Capítulo 9

Diclaimer: Digimon no me pertenece ni sus personajes, pero esto es una historia sin fines lucrativos de fan para fans

La canción mencionada es de Papa Roach - Scars que al final entenderéis por qué pega mucho con el capítulo!

"…I tear my heart open

I sow myself shut

My weakness is that I care too much

And the scars remind us

That the past is real

I tear my heart open

Just to feel…"

Los ojos de Mimi no creían lo que veía, los Knife of Day eran increíblemente buenos, no lo dudo, era solo que antes no se había fijado tanto en Yamato, el cual se mostraba diferente de lo que era habitualmente, era todo una estrella de rock y cantaba tan bien inglés, costaba creer que era el mismo Yamato que ella conocía. ¿Algo había cambiado en él? ¿O sería ella la que lo veía diferente?

El grupo tocaba compenetrado, eran muy buenos y tenían orgullo de decirlo, no por esto se creían mejores que nadie, solo que practicaban mucho para que así lo fuera, a Yamato le apasionaba su grupo, era otro cuando de música se trataba, se podía pasar horas cantando si su voz no le fallaba. La música era su vida, él lo sabía bien, no tenía dudas de cuando en un escenario estaba: - Esto era lo que quería hacer.

- Son geniales ¿no te parece ? - Escucho la voz de Rose bien cerca de su oído, y ella afirmó con una sonrisa al balancear la cabeza afirmativa.

Mimi era un apasionado de la música, Michael, ella y Wallace iban mucho de concierto, en parte porque Michael era muy fan de la música en general, sobre todo de músicas antiguas, de todo aquello venían los propios gustos de Mimi. Los tres pasaban horas dialogando sobre músicas, viendo vídeo clips y muchas veces se habían ido a karaokes cuando no iban al cine o de compra, se lo pasaban en grande y Mimi era sin dudas la reina del Karaoke - Aunque Michael y Wallace dialogaban que esto pasaba por que ella tenía una buena voz y ellos no.

Los Knife of Day lo dieron todo, aunque no era un show, se notaba lo que disfrutaban todos y por ello acabaron exhaustos. Mimi y Rose escucharon aplausos viendo de detrás de la sala de prácticas. Había un chico muy parecido a Rose y una chica de pelos cortos y chocolate con una cámara de fotos sacándole fotos al grupo.

- ¡Bravo Oniicha! - Ánimo la chica al sacar una última foto.

- ¡Vaya! ¡Take! - Rose corrió hacia su hermano pequeño y terminó por abrazarlo, Mimi se dio cuenta de que era cierto, aquel chico no solo se parecía a ellos si no que era el hermano menor de los dos, aún no lo había conocido.

Yamato bajó rápido del escenario, pasó por Mimi sin mirarla y se dirigió para dar un abrazo a su hermanito, se veía diferente y muy animado, Mimi sonrió por lo cálida que se veía la imagen de los tres hermanos abrazados.

- Eres Tachikawa-san…? - Se dio cuenta de que la chica la miraba. - Hola, soy Yagami Hikari la hermana pequeña de Mitsuki

- ¡Kari! As venido a verme - Mitsuki fue el siguiente en compartir un abrazo con uno de sus familiares. - ¡Mira Mimi! ¿ Mi hermana no es linda?

- Si es muy linda - a Mimi se le escapó una risa.

- Bueno si es para competir Sora también es muy linda. - Dijo Akira próximo a Mimi, quien empezaba a ver cómo competía por sus hermanos.

- Dejen de decir tonterías, el más lindo es Tk! - Grito Rose frustrada.

Una polémica pelea empezó, Mimi sintió algo sin saber como calmar la situación, no era buena para eso. Vio como Yamato seguía hablando con Takeru animado. Hikari suspiraba sin saber lo que decir y Akira, Mizuki y Rose seguían discutiendo.

