Capitulo 5

- Hija, necesito pedirte un favor muy grande, sé que me vas a odiar pero... - Mimi no era ese tipo de persona, no odiaría a su madre por más malo que fuera el favor.

No esperaba lo que le tocaba hacer, se mudaría con Hiroaki, Yamato y Rose ella sola, su madre le había explicado que tenía cosas que resolver para su abuelo en Kyoto, Hokaido y luego Osaka. Estaría un tiempo ocupada y pidió que por favor Mimi no se enfadara ya que lo que más quería era que las dos estuvieran en su casa con su nueva familia.

Mimi no se quejó, Hiroaki había sido muy gentil con ella, Rose le ayudó bastante los dos eran muy buenos con ella y sinceramente empezaba apreciarlos, Yamato por otro lado no le dirigía mucho la palabra, y entre la mudanza a un nuevo barrio combinado con ser nueva en el colegio, fue toda una experiencia que tampoco la hizo estar realmente con él.

La casa que compartiría era más amplia de lo que se esperaba, tenía tres pisos contando con el sótano y las habitaciones quedaba por la parte de arriba, aún que estuvieran en Japón, la casa tenía mucho espacio, tenían 4 habitaciones, 2 lavabos, un comedor grande y un salón, todo un lujo para todos. La habitación de Mimi estaba al lado izquierdo a la de Yamato, la de Rose quedaba cerca del dormitorio principal y cerca del lavabo de la planta de arriba.

Una semana se había pasado y empezaba a aprender los costumbres de la familia Ishida, Yamato salía muy temprano, casi nunca estaba en casa salvo las tardes, se encerraba en su cuarto, a veces lo escuchaba con la guitarra acústica, alguna vez se sorprendió al escucharlo cantar, tenía una bonita voz, tenía interese por conocerlo más, aunque no quisiera admitirlo.

Rose era la que menos veía por casa, salvo en unos minutos del día, le gustaba su modo de ser, ella se había abierto la posibilidad de Mimi se sintiese a gusto, pero resultaba difícil ser realmente su amiga, ya que siempre estaba muy ocupada. Quería pasar más tiempo con ella, no tenía amigas, así que le interesaba muchísimo que las dos se volvieran buenas amigas.

Hiroaki era amable con Mimi, como siempre, se preocupaba por saber cómo había ido su día de colegio, por cómo estaba su vida, él era un buen padre porque aunque trabajara desde las cinco de la mañana hasta las tantas de la noche, cuando estaba en casa se interesaba por todos.

Se había pasado ya dos semanas y su madre había llamado diciendo que pronto volvería que no se preocupara que iba todo bien, y no entendía por qué la insistencia de su madre con "todo va bien" parecía todo al revés pero le daría la opción de la duda ya que tenía un plazo para volver.

Tenían un calendario de tareas en la casa, cada semana le tocaba a uno hacer alguna cosas, la primera semana le tocaba a Hiroaki cocinar pero solía traer comida preparada, saludable y rica, pero Mimi sabía que sería difícil comer siempre así. Para su sorpresa en la siguiente semana todo quedaba por cuenta de Yamato, a quien no vio cocinar pero todo lo que comía era muy rico, no sabía si realmente era él quien lo había preparado era dudoso, hasta que un día coincidió con él en la cocina.

Mimi lo vio desde el pasillo sin que él se diera cuenta, llevaba un delantal azul marino, el flequillo recogido con una pinza de estrella, cosa que le pareció graciosa y observo lo serio que se veía cocinado cortando las verduras como un profesional, luego se puso a freír en cuanto esto se encargaba de lo que aprecia sopa de miso y también batió unos huevos, le costaba seguir.

Ella se dio cuenta de que era tan bueno o incluso mejor que ella en la cocina. Quería conocerlo mejor, él cantaba y a ella le gustaban los Karaoke, (Michael y Wallace decían que ella cantaba como un ángel), a él se le daba bien la cocina, podían ser buenos amigos y compartir receptas, quien sabe.

