Diclaimer: Digimon no me pertenece ni sus personajes pero, esto es un fanfic de fans para fans con todo el cariño y amor y sin fines lucrativos!Disfrútenlo!
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Capítulo 12
El las siguientes mañanas Satoe les preparo el desayuno, la comida y la cena todo a lo grande. Ella estaba por todas partes arreglando, limpiando, lavando ropa… Era como una madre americana de los años 80, aparte que se vestía toda como una.
Rose quedó sorprendidos con su cuarto, estaba totalmente en orden, esto la hizo sentir fuera de lugar, Yamato por otro lado aunque no parecía molestarle pero sentía ganas de cocinar, se había acostumbrado a ello y ya era uno de sus pasatiempo, Hiroaki estaba muy feliz y contento de tenerla en casa, sabía que cuando fuera el momento ella volvería a trabajar pero, hablaron entre los dos y fue para los mayores un alivio que los "niños" tuvieran más tiempo para sus cosas. Satoe estaba encantada con ello.
Mimi fue sin dudas la más afectada, era su madre y la conocía bien, sabía que no le molestaba hacer las faenas de casa, siempre le había gustado porque era una persona muy ordenada, limpia y le encantaba cocinar. Pero cuando la subieron a ser directiva de la empresa, jamás paraba por casa, trabajaba muchas horas y los fines de semana estaba muerta cuando no tenía ningún que otro viaje de negocios, o trabajos pendiente en casa.
Su mamá era otra, no solo por su corte de pelo nuevo, algo había cambiado en ella, se la veía muy liberada y feliz, no solo por Hiroaki, había algo más, lo sabía, lo intuía…
- Mamá… - aquella tarde no fue a los ensayos de la banda, le comentó a Rose que volvería a casa porque necesitaba hablar con su madre, ya que tenía dudas de algunas cosas.
Satoe no había salido, estaba planchando camisas de Hiroaki, escuchando los Beatles, siempre le había gustado mucho, por esto más que Mimi al conocer a Michael le preguntó sobre las bandas antiguas, sabía que a su mamá le gustaba mucho.
- Si hijita? - Parecía contenta, y tenía su típico brillo en los ojos de pura felicidad.
- A lo mejor me dirás que no es nada pero… ¿Ha pasado algo ?
- ¿Quieres un poco de té con pastas? - Satoe tenía una cara más real, la vio cansada y algo triste en los ojos.
La más viaja sabía que no podía continuar evitando que Mimi le preguntará sobre si se encontraba bien o no, en aquella semana había evadido muchas veces hablar sobre ello.
- Si, estaría bien. - Ella sabía que aquello era la forma correcta de empezar una conversación.
Las dos se fueron a la cocina, allí, Satoe le sirvió lo anteriormente dicho, estuvo durante unos minutos explicándole lo que había hecho en la casa y luego…
- Hace tiempo que no somos solo nosotras dos, compartiendo nuestras vivencias… han sido demasiados cambios durante estos casi cuatro meses no crees ?
- Mamá… - La pequeña tembló un poco, tenía miedo de lo que le iba a comentar su mamá.
- Se que he dejado en tus manos muchas cosas de las que me debería haber hecho cargo, aún que siempre supe que Hiroaki y sus hijos te cuidaría… Pero no es excusa, me odie cada momento en que tuve que hacer mano de ti durante estos meses Mimi…
- ¡No te preocupes Mamá! Yo he estado muy bien todos ellos…
- Si lo sé hija, es solo que tenía que hacer ciertas cosas que me llevó mucho tiempo y… - Se le rompió la voz a Satoe. - No las conseguí resolver, soy una torpe.
Al ver como su madre lloraba, se le partió el corazón. Su madre era la persona más pura y dulce que conocía, y que llorara así solo significaba que las cosas no habían ido tan bien.