- No te preocupes son así… - Dijo Kyoya, con su físico siempre llamativo, llevaba unas correas en el cuello envueltas y eso le hacía aún más estilos.

Sintió sus mejillas sonrojarse, No parecía un japonés común, era especial, si Para ella Yamato era guapo pero se le hacía un adolescente y jamás se lo diría,ya Kyoya transmitía un aire de hombre maduro y salvaje… Era una estrella del punk. Encima tenía una voz gruesa y varonil y olía bien, a Mimi le encantaba.

- No te pierdas en tus fantasías Obakachan… - Escuchó su nuevo apodo que había recibido hace algunos días de Yamato y no demoró en mirarlo mal.

- Deja de llamarme así Don calamardo. - y a ella se le pegó el apodo que le había dicho Mike, sobre todo por qué ella sabía que él no lo soportaba.

- Quieres parar de llamarme así Obakachan? - se veía el odio puro que se sentía el uno por el otro.

- Vaya, así que eres Mimi-oneechan…? - Mimi miró al lado y no tardó en sonrojarse, frente a ella un cariñoso Takeru le brindaba un sonriso gentil. - Soy el hermano menor de Rose Oneesan y Yamato Nii-san es todo un placer conocer a la hija de la futura mujer de mi padre.

- El placer es mío, veo que no eres nada parecido a Don calamardo, que bien - Yamato sintió mucha rabia al escuchar aquello pero se contuvo la furia.

- ¡Veo que se lleva muy bien con mi niisan! Me alegro mucho.

- ¿Te estás riendo de mí? - Ya eran todos contra el. No soportaba que ahora hasta Takeru parecían tener ganas de molestarlo con lo de Mimi.

A todos les agradaba Mimi, ella era siempre radiante como el sol, animaba donde estuviera y el sabia que los de la banda siempre hablaban de ella y le tenía un cariño especial. Todo era diferente cuando ella estaba. Noto los cambios, no solo con su padre y su hermana, ahora en todos los sitios que están estaba, Mimi era como Taichi.

Los dos solían pelearse, luego tenían buenos momentos y luego se volvían a pelear, compararla con Taichi era extremo, pero a él le recordaba en ciertos puntos de su personalidad y su convivencia.

Después del ensayo, todos quedaron en una cafetería para tomar un té, hablaron un rato hasta que los chicos de la banda se fueron uno por uno. Mitsuki y Hikari fueron los últimos en irse dejando a los tres hermanos y Mimi solos. Aquella noche Takeru cenaría en la casa de los Ishida y Mimi.

Satoe aún no había vuelto, pero en tres días le había prometido que llegaría a Mimi. Esta se sentía un poco aparte en aquella noche, cuando se iban a casa, vio como Yamato y Rose compartían sus vivencias con el pequeño, aún que era un año menor que Mimi, tenía la edad de Wallace.

Mimi se sintió apartada de los hermanos y en la cena, Hiroaki estaba feliz de tenerlo allí, se notaba que el ambiente era más feliz, ella no podía compartir mucho, empezó a verlo todo de diferente plano, sentía como no encajaba entre los hermanos y su padre, lo que le hizo tomar la decisión de irse arriba dando espacio para que la familia estuviera más a gusto.

Desde su habitación se escuchaban las charlas y las risas. Mimi solo se preguntaba si era esto tener una familia con hermanos y un padre que los quisiera, al ser siempre ella y su madre, mucha veces se sentía sola por que estaba se iba a viajes de negocio como ahora y los Ishida se habían vuelto medio que su familia, en un futuro sus padres se casarían, pero sabía que a Yamato le tenía tirria, Rose y Hiroaki se preocupaba por ella pero: ¿Y si todo fuera porque tuvieran pena por ella?

En realidad ella era la que más sobraba en aquella casa, Hiroaki quería a su madre pero, seguramente a ella solo la tenía que cuidar y era amable solo por aquello. Pensar así la hacía sentir mal, había cogido un gran cariño a Hiroaki, sabía que él era bondadoso por naturaleza, lo iba conociendo y así era con todos.