- ¿Se puede saber qué haces? - Yamato la vio algo incómodo, ya que Mimi lo observaba con mucha seriedad que daba miedo, él estaba poniendo la mesa cuando la vio, se asustó pero parecía que ella ni se dio cuenta.

- ¡Ah! - Está vez ella se ruborizó, no esperaba que él la pillara. - ¡Solo que... huele bien la comida!

- ¿Si? Ahora lo entiendo todo - No demostró emociones en su cara de pocos amigos, pero miró su figura y ella lo comprendió.

- ¡Ei! ¡Ni se te ocurra decir que pesó mucho! - Demostró una rabia interna, no es que tuviera algo contra su peso, pero no le gustaba que le juzga por cómo era, le gustaba comer y no le importaba su peso, pero odiaba a la gente que lo criticaba, ella es como era y punto.

- Yo no he dicho nada, tú misma te pones cosas en la mente - Acabo de arreglar la mesa, se sentó y la miró - Vamos siéntate...

No esperaba que le dijera aquello, pero ¿Que quería? Y ¿Dónde estaba Hiroaki y Rose?, ella miró a todos lados.

- Tranquila, no pasa nada, hoy ninguno de los dos vendrá tan temprano...

Yamato estaba acostumbrado a comer solo, aunque algunas noches siempre era el Hiroaki y Mimi, y otras veces Rose se incluía, cosa que rara vez pasaba últimamente, la mayor parte de los últimos años había sido solo él muchas noches, pero no se incomodaba que ella fuera su compañía.

-¿Enserio? ¿Tan tarde vendrán? - Mimi se sintió avergonzada, no quería estar a solas con él, aún le costaba hablar con él, por más que quisiera ser su amiga.

- No te voy a morder tranquila... - El suspiro. - Tienes hambre y la comida es mejor cuando está recién hecha...

"Ahora lo entiendo todo" debería ser por que ella había dicho que la comida olía bien, no por las paranoias que ella se había montado, en realidad él solo lo había dicho por aquello.

Se sentó enfrente de él, finalmente él dijo lo tipo "itadakimasu" y ella lo acompañó después, ya que no estaba acostumbrada a aquellas palabras si no al típico "buen provecho", cuando comía en casa de Wallace o Michael acostumbran a hacer plegarias por sus costumbres paganas y otras muchas veces estaba sola porque su madre estaba demasiado ocupada para venir a cenar y ella tenía escuela el otro día.

Yamato comía como un típico japonés, hacía algo de ruido, cosa que ella había aprendido que era señal de que a los asiáticos le gustaba la comida, pero Mimi por las costumbres Americanas no hacía nada de ruido al comer, comía tranquila y en silencio. Pero no demoró en darse cuenta de que era descortés y decidió alargar su comida, incluso por que el silencio estaba congelado.

- ¡Esta muy rico! ¡Me tienes que pasar receta! - Él la miro, no se esperaba que dijera nada.

- ¿De un omelete? - Él mostró un tono sarcástico y se veía una sonrisa presumida en los ojos de Mimi.

- Bueno a lo mejor tienes forma diferente de prepararlo con este arroz...

- Se hace en la olla de arroz... - No daba ni una, se sentía cada vez más tonta y peor.

- Las verduras...

- Frescas y cocinadas al momento, luego las fríes con salsa de ostras preparadas- Demasiado directo y cortante, ella lo estaba intentando.

- El agua - El dejó de masticar y la miro. - No me mires así intento ser amable, pero eres demasiado cortante..

- ¿Yo? - Yamato realmente no sabía de qué hablaba. - No son cosas difíciles de hacer, pero si no sabes cocinar puedes ver vídeos en YouTube o comprarte un libro de recetas...

- ¡Cómo puedes ser tan grosero! - Ella se levantó de la mesa.

- No es mi culpa que una princesa como tú no sepa cocinar. - Mimi intento no llevarlo a más, pero él le soltó algo que la hizo enfadar.

