Categoría T (Luego cambiará a: M)
Género: Family | Romance | Humor | Drama | Friendship | Sobrenatural.
Personaje(s) Prinipale(s): Hao A.| Zai K. (OC) | Anna K. | Yoh A. | Asanoha D. | Érebo (OC).
Parejas(s) Principal(es): Hao A. x (OC). | Hao A. x Anna K. x Yoh A.
ADVERTENCIAS: Universo Alterno de Shaman King /-/ OoC (Fuera del personaje) es algo inevitable, pero intentaremos que no exista mucho. /-/ OC (Personaje Original) /-/ Habrá algunos temas insinuantes (de violencia, muerte, sexuales o eróticos, maltrato doméstico, etc.) a lo largo de la trama. Me aseguraré de avisarles con anticipación cuando se aborde dichos temas de forma explícita.
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— Diálogos, ya esté en formato de negrita, cursiva, cursiva-negrita o normal —
«Remembranzas»
{Pensamientos}
[Diálogos de Espíritus] o [Diálogos de Espíritus]
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The Curse Project
Por: Fjola Lovely.
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CAPÍTULO 6
Interludio
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En un dormitorio de paredes de piedra y tierra con una decoración algo arcaica, una joven de cabello ámbar se despertó algo sobresaltada. Observo el entorno para luego incorporarse, sentándose en la cama que consistía de una colchoneta para ver que enfrente de su persona habían tres camas más donde reconoció a Tamao, Manta y al Mayordomo de este último. Los tres parecían estar todavía inconscientes, sumergidos en sus propios recuerdos…
Al lado de su cama, estaban sus pertenencias, así que las tomo y con cuidado se atrevió a ponerse de pie fuera del lecho. Le dio algo de vértigo, pero pudo mantenerse sin mayores inconvenientes. Poco a poco su condición física como su psique se normalizaba.
Cuando iba a ponerse sus gafas oscuras, notó que sus mejillas estaban mojadas. Tanteo entre sus dedos su rostro para notar que estaba llorando, las lágrimas fluían sin control. No pudo evitar soltar una irónica risa. Aun a estas alturas esas memorias perforaban de manera intensa y descontrolada su alma…
Desarmándola en el proceso.
«— ¡Ann! —»
El llamado alegre de su nombre de forma diminutiva resonó en sus oídos, a la vez sacudiendo su corazón en latidos descontrolados al serle familiar la voz. Se giro… para hallar una ventana como el lugar vacío, sólo estaba ella con sus acompañantes inconscientes. Sólo fue su propia mente jugándole una jugarreta.
Entonces cuando iba a ponerse los lentes para marcharse del dormitorio y buscar respuestas, notó que en el único ventanal del dormitorio, en el marco reposaba algo, siendo una pequeña e inofensiva mariposa de alas blancas con tonos negros. Por impulso se acerco hasta la ventana, admirando más de cerca el insecto que aleteaba.
«— En verdad eres un miedoso…
Declaró la niña, mirando de brazos cruzados a un joven de llamativo cabello morado agachado y temblando como una hoja en pleno otoño, mientras se cubría los ojos con sus manos porque un par de mariposas revoleteaban su persona.
— ¡Tú no entiendes! —Protestó él con un tono quejumbroso. — A dónde vaya ¡Siempre me siguen! Y peor, se acercan muchas ¡Es aterrador!
— Sólo espántalas o aplástalas…
La niña iba hacer el ademán de aplastar una de un manotazo pero el niño exclamó en negativa:
— ¡No las mates!
— ¿Ah? ¿No qué las odias?
El joven se removió en su lugar algo tímido, sin destapar sus ojos. —…No las odio… sólo… no quiero que mueran.
Entonces la niña visualizo en su mente fragmentos de un recuerdo, para ser exacto algún recuerdo de la mente del jovencito, siendo una mujer hermosa de una figura esbelta y agraciada, con un largo cabello azabache y rodeada de mariposas. En consecuencia, la pequeña hizo una mueca de disgusto y… quizás de celos. Porque lo comprendió, el motivo detrás que él no quería matar las mariposas es porque le recordaba a esa mujer…
— Las aplastaré…
— ¡No, Ann! —Se destapó los ojos para mirarla, pero a cambio se halló en su visión fue una mariposa que iba aterrizar en su nariz. — ¡WAAAAAAAAAAAAAAAAH! —Gritó asustado, echándose a correr lejos de las mariposas que pronto le dieron caza, mientras la niña volvía a recriminarle en voz alta su cobardía…»
Anna frunció el ceño al evocar ese recuerdo, sin apartar su mirada del insecto, alzó su mano y la asentó donde se ubicaba la mariposa. Pareciendo que la aplasto sin contemplaciones, dejando su mano quieta… del cual, entre sus dedos pronto se asomo la mariposa, revoleteando entre sus dedos hasta caminar al dorso de su mano. Ella suspiró disgustada al ver que el insecto ni siquiera se intimido, ignorante del supuesto peligro de ser aplastado.
— Eres molesto…
La mariposa prendió vuelo y revoleteo a la altura de su rostro para luego marcharse por la ventana. Anna extendió la mano, apunto de atraparla pero a último minuto desistió de alcanzarla y retenerla…
A su lado.
{…Quiero ver a Yoh…} Pensó ella abatida al tener un repaso de todo su pasado y el perezoso chamán sería lo suficiente para confortarla, por lo que no queriendo quedarse con las ganas. Se secó todo rastro de lágrimas en sus mejillas, colocándose sus lentes para disimular que lloró y se giró dispuesta a buscar a Silver o algún otro Pache que aclaré sus dudas como también de informarle si ya Yoh llegó a la susodicha aldea.
— Oh, ya despertaste.
Afortunadamente, Kalim ingresó al dormitorio. Perfecto, una cosa menos que hacer para ella.
