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— Diálogos, ya esté en formato de negrita, cursiva, cursiva-negrita o normal —
«Remembranzas»
{Pensamientos}
[Diálogos de Espíritus]
o [Diálogos de Espíritus]

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The Curse Project
Por: Fjola Lovely.

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CAPÍTULO 15
Objetivos

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Era otro día en la posada donde reside Yoh y sus amigos, una mañana un tanto agitada de vez en cuando con las discusiones de Ren con su equipo, Anna mandando a callar a quién perturbe su malhumor por no haber dormido del todo bien… y no había quien la calmara, porque los únicos que pueden lograrlo, yacían en piloto automático al no ser personas madrugadoras.

Así que como mínimo, Tamao se aseguraba de mantener a raya la irritación de la Itako, ya que a diferencia de la mayoría de las amistades del joven Asakura, sabía la actual condición de la rubia y de porqué su temperamento empeora en las mañanas.

— Es inesperado que Zai sea así en las mañanas —Comentó Manta ante el silencio del comedor y queriendo calmar el ambiente que yacía tenso para los chamanes que mostraban indicios de haber sido apaleados en algún momento de la mañana.

—…Si… si lo es…

Apoyó Yoh soñoliento con una cara chistosa, girando a su lado derecho donde se encuentra Anna y seguido de esta, estaba Zai que, luego de estar a punto de enterrar la cara en su plato, la rubia la freno a tiempo e hizo que se inclinara hacía su persona, para que usara su hombro como almohada.

—…Hmph~

El Asakura frunció un poco el ceño, mostrándose pensativo mientras que veía el hombro izquierdo vacío de la Itako y disponible…

— Ni siquiera lo pienses.

Comentó Anna al sospechar sus intenciones, sin girar a verlo y comiendo con calma su comida. No pareciéndole un impedimento comer mientras tenía a Zahira dormida en su hombro derecho. La rubia por lo general, era complaciente con él, pero también sabía que debía ser algo severa con Yoh, quién tiende a inclinarse a la pereza y las mañanas es cuando su pereza es aun más densa de lo usual.

Si le permitía que tomara una siesta en su hombro, se quedaría pegado y de ahí no se movería ni con un buen susto de parte de sus Oni, quedándose profundamente dormido hasta el mediodía.

Oh vaaamos~ —Protestó, un poco insistente porque tenía tan cerca la posibilidad de retomar su sueño y ver a Zahira dormir tan profundamente, no le ayudaba a la tarea de desistir. A pesar que era un peligro con el temperamento que se carga su joven esposa.

— No es no. Luego tienes entrenamiento.

El castaño hizo una mueca de puchero más no insistió, sería peligroso. Anna podría castigarlo, y no había nada peor que eso, cuando ella es muy ingeniosa para castigar…

— Bueno par de tortolitos, nosotros nos largamos —Se despidió Horo, dirigiéndose al matrimonio adolescente; una vez que termino su desayuno, seguido de los miembros de su equipo que recogieron sus utensilios. A pesar que Tamao les dijo que podía dejarlos en la mesa, porque luego ella se encargaría.

Y si bien los chicos agradecían la atención de la joven de cabello rosado, desistieron. Sabía que ella se esforzaba para hacer la estadía de la posada acogedora para todos, una vez que regresan de los entrenamientos o torneos. Así que mínimo como agradecimiento, si podían bajarle un poco la carga de los quehaceres, lo harían sin pensarlo (Eso, y que Anna los amenazó de no abusar de la hospitalaria Tamamura).

— Adiós chicos, ¡Buen entrenamiento~!

Chocolove no pudo evitar reírse por los buenos deseos de Yoh: — Amigo, se supone que somos tus rivales.

— Déjalo Choco, este tipo es así de raro —Intervino Horo resignado, más no se le veía disgustado por la actitud risueña y relajada del Asakura.

En cuanto a Ren bufó burlesco: — Veamos cuánto te dura esa calma, cuando te destroce en el estadio. Necesitarás que Fausto te reconstruya —Aseveró el Chino fanfarrón, saliendo del gran salón.