Mirarla…

Aquella noche no pudo dormir bien, escuchaba las voces de las personas que se habían pasado criticando a ella. Su infancia fue complicada, recordaba que nunca le había caído en gracia a la familia de su madre y cuando fue a Nueva York, por ser extranjera, cayó poco en gracia.

- Que desastre…

- Yamato ha dicho que eres una escandalosa…

- Pobre Mimi-chan …

Se levantó de la cama y fue directamente al baño pues sentía ganas de vomitar, todo lo que comió, aunque poco, la hizo sentir horrible.

Vómito al punto de salirle la bilis, se sentía horrible y tenía sueño, eran las 2 y media de la mañana y todas las puertas estaban cerradas. Todos estaban dormidos, no podía molestarlos aunque ahora estaba mareada, su visión no solo era borrosa por la bruma de la noche, ella sabía que aquello era su crisis de ansiedad personal.

Ella casi cayó en el suelo pero alguien la había sujetado, se contuvo para no gritar y no molestarlos.

- ¿Estás bien? - Yamato fue el primero que le vino a la mente, el siempre estaba allí pero esta vez era Takeru quien la ayudó.

- Takeru… - Ella lo miró con lágrimas en los ojos.

- ¿Te sentó mal la cena ? - No quería que la vieran así, no quería molestarlos, estaría mal, pero no podía negar que era un alivio tenerlo, los malos pensamientos se escaparon de su mente.

- Creo que sí…- Aún sentía el ardor en su estómago.

Ven, vamos a la cocina, a prepararte un té.

Fueron a la cocina, él la ayudó a bajar las escaleras y luego la ayudó a sentarse. Takeru busco una infusión de manzanilla y la preparo. Le dio a Mimi el vaso caliente y se sentó a su lado, ella ya había observado la mesa en ese transcurso de tiempo. Takeru tenía un portátil y muchas hojas de papel con escritos de todos los tipos, algunos con una caligrafía bien hecha y elegante, otros apresurados, habían servilletas y muchos papeles que tenían manchas de lo que ella definió como café por el color característico.

- ¿Estas mejor Oneechan? - preguntó él con cierta calma. A ella se le encendió la mejilla para que él la llamara como si fuera su hermana mayor. Era la primera vez que se había sentido parte de su familia y era raro, lo acababa de conocer.

- Si, muchas gracias… - Dijo ella tomando un poco de la manzanilla.

- Te veías desanimada en la cena… si te sentías mal no tendrías que haber comido por compromiso… - Mimi lo miró y se sintió algo culpaba, no quería que él se sintiera así.

- Yamato se pasó con la comida… seguro que me puso algún veneno porque me odia… - Takeru se sorprendió un poco por aquella clara afirmación de Mimi sobre su hermano, pero luego al verla sonriente se sintió mejor, Takeru vio en la mirada de Mimi algo que seguro ella no lo notaba.

- Pues yo creo que es todo lo contrario, le caes muy bien a mi hermano, él es todo un tsundere. Aunque es sincero le cuesta expresar sus sentimientos con personas que le agradan, míralo en su banda, le tiene cariño a Akira y Mitsuki a pesar de siempre llamarlos de idiotas y contigo... Tienes un lindo apodo…

- Obakachan?! - Ella se ruborizo. - Es un apodo tonto pequeño y torpe como va a ser…

- Se preocupó mucho cuando te fuiste, él no dijo nada pero lo sé. - Takeru sonrió recordando a su hermano cuando eran pequeños y le cuidaba. - Él era así conmigo, aún lo es, con papá y Rose lo mismo, siempre se preocupa por los demás más que por sí mismo, si él alguna vez te ha ayudado sin decir nada esta es la prueba de que le caes muy bien.

