Los personajes de Meyer y las partes reconocibles como canción, es la canción de Melendi que inspira este OS

Summary: Emmett trabaja como conductor para una familia rica de Los Ángeles. El matrimonio tiene una hija, de la cual Emmett está enamorado, pero el señor Hale tiene un sexto sentido para interrumpir los acercamientos de su chofer a su hija.

Selfie

Emmett Pov

Cinco años trabajando como chofer para la familia Hale, empecé con dieciocho años, y me está sirviendo para pagar mis estudios. Los Hale son un matrimonio bien avenido, hicieron su fortuna gracias al turismo, tienen hoteles por todo el mundo. Lilian y Colin, me contrataron cuando mi padre se jubiló. Tienen una hija preciosa, se llama Rosalie, Rose para sus allegados.

Pero no es una chica para mí. Ella tiene un novio, Royce King. Puede que Rosalie nunca esté conmigo, pero King no es para ella, es un mujeriego, ludópata y gilipollas. No hablo desde el rencor, lo sé de primera mano.

—Emmett necesito que me lleves a las oficinas —el señor Hale, me saca de mi ensimismamiento.

—De acuerdo señor.

Ambos nos subimos al coche y lo dirijo al centro de la ciudad, donde están las oficinas desde donde se contralan todos los hoteles de la cadena Hale. Cuando llegamos me paro en la puerta, para que él baje, luego iré a aparcar y esperaré a que el señor Hale me reclame de nuevo para volver a casa.

—Hoy no hace falta que te quedes —las palabras de Colin me sorprenden —mi esposa y mi hija, requieren de tus servicios el día de hoy.

—De acuerdo.

—Te llamaré cuando tenga que salir, para que me recojas.

—Está bien —asiento a sus palabras —me voy de inmediato para recoger a la señora y la señorita Hale.

Cuando él baja del vehículo, yo me dirijo a casa, la madre y la hija, me están esperando en la puerta. Parecen desesperadas.

—Emmett, llévanos a Rodeo Drive.

—De acuerdo señora.

Ambas se suben en la parte de atrás, van hablando entre ellas, mi mirada se dirige al espejo retrovisor interior, desde donde puedo observar a Rosalie, con su sonrisa de anuncio de pasta dental.

Últimamente la he visto triste. Y me molesta no poder acercarme y preguntarle qué le pasa. Me gustaría ser quien la consolara. Pero no tengo ese privilegio.

—Emmett vamos a estar de compras toda la mañana, puedes quedarte o irte y venir a la hora de comer.

—No sé preocupe señora Hale, esperaré aquí —buscaré un lugar para estacionar y luego iré a alguna cafetería para esperarlas —cuando quieran volver a casa me llaman al móvil, y yo vendré a por ustedes.

—Eres muy amable. Vamos Rose.

Ellas desaparecen en la inmensa calle, abarrotada de compradores. También puedo ver a algún que otro famoso rodeado de guardaespaldas, bueno rodeado, rodeado no, pero con algún guardaespaldas sí. Como he decidido antes, aparco en el primer hueco que encuentro, no es fácil aparcar por esta zona. Luego me marcho a la cafetería más cercana a esperar a que las mujeres de la casa Hale, terminen sus compras.

Cuando las recojo, van cargadas de bolsas, me apresuro a ayudarles con ellas, lo que ambas me agradecen. Las coloco en el maletero y conduzco de nuevo a casa. Poco después el señor Hale me llama para que le lleve a casa de vuelta. Luego me mandan a descansar, hoy ya no van a necesitar mis servicios. Me alegro porque tengo que estudiar.

Al final ayer estudié poco, me dediqué a escribirle una carta a mi diosa, lo que no sé es como se la haré llegar. Voy al despacho de Collin, necesito que me dé una semana para poder hacer los exámenes. Al pasar por la sala, observo a Rose en el salón mirando la televisión, se está mordiendo el labio cuando la escena del televisor muestra a una pareja besándose. Es un gesto típico en ella. Supongo que estará pensando en su novio. Sacudiendo mi cabeza, me dirijo a lo que tenía pensado hacer.

Rose POV

He llegado a casa después de estar con Royce, no sé qué hago con él, es egocéntrico y no se preocupa por mí. Supongo que tengo que tragarme mi malestar y ayudar a papá con los hoteles, por desgracia Royce es parte de la ayuda, mi padre quiere comprar su cadena hotelera y quiere que le engatuse no sé si para lanzar una OPA o para que le convenza de vender.

Saludo a mi madre que está en el salón. Después de intercambiar unas palabras con ella, subo a mi habitación, encima de la cama sobre la almohada, veo un sobre blanco. ¿Una carta? ¿Quién en su sano juicio me escribe una carta? Como no sea papá que me ha dejado algún recado, pero se lo hubiera dicho a mi madre, o a mí cuando volviera a casa.

Me acerco con intriga a ese pedazo de papel, una pulcra letra indica que va dirigida a mí. No es la letra de ninguno de mis padres. Por supuesto tampoco es la de Royce, dudo que sepa escribir más de dos frases seguidas. Cojo el sobre, no hay remitente, pero la curiosidad gana a las alarmas que mi cerebro me manda para que lo tire.

La misma letra con la que está escrito mi nombre se encuentra en el papel que hay dentro. Me pongo a leer sentada en mi cama, por precaución he cerrado el pestillo de la puerta, no quiero que mi madre se entere, aunque no sé porque subiría si me acaba de ver.