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La sonrisa de Hao se amplió en diversión y soberbia al percibir por medio del reishi la conmoción (sin faltar el aburrido y repetitivo temor hacía él) de los Apache al verlo de pie luego de haber recibido la Bendición de los Grandes Espíritus, rodeado de sus seguidores inconscientes en el suelo con excepción de Opacho que, antes de que tocara el suelo, la tomó en sus brazos y la acomodó en un solo brazo, asegurándose que la niña recargara su cabecita en su pecho.
Totalmente despreocupado por la condición de Opacho, con su furyoku actual más su potencial natural al chamanismo, estaba seguro que en unos minutos se despertaría. Por lo que su atención ha estado enfocada en los Apache, en especial en Goldva…
— Goldva, debes estar feliz de ver llegar al Rey Chamán.
Varios Pache que escoltaban a la líder de la tribu mostraron disgusto ante la insolencia del exiliado Apache de hace quinientos años atrás, quien les genero una horrible tachadura a sus impecables registros como anfitriones de las Shaman Fight. Una tarea que han llevado con orgullo solo para acabar obstruida por uno de los suyos que irrumpió innumerables pruebas, una de esas fue el querer participar en la Shaman Fight, algo estrictamente prohibido para los Apache. Eso sin mencionar que uno de los Espíritus Elementales les fue robado en sus narices, una entidad junto con las otras cuatro entidades elementales que, se supone son usados para escoltar y proteger una vez coronado al Rey Chamán.
Todo fue malogrado por Hao, quien ha regresado de la muerte.
— ¡¿Cómo te-?!
Uno de los Apache más jóvenes no soportó tal grosería, pero fue silenciado cuando Goldva elevo lo suficiente su propio Furyoku intimidando al joven Apache, seleccionado a último minuto como uno de los jueces principales del Torneo. Captando el silencioso mensaje. La anciana luego inhaló de su pipa para exhalar el humo y con su actitud austera de siempre, respondió solemne:
— Eso sí lo permite los Grandes Espíritus. Por ahora, eres un participante más. Así que… —Con una actitud política, sonrió con cierto aire de cinismo: — Bienvenidos a la Aldea Apache, por lo que dejadnos mostrar el lugar dónde se quedaran.
— ¡Por supuesto~! —Exclamó en un tarareo el chamán de las estrellas.
Los demás Apache se resignaron a la voluntad de su líder, conteniendo su molestia como aversión hacía el chamán que ha sido tachado como la encarnación que ha deshonrado la sangre y costumbres de la tribu. Así que para evitarse problemas con su líder, se encargaron de los inconscientes participantes.
— Oh, Silver.
El aludido se mostró al principio renuente a responder el llamado, pero al final se digno a voltear para ver a su ancestro quien mostraba un rostro afable, muy parecido a otro participante con el que ha logrado congeniar el Apache. No obstante, pese al parecido de sus auras como apariencia física, eran tan diferentes como el agua y el aceite. Un claro ejemplo es que la sonrisa de su ancestro no se reflejaba en sus ojos castaños, de los cuales sólo vislumbraba una chispa de astucia y madurez impropia para un joven adolescente de su edad.
— Vamos acércate, no te voy a morder —Comentó socarrón ante la cautela del nativo que sin disimular un poco el desagrado reflejado en su rostro, a regañadientes se acerco un poco más a su antecesor que lo miraba con paciencia como lo haría un adulto ante la rebeldía de un mocoso de tres años.
Eso irrito aun más al nativo que no puede evitar sentir un rencor a su antecesor, dado que por su culpa sus generaciones pasadas como su persona sufrieron la discriminación como temor de su propia Tribu, por ser descendiente del Pache que malogro quinientos años atrás la Shaman Fight, un evento que consideran sagrado y para colmo el haber robado una entidad espiritual elemental, uno de los guardianes de aquel que logre ser coronado como Rey Chamán.
— ¿Qué quie-? ¡¿EH?!
Apenas que Silver estuvo lo suficiente cerca del Onmyōji, este redujo la distancia restante para pasarle sin avisar a una Opacho durmiente. Por lo que el chamán estadunidense, al inicio algo torpe elevo sus brazos para sostener a la niña para evitar que se cayera al suelo y se lastimara en el proceso. Sabía que era un seguidor de su antecesor, pero eso no justifica para permitirle actuar como un desgraciado con la menor, en especial estando en un estado indefenso.
—…Y por eso eres el indicado —Mencionó el adolescente con su sonrisa afable y serena. Silver que no sospecho sobre el repentino comentario, prefirió indagar sobre la niña en sus brazos:
— ¡¿Qué estás haciendo?!
— Te cedo a Opacho, llevarla con los demás.
El Pache no supo que era más indignante, la resuelta e insólita actitud descarada de su antecesor o el hecho de qué le daba órdenes como si fuera un subordinado suyo ¡¿Qué demonios se creía?! ¡Él sólo sigue órdenes de Goldva!
— ¿Por qué te molestas? ¿Acaso no fue eso lo que ordenó tu líder?
{…Ugh…}Pronuncio internamente el joven hombre porque le gustase o no, tenía un punto irrefutable. Así que resignado prefirió no darle larga el asunto y llevar a la niña a los dormitorios asignados para Hao junto con su gente.
— ¿A dónde vas? —Cuestionó desconfiado el nativo al ver que Hao se giro, dándole la espalda, yendo a la dirección totalmente opuesta a donde se dirigen los demás Apache con la gente del Onmyōji.
— Por ahí, a recordar los viejos tiempos.
Él quiso frenarlo, permitir que Hao ronde libremente por la Aldea Apache lo consideraba una mala idea, más no podía dado que Goldva dio el permiso que los participantes del torneo como sus acompañantes puedan desplazarse por el territorio, siempre y cuando no crucen los lugares restringidos como donde reside los Grandes Espíritus. Aun así Silver no se sentía ni un poco tranquilo con su ancestro, la encarnación de disturbios milenarios, deambulando por ahí…
— ¿No te importa que pueda hacerle algo a tu subordinado?