Mimi se quedó pensando en las palabras de Takeru, recordó algunos sucedidos de su estancia con los Ishida, aún que odiaba su apodo, Yamato no tenía apodos bonitos para la gente, o los llamaba por su nombre o…

- Que envidia me dan, seguro que se lo pasan muy bien aquí en convivencia los cuatro, y futuramente con Satoe-san, que ganas de conocerla. - Takeru sonrió, con aquellas palabras, Mimi se dio cuenta, no había prestado atención en los propios sentimientos de Takeru.

- Perdóname Takeru… creo que no he dado una buena impresión de la persona que soy, me sentí un poco aparte de todos, sentí un poco de celos. Nunca los había visto tan felices como hoy y pensé que no encajaba en ese momento tan íntimo de todos.

- No te preocupes es siempre así, también puede ser que no lo notamos y ellos te apartaron un poco, por qué yo… Cuando vengo Yamato hace mucha comida , Papá abre su mejor Sake y Rose hace todo lo que le pido, me regala cosas y me trata lo mejor que puede. Ellos se pasan como si estuviera moribundo o a saber que se les pasa por la cabeza... - él se mostró algo triste. - Ellos quieren cuidarme y hacerme parte de sus vidas como si nunca me hubiera ido, aún cuando no fue lo que yo elegí, ni ellos, me enseñan su mejor cara pero son así de torpes…

… No soy un niño y he comprendido muchas cosas Mimi-oneechan. Al inicio cuando pequeño les culpe por dejarme y por esto muchas veces los tengo sobre mi, aún hoy me siento culpable por todos mis pucheros de niño pequeño, por que los culpo, a lo mejor el niño en mi los echó en cara el abandono…

- No creo que te culpen por nada Takeru… - ella lo abrazó con lágrimas en los ojos. Las palabras de Takeru era desgarradoras, él se culpaba tanto como, los ellos y seguramente por lo buen chico que parecía no les había sido sincero y solo aceptaba como si todo aquello les pudiera amenizar lo rota que realmente estaba su familia - Estoy segura que te quieren incondicionalmente y que hacen todo esto por el amor que te tiene, porque eres su pequeño hijo y hermano. Para que no te sientas tu mismo culpable… No quieren que te sientas así Take… - Ella empezó a sollozar y él también se dio cuenta de las lágrimas en sus ojos. Tantos sentimientos encontrados.

Takeru era pequeño cuando todo sucedió, amaba a su familia, aún cuando estaba rota. Tenía remordimientos por todo, era el que menos recordaba, siendo que lo poco que recordaba eran el cariño que le ofrecía sus hermanos y la pelea que tenían sus padres. No podía juzgar a nadie pero aún así los juzgo cuando no era quien para juzgar, cuando lo comprendió se sintió tan culpable, pero aún así...

Mimi pensó en Satoe, pensó que así era su madre, cada vez que venía de un viaje le traía ropas, peluches, regalos de todos los tipos, traía consigo todo lo que le gustaba a Mimi, se iban a comer en restaurantes caros se pasaban noches hablando de todas las novedades, nunca le decía que no. Por que nunca quería que se sintiera sola o culpable por lo que pasaba, también quería que le perdonara por las veces que la había dejado, a lo mejor no era la forma de arreglarlo, pero Mimi siempre pensó que los regalos eran parte de los recuerdos de que una persona pensó en ti y no te olvido porque eres especial.

No sería la mejor manera de decir que quieres a alguien con cosas materiales, pero ella entendía muy bien que aquello era un reflejo del amor que le tenía su madre a ella, lo que ella creía que le debía en los días que no estuvo, en las noches que las llamadas y escuchar a su madre, esa voz que le decía buenas noches… Satoe no sabía pero aquellos eran los regalos más preferidos de su hija.

Hiroaki escuchó a su hijo llorando junto a Mimi, nunca pensó que se sentía así de culpable, quería que fuera al revés, los únicos culpables eran él y Natsuko. Pero Rose lo abrazó, él sabía que ella y Yamato hacían lo mismo con él, nunca le habían dado problemas, no eran de llorar y se cuidaban ellos solos, todo y por qué no lo querían preocupar, no querían hacerlo sentir culpabilidad.

