Candy y Anthony se pusieron de pie para dirigirse a la salida, Albert se controló para no impedirles el paso, se sintió confundido por la indiferencia de Candy, pensó que al verlo se arrojaría en sus brazos sin miramientos.
Candy no alzó la cabeza para mirarlo. Anthony la guio a su auto, le abrió la puerta, al abordar sintió un olor extraño que le desagradó por completo (el auto estaba impregnado con una mezcla de marihuana y cigarro) a Candy le provocó, por lo que decidió salirse.
—¿Qué pasa cariño? ¿Por qué te sales?
—Se me quitaron las ganas de ir al cine, creo que es mejor que me vaya a mi casa. De todas maneras, te agradezco que me hayas invitado.
—Espera nena entonces ¿Qué deseas que hagamos? Es una linda tarde como para estar encerrado.
—Prefiero caminar hacia mí hogar.
Anthony se dio cuenta que la cajetilla de cigarrillos y sus porros de marihuana estaban la vista, se imaginó que a Candy le desagradó el olor y comentó—, Ayer salí con unos ex compañeros de clases y dejaron mi auto impregnado con un apeste a cigarros… acompáñame para que lo laven por dentro y por fuera, el establecimiento al que lo llevaré está cerca del muelle, podremos ver como se oculta el sol mientras me lo entregan.
—Al muelle llegan los ricos, es mejor que no te vean conmigo.
—¿Por qué dices eso? No tengo que esconder mis intenciones contigo, soy soltero sin compromisos, es un honor para mí cortejarte.
-¿Es un cortejo? Yo pensé que las salidas eran solo en plan de amigos, Anthony tengo bien claros mis objetivos, no tengo contemplado enamorarme por ahora.
Anthony entrecerró los ojos, segundos después arqueó la ceja, pensó «Yo también me puse un objetivo y es el conquistarte de nuevo» —Es lo que me agrada de ti, tu sinceridad, es bueno que me lo aclares desde el principio, sobre aviso no hay engaño ¿Verdad Candy?
Candy escuchó que se cerró una puerta, vio que Albert salió de la cafetería.
—Ya que quedó aclarado todo, vayamos a lavar este auto. —le propuso Candy.
Sin ayuda se subió en el auto, Anthony miró a su tío y comprendió el cambio de actitud de Candy «Gracias tío, aprovecharé que la pecosa te rehúye para estar más cerca de ella».
Albert los vio marcharse.
Stear y Archie se quedaron en la cafetería atónitos por las acusaciones que les hizo su tío unos minutos antes, de encubrir la vida desordenada de Anthony. Albert pensó que ya sabían todo acerca de Anthony, ellos se enteraron por el reclamo de él.
—Debemos llevarlo a un centro de rehabilitación—, dijo Stear.
—Desde que está en la casa se ha portado correctamente—replicó Archie.
—Recuerda que quema incienso.
—Eso no quiere decir nada, le ha de gustar el aroma.
—¿Qué harán muchachos? ¿Se lo dirán a su mamá? —preguntó Annie.
—Yo no diré nada, ya otras veces nos hemos metido en problemas por involucrarnos, Anthony es el hijo favorito de nuestra madre por ser el menor, así que no nos creerá, más con todo lo que ha logrado ¡Ustedes no tienen idea de lo que gana como productor musical! —señaló Archie.
Candy vio que Anthony tapó con una revista pornográfica los cigarros, no sabía que era peor, si descubrir aquella marihuana o que su enamorado viera porno.
—¡Que pena contigo Candy! Mis amigos me dejaron un desastre el carro.
«Por favor, no me chupo el dedo, eso pertenece a Anthony, es como el hijo pródigo que necesita que lo guíen, no sé si ayudarlo» —pensó Candy.
Mientras manejaba le agarró la mano.
Dejaron el auto para que se lo lavaran y caminaron hacia el muelle, llegaron hasta el final del mismo y se sentaron a observar el infinito.
—¿Que pensaste al ver la revista pornográfica?
—Anthony, no quiero hablar sobre eso, es un tema penoso para mí, no te juzgaré, supongo que sientes curiosidad de saber sobre anatomía femenina.
—Me gusta tu sarcasmo. ¿sabes? ya no siento placer si las miro, en cambio verte a los ojos me produce el mismo placer que sentía cuando admiraba los voluptuosos cuerpos desnudos de esas mujeres.