[Bien dicho, Señorito]

— Y el premio a los comentarios más motivacionales, es para… —Bromeo el Neoyorkino, modulando su voz como un presentador de Show, típicos en la televisión.

— Ese es otro bicho raro…

— Bro. Nosotros seguimos a ese bicho raro —Le recordó el comediante al Ainu, quién al percatarse de ese detalle puso una cara chistosa de fastidio…

La guirnalda del pastel fue escuchar la voz lejana del joven Tao apresurándolos con un colorido calificativo para ellos. Los miembros del Equipo Ren intercambiaron miradas para luego suspirar resignados (e irritados) y marcharse del gran comedor.

Los demás, no pudieron evitar reír ante la graciosa dinámica en el Equipo Tao, pero no envidiando ni en broma su posición.

— Zai, ya despierta —Menciona Anna, ya sintiendo su hombro entumecido. Y casi de inmediato la aludida reaccionó, irguiéndose en su lugar mientras decía:

— Estoy despierta, estoy despierta… —Aseguraba como disco rayado, aunque tenía un rostro adormilado.

— ¿Estás bien? —Cuestionó Lilirara, últimamente ha notado desde ayer a la chamana de llamativo cabello cabecear o incluso dormir por breves lapsos.

— Lo estoy… Por cierto Li, hoy entrenamos —Indicó en un bostezo, tomando sus palillos, dispuesta a comer su desayuno esta vez con una expresión indiferente.

— Oh, le avisaré a Jun —Contestó la Seminoa, no pudiendo contener su emoción de entrenar.

— Te lo encargo —Dijo, sabiendo que la joven Tao luego de regresar de su viaje de "solo chicas", se fue a pasar la noche con sus familiares que se hospedan en otro albergue. — Las espero a ambas en el lugar de siempre.

El resto del desayuno transcurrió relajado. Sin muchos inconvenientes, siendo los que más participaban en las charlas, Manta y Ryunosuke con participaciones esporádicas de parte de Lilirara o Yoh. Fausto estaba más concentrado en comer todo lo que su esposa le ofrecía, estando nuevamente en su empalagosa burbuja rosa, la cual todos preferían ignorar olímpicamente.

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En un sector remoto de la Isla, donde no tendrán interrupciones, el Equipo Abyss entrenaba arduamente… o al menos una parte de él. Como siempre, Zahira les daba las instrucciones a seguir al equipo restante de acuerdo a sus especialidades y como pulir sus virtudes, aparte de darle algunas observaciones o consejos para sacarle provecho a sus debilidades en el campo de batalla.

— En verdad, esto es ineficiente.

Se quejó Jun, ya no soportando estar sentada en posición de meditación, moldeando su propio Furyoku junto con Lilirara. Una técnica básica que se supone es lo primero que te enseñan a hacer para poder ser chamán, necesitas buen autocontrol de tu furyoku como a la vez aprender a mantener tu mente en calma.

— También puedes hacer el calentamiento —Sugirió la Seminoa que, si bien opinaba lo mismo que la joven Tao, estaba más motivada a hacer el ejercicio del moldeo de Furyoku. Cosa que también incomodaba a la chamana china…

— Eso es peor.

Mencionó, recordando lo que implica hacer el "calentamiento físico". Otro requisito básico para ser chamán, es tener una condición fuerte no solo en espíritu y mente, sino también en cuerpo. No obstante, Zahira parecía llevar las técnicas más básicas a niveles extremos.

La estadunidense se encogió de hombros: — Básico o no, nos ha funcionado —La peliverde asintió, no negando que a pesar de todo, el entrenamiento las ha beneficiado de maneras inesperadas. — Y no se ha equivocado en nuestras debilidades.

Jun suspiro, pero gracias a ese recordatorio, se determino a hacer el ejercicio con una mejor actitud.

— Es una lástima que anda más dormida, que supervisando sus avances.

Agregó Pailong que desde hace rato ha estado practicando los movimientos de arte marcial, no porque su cuerpo zombi lo requiera, sino para hacerse un recordatorio de todas sus técnicas marciales y a la vez, le permitía anexar más técnicas, ya personalizadas para cuando le toque pelear con un enemigo o proteger a la joven Tao.

