendo la mirada gacha. – Aunque siendo honesto unos encuentros íntimos no puede ser considerado una relación en sí.

Aquello descoloco a Kasumi y Satoru quiso morderse la lengua ante la extrema sinceridad, que sin darse cuenta expuso como podría ser la relación de ambos al convertirse ella en su concubina…netamente de complacerlo.

- Ademas tu nunca interrumpirías Kasumi, tranquila. – acercándose al cuerpo de ella. – Recuerda que eres mi protegida y las ordenes que solicites se cumplirán, cualquier persona.

Miwa apretó los puños, desde hace tiempo sus sentimientos hacia Gojou habían cambiado ya no lo veía simplemente como su protector o amigo, sino ella deseaba poder estar con él como esas mujeres, que por fin deseara tomarla como concubina y estar con Satoru al menos en físicamente, ya que era consciente que él hombre nunca ha entregado su corazón a una mujer, ni siquiera a su propia madre. Por eso no podía evitar sentir celos al verlo con otras mujeres.

- ¿Cualquier persona puede hacer una solicitud mía y cumplirla? – cuestiono deductiva y un poco nerviosa, Satoru asintió. - ¿incluso tu?

Satoru se sorprendió por el cuestionamiento de Kasumi, más aún al ver en sus ojos azules una petición que seguramente la joven le haría. Simplemente sonrió ante lo inocente que era.

- Si kasumi-chan, incluyéndome a mí. – abarcando con sus grandes manos el rostro sonrojado de Miwa.

- Entonces quiero que dejes de ver a Mei-san. – la adolescente alzo un poco el rostro como solía hacerlo su progenitora, sin ninguna duda en su mirada. – Sino lo haces dejare de ser tu amiga y…

- De acuerdo. – se carcajeo Gojou al notar esa posesividad por parte de ella. – Dejare de ver a Mei y prometo no volverme a involucrar con ella.

Extendiendo su sonrisa y sin poder evitarlo Kasumi envolvió con sus brazos la cintura de Satoru sin darse cuenta como su cercanía afectaba los sentidos del hombre percibiendo sus curvas, su fragancia haciendo que Gojou Satoru reconociera sus nuevos instintos acerca de la joven."

Abrió sus ojos color cielo percibiendo el ruido de la lluvia que caía fuertemente en la finca, viendo fijamente como las gotas caían, el frio del clima y por dentro sentía un calor incontrolable que sabía perfectamente como controlarlo. Despego su mirada del paisaje viendo fijamente la figura que descansaba tranquilamente en ese futón, delineando las marcas de sus mordeduras, manos y besos en la piel de Kasumi; apretó los puños al ver como la respiración de ella era tranquila.

- Sobrepase mis límites. – rio amargamente al ver como no se contuvo lo suficiente para hacerla de él. – El peor del caso es que deseo continuar.

Apretó los puños, apartando la mirada. Su mente no podía borrar los gemidos llenos de dolor para después ser convertidos en placer, la forma en que sus manos abarcaban sus senos, haciendo un trayecto en todo el cuerpo de ella, memorizándolo. Pero sobre todo el placer de sentirla por completo, porque estar dentro de Kasumi fue una experiencia que deseaba repetir hasta que se hartara y él estaba seguro que eso nunca sucedería.

Se levanto rápido de su asiento viendo como la puerta de los aposentos se deslizaba mostrando el rostro de su madre, la cual dirigió rápidamente su mirada en la otra parte de la habitación viendo fijamente la figura de Kasumi arropada por una fina sabana delgada. La mujer sonrió arrogante y ahora viendo a su hijo el cual arrugo el entrecejo al percibir lo que vendría.

- Por lo que veo el afrodisiaco ayudo en demasía para tu indecisión acerca de Kasumi. – adentrándose. – Dime, hijo ¿Cómo fue por fin hacer realidad tu más oscuro secreto?

- No tienes a nadie más que joder. – decía burlón Gojou aunque por dentro deseaba que su madre desapareciera. – O no me digas ¿ya te cansaste de buscarte amantes y te complacer ser una voyerista Okasama?

