-¿Para qué vas a pedir consejo? ¡Tienes 26 años estás por cumplir 27! Yo siendo menor que tú sé que quiero ser tu novia y no le pediré consejo a nadie.
-Candy antes que mis sentimientos debo usar la razón, ¡Ciertamente estoy enamorado de ti! Pero no es correcto que nos hagamos novios sino hasta que seas mayor de edad y tus padres nos den permiso.
A Candy se le cristalizaron los ojos por las lágrimas que estaban por brotarle, Albert se dio cuenta
-Quiero que lo comprendas Candy…
-Entonces no tiene caso que nos sigamos frecuentando, en cuanto se pueda quiero que nos regresemos
Candy se puso de pie y tiró lo que le quedaba del helado en un bote de basura que estaba cerca y se metió a la tienda donde estaban Archie, Stear, con Annie y Paty y dejó sólo a Albert
Albert sintió que el mundo se le iba encima.
-¿Dios mío que haré? ya no quiere frecuentarme, no podré resistir tanto tiempo sin verla
Annie comentó: ya me dio hambre
-Vamos almorzar de una vez-sugirió Archie
Salieron de la tienda y Albert estaba con el rostro entristecido
-Ya tenemos hambre- comentó Archie
-Está bien elijan cualquier restaurante
Candy no lo miraba lo estaba castigando con el látigo de su desprecio
-¡Miren allá hay uno de cortes brasileños! ¡Vamos! – señaló Stear
Ellos caminaron hacia el restaurante, Candy se sentó a lado de Stear, Paty tuvo que sentarse a lado de Albert los chicos se dieron cuenta que los rubios no se hablaban.
Al terminar de almorzar Albert pidió la cuenta y Candy le dijo al mesero que llevaran la de ella aparte.
-Yo pagaré todo Candy, yo las invité al paseo así que a mí me corresponde cubrir los gastos.
-Yo puedo pagar lo mío-contestó Candy con seriedad
Albert se sintió mal por su actitud, Annie y Paty no sabían que hacer pues ellas fueron invitadas por Candy directamente.
-Entonces nosotros también pagaremos lo nuestro-comentaron las amigas de la pecosa
Stear al ver que Paty y Annie se sentían fuera de lugar comentó: En ese caso yo quiero invitarte Paty
El mesero se molestó y dijo: aquí se cobra por mesa una sola cuenta
-Entonces cuando venga la cuenta veré cuanto me corresponde-dijo Candy entercada
El mesero llegó, Candy le arrebató la cuenta y buscó el costo de su consumo y puso el dinero, la verdad es que era una estrategia para orillar a Albert a que accediera a su capricho, ella no había llevado el dinero suficiente para restaurantes caros.
Los muchachos pusieron lo que consumieron Paty y Annie, después de eso quisieron seguir con las compras, Candy estaba aburrida pues ella no tenía para gastar.
Albert se le acercó: Elige algo para que yo te lo regale
-No quiero nada de usted pues no somos nada-ella cruzó los brazos al mismo tiempo que le volteaba la cara
-Candy con la actitud tan infantil que estás tomando, estás convirtiendo este paseo en un desastre
-Yo no lo convertí en un desastre sino usted, yo tenía ilusiones de que me declararía su amor y en lugar de eso me rechazó pues qué más da lo que me ocurra.
Ella se alejó de él y se puso cerca de sus sobrinos.
Albert no resistió más y se acercó a ellos-Candy ¿Puedes venir un momento por favor? quiero decirte algo
A ella le dio curiosidad y lo siguió-Está bien tu ganas ¿Quieres ser mi novia?
-No, tú lo estás haciendo porque te sientes obligado, yo soñé que las cosas serían de otra manera, no que tu cara me dice que no estás feliz, pensé en algo romántico
-Está bien nena, me equivoqué dame la oportunidad en la cena de hacerlo romántico
Candy trató de disimular su sonrisa señal de su triunfo y de que ya lo tenía a sus pies
-Realmente me ama ¡Me ama! –pensó Candy
Hola chicas pues aquí actualizando fue un día agotador , les saludo aunque tenga bajas las pilas.