El adolescente no detuvo su paso calmado, pero a cambio en una risa maliciosa contestó: — No te atreverías —Eso crispó al nativo dado que el adolescente actuaba como si lo conociera y eso le perturbaba. — Además, Opacho no es débil y… Despertará en cuestión de segundos.
Antes de que el Apache pudiera decir algo más, una brisa seca hizo acto de presencia, elevando la tierra del suelo árido que le hizo cerrar los ojos por precaución y para cuando la intensidad de la brisa disminuyo junto con el polvo de tierra, Hao ya no estaba por ninguna parte.
{¿Qué demonios…?} Se cuestionó frustrado al ver que se salió con la suya de irse y, para su infortunio, no puede ir a vigilarlo porque debe darle prioridades a sus responsabilidades como uno de los jueces principales de la Shaman Fight, al mismo tiempo tenía que seguir las órdenes de Goldva…
— Y las del Señor Hao.
Él respingo ante la vocecita que curiosamente le siguió la secuencia al hilo de sus pensamientos, descendió su mirada para toparse con unos grandes ojos negros que resultaban ser muy penetrantes e intimidantes de una manera que te hacía sentir expuesto. El Apache sólo pudo pensar que para ser una niña de cuatro años, no lo aparentaba.
De improvisto la niña africana inflo sus cachetes regordetes y resopló por la nariz en claro enfado, aunque en vez de verse intimidante, sólo se veía graciosa como tierna: — Opacho tiene seis años. Y ya llévame dónde los demás.
Silver suspiró al ver que ahora era mangoneado por una niñata, justamente una seguidora de su insufrible ancestro ¿Es qué acaso puede ser peor?
…Por alguna razón… algo en su inconsciente le dijo que sí.
{…Ugh…}
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En los tejados de las edificaciones de piedra y barro, estaba Hao que admiraba la amorfa entidad que emanaba una luz blanca, compuesta de numerosas almas de diferentes naturalezas que resonaban. El chamán se llevó la mano al pecho, estrujando entre sus dedos la tela del poncho, recordando al evocarse el mismo dolor como memorias ya vividas en sus anteriores vidas.
A diferencia de su primera vida cuando apreció por primera vez a los Grandes Espíritus, pudo sentir está vez un gusto y emoción a este dolor que le sobrevenía, en lugar de ir contra la corriente, aceptaba tanto su propio dolor como las emociones de las numerosas almas que resonaban en la amorfa entidad, pudiendo sentirlo gracias al reishi. Así que en vez de luchar con dicho poder, sólo buscaba el modo de fluir con él, sin dejarse influenciar por los pensamientos y memorias ajenas a la suya.
Reishi, era una bendición y maldición tenerlo. Este poder que le dejo Ohachiyo le permitió ver el mundo, no, el Universo mismo en más de una forma y fondo. Sin embargo, si bien estaba agradecido por el poder que le cedió el demonio, no significaba que le agradara tenerlo. De hecho, odiaba este poder.
…Aun así… estaba dispuesto a soportar esta carga. Era el precio por su necedad como venganza de aquel entonces, cuando manchó por primera vez sus manos…
Hao dejó de sostenerse el pecho para extender dicha mano hacía los Grandes Espíritus, dando un suspiró con cierta añoranza. Todo el dolor como penurias que ha pasado por un largo, largo camino, finalmente le daría frutos; porque estaba más cerca de su meta. Sólo un poco más…
…Y hará de su mundo perfecto…
— ¿Huh?
Mientras que el chamán de las estrellas admiraba a la amorfa entidad espiritual, notó que a unas edificaciones alejadas de él, de su lado izquierdo yacía cierta presencia que pronto reconoció. En dicho ángulo pudo vislumbrar de esa túnica oscura, a su acosador enmascarado, estaba sentado en modo indio y mirando también a los Grandes Espíritus…
O eso creía, se le veía encorvado, por alguna razón emanaba un aire distinto a como recuerda. Parecía… ¿Decaído? El Onmyōji bufó con tal pensamiento, igual no era su problema.
Por medio de su lectura de mente, supo que el enmascarado había llegado primero que él al leerle las mentes a los Apache que lo recibieron, de los cuales algunos Pache que tenían curiosidad de cómo era su apariencia detrás la máscara, estaban planeando aprovechar la oportunidad para cuando reciba la Bendición de los Grandes Espíritus… con la finalidad de darle un vistazo.
Oportunidad que fue malograda porque apenas que el enmascarado cayó inconsciente; fue tragado por la oscuridad de su espíritu acompañante. Desapareciendo del lugar.
Los Apache no supieron si fue porque el enmascarado recupero la conciencia y evocó a su espíritu acompañante o el propio espíritu acompañante dio uso a sus poderes, lo cual era bastante difícil de creer. No porque fuera imposible, sino porque para hacerlo debía poseer un gran Reiryoku como autocontrol en sí mismo para no ser influenciado por los poderes de los Grandes Espíritus.
El motivo es que los Grandes Espíritus es un nido que condensa a las almas y como un efecto de magnetización, las atrae, continuamente para que las almas no divaguen ni se pierdan de regreso una vez que mueran, para entrar en el ciclo de la reencarnación (en caso que el Alma no presente resentimientos por su muerte, un claro ejemplo son los animales e insectos).
—…Es hermoso ¿No?
El enmascarado respingo en su lugar, girando para ver que a su lado se situaba Hao Asakura mirando a los Grandes Espíritus y luego esté con su sonrisa permanente desvió su atención de la entidad amorfa para verle. No obstante, el enmascarado no le respondió, en su lugar miró en el sentido contrario donde estaba el chamán de las estrellas y dio un suspiro extenuado como resignado.
Eso de alguna manera crispó el humor del milenario Onmyōji, porque la manera que suspiró el de la máscara declaraba que él era una molestia. Algo bastante insolente, cuando se supone que el enmascarado ha sido su acosador.
