Little witch academia, es propiedad de Trigger y sus respectivos creadores.
El siguiente fanfic esta escrito sin fines lucrativos.
Los campeones le dicen NO al bullying.
Amigas.
Se encontró a sí misma inmóvil y dubitativa en tocar la puerta de la habitación; no tenía el temple para ver el preocupado rostro de Lotte, no, en vez quería ver a su amiga con esa característica sonrisa brillante.
Sabía que eso no iba a suceder y que por mucho que quisiera no podría prolongarlo para siempre.
Toco suavemente la puerta como si no quisiera que su llamado fuera escuchado y aun así escucho desde dentro de la habitación la suave voz de su amiga.
-Adelante…
Abrió lentamente la puerta dejando un suave rechinar de la madera y las oxidadas bisagras.
No pudo entrar tan sigilosamente como le hubiera gustado hacerlo ya que al abrir la puerta su amiga le esperaba con la mirada puesta hacía la puerta.
Pudo avistar el cambió tan repentino en el rostro de la finlandesa; en efecto la había recibido con una sonrisa alegre como de costumbre, tan solo para dar paso rápidamente a una expresión de miedo y sorpresa; los ojos detrás de sus anteojos parecían desorbitarse y por un rato permaneció congelada en la posición en que estaba.
No podía culparla por actuar de esa forma.
- ¡Croix! ¿Qué te paso?! –preguntó alarmada la finlandesa volviendo del estupor en el que había caído.
Croix entro lentamente a la habitación con una expresión en el rostro similar a la de un cachorro a punto de ser regañado mientras cerraba tras de sí la puerta. Sabía lo que vendría a continuación, toda clase de preguntas vendrían a ella como un vendaval, preguntas incomodas que no quería responder por toda la carga emotiva y de consecuencias que estas traerían; y ahí, aun negando su situación y tratando de rechazar inconscientemente cualquier tipo de ayuda, trato de engañar a su amiga una vez más.
-Me dio un ataque de ansiedad y lo corte…
- ¿Y por eso lo cortaste tan disparejo? –preguntó incrédula Lotte mientras se levantaba de su asiento para acercarse a su amiga.
-…si…
- ¿Por qué te dio un ataque de ansiedad?
-No lo sé, Lotte… tal vez por las presiones de la escuela…
-Qué raro, en la mañana me dijiste que hacer ejercicio te ayudaba a no estresarte.
-Puede que me haya equivocado…
-También te olvidaste de tu promesa, y por lo que se también de ir a entrenar –dijo Lotte en un suspiro, dejando en claro que su límite al aguantar esa farsa estaba llegando a su fin.
-Lo siento Lotte, no quería dejarte esperando…
- ¿Por qué llegas tan tarde si no fuiste a entrenar?
-Lotte…
-Dime… -insistió tácitamente en que le respondiera su pregunta.
-No es por nada en especial, dejemos eso a un lado ¿sí?
- ¡No! –gritó Lotte al borde del llanto, harta de las esquivas respuestas de su amiga– ¿por qué no me quieres decir que está pasando? ¿qué te está pasando?
Quiso inventar una respuesta rápida para las preguntas, pero antes de poder hacerlo el cuerpo de Lotte se abalanzó contra ella y la abrazo fuertemente, hundiendo y posando su rostro en el hombro izquierdo de la italiana para llorar en ese lugar.
-Lotte… –volvió a dejar en el aire alguna respuesta verbal.
-Uso lentes, pero no estoy ciega ¿sabes?
Reprendió Lotte con la voz ahogada en las ropas de su amiga. El intento de chiste de Lotte no hizo gracia ni a ella misma en esa delicada situación.
» Son ellas ¿verdad?
No hubo una respuesta verbal, en cambio las suaves manos de la italiana subieron por la espalda de Lotte; dejó su mano izquierda en la espalda de esta mientras su mano derecha se posó en la nuca de su amiga para acercarla más a ella y así corresponder el abrazo de la finlandesa.
Esa era su respuesta, una respuesta afirmativa.
El llanto y las preguntas de Lotte solo fungieron como premisa para que Croix también rompiera en llanto, un llanto extraño que apenas dejaba caer lagrima alguna de su rostro y que sin embargo la doblegaba por el pesar en su corazón, por lo sentimientos implicados de tener a su única amiga ahí, llorando con ella y por ella.
Al final las amigas permanecieron abrazando sus temblorosos cuerpos por un largo rato sin que alguna se aventurara a articular palabra alguna.
-No quiero meterte en problemas con ellas, quiero protegerte ¿entiendes, Lotte? –expulso Croix aún con la voz quebrada.
Los brazos de la italiana acercaron a la finlandesa aún más a su cuerpo, abrazándola tan sobreprotectoramente como le era posible. No mentía al decir que quería mantener a su amiga a raya de sus problemas.
- ¿Qué problemas? ¿por qué no me dices nada, Croix? –preguntó Lotte molesta mientras se apartaba lentamente de su amiga, deshaciendo el abrazo en el que estaban fundidas.
-Mira lo que me hicieron a mi… –respondió la mencionada haciendo énfasis en su cabello.
- ¿Piensas que no puedo proteger…?
-No ha sido solo eso… –dijo Croix con un fuerte pesar en su voz arrebatándole la palabra a su amiga.
-… ¿no?
Un silencio incomodo apareció en la habitación. Croix se apartó lentamente de Lotte y busco su cama para sentarse sobre esta; Lotte hizo lo mismo, quedando las dos sentadas frente a frente.
-No…
La respuesta negativa rompió el silencio de la habitación; Croix alzó su mirada cruzándola con la de Lotte, amenazando con una plática larga y tendida, en la que a diferencia de otras ocasiones evitaría en la medida de lo posible mentir.
Bueno, un momento de alivio para nuestra querida Croix no le caería nada mal eh. La intención de este capítulo es justamente esa, poner en descanso a nuestra protagonista después de tanto por lo que ha sufrido.
Espero que les haya gustado esta nueva actualización, por el momento no hay nada más que decir así que nos vemos el próximo jueves
;)