Ambas miradas se debatían en un duelo interno y es que podría ser que ella no era la madre perfecta pero como tal conocía a su hijo, porque les gustara o no el lazo que compartían era inquebrantable al grado incluso reconocer en sus adentros que ella adoraba a su hijo.

- Por tu comportamiento serias acreedor a una reprimiendo, pero ya no eres un crio Satoru. – se alejó del hombre para disponerse a acercarse a la joven. – Se que no debería hacerlo, ya que es muy obvio lo que sucedió aquí, pero son protocolos arcaicos.

Se agacho para destapar la zona intima de Miwa notando las mezclas de fluidos de su hijo con la joven con un tinte rojo que estaba impregnado en las sabanas. Gojou al ver las acciones de su madre agacho la mirada, avergonzado al recordar cómo había arrebatado la virginidad de Kasumi, prometiéndole ser más cuidoso y recompensarla, pero lo único que hizo fue tomarla una y otra vez hasta que el efecto del afrodisiaco pasara.

- Verdaderamente liberaste toda esa tensión. – volviendo a arropar a la chica de forma cuidadosa ganándose una sonrisa por parte de esta.

- Deberías de estar agradecida, la bazofia que me diste resulto a la perfección. – intervino Satoru alejando a la mujer y deslizando la puerta donde descansaba Kasumi. - ¿Por qué la maldita urgencia en adelantar las cosas? ¿Por qué están tan preocupados en que les dé un maldito heredero?

Sabía que se estaba excediendo, pero toda esta situación era demasiado extraña incluso para alguien como él que todo este tiempo se ha mantenido desligado de sus obligaciones como jefe del Clan, pero sabía que la reciente expulsión de Fushiguro Toji como sucesor al Clan Zen´in así como la urgencia en que Megumi también comenzara a tener concubinas. – Que por obvias razones el joven se negaba o más bien por alguien. – Ademas de la extraña necesidad de su Okasama en que por fin Kasumi y él consumaran eran casualidades que no le agradaban en lo más mínimo.

- No me hables así, puede que seas el líder, Satoru. Pero que no se te olvide con quien estás hablando. Si no te gusto la experiencia con Kasumi o porque por fin comprendiste que estas igual de retorcido que todos nosotros, no es mi problema. – alejando su mano bruscamente del agarre del hombre. – Simplemente abstente al menos de acatar esto, ya que créeme que si descubro que si interferiste para que tú y Kasumi no concedan un hijo. La vida de ella dentro del Clan será un infierno, te lo juro.

- Sigo siendo más fuerte que todos ustedes juntos, podría terminarlos en un parpadeo si le tocan un pelo. – contrataco, pero en lugar de intimidar a su madre solo vio cómo se ampliaba su sonrisa. - ¿Acaso no me crees?

- Sabes que atacar directamente a un Clan es signo de traición dentro de la hechicería, además no te convendría en este momento. No eres tan idiota, Naoko trae la comida.

Grito su madre logrando que una de las sirvientas del Clan comenzara a dejar una proporción impresionante de frutas, dulces, platillos y bebidas de todo tipo. Esto provoco una mirada recelosa en Satoru y su madre al verla lo comprendido.

- Despreocúpate. – alzando la mano sin importancia. – Nada tiene un afrodisiaco o la manera de estimularte más de lo que te encuentras. – alejándose de su hijo. – Por cierto aún es muy pronto para las negociaciones.

Varios de los sirvientes fueron retirándose a medida que terminaban las respectivas solicitudes.

- Por el momento disfruta mientras puedas, tarde que temprano abrirás lo ojos y te darás cuenta que ser Jefe del Clan y sensei nunca van de la mano.

Sin esperar una respuesta de su único hijo cerró la puerta dejando al hombre aún más furioso de lo que estaba. Odiaba darle explicaciones a las personas, que se metieran en su vida y la fatiga a veces de haber nacido con ese don que todo lo que ha traído es desgracia a su persona. Aunque por el momento su única prioridad seria…

- Kasumi, abre la puerta sé que estas despierta. – dijo tranquilo al sentir la energía maldita que desbordaba la joven o más bien su cabello.

