Little witch academia, es propiedad de Trigger y sus respectivos creadores.
El siguiente fanfic esta escrito sin fines lucrativos.
Cualquier parecido con la realidad es mera ficción...
Los campeones le dicen NO a las drogas.
Escritorio Pt 2 (o el turno de Hannah)
Hannah volvió a su silla para descansar ahí por un momento, la droga ya había recorrido su cuerpo y estaba pegándole. Descanso su cabeza en el respaldo mientras en su cabeza comenzaba a recordar lo que había hecho con la hermosa estudiante que ahora reposaba indefensa en su escritorio. Recuerdos excitantes que la empujaron a llevar su mano derecha a su vagina para terminar el trabajo que la británica no había terminado.
Hannah estaba tan perdida en sus pensamientos y en su toqueteo que no advirtió el momento en que Barbara se acercó a ella, tomándola desprevenida.
- ¿Se siente bien? –pregunto Barbara aún con su tono balbuceante.
Hannah se sorprendió al ver enfrente a Barbara y estuvo a punto de saltar de su asiento sin responder a la pregunta cuando vio acercarse aún más a la joven estudiante cortándole toda posible salida; sacudió un poco sus pensamientos tan solo para volver a poner pies en tierra y darse cuenta de la situación y de la pregunta que la menor había lanzado.
-Si… se siente bien –respondió sonriendo la consejera – ¿a ti te gusto?
-Nunca había sentido algo así en mi vida –respondió Barbara con la verdad.
-Me mojaste mucho la ca…
Antes de que dijera algo más Barbara la interrumpió, secando con su pulgar derecho la mejilla izquierda de la maestra que aún tenía gotas de sus fluidos.
-Lo siento, no sé qué paso.
-No tienes porque discul…
Los labios de Barbara interrumpieron nuevamente su discurso y en acto seguido procedió a sentarse sobre las piernas de la consejera. Por primera vez la joven estudiante besaba a otra mujer. No le incomodo.
Hannah supo con el choque de labios que la estudiante era inexperta en todo aquello, la besaba torpe y desesperadamente; tal vez la desesperación era causa de la droga invadiendo y estimulando su cuerpo, pero la torpeza en sus labios era algo totalmente diferente, besaba constantemente con la intención de meter su lengua dentro de la boca de la mayor, todo con un mal resultado. Mucha inexperiencia…
-Me encanta, me encanta, me encanta –musito Barbara apartando sus labios de los de la mayor y atacando torpemente el cuello de esta.
No había mentira en las palabras de Barbara, tal vez podía culpar al efecto de la cocaína invadiendo su cuerpo, pero tampoco era como si anteriormente no hubiera echado ojo a la consejera, había algo mágico en ella, no era una mujer tan adulta, tal vez en los últimos años de los veintes, cabello castaño casi pelirrojo que contrastaba a la perfección con su tono de piel ligeramente tostada, ojos pardos que –desde el punto de vista de Barbara– se veían tan sensuales cuando mostraba seriedad y que reflejaban una ternura casi materna cuando sonreía a las estudiantes, y finalmente una coleta de cabello que la hacían verse tan… ¿dominante? Era eso lo que Barbara buscaba aparte de una tapadera, necesitaba tener a Hannah, ser solo de ella, que la mayor solo tuviera ojos para ella.
Hannah tomo fuerte del cabello a la joven para apartarla de su cuello y antes de que Barbara pudiera quejarse la mayor le hizo callar el quejido que estaba a punto de expulsar con un beso, un beso con un propósito: enseñarle a Barbara lo que era besar, transmitir sus conocimientos en el arte de amar a la joven alumna.
Su lengua penetro rápidamente y sin rodeos la boca de la joven inglesa hasta enredarse con la lengua de esta, demostrándole a la pelinegra la forma de besar a alguien. Las lenguas se enredaban y daban giros entre ellas, sorbiendo y saboreando la saliva de la otra sin miedo a que la respiración se agotara; la droga por su parte continuaba haciendo efecto en ambas potenciando aquella caricia.
El cuerpo juvenil de Barbara volvió a cargarse de libido apoyado por el efecto del polvo blanco; su cuerpo se sentía caliente y desesperado por continuar, por explorar más en su primer encuentro sexual.
