Little witch academia, es propiedad de Trigger y sus respectivos creadores.
El siguiente fanfic esta escrito sin fines lucrativos.
Los campeones le dicen NO al bullying.
TIJERAS
-Parece que la idiota cuatro ojos de tu amiga también quiere que le demos una probada de lo que podemos hacer ¿verdad? –preguntó Chariot cambiando también su tono de voz, ahora sonaba seria y encabronada.
-N…
Por un momento estuvo a punto de pedirles que no se metieran con Lotte, que le hicieran todo lo que quisieran a ella, pero que a Lotte la dejaran en paz, que Lotte no tenía nada que ver con lo que tenían contra ella, pero su consciencia le hizo ver el error que cometería de hacerlo; conocía a sus acosadoras y sabía que si les negaba aquello más se ensañarían con la finlandesa. Y si le pasaba algo a ella no se lo podría perdonar jamás.
Decanto por no responder a la pregunta.
» ¿Te quedaste muda, perra? –pregunto burlona Chariot al ver lo impotente que se veía Croix.
-Hey, tal vez necesita que la refresques, Barbara –dijo Atsuko dirigiéndose a la inglesa.
La británica sonrió al escuchar aquella propuesta de Atsuko; no perdió tiempo y tomo fuertemente el rostro de Croix para voltear su rostro, pero antes de que la inglesa generara la suficiente saliva para escupir Chariot respondió de la misma forma en que lo había hecho Barbara; tomo fuertemente el rostro de Croix para dirigirlo a su ubicación y luego lo alzo con fuerza para finalmente escupirle en la cara en un acto que le hizo recordar a sus amigas de quien era presa.
- ¡Tijeras!
La voz alegre de Chariot hizo eco en el aula y también hizo que Barbara se pusiera en movimiento, buscando en su mochila el objeto que la líder había pedido.
Después de unos segundos el objeto punzocortante apareció en las manos de la inglesa y se las entrego a la peli azul.
-Gracias, Barbara. –respondió la francesa con alegría en su voz.
-No…
- ¿No qué pendeja? –pregunto Atsuko en un evidente estado de molestia a la negativa de Croix.
Chariot hizo oídos sordos de lo que estaba sucediendo y acerco las tijeras a los ojos de Croix para que esta pudiera ver bien el objeto en sus manos y antes de comenzar a hablar abrió y cerro pesadamente las tijeras enfrente de la joven de cabello lila.
-N-no, por favor Chariot, te prometo que voy a hacer todo lo que me pidas, pero no me hagas nada… –dijo Croix casi en un llanto al ver las tijeras frente a ella.
-Agárrala bien de los brazos, Akko –ordeno la peli azul con una sonrisa en su rostro.
-Chariot, Chariot no hagas esto –imploró inútilmente la italiana ante la orden de la francesa– si lo que quieres es que me vaya de la universidad lo hago, te lo prometo, pero no me hagas nada…
- ¿Por qué querríamos que te largues de Luna Nova, nerd?
La pregunta de Barbara termino alterándola más al saber que la única vía de escape del castigo que vendría estaba cerrada. No podía negociar con ellas.
-Chariot, Chariot, Chariot… –la voz de Croix se llenaba más y más de desesperación a la par que trataba de zafarse del agarre de Atsuko.
-Me pregunto… –comenzó dubitativa Chariot mientras pasaba y apretaba suavemente la punta de las tijeras sobre el abdomen de Croix deslizándolas poco a poco sobre su cuerpo hasta llegar a sus clavículas.
-Por favor, ya déjenme, les prometo que no le diré a nadie sobre esto, chicas…
-Por donde debería empezar a cortarte… –continuó Chariot haciéndose de oídos sordos a las plegarias de Croix.
-Ya, suéltenme por favor ¡Ayú…!
El grito desesperado de auxilio se vio frustrado cuando la nívea mano izquierda de la peli azul se posó en su boca haciéndola callar, y a pesar de eso los gritos ahogados trataron de encontrar una vía de escape, un escape fallido que lograba el mismo resultado una y otra vez: quedar lo más posiblemente silenciados.