Tímidamente Miwa fue deslizando la puerta vestida con una yukata, su mirada se mantenía gacha seguramente completamente sonrojada por su apariencia y de haber sido descubierta.

- Lo siento…no era mi intención escucharlos, pero…

- Realmente la voz de esa mujer puede resultar irritante al confundirla con una pesadilla, ¿no crees?

Cuestiono despreocupadamente Gojou mientras se sentaba frente a la mesa viendo con hambre voraz la comida, aunque no solamente deseaba devorar los alimentos, sino que rápidamente poso su mirada en el cuerpo de Kasumi y a pesar de portar esa ligera yukata podía delinear perfectamente la figura de esta.

- No deberías ser grosero con ella, Satoru. A fin de cuentas nuestra señora es tu Okasama. – levanto su mirada encontrándose con la burlona de él e inevitablemente vinieron a ella flashes de las escenas pasadas entre ellos y una clara evidencia era la molestia que sentía en la entrepierna.

Al parecer Satoru lo noto por la mueca que había hecho al momento de desear caminar a él, suspiro derrotado así que sin previo aviso camino hasta quedar frente a Kasumi y en un abrir y cerrar de ojos la cargo estilo princesa.

- ¿Qué haces? – pregunto nerviosa por la cercanía de Satoru y sus acciones.

- Que no es obvio te llevo al comedor. – sonrió inocente. – Ademas necesitas recuperar fuerzas.

Fue cuidadoso al sentarla posicionándose detrás de ella abriendo sus grandes piernas, donde al acercarse pudo notar el sonrojo hasta el cuello de Kasumi y solo faltaría acercarse más para besar su cuello, pero era cierto aquello que necesitaba comer. La joven era nueva en ese nuevo ámbito que iniciaron hace unas horas y más si con eso conllevara un…

- ¡Los mangos están deliciosos! – exclamo feliz tomando un tazón de frutas. - ¿Quieres comer un poco, Satoru?

No se necesitaba ser un genio para comprender que la joven deseaba aparentar que nada había sucedido y que todo seguiría a la normalidad, pero estaba muy lejos de la realidad.

- Si Kasumi dame un poco. – abriendo la boca, para después sentir el sabor dulce mientras la veía feliz. – Kasumi necesitamos hablar de lo que sucedió.

Sintió su piel erizarse.

- Ayer oficializamos tu vinculo como mi concubina. – Miwa agacho la mirada asintiendo. – Sabes que ese lazo no se puede romper a menos que yo lo pida o que en el tiempo que estemos juntos no hayas podido darme un hijo.

- Si lo sé perfectamente. – cómo no saberlo si toda su vida fue adiestrada y preparada para este momento. – Entonces… ¿me desecharas como las otras? – levanto su rostro al borde de lágrimas. - ¿Tan mal estuve?

Satoru se sentía el peor de los hombres al entender que posiblemente sus palabras no fueron claras, llevando sus grandes manos a abarcar el rostro de Kasumi y limpiar con sus pulgares las lágrimas que comenzaron a caer.

- Kasumi, eso…

- Te prometo ya no quejarme si me llegase a doler o sentir incómodo. – tenía miedo de su destino, de su futuro, pero sobre todo tenía miedo de estar alejada de Gojou. – Incluso aprenderé con esos extraños libros que me dan, le pediré a Mai y Momo que me muestren esos videos para hacerlo mejor, pero Satoru por favor no me alejes….- tomando las manos de él. – No me dejes sola, tu no me abandones, por favor. No me abandones como mis…

No pudo terminar la frase porque los labios de Satoru no se lo permitieron, poco a poco fue correspondiendo la muestra de él sintiendo los suaves y dulces que eran su labios. Mientras que en la mente del peliblanco venían demasiados juicios internos sabía que embarazar a Kasumi en este punto de su vida estaba mal, deseaba que la joven conociera, deseara saber que hacer en su futuro y viviera una vida feliz. Pero desgraciadamente por más poderoso que fuera aun las tradiciones y costumbres dentro de los Clanes no podían destruirse, no aún. Sabiendo perfectamente que todo estaba mal seria egoísta, Kasumi se quedaría con él y no intervendría si ella llegase a quedar embarazada, pero tenía que tocar ciertos puntos con sus viejos antes de que eso ocurriera y buscar la forma de proteger a Miwa, porque ella es su prioridad principal.