El le devolvió el abrazo a su hija, todos sus hijos habían sufrido suficiente por qué fue un marido incompetente, pero quería que ahora fuera diferente.Hiroki miro a Yamato, sus ojos parecía suplicar que le perdonará, pero el menor apenas de regalo una torpe sonrisa tímida, el leyó entre miradas el perdón de su padre y no quería que se sintiera culpable por qué sabía exactamente qué las cosas pasaban por qué tenían que pasar.

Yamato pensó en Takeru, recordó aquel pequeño niño que dejó atrás junto a su madre. Al inicio tanto Yamato como Rose también iban a estar a cuidados de Natsuko, pero su hermana que nunca perdonó a su madre por querer separarse de su padre, salió corriendo hacia Hiroaki, ella no quería dejar solo a su padre y Natsuko finalmente lo permitió. El casi se queda con su madre y el pequeño Takeru, pero recordó lo desastrosos que eran su padre y su hermana, tuvo miedo de dejarlos solos y no consiguieron seguir adelante. Natsuko era la indicada para quedarse con Takeru, recordaba que desde pequeño ella cocinaba bien, le gustaba la comida de su madre y a pocos le gustaba verla cocinar, finalmente ella le enseñó a cocinar a pedidos del pequeño, Rose lo intentó pero era un desastre así que él siguió…

Yamato aún tenía esos recuerdos atesorados de su madre, eran los únicos buenos recuerdos que él tenía de ella.

Ella cuidaría de su hermano pequeño y él se decidió con apenas siete años que sería maduro lo suficiente para cuidar a su hermana y su padre, él quería proteger a su familia que era más frágil ya que sabía que su madre era fuerte para proteger a Takeru.

Mimi tenía toda la razón, ellos lo querían demasiado, se habían culpado por haberlo hecho sentir culpable, pero el amor era mayor y tenerlo cerca era el mayor regalo que podían pedir del pequeño y Takeru también tenía razón, se habían sentido culpables por sus decisiones, siempre se habían preguntado su fue lo correcto romper la familia de aquella forma, pero la decisión fue de sus padres, los hermanos no tenían culpa.

Takeru y Mimi vieron el día amanecer, después de aquel momento se relajaba entre torpes risas, los dos se dieron cuenta de muchas cosas en aquella única conversación, no tardaron en superarse y ver la vida que tenían de diferente forma, ahora todo era diferente y mucho más ameno.

Los dos continuaron hablando de sus propios problemas ya más relajados y de otras cosas más triviales, ella habló sobre su madre y lo torpe que era, como muchas veces se iba de viaje y le hacía lo mismo que su familia, el río, también le contó que tenía pensamientos similar tras explicar que ella fue una hija no deseada, pero qué sabía que su madre la amaba con locura, Takeru entendió por qué le caía aún mejor Mimi, los dos tenían vidas algo similares, eran ellos y sus madres, las dos tan preocupadas, tan cariñosas y gentiles. Había cosas que finalmente encontraron como compartirlas con alguien similar.

Takeru también era solo él y su madre, por un buen tiempo fue así hasta que supo que su madre y su padrastro se iban a casa. Su padrastro no era una mal persona pero tanto él como Mimi sonrieron entre líneas cuando concordaron que los dos tuvieron pensamientos negativos sobre las respectivas parejas de sus madre, aún que uno de ellos fuera el padre del otro.

- Bueno ¡nos vemos en la próxima familia! - Takeru se tenía que ir temprano, le explicó a Mimi que tenía que coger un feril ya que vivía en una prefectura un poco lejos de Odiaba.

- Que vaya bien el viaje Take-chan! - dijo Mimi alegre, viendo cómo los hermanos lo abrazaban, ninguno supo que los tres les habían escuchado, nadie dijo nada después de esto, Takeru y Mimi pensaban que era su propio secreto.

