Todos los personajes pertenecen a Stephenie Meyer. La historia es completamente mía, queda prohibida cualquier adaptación. Todos los medios de contacto se encuentran en mi perfil.
OS: Feliz noche de Halloween
Summary: Sonaba como una muy buena idea asistir a una fiesta de Halloween. Alcohol, olvido y un poco de diversión es lo que esperaba Bella Swan, pero algo no marchaba muy bien. "Tienes que salir de la fiesta, Bella. Ahora. Ahora. Jasper —sollozo— no pued-do... n-no t-te p-pue-edo… v-voy...e-enc" y la comunicación se cortó. Las luces se apagaron y a pesar de los ruidos y todo lo demás, los susurros y alguna que otra chica lanzando un chillido, Bella lo sintió. El escalofrío bajando por su espalda.
Pareja: Bella/Edward
Rated: T
Número de palabras: 5,410
Música: Rihanna – The Monster, Evanescence – Bring Me To Life, Ruelle – This Is The Hunt
Cuándo Bella entró a su apartamento estaba completamente furiosa. Alice vio sus mejillas rojas, el ceño fruncido y la terrible expresión de su rostro. Problemas, fue en único que pudo pensar la pelinegra. Dejo la tarea de pintarse las uñas y puso toda atención a su mejor amiga.
—Jacob y yo terminamos. —Bella expulso una a una las palabras, como si no pudiera contenerlas ni un segundo más.
—No me jodas. —Alice abrió los ojos sorprendida.
Bella cerró ojos, dejándose caer en el sofá de una pieza enfrente de Alice. Metió la cabeza entre sus piernas, intentando pensar en una forma de abrir su cabeza, sacar su cerebro y aplicarle como mínimo veinte litros de cloro.
Eso serviría, ¿no? Para borrar las asquerosas imágenes tras sus parpados en las que su novio, ahora ex novio, era el actor principal.
Actor. ¡Actor pornográfico!
¡Joder!
Definitivamente su suerte con los hombres era asquerosa.
Jacob Black, veinticinco años, médico y el imbécil más grande del mundo, quien había sido su novio por cinco buenos para nada y malgastado años. El muy hijo de puta. Esa misma mañana se había levantado con la grandiosa idea de sorprenderle para su cumpleaños, solo para arrepentirse un minuto después de poner un pie en el apartamento de Jacob.
—No sé qué hice mal.
Bueno, a decir verdad, quizás Bella tenía un par de ideas de lo que hizo mal. Como no darse cuenta de lo asquerosamente repulsivo que era en verdad Jacob.
Uhg.
—¿Qué quieres decir? —pregunto airadamente su mejor amiga.
No podía creer que Bella y Jacob hubieran terminado. ¿De verdad por fin Bella se libró del chucho?
—Bueno... —Bella levanto la cabeza, poniéndola sobre su mano y mirándole con una expresión neutra —Lo encontré follandose a Leah.
¿Qué demonios?
—¡¿Leah?! —chilló Alice— ¿Leah? ¿Estas segura de lo que viste?, hija de puta doble cara.
Se le revolvió el estómago. Inconscientemente, aquello no le sorprendía por muy jodido que fuera. Esos dos llevaban una relación… extraña. Por decirlo menos.
—A menos que me esté quedando ciega o ella tenga una maldita doble rondando por alguna parte, definitivamente sí. —Bella paso saliva pesadamente, humedeciendo su garganta seca y herida. Tal vez haberle gritado tanto a Jacob, jodiendo su garganta en el proceso, no fue la mejor idea— Es la cosa más espantosa que mis ojos han tenido que ver.
De tan solo volver a aquel momento, Bella sintió ganas de vomitar. Que ganas le habían dado de tomar a Jacob por la cabeza y estrellarla contra la pared. Ella nunca había sido muy violenta, pero encontrar a tu novio con su prima no es algo que sucediera todos los días.
Leah.
¿En serio?
Nadie, ni con la más sucia mente se lo hubiera imaginado, excepto Alice, pero eso Bella no lo sabía.
Leah era la hija menor de la tía de Jacob, hermana de su padre. Y aunque nunca fueron realmente cercanas durante su relación con Jacob, Bella lo atribuía a que Leah poseía una personalidad especialmente callada y escéptica con todo el mundo, claro que con todo el mundo menos Jacob. Con él parecía ser bastante abierta.
Asqueroso.
Incluso Jacob a veces decía quererla como una hermana.
Doblemente asqueroso.
—Bella...
Bella pensó que quizás Jacob abusaba de ella, pero Leah vocalizaba realmente bien durante su tiempo juntos.