- No es necesario que hagas eso. – separándose unos centímetros de su labios viéndola. – Me fascina cada una de tus reacciones Kasumi-chan. – bajando su besos al cuello de ella escuchando un gemido de su parte. – Al contrario debería ser yo quien te prometa no ser tan brusco las próximas veces.

Ambos se vieron a los ojos él con culpa y ella tímida.

- Se que no fue tu intención además te dieron un afrodisiaco, sé que nunca ha sido tu intentarías hacerme daño. – juntando sus frentes. – Tu eres una buena persona, Satoru.

Escuchar esas palabras de ella provocaron que riera tristemente, si supiera Kasumi que todo lo que sucedió entre ellos no solo fue parte del afrodisiaco sino porque sus más bajos instintos le había solicitado hace mucho tiempo tomarla, embestirla salvajemente, hacer que pierda el habla por el placer y ver su rostro suplicante pidiéndole más.

- Eres tan inocente. – recostándola en el frio suelo mientras deshacía el nudo de la yukata de ella. – Tan buena y pura. – besándola nuevamente despacio e introduciendo su lengua en la cavidad de ella.

Kasumi solo correspondía a los besos igual de necesitada que él, los labios de Satoru siempre fueron una especie de adicción para ella, sus manos delineaban la ancha espalda de este sintiendo como los músculos de él se tensaban y gimió un poco más fuerte al sentir como Gojou había abierto por completo su yukata para tomar entre sus manos sus senos apretándolos suavemente.

- Creo que la comida quedara para segundo término. – bajando los besos hasta el nacimiento de los pechos de Miwa y dirigiéndole una mirada ladina a la joven para disponerse a besarlos.

Sumergida en el mar de sensaciones Kasumi curvo un poco su cuerpo mientras sus manos peinaban delicadamente los cabellos de Satoru, mostrándole con sus caricias que continuara. Gimió un poco más fuerte al sentir como mordía uno de sus pezones para después ir delineando con sus labios poco a poco a su vientre, el placer que sentía en estos momentos era inimaginable confirmando aquello que sus amigas una vez le dijeron.

- "El sexo es fantástico". – pensó Kasumi cerrando los ojos, pero los abrió al sentir como Satoru les separaba completamente las piernas y se ubicaba frente a…- ¿Q-Que haces? ¡No Satoru! ¡Es vergonzoso!

Quiso ocultar su sexo con sus manos pero rápidamente, Gojou tomo ambas para que no lo hiciera y viendo como este le lanzaba una mirada ladina.

- Trata de relajarte, Kasumi. – dijo tranquilo. – Esto es para relajar tus músculos, además te encantara. – sonrió infantilmente.

Ella simplemente asintió viendo como nuevamente el peliblanco la abría las piernas y soltaba sus manos, mirando fijamente su sexo y otorgándole una última mirada sin no decía antes: "Gracias por la comida". Comenzó a dar pequeñas lamidas para después subir la intensidad de sus movimientos junto con dos dedos jugar con su clítoris, Miwa hecho la cabeza hacia atrás. Satoru miro de reojo las reacciones de la joven quedando prendado de ella al ver como no dejaba de gemir, la forma en que decía su nombre y como las mejillas de ella se sonrojaban a medida de sus movimientos

- Sa-Satoru…- gimió Kasumi al sentir que pronto llegaría al orgasmo. – Por favor. – sentía las manos de Kasumi en su cabello y como las caderas de ella buscaban acercar más su sexo a su boca.