Ambas chicas giraron a ver a la susodicha ante el comentario del zombi, hallando como Zai yacía acostada bajo la sombra de un árbol, con las piernas cruzadas al igual que sus brazos los cuales usaba de almohada y su sombrero lo tenía puesto en su cara. Sin atisbos de estar observando el entrenamiento de su equipo como se supone que ella misma dijo, excusándose así de sumarse al ejercicio.

¡¿Aaargh?! —Exclamó Jun para luego reprenderse y calmarse a sí misma. No debería afectarle alguien tan insignificante, pero la chica de llamativo cabello lavanda parecía tener un don especial para sacarla de sus casillas. — Ya creo que hemos hecho bastante ¿Qué tal si nos vamos?

La Seminoa pareció considerarlo, pero cabeceo en negativa: — Me quedaré un rato más.

— Li, hemos estado aquí desde la mañana. Ya deben ser como las tres de la tarde.

— Yo… —Empuño sus manos que reposaban sobre sus piernas que yacían cruzadas al estar sentada en modo indio: — Es algo que necesito hacer —Dijo finalmente, su expresión y su postura habían adoptado cierta seriedad. Haciendo entender a ambos chinos que era más un asunto complejo por parte de la Seminoa, quién al notar su repentina formalidad, suavizo su expresión y les sonrió con deseos de no preocuparlos. — Adelántense ustedes.

— Bueno. Nos iremos, tengo que hacer los cambios a Pailong.

— Ah. ¿Las mejoras? —Cuestionó, dado que en el viaje Jun compró varías cosas y no necesariamente era lo típico de las compras en una salida de chicas.

Jun sonrió con suficiencia, pero se le veía un poco emocionada ya que ha tenido que instruirse en mecánica e ingeniería, así como algo de biología, especialmente la anatomía humana. Siendo inesperadamente materias que le han gustado, no siendo para nada aburridas.

— Suerte en tu proyecto.

Le deseó a lo que la china agradeció feliz, haciendo un gesto de victoria con las manos para después despedirse, seguido de Pailong que le hizo una reverencia a la morena antes de seguir a su maestra como un fiel sabueso.

Una vez sola, Lilirara suspiró volviendo a su meditación y en el proceso moldeando su Furyoku, expandiéndolo por su cuerpo como regulándolo o concentrándolo en un solo sector. Parece algo fácil y simple, pero de hecho, de acuerdo al modo que les sugirió Zahira hacer, es más complejo de lo que imagino y gracias a ello, le ha permitido tener un mejor autocontrol de Furyoku, incluso ahorrando más Furyoku en sus técnicas cuando evoca a sus antepasados en marionetas. Así como permitirle crear más técnicas tanto ofensivos y defensivos…

{Pero aun no es suficiente} Pensó, sintiéndose un poco impotente. Ha notado que los entrenamientos de su benefactora han dado frutos, como también su Furyoku ha incrementado… pero ha sido tan poco y ya no ha vuelto aumentar ¿Ha llegado a su límite? ¿De hacerlo, cómo podrá entonces confrontar a Asakura Hao…? ¿Cómo puede vencer ese gran poder?

«— No buscas derrotarlo. Buscas la verdad, esa es tu batalla.»

Las angustias pesimistas de Lilirara dejaron de intensificarse al recordar las palabras de su benefactora durante el tiempo de tres meses que estuvieron entrenándose, en la aldea Pache.

{Cierto. Yo vine para algo más} Se recordó, recuperando su temple. {No debo olvidar mi objetivo…} Se concentró y se sumergió en su ejercicio una hora más hasta que su cuerpo comenzó a resentir la fatiga, a la vez de sentir su estomago vacío, por lo que decidió parar e iba a irse, al recordar a Zahira.