- ¡No soy una princesa! Y para tu información ¡Si se cocinar! - Ella mostró una llama en los ojos y Yamato finalmente se enteró de que no se había portado bien con ella aunque no entendía muy bien porque, solo le había sugerido opciones para aprender a cocinar que le habían ayudado a él, aunque llamarla princesa no le tendría por qué enfadarla, se suponía que era como su madre la llamaba ¿No?

Salió de la mesa enfadada, él se quedó, suspiró profundamente.

- Ahora tendré que recogerlo todo solo – dijo enfadadoo pero continúo comiendo hasta terminar.

No entendía el puchero que había montado, no se habían hablado mucho desde que se conocieron y siempre que lo hacían acaba así, a lo mejor tendría que intentar llevarse bien con ella, pero todo lo que él decía le incomodaba.

- ¡¿Qué dice?! Jajajajaja... - Mitsuki no demoró en caer en sonoras risas con lo que le había explicado Yamato.

No entendía el por qué tenía que preguntar a él lo que estaba pasando, pero sabía exactamente que se le daba bien las mujeres. Yamato era popular con las chicas pero solo había tenido una novia a quien conocía de mucho tiempo y ella era tan distinta de Mimi que era difícil pensar que se podían comparar.

-Nunca imaginé que el gran Matt Ishida me pediría consejos para ligar con una chica. - Le quería pegar pero se contuvo, solo porque lo necesitaba.

- No Mike no quiero ligar con ella - Le llamó por el apellido del grupo así como Matt era el suyo. - Es la hija de la futura mujer de mi padre, Tachikawa...

- ¡Ah! Es verdad que siempre que te preguntaba lo esquivavas, me parecer claro, te la querías quedar solo para ti! - Mitsuki mostró un sonreído pervertido y Yamato no lo aguanto más se levantó indignado sin saber por qué le pedía consejos a ese pervertido. -¡Vale es broma! ¡Espérate Matty! ¡Prometo no reírme más de ti!

Aún que Yamato le dio otra oportunidad Mitsuki hizo otra broma verde y él al final acabó pegándole.

-Vale lo he entendido es serio - Dijo él acariciando su cabeza tras haber recibido un puño de Yamato en ella. - Pues para mí eres tonto... ¡Eh espera no es una broma! ¡Espera te explico!

Consiguió hacer Yamato parar antes que él mismo le diera otra vez, no es que se pegaran fuerte era cosa de costumbres asiáticas entre amigos.

- Ella es extranjera por lo que me dices, aún que es japonesa de nacimiento tienes que entender que para las mujeres extranjeras hablar es muy común, tanto en comidas como en cualquier momento del día, ellas no callan, en si los occidentales no son tan cerrados como nosotros y seguramente, bueno, te he dicho que eres tonto por que creí que lo único que ella quería era hablar un poco contigo por que se sintió incómoda al estar los dos solo y preguntarte cosas fue solo un motivo para entablar una conversación estándar ya que no os conocéis bien para hablar de otras cosas.

Mitsuki era un experto con las mujeres, solían tener varias novias y Yamato sabía que conocía mejor las mujeres que el que solo tenía a su hermana que parecía más un chico y su exnovia, no era el tipo de vida que quería con las chica y no juzgaba a Yagami, ya que se llevaba bofetadas de una y de otra alguna vez, merecidas, pero sin dudas le sorprendió que no conociera a Mimi y la entendiera mejor que el.

- Gracias Mike, algunas veces sirves de algo... - Dio una pequeña mueca de sonrisa.

- No hay de que... Ahora si no la quiere preséntamela... - Yamato le dio con un libreto de notas en la cabeza.

- ¡Idiota, es la hija de la futura esposa de mi padre! ¿No vez que si montas algo me caerá a mí la culpa? - Le miro muy enfadado, además de esto, la chica era un año más pequeña que él y por lo que juzgaba ella era como era pero no sería capaz de hacer esto con ella.

- Claro, claro... ahora pasará a ser como tu hermana - Mitsuki sonrió.

Yamato le miró, el otro se protegió de otro posible golpe pero Yamato parecía pensativo.