Hao se arrepintió de acercarse a su acosador, en el fondo siempre ha sentido curiosidad por sus habilidades como intenciones con él… por lo que puede que eso haya influenciado a su decisión de hacerle notar su presencia.
Pero ¿Siquiera valía la pena perder su valioso tiempo con este sujeto? Aun así, se sentó volviendo su atención a la gran entidad espiritual. Teniendo un mejor humor el castaño cuando notó que el enmascarado parecía no agradarle la repentina compañía porque le dedicó una larga mirada, para luego suspirar resignado otra vez…
Y al igual que el joven chamán de las estrellas, centró su atención al frente. Ambos sumiéndose en silencio mientras que admiraban a los Grandes Espíritus. Este silencio no le molesto a Hao, como no podía leerle los pensamientos al enmascarado, era él con sus propios pensamientos pero…
— Felicidades por tu membrecía.
El enmascarado volvió a mirarlo, como en molestia por interrumpir el cómodo silencio. Parece que no estaba de humor para quererlo escuchar y eso… le complacía a Hao. Es decir, era una merecida satisfacción luego de haber sufrido bastantes irritaciones con este sujeto metiche siguiéndolo por siete años, frustrando varias veces sus preparaciones para la futura Shaman Fight.
— Escuché que ganaste varios premios, huh~
Continuó el moreno, gracias a su Reishi mientras que paseaba en las calles de la Aldea Apache que, en algunos aspectos, notó que tenía más estructuras entre otros detalles diferentes de cuando vivió hace quinientos años atrás; leyó los pensamientos de varios transeúntes, haciendo mención de que un peculiar cliente apareció en una de las tiendas de comida de los Pache, ganando una membrecía y premios por ser el cliente número cien.
— Estoy curioso por como habrás aparecido en la foto, debió ser memorable.
De hecho pudo verlo en las memorias ajenas de los transeúntes, siendo bastante chistoso y contradictorio de ver al sujeto enmascarado que, tiene un aspecto lúgubre, chocar fuertemente con el gorrito festivo que le pusieron en la cabeza, sin su consentimiento para tomarse la foto, mientras los Pache de la tienda lo abrumaban echándole en la cara las serpentinas como globos.
El enmascarado gruñó, aunque no de enojo sino de malestar porque Hao le recordó ese incomodo momento. Mostrando una postura derrotada al estar cabizbajo con los hombros caídos. Una imagen bastante divertida para el Onmyōji, aun sin el reishi y que este ocultaba su rostro, podía apreciar sus emociones a través de su lenguaje corporal.
Entonces sin advertencia, el chamán de la máscara introdujo en su túnica oscura su mano enguantada que deja expuesto sus dedos. Hao aunque se mantenía indiferente, se mantuvo atento a cualquier acción de parte del sujeto, ya que si bien actuaba despreocupado, no ignoraba que su acosador seguía siendo su enemigo…
Pero a cambio de sus expectativas; sacó dos bolsas tipo supermercado que se las extendió a él.
El moreno parpadeo confundido y extrañado por lo que le estaba siendo extendido, igual lo acepto algo renuente al principio. Además, estando más interesado por analizar esa técnica debajo de la túnica oscura si era de espacio-tiempo o de distorsionar dimensiones.
— ¿Comida? —Cuestionó en voz alta Hao con una expresión incrédula, al ver que las bolsas contenían varios platillos empacados.
— Para Opacho.
Entonces el joven Asakura, detalló más que la comida cumplía el gusto de la niña. Siendo muchos postres preparado a base de maíz e incluso había palomitas de maíz como mazorcas tostadas. El Onmyōji suspiró, no muy sorprendido del gesto del enmascarado, porque no era la primera vez que le daba comida a él para entregársela a Opacho, dado que la última vez le indicó a Opacho que ya no aceptara comida de desconocidos (en clara referencia al enmascarado que se aparecía a diestras y siniestras para ver a escondidas a la niña).
No creía que su acosador tuviera malos pensamientos hacía la niña, ya que pese a mostrar atenciones a la pequeña chamana desde que él decidió reclutarla y criarla, nunca se atrevió a tocarla ni a adoptar alguna conducta inapropiada. De hecho a la distancia en las primeras etapas que Opacho gateaba y aprendía a caminar, con sus poderes de oscuridad se aseguraba de mantenerla alejada del peligro. Por supuesto, en aquel entonces siempre cuidando que él no se percatara…
Aun así, Hao era quien tenía la custodia de Opacho, por lo que no podía permitirse bajar la guardia y el enmascarado comprendiendo tal posición, todo lo que quisiera entregarle a la niña, se aseguraba que fuera revisado por él y fuera él mismo que decidiera si entregárselo o no. Y como todo lo que le entregaba, no era nada inapropiado ni peligroso, cedía en entregárselo a Opacho que esperaba expectante los obsequios del enmascarado.
{Bicho raro} Pensó el Onmyōji, saliendo de sus cavilaciones al ver al Enmascarado levantarse del suelo. — ¿Ya te vas? —Le preguntó, observando que caminaba a un extremo de la edificación. Y como sospechó, su acosador que no hablaba mucho, no le respondió.
Rodó los ojos por esa conducta muda, volviendo su atención a ver el contenido de las bolsas. De alguna manera estaba un poco contrariado, la compañía del chamán de la máscara siempre era efímera y breve…
— ¿Mnh? —Pronunció Hao al sentir un toque ligero, casi imperceptible en su hombro derecho. Cuando giró a dicha dirección, se halló al enmascarado de pie que le extendía una pequeña bolsa, el castaño sin mucho reparo lo tomó. — ¿Más para Opacho?
El enmascarado cabeceo en negativa y entonces lo señaló, luego le dio la espalda para marcharse. Ignorando que Hao puso una cara de puchero entremezclada con ¿Vergüenza? ¿Incomodidad? …al recibir un presente de su acosador, algo que tan poco era para sorprenderse al no ser la primera vez.