- Verdaderamente cada parte de ti es exquisita, Kasumi-chan. – separo sus labios de su festín divertido, para continuar con su tarea.

Ver así de entregada a Kasumi hacía que su entrepierna estuviera a punto de explotar, adoraba todo de Miwa y estaba seguro que después de haber abierto la caja de pandora dentro de él nadie sería capaz de alejarlo de ella sin atenerse a las consecuencias.

- ¡Satoru! – vio como Kasumi arqueo su espalda al llegar a su máximo placer y sentía el sabor de ella en su boca.

Miwa se encontraba desorientada por cada sensación que le regalaba Satoru a su cuerpo, no podía creer que aquello mostrado en los libros y videos que sus amigas le mostraran fuera tan increíble. Sus ojos azules visualizaron como Gojou se limpiaba la comisura de sus labios y otorgándole una sonrisa se dispuso a levantarse notando la creciente excitación del hombre a través de la yukata sin dejar de cuestionarse, ¿Cómo entro eso en ella? Aun recordaba la primera vez que Satoru ingreso sintiendo al principio como algo incomodo se movía dentro de ella y la partiera en dolor, para después ser sustituido con un placer mayor al que experimento.

- Andando que el suelo es demasiado incómodo. – cargándola desnuda a la habitación.

- Si, está bien. Satoru. – respondió Miwa regalándole una tímida sonrisa junto con las mejillas sonrojadas.

- ¡Awww Eres tan adorable Kasumi!. – abrazándola fuertemente restregando su mejilla con la de ella, como solía hacerlo cuando siempre la vestía de conejo. – Para que veas lo bueno que soy te traeré un disfraz de conejita.

La joven alzo sus cejas desconcertada por el extraño comentario de Satoru, ya que hace tiempo el hombre dejo de traerle obsequios como disfraces, pero la sonrisa ladina que le otorgo mientras la depositaba en el futón hizo que lo olvidara y más al sentir como las manos de él recorrían sus piernas para dejarle espacio entre ellas.

- Ahora iremos a tu ritmo, cariño. – tocando su mejilla. – Cuando me indiques que me detenga lo hare, está bien.

- Tranquilo, Satoru no me romperé. Confió en ti. – sonriéndole y alzando un poco su rostro para poder tomar la iniciativa de besarlo.

Rompiendo un poco el miedo la ojiazul fue descendiendo sus besos desde el cuello de Satoru hasta su clavícula usando de vez en cuando la lengua como solía hacerlo él y cuando escucho un ronco gemido por su parte se dio cuenta que estaba haciéndolo bien. Temblándole las manos fue directo al nudo de la yukata para deshacerlo y retirarla lentamente, fue delineando cada línea de los pectorales de Satoru sintiendo la firmeza de estos y como refregaba sus intimidades para sentir el calor acumulado de ambos. Pero Kasumi deseaba experimentar aquello que había visto y por lo que entendía le gustaba a la mayoría de los hombres.

- Satoru…¿podrías recostarte en el futón? – Gojou alzo las cejas sin comprender y deseaba protestar un poco, porque anhelaba encontrarse en este momento entre el paraíso que podía ofrecerle el sexo de ella, pero por primera vez comprendió que ahora no se trataba de él.

- Está bien. – tomándola de la cintura invirtió los papeles quedando el recostado en el futón y Kasumi a horcajadas de él. - Pareces una diosa. – delineando con su mano la tersa piel de su vientre.

Detuvo su mirada en ese lugar imaginándola dentro de poco abultado y todo porque dejo que el tiempo pasara sin buscar una solución apropiada. Volvió a sentir como Kasumi lo besaba suavemente para después ir bajando los besos hasta su pecho y su marcado abdomen, las caricias de ella eran dulces como si no quisiera lastimarlo. Abrió sus ojos solo para ver como ella detuvo sus caricias en la parte baja de su abdomen cerca de su erección, completamente ruborizada.