- No te lo habías planteado ¿Eh? - Rio y también se llevó otro golpe.

Aquella noche para sorpresa de Yamato encontró a Mimi en la cocina al llegar, ella no notó que él estaba allí, pero vio como ella cocinaba, lo hacía todo más lento de lo que él podía llegar a hacer, escuchaba música y tarareaba una melodía conocida por él, " Creep" de la banda Radiohead.

- "But I'm a creep. I'm a weird. What the hell am I doing here?" - Cantó la famosa estrofa de tal música que le fascinó durante una parte de su vida.

Su voz era muy bonita, no lo esperaba, más cuando cantaba con tanta felicidad una música tan triste, tenía una sonrisa, cocinaba feliz con palabras tan tristes.

- ¿Yamato...? - Él se asustó al ver que ella lo había descubierto.

- Hola... - Él no se paró más se fue de donde estaba, subió las escaleras sin entender qué le pasaba.

Mimi quedó un poco confusa, aún que no sabía que había estado un buen tiempo observándola, solo se pensaba que había llegado cansada y necesitaba una ducha y dejar sus cosas y siguió trabajando en la cena, esa era su semana.

A la hora de cenar, para sorpresa de Mimi, Hiroaki y Rose estaban disponibles aquella noche. Estos también se encontraron con la sorpresa de que Mimi había preparado un banquete de comida algo desconocida para ellos.

- ¡Increible! - Rose estaba animada, ya que todo tenía tan buena pinta. - ¡Qué bien cocinas!

- Bueno he cocinado mucho, en parte me gusta mucho. - Dijo esta sonrojada, viendo como Rose empezaba a comer.

- Ojalá a ti también te gustara hija... - Hiroaki le admiro juzgando pero la chica ni se importó.

- ¿Y Yamato no bajará?- Preguntó Mimi algo preocupada al ver que Rose se acaba el plato de macarrones con queso al estilo americano que lo había preparado.

- Dijo que no tendría hambre. - comentó Hiroaki que también empezaba a comer. - Para una vez que somos casi todos en casa, supongo que tendrá alguna música o práctica en mente, cuando se pone creativo se pasa la noche metido en su mundo.

- O peor, estará estudiando como un condenado, es demasiado responsable en este tema también. - Rose añadió.

- Sí eso también, en realidad no tengo mucho que quejarme de él, es muy buen chico, a diferencias de... - Su hija le miró de una forma que lo comprometía.

- Saco buenas notas sin estudiar mucho Papá, no te quejes, aparte banco mi propia vida... - Si estudiará, seguramente sacaría mejores notas que aprobados, pero esto no la importaba ni un poco ya que tenía clara su carrera.

- No me quejo por esto es solo que... - dijo para después callar y siguió comiendo antes de que dijera algo más que hiciera enfadar a su hija. Él se preocupaba con ella, más por su futuro, no que ella no fuera una buena actriz pero conocía el mundo del espetáculo.

Siguieron comiendo tranquilos Hiroaki y Rose hablaban sobre baseball, al parecer ella era muy fan tanto como su padre, se sabían los equipos y jugadores tanto de la liga japonés como la americana, Mimi se vio sorprendida que a una chica como ella le gusta los deporte, tampoco sabía cocinar, lo que era raro en los animes que se veía Mimi, normalmente las chicas japonesas tenían clases de cocinar de jóvenes, pero no era el caso de Rose, ella era más bien como un chico, no que le importara, pero era distinta y juraría que si a ella le gustaran las mujeres o si fuera un hombre la atraería, no solo era bonita como gentil y tenía un carácter divertido.

- A lo mejor si Yamato fuera... - Los dos dejaron de ver el televisor para mirar a Mimi, quien se dio cuenta de que la miraron y se puso roja. - Quiero decir, bueno ya que no bajará, le llevaré comida arriba a Yamato así también come...

Mimi se levantó del sofá y se entretuvo en la cocina, pero por su orgullo, Yamato tenía que probar lo que había preparado, aunque si no le gustaba sería complicado, pero por otro lado era una forma de agradecerles a todos por tratarla tan bien aunque no la conocieran.