Quizás solo eran unos cerdos.
—¡Bella! —Alice trono los dedos, tratando de llamar su atención.
La castaña sacudió la cabeza, prestándole atención a su pequeña mejor amiga. Jacob era cosa del pasado. No más su problema.
—Lo lamento, creo que no me siento muy bien. —Bella abrazo sus piernas— Ni siquiera sé cómo se supone que maneje esta situación. Es como... me siento engañada obviamente, pero este es otro nivel.
Un nuevo nivel patentado por Jacob Black. Había oído de novios siéndole infieles a sus novias, pero no de novios siéndole infieles a sus novias con sus primas.
—Ni que lo digas, que cosa más asquerosa. Es como si Edward y tú...
¿Edward su primo?
—¡Ewww, Alice! —ante la mención de Edward, su malestar aumento. Espera a que su primo se enterara, le iba a cruzar la cara a Jacob a golpes. El cretino podía irse despidiendo de su bonita nariz— Tendré que hablar con él.
Mejor evitar problemas, pensó Bella.
Edward Masen era su primo por parte de madre. Habían pasado la mayoría de su infancia y adolescencia juntos, creciendo casi como hermanos. Esme no solía ser muy estable con respecto a nada, asi que su madre y padre habían acogido con gusto a Edward. Aunque Edward siempre fue muy independiente, y un poco más solitario que Bella, de alguna forma se las arreglaba para tener una buena vida social. Fue él quien le presento a Jacob durante el cumpleaños veinte de Alice.
¿Y si Edward lo sabía y no se lo dijo?
Vivian juntos. Edward y Jacob. ¿Cómo era posible que Edward no lo supiera? Pero si lo supiera, como ya había dicto, Jacob no sería reconocible para los ojos de cualquier persona.
Seguro encontró alguna forma de ocúltaselo. Y aunque ahora mismo Jacob era la única persona en la que no quería pensar, sería mejor que manejara la situación delicadamente con Edward. No quería que se metiera en problemas por sus líos amorosos.
Le salvaría a Jacob el trasero, pero sería lo último que haría por él. ¿Después?, más valía que se las arreglará por sí mismo.
—Creo que estoy sin palabras. —Alice miró el techo, jugando con sus manos—. ¿Tal vez te serviría si me lo cuentas todo?
—Entre al apartamento, escuché ruidos extraños, inmediatamente pensé que tal vez Edward tenía alguna nueva conquista metida en su habitación, eso hasta que recordé que Edward tenía que estar en el trabajo. Los sonidos venían de la habitación de Jacob. —Bella tomo un cojín y hundió el rostro sobre el. Su voz salió amortiguada cuando siguió hablando— Estaba por marcharme, no quería hacer el papel de tonta novia, hasta que escuche la voz de Leah.
Los chillidos de Leah. O gritos. O lo que sea. Dios, esa chica tenía una buena garganta.
—¿Eso aplica como incestuoso?, porque es incluso más asqueroso. —replico Alice.
—Abrí la puerta y le grite "Eres un gran hijo de perra" y unas cuentas cosas más, de las que ahora mismo no me acuerdo, solo sé que me duele la garganta de tanto berrear, después me marché. Creo que trato de seguirme. No sé cómo salí tan rápido del edificio sin caerme sobre mis pies.
Alice la miro consternada.
¿Dónde dice que decirle a tu mejor amiga cuando el pendejo de su novio la engañaba con su prima? Espera a que le diga a Sarah a los juegos que su lindo mocoso de veintiséis años juega con su sobrina de veintidós. Estúpido Jacob y su polla que no podía mantener en los pantalones.
—Bueno, al menos lo descubriste antes de...
—Por Dios, Alice. Ni lo menciones, solo… no lo menciones—. Bella se irguió, mirándola irónicamente— Todo esto es una mierda.
Una verdadera mierda con letras mayúsculas.
—Maldito ser asqueroso. Y yo que pensé que esta noche sería muy divertida.
Bella frunció el ceño. Que Jacob cumpliera años justo el día de Halloween debió de haberle dado alguna señal de que era un ser repugnante. De solo recordar los últimos cinco años de fiestas, noches de divertidas bromas y sarcasmo, hizo que de dieran un poco de nauseas.
Y una mierda que se hundiría. Ella iba a salir de fiesta y pensaba divertirse. No iba a dejar el estupendo disfraz que compro empolvándose en su armario.
—Tiene que ser una noche divertida. Me gasté más de doscientos dólares en la maldita ropa que usaría esta noche, necesito algo de fiesta.