- Perdóname Mimi, por culpa mía siempre andas preocupada y con problemas que una madre normal no les daría a sus hijos… Pensé que con Hiroaki se arreglaría todo y finalmente nos podían aceptar como una familia, pero aún así no cambia, soy una deshonra…
Mimi abrazó a su madre con mucha fuerza. No quería que la viera llorando, Mimi nunca lloraba delante de ella, porque Satoe era mucho más sensible de lo que Mimi sería jamás. Ella tenía que ser fuerte por su madre. Entendía todo el significado de su conversación.
Aún tenía pesadillas por la noche, en la casa de los Tachikawa era encerrada cuando venían visitas, su abuelo no la podía ver, le decía cosas feas y aún cuando quería olvidarse de todo para nunca preocupar a su mamá, no había derecho, aquel hombre era un monstruo, como podía tratar así a su hija, jamás se lo perdonaría.
- Mamá, no nos hace falta esa familia, podemos ser tú y yo y ahora tenemos al señor Hiroaki y los Ishida serán nuestra nueva y única familia, ¡serás feliz! ¡Lo sé! ¡Por que yo ya soy feliz! Soy muy feliz solo de tenerte a mi lado. - Abrazo aún más fuerte a su madre y sintió que sus lágrimas se intensificaban.
Estuvieron así por un buen tiempo, pero para cuando los Ishida estuvieron en casa, las dos sonreían dándoles las bienvenida a los tres. Hiroaki nunca había sentido tanta felicidad como ahora que eran los 5 sentía que finalmente había encontrado un hogar mejor para sus hijos. Mimi y Satoe era la parte que les faltaba, aún que les faltara a Takeru y sabía exactamente que lo que busca no era reemplazar a Natsuko del corazón de sus hijos, pero tardó un poco para que ellos pudieran ser más libres y no se tuvieran que preocupar tan con el.
Al otro día Satoe se sentía mucho mejor, finalmente con las palabras de su hija no necesitaba más para ser feliz, le explicó que se desvincularon totalmente de los Tachikawa, que Hiroaki lo sabía y que las dos adoptaría el apellido Ishida. Ella había dejado el trabajo aunque antes tuvo que hacer por donde dejando las empresas de su padre en disposición de su heredero, este sería su primo más de parte de tíos un poco lejano. Los Tachikawa eran una familia de puro conservadurismo y Mimi se enteró de que incluso eran nobles que se vinculaban con la casa imperial de Japón, aún que esto no le importó nada y se sintió más a gusto de finalmente desvincular su nombre de esa gente.
Ella estaba feliz pero sentía que tenía sentimientos que no podían salir de su interior sin más, no sin antes no lo soltar, así que tuvo una idea impulsiva y a lo mejor descabellada.
Tras pensar mucho, aquella mañana no podía ir a clase sin más, no después de los sentimientos tan fuerte que tenía dentro de su pecho.
- Chicos, ir tirando, tengo un recado que hacer. - Rose y Yamato se pararon en seco, era cierto que la castaña andaba cabisbaja y luego al verla con ojos en llamas, lo habían notado, no era propio de ella, aunque no dijeron nada y aquello les resultó sospechoso pero.
- No vas a llegar tarde no ? - Rose le dio una pequeña sonrisa torpe.
- ¡Claro que no! - Era demasiado para ser Mimi, pero era cierto, ella estaba en llamas y necesitaba prestar cuentas a alguien. - Es solo que no puedo seguir adelante si no soy capaz… bueno ya nos veremos!
Ella salió corriendo en dirección contraria, estaba dispuesta a ir a la casa de los Tachikawa y les diría, le diría a la cara de su abuelo, si así lo podía llamar, que nunca los necesito y que su madre jamás pisaría en aquel lugar nefasto enquanto tuviera vida.
Mimi sintió excitación en su corazón, ya no era más la misma y el valor que le llenaba el pecho era parte de su crecimiento como persona, no tenía porqué tener miedo, por qué si lo tenía jamás podría seguir adelante.
