Little witch academia, es propiedad de Trigger y sus respectivos creadores.

El siguiente fanfic esta escrito sin fines lucrativos.

Los campeones le dicen NO al bullying.


Desesperación.


Antes de que viajaran al país de los sueños tres toques se escucharon en la puerta de la habitación.

Los golpes no se repitieron después de los tres primeros.

El tocar de la puerta había sido suave pero lo suficientemente fuerte para que ambas pudieran escucharlo, no hubo tiempo para que ninguna de las dos chicas pudiera atender el llamado a la puerta. En cambio, se escuchó el girar de perilla de la puerta, un sonido que hubiera sonado familiar para las dos si se hubiera girado a una velocidad normal, pero aquel sonido era totalmente diferente, si existía la forma de etiquetar aquello le hubieran llamado "girar violento" porque así había sonado, un sonido que sonaba fatídico y desesperado.

Para mala –o buena– fortuna tanto Croix como Lotte jamás se habían visto en la necesidad de usar el pasador en la puerta por lo relajadas que habían sido siempre sus noches en la academia.

Ambas advirtieron y se embriagaron de horror por la forma en que todo sonaba, como si todo estuviera fuera de lugar, un llamado de advertencia, una alerta para evitar que algo horrible sucediera…

Para cuando Croix se decidió por salir de su cama ya era bastante tarde.

La puerta se abrió y así como se había abierto de rápido se había cerrado con la misma velocidad, sin embargo, en el resquicio de luz que había llegado a iluminar la habitación logró avistar tres cuerpos entrando.

Su bastión de seguridad había sido tomado.

Antes de que alguna palabra saliera de la boca de Croix un fuerte golpe en su cabeza la desestabilizo, y acto seguido sintió el peso de alguien más sobre la cama; finalmente, una mano en su boca la obligo a guardar silencio.

-Ya la tengo.

La inconfundible voz de Atsuko resonó en la oscura habitación a pesar de que la japonesa había hablado en voz baja, casi susurrando.

Un susurro al que luego le siguió el claro sonido de gritos ahogados.

Croix sabía bien de quien eran esos intentos de gritos.

La poca estabilidad mental que había ganado en las pasadas horas se habían ido al carajo en un abrir y cerrar de ojos, la situación que tenia ahí en las penumbras de su propia habitación la mandaron a un abismo totalmente nuevo para ella, un abismo en el que Lotte estaba a punto de hacerle compañía.

Grito ahogadamente al escuchar los sonidos que la boca de su amiga buscaba proferir; en los gritos ahogados Croix le pedía a Chariot, a Barbara y a Atsuko que no le hicieran daño a Lotte, que el asunto que tenían era contra ella y contra nadie más; sabía que aquello no funcionaria, ya lo había pensado en la tarde, pero en la situación que estaban viviendo era la única alternativa que le quedaba ante la impotencia que sentía.

-Calla maldita perra. Barbara, has que la cuatro ojos se calle.

Sintió un fuerte jalón en su cabello por parte de la que sabia era Atsuko, una acción con la intención de hacerla callar, y que funcionó.

Las luces de la habitación se encendieron cegando momentáneamente a las cinco chicas dentro y a su vez evidenciando la situación que había.

En efecto, Atsuko estaba sometiendo a Croix, Barbara sometía a Lotte y Chariot estaba en medio de ambas camas. La atención de Croix se posó momentáneamente en Chariot, pero su enfoque fue rápidamente arrebatado al ver la situación de Lotte.

Sus ojos se abrieron en desesperación al ver a su amiga y sintió que en cualquier momento podía desmayarse por aquella vista que a su parecer era grotesca.

Barbara estaba en la cama de Lotte recostada detrás de ella, con su mano derecha tapaba la boca de la finlandesa para evitar que esta pudiera hablar o gritar y hasta ahí era lo único que podía clasificarse como "normal"; la cabeza de la británica asomaba por el hombro izquierdo de Lotte acercando de este modo el rostro de ambas, la lengua de la pelinegra recorría lujuriosamente el oído y la mejilla izquierda de esta y por último la mano izquierda de Barbara se deslizaba por debajo de las pijamas de Lotte hasta llegar a sus senos, lugar donde se evidenciaba un claro toqueteo lascivo.

Con ver el agarre del que era presa su amiga supo que por más que Lotte hubiera querido gritar sus lamentos jamás escaparían más allá de la mano de Barbara.

Lotte estaba con el rostro sonrojado, pero la mueca de malestar evidenciaba una clara incomodidad y asco que estaba sintiendo en esos momentos; los ojos comenzaron a enrojecer a la par que las lágrimas no tardaron en caer sobre su cama, y en un últimointento comenzó a moverse bruscamente para salir del agarre que Barbara estaba propinando, pero no funciono, la británica simplemente ejerció más fuerza en su agarre y en su mordaza para aplacarla.