—¿Estas segura de querer ir a la fiesta de Halloween?
Bella asintió. La fiesta de Mike Newton era perfecta para tratar de olvidar el chasco que se había llevado apenas unas horas atrás. Necesitaría muchos litros de alcohol para olvidar unas cuentas imágenes. Cloro no se podía, pero seguro el alcohol serviría.
—Sería una excelente ocasión, puedo hablar con Edward en el lugar.
Edward era muy amigo de Mike, así que era muy posible que estuviera por el lugar.
Alice se encogió de hombros, mirándola algo preocupada. Bella parecía muy tranquila, si ella hubiera sido la que descubriera a Jasper engañándola, y con su prima, estaría hecha un mar de lágrimas, claro que Bella siempre tenía una manera diferente de manejar las cosas.
Su mente funcionaba de maneras diferentes.
—¿Estas segura?
—Solo necesito sacar a Jacob Black de mi sistema. Él ya no es nada, ya no existe. —Bella se puso de pie, caminado hacia su habitación— Estaré lista a las ocho.
—Afirmativo, Swan.
.
.
Alice silbo.
—Te ves malditamente sexy, Bella.
—Muy bien, es lo único que quiero. —Bella se aplicó un poco de más labial, si las cosas fueran diferentes, ahora mismo Jacob estaría diciéndole las mismas palabras.
Oh, claro, pero Jacob prefiere a las primas sexys y calladas.
Alice se acercó por detrás, sonriéndole comprensivamente.
—Podríamos quedarnos aquí, ver algunas películas anti hombres y comer mucho helado. —ofreció de buena gana.
Una pequeña sonrisa iluminó los labios de la castaña, casi rompiendo con la máscara de tranquilidad que había logrado poner sobre su rostro después de aquella horrible mañana.
—Tal vez mañana, ahora solo quiero un poco de tranquilidad y algo de alcohol.
—Muy bien, Jasper ya nos está esperando abajo.
Bella asintió, tomando su bolso y los guantes negros, conjunto de su disfraz.
Cuando eligió el disfraz, lo hizo junto con Jacob. Esta cosa de Chucky y Tiffany. Ahora se arrepentía, pero innegablemente era muy indicado el cuchillo que llevaba en la mano, estaba más que agradecida de que Jacob no se presentaría a la fiesta, de eso estaba segura. O por el contrario, ya se podía despedir de sus pelotas.
Bajaron por el ascensor del edificio. Alice iba perfectamente vestida con un disfraz de la Monja del Conjuro, y lo que era todavía más divertido, había podido convencer a Jasper de disfrazarse de la horrible muñeca de la misma película, solo que más caracterizado al sexo masculino.
Increíble pero cierto, se seguía viendo igual de guapo que siempre.
El rubio sonrió cuando las vio, levantando ambas cejas hasta la línea de su cabeza por poco. Cuando salió de casa pensó que probablemente Bella se arrepentiría a último minuto y terminarían pasando la noche en el apartamento. Y él con sus chicas. Amaba a Alice y Bella era su mejor amiga.
—Chicas sexys a la vista. —dijo risueño.
Alice le envió un beso en el aire y él lo atrapo.
—Chico muñeca a la vista. —contraatacó la castaña, guiñándole un ojo.
—Touché.
El rubio le regaló una sonrisa tímida. Bella lo podía sentir casi analizando su rostro, intentando encontrar alguna emoción más allá de la sonrisa que se estaba esforzando por mantener.
—Para eso. —Bella frunció el ceño. No les permitiría que la miraran con lástima. Lástima por Jacob que le gustaba el coño de su prima y el cual podía considerarse por muerto. Oh, sí. Alice había mencionado algo sobre hablar con su madre. Eso sonaba como algo que harías en el instituto cuando tu novio te deja. Acusarlo con su madre.
Bueno, Bella considero que tratándose de Leah, la cosa se justificaba. Dijo que salvaría su trasero de Edward, pero no por él. Sino porque no quería que su cobrizo primo se metiera en problemas por el sucio trasero de Jacob.
Su madre por otro lado…
—Tranquila, chica. —Alice lanzó una risita cuando vio a su novio poner la mirada más inocente que pudo— Uno tiene derecho a preocuparse por una buena amiga.
Buena esa, Jasper.
—Bueno, esta amiga está perfectamente bien. Solo necesito un poco de alcohol en el sistema.
Jasper levanto ambos pulgares.
—Eso puedo hacerlo.
—Tenemos que correr, ya vamos tarde. —Alice se estiro y beso la mejilla del rubio, para luego entrar en el auto seguida de su mejor amiga.