- Oye… creo que me he olvidado algo… - Yamato se paró en seco. Sus sentimientos se debatían por dentro, estaba preocupado con Mimi.
- Si es así es mejor que vayas Matt… - Dijo Rose con una cierta sonrisa preocupada, ella noto que a Yamato le preocupada muchísimo Mimi así como a ella, bueno, casi igual.
Tenía ganas de ir con Yamato, sabía donde iba a ir él, pero, sabía que solo sobraría si fuera, lo retrasaría y sería mejor esperarlo en casa, si Mimi tenía algo importante que hacer seguramente Yamato estaría allí por ella, él siempre estaba allí y la cuidaría si así lo necesitaba.
En la cabeza de la castaña repasaba una y otra vez el diálogo que tendría con su abuelo, todo lo que le diría, no le reprochaba nada, solo tenía que ser clara con la furia que sentía, lo necesitaba, aún que sabía que a lo mejor era tirarle perlas a los cerdos, quería que recordara todos los dia de su existencia que había hecho mal con su madre y que ella le podría perdonar, pero Mimi, ella nunca le perdonaría por nada.
La residencia de los Tachikawa estaba muy lejos de la ciudad, se adentraba en un sitio bastante bonito para sus ojos, era como un bosque de estos de las películas Ghibli, se sentía como una de las aventureras de las películas de Miyazaki. El pueblo estaba mayormente ocupado por señores mayores, había casa muy repartidas entre ellas, con grande scampos de algricultura de verduras y arrisales.
Ella tuvo que caminar después de haber cogido 2 trenes y un autobús. Se había repasado el camino el día anterior al hablar con Wallace quien rápidamente le descubrió donde residía la familia principal de los Tachikawa. Lo llevo planeando incluso de si saber bien si iría, pero aquel día había sido la gota no podía soportar más con aquella frustración.
Mimi estaba tan en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta de la presencia de Yamato que la había seguido, el era sigilo pero si ella mirara atrás lo vería claramente. Él tenía curiosidad en qué lío se había metido la Castaña, y fuera lo que fuera le debía lo de Takeru y lo suyo propio, la ayudará aunque no supiera como.
Mimi llegó en lo que parecía una finca grandiosa a la cima de una pequeña montaña. Miro las grandes puertas de lo que parecía un antiguo palacio de la era Feudal Japonesa, imponía más que en las malas fotos de Google.
- ¡Qué diablos! ¡¿Esta es la casa principal?! Y que les costaba ser más benevolentes.Ni que fueran a ser enterrados con todo ese lujo - Dijo alto y conciso. Le podía el coraje y la rabia.
Yamato realmente preguntó cuán despistada podía ser, aún no se había dado cuenta de su precisa, él se escondió sin algún problema entre un árbol y al escucharla gritar se contuvo para no reír de ella. Si se dio cuenta de donde estaba y se preguntó qué hacían en aquella especie de palacio, se preguntó si a lo mejor era una visita guiada pero la importancia de todo aún le era extraña.
Mimi tocó en la puerta principal, no tardó mucho y pudo ver la cara de lo que parecía una señora mayor de muy mal carácter que la admiro de los pies a la cabeza, hizo sentir incómoda Mimi que de repente se sintió que no estaba vestida de una manera muy de acorde con aquel lugar ya que la mujer iba con un kimono muy chic pero no al punto de ser aquellos tan refinados ( aunque esto Mimi solo lo suponía, ya que no tenía idea del rango de esas cosas.)
- Señoría, a quien debo… - Ella erguido una ceja, como si negara el rango de "señorita a Mimi"- El favor de atender… ?
- Soy Mimi Tachikawa primera y única hija de Satoe Tachikawa, vengo en mi propio nombre a hablar con él líder del clan Tachikawa, es súper importante quiero decirle unas verdades! - mucho "the crown" y "Games of Thrones" en la cabeza de Mimi, quien no sabía cómo actuar en estas ocasiones, pero si eran nobles de "algo" le podía servir.