El puchero como ese sentimiento molesto en su pecho se acrecentó cuando observó el contenido de la pequeña bolsa, siendo varios panes dulces que cumplían su gusto. Hao bufó sardónico mientras que le daba un mordisco a regañadientes a uno de los panes, sintiendo pronto la corteza crujiente y acaramelada del pan ceder para sobrevenirle el dulzor del relleno cremoso con esencia a vainilla.
…Ugh… Estaba sabroso…
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Manta junto con Yoh estaban algo agitados, recién se acaban de reencontrar finalmente ambos pero fue malogrado porque el pequeño humano era llevado en el regazo del chamán Johan George Fausto VIII, su antiguo agresor y, de no haber sido atendido a tiempo, casi su verdugo. Fue mayor el susto como preocupación de que un indefenso Oyamada estuviera en el regazo del chamán médico y, de no haber sido por el recordatorio de Yoh, Fausto se lo fuera llevado consigo.
Y cuando creían que tendrían tiempo para charlar, un peculiar chamán que, se les acercó con anterioridad durante su exploración en la Aldea Apache, presentándose como Chocolove MacDonell: les había hecho mención de una información relevante para la futura prueba del Torneo Chamán, que paso desapercibido para Yoh y el resto de sus amigos. Ahora teniendo que participar en equipos compuestos de tres integrantes. Un requisito obligatorio si no querían ser descalificados.
No obstante, el chamán originario de Nueva York, MacDonell; les indicó que ese percance era el menor de sus preocupaciones porque les avisó que el participante que ha hecho más revuelo en los demás participantes: Hao, el chamán de las estrellas, acaba de llegar junto con su gente en horas de la tarde.
Para el Asakura como sus amigos no les resulto una novedad, sospechaban que ese sujeto tendría las capacidades suficientes para llegarse a la Aldea Apache por tercera vez. A cambio, la preocupación del grupo se adjudicaba que rayos ahora intentaría hacer Hao quien ha mandado a su gente en anteriores veces con intenciones de matarlos (con excepción de Yoh a quien siempre le ofrece de unírseles).
¿Se mantendrá tranquilo mientras espera que el plazo que pautaron los Apache se agotara? ¿O irán tras ellos a matarlos otra vez…? Siendo preocupante porque todavía Lyserg brillaba por su ausencia desde que han despertado de haber recibido la Bendición de los Grandes Espíritus, teniendo al pobre de Ryunosuke deprimido y observando atento a los transeúntes, esperanzado de si logra ver una cabellera de un verde esmeralda.
¿Dónde habrá ido? ¿Estará bien? El británico no era débil como su apariencia demuestra, razón de porque (a diferencia de Ryunosuke) mantuvieron la calma, también motivo de que contaban con él para la formación de uno de los equipos… Luego estaba Lilirara y Jun, quienes todavía estaban lidiando con la Bendición de los Grandes Espíritus, esperando que se despertaran respectivamente. Y Anna no se mostraba muy contenta que Yoh tuviera en su equipo a dos chicas, así que estaban descartadas para él.
El gruñido de un estomago provocó que la disputa entre Len, Chocolove y HoroHoro se silenciara, al igual que los lamentos de Ryunosuke para indagar de dónde provino el sonido. Siendo de la pancita de Manta que ruborizado, se disculpó apenado.
— Tranquilo amigo, mejor vayamos a comer —Sugirió Yoh, aprovechando esta nueva distracción para darse el tiempo de darle un descanso a su mente como preocupaciones de quienes conformarían en su equipo. — ¿Chocolove, te nos unes?
— ¡Puedes darlo por hecho!
Le contestó el Neoyorkino, guiñándole el ojo y los dedos pulgares en alto. Ganándose que Len como Horo suspiraran exasperados con su conducta payasa. En cuanto al chamán estadunidense en el fondo estaba muy emocionado, ya que en esta solitaria travesía como Chamán, no ha conocido otros chicos chamanes de su edad hasta ahora. Razón de porque se acercó a ellos en lugar de otros participantes para ofrecerse en trabajar en equipo, aparte Mic como él tenían un buen presentimiento con estos jóvenes.
…Desconociendo que su vida daría un severo cambio de trescientos ochenta grados, dado que se involucrará en un asunto más complejo de lo que ya considera el arte del chamanismo. Todavía sintiéndose como un novato…
Pero esa es una historia que todavía no nos concierne en abordar.
— ¿Dónde comeremos? —Preguntó interesado Horo, acariciándose la panza sobre su chaqueta en clara anticipación y demanda de comida.
— ¿Dónde ustedes se están quedando? —Cuestionó Chocolove y al recibir las indicaciones del gran grupo, se mostró pensativo para contestar luego de una consulta con Mic: — Enfrente de su posada, hay un restaurant.
— Perfecto, así averiguamos si ya despertaron los demás —Indicó Yoh, algo en lo que estuvo de acuerdo Len que si bien confiaba en las capacidades de su hermana mayor que superaría y asimilaría la Bendición de los Grandes Espíritus, no podía evitar dejar de preocuparse por ella.
— Pe-Pero Jefe… —Farfulló el ex-delincuente haciendo puchero con la boca y rodeado de un aura depresiva en el suelo.
Un minuto de silencio rodeo el grupo de jóvenes chamanes, a la vez que Tokagero se cubría con una mano el rostro, deseando que la tierra se lo tragara de la vergüenza ajena que le producía el melodrama de su compañero. A cambio, Yoh que si bien tiene el mismo pensamiento de que el Umemiya a veces exagera en sus ataques de expresividad, igual le sigue agradando esa faceta al ser muy divertida y… porque más de una vez ha ayudado a romper la tensión en el grupo…
— Lo entiendo amigo pero pueda que Lyserg esté allá esperando-…
Una ráfaga de viento silenció al Asakura, cuando abrieron los ojos los adolescentes… el joven adulto estaba a nueve metros por delante de ellos hacía donde se dirigían. Totalmente compuesto y vivaz:
— ¡Vamos Jefe! Lyserg nos espera~.