- Kasumi, no tienes porque…- la joven no lo escucho simplemente con sus manos temblando tomo el miembro de Gojou y acercando su boca al mismo. – Kasumi. – suspiro al sentir las manos frías de ella en su zona caliente.

En cambio la joven no aparto su rostro del miembro de Satoru sino que simplemente se acerco hasta quedar cerca de su boca y sacando un poco su lengua comenzó a lamer la punta como si fuera un caramelo escuchando los roncos gemidos por parte del peliblanco.

- "No es tan difícil como se ve en esos libros o videos". – siguiendo en tocarlo. – "Me pregunto si podría…". – sin esperar mas tiempo Kasumi ingreso el miembro de Gojou a su boca retirándolo al instante. – Es demasiado. – haciendo una mueca que para Satoru fue graciosa.

Pero el rápido movimiento de Miwa hizo que deseara más, así que se incorporo un poco para peinar su cabello.

- Es porque necesitas ingresar poco a poco en tu boca y mover las manos. – dijo suavemente.

- De acuerdo. – asintiendo entusiasmada Kasumi volvió a su labor tomando de poco a poco dentro de su boca del miembro de él.

Sus ojos azules miraron hacia arriba viendo como Gojou hechaba su cabeza hacia atrás, apretando las sabanas e incluso de como las caderas de él empujaban mas su pene hacia su boca para que fuera más rápido.

- Aprendes demasiado rápido y bien kasumi. – empujando sus caderas a la vez que su mano se colocaba en su cabeza para hacer más profunda la felación. – Dios…más rápido.

Su boca has cierto punto abarco el miembro de Satoru, pero por sus gemidos estaba segura que le estaba gustando en demasía, cosa que no estaba muy alejada de la realidad ya que las sensaciones que le estaba regalando Kasumi eran las mejores que ha experimentado en toda su vida sexual no sabia si era por la inexperiencia de ella o simplemente por ser Miwa, pero su miembro le dio una clara advertencia de que pronto llegaría y trato de alejarse suavemente de la boca de ella. Sin embargo Miwa tenia otros planes ya que continúo comiendo de él hasta que sintió un escalofrió en su columna. Una clara muestra de haber terminado de correrse dentro de la boca de Kasumi, quien al sentir la esencia de Satoru en su boca fue extraño y que sin darle tiempo se lo bebió.

- No es tan desagradable como se ve en los videos. – decía sonrojada Miwa en la misma posición. - ¿Lo hice bien Satoru?

Gojou parpadeo varias veces si dejar su desconcierto por las acciones de Kasumi, muchas de sus amantes no disfrutaban tanto el sexo oral y por eso mismo incluso él no se los hacía, aunque eso dependía de su humor. Incorporándose completamente y tomando con sus manos el rostro de ella.

- Estuviste maravillosa, pero ¿no crees que es momento de la mejor parte?

Kasumi entendió perfectamente a lo que se refería, así que asintió y dejo que Satoru la posicionara arriba de él juntando sus sexos sintiendo como nuevamente se encontraba duro.

- Me detendré cuando me digas, ¿de acuerdo? – la joven solo asintió al escuchar sus palabras.

Sabia que era tonto decirle eso a la joven, pero siendo sincero la primera vez no fue muy delicado que digamos.

- "Aunque ella tampoco se quejo mucho que digamos". – su mente respondió con el claro cinismo que lo caracterizaba. – "Pero al menos debía ser algo maravilloso para Kasumi".

Poco a poco fue ingresando su miembro en el húmedo sexo de Kasumi, mantuvo fija su mirada en las reacciones de ella que mostraran una muestra de incomodidad o dolor, pero solamente vio como abría la boca sin decir nada, cerraba sus ojos fuertemente y las pequeñas manos de ella se encajaban en sus hombros. Pero el sentía demasiado placer con esa primera embestida, sintiendo como en esa posición se adentraba por completo en Miwa. La piel de ella por instinto se erizo y mas al sentir por completo a Satoru, sus ojos conectaron con los de él perdiéndose en el celeste de sus ojos, que extrañamente siempre le recordaron al mar azul que una vez visitaron cuando apenas había llegado a la finca, porque eran demasiado transparentes, demasiado profundos que ahí ella entendió que estaba terriblemente enamorada de Gojou Satoru.