Cuarenta y cinco minutos después, estaban afuera de la casa de Mike.
La fiesta se notaba en pleno auge y era perfectamente notable que el chico no había podido organizar algo así solo. Seguro que contrato alguna mierda de organización de fiestas. La casa estaba perfectamente adornada, calaveras de grandes tamaños estaban a la entrada, luces de todas colores entre rojos y naranjas estaban por toda la casa, unido junto con diferentes muñecos con mucha sangre y faltos de algunos miembros.
—Mike se esforzó este año.
—Concuerdo.
Caminaron juntos a la entrada, saludando a algunos conocidos por aquí y por allá. El alcohol estaba por todas partes, y la castaña se sintió como salvada por algo.
—Iré por un vaso de cerveza.
Alice asintió, obviamente deduciendo lo que decía por sus labios. La música atronadora dejó a Bella alucinada, la verdad nunca había sido muy fanática de las fiestas, pero con tal de no pensar por unas horas, cualquier cosa parecía perfecta.
Al llegar a la mesa de bebidas, gorgojeo feliz de ver barra libre en todo tipo de licores.
Se estaba tomando su segundo vaso de cerveza, considerado beberse unos chupitos de tequila, cuando sintió un leve toque en la espalda. Dedos dando pequeños toques la hicieron girarse.
Entonces, observo en primer plano el rostro del anfitrión de la fiesta.
Mike parecía bastante borracho, pero seguía luciendo bastante bien. O tal vez era que el despecho comenzaba a tomar las riendas de la noche.
De todos modos, ahora soy soltera, pensó Isabella. Ahora podía hacer lo que se le viniera en gana.
Los ojos azules del chico rubio le regresaron la mirada con ojos risueños y brillosos. Mike no estaba del todo mal vestido en un traje del zorro.
—Pero mira a quien me encontré, Tiffany en persona. —esbozo una sonrisa deslumbrante —¿No es que estas muy sola por aquí?
Bella rio divertida. Sintiéndose más ligera. Antes de contestar, se empino el segundo vaso de cerveza y lo dejo en la mesa en un ruido seco.
Mike levanto una ceja rubia.
Ella soltó una risita.
—Quizás tú puedas hacerme compañía. —se inclinó un poco hacia él —¿Verdad que si?
Mike entrecerró los ojos, estaba un poco borracho, pero estaba casi seguro de que Bella le coqueteaba. Intento averiguar rápidamente si sería aquella la oportunidad que había estado esperando con la castaña.
Le gustaba. Muchísimo. Desde que tenía memoria había intentado que la chica le mirase como algo más que el chico soso que siempre organizaba increíbles fiestas. Quería que lo mirara exactamente como lo miraba ahora mismo.
Se veía tan linda. Y sensual. Y sexy.
Le dieron ganas de pasar las manos pos sus mejillas sonrojadas, pero uh… eso sería raro.
Por no decir que la chica bonita tenía un novio que media más de dos metros.
Le gustaba Bella, pero no como para terminar con todos los huesos rotos.
—¿Jacob? —pregunto.
—¿Jacob? ¿Qué Jacob? —Bella río, algo más mareada. Tal vez no había sido muy buena idea no comer nada antes de la fiesta—Tal vez podíamos dejar las preguntas a un lado y pasar a la acción, Newton.
Mike soltó una carcajada. Eso era claramente una declaración de que Jacob estaba fuera de línea. Se acercó un poco más a la castaña, aprovechando la música alta para tener más contacto físico.
—Muy bien, podemos hacerlo. —se inclinó un poco, Bella estuvo a punto de creer que la iba a besar, pero un leve movimiento de Mike le dijo que la haría esperar. Muy bien, ella no tenía nada en contra, siempre le habían gustado los previos largos. —¿Otro vaso de cerveza?
Bella le dio una sonrisita.
—Un chupito de tequila.
Para cuando paso más de media noche, Bella ya no llevaba la cuenta de lo que había estado tomando. Vasos por aquí, vasos por allá, unos cuantos chupitos y se sentía lo suficientemente mareada para estar bailando en medio de la pista. Las manos de Mike la tenían aferrada por las caderas, mientras se balanceaban uno contra el otro, casi como si estuvieran teniendo sexo.
Las luces alrededor de ella la aturdían cada vez más, pero aunque moría de ganas por buscar a Alice y marcharse hacia casa, se sentía como si fuera a rendirse.
Inconscientemente, o muy conscientemente, necesitaba venganza. Y justo en ese momento se dio cuenta. Quería demostrarles a todos que no sería la patética chica engañada que se tiraría en su cama a llorar porque su novio le fue infiel.