— Acaray, nos salió correcaminos —Comentó Chocolove estupefacto de ver la conducta tan peculiar del sujeto que parece un pandillero, aunque él no podía criticar mucho…
Yoh como Manta tan sólo se echaron a reír, levantando la mano a Umemiya en señal que van tras él, muy diferente de Anna, Horo y Len que suspiraron fastidiados, pidiendo internamente de la paciencia que carecían.
— Sabes qué no es seguro que ese tal Lyserg esté allá ¿No? —Mencionó Anna.
— ¡Ssssh~! Qué no te escuche. Apenas acabamos de calmarlo —Pidió Horo rápido en un tono bajo, haciéndole con una mano la seña de silencio al situar su dedo índice a la altura de sus labios.
— ¿Me estás callando?
Ante la mirada feroz como voz amenazadora de la Itako, el Ainu capto que estaba en peligro así que, rápidamente dio un par de pasos bien retirado de Anna con las manos en alto en son de paz.
— No, no, no, qué va.
— A todo esto ¿Lyserg es su chica o qué?
— ¡POR DIOS NO! —Exclamaron casi gritando Len, Horo e Yoh junto con sus respectivos espíritus acompañantes, sumado con Tokagero. Haciendo que respingaran unos confundidos Chocolove junto con Mic por la estruendosa respuesta.
— Sólo es un amigo, ya vámonos —Aclaró tajante Len, dando por finalizada la charla.
Si Ryu no los veía pronto caminar detrás de él, volvería otra vez por ellos para apresurarlos a su destino. Y Tao Len estaba propenso a explotar… si el antiguo delincuente vuelve con drama de diva por la ausencia del británico con aspecto andrógeno.
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Una vez de regreso en la posada se toparon en la entrada con Tamao, saludando feliz a Yoh con un tierno rubor en sus mejillas, siendo reciproca la felicidad más no en la intensidad dado que el Asakura le contentaba ver a la chamana pero no por sentir atracción por está, sino porque la considera como su hermana menor.
— ¡Amo Manta!
Y enfrente del puesto de comida que se ubica enfrente de la posada, salió el mayordomo al reconocerlos preguntando cómo le ha ido en el recorrido por la Aldea, aparte de anexar un ligero reproche a Manta por dejarlo atrás, recordándole su labor que debe escoltarlo a dónde vaya o sino no sabría cómo enfrentar a su padre si algo malo le llegase a pasar.
— Ok, ok. Lo siento ¿A la próxima me aseguraré de llevar el móvil, con eso basta no? —Prometió, provocando que el mayordomo finalmente cediera a sus escapadas lejos de su vigilancia. Mientras que Anna observaba de reojo la dinámica con una mirada penetrante.
— ¿Anna?
La aludida giró su rostro para toparse con la mirada apremiante de su prometido, la cual pronto evadió y para no darle chance a indagar más, le pellizco el cachete. Haciendo que exclamara un "Ay" mientras que la cara del Asakura se distorsionara en una mueca chistosa con lagrimitas asomándose en sus ojos.
— Iré al baño, ve pidiendo la comida.
Yoh con una mueca de puchero por el pellizco, asintió obediente, observando cómo su futura esposa se adentraba al local de comida con la previa indicación de uno de los Pache del Restaurant sobre donde están los baños.
— Oh, si es por eso, ya he ordenado todo el menú —Intervino el mayordomo de Oyamada. — Supuse que el Amo Manta regresaría con hambre luego de buscarlos, Señor Yoh.
El Asakura le agradeció el gesto al mayordomo, a la vez que uno de los Pache que salió atender los nuevos clientes, pronto volvió adentrarse al local al saber que venían con el mayordomo e indicando que todavía estaba en la preparación de dicha orden…
Por lo que los invitó a que se sentaran a esperar en la mesa que les apartó, prometiendo que en unos minutos servirá el festín para entusiasmo de Chocolove y Horo. En cuanto a Len como Ryu estaban ausentes porque prefirieron ir primero a la posada, a buscar el primero a su hermana y el segundo a Lyserg.
— ¡LILIRARA!
El llamado hizo que tanto Yoh junto con los demás giraran a ver como de la posada salía la Seminoa, su semblante estaba algo pálido y de sus ojos brotaba lágrimas mientras mordía con fuerza sus labios, intentando reprimir los sollozos como gritos de frustración que quería escapar.
— ¡¿Lilirara?! —Llamaron Horo e Yoh alarmados, el segundo acercándose pronto a auxiliar a la joven mujer al estar más cerca. No obstante, esta apenas que lo vio se alejo con una expresión de horror que detuvo en seco al Asakura.
El perezoso chamán trago en seco, conocía esa expresión como mirada… en su infancia la observó bastante. El temor injustificado infundado por sus orígenes, especialmente por su vínculo con Hao del cual todavía sigue desconociendo en su totalidad. Aun así… él sabía quién era y qué era, un perezoso que sólo busca tener una vida despreocupada. Por lo tanto Yoh alzó la mirada, dedicándole una mirada determinada a la Seminoa que esta vez no reaccionó tan a la defensiva.
— Lilirara… primero cálmate… —Le indicó Yoh en un tono muy suave pero firme, como si estuviera lidiando con un animal salvaje que en esos instantes estaba a la defensiva al sentirse acorralado.
— ¡NO TE ACERQUES! —Gritó la Seminoa al ver el Asakura dar un paso hacía ella, llevo sus manos hacía su pecho. —…Por favor… sólo…
— Ok, lo entiendo —Agregó rápido el castaño, retrocediendo el paso que avanzó. — ¿Puedes decirme que te ocurre…?