Takeru se giró para finalmente despedirse se Mimi.

- ¡Oye Mimi-Oneechan! ¡Me siento feliz que seas parte de la familia! Vendré otras veces de visita a verte y la próxima vez espero que Satoe-San ya esté contigo y poder conocerla. No veo el momento de volver a veros. - Mimi finalmente se sintió parte de aquella familia, no sabía cuánto le importaba hasta que Takeru dijo alto y claro, ella no se lo esperaba pero aquello le hizo tan feliz que tuvo que aguantar las lágrimas.

- ¡Ah! Gracias Takeru le pediré que te traiga un regalo ¡Seguro que le agradas mucho a mi Mamá! - Tenía toda la certeza de que a Satoe le encantaría Takeru.

Yamato y Rose se admiraron con un sonrisa. Al ver como Takeru y Hiroaki partió, Mimi ya lo extrañaba, lo conocía muy poco, pero hizo un gran vínculo con el y deseaba conocerlo más.

- Será mejor que entremos ya o seguro que te resfriado Obakachan! - Mimi le admiró pero esta vez no se enfado.

- Si que eres un Tundra don Calamardo… - Rose se quedó pensativa y Yamato la miró mal. Ninguno de los dos entendía lo que Mimi decía.

- ¿Se puede saber en qué idioma me insultas ? - Suspiro muy frustrado.

- Ahahahah quieres decir Tsundere ahahah… - Rose no se aguantó las risas, no podía parar de reír.

- Ya veo ni hablar sabes… - Mostró una cara de pocos amigos y furia.

- ¡Que! ¡Fue eso lo que dije! Eres un Tundra! Tundra! - le encaró en los ojos, pero luego ella se rió de él.

Yamato la vio tan de cerca como aquella cara enfadada cambiar a una linda sonrisa, que sintió sus mejillas sonrojarse y de pronto algo en su interior se revolvía. Ella le enseñó luego la lengua.

- Tundra!

Yamato por un momento juro que se sintió a gusto con aquel puchero, la inocencia torpe e insoportable de Mimi era sus características que más le empezaba a gustar, era una chica inocente que había vivido mucho tiempo sola, pero le habían cumplido los caprichos solo para que ella no se sintiera aún más sola.

El no sabía cómo, pero también quería protegerla de aquí en adelante, para él quedó más claro aún con lo que le había dicho Takeru, ahora ella era parte de su familia y eso le empezaba a gustar. Juraría que se había prometido más temprano, que jamás la dejaría sola otra vez.

Notas de Autora: pensé que no llegaría, esperaba haber publicado el domingo pero el trabajo me a dejado agotada y recién hoy a las 3 de la mañana, aquí en Spain, os puedo traer el capitulo número 9! Son más de 9 semanas publicando ya! Que orgullo y lo que aún queda para esta historia! Me anima saber que tengo lectoras y que os está gustando la Fic, es mucho ánimos tener apoyo de parte de todas que les gusta! Espero que siga viento a proa pq aún estamos en la mitad de recogido con Lets LOVE

Finalmente apareció nuestro Takeru! Me gustó meterlo de la forma que lo metí, creo que el y Mimi por lo vivido tienen mucho en común, siempre creí que los dos son buenos amigos y se entiende muy bien, tanto que se les ve junto en muchas partes de Adventure e incluso 02!

Empezamos a ver los sentimientos de Yamato florecer... Mimi finalmente se va sintiendo más a gusto con los Ishida y también vemos que esto es una forma de amor que quería explorar en esta Fic, el amor fraterno, no se dónde puede llevar esto pero que este es el primer capítulo dramático y siguen después de estos unos cuantos... Preparen pañuelos si estés les hizo llorar se viene sentimientos fuerte para los próximos

P.S: lo tenía que publicar ayer pero mi estaba dando error !