Subió una mano hacia el cuello del rubio, enredando los dedos entre sus cobres despeinados y algo húmedos por el sudor.
—Bailas muy bien, Mike. —susurro, mirándole los labios.
Mike le dio una sonrisa torcida.
—Y nos has visto mis movimientos en otros lugares. —le regalo un mordisco juguetón en la barbilla. A Bella se le revolvió el estómago, pero no quería dar marcha atrás.
—Tal vez sea hora de que me los muestres.
Bella se sintió casi perdida cuando Mike la tomó de la cintura y la comenzó a dirigir por las escaleras.
¿No era eso lo que quería?
Se preguntó dónde estaría Alice, y rogó por que no se cruzara en su camino, sabía exactamente lo que le diría y no estaba para sermones.
Justo en ese momento, como si algo la quisiera poner sobre la realidad, su celular comenzó a sonar. Se rió al sentir la vibración entre los pechos. Mike inmediatamente comenzó a besarle el cuello, mientras verificaba el celular.
Frunció el ceño cuando vio el número de Alice en el identificador.
—¿Qué mierda?
Mike interpreto mal sus palabras. Él chico comenzó a meter las manos por debajo de su vestido.
Bella obvio sus caricias, contestando el celular.
—¿Alice? —pregunto, tapando su oído del otro lado para tratar de escuchar al otro lado de la línea.
La música del otro lado no ayudaba.
Maldita sea.
—B-Bella... —alcanzo a escuchar a Alice susurrar.
Un susurro roto.
—¿Alice?... —dijo con voz alta, pero Alice no contesto— ¡Alice!
El corazón de Bella latió frenético en su pecho.
¿Y si algo malo le sucedió? ¿Si Jasper la perdió de vista y algún borracho la lastimo? La culpa se arremolino en su estómago. Estúpida y mil veces estúpida, nunca debió perderlos de vista.
—Bella... Bella algo no está bien, está... E-Ed... —la pelinegra se escuchó agitada.
Dios, ¿por qué no podía escucharla correctamente?
Mike seguía con sus caricias insistentes, pero al sentir la rigidez en el cuerpo de Bella, pareció recobrar un poco de cordura.
Se separó de ella y la miró interrogativo.
Fue entonces cuando se dio cuenta que llevaba el celular en la mano, contestando una llamada telefónica, que tenía el rostro pálido y los ojos chocolate asustados.
—Tienes que salir de la fiesta, Bella. Ahora. Ahora. Jasper... —sollozo—, no pued-do... n-no t-te p-pue-edo… v-voy...e-enc...
La comunicación se cortó.
Bella abrió los ojos asustada. Intento llamar de vuelta al celular de Alice. Inmediatamente la mandó a buzón.
Jodida tecnología buena para nada.
—¿Bella? —Mike la miró preocupado.
Bella guardo su celular en la parte trasera de su vestido. Ignorando la manera en que subió por sus caderas el vestido, y lo metió el celular entre su cadera y la cinturilla de sus bragas.
—Algo está pasando con Alice, necesito encontrarla.
Mike salió del sueño húmedo que reprodujo su cabeza de manera automática al echarle un buen vistazo a las bragas rosas de Bella.
Demonios, tenía que dejar de pensar con la polla.
—¿De qué hablas? —pregunto.
Bella negó.
—Me llamo llorando, yo no sé... —comenzó a subir las escaleras apresurada, lo que sea que estuviera pasando no era cualquier cosa. Alice nunca lloraba. Pero se escuchaba música de donde sea que ella la llamaba, y como en el primer piso no la había visto, se abría la posibilidad que estuviera en el segundo.
La debía encontrar.
Estaba justo por entrar al segundo piso de la casa con Mike detrás cuando paso.
Las luces se apagaron y a pesar de los ruidos y todo lo demás, los susurros y alguna que otra chica lanzando un chillido, Bella lo sintió. El escalofrío bajando por su espalda.
—¿Mike? —parpadeo indecisa, si poder ver nada.
La oscuridad jamás le había dado miedo, sin embargo una sensación nueva la invadió.
—Esto debe ser una broma. —bramo enojado Mike a su lado, lo que la hizo saltar. Joder, el chico no poseía mucho tacto— Alguno de estos idiotas debió haber apagado generador.
Tenía que ser una maldita broma.
—Esto no es nada divertido. —trastabillo un poco, encontrando la pared— Necesito encontrar a Alice todavía. —saco su celular de nuevo, para intentar encender la lámpara de este, pero la batería era demasiado baja. Había olvidado cargarlo antes de salir—Mierda, mi celular está por morir.