Cuando se giro a verla, se hallo a la chica en el mismo lugar ¿Todavía dormía? Se fue a cerciorarse y de ser posible despertarla. No es seguro que una persona, en especial mujer, se quede dormida a la intemperie. Aunque Zai fuera fuerte, no era inmortal e invencible. Para el momento que Lilirara se acerco lo suficiente a Zahira notó que esta parecía temblar ¿Tendría frío?

— ¿Zai? —La aludida se movió, cambiando su posición acostada boca arriba, de lado. Provocando que su sombrero se deslizara a caer sobre el pasto, exponiendo su rostro profundamente dormido que yacía pálido y sudoroso. — ¡¿Zai?!

Pronto se dispuso a despertarla, escuchando en su mente resonar la advertencia de sus antepasados pero ya era muy tarde. Cuando la tocó un dolor de cabeza la invadió, seguido de sentir escalofríos más unas nauseas y una opresión en el pecho, costándole respirar…

Estas sensaciones eran prueba que sus poderes de ver las memorias ajenas se habían activado al tener la guardia baja, aparte que sea lo que estaba recordando la chica, estaba impregnado de sentimientos y sensaciones muy intensas.

«Un hermoso paisaje visualizaba, era un precioso jardín con una arquitectura un tanto distinta que le recordaba su estilo al Medio Oriente o la India. Lilirara observo como la brisa soplaba, haciendo que los árboles de naranjo florecidos, liberara en la atmosfera infinitos pétalos blancos entre el verdor del soleado día. No muy lejos visualizo una estructura de piedra, como una torre pequeña que no pasaba de dos o tres pisos. Entonces a un lado de Lilirara paso una pequeña figura que atrajo su atención por su larga melena de llamativo cabello morado, cuando giro a cerciorarse, era una niña que le daba la espalda vistiendo un pálido vestido azul que le llega por arriba de los tobillos con medias y zapatos oscuros. La infante corría dirigiéndose hacia la torre.

¡Ah! ¡Espera! —Llamó inútilmente Lilirara, siguiendo la figura ¿Estaba viendo un recuerdo de Zahira? ¿Era ella?

Pronto pudo alcanzarla, teniendo que rodear a la torre y luego en un sector había una ventana con barrotes, donde la niña se detuvo y se agacho, se mostró que buscaba a algo o a alguien. En lo que lograba ver, ante la sedosa cortina de cabello que cubría el rostro de la niña al inclinarse hacia adelante.

¿Qué bus-…?

La interrogante de la Seminoa quedo inconclusa al escuchar a la niña exclamar sorpresa que pronto supo era de felicidad, porque sintió cosquillas en su estomago y un impulso de querer reír. Eran las sensaciones del dueño del recuerdo.

¡Kochō!

La chamana al escuchar el llamado infantil, se dispuso a ver el interior de la pequeña ventanilla de barrotes, logrando ver un dormitorio con humo que identifico como incienso, el suelo estaba alfombrado de un llamativo pero armonioso estampado colorido. Poco amueblado y al fondo, visualizo una persona que yacía de espalda, reconociéndola como una mujer con… un largo cabello lacio de color azabache que le llega por debajo de las rodillas y descalza… ¿Qué tenía un grillete en su tobillo derecho con una delgada cadena? ¿Es una prisionera?

Las incógnitas quedaron pausadas, cuando Lilirara admiro como la mujer hizo el ademán de girar. No obstante, verla le causaba incomodidad, una sensación de opresión… que se sobreponía con la alegría ajena del dueño del recuerdo. Ver su silueta le traía una perturbación, junto el urgido impulso de querer apartar la mirada y no ver el rostro de la mujer, algo le advertía que no era recomendable ver su rostro al momento de girarse.

Sin embargo, para su frustración su cuerpo no reaccionaba. Se había quedado tieso… ¿Por qué? Este recuerdo era muy distinto de los que ha visto…

Fufufu~ —Una risa sedosa y femenina se filtro por los oídos de Lilirara, quién vio como se veía la silueta de su rostro fino al frenarse en girarse, en el momento que notó revoletear una mariposa cerca. — No deberías estar aquí… —Mencionó, extendiendo la mano hacía el insecto que reposo entre sus dedos delicados y delgados. — Mmmm~ ¿Li, no?