— ¡Lilirara! —Jun salió de la posada seguida de cerca por su hermano junto con Pailong y un confundido Ryunosuke. — Debes calmarte, todavía estás débil por presenciar los Grandes Espíritus.
La Seminoa cabeceo en negativa, encorvándose, era posible de ver que estaba temblando como si estuviera en medio de una ventisca invernal. Los más observadores podían ver que la chamana estadunidense se estaba hiperventilando, el temor como el enojo destilaba de su delicada figura.
Jun como Ryunosuke hicieron el ademán de acercarse a la morena. No obstante, apenas que esta escuchó sus pasos se puso a la defensiva. Provocando que Len como Pailong los frenara, la mentalidad de la Seminoa en esos momentos se encuentra inestable. No sabían cuál era la causa, pero sea lo que los Grandes Espíritus le haya hecho evocar entre sus memorias, la ha abrumado y en consecuencia ahora la Seminoa actúa como si todos fueran sus enemigos.
—…Todo va a estar bi-
Decía Yoh en su acostumbrado mantra con un tono confortable pero ella comenzó a cabecear en negativa a sus palabras, comenzando a retroceder, lejos de ambos bandos. Provocando que el grupo preocupado como alarmado consideraran que lo mejor era noquearla antes que cometiera una locura, hiriéndose en el proceso o a un tercero porque las palabras de nadie le están llegando…
Porque si Yoh el más indicado para persuadir a las personas con su innata gentileza, no estaba logrando el cometido de calmarla, entonces no se le ocurre otro método favorable y eso era decir mucho.
Entonces la chamana de la extinta estirpe, al retroceder, sin ver por donde caminaba, tropezó con una piedra del árido suelo de tierra. Provocando que se fuera a caer hacía atrás, Yoh hizo el ademán de acercarse pero ella gritó con un desgarrador y rotundo "NO" que consterno a todos, siendo el más afectado el propio Asakura…
— Lilirara.
Aparte, en medio del grito, algo emergió detrás de la Seminoa como unas sombras de las que se materializo una persona y a la vez evitó que se cayera. Siendo justamente el participante enmascarado de túnica oscura, el cual ahora situó una de sus manos enguantadas a la altura de los ojos de la mujer e hizo que apoyara el peso de su cabeza en su hombro y con su otra mano libre agarró la mano de la Seminoa que parecía buscar algo a ciegas, siendo al parecer su mano porque apenas que se la sostuvo… La chamana apretó el agarre como temiendo de que desaparezca de su lado.
— ¡¿Qué hace ese tipo aquí?! —Exclamó Horo sorprendido por su aparición.
— ¡¿La Señorita Lilirara lo conoce?! —Cuestionó Ryunosuke, mirando con algo de envidia a ese sujeto de la máscara por la aparente cercanía con la hermosa mujer.
— Estoy aquí —Aunque la voz profunda es algo rasposa e intimidante, en esos momentos había un tono conciliador. Provocando que la Seminoa se fuera calmando, aunque las lágrimas seguían fluyendo, descendiendo por debajo de la mano enguantada que cubría sus ojos azul hielo. — Lo has soportado bien. Descansa.
Lilirara como si le fueran dicho las palabras claves, pronto se desmayo cayendo en un profundo sueño y la mano que agarraba fuertemente la del enmascarado se aflojó. En consecuencia, el chamán oscuro pronto aprovechó la inconsciencia de la chica que, comenzaba a deslizarse sobre su cuerpo para cargarla al estilo princesa. Asegurándose que la chamana estadunidense recargara el peso de su cabeza sobre su hombro y la curvatura de su cuello.
— ¿Ella está bien…?
El enmascarado dirigió su atención hacia donde vino la pregunta, siendo Yoh quien tenía una mirada apagada. Se veía en sus ojos reflejado la preocupación por la mujer inconsciente pero también cierta amargura…
— Lo estará —Luego giró su rostro en dirección a la posada. — Jun.
La aludida tan sólo sonrió, cerrando los ojos con un aire resignado. Muy diferente de Len que entrecerró los ojos en desconfianza como inquietud ¿Ese tipo acaba de llamar a su hermana? Antes de que Len cuestionara a la china junto con los demás que miraban sorprendidos el nuevo desenlace. Ella apartó el brazo de su hermano que le obstruía el paso y en dirección al zombi, habló:
— Pailong.
El aludido afirmó al escuchar entre líneas la orden a través de su nombre, avanzando junto con la peliverde hacia el enmascarado.
— ¡Jun!
La chica se giró a ver a su familiar. — Bason, te encargo a mi hermanito —El fantasma se materializó detrás de su compañero chamán, afirmando solemne que lo haría. — Y Len siempre estaré apoyándote pero prepárate —Un brillo desafiante se reflejo en sus hermosa mirada como también una sonrisa ladina se dibujo en sus labios. — Aun cuando somos hermanos no te dejaré las cosas fáciles si luchamos.
El pequeño Tao pronto comprendió que su hermana al parecer había encontrado ya a su propio equipo con el cual participará en el torneo. Aunque no le agradaba la idea que se marchara con un total desconocido, sabía que Jun no era una chica indefensa. Como una Tao conocía la crueldad de las personas y si tenía que matar para defenderse, lo haría sin dudar, aparte ella no estaba sola al tener a Pailong.
El joven Taoísta suspiró, cruzándose de brazos para responder con su característica arrogancia como dureza: — Más te vale. Sería aburrido convertirme el Shaman King con insulsas peleas.
La hermana se rio ante sus palabras, era la manera de él en decirle entre líneas que se cuidara. Posteriormente la china junto el zombi fueron rodeados de las sombras que emergieron debajo del enmascarado, que cargaba a la Seminoa… hasta envolverlos por completo para luego desvanecerse en el proceso, sin dejar pistas de su paradero.
— ¿…Qu-Qué acaba de pasar? —Cuestionó Manta, a la vez que el mayordomo limpiaba sus lentes intentando entender la repentina desaparición de las recientes personas en un parpadear.