-Siempre había querido tenerte así cuatro ojos, siempre, siempre, siempre.

La voz incoherente y excitada de Barbara salía en tono bajo, sin embargo, todas las presentes en la habitación podían escucharla.

Chariot solo rodo los ojos al escuchar a su amiga decirle aquellas cosas a la finlandesa mientras Atsuko imprimía más fuerza en su llave.

-Carajo Barbara, déjala un momento… discúlpala por favor.

La británica hizo caso omiso a la orden de su amiga y continúo apretando los senos de Lotte.

Chariot sonaba sincera en su disculpa, y se acercó a la cama de Croix para sentarse al lado de Atsuko.

» Verás, estábamos pasando por aquí –comenzó a hablar Chariot como si en realidad se tratara de un monologo– y bueno, Barbara recordó que tu amiga le había alzado la voz en clases, nada personal contigo, por cierto, pero tu mejor que nadie sabes que sucede cuando nos levantan la voz ¿no?

A pesar de que había escuchado la razón de Chariot de ir en busca de ellas a esas horas de la noche no pudo responder, en parte por la mano de Atsuko que servía como mordaza y en parte porque su atención seguía en su amiga Lotte que empezaba a llorar más profusamente.

» Suéltale la boca Akko…

- ¡Maldi…!

La voz de Croix quedo en el aire. Antes de que pudiera decir algo más sintió la mano derecha de Chariot apretar fuertemente su garganta para asfixiarla.

-Niña mala, pensé que te había educado apropiadamente para que respondieras mis preguntas y para que no me alzaras la voz, y mira, terminas faltando el respeto a mi autoridad. ¿Es qué se te olvida que soy superior a ti, putita?

Atsuko, que había estado a nada de interrumpir el grito de Croix antes de que la francesa lo hiciera decidió por cambiar su agarre para someter de mejor forma a Croix. Paso sus brazos por debajo de la articulación de los codos para inmovilizarla llevándose un halago por parte de Chariot ante aquella nueva llave.

» Perfecta movida Akko.

-Muéstrale quien manda a esta pendeja, Chariot.

La orden de Atsuko en realidad no hubiera sido necesaria, Chariot era una chica que no dudaba en hacer sentir físicamente su presencia cuando Croix le "faltaba al respeto" y así lo hizo. Tres golpes con el talón de la mano derecha impactaron en la frente de Croix para dejarla por un momento ida e indefensa.

La llave de Atsuko resintió rápidamente la falta de tono muscular de Croix quien dejo de oponer resistencia tras los golpes de Chariot y por un momento Kagari sintió que no era necesario seguirla dominando, aunque se convenció de no hacer aquello.

Croix aún ida continuaba observando a su amiga con la ilusión de poder salvarla del abuso al que estaba siendo sometida, todo en vano.

A pesar de que Chariot quería usar los puños en el rostro de Croix se contuvo de hacerlo, sabía que tenían que evitar cualquier tipo de evidencia que pudieran usar en su contra, después de todo solo habían llegado ahí con la idea de intimidar a Croix y a Lotte, dejarle claro a la finlandesa cual sería el resultado de meterse con ellas y que lo mejor –para Lotte– era que se apartara de Croix para siempre si no quería volver a sufrir las consecuencias, sin embargo la situación ya estaba empezando a salirse de sus manos.

Mientras Chariot y Akko sometían a Croix Barbara continuaba deleitándose con el frágil cuerpo de la finlandesa. Las mejillas de la británica se habían manchado ya de un tono rosa a causa del calor que empezaba a despedir su cuerpo por la situación tan excitante en la que estaba; la pelinegra estaba tan extasiada con el cuerpo de Lotte que no pudo evitar apartar su mano derecha de la boca de esta para tocarla con mayor movilidad, un acto arriesgado del que en ningún momento advirtió consecuencia alguna más que ultrajar con sus manos el cuerpo de Lotte, empezando por deslizar su mano derecha bajo sus pijamas hasta tocar su suave trasero.

- ¿Acaso no te gusta? –preguntó Barbara con una excitación que sonaba enfermiza– Porque a mí me encanta, me fascina tu cuerpo tan suave y delgado como no tienes idea.

-No, no me gusta –respondió rápidamente Lotte en voz baja y con tono roto mientras lloraba– ya suéltame.