Hannah comprendió eso, era evidente que su cuerpo había vuelto a calentarse. Le dio lo que pedía. Aparto sus labios lentamente dejando un hilillo de saliva, ultimo testigo de la cercanía entre sus lenguas tan solo para romperlo, su siguiente punto a atacar fue el cuello de la alumna; volvió a jalar su cabello, esta vez para arquear hacía atrás la cabeza de la menor haciendo que involuntariamente le mostrara el cuello. Deslizo lentamente su lengua por el talle del cuello haciendo que Barbara entregara personalmente su cuello.
Sintió los brazos de la joven rodear lo suficiente su cabeza, acercándola más a ella mientras su respiración volvía a tornarse agitada. La estocada en el cuello de la menor no fue larga, más bien breve, lo suficiente para enseñarle a Parker la forma adecuada de excitar a alguien al besar o lamer aquella parte.
Barbara por su parte solo necesito esa pequeña chispa para maquinar su siguiente movimiento. Se aparto lentamente de la consejera hasta ponerse nuevamente de pie abandonando las piernas de la mayor que habían fungido como asiento.
La impaciencia brotaba de Barbara que no dudo en ponerse de rodillas ante la maestra quien no tardó en responder.
-Parker…
-Shhh, déjeme hacerlo –susurró Barbara mientras acariciaba las piernas de la consejera.
Dudó por un momento de abrir sus piernas al toque de Barbara, a esas alturas ya sabía que era una joven inexperta que seguramente le causaría más falsos orgasmos que placer, pero valía la pena tener a una joven tan hermosa como Barbara comiéndole el coño, aunado con la sensibilidad que estaba teniendo a causa de la droga aspirada. Dejo sus vacilaciones a un lado y abrió lentamente sus piernas mientras observaba el rostro de la británica; claro, sus ojos habían perdido parte de su encanto, pues ahora se veía con la mirada un poco perdida, pero aquel rubor e incluso su cabello despeinado la hacían verse tan sumisa. Una pequeña gatita perdida a la que le brillaron los ojos al momento en que empezó a bajar las mallas de la consejera hasta encontrarse con unas bragas negras de encaje.
La temperatura corporal de Barbara aumento al igual que su deseo al ver a la mayor portar aquellas prendas íntimas, un mal viaje en su consumo de drogas la hizo pensar falsamente que la mayor se había preparado así desde el principio para recibirla en su oficina.
La joven se apresuró a hacer a un lado las bragas para llevar sus labios al coño de Hannah. Una sensación nueva para ella, el tacto de esa parte intima en su boca, el suave olor y sabor que despedía le era raro, pero no desagradable, al contrario, era como si la atrajera invitándola a darle caricias con su lengua y labios. Así lo hizo.
Contrario a lo que Hannah había pensado el trabajo de la joven no fue ni violento, ni desesperado y mucho menos agresivo; solo inexperto, pero lo suficiente placentero como para que su cuerpo drogado lo disfrutara.
La joven Parker lamía cambiando la velocidad de sus lengüetazos en cada momento, demostrando esa inexperiencia que sentía Hannah; a veces lamía rápido tan solo para hacer un cambio abrupto y pasar a dar lamidas lentas por toda su vulva. Un acto que no le desagradaba a la mayor, pero que a pesar de lo estimulada que estaba no la dejaba llegar al orgasmo.
- ¿Te gusta, gatita? –preguntó en un tono dominante la mayor, bajando su mirada al rostro de la joven que tenía entre sus piernas.
La chica de cabello oscuro asintió lentamente, con los ojos cerrados mientras continuaba deleitándose con la zona intima de la mayor.
» Pero lo estás haciendo mal
Respondió en un tono que evidenciaba cierta molestia ante la inexperiencia de la menor a la par que hundió su mano derecha en la cabellera azabache de la británica para jalar suave pero firmemente su cabello en son de reprimenda.
Parker abrió sus ojos ante la reprimenda verbal y física de la maestra deteniendo en el proceso su lamer, y no dudo en alzar su rostro para hacer contacto visual con la mayor.
-¿Lo estoy haciendo mal? ¿me vas a castigar? –preguntó ingenua y sumisa Barbara.
La mirada perdida de Barbara se había desvanecido un poco, dando paso a esa mirada tierna que le había encantado a Hannah, su rostro sonrojado, sus labios brillantes por los restos de saliva que había dejado en el sexo de Hannah; su boca entre abierta, incrédula de lo que decía la mayor.