— Ay ese truco si estuvo mamilon. No sabía que eran cercanos al mimo parlachín —Comentó Chocolove, aunque en el fondo sospechaba que el hecho que se llevaran a ambas chicas tan guapas no era del agrado del grupo, en especial los más allegados a ellas.
— ¡No somos cercanos! ¡¿Qué diablos?! ¡LEN, EXPLÍCATE!
— ¡Sí, explícate! —Apoyó Ryunosuke el bombardeo de preguntas del Ainu. Ya teniendo bastante que Lyserg desapareciera, para que ahora las dos mujeres más guapas, solteras y disponibles, se marcharan también al lado de un sujeto sin gracia.
— No le debo explicaciones a nadie, pero estoy en la misma que ustedes. Y tú —Señalando a Umemiya. — Ríndete, no tienes vida con mi hermana.
Tanto Horo como el ex–delincuente protestaron ante el arrogante chino, quien ahora meditaba la formación de su equipo. Ya que al principio estaba considerando a su hermana o a la Seminoa, sus habilidades no son malas, en especial de la segunda…
— ¿Y la comida?
— ¡Anita! —Exclamó Manta que se sobresalto al escuchar la voz de la Itako detrás de su persona, hallándola con una expresión malhumorada y extrañada de que todos siguieran afuera en lugar de estar adentro del restaurant, sentados en una mesa con la comida ya servida o esperando que la sirvan.
— ¿Yoh qué…?
Anna ya iba a reprochar a su prometido, a la vez que tanto Oyamada como su mayordomo y Tamao iban a explicarle la situación para que no la pagara con el pobre castaño o… alguien más. No obstante, la rubia los ignoró y su expresión se suavizó al ver el perfil del joven Asakura que yacía encorvado, tantos años juntos le hizo sospechar que algo estaba mal. Así que se acercó a él…
— ¡Ay!
Yoh chilló al sentir que le pellizcaron y jalaron el cachete izquierdo, saliendo de su letargo para ver quien agredió su mejilla.
— ¡Anna~! ¿Qué sucede?
— Pues tú prometida te está hablando, y tú en las nubes como siempre.
— Oh… —Pronunció al comprender la repentina actitud de la Itako. — Lo siento ¿Qué me decías?
Ella le miró largamente con una expresión que parecía enfurruñada e insatisfecha a los ojos del Asakura, pero la rubia no le respondió a su pregunta. A cambio le jaló la mejilla una vez más antes de liberarlo de su tortura.
— Vamos adentro.
— Siií~
— ¡¿CÓMO?!
La pareja giraron al escuchar el escándalo que hacían Ryunosuke y Horo ante Len, no había novedad de no ser que el Taoísta chino tenía a Chocolove agarrado del cuello de su chaqueta, el cual tenía una mirada muerta al ser jaloneado y tratado como un muñeco de tela.
— Lo que escucharon, así que decidan quién de los dos va a unirse.
— ¡YO SÓLO HARÉ EQUIPO DONDE ESTÉ LYSERG!
— ¡¿QUIÉN TE CREES QUÉ-…?!
Horo se calló al escuchar la respuesta de Ryunosuke, respondiéndole a ese maldito niño rico de cuna con su apestosa arrogancia. — ¡Maldición Ryu, ¿Es enserio?! —Exclamó indignado al ver que el antiguo delincuente le seguía la corriente al mocoso chino.
— Entonces tú estarás en mi equipo, debes sentirte afortunado.
— ¡Afortunado tú, bastardo!
— ¿Chicos?
El pequeño Tao giró hacía el Asakura con suficiencia: — Ya tengo mi equipo formado, no pienso perder más tiempo como tú, esperando por algo incierto como Lyserg. Al final no importa quién esté en mi equipo, igual te ganaré Yoh y seré el Shaman King… —Volvió a ver a los integrantes de su equipo. — Ustedes dos asegurarse de no estorbarme.
— ¡¿QUEEEÉ?!
Sin más que decir el Taoísta, se marchó campante ignorando las quejas e insultos de sus compañeros que conforman su equipo. Por otro lado Yoh tan sólo se echó a reír.
— ¿Se puede saber que es tan gracioso? —Cuestionó Anna cruzándose de brazos y en tono algo severo.
El perezoso chamán se estremeció al sentirse en peligro, apagándose su risa más no borrándose su sonrisa despreocupada: — Nada, sólo pensaba que es bueno ver tan animado a Ren. Desde hace tiempo no veía así a los chicos.
— No es momento para alegrarte por la idioteces de otros, mañana inicia el entrenamiento.
Yoh trago en seco junto con Manta y Tamao, ya sospechando que esa aura como sonrisa de silenciosa satisfacción de la Itako prometía un entrenamiento digno del inframundo.
…Ugh…
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FIN DEL CAPÍTULO 6.
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No sé si notaron esa parte, pero como ya saben Silver e Yoh están relacionados como a la vez son descendientes de Hao por la habilidad de reencarnación de esté. Así que aquí resalté ese detalle al hacer un patrón similar en su reaccionar en los tres cada vez que sentían un incomodo pesar "Ugh". Por otra parte ¿Qué les pareció el capítulo? Mi parte favorita fue la interactuar entre Hao y Silver, además de Hao y el enmascarado… que hablando de estos dos últimos, de las contadas escenas entre estos dos personajes ¿Qué piensan de su relación?
El próximo capítulo se tornará más intenso porque inician las batallas, aparte que nuevas revelaciones se aproximan y veremos más participación de Hao, Anna e Yoh, entre otros personajes con relativa relevancia.
En cuanto a las actualizaciones, mi meta ha sido es hacerlas continúas todos los jueves. Más no doy garantía de que podré actualizar sin falta el próximo jueves que viene. En caso que no lo haga, se correrá al siguiente día jueves y así sucesivamente hasta que pueda actualizar.