- Entiendo… - La mujer pareció afinar más la mala cara y los ojos, Mimi sentía que lo había hecho perfecto pero para la mujer sus palabras parecieron un insulto.
Esta le cerró las puertas en la cara. Abrió una pequeña escotilla para hablar con Mimi solo por los ojos.
- haga el favor de esperar aquí, se le preguntará si el señor está disponible.
- Y no podía dejarme entrar ? - Está le pregunto un poco cansada, había sido mucho camino para esperar la disposición.
Pero la mujer no dijo nada y le cerró otra vez en la cara.
- Así que está es la residencia principal de los Tachikawa - Dijo un asombrado Yamato, y Mimi grito que se escuchó por toda la hectárea montañosa haciendo unas cuantas bandadas de pájaros salir volando por todos los sitios. - Oe? Obakachan?
Vio cómo el espíritu de Mimi salía de su cuerpo, se sintió algo culpable pero no podía con su curiosidad.
Luego se pusieron al día, Mimi le contó su historia a Yamato, la historia de su madre. Le contó a Yamato que Satoe era la única hija del jefe del clan Tachikawa, su madre había muerto joven, así que este depósito toda la fe del clan en los hombros de Satoe, la que fue a vivir en la residencia de los Tachikawa en Tokyo desde muy pequeña para tener una buena educación.
Mimi sabía que allí había conocido a Hiroaki, quien en aquel momento vivía cerca de la residencia de los Tachikawa y se hicieron buenos amigos. Yamato ya conocía parte de esta historia así que la saltaron un poco. Aunque Satoe ya estaba en aquel entonces comprometida con un primo lejano del propio clan.
No sabía quién era su padre, su madre nunca se lo reveló pero también añadió que esto no lo tenía en cuenta y no le importaba ya que Satoe no parecía tener ningún buen recuerdo de lo sucedido. Solo sabía Mimi que cuando se enteró de que estaba embarazada su padre la escondió en la residencia principal, que no sabía por qué milagro ella tenía el apellido Tachikawa, pero que entonces la trataban como si no existiera y si era "vista"…
- No hace falta que cuentes lo que no te sienta bien… creo que entiendo todo… - Yamato suspiró, no podía estar ni seguro que lo entendía, no sabía lo duro que había sido la vida de Mimi en aquellos tiempo, mucho menos como Satoe aguantó 23 años de su vida allí.
- Bueno… Mi mamá finalmente consiguió permiso para vivir conmigo en Estados Unidos, aún que fueran 6 años largos y como la persona que estaba comprometida con ella descubrió sobre mí, finalmente pudimos tener nuestra vida soñada lejos de aquí. Hasta que … fuimos llamada otra vez y sabía que no nos podíamos negar…. Él está enfermo y seguramente tendrá que dejar listo el testamento.
Ella no sabía que había pasado durante estos últimos meses que su madre había dicho que tenía una supuesta viaje de negocios, pero finalmente estando allí, empezaba a entender que su madre le mintió para que no se preocupara.
- Mi madre finalmente consiguió cortar lazos con ellos, creo que tu padre sabe mejor que yo lo que ella vivió por los Tachikawa, y su matrimonio con el… No debe de ser acepto por mi abuelo - Mimi sonrió - Mi madre se sintió culpada por mi, no entiendo por qué ya que no quiero realmente hacer parte de esta familia… pero saber que el matrimonio con el señor Hiroaki la salvará y cortará finalmente estos lazos es lo mejor…
Él vio su sonrisa, era tan pura como sus sentimientos y sintió ganas de abrazarla, aún que tenía más dudas ahora.
- Si todo esto ha acabado, ¿se puede saber que hacer aquí ? - el miró las murallas de esa casa que le pareció bonita al inicio pero ahora solo lo veía como una camera antiguos y misógina.
- Recuerda que me dijisteis que te habías guardado todos los sentimientos que tenías por Sora con lo de Taichi…? - La miro a los ojos de la castaña, nunca la había visto tan decidida como en aquel momento. - Quiero decirle todo lo que tengo dentro de mí, si no le digo no podré avanzar y nunca me podré perdonar a mi como persona si lo dejo morir sin saber todo lo que nos hizo.
Yamato se levantó, - Era todo una locura. - No era lo mismo lo de él con Sora, era bien diferente, Sora no era el abuelo de Mimi, aquel señor era pura maldad, si hizo aquello con su hija y con la Mimi pequeña, imagina lo que le haría ahora.
- ¡No lo hagas!
- Si se te interpones en mi camino no te lo perdone nunca - Ella lo dijo suave, pero Yamato sabía que no bromeaba con aquello.
- Por favor Mimi, él te puede hacer daño… - El la agarró suavemente en el hombro, Mimi lo vio tan cerca y tan preocupado.
- Mimi-san… - Los dos vieron como la puerta principal se abría de par en par. - El señor ha accedido a verla…. - Lá mujer observo a Yamato de pies a cabeza. - No me dijo nada que tenía acompañante, no creo que le guste al señor Tachikawa, pero bueno, se esperará en la entrada como mucho favor que le podemos hacer.
- Gracias. - Mimi hizo una pequeña reverencia.
- Por Favor, yo no soy parte de la familia, esto es un insultó… - Los dos la miraron raro pero ella los hizo saber que ellos eran aún más raros para ella.
- Disculpe, no estoy acostumbrada. - Lá mujer no le dijo nada más y les hizo m mención que la siguieran
Antes que Mimi la siguiera Yamato agarro su brazo, tenía miedo por Mimi, él sintió como ella temblaba.
- Por favor…
- ¡No te preocupes, no me harán nada! - Ella lo miró animada. - No soy aquella niña de seis años, puedo protegerme sola.
Él no pudo decirle nada más. Mimi siguió, él la siguió, hasta que no le dejarán pasar más de la entrada ni siquiera le dejaron sentar, aún que no le importaba sentirse desubicado de todo aquello, lo único que importaba era que no le pasara nada a Mimi, él nunca se perdonaría.
Y pasaron las horas y no tuvo mucho que hacer, finalmente como se sentó en la entrada, le dejaron pasar a otra sala para sentarse pero sabía exactamente que era la sala de los empleados, no era tonto de entender que no era bien venido.
Todo aquello le daba igual, lo único que tenía en mente era todo lo que le había contado Mimi y ahora temía por lo que le podrían hacer. Recordaba claramente el temblor en su cuerpo, en aquella sonrisa valiente pero a la vez triste. Se volvería loco si no sabía nada de ella…
Continuará...
Notas de la autora: Llegamos a un capítulo que quería a mucho tiempo sacar a la luz, finalmente conocemos un poco más de Mimi y Satoe, lo que tuvieron que pasar lo triste que fue su pasado con este señor que no acepto su hija...Es importante entender que Japón aún es un país muy cerrado y que no intento ofender ni decir nada malo de su cultura, pero en muchos animes y mangas se puede observar semejantes historias de protagonistas que tiene ese lado, así que me gustó mucho inspirarme como en Fruits Basket el cual me inspiro mucho para crear la historia de Mimi.Ya sacando lo malo, me encanta que Yamato de el paso de ir atrás de ella, casi hago que Rose fuera con ellos pero creo que ella misma se quiso quedar por qué se sentiría fuera de lugar, vamos que creo que ya es indudable que entre ellos hay una conexión y que sinceramente me gusta.
Yamato y Mimi son muy parecidos a la vez no. Siento que ella fue muy mimada y vivió feliz con Satoe intentando olvidar lo malo, y queriendo como hacer que no existiera, pero ahora de crecida ya le fue imposible al ver Satoe llorando ella quiere proteger a su mamá!
Veremos qué pasa en el próximo capítulo, será tan largo como este y ya tengo ganas de leer vuestras opiniones! Muchas gracias a todos que lo siguen y un saludo