La estadunidense se quedo tiesa, sintiendo un involuntario escalofrío ¡¿Algo producto de una memoria le estaba contestando?!

Eeeh~. ¿Me equivoque? Lilirara ¿Entonces?

¡¿Puedes ver-?!

Tuvo que guardar silencio al ver como en su campo visual, de manera abrupta apareció una mano nívea que se extendía a la altura de su cara, sintiendo un terrible temor que le hizo gritar»

— ¡LILIRARA!

La aludida reaccionó, abriendo los ojos para hallarse acostada y en su campo visual estaba Zahira viéndola desde arriba, mientras de fondo veía el cielo azul con suaves matices dorados y naranjas.

— Parece que te quedaste dormida.

Lilirara frunció el ceño extrañada y confundida. Estaba cien por cierto segura que lo que acaba de ver no es producto de un sueño, ni mucho menos de una visión. Se incorporó al sentarse con algo de ayuda de Zai. Pero lo más preocupante es… ¿Se desmayo? Eso no le había pasado desde que era una adolescente de trece años, todavía novata en su poder heredado.

—…Zai… —Vaciló un poco en decirlo, pero se atrevió a confesar, arriesgándose de que su benefactora se enojara con ella: — Yo… sin querer acabo de ver en tus memorias.

La chamana que yacía sentada a su lado, en modo indio, ladeo la cabeza de un lado a otro pensativa más no mostraba indicios de estar molesta: — ¿Por eso te halle acostada a mi lado? —La Seminoa asintió. — Ok, no hay problema.

— No estás… ¿Enojada? —Cuestionó, por lo general, las personas que se han enterado de su poder… no solía reaccionar tan bien, ni relajados que hurgara en su privacidad. Aun si había sido sin querer.

— No —Contestó de manera resuelta. — Sólo no lo vuelvas hacer, o morirás.

Lilirara se atraganto, mirando sorprendida a Zahira que a cambio le sonreía muy tranquila como si le fuera mencionado el clima ¡¿Qué demonios…?!

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En horas de las siete y algo de la noche, el Equipo Funbari Onsen regresaba a la posada luego de haber acabado con su reciente entrenamiento. Todos muy molidos, apaleados, sudorosos y desarreglados, pero en medio de las calles, con la frente en alto con mucho orgullo… Mientras que no muy lejos del grupo, los seguía Anna con su expresión pragmática y Manta con una sonrisa entre divertida e incómoda.

— Tienen un fuerte espíritu —Mencionó Oyamada, no sabiendo si reírse o echarle flores a sus amigos. El motivo se debía que tanto Yoh como Ryu estaban conteniendo las ganas de quejarse (incluso llorar) luego de haber salido de ese maldito infierno que en mal nombre se llama entrenamiento.

Por otro lado, Fausto con la vida maniaca que llevaba, era prácticamente inmune al dolor como para cortarse sus propias piernas y reponer el cadáver esquelético de su difunta esposa. No obstante, Anna sabiendo eso del médico chamán, modificaba sus entrenamientos de manera que, a cambio entrenara su furyoku y temple tanto mental como emocional.

— Son unas nenazas —Contradijo Anna, suspirando ante el teatro repetitivo de su pareja y sus estúpidos amigos. Le daba igual sus payasadas, pero era molesto que cada vez atrajera la atención de los transeúntes de regreso a la posada.

La risa de Yoh se escucho, atrayendo la atención de la Itako al apreciar que él se detuvo mientras que los otros dos miembros continuaban.

— Vamos Anita, al final todo sale bien.

— Es cierto, ya estoy impaciente que ya retomen las batallas —Indicó el pequeño humano entusiasmado, las dos peleas que ha presenciado han sido muy intensas pero sorprendentes.

— ¡¿Verdad que sí?! —Repitió el Asakura, contagiado de la emoción del Oyamada con brillitos a su alrededor como en sus ojos.

La Itako suspiró ante la actitud infantil de ambos, más no se quejó en su lugar…

— Más le vale que inicien, tan sólo alargan el hecho de que tú ganaras.