- Papa, ¿Los hermanastros se pueden casar? - Hiroaki que se estaba bebiendo una lata de cerveza no demoró en atragantarse.

- ¿Qué estás diciendo? - la miro totalmente asustado.

- Nada, solo pensaba que... Ah déjalo cosas de chica...

- No estarás enamorada de uno de los hermanos Kido ¿No? - la miro juzgando.

- No, Jou y yo solo somos muy buenos amigos, ¡Ah! ¡Lo ha logrado! - Animó a su equipo feliz dejando a Hiroaki confundido.

Mimi subió con una bandeja, la idea no le había parecido mala hasta que estuvo enfrente a la puerta de Yamato, habían pegatinas de bandas de punk, rock y metal, todas impuesta por Rose, ya que había sido su idea que cada uno de los tres tuvieran pegatinas características en sus puestas. La de Rose estaba repleta de películas antiguas y famosa, ya la de Mimi, le había pedido que esperara para pegar algo porque se lo quería pensar, pero Rose le puso un cactus, una estrella y una rosa, cosa que no entendía, el nombre de Rose era más próximo a una rosa que el de ella.

No dejaba de pensar que sería una mala idea y entonces vio como una mano salía de detrás de ella y pico por ella en la puerta, Rose le agarró para que no dejara caer la bandeja del susto.

-Tranquila, seguro que le gusta que le lleves la cena...

Mimi miro como ella rápido se metió en silencio en su propia habitación, dejándola sola en medio el pasillo oscuro, pero luego fue iluminada por la luz de cuarto de Yamato que parecía un mundo nuevo y a diferencia de los cuartos de Michael y Wallace que muchas veces estaban desordenados, Yamato era todo lo contrario, todo lo que tenía era tan bien ordenado, incluso las postales y fotos. Una estantería que variaba de cds, vinilos y libros. En su mesa de estudios se observaban libros abiertos y en lo que parecía un tocadiscos de vinilo antiguo sonaba " Wish You Were " de PinkFloyd.

- Hola... - Dijo él, dejándola aún más nerviosa.

- Disculpa si te molesto. - Ella levantó la cena de él. - He venido a traerte un poco de cena por si tienes hambre.

- ... - Yamato parecía sorprendido, pero cogió la bandeja de sus manos. - Gracias.

Él lo considero raro de parte de ella que le importará, pero no dudo en corresponder el acto agradecido por lo que había dicho Mitsuki "...Seguramente lo que busca es entablar una conversación contigo..." Si era esto, solo le quería caer bien y él tendría que acostumbrar a lo rara que era. Recordaba lo raro que él había estado al verla aquella tarde, entre aquello y la música que hacía tanto tiempo no escuchaba.

Yamato no sabía cómo definir estas emociones que le provocaron la castaña, aunque por una vez fue gratificante que los dos no pelearan. Mimi le dio las buenas noches y se fue directo a su cuarto, había logrado su propósito, pero ni entendía desde cuando aquello se había vuelto un propósito. Bueno, apenas le preocupaba que él no comiera en toda la noche.

Continuará…


Notas: Llego un pelin tarde del final de semana, he tenido complicaciones por los estudios y el trabajo, pero ca estoy para traeros un capítulo que está un poco más corregido! Lunayu475 a tenido que ayudarme y le agradezco mucho por ello !

Bueno aquí empieza la convivencia de Yamato y Mimi, creo que les depara muchas cosas y sinceramente tienen mucho en común así que el problema creo que está en las barreras de creación, Yamato es el típico japonés un poco cuadrado que en realidad no entiende mucho las chicas como Mimi, siendo que ella a sido creada en el extranjero y es más abierta y parlanchina! Quería retractar bien la cultura de cada, ya que es importante para llevar mejor la Fic y como no su propia relación! Espero que os tenga gustado, vamos a adentrarnos mejor en la relación de estos dos! Asta el próximo capítulo