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— Diálogos, ya esté en formato de negrita, cursiva, cursiva-negrita o normal —
«Remembranzas»
{Pensamientos}
[Diálogos de Espíritus] o [Diálogos de Espíritus]

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The Curse Project
Por: Fjola Lovely.

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CAPÍTULO 12
La Balada Onsen

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— ¡Ya llegueee~!

Pronunció Yoh una vez que ingreso a la posada como acostumbra, quitándose sus características sandalias en la antesala. Estaba un poco rentabilizado gracias a la siesta involuntaria e imprevista que tuvo en la tarde durante sus compras con Zahira…

«— Te desmayaste.»

{¿Desmayarme?} Cuestionó él pensativo, sintiendo que algo no cuadraba en eso. Fueron contadas con una mano las veces que se ha desmayado, por lo que parece inverosímil tal cosa. Por lo que cuando estuvo a punto de llamar a Amidamaru, alguien más habló:

— Bienvenido.

El joven Asakura que yacía cabizbajo, alzo su mirada para ver a Anna frente suyo, apoyándose de la pared como suele ella acostumbrar mientras con una expresión pragmática le miraba de arriba hacia abajo.

— Te tardaste —La primera reacción del castaño fue ponerse rígido, tenía entendido que Zahira le hizo llegar las compras ¿Entonces? ¿Hizo las compras mal? — Zai me dijo que te desmayaste.

{…Ah} Pronunció aliviado en su mente. Su joven esposa sólo estaba preocupada y lo estaba escaneando con la mirada, en busca de alguna dolencia o que delatara su actual condición.

— Estoy bien —Contestó, acercándose a ella y sintiendo pronto bajo sus pies descalzas el pulido piso de madera de la posada. A cambio, ante su respuesta, la rubia entrecerró los ojos, dedicándole una larga mirada de escepticismo. — Enserio yo…

— Lo sé ¿Pero qué piensas?

Él confundido ladeo la cabeza, sintiéndose perdido ¿De qué estamos hablando ahora? Podrá ser descendiente y hermano de uno de los chamanes más poderosos con grandes habilidades como la clarividencia, pero estaba seguro que no fue bendecido con tal virtud.

— Zai… ¿Qué tal fue?

Yoh parpadeo un tanto aturdido al ver a Anna cabizbaja, aunque tenía su semblante pragmático podía notar que había cierto nerviosismo y preocupación. {No me digas…} Puso los ojos en blanco, cubriéndose con una mano su boca en clara conmoción e incluso hasta conmovido ¡¿Ella estaba preocupada en saber si Zai y él lograron llevarse bien durante la salida de compras?!

Aunque era comprensible tal actitud cuando Kochō era su importante amiga. Por supuesto que la Itako querría que las dos personas que más atesoraba, se llevaran bien o mínimo tuvieran una relación decente. La comprendía porque fue la misma inquietud que tuvo él cuando Tamao y Anna se conocieron por primera vez en persona, o también cuando conoció a Manta seguido del resto de sus amigos. Por suerte, a su propia manera, la sacerdotisa logró congeniar con sus amigos, lo cual agradecía que se llevara la fiesta en paz (…la mayor parte de las veces, claro).

{Ugh, ¿Cómo puede ser tan linda?} Se cuestionó al observar una vez más la contrariedad de la dura y austera personalidad de su pareja. Fue lo mismo cuando la conoció por primera vez en ese gélido y turbio invierno en Aomori, ella decía de manera hostil que lo mataría pero una vez que lo abofeteaba, le advertía que se alejara de ella porque no quería lastimarlo con una cara y tono triste… dejándolo confundido, adolorido, intrigado y más flechado que nunca…

— ¡¿Uhmn?!

De improvisto Anna sintió como unos brazos robustos y fuertes, pero gentiles la envolvían en un abrazo.

— ¿…Yoh, qué-?

La risa de él la silenció, mientras que sentía como era apretujada sin alcanzar a lastimarla en los brazos masculinos a la vez que sentía el peso de su cabeza sobre la suya.

— Todo estuvo bien, Anna. Zai es muy divertida, es fácil tratar con ella. Aunque es muy intrigante… —Recordando con cierto pesar en el pecho las veces que ella lo sacaba fuera de onda. Se alejó un poco para verla a la cara pero sin deshacer el abrazo entre ellos. —…Ya veo de dónde lo sacaste.

Ella suspiro aliviada en respuesta con una imperceptible pero feliz sonrisa. Para luego reponerse y decir con una actitud orgullosa, como si estuviera fanfarroneando a su amiga delante de él: — ¡Por supuesto! Es natural porque crecimos juntas, aunque… fue un tiempo corto

De un momento a otro, la voz de la Itako al final se tornó melancólica.