…Ella les siguió el juego para desconcierto de ambos chicos, quienes no se lo esperaron. Anna era muy sería, pero también tenía su sentido del humor, trayendo consigo estas gratas sorpresas al integrarse a su propia manera a sus bromas o pasatiempos.

El sonido de la Oráculo virtual de Yoh atrajo la atención de los tres, cuando fueron a ver qué era lo que decía en la pantalla para haber sonado, el grito desgarrador de Umemiya los sobresaltó. Por lo que pronto aceleraron el paso al no quedar muy lejos la posada, hallando a Ryunosuke en la entrada de Funbari, de rodillas con su copete deshecho mientras miraba llorando el cielo. En cuanto Fausto, miraba su propio Oráculo un tanto fúnebre… o algo así, dado que el médico tiene el atributo de ser sombrío por naturaleza.

— ¡¿Pero qué paso?! —Cuestionó Manta alarmado y preocupado.

—…No… Je-Jefe… yo… —Tartamudeaba el antiguo delincuente mientras que giraba conmocionado, llorando de una manera tan desgarradora que era antinatural con la actitud animada y expresiva del motociclista.

¡Habla bien! —Demando un tanto exasperada Anna, y si creen que fue insensible, pues agradezcan que tiene la suficiente consideración para no cachetearlo ahí mismo mientras llora a moco tendido… porque ganas no le faltan para hacerlo.

— Ryu… —Llamó Yoh, atrayendo la atención de un afligido (e intimidado) pandillero que le daba miradas fugaces a la Itako, como cerciorarse que no lo va a cachetear ante esa fría mirada ambarina. — Cálmate, y habla despacio para así entenderte.

—…Es Lyserg, Jefe… las peleas la han… retomado —Revelaba, señalando el Oráculo de Yoh en su brazo. Ante la nueva noticia, pronto todos comenzaron a comprender del porqué el pandillero actuaba así de dolido.

— Lo cual es bueno, ya era hora.

El comentario de Fausto, sin tacto y sin tomar en cuenta la gravedad de Umemiya, le tuvo sin cuidado, aun después de que los demás giraron a verlo con aprensión por no leer la atmosfera. No obstante, Anna concordaba con el comentario del médico.

[¿Y…?] Alentó Amidamaru que hasta el momento se ha mantenido bajo perfil junto con Tokagero y Elizabeth como espectadores.

—…Pu-Pues…

— ¡¿CHICOS, YA VIERON QUE LYSERG LUCHARÁ EN MEDIA HORA HOY?!

De improvisto, apareció Horo corriendo seguido de Chocolove y muy atrás, venía Ren de brazos cruzados con una genuina cara de indiferencia. Los tres ingresaban a la entrada principal de la posada que se compone de un pequeño jardín, donde ahora todos estaban reunidos.

— Y ya, eso es todo.

La voz de Fausto volvió a resonar, atrayendo la atención del grupo en breve por su cortante comentario sin filtros, sobre el malestar de Ryunosuke que lo había dejado tan conmocionado la noticia, que le imposibilitaba decir la novedad por completo.

— ¿…Entonces qué deberíamos hacer? —Cuestionó Manta desconcertado, no conocía en persona a ese tal Lyserg y, si bien comprendía sus razones de lo que le comento Yoh, no podía evitar sentir cierta incomodidad a sus acciones en busca de justicia…

— No sé ustedes. Pero yo debería estar entrenando —Intervino Ren, fastidiado con que resurja un tema que se supone debió morir en el coliseo, cuando se toparon con ese chico. Él ya había tomado su decisión ¿Para qué seguir dándole vueltas?

— ¿Nunca tienes nada bueno que decir, no? —Le preguntó sarcástico Horo, un poco cansado de su obsesión por entrenar y ser fuerte. Eso sin mencionar su petulancia.

— No es mi culpa que no aceptes la verdad —Rebatió y con un tono más severo, agregó ahora dirigiéndose a todo el grupo: — Ya él tomo su decisión y estoy seguro que él no anda perdiendo neuronas, pensando en nosotros sino en realizar sus objetivos. Algo que nosotros por igual deberíamos hacer.