Querida Rosalie

Hoy no me salen las palabras, ¿Será que hoy vengo a hablarte de amor? Puedes tratar de comprenderme o no pero no cambiaré de opinión.

Hace tiempo que me fijo que besas un crucifijo si algo hay malo en las noticias. Que te muerdes el labio inferior cuando el galán besa a la protagonista. Que le suspiras al cielo como pidiendo un deseo cuando empieza a atardecer y que te haces auto fotos colocando los morritos como si fueras un pez.

Hace tiempo que te observo, un día más del que te quiero. Hace tiempo que sospecho que acomodado en tu pecho yo alcanzaría la gloria, que tienes un antojo en lo más bajo de la espalda donde pierdo la memoria. No te gusta ver sola las películas de miedo cuando se pone a llover que mueves tus caderas cuando ponen en la radio Aventura o algo así.

Hoy la luna llena quema como este silencio tan incómodo.

Quiero que seas mi musa, mi compás, mi semifusa. Mi armonía más pagana. Mi guion con argumento, mi cuento pero sin hadas. Quiero ser el vagabundo que pasea por el mundo de la mano de su dama hasta que sobre la piel para poder besarte el alma

Con amor,

E

"¿E? ¿Quién narices es E?" La carta ha sido bonita, pero más bien parece la carta de un acosador, porque para saber que tengo un antojo al final de mi espalda, es de estar mirándome cuando me baño en la piscina, aun así me gustaría, si está tan enamorado de mí, me lo dijera a la cara. Guardo la carta en un lugar seguro, donde nadie la pueda encontrar. Ya haré investigaciones para saber quién me lo ha escrito.

Bajo para cenar, pues acabo de escuchar el coche de mi padre, bueno el coche de la familia, conducido por ese conductor que me ha robado algún que otro suspiro, si tan solo no fuera el conductor de la familia, pues puede que le hablara, pero mi padre tiene un sexto sentido para adivinar cuando voy a hablar con él, me intriga que un chico joven esté trabajando como chofer y me gustaría saber porque está aquí. Siempre que intento hacer un acercamiento, mi padre requiere su presencia. Estoy harta.

—Rosalie querida —cuando mi padre me llama por mi nombre completo, es que viene algo malo — Royce me ha pedido tu mano, le he dado permiso para que os caséis.

—¿Pero tú no querías comprar sus hoteles?

—Bueno también me vale una asociación, si te casas con él, los negocios también serán tuyos, y al final se los compraremos.

—Pues espera sentado porque no me voy a casar con ese egocéntrico, papá.

—Rosalie vuelve aquí.

Hago oídos sordos a lo que mi padre dice y salgo del comedor. Que adopte a alguien para que se case con Royce porque yo no pienso hacerlo. Salgo a la calle y me siento en el banco que mi padre puso en la entrada. Mis sollozos son mitigados por el aire que corre. Me sorprendo y me asusto cuando una mano aparece ante mí para darme un pañuelo. Por el olor deduzco que es el chofer.

—Gracias —digo cuando le miro

—No hay de qué, un ángel no debe llorar.

Después de esa frase, Emmett se va, dejándome sola y dándole vueltas a la frase que me ha dicho. ¿Puede ser él, E? No, dudo que el chofer se haya enamorado de mí, si ni siquiera me mira.

Mi padre le ha dado una semana libre a Emmett, ahora tenemos que conducir nosotros, no me molesta, porque tengo libertad de movimiento, pero le echo de menos, sus conversaciones cuando me tiene que llevar a algún lado. ¿Me estaré enamorando de él? No, no puede ser.

He tenido que sobornar a la empleada de hogar, Alice que parece conocer a Emmett muy bien, para que me diga todo lo que sabe de él. Ahora ya sé dónde está, y pienso encontrarlo.

—Lo que está muy claro aquí es que yo he venido a por ti —digo cuando encuentro a Emmett al salir de la universidad después de los exámenes— no me digas que no tienes nada para darme.

—¿Cómo ha llegado aquí, señorita Hale? Si su padre se entera, se va a enfadar.

—No me cambies de tema —digo exasperada —mi padre no viene a cuento ahora, ya lidiaré con él.

—Señorita Hale…

—Ahora dime lo que piensas de lo que te dicho —veo por sus reacciones que está dando vueltas al asunto — No tienes que darle vueltas, deja que hable el corazón

Emmett suspira y me mira.

—Rosalie, he estado enamorado de ti, desde que llegué a tu casa, para ser el chofer familiar —dice de pronto —Me cuesta mucho estar en tu casa y tener que morderme los labios para no expresar lo que siento.

—Ya lo dijiste todo en la carta.

—No podemos estar juntos, soy el chofer. Además estás con Royce y no me puedo entrometer en una relación.

—Pero también estás estudiando negocios. Cuando termines podrías pedir trabajo en las oficinas de mi padre. —Este chico me gusta, pero también me saca de quicio — Mi relación con Royce no va a ningún lado, ayer rompí con él, pero como te has ausentado una semana no te has enterado.

—¿Estás soltera?

—Sí y ahora ven aquí.

Tomo a Emmett de las solapas de su chaqueta y le beso, hace tiempo que me había fijado en él, pero entre mi padre y Royce no podía hablar con él. Emmett y yo nos besamos como si no hubiera un mañana.

Agradezco a todas las personas que se han animado a leer mi historia. Especialmente a aquellas que han perdido un minutito de su tiempo para mandarme un review. A Santa Ramírez le quiero decir que no prometo nada sobre una segunda parte del quinto capítulo pero lo intentaré.