-Si sigues gritando te juro que en este momento te termino cortando la garganta y a ver si llegas a la enfermería a tiempo, italiana de mierda. Así que calla de una puta vez antes de que lo haga ¿quieres? –amenazó Chariot sin dejar dudas de que hablaba en serio.
Los gritos cesaron ante la amenaza de Chariot mientras su cuerpo y mente cedieron y se doblegaron ante el miedo de la escena que estaba viviendo; sus ojos enrojecieron y empezaron a brotar de ellos varias lagrimas que por supuesto fueron la burla de sus acosadoras.
-Jajajaja, no puedo creer que te pongas a llorar en una situación así –la risa burlona de Atsuko no hizo más que apurar más lagrimas a caer sobre el rostro de Croix.
-Solo mírenla, esta perra está meándose del miedo y aún no le hacemos nada –dijo también en tono burlón Barbara al ver las lágrimas de Croix corriendo por sus mejillas.
Los sollozos empezaron a sonar en el aula medio vacía, y antes de que pudiera seguir sorbiendo sus mocos, Chariot destapo su boca, llevó su mano izquierda a la nuca de Croix para jalar fuertemente su cabello llevando en el proceso su cabeza hacía atrás y antes de que la italiana pudiera reaccionar sintió la lengua de la francesa sobre sus mejillas enjugando impúdicamente sus lágrimas. Para sorpresa de ella y de sus amigas.
-Así… me encanta como saben tus lágrimas, puta italiana.
El asco empezaba a mezclarse con los sentimientos de miedo que sentía en ese momento y antes de seguir sintiendo la lengua de la francesa movió su cabeza con la mayor fuerza posible para librarse del agarre en su nuca que la mantenía presa y de paso evitar que la peli azul la siguiera lamiendo; acto que logro con éxito, pero que dejo molesta a Chariot.
Una fuerte bofetada impacto en su mejilla derecha para ponerla nuevamente en tierra, y por si eso fuera poco otra impacto su rostro, esta vez siendo el revés de la mano de la francesa.
- ¡Pedazo de mierda, dijiste que estabas dispuesta a hacer todo lo que yo te pidiera y ahora te retractas como la maldita cerda cobarde que eres! Por eso nunca confíen en una perra miedosa como esta idiota, chicas. Nunca son capaces de mantener lo que dicen.
Atsuko y Barbara no hicieron nada más que sonreír maliciosamente mientras asentían al consejo que su líder les había hecho, y como si aquello hubiera sido también una orden encubierta ambas tomaron el respectivo brazo de Croix desde el lado en que cada una estaba y la inmovilizaron con una llave que cubría desde el antebrazo hasta los omóplatos lo suficientemente bien como para inmovilizar lo más posible el tren superior de la italiana, quien inmediatamente se retractó y se maldijo por haber reaccionado de esa manera a los lengüetazos que Chariot le había proporcionado.
» Y como no pueden mantener lo que dicen…
El tono dubitativo había desaparecido de la voz de Chariot y ahora se escuchaba más convencida en lo que estaba a punto de realizar. Antes de que la francesa pudiera decir algo más paso la punta de las tijeras sobre el rostro de Meridies haciendo que nuevamente el miedo y el dolor aparecieran en la italiana.
» Vamos a tener que darle una lección para que deje de ser tan cobarde…
- ¿Ch-Chariot?…
- ¿Ahora si "Chariot", perra cobarde? –retobo la japonesa al escuchar la nueva suplica de la chica de cabello lila.
-No volverá a suceder…
Croix continuó sin hacer caso a lo que Atsuko había preguntado, pero no hubo respuesta a su plegaria, en cambio la japonesa apretó más la llave que estaba haciendo para inmovilizar del dolor a Croix.
-No, no, no, Croix, quisiera creer en tus palabras, pero ya me decepcionaste una vez y nada me puede hacer cambiar de opinión ahora, pero mira el lado bueno, estoy segura que después de esto no volverás a retractarte de tus palabras ¿verdad?