Mike le echo un vistazo.
—Muy bien, nena. Por este pasillo, está un librero, en uno de los cajones superiores debe de haber algunas linternas. Bajaré y arreglare esta porquería.
Bien. Desde que conocía a Mike, ósea de toda la vida, era la primera vez que escuchaba algo inteligente salir de su boca.
—Bien. —Bella trago en seco, sintiendo algo de miedo al quedarse sola. Se dijo a sí misma que era ridículo—. Solo date prisa.
Mike pareció dar por temida la discusión, porque sintió su presencia alejarse de ella.
Escucho algunos miembros quejándose, la música obviamente ya no sonaba por ninguna parte y algunas chicas se escuchaban asustadas, susurrando y chisterrando por aquí y por allá. Escucho que algunas personas bajaban las escaleras, probablemente para largarse del lugar.
—Estas bromas son absurdas. —gruño Bella, siguiendo la pared por el pasillo, hasta que finalmente se topó con el mueble del que Mike le hablo.
Comenzó a palpar por todas partes, intentando buscar los cajones. La incertidumbre de Alice no la dejaba por completo, así que cuando finalmente encontró los cajones, no logro encontrar ninguna lámpara. Se agacho, poniéndose de rodillas para intentar llegar al fondo del cajón, sin embargo algo la interrumpió a medio camino.
Un grito ensordecedor lleno la casa por completo.
Algo horripilante, y que a cualquiera hubiera dejado la piel de gallina.
El alcohol hizo mella en ella, porqué sintió las terribles ganas de vomitar subiendo por su garganta. Se giró rápidamente y cualquiera que fuera la poca cosa que estuviera en su estómago, por mínima que fuera, salió expulsada en la alfombra.
Bella se preguntó que estúpida cosa era esa y estuvo casi segura de que no era otra cosa que un efecto de sonido. Mataría a Mike, ella entendía su necesidad de lucirse frente a todos, pero de ninguna manera estaba al caso armar tanta artimaña.
Asqueada, se limpió la boca. De nada tenía caso buscado ni una mierda. Esperaba que Mike disfrutada el regalo que le dejo en la alfombra.
Avanzo por el pasillo de nuevo, y finalmente llego a las escaleras. La luz de la calle llegaba por la puerta y llamó su atención ver a alguien parado frente a ella. El tipo tenía un overol gris y tenía una especia de máscara blanca y totalmente lisa.
—Oye, ¿has visto a Mike? —le pregunto, mientras bajaba la escalera.
El tipo con disfraz raro se voltio, mirándola y ladeando la cabeza. Algo dentro de Bella se removió asustado cuando lo tuvo frente a frente.
Dio un paso atrás y…
—¿Bella? —la voz detrás de la máscara la hizo jadear, poniéndose la mano en el pecho.
Jodida mierda. Falsa alarma. Nunca se había sentido más feliz de escuchar la voz de Edward.
Increíble, pero cierto.
—¿Edward? —pregunto, mientras vio como este se quitaba la máscara—. Idiota, casi me matas de un infarto.
Él sonrió.
—Esa es la intención. Es Halloween, boba. ¿Dónde están todos? —miró a todas partes confundo.
Bella suspiro frustrada.
—Mike... Alice... —negó, mirando a su alrededor como Edward, no había ni una alma. Es como si todos se hubieran esfumado— No lo sé, creo que soy la única que está aquí.
¿Y Mike? Maldito imbécil, seguro fue a buscar otro coño más accesible al cual follar.
—¿Estas bien? —Edward dio un paso hacia ella, mirándola. Seguro notaba la tensión emanando de su cuerpo.
La castaña se quitó el pelo de la cara.
—Alice me llamo llorando, se escuchaba asustada y...
¿Cómo lo explica sin escucharse como una lunática? Y si solo era su imaginación demasiado susceptible después del día de mierda que paso. Maldito Jacob. Deseo con todas sus fuerzas que se le cayera el pito.
Edward puso una mano en su hombre.
—Oye, ¿Alice llamó?
Bella titubeo.
—Solo... y yo estaba con Mike, la luz se fue de pronto. —dio un par de pasos atrás; cubriéndose la cara con las mano—. Creo que estoy algo ebria también.
Maldito alcohol. Después de todo, no había sido la mejor solución a sus problemas.
—Bien, deberíamos irnos. Evidentemente esta fiesta ya está muerta. —sugirió el cobrizo.