- Ah. – soltó un primer gemido al sentirlo moverse poco a poco.

- Me moveré lentamente. – siguió hablando mientras seguía embistiéndola y posicionando sus manos en las caderas de ella mostrándole un vaiven suave. - ¿se siente bien? – cuestiono mordiendo despacio el lóbulo de su oreja.

La joven no respondió solo escuchaba la secuencia de sus gemidos así como el sonido provocado por sus movimientos, Gojou bajo sus besos hasta detenerse en los senos de ella y comenzar a morder un poco la aureola para disponerse a mamarlos. Todo sin perder el ritmo con el cuerpo de Miwa, quien simplemente afianzo mas su agarre abrazándolo por el cuello y de vez en cuando tocar un poco mas fuerte con sus uñas la espalda de Satoru.

- ¿Te duele? – lamiendo un poco la barbilla de ella para después dirigirse a sus labios ingresando su lengua sintiendo como apretaba deliciosamente su miembro.

- N-No…por favor…por favor, Satoru….m-más.

La voz desesperada de Kasumi lo enterneció así como lo excito y sin previo aviso tomo mas fuerte las caderas para sincronizarlas con las fuerza haciendo un sonido constante y provocando gemidos mas fuerte por parte de ambos. Unos que seguramente serian escuchados por todos los buitres del Clan, pero al diablo con ellos, al diablo la maldita descendencia incluso sus padres y las estúpidas costumbres de los Clanes. Lo único importante aquí era Kasumi y él, sintiendo la maravillosa sensaciones de seguir follando y si más preámbulos empujo a la joven para recostarla en el futón y hacer sus embistes mas certeros.

- Tu piel es muy delicada. – dijo mientras veía la marca que dejaba en su pezón izquierdo. – Son tan lindos como su dueña. – tomando ambos pezones con dos de sus dedos y comenzar a pellizcarlos. – Creo que es momento de venirnos, pequeña conejita.

Sus embistes tomaron fuerza, su cintura abrazada por las piernas de ella y al escuchar sus palabras sabía que ambos llegarían al paraíso, sintiendo como nuevamente la mezcla de sus semillas se unían, formando una nuevo ser que inconscientemente cambiaria la vida de todos.


- ¡Vaya al fin llegamos! – decía una voz aburrida mientras extendía los brazos por el largo camino que tuvieron que recorrer. – Lo viajes largos en serio que son un dolor de cabeza. – estirando su cuello en la antigua arquitectura en la llego junto a sus hermanos. – Así que esta es nuestra nueva cárcel, al menos es mas decente que ese cuchitril que nos dio el idiota de Choso.

- Deberías de ser más agradecido con Choso-Nissan. – intercedió otro joven. – Todo lo que esta haciendo es para protegernos, sabes que desean nuestras cabezas desde que nacimos por ser las reencarnaciones de esos hermanos.

Ante lo escuchado el mayor rodo los ojos aburrido de escuchar el mismo sermón de toda su vida, eso lo sabia perfectamente no era estúpido ni veía todo normal como su hermano gemelo. Sabia perfectamente que su mero nacimiento provoco estragos en el mundo de hechicería uno donde siempre han tratado de matarlos.

- Oigan mocosos, ¿Qué mierda están esperando? Entren a la maldita casa, esto no es un circo. – la voz seria de Fushiguro Toji advirtió a ambos jóvenes uno se erizo de miedo mientras que el otro simplemente sonrió cínico.

- Entonces creo que nos equivocamos de circo, al parecer los animales se creen dueños de este lugar.

En un parpadeo el pelinegro sostuvo al joven por el cuello de su camisa lleno de odio incrementando la soberbia en este.

- ¡PAREN POR FAVOR! – intercedió el menor al ver como nuevamente su hermano provocaba a las personas.