-Quédate quieta y en silencio, amor … no quiero lastimarte…

El sonido del chasquido entre los labios de Barbara y la pálida piel de Lotte sonaba rápido y lascivo debido al éxtasis en el que se encontraba la británica quien besaba, lamia y chupaba el hombro, cuello y oído del lado izquierdo de Lotte mientras llevaba su mano derecha a la entrepierna de la finlandesa hasta deslizar su mano por debajo de sus bragas, un acto que llevo a Lotte a mover nuevamente su cuerpo de forma brusca para tratar de librarse de aquel toqueteo pervertido del que estaba siendo víctima.

-Shhhhhh, shhhh te dije que te quedaras quieta –repetía en un tono enfermo la pelinegra mientras continuaba tocando la vagina e imprimía más fuerza sobre el cuerpo de la finlandesa- no me hagas hacer esto por las malas…

-Ya, ya para, me duele… ayuda, Croix, ayúdame, quítala de encima de mi…

La voz de Lotte sonaba indudablemente rota, haciendo juego con los ríos de lágrimas que desbordaban de sus ojos, pero su voz carecía del valor suficiente para gritar por ayuda lo que hizo imposible pensar en un rescate de emergencia para las dos.

–Creo que le quedo claro a la puta de tu amiga lo que va a sucederle si se vuelve a meter con nosotras ¿No, Croix?

Chariot aparto un poco su mano de la garganta de Croix a la espera de que esta quisiera gritar por ayuda. No lo hizo; estaba con los ojos perdidos en la imagen que tenía enfrente, en el llamado de ayuda de Lotte que se encontraba en llanto y shock por la situación que estaba viviendo.

La francesa al avistar esto no pudo contener su rabia y golpeo fuerte en dos ocasiones el abdomen de la italiana, sacándole el aire en el proceso y doblegándola de dolor.

-Ya puedes soltarla, Akko.

Atsuko obedeció y se incorporó de la cama sobre la que estaba. Para poner pies en el suelo de la habitación. Chariot por su parte solo se levantó y le regalo una sonrisa a Atsuko, un gesto que le indicaba lo satisfecha que estaba por el resultado de la toma del bastión de Croix.

-Ha salido todo bien, eh Chariot.

-Solo de esta forma pueden aprender estas pendejas cuál es su lugar –respondió la francesa encogiéndose de hombros demostrando nuevamente aquel semblante de inocencia perversa que la caracterizaba- Barbara…

El llamado llego a oídos sordos.

La británica continuaba embelesada con el cuerpo de Lotte cual si fuera una depredadora encima de su presa; e incluso parecía que el llamado solo había aumentado la intensidad del acoso sexual de Barbara, quien cambió su posición para estar encima de la finlandesa para besar los labios de esta mientras sus manos continuaban tocando el indefenso cuerpo de Lotte. Un agarre aún más fuerte sobre los senos de la chica peli naranja llevaron a esta última a gemir de dolor.

-Oye, ya, es hora de irnos –Atsuko se acercó a la cama de Lotte para empujar a Barbara, obligándola a apartarse un poco de la finlandesa.

-No, aún no termino; quedémonos un rato más.

-Barbara –Chariot quiso gritar el nombre de su amiga, pero la llamada de atención de la líder libero por un momento a la británica del éxtasis en el que se encontraba- si le dejas un maldito chupetón o una mordida a esa perra nos podemos meter en un problema del que no vamos a salir fácil, déjala y larguémonos.

-Pero…

-Luego puedes jugar con ella a solas si quieres, pero ya vámonos de aquí, carajo.

La voz de Atsuko sonaba impregnada con miedo al ver a su amiga en ese estado tan anormal, casi enfermo en busca del placer por la vía de la violación sexual. Una escena de la que en realidad no quería formar parte.

Barbara refunfuño apartándose del cuerpo de Lotte, no sin antes mover sus dedos por última vez dentro del coño de la finlandesa, sacando sus dedos húmedos de dentro de la peli naranja y llevándolos a su boca para saborear la esencia de Lotte.

-Ya tendremos tiempo para disfrutar otra vez, pequeña zanahoria. –susurro Barbara con el mismo tono extraño y excitado cerca de Lotte antes de incorporarse y salir de la habitación con sus amigas.

Ninguna de las intrusas reparó en apagar las luces de la habitación.

Barbara y Atsuko salieron en ese orden de la habitación y antes de que Chariot saliera apunto con su dedo índice a Croix –aunque esta no la vio ya que seguía retorciéndose del dolor en su cama–

-Quedan advertidas las dos. No quieran pasarse de listas, pendejas, si piensan en ir a acusarnos por esto nos vamos a enterar y les va a ir peor.

La puerta se cerró con su ya familiar sonido de madera rechinando y dejo la habitación tranquila mas no en silencio.