Yoh en cambio se mostró pensativo a su opinión. A pesar de la frialdad de Ren al hablar del tema, tenía un punto, más no podían evitar estar los jóvenes chamanes indecisos ¿Lo mejor es ignorarlo…?

— Lo sé, y tienes razón —Cedió el joven Asakura pensativo, sin su habitual sonrisa relajada y despreocupada. — No hay nada que podamos hacer en cuanto a su decisión… ¿Pero sabes? —Su expresión se suavizo con una sonrisa. — El Estadio está a diez minutos caminando de aquí y si nos damos prisa, podremos llegar a animarle. Eso es algo que puedo hacer.

— ¿Aun así irás? —Cuestionó irritado, sintiendo que Yoh era demasiado blandengue en esto. No tenía nada en contra de Lyserg, al contrario, respetaba que no perdiera sus objetivos. No obstante, el hecho que esté dispuesto a lo que sea para alcanzarlo, es algo con lo que no puede concordar y… lo peor es que su actitud le recuerda a su desagradable yo del pasado.

El castaño soltó una pequeña risa: — Sigue siendo un amigo, él tan sólo tomo un camino distinto al de nosotros y es natural. No siempre vamos a concordar, es lo mismo ahora contigo Ren.

El ceño fruncido del Joven Tao se suavizo, más no abandono su semblante serio, chasqueo la lengua y se dio media vuelta, marchándose del lugar: — Haz lo que quieras.

— ¿Vamos Ryu?

— Jefe… —Pronunció Umemiya ante la pregunta y semblante sonriente del Asakura que le extendía la mano. Entonces, aunque dudoso al inicio, se ánimo: — ¡Sí…!

Con un ambiente más animado todos partieron hacía el Coliseo…

¡¿PERO QU-?!

Incluso el joven Tao, quién ni tenía intención de ir, fue alcanzado por Horo y Chocolove que se desviaron a cargar al chino como un saco entre los dos. Llevándole la delantera por obviedad los demás, al no cargar un peso muerto.

— ¡BÁJENME!

— ¡CÁLLATE! —Grito en respuesta el Ainu. — ¿Sabes? Admito que entiendo a Lyserg, más no lo justifico. Hasta me enoja su actitud. Aun así… —Hizo una pausa, perdiéndose en alguna memoria ajena y adoptando un semblante más complejo como serio. — No quiero arrepentirme.

El chino quién se resistía, se quedo rígido al escuchar las últimas palabras del originario de Hokkaido. Cuando adoptaba esa actitud, es porque estaba considerando enserio la circunstancias y no en modo de juego como suele acostumbrar.

—…Arrepentimiento, eh —Repitió Tao pensativo, ya no resistiéndose y dejándose llevar. — ¿Y cuál es tu excusa?

Chocolove que ya tenía tiempo conviviendo con su equipo, en especial aprendiendo a lidiar con las singularidades, comprendió que está vez el chino se dirigía a él. Tomo algo de aire, antes de responder:

—…Yo… no soy cercano a ese sujeto del que hablan, pero… —Hizo una pausa, tomando aire para continuar. — Sé que cuando tocas fondo, no logras ver cómo salir a floté… —Decía con un tono melancólico que sus compañeros notaron, pero solo Mic sabía que en esos momentos recordaba su propio pasado. Luego Chocolove comenzó a reír al recordar una de las payasadas sin gracia de su antiguo mentor: — ¡Así que no me puedo quedar quieto! Le haré pegar la carcajada de su vida.

— Eso será imposible —Contestó de inmediato Tao, quitándole la seriedad al momento.

— ¡¿Qué?!

— Cierto —Concordó Horo, eran esas pocas e insólitas veces que ambos polos opuestos coincidían. — Esos chistes tuyos de palabras acabaran empeorándolo.

— ¡¿Tú también?!

~ (…) ~

— ¿No deberías ir detrás de ellos?

Anna quién se había quedado atrás, observando el camino por donde se marchó Yoh y compañía, pronto escuchó una voz familiar. Giro dónde provino para hallar a Zahira apoyada a un árbol no muy lejos de ella y de brazos cruzados.