- Mira niñato estúpido si aún están con vida es por nuestra ayuda y la del imbécil de ojos vendados, sino créeme que desde hace mucho estuvieran encontrándose con sus padres. – afianzando el agarre. – Ademas agradece que mi hijo y tu hermano sean mejores amigos sino dejaría que los malditos peces gordos te devoraran sin piedad.

- Hmp. Como si fuera tan débil para dejarme vencer.

El ambiente comenzó a ser muy tenso hasta que escucharon los pasos de dos siluetas demasiado conocidas para el ex líder del Clan Zen´in.

- Otousan. – corrió una hermosa joven de color castaño. – No deberías de estarte peleando no eres un niño, además tu salud empeorara.

- Tsumiki, hija. Yo…- increíblemente el hombre había soltado al joven ante la mirada reprobatoria de su hija sintiéndose el peor de los hombres.

Los ojos rojos del joven delinearon la figura de la chica notando que al parecer encontrarse en ese lugar tendría sus ventajas, pero entonces otra voz lo interrumpió.

- Olvídalo, te mantendrás alejado de Tsumiki sino deseas que sea yo quien termine contigo.

Volteando ambos hermanos gemelos vieron a Fushiguro Megumi llegar en compañía de los que eran chamanes de primer grado Nanami Kento y Getou Suguru.

- ¡Muchas gracias por darnos alojo y protegernos, Nanami-san, Getou-sensei! – la voz enérgica de su hermanos hizo que bufara.

- No tienes nada que agradecer Itadori-kun. – respondió el rubio que no dejaba de observar al otro joven y suspirando al ver como Fushiguro era "castigado" por su propia hija. – Al que deben de agradecer es a Gojo, el pidió exclusivamente esta zona para su estadía.

- Hablando del idiota, ¿Dónde se encuentra? – cuestiono burlón…

- ¡Sukuna-chan! Deberías de ser más respetuoso con Gojou-sensei. – el nombrado solo se encogió de hombros.

Sin embargo la mirada pardo de Nanami veía como Gojou volvía a desafiar a los altos mandos al proteger a Fushiguro Toji junto a sus hijos, así como mantener en protección a los jóvenes que eran los contenedores del alma de Ryomen Sukuna.

- "El infierno esta a punto de abrirse". – pensó divertido Suguru al ver como los jóvenes comenzaban a pelear entre ellos como simples adolescentes deteniéndose en los hermanos Itadori Sukuna e Itadori Yuuji. – "Verdaderamente el destino se ha encargado de burlarse de todos nosotros o simplemente es una casualidad que el portador de los seis ojos así como los portadores del Rey de las maldiciones volvieran a reencarnar". – No.

La voz de Suguru hizo que su compañero enarcara una ceja.

- Las casualidades no existen….solo lo inevitable. ¿no lo crees Nanami?


Los golpes en su despacho provocaron que sonriera con soberbia, al parecer su plan por fin estaba dando frutos.

- Adelante. – dijo aburrida viendo como se adentraba la figura extremadamente seria de su hijo. – y bien ¿por fin has pensado en lo que te dije?

- No intervendré si después de esto Kasumi queda embarazada. – comenzó a hablar Gojou frente a su madre. – Pero tengo mis condiciones y te guste o no tendrás que aceptarlas.

La mujer se recargo en la amplia silla viéndolo divertida.

- Adelante hijo mío, creo que por fin es momento de que tomes las riendas de lo que significa ser el Líder del Clan Gojou.


Hola! Realmente deseo actualizar mas seguido pero la vida adulta me llama, espero que el capitulo haya sido de su agrado

Muchas gracias, por tomarse el tiempo de leer y de dejar su review no saben como me alegran para seguir escribiendo sobre Gojou Y Miwa. Espero actualizar antes de que termine el año y sino lo logro por mi trabajo explotador ,deseo que tengan una feliz navidad y un propospero año nuevo.

Saludos y abrazos.

TheOtherDestiny ;)