«¿Esto es romanticismo para Anthony? si el siente lo que yo sentí al ver de nuevo a William, quiere decir que está perdido. Se ve más guapo, más maduro, no pude mirarlo de nuevo o me arrojaría en sus brazos, no volveré a demostrarle mi amor».
—¡Mira aquella nube Candy! Parece una foca —Le señaló Anthony.
—¿Cuál?
Anthony se acercó y la guio con su dedo índice, acto seguido la abrazó.
—Todavía tienes algo de niño, me gustaba buscarles formas a las nubes.
—No soy un niño Candy.
Se acercó a sus labios, ella cerró los ojos, quiso imaginarse que la besaba Albert, pero Anthony casi enredó su lengua a la de ella, la besó tan apasionado que parecía como si en cualquier momento la succionaría y se la tragaría por completo. Ella se apartó y fingió una sonrisa. Nada como la ternura que recordaba de los besos de Albert, que la hacían estremecerse. Besar a Anthony la inquietó más no la excitó.
—Ya ha de estar listo el carro.
—No llevamos ni media hora aquí, ¿no te gustó mi beso?
—No quiero herir tu ego.
—Tienes razón herir, porque si no sintiera nada por ti, no me afectaría tu repuesta, pero recibir un rechazo de tu parte me rompe el corazón. Sé que me dijiste desde el principio que no te interesa enamorarte por ahora, pero quiero pedirte una oportunidad.
—Es mejor que nos vayamos Anthony.
«Será más difícil de lo que pensé»
Anthony dejó a Candy en su casa, ella entró a su habitación y lo primero que hizo fue llorar.
«Has vuelto para poner mi mundo de cabeza, ¿Por cuánto tiempo te quedarás Albert?»
Pasaron dos días, Candy evitó ir de paseo con sus amigos, no quería encontrarse a Albert en la calle. Se vio obligada a salir porque tenía que inscribirse al cuarto año de su carrera, al mismo tiempo llevó los papeles para concursar a fin de obtener la beca deseada. Había una cola enorme para pagar la inscripción en la rectoría, alzó la mirada y vio a Albert acompañado por el director de la escuela, ella tragó saliva al verlo, el corazón le latió a mil por hora.
Él se fijó en ella, fue a preguntar sobre las donaciones para deducir impuestos, al mismo tiempo investigar sobre el concurso para la beca en la que participaría Candy, se ofreció a patrocinar a un estudiante, obvio que él elegiría a quien. Sus verdaderas intenciones eran darle a Candy la beca para sacarla de Newport. Así estarían lejos de las murmuraciones de la gente.
—director, quiero recorrer solo el campus, le agradezco el valioso tiempo que me ha brindado en mostrarme los edificios importantes.
—No tiene que agradecerme. Espero tener noticias suyas pronto.
Se despidieron estrechándose las manos. Él se encaminó hacia Candy.
Les agradezco por seguir este fic a Chickiss SanCruz (te felicito por tu fic, me alegro que te animes a escribir) Karito, Gina Riquelme, Maravilla 121, Ever Blue, White Andrew, Kecs, Yuleni, Ana Isela hdz, Osiris cruz, Lucy M., Jimenezesperanza184, Venezolana López, Sandra Casillas, Ana iris Romero, elbroche. También lo sometí a votación y ganó este fic. para actualización.
Les recomiendo leer un ensayo muy interesante de la página de Facebook: Candy Candy la Verdadera Historia, sobre los términos en que se dio la adopción de Candy por parte de la familia Ardlay. Este ensayo contiene citas y/o referencias de la novela CCFS que avala lo que se expone en el escrito (es muy amena la lectura). La autora del ensayo por lo general regala firmitas a la que comente. (Ahora puso al guapísimo de George cuando rescata a Candy de que la llevaran a México. Está hermosa la imagen).
Y ya que estoy con las recomendaciones vuelvo a mencionar la página de Anohito - あの人 (escrito con todo y letras japonesas) hace poco subí nuevas ilustraciones de una artista recién descubierta Luh Kade S. Originaria de Indonesia, como nuestra querida ilustradora oficial Rosdiana Oktavia Zaini (que hace el rostro de Candy y Albert de adultos y ambos le quedan guapos).
Recomiendo también la página de Facebook: Antigua Novela de Candy Candy donde postean las últimas novedades de las novelas de Nagita (Misuki) quien acaba de lanzar su versión en francés y la llamó Candy la huérfana, en cuanto tengamos en nuestras manos el libro se posteará su contenido.