— ¿No venías con tu Equipo?

Se encogió de hombros: — Jun está jugando a ser Frankestein y Lilirara fue a ver cómo iba.

— ¿Y tú…?

— Vine a tener nuestra charla pendiente.

La Itako se mostró pensativa, observando en silencio a Zai que caminaba hacia su persona con esa sonrisa juguetona que la caracteriza…

— Eso ya sé. Me refería a ir al coliseo…

La sonrisa juguetona se desvaneció y un brillo frío adopto sus ojos grisáceos: — No lo creo. Allá no hay nada que tenga que ver conmigo —Suspiró un tanto fastidiada, al no ser un tema de su interés el que abordaba su amiga. — ¿No deberíamos hablar de algo más importante?

Anna se mostró pensativa y al ver que no funcionaría insistir en el tema, cedió:

—…Cierto. Hay asuntos más importantes con los que tratar.

.

.

En una parte remota de la Isla, alejado del Coliseo, yacía Zahira sentada sobre el tronco mientras que admiraba el estrellado cielo nocturno y de fondo escuchaba el lejano escándalo proveniente del Coliseo que estaba detrás de su persona, a varios kilómetros de distancia.

[Fufufu~ Yo también me pregunto lo mismo]

Zahira ignoro la dulce y femenina voz resonar en su mente, pero podía sentir a unos diez pasos, enfrente de su persona, una presencia.

[¿Crees que esté bien…?]

— Quién sabe —Respondió, descendiendo su mirada para confrontar a Asanoha que tenía su típica sonrisa dulce y calmada… pero esa apariencia inofensiva, no la engañaba, porque en su mirada ambarina podía visualizar un brillo mordaz.

No había duda que era pariente de Asakura Hao, si bien su apariencia física diferían demasiado por obvias razones; los gestos eran iguales, delatando ese vínculo consanguíneo lejano…

— Dejo de importarme, apenas dejó de ser el combustible de tu hijo.

Asanoha mantuvo una expresión sonriente con los ojos cerrados, una que parecía permanente y le recordaba las caras de póker que suele hacer el Onmyōji milenario. Un gesto que ambos suelen usar al querer disimular su disgusto y, en este caso, parece que no le gusto el sarcasmo como doble significado que insinuaba Zahira con "ser el combustible" del fundador del clan Asakura…

Porque era el recordatorio de las innumerables vidas y almas que ha arrasado Hao en su sendero para sus fines.

[Qué fría~] Pronunció la mujer de modesto kimono, fingiendo aparente temor para luego mezclarse con sátira burla al decir: [¿Debo atribuirla a la densidad de la sangre que corre por tus venas?]

Ahora era el turno de Zai mirarla con frialdad ante su comentario por lo que insinuaba entre líneas. No obstante, Dōji le devolvió la mirada en desafío y astucia, dispuesta a responder con igualdad o mayor veneno con su dulce voz calmada.

Una tensión se podía percibir entre las dos mujeres que fue roto por Zahira al bufar, casi como si se riera:

— ¡Je…! —Una sonrisa maliciosa se dibujaron en sus labios sutilmente carnosos, acompañado de un brillo severo que le daba un aire afilado a sus cristalinos ojos grisáceos: — ¿Qué pasa Asa? Podría jurar que hoy estás más amargada de lo usual… ¡Ah! —Exclamó, como si recordara algo y llevo una mano a su mentón de manera pensativa: — ¿Acaso…? ¿Es por el huérfano Diethel?

Cuestionó, su voz cargada de sátira y cinismo sin mensura, sin importarle en el momento que observo de manera sutil como la sonrisa de la hermosa mujer traslucida enfrente de su persona; se volvía en una rígida línea de incomodidad y su ceño se frunció un poco.

Silbó con cínica diversión: — ¡Atiné, eh~! ¿Culpable por qué tu hijo acabó con una familia entera sin escrúpulos?

En un parpadear Asanoha acortó la distancia que la separaba de Zahira, quién