¿Pero… y Alice? De cualquier manera, tenía que asegurarse que estaba bien antes de largarse del lugar. No podía solo abandonarla.
—No. —la castaña se giró, trastabillando un poco.
¿Pero dónde? ¿Dónde se metió la maldita enana?
—Bella, vámonos. —Edward la tomó de la mano.
Bella intento zafarse.
—De ninguna manera me voy a ir sin Alice.
Edward la tomó del rosto esta vez, haciendo que sus ojos se mirasen. Verde contra chocolate. No le gusto que la quisiera llevar sin Alice.
—Vámonos.
¿Qué mierda?
—¡No! —quito sus manos de sus mejillas— Ni siquiera sé dónde está Mike, debe estar arreglando esta cosa de la luz o se largó para follar a otra... —se giró contra su primo, tomando a Edward desprevenido. Este, tambaleo y cayó sobre el piso, dejando caer de una bolsa delantera de su traje un cuchillo. Bella intento repetirse mentalmente que era solo un artículo de su propio disfraz, pero cuando vio sangre adornando el cuchillo, sangre pegajosa, fresca y con un olor que provoco que sus ojos se llenaran de lágrimas, supo que algo no marchaba bien.
Oh por Dios.
—No tenías que ver esto, Bella. —la miró casi con tristeza.
Hijo de puta.
—N-No... ¿Edward? —negó asustada, comenzando a andar hacia atrás.
Fue algo que le obstaculizó el paso lo que la hizo caer también.
Caer sobre algo húmedo y pegajoso.
—¡Oh Dios, no! —grito, con la garganta desgarrándosele. Se miró las manos horrorizada, todas ellas estaban cubiertas de sangre—. ¡No! ¡No!
Se levantó, por poco resbalando con la sangre de nuevo. Y fue en ese momento que le vio. Al rubio sin vida.
Mike.
Mike que tan solo unos minutos antes la había estado besando y toqueteándola por todas partes, ahora yacía sobre su sala de estar, con la cabeza abierta y una gran rajada que le cruzaba de la frente a la boca.
Mike estaba muerto.
Levantando un poco la cabeza, antes de girar por las escaleras, vio a Edward todavía sentado sobre el piso, mirándola como mira un depredador a su presa. Las arcadas que hacía un rato habían pasado, volvieron a aparecer, solo que ahora se debían a la sangre que llenaba toda su ropa.
Entonces, comenzó a correr.
Se sintió acorralada cuando lo único que veía eran habitaciones, pero ninguna salida.
Y más y más, pero los pasos a sus espaldas nunca pararon.
Los sollozos que comenzaron a salir de su garganta no se hicieron esperar.
—Se supone que te quedarías en casa, Bella. —la voz de Edward llego a ella desde algún lugar no muy lejos— El imbécil de Jacob dijo que ustedes habían terminado. Asumí que te quedarías llorando, como las personas normales lo hacen.
Bella trato de ignorar su charla estúpida, mientras buscaba, sin ninguna visión clara, algo con lo que pudiera defenderse. Un temblor la recorrió de pies a cabeza.
No podía ser cierto lo que estaba pasando.
Edward no era ningún asesino. Su Edward. El chico tierno que había crecido junto con ella y era su primo favorito, no era el monstruo que la estaba persiguiendo.
Estaba claramente jodido. Desquiciado. La misma tipo de locura que la tía Esme poseía también.
Su respiración se volvió agitada cuando logró tomar unas tijeras de un escritorio. El alcohol la tenía aturdida y se sentía al punto del desmayo. Las escondió detrás de su espalda y de deslizo por la pared, rogando no morir esa noche.
Se imaginó dónde estaría Alice y se dio cuenta de lo que podía ser la terrible verdad, ¿qué demonios estaba pasando?
La oscuridad de toda la casa la hizo sentir más vulnerable.
—Voy a morir, voy a morir. —tembló, mientras se tapaba la boca. El sabor a sangre que entro en contacto con sus labios provoco que derramara más lágrimas.
Cerró los ojos, deseando estar en casa.
Se imaginó sentada sobre el sofá favorito de Alice, mientras esta le daba un tarro de su helado favorito. Entonces la dos se sentarían a comer hasta engordar. Comerían y luego ella lloraría, para luego maldecir a Jacob por su engaño. Y aún dentro de ese engaño, sintió ganas de gritar. Jamás volvería a ver a Jacob, ni a su padre, jamás. Ni a Alice, ni Jasper, ni a su madre, ni la tonta sonrisa de Mike.
Cuando sintió el susurro de un aliento sobre su rostro, supo exactamente lo que iba a pasar.