El ruido de sollozos y respiración agitada se hizo presente y a ellos se les unió el sonido constante de un golpe sobre la cama, era Croix golpeando una y otra vez su propia cama en un acto inútil con el que buscaba sacar toda aquella frustración que sentía.

En cuanto recupero el aliento subió su mirada para ver a su amiga.

La vista que tuvo era desoladora.

Su amiga, la alegre Lotte Yanson yacía sobre su cama en posición fetal, lo más acurrucada posible, ni siquiera había reparado en acomodar su pijama para volver a cubrirse, en cambio las zonas por las que las impías manos de Barbara habían pasado se encontraban expuestas cual si fueran heridas en la presa que hacía segundos había pertenecido a Barbara. Los pantalones de sus pijamas continuaban abajo demostrando parte de los muslos y glúteos de Lotte, mientras que la prenda superior de su pijama se encontraba aún alzada dejando ver su abdomen y un poco los senos de su amiga, todo aquello coronado con el rostro de la chica peli naranja hundido en sus cercanas rodillas mientras se abrazaba a sí misma. Su cuerpo temblaba y Croix estaba segura que no era por el frío de la habitación.

Eran los remanentes de un shock emocional.

Croix extendió su mano derecha hacía ella, pero Lotte jamás hizo contacto visual con ella.

Las dos estaban tan cerca y tan lejos a la vez.

Todo había escalado tan repentina y violentamente; ya desde la tarde sentía que no podía con la situación, que todo la había rebasado. Pero esto estaba en otro nivel, y ahora sabía que no había escape.

Croix también lloro profusamente mientras recuperaba todas las fuerzas posibles para arrastrarse por su cama hasta caer de ella en dirección a la cama de Lotte.

-Lotte…Lotte, respóndeme

Pedía Croix mientras lloraba cada que se acercaba más y más al lugar dónde estaba Lotte; evidentemente su amiga no estaba bien, nadie lo estaría, pero quería que al menos en esa situación traumática se sintiera acompañada. Antes de que pudiera darse cuenta ya estaba a gatas y uso un poco de fuerza para poder subir a la cama de Lotte.

-Lotte…

Puso su mano derecha sobre el cuerpo de su amiga tan solo para encontrarse con una desagradable reacción; Lotte se acurruco más en su posición fetal al sentir el toque sobre su cuerpo.

-No, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no…

Una respuesta interminablemente negativa salía de los labios de Lotte en un susurro en parte ahogado por la cercanía de sus rodillas con su rostro.

Ambas estaban rotas, pero Lotte lo estaba aún más, comparar lo que le había sucedido en la tarde con su cabello no era nada comparado con lo que hacía poco había sucedido. La mayor parte del castigo se lo había llevado la finlandesa, y era normal que hubiera quedado en el estado en el que estaba. Sin embargo, también Croix se había visto vulnerada con todo eso, la falta de fuerzas que sentía era evidencia de aquello, había sido acosada todo el día y como remate había sido testigo impotente de cómo abusaban sexualmente a su amiga… con todo lo sucedido no sabía cómo podía estarse moviendo en vez de estar en su cama –nuevamente– con la mente dispersa.

-Lotte… ¡espera aquí, iré a la enfermería!

Contra todo pronóstico y advertencia salió dando tumbos de su habitación con dirección a la enfermería, si tenía suerte tal vez encontraría a la Señorita Finnelan en la enfermería para atenderla.

Recorrió torpemente los pasillos con la poca fuerza que tenía en las piernas, pero motivada y con el pensamiento de no dejar a su amiga en el horrible estado en el que se encontraba, si era necesario hablaría de más, haría lo que no se había atrevido a hacer: denunciar los actos tan viles de Cahriot, incluso si aquello significaba ser destruida todos los días por ella. Aguantaría, lo que fuera necesario y protegería a su amiga, protegería a la única persona que le había extendido su amistad en todo el tiempo que llevaba en Luna Nova, la única chica con la que se sentía cómoda hablando.

Pero primero necesitaba encontrar ayuda.


En 1949 Edward Aloysius Murphy formuló una ley en la que dejaba en claro que si algo podía salir mal, saldría mal… y bueno, eso es lo que justamente acontece en esta parte de nuestra historia; Era inevitable que nuestra joven Croix volviera al abismo en el que ya estaba sumida, solo que esta vez con una mayor intensidad… lo único que espero es que no me maten por hacerle todo lo que le hicieron a la pobre Lotte, aunque si nos vamos a una retrospectiva tal vez le pudo haber ido peor :S

En fin ya veremos que le depara a nuestras protagonistas en las siguientes actualizaciones.

Gracias por leer y nos vemos el próximo jueves.

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