» ¿Ya está bien inmovilizada, chicas?
- ¡Si!
- ¡Si!
La respuesta afirmativa se escuchó al unísono y confiando en lo que decían sus amigas tomo el cabello de Croix.
-No te preocupes putita, esto no va a dolerte –espeto fríamente Chariot clavando sus ojos rojos en los ojos verdes de Croix.
-No, no me hag…
-Y ya también sabes qué pasa si vuelves a gritar ¿verdad pendejita? Así que nada de gritos mientras hacemos esto ¿quieres?
A pesar de que el tono de voz que usaba Chariot parecía ir dirigido a calmarla el resultado había sido el contrario. Se encontraba más asustada al tener tan cerca el objeto punzocortante cerca de su rostro y comenzó a prepararse para lo peor, tal vez un corte en su mejilla o en sus orejas, todo eso a sabiendas que un grito de ayuda podía ser la excusa perfecta para hacer más profuso un supuesto corte en su garganta o en su cuerpo.
Cerro fuertemente sus ojos a la espera de cualquier sentimiento de dolor en su cuerpo, pero para su sorpresa eso no sucedió, en cambió escucho como las tijeras comenzaban a abrir y cerrarse para cortar su cabello.
-Mi cabello… –susurro atónita la joven Meridies mientras veía los mechones de su cabello caer al piso.
- ¡Jajaja! –rió estruendosamente Barbara al ver el rostro pálido de Croix– mírenle su cara, le duele que le corten el cabello.
La burla de Barbara sonó en el salón y fue seguida de la risa de Atsuko mientras Chariot continuaba cortando disparejamente el cabello de Croix.
- ¿Ves? dije que no iba a dolerte, putita –dijo en tono ingenuo la peli azul mientras continuaba cortando el cabello lila de la italiana con una amplia sonrisa en el rostro.
Por supuesto que no le dolía físicamente, no necesitaba sentir dolor para saber que aquello estaba jodidamente mal, que su situación ya estaba saliéndose de sus manos y que ahora no sabía que esperar de ese grupo de hijas de puta que se empeñaban en joderle la vida todos los días; por eso, al sentirse en un nuevo nivel de vulnerabilidad sus sentimientos volvieron a romperse para derramar más lágrimas de sus ojos.
-No, no mi cabello –habló con una voz quebrada que reflejaba la impotencia que sentía en esa situación, y a pesar de querer gritarle a su agresora freno la idea a sabiendas de lo que podría pasarle– no, no, no, no, no… detente Chariot por favor.
Las desesperadas plegarias solo llegaban a los oídos sordos de sus agresoras quienes en ningún momento sintieron compasión por la italiana, y no importo cuanto lloro ni cuanto pidió a la peli azul que se detuviera, nada funciono. No se desgasto en continuar implorando cuando por fin el trabajo de la francesa había terminado.
-No te molestes en pagarme, el corte lo invita la casa –se burló la francesa después de terminar con su "trabajo".
-Y tampoco te molestes en agradecerle por el corte ni por lo bien que te queda –continuó Atsuko liberando su agarre.
-De hecho, el corte hace que resalte más lo puta y machorra que eres ¿justo cómo te gusta verte, ¿no? –escupió venenosamente Barbara esta vez en su casual tono engreído.
Croix no pudo responder de ninguna forma, no quería hacerlo, y ni siquiera quiso posar su mirada en ninguna de sus agresoras. La desmoralización que había vivido ese día no era equiparable con ninguno de los actos de acoso que había vivido anteriormente. Todo la había rebasado y se sentía ya sin control alguno.
Puso sus manos en su rostro, apretándolo fuertemente, pero no para evitar verlas, lo hizo por lo vulnerable que se sentía y recogió sus piernas hasta quedar sentada en posición fetal sobre la butaca reforzando aún más la impresión de sus sentimientos.
-Barbara te pregunto algo, maldita traga bollos –dijo Atsuko sin darle importancia al estado en que se encontraba ahora la italiana.
Antes de que alguien más hablara, Atsuko remato su dialogo con un fuerte golpe de la palma de su mano en la cabeza de Croix, pero no hubo ningún tipo de respuesta, ni siquiera un quejido.