Abrió los ojos lentamente, sus orbes chocolate conectando con los orbes verdes de quien fuera una de las personas que amaba más en el mundo. El rostro de Edward, pálido y sin expresión, le regreso el gesto.
Él quito la mano que tapaba su boca con un suave movimiento.
—¿Me vas a matar? —susurro con voz rota.
Edward aguardo un par de segundos antes de responder.
—Si no lo hiciera, entonces terminaría yo en la cárcel, cariño. No debiste venir a esta fiesta, Belly.
Hacia tanto que no la llamaba Belly.
Deseo que fuera solo un sueño. Una pesadilla de la que pronto despertaría para reírse, y llamaría a Edward, y él se reiría también cuando le contara lo que soñó. Lo estúpido que se escuchaba. Él no era un asesino. No era un jodido psicópata.
—Si me dejas ir... —le suplico— por favor, yo solo...
No quería esto.
¿Cómo miraría Edward a su madre a la cara después de matarla? ¿Lloraría en su funeral? ¿O admitiría su crimen?
—No lo intentes. Mejor calla. —la mano de Edward acaricio su mejilla gentilmente—Lamento que este fuera tan mal Halloween para ti, cariño.
—No me llames, cariño. —dijo entre dientes.
Edward se rio.
—¿Alice? —susurro, muy temerosa de la respuesta.
El negó, acercándose más a ella. Su cabello cobrizo resplandecía gracias a la luz que lograba entrar por una ventana.
Bella sollozo.
—Lo lamento, vio algo que no debía ver. Al igual que tú.
Eso partió el alma de Bella. Imaginar a su pequeña Alice en algún lugar de la casa, desmanajada tal como Mike, y Jasper, se imaginó a su guapo amigo, sin vida.
—¿Qué has hecho, Edward? —¿cómo podía estar tan tranquilo después de provocar tanto dolor?
Era como mirar a los ojos a un desconocido.
—¿No es Halloween la época en las que todos podemos ser lo que queramos, Bella? Deberías agradecerme, podría haber matado a más personas, elegí provocar algo que hiciera a las personas marcharse, lamentablemente una chica se cruzó en mi camino, no me pude resistir. Alice me vio y las cosas comenzaron a salirse de control.
Un jadeo salió de la boca de la castaña. El miedo corriendo rápidamente por sus venas, llegando a su corazón.
—Esta necesidad... sabía que la fiesta de Mike sería la situación perfecta para sacar esta furia que siempre ha vivido dentro de mí. Admito que tal vez debería haber planeado mejor las cosas.
—Eres un bastardo. Somos familia.
—Lamento que este sea tu último pensamiento sobre mí. —el cobrizo tensiono la mandíbula, gruñéndole— Me encargare de cuidar a Charlie y Renne, lo prometo.
Colérica y guiada por algún tipo de fuerza, Bella lo empujó, cayendo encima de él y le golpeó el rostro con todas las fuerzas que logró reunir. Empuñó las tijeras justo sobre el cuello de él, gritando con todas sus fuerzas.
—¡¿Dulce o truco, hijo de perra?!
Un movimiento fue hecho y de pronto, la sangre caliente comenzó a correr por su cuerpo. El olor que tanto había odiado de niña, el olor a sangre y a óxido, le llenó todos los sentidos.
—Truco, Belly. —Edward volvió a enterrar el cuchillo sobre su vientre, aferrándola por la cintura— Feliz noche de Halloween. —sonrió.
¡Hola, nenas! Feliz de traerles este Os re-editado. Lo escribí hace un par de años, dos o tres como mínimo, apenas comenzaba a escribir y fue la primera vez que me atreví a escribir algo parecido al suspenso o terror. Espero que les gustara, la verdad es que es una historia a la que le tengo mucho cariño. Algunas veces me pidieron ponerle un final, pero prefiero el abierto, como si gustan pensar que de alguna forma Bella logro sobrevivir, o Edward murió, lo descubrieron, no lo descubrieron. En fin, es lo bonito de la lectura. Gracias por leerme y darle una oportunidad a cada cosa que les traigo a Fanfiction, el siguiente Os que les voy a traer les va a encantar, se llama: Una princesa sin príncipe. Es algo más dirigido hacia el romance/humor, para enfriar los ánimos después de dos Os bastante cargados. Ya les estaré avisando por medio del grupo que día lo publicare. No se olviden pasar por el grupo de Facebook para que vean las imágenes referentes a cada Os, a todos les hago un álbum.
Las leo en sus reviews siempre y no lo olviden: #DejarUnReviewNoCuestaNada.
—Ariam. R.
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