«— Oh. Eso es porque entonces los Asakura podrían usar a Ann para matarme.»

«— Desde entonces estuvimos juntas hasta que fue adoptada por los Asakura.»

El momento dulce en la pareja se malogró e Yoh sintió un nudo incómodo oprimir su pecho ante las acciones de su familia. Entre más avanzaba la Shaman Fight, más secretos oscuros se revelaban en relación a su familia del cual desconocía y todavía a estas alturas él cuestionaba ¿Era necesario tales extremos?

Zahira no ha mostrado verdadero odio a él ni al resto de los Asakura, desde la revelación del Torneo. Al contrario, ella misma fue la que le resto importancia al asunto y aligero la atmosfera incómoda que se formó en aquel entonces, estando en armonía la convivencia en la posada. Sin embargo…

«— No le des vuelta. Tus familiares son responsables de sus propias acciones y decisiones.»

No podía evitar sentir cierta responsabilidad.

— Yoh…

El aludido quién tenía un semblante triste, salió de su estado meditabundo al escuchar la voz de Anna llamarlo, a la vez que sentía como ella situaba sus manos en sus mejillas y se colocaba en puntillas dada a la obvia diferencia de sus estaturas. Después de los quince años, el cuerpo del joven heredero Asakura ha dado grandes estirones como a la vez se ha vuelto más ancho como robusto… aunque ciertos rasgos infantiles persistían en su rostro como actitudes, evidenciando que todavía no ha llegado a la plena madurez de la adultez.

En cambio la Itako, si bien su crecimiento en estatura ha sido muy mínima, en otros aspectos se ha notado el desarrollo de una niña a una joven mujer, acentuándose tanto la proporción de sus atributos como curvas. Obteniendo una estilizada figura como delicados rasgos faciales que combinaban a la perfección con esa aura indómita, elegante y femenina.

— No es tu culpa —Le aseguró, sospechando los pensamientos que circulaban en esa perezosa cabezota. — Lo que ya pasó, es un capítulo más de tú vida que no puedes cambiar, pero tampoco significa que determinará tú presente ni mucho menos tú futuro.

¿Eeeeh~? ¿Cuándo te volviste tan optimis-…? ¡Ouch!

Anna ante la pequeña bromita inoportuna de él, las manos que sostenía la cara masculina, pronto comenzaron a pellizcar y estirar sus cachetes como castigo. Una actitud que suele tener él para disimular su imagen vulnerable, algo bastante irónico cuando el despreocupado fan de Soul Bob tiende a involucrarse en los asuntos ajenos de los demás, incitando que se abran con él y muestren su lado más vulnerable para que se desahoguen. Pero cuando es el turno del "Señorito Todo va a estar bien", no puede hacer lo mismo y prefiere mantener una imagen despreocupada ante los demás.

¡Ay, to shi-shiento! —Se disculpo pero la Itako se mantenía inclemente. — ¡Parad! ¡Annaaaa~! —Llamo en un canturreo quejumbroso, provocando que ella detuviera un momento su tortura y a cambio demandara:

— Bésame, y lo haré.

Yoh le miró sorprendido y a la vez dedicándole una mirada aprensiva, como queriendo cerciorarse si en verdad le estaba haciendo tal solicitud… y entre más pasaban los segundos, los cachetes ya enrojecidos del Asakura adquirían una mayor tonalidad chillona, mientras que hacía una mueca difícil y apenada para satisfacción de la rubia. Le gustaba molestarlo, sacar su faceta torpe, inocente y tímida era uno de sus deleites personales.

— ¡Ay!

Ella le jaló un poco los cachetes para sacarlo de su letargo: — ¿Y bien, Yoh Asakura? —Él hizo una cara de puchero por el recién altercado, aun así un tanto tímido se inclino hacía ella…

¡EH, YOH…!

El aludido se enderezó al mismo tiempo que con extrema facilidad agarro las pequeñas manos de su pareja, quitándola de sus enrojecidas mejillas mientras miraba al interior del pasillo. Justo para ver como aparecía Horo a saludarlos, seguido de Ryunosuke y un Manta que agarraba con todas sus fuerzas los dobladillos de los pantalones de ambos chamanes, en un vano intento de frenarlos.

Era obvio que el pequeño Oyamada había sabido leer el ambiente cuando observo que la Itako de manera repentina se marcho del salón, dejando a un lado su programa favorito y sus bocadillos a medio comer.

— ¡Ho-Hola chicos~! —Saludó, riendo nervioso al lograr escuchar el gruñido de Anna. Era obvio que estaba malhumorada por haberlos interrumpido.

— ¡Bienveni-! ¡¿ACK?!

Los Oni se materializaron y mandaron a volar a los dos chamanes confundidos por ser víctima del repentino altercado, dejando a un Manta ileso que cayó de sentón al suelo mientras que se tanteaba nervioso el cuerpo, queriendo cerciorarse que seguía en una sola pieza e ileso.

Tch. Idiotas.

Ya, ya~ —Decía Yoh, en un intento de calmarla. Él igual no estaba contento con la interrupción pero sabía sobrellevar mejor el asunto. En cuanto Anna que giró a dedicarle una mirada fulminante, trago en seco y pidió con una sonrisa condescendiente: — Sólo… no seas muy dura con ellos ¿Sí?

— Como sea. Arréglate, la cena pronto estará servida.

La joven pareja se adentro a la casa, seguido de Manta que reaccionó cuando Anna le dijo que no obstruyera el camino con el elocuente e insultante apodo de "Enano".

— ¡Ah, Señor Yoh!

Cuando se dirigían al gran salón, se toparon con Tamao que pronto hizo su cordial reverencia de pie mientras le daba la bienvenida al castaño que respondió con una sonrisa.

— Por cierto ¿Dónde está Zai? —Preguntó la Itako a Oyamada al recordar cierto detalle, hace unos minutos atrás había sentido la presencia de Zai junto con la de Yoh. Luego se desvaneció y se volvió a manifestar en el interior de la posada que, de acuerdo a la ubicación donde sintió el Furyoku aparecer, se supone debieron haberse cruzado con su amiga el par de idiotas inoportunos más el pequeño humano.

— Ah. Dijo que iba a bañarse en las termas.

— ¿Termas? Si vengo de ahí y no vi a nadie.

Intervino Pirika que iba de camino al gran salón y alcanzó a escuchar la conversación cuando se topo con el grupo en medio del angosto pasillo. La Ainu vestía una ropa cómoda tipo pijama con el cabello húmedo y las mejillas enrojecidas, evidenciando sus palabras.

— Quizás se desvió a hacer algo más —Aseguró Yoh sin darle mucha importancia, muy diferente de la rubia quién no se veía muy convencida.

— Tiene que ser —Concordó Tamao. — ¿De lo contrario, qué otro Onsen puede haber en la isla…?

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¡Jeh~!

— ¡No es motivo de risa, Señor Hao!

En la fábrica donde se hospeda el Onmyōji milenario junto con sus seguidores, en el dormitorio del primero. Luchist apenas que llegó, se dirigió a informarle a su Señor sobre lo ocurrido del día de hoy, mientras que Brocken se dirigió a la cocina a preparar la cena para todo el grupo y Bill se fue a juntar con Hang Zang-Ching, quién era uno de los pocos integrantes entre los seguidores de su líder con lo que se llevaba bien.

— Te molestas por cosas muy aburridas.

Lasso mostró descontento, no queriendo dar su brazo a torcer en su queja. Su Señor era muy despreocupado con la descortesía de la gente.

— Discúlpeme mi Señor. Pero insisto que la Señorita Zai lo que tiene de atractiva, le carece en modales.

¡Huh~! ¿Es así?

Cuestionó divertido, apoyando su peso contra el espaldar del sofá de tres plazas que contiene en el interior de su dormitorio, en una esquina junto con una pequeña estantería como biblioteca, donde contiene variados libros que escogió Luchist durante la preparación de la fabrica en hacerla habitable y acogedora por los Pache que estaban a su favor como el próximo Shaman King. Y justo en esos momentos, lee dichos libros para matar el tiempo, mientras que usaba unos lentes de lectura que le daba un aire maduro e intelectual y sin su poncho, calzado de lego ni guantes.

De repente, el sonido de la puerta abriéndose atrajo la atención de ambos chamanes que enfocaron su atención al visitante. Siendo nada menos que Opacho que se tambaleaba, con los parpados caídos en clara somnolencia, una vista bastante común cuando la niña medio dormida a veces iba en busca de la compañía del Señor Hao…

De no ser por los ojos en blanco, parecía estar en un estado de trance mientras que murmuraba algo ininteligible a oídos de los dos chamanes. Para una persona ordinaria, sería una visión perturbadora, pero para ellos que se especializaban en el tema, le era común ver a alguien en un trance, en especial si posee habilidades chamán. No obstante, Opacho quién todavía posee un poder en bruto sin pulir lo suficiente, era muy raro verla usar la clarividencia la cual suele ser en cortos lapsos y visiones del futuro muy próximas de unos minutos o un par de horas.

…Pero si entra en dicho trance, significa que la adivinación era más profunda e incluso hasta más precisa…

Alma errante que desciende de las estrellas —La temperatura del entorno comenzó a decaer con excepción alrededor de Hao que su Furyoku era superior al de la niña que, yacía en trance y de sus labios como nariz, era visible su aliento en un vapor blanco. — Resguardado por las tinieblas de efímeras alas, el frío y calor serán tú guía hacía un encuentro esperado.

— ¿Encuentro esperado? —Repitió Lasso, no hallando mucho sentido a la adivinación.

La niña en trance giro hacía el italiano, agregando con una voz ajena y templada en un timbre infantil que lo hacía aun más escalofriante de observar:

Lo que buscas, lo hallarás. Alcanzarás a triunfar… Giró a ver ahora con sus ojos en blanco hacía el milenario Onmyōji. — Pero cuidado. Hijo de las Estrellas, tus pecados te acechan en un camino espinoso. ¡Redímete! ¡O…!

— ¿O qué?

En un parpadear Hao se situó enfrente de Opacho, su postura era desafiante y amenazadora pero no hacía la niña. Sino a la propia premonición recitada…

La niña sonrió con diabólico cinismo y burla, una retorcida sonrisa que se supone una pequeña tan cariñosa y pura como la chamana de orígenes africanos no alcanzaría hacer.

¡Pagarás por tu necedad!

A continuación Opacho se desmayó, acallando en el proceso la risa sátira e infantil que brotó luego de la última frase de la premonición. En cuanto Hao, atrapo a la niña antes que recibiera el impacto contra el suelo. Analizando pensativo la frase mientras que sus ojos castaños se teñían de un brillante rojo sangre, siendo su Furyoku que flameaba como un vórtice de fuego.

— Luchist.

— ¡Si Se-Señor!

Contestó Lasso, un tanto nervioso y preocupado. La premonición en muchos aspectos carecía de sentido, pero de algo si estaba seguro, había una amenaza como advertencia entre líneas. Al mismo tiempo, la jovial voz tan suave y profunda de su Señor le inquietaba un poco…

— Reúne mi neceser(1) para bañarme y una ropa de cambio —Ordeno, atento en acunar a la niña en sus brazos que dormía profundamente. — Mientras que voy acostar a Opacho.

— ¡Oh, sí…! Ya voy a preparar la bañe-…

— No —Interrumpió Hao, girándose a ver su subordinado con su sonrisa jovial de póker con sus ojos cerrados. — Nunca dije que me bañaría aquí ¿O sí?

— ¿Eh?

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En la noche bajo una luna menguante, en un sector algo remoto del follaje semi-tropical de la isla y distanciado del coliseo donde se lleva a cabo la lucha de chamanes, existían unas aguas termales a la intemperie, rodeado en los bordes con numerosas rocas de variables tamaños y apiladas en una hilera.

¡Mmm~!

Y entre el vapor de las termas, se visualizaba una curvilínea figura en la verdosa agua cristalina que emanaba un olor azufre. Una brisa gélida de la noche hizo acto de presencia, meciendo las ramas de los árboles, arbustos y la crecida hierva, en el proceso provocando un crujido mientras que apartaba el vapor…

Permitiendo apreciar a una joven mujer que no se le calculaba menos de 18 años y más de 20 años. Un llamativo cabello de un vivo morado lavanda que, al estar mojado, tenía un tono más oscuro a lo usual y su flequillo yacía peinado hacia atrás junto con el resto de su melena, dejando su rostro despejado. Permitiendo apreciar sus agraciados rasgos faciales con una penetrante y aguda mirada de un gris claro cristalino en los que se reflejaba la pálida luz de la luna menguante, dando la errónea ilusión que irradiaban luz propia como las estrellas.

[No deberías relajarte tanto, Zai…]

La voz dulce de su segundo espíritu acompañante, provocó que la mujer de exótica apariencia bufara.

{Deja a los vivos, vivir} Le contestó fastidiada en sus pensamientos, a cambio escucho la risa sedosa y suave de su espíritu resonar en su mente.

[Vivir, dices. Pero con esa necedad tuya, dudo que dures hasta la media noche] Se burló, cargado en su dulce voz un tono venenoso y mordaz.

{Y aún así, con está necia "vida" voluble, es a la que te aferras desesperadamente} Contestó soberbia, dibujándose una ladina sonrisa en sus labios tan rojos como la granada ante la temperatura elevada de las termas, haciéndose notar con mayor facilidad las zonas donde se acumula la sangre en su voluptuosa figura ante la elevada temperatura corporal; en un visible sonrojo.

[] Aunque no recibió palabras, pudo escuchar un gruñido de molestia de su espíritu. Entonces satisfecha, Zahira se dedico a disfrutar del relajante baño como la aparente calma… antes de la tormenta.

[Zai… Él se acerca]

Érebo, su otro espíritu, quién estaba vigilando la zona para que ningún intruso no deseado se atreviera a interrumpir su baño; anunció la llegada del único a quien esperaba para su descontento. Provocando que ella gruñera de manera quejumbrosa porque no pudo disfrutar su baño como quería.

No es como si pudiera posponer por más tiempo su encuentro con Asakura Hao, ese tipo de manera fácil perdía el interés si veía que el asunto no concluía en nada constructivo para él. De no superar sus expectativas o siquiera alcanzar a estarlo: en el mejor de los casos él la ignoraría… pero en el peor de los casos él la buscaría y la mataría, al verla más beneficioso muerta, ya sea para que no intervenga en sus planes de ninguna manera o para ser alimento de su Espíritu de Fuego.

Involucrarse con el milenario Onmyōji era como meterse en un maldito campo minado del cual no podrás zafarte, quieras o no.

{…Parece que viene de familia el ser unos dolores de cabeza} Pensó, exhalando un largo pero largo suspiro…

— ¿…Sabías que por cada vez que suspiras, un poco de felicidad se te escapa?

— Lo tendré en cuenta —Mencionó indiferente, escuchando los pasos detrás de su persona cada vez más próximos.

— Veo que se me han adelantado ¿…Aceptarías compañía?

Zahira que tenía los ojos cerrados, los abrió al sentir proyectarse una sombra sobre su persona. Hallando la silueta del milenario chamán de las estrellas dedicarle su sonrisa de póker.

— Siempre y cuando dejes bañarme en paz. Claro, unirte con confianza —Le contestó con una sonrisa ladina y despreocupada.

— Ya qué insistes.

Hao sonrió divertido, observando que ella no mostraba incomodidad ni inseguridad de estar desnuda enfrente de él. Aunque existiera vapor o el agua de las termas tuviera un color verdoso turbio, se podía ver con facilidad en la cristalina agua el cuerpo desnudo aunque se distorsionarse un poco por el agua estar en constante ebullición.

No obstante, no es como si él fuera nacido ayer. Ella podía solo estar actuando, como alguien que estuvo lidiando con la aristocracia en sus dos vidas pasadas, observó como los nobles actuaban y manipulaban la situación. Por supuesto, él no se quedo atrás. Tuvo que aprender a controlar su cuerpo, en especial su rostro para que no reflejara sus emociones ni pensamientos. Aprender a mentir, manipular y demás cualidades que cuestionaría tus valores como moralidad fueron sus herramientas para sobrevivir…

Puedes espiar con confianza~ —Ofreció en un canturreó presumido, cuando comenzó a desvestirse. No siendo mucho porque su vestuario consiste de un poncho, su singular calzado de lego y sus bombachos pantalones.

Lo cual no sorprendía a Zahira quién se abstuvo de mirarlo, porque cuando lo conoció lo tachó como un empedernido exhibicionista al ser un niño que andaba en pelotas sin vergüenza alguna, vistiendo únicamente un poncho estrellado. Ya después de los diez años, fue que finalmente él comenzó a usar pantalones, más no ropa interior.

…Nunca entenderá esa renuencia en él a usar la ropa interior o de usar demasiada ropa…

El sonido del agua siendo agitada sacó a la chamana del hilo de sus pensamientos, dando por reflejo un vistazo qué lo causaba. Siendo Hao que se adentró a las termas, sumergiéndose hasta sentarse no muy lejos de dónde ella está.

[Todavía insisto ¿Era necesario que se reunieran de este modo?] Cuestionó Érebo descontento en la mente de la chamana, quien ahora tenía su atención en el cielo nocturno.

{¿Qué mejor lugar para un paranoico desconfiado?}

[¿Desnudos?]

Ella se contuvo de encoger los hombros por reflejo. {Sin ropa que oculte algún arma o artimaña, y en un relajante baño. Tiene sentido para mí}

La risa sedosa de Asa se escuchó resonar en su mente, interviniendo en la charla [Además, bajaría la guardia un poco ¿No? No hay nada más tentador para un hombre que, la compañía de una hermosa mujer]

Bufó al escuchar tal estupidez [Claro. Excelente idea, estar desnuda con un hombre que posee un joven cuerpo hormonal de diecisiete años con la escopeta cargada, y eso que no agregamos el hecho que el muy maldito está bien roto en poder.] Comentó sarcástico.

{Cierto, cierto. Pero por fortuna sé pelear cuerpo a cuerpo y tengo a Érebo quien me respalda al no ser cualquier entidad ¿No?} Mencionó, evitando que su traicionera imaginación ni ojos divagaran en lo que le cuelga al chamán milenario ante la mención "Escopeta cargada".

[…] Hubo una pausa, seguido de un suspiro grave [Si el maldito se mueve. Lo castro.]

[Fufufufu, y si no lo logras, al menos ella tendrá una buena experiencia sexual]

{¡CIERRA LA BOCA!] Gritaron irritados mentalmente Érebo y Zahira, escuchando para desagrado de ambos la risa de Asa al conseguir alterarlos con su cínico comentario.

— ¿Entretenida la charla?

Zai respingo en su lugar, aunque no le contestó a la primera ya que estaba cerciorándose si la técnica de bloqueo mental permanecía y, en efecto, se mantenía intacta. Así que no había manera para que Hao haya logrado leerle la mente con el reishi. Por lo que debía estar refiriéndose a otra cosa…

— ¿…Curioso? —Le respondió finalmente, cruzando su mirada con la de él quien le dedicaba una sonrisa maliciosa con un brillo astuto en su mirada castaña.

— Bueno, has estado haciendo unas caras muy graciosas.

{Ah} Ya sus espíritus acompañantes y Anna le han hecho esa observación. Según ellos, ella literal expresa sin filtro sus emociones en su rostro, pudiendo ser la causa que estuvo ocultando su rostro detrás de una máscara por años y no tenía que escatimar mucho en controlar lo que expresara su cara. Parece que tendrá que trabajar en esa manía adquirida…

— Sólo estaba pensando, nada relevante.

— Ya veo… —Contestó, aunque se mostrara tranquilo y sonriente. En realidad analizaba a la intrigante joven presente. — ¿No te incómoda bañarte conmigo?

Zai se rio risueña, contestando: — Para nada porque siento que me baño con un abuelito milenario.

De manera inmediata, una presión de Furyoku se sintió en el lugar a la vez que el rostro del castaño se ensombrecía de manera terrorífica, resaltando sus ojos de una forma malévola. No obstante, Zahira se mantuvo inmutable sin perder su risueña expresión. En consecuencia, la presión del Furyoku se desvaneció en un parpadear al igual que el terrorífico rostro de Hao que suele poner ante su aversión a los títulos familiares, aunque en este caso, fue con la obvia intención de molestarlo.

A cambio, el joven Asakura observaba con una mueca pensativa y de fastidio mientras que en sus ojos se reflejaba genuina curiosidad, dándole un aire infantil. La presión de Furyoku que usó, haría que tanto shinigamis como demonios colapsaran de miedo y aun así… ella estaba inmune.

¿Era ella una idiota o tenía unos nervios de acero?

{…Interesante} Pensó intrigado, aunque no negaría que le molestaba su insolencia, la cual no era la primera vez que hacía la chamana hacía su persona.

«— ¿No me tienes miedo?»

Desde que se interpuso en su camino desde siete años atrás, siempre ha sido así…

«— ¿Debería?»

—…Qué diminuto eres —Pronunció, un tanto nostálgico al venírsele memorias de un pasado no muy lejano. — Las almas poseen una edad astral por lo que no envejecen —Informó arrogante y condescendiente, como si hablara con un inculto descerebrado.

—…Y aun así, actúas como un anciano sin infancia.

Un tenso silencio se formo entre ellos dos, aunque sus actitudes discreparan con la atmosfera al estar: Zai con una expresión indiferente y tranquila… mientras que Hao con su cara de póker de sonreír con los ojos cerrados, una expresión usual en él… en especial cuando se irrita.

Si el Onmyōji perdía la sonrisa y reflejaba de manera clara su molestia en su cara, era tú fin. Y a pesar de todo…

— ¿Molesto…?

Hao resopló, casi en modo de risa sarcástica ante el descaro de la mujer. No sabía si sorprenderse o reírse por su grosería, era novedoso, no lo negaría. Podía matarla en un instante y volverla a revivir para matarla, tanto en cuerpo y alma. Ella conocía de lo que era capaz en cuanto a crueldad…

Sin embargo, la pregunta que le hizo y la sonrisa sátira que le dedicaba mientras le sostiene la mirada a él, era un claro desafío. Si mostraba enojo, incluso si la mataba ahí mismo, sólo estaría reafirmando el comentario insolente de ella.

— No lo sé, tú dime.

— ¿Por qué una leyenda viviente de gran poder y conocimiento se molestaría por insignificantes palabras?

Hao no pudo contener la risa, echando la cabeza hacia atrás en total dicha. {Ah, chica lista} Si seguía incitando a la bestia, sería natural que la bestia arremetiese hacía ella pero para evitar que mostrase sus colmillos y garras… le redujo importancia sus comentarios descarados mientras que resaltaba su magnificencia. Pero el mensaje entre líneas era claro; aquel que posee verdadero poder, no le importaría la opinión de los débiles que no pueden ni podrán confrontarlo. Porque al final, sólo el fuerte prevalece y el débil impotente deberá aceptar su lamentable destino.

—…Ah… —Suspiró, hace tiempo que no reía tanto hasta dolerle el estomago. — La charla está buena, pero todavía no respondes… —A diferencia de antes, el alma milenaria estaba de un mejor humor y predispuesto que al inicio. — Lo que quiero saber.

— En dos días, será luna nueva. En esa noche, tendrás la respuesta que buscas.

Él hizo una cara descontenta y aburrida. — ¿Todavía tengo que esperar?

— Lo bueno se deja esperar ¿No? —Respondió con una sonrisa juguetona, mientras se giraba y se levantaba con intención de salir del agua termal.

…Desconociendo pero sospechando que Hao la miraba, ya que sentía de manera persistente esa molesta como a la vez familiar sensación de ser observada. Y en efecto, el Onmyōji se deleitaba la vista ante: una piel blanca que prometía ser suave al tacto con un ligero rubor rojizo como en los hombros, codos y rodillas, entre otras zonas ante la temperatura de las termas que facilita la circulación de la sangre; una marcada cintura estrecha a comparación de sus caderas anchas que se aproximaba a la de sus hombros, dando su figura visualmente una imagen simétrica y equilibrada como un reloj de arena; seguido de un torneado y redondo trasero relleno…

Dónde descaradamente él mantuvo su atención, incluso inclinando la cabeza a un lado para tener un mejor ángulo de observación.

— Una foto te dura más…

— Preferiría tocar que sólo ver, pero gracias, la intención es lo que cuenta.

Contestó descarado y, por supuesto, sin quitar la mirada de su trasero a pesar que fue atrapado como un pervertido mirón. Zai bufó por su cinismo, saliendo del agua seguido de una neblina oscura que se materializo a su alrededor y obstruyó la vista del castaño que hizo un puchero.

¡Que aguafiestas~! —Se quejó, pero el comentario no iba hacía ella sino a la neblina oscura. Como si sospechara que fue el verdadero culpable de no disfrutar la desnudez femenina. — Ah todo esto, hay algo que me he estado preguntando… —Su mirada castaña ahora se centro en el rostro de ella, resignado que no vería más piel. — ¿Por qué reunirnos aquí?

Zahira que ya se había vestido, desvaneciéndose la neblina oscura que rodeaba su figura se giró a él con una sonrisa sagaz: — ¿No es obvio? —Extendió sus brazos a los lados, como si se prepara a recibir un abrazo o… una bala. — Quería demostrarte mi sinceridad.

Una nueva risa brotó de los labios masculinos, mientras que echaba la cabeza hacia atrás en clara diversión por las respuestas tan ingeniosas de la joven mujer. En cuanto a Zai se giró con intención de marcharse, no sin antes recordarle:

— Nos vemos en dos días, Onmyōji de las estrellas.

¡Es una citaaa~! —Canturreo divertido. Luego como si se acordara de algo, agregó alzando un poco la voz para asegurarse que ella lo escuchase: — Ah. ¡Y mándales saludos a Anna de mi parte, dile que el puesto a ser mi Reina sigue vacante!

— ¡Y puedes estar seguro que no lo haré~! —Contestó con el mismo tono socarrón, sin girarse y pronto siendo su silueta tragada por el follaje de la Isla.

Dejando atrás a un Hao de buen humor, riéndose entretenido con su pequeño encuentro.

.


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Dos días después, finalmente el enmascarado confesaría sus intenciones. Motivo de porqué Luchist buscaba en la fábrica a su Señor, aunque el milenario chamán era bastante organizado y meticuloso, valiéndose por sí mismo. Lasso no podía dejar de actuar como un asistente para el joven Asakura, recordándole su itinerario a inicios del día o a lo largo del día…

—…Luchist.

En ese momento, su nombre siendo pronunciado por una vocecita infantil y un pequeño tirón del borde de su abrigo lo sacó de sus pensamientos. Detuvo su andar en seco mientras que descendía su mirada para cruzar su mirada con otra de un denso tono azabache.

— El Señor Hao no está aquí.

— Oh ¿Sabes a dónde fue?

— Sí, fue a su cita.

Suspiro aliviado, pero a la vez él estaba tan intrigado y curioso ¿Cuáles serían las intenciones de la Señorita Zai con el Señor Hao…? No obstante, las preguntas y sus posibles conjeturas tuvieron que pausarlo, porque un pequeño problemita surgió:

— ¿Cómo que el Señor Hao tiene una cita?

La voz de Péyote se hizo escuchar, resonando en un eco en la Fábrica y llamando la atención de los demás seguidores. En cuanto Luchist como buen cristiano católico ante un problema le cuestionaba en su mente a Dios porque le imponía tantos obstáculos a su vida.

{Al menos espero que el Señor Hao le esté yendo mejor que yo…} Deseó Lasso, porque cuando regresara, la que se iba a armar con los seguidores…

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Bajo una luna nueva, en un lugar recóndito de la isla donde se efectúa la Shaman Fight, Asakura Hao que se mostraba cabizbajo causando que una sombra se proyectara a la altura de sus ojos…

— ¿…Qué significa esto, Zahira Kōcho? —Sus manos se empuñaron, haciendo crujir el cuero de sus guantes. — ¡Responde! —Demandó, alzando su mirada para revelar sus ojos teñidos de su Furyoku y revelando que su habitual rostro sonriente, ahora estaba peligrosamente serio como molesto…

La susodicha que estaba enfrente de él, a unos quince pasos; se mantenía en silencio con un rostro inmutable mientras que, sobre sus manos que estaban unidas en modo de rezo, tenía el rosario de perlas que suele usar como un collar y ahora levitaban envueltas en un brillo de un tono lila con tonos rojizos y negros.

[Ella no puede responderte ahora…]

En su lugar, alguien más respondió. La presencia que estaba entre ambos chamanes y había alterado al poderoso Onmyōji milenario.

— En verdad… —Aunque su voz como rostro era serio y severo, en sus ojos había un brillo de añoranza y tristeza: — ¿Eres tú?

La presencia rio dulcemente al ver su confusión y temor… pero era natural, en el fondo, comprendía su actual reacción [Sí… ha pasado un tiempo desde que nos vimos ¿No es así…?]

Largo y lacio cabello de un brillante color dorado al igual que sus ojos.
Sonrisa dulce y cálida.
…Incluso ese ligero aroma a lavanda…

[Mi pequeño hoja…]

Sólo un alma podía tener esas cualidades y aura.

—…Madre.

Enfrente suyo, estaba el espíritu de Asanoha Dōji ¿Pero por qué…?

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FIN DEL CAPÍTULO 12.
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GLOSARIO

(1) Neceser. Es una maleta pequeña o estuche que sirve para contener y transportar artículos de higiene, es común su uso en los viajes. La palabra Neceser deriva del francés nécessaire, necesario, y este a su vez de latín necessarius). Para mayor información googleelo o búsquelo de una fuente confiable.

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CHAN. CHAN. ¡CHAAAAAN! Jajajaja, pues antes que nada ¡YES, ACTUALICE EL JUEVES! ¡Y SEGUIDO! Y aun más importante: Gracias a Lady'z Phantom por dejarme su precioso comentario ¡Me alegra que lo disfrutes! Espero que este capítulo haya cumplido tus expectativas como a la vez lo hayas disfrutado tanto como yo al escribir la escena de Hao con Zahira.

En cuanto al capítulo: siempre estuve intrigada por la madre de Hao de su primera vida. Si bien, el final fue épico como a la vez la aparición de Asanoha, mi lado inconforme le fuera gustado que Takei fuera sacado más partido a este personaje, lo cual me llevo a preguntarme ¿Qué pasaría si Asanoha fuera aparecido mucho antes y ser más activa en la trama…? ¿Cómo sería su interacción con los otros personajes de Shaman King? Y pues ¡Bang! Este fic surgió junto otras incógnitas mías que desarrollaré aquí, dando mi propia versión de Shaman King. ¡Espero lo disfruten y me sigan hasta su merecido final!

Finalmente, las actualizaciones siempre, SIEMPRE, a como dé lugar estarán programas los jueves y de no actualizar el jueves, se correrá para próximo jueves y así sucesivamente hasta que actualice. ¡Bye, bye! Besos y abrazos virtuales.