Capitulo 20
El beso les acompañó a ambos toda la semana, un solo beso lo había cambiado todo, podía haber durado tres segundos o tres minutos, pero eso era lo de menos todo había cambiado. Ya no podían esconderse en excusas peregrinas, ambos querían algo más, ahora lo sabían.
Sin embargo, no habían hablado de ello, el ajetreo del hospital se decían a sí mismos, aunque una caricia furtiva en el ascensor, un roce de manos y una media sonrisa nunca faltaban.
Y como no podía ser de otro modo, todo se precipitó en la terraza del despacho de Neil, en su sitio.
Neil llegó a su despacho directo a la terraza, en realidad no tenía nada que hacer allí, podía irse a casa, pero pasar por allí era un acuerdo tácito entre ambos cuando habían tenido un mal día, o cuando querían distraerse con una charla insustancial, pero hoy todo era más importante, se apoyó en la barandilla a su lado, y esperó junto a ella disfrutando del silencio. Claire rompió el silencio.
-Neil…yo…
-Claire, déjame decirte…
-No, espera, si no hablo ahora puede que nunca lo haga.
Neil esperó
-El beso de la otra noche fue increíble, y creo que los dos sabemos que podíamos haber continuado si hubiésemos querido. Llevo meses luchando contra esto, no quería sentir lo que siento Neil, no quería quererte. Eres mi jefe.- susurró Claire dándose la vuelta y dándole la espalda.
-No seré tu jefe para siempre Claire- contestó él cogiéndola del brazo y acercándola - Sólo sería incorrecto si estuviésemos haciendo algo malo, si de verdad uno de los dos no quisiese esto o no estuviese 100% seguro. Yo sé que te quiero, no necesito tiempo ni probar otras cosas para saberlo, pero haré lo que tú quieras, respetaré tu decisión. Si tienes dudas, o no sientes lo mismo que yo, lo entiendo.
-No es eso- se apresuró a contestar- Quiero estar contigo Neil.
Claire se quedó un rato en silencio, Neil apreció sus dudas.
-Si el problema es que soy tu jefe, lo dejo. No me importa ser jefe de departamento, Dios bien sabe que Audrey estará encantada de asumir mi rol, o Marcus.
-No tienes que renunciar por mí, no es justo. Es tu carrera.
-Tú lo has dicho, es mí carrera. Puedo hacer con ella lo que me plazca
-Si lo dejas nunca estaré contigo. No llevaré eso en mi espalda Neil.
-¿Entonces qué? ¿Tenemos que renunciar a esto? ¿No hemos pasado suficientes desgracias los dos para saber que no vale la pena renunciar ni a un minuto de felicidad?
-¿Y sí sale mal Neil?
-¿Por qué va a salir mal? No he sentido esto en mi vida Claire, estoy más seguro que nunca.
-También estabas con Audrey, o con Jessica. Y no salió bien. Jessica se fue, Audrey sigue aquí pero tenéis que veros cada día, ¿Y sí luego no soportamos vernos?
-¿Y sí? ¿Sabes cuantas frases pueden formularse con esa frase? ¿Sabes cuantos proyectos paralizan su sola pronunciación? No sabes si va a salir mal, ni cómo reaccionaremos cuando vengan los problemas. Jessica se fue porque la llamaron del mejor hospital del estado, es un puesto perfecto para ella, está haciendo puntos para dar el salto a la política que siempre quiso. Su marcha, no tuvo nada que ver con que nuestra relación acabase. Y Audrey, ahí la tienes, jamás se irá porque esta es su casa, y porque somos amigos por encima de cualquier cosa que pasase entre ambos. Sigue siendo mi familia.
Claire calló. Neil también, no había mucho más que decir. Ninguno de los dos se percató de la figura que se alejaba en las sombras, igual que tampoco habían notado, que estaba en el quicio de la puerta del despacho de Neil cuando discutían.
¡Nos vemos en el próximo!