Esa expresión tan delicada confundía bastante a Hannah, quien no sabía si cuidarlo o castigarlo; ambas opciones le encantaban y por la última pregunta de la joven parecía que estaría encantada de recibir el castigo.
Jalo más fuerte el cabello negro de la británica haciendo que la chica soltara un suave quejido y la mirara confundida sin quitar esa expresión dulce en su rostro, era como una niña castigada, y eso le empezaba a excitar.
-Lo estás haciendo muy mal.
-Perd…
-Nada de disculpas…
Intervino Hannah cortando la disculpa de la estudiante aún sin querer dar el siguiente paso; quería llamar a la joven estudiante de otra forma menos agradable, quería decirle zorra, perra, puta, buscona; toda clase de calificativos degradantes, pero no podía, ese rostro tan lindo le pedía que no ser llamado así.
- ¿Me detengo?
La pregunta de la pelinegra era estúpida, ya desde hacía tiempo se había detenido. Hannah decidió entonces en dar el paso. Empujo fuertemente el rostro de Barbara contra su coño, obligándola a continuar.
-Continua… perra.
Soltó esto último con cierta precaución, tratando de evitar en la medida de lo posible una respuesta negativa de la estudiante. No la hubo, en vez de eso sintió nuevamente el aburrido lamer de Barbara.
-Hazlo rápido –susurró acercando más el rostro de la joven a su sexo.
Barbara obedeció la orden de la mayor y empezó a lamer esa zona más rápido… sin mucho efecto para la mayor.
» Más arriba
Volvió a ordenar Hannah, jalando el cabello de la menor para arquear lentamente su cabeza, deteniendo su agarre hasta sentir que la lengua de Barbara al fin la estimulaba apropiadamente.
» Ahí –dijo en un suspiró Hannah al sentir las primeras lamidas estimulando su clítoris.
Con la ubicación exacta Barbara procedió sin más problemas, lamiendo rápidamente como se lo había ordenado la mayor. La respiración agitada entre jadeos y los temblores constantes que sentía en los muslos de la consejera le indicaban que estaba haciendo un buen trabajo y pronto a ello se unió una seguidilla de respuestas afirmativas en tono bajo.
- ¿Se siente mejor? –preguntó Barbara deteniendo apenas sus lamidas.
-Si –respondió con un jadeo la consejera– sigue así.
Hannah arqueo su espalda mientras hundía más sus manos en el cabello negro de Barbara. Signos claros de que estaba a punto de terminar.
» Si… –volvió a hablar Hannah esta vez con evidente excitación en su voz– así, así, así, ya casi
La voz de Hannah comenzaba a temblar mientras acercaba violentamente a la alumna contra su vagina.
Barbara quiso detener su lamer para hacer una última pregunta, pero antes de que eso sucediera sintió el cuerpo de la mayor estremecerse y escuchar como de su boca salía un sonido similar a un chillido ahogado. Hannah dejó sus manos aferradas a la cabellera de Barbara obligándola a permanecer en la posición que tenía, empapando el dulce rostro de la británica con sus fluidos.
Ahora era Hannah quien se movía espasmódicamente mientras continuaba expulsando sus fluidos cerca del rostro de Barbara.
La pelinegra había intentado apartarse al sentir los primeros chorros de los fluidos íntimos saliendo del coño de Hannah, pero al sentir que la mayor no la soltaba termino cediendo al "castigo" sorbiendo y bebiendo los fluidos de esta.
Cuando el orgasmo de Hannah termino sus manos dejaron de apresar la cabellera de la joven, liberándola al fin.
¿Qué sería de los fanfics de LWA sin este tipo de escenas? Tal vez no habría mucha diferencia, he leído varios fics muy buenos y entretenidos en los que la lectura explícita es inexistente… sin embargo, creo que este fic por el ambiente tan corrupto que envuelve Luna Nova pedía (y necesitaba) una escena así aparte de mostrar al lector la razón del porque Hannah termina en una situación tan comprometedora en la universidad y bueno aquí esta la razón…
En fin, esta es nuestra actualización de la semana, espero que la hayan disfrutado de la misma forma en que yo disfrute escribirla. Gracias por leer y nos vemos el próximo jueves.