-Parece que nuestra perrita italiana se quedó muda eh –dijo Barbara empujando con su mano derecha la cabeza de Croix tratando de conseguir alguna respuesta de esta.
-Así debería de quedarse para siempre esta pendeja –respondió Atsuko a la observación de su amiga.
-Y otra cosa, dile a tu perra faldera que no se le ocurra volver a alzarnos la voz si no quieres que te vaya peor –amenazo Chariot mientras le extendía las tijeras de vuelta a Barbara y después tomar sus cosas.
- ¿Escuchaste idiota? –preguntó Barbara sin encontrar respuesta alguna más que silencio.
El silencio fue suficiente para dar a entender que Croix había captado la pregunta y la amenaza. No necesitaba siquiera que fuera amenazada, no quería que Lotte se metiera en el problema en el que estaba, no quería verla a ella también en una situación tan horrible como en la que estaba viviendo.
-Me llevo esto de recuerdo.
La voz de Chariot se escuchaba animada y feliz mientras recogía un mechón lila de la cabellera que había cortado hacía unos minutos. Las risas de sus amigas no se hicieron esperar, y Croix supo por el sonido de sus voces que ya estaban marchándose del salón.
» Esta vez nos superamos, eh chicas.
- ¿Qué excusa va a poner la estúpida rana cuando todas la vean con su cabello mal cortado?
-Jajaja, no te mides con tus palabras eh, Barbara.
-Barbara tiene razón… hey, machorra te consigues una buena excusa para mañana, que no queremos que nos culpen por cortarte el cabello ¡escuchaste pendeja! –amenazó nuevamente Chariot antes de salir del salón.
-Así está mucho mejor. En fin, apurémonos que todavía estamos a tiempo de ir a tragar algo en la cafetería.
-Jajaja que pendeja eres, Akko ¿no podrías usar un lenguaje menos corriente? –preguntó sardónicamente Barbara.
-Jaja, mira quien lo dice.
-Ya, cuiden su lenguaje, no van a querer …
El sonido de la puerta cerrándose y las voces perdiéndose en la distancia fue suficiente para que dejara de sentirse tan abrumada, aunque eso no mejoro en nada su estado de ánimo. En la soledad del aula lloro silenciosamente y cuando recobró la mayor tranquilidad posible dejo su posición fetal; vio sus mechones de cabello en el piso; luego miro hacía la nada que ofrecía el techo del aula. No tenía nada que pensar, ni siquiera podía pensar en que alguien fuera a ayudarla en ese momento.
Finalmente tomo sus cosas y salió lentamente del salón para ir en dirección a los baños más cercanos; ahí pudo observar de mejor forma la agresión que había vivido. Se vio a sí misma en el espejo, su cabello largo había desaparecido y su lugar lo había usurpado un cabello corto mal estilizado; un recordatorio temporal que duraría mucho tiempo y que le recordaría cada vez que se viera en un espejo de lo que eran capaces Chariot y sus amigas.
Evidentemente la frustración e impotencia la volvió a invadir al verse así. Quiso llorar, pero las lágrimas no salían a pesar de sentir aquella mezcla de sentimientos encima de ella.
Su consciencia se rompió.
Entro a un cubículo del baño y se quedó ahí por bastante tiempo con el pensamiento disperso, pensando en muchas cosas y pensando en nada a la vez. No pudo ni recordar la promesa que le había hecho a Lotte de verla a la hora de la comida y mucho menos recordó que tenía entrenamiento en la tarde.
No había nada claro en ella.
¿Qué tal les ha parecido esta nueva actualización? Como ya antes había dicho de aquí en adelante estaremos más enfocados a la pesada desmoralización de la joven Croix, una vida que parece ir cada vez más y más en picada; un pozo del que parece no haber salida posible y menos teniendo a tres matonas listas para contraatacar.
En fin, síganme acompañando en esta historia y recuerden que todos los jueves hay actualización del fic.
Gracias por leer y hasta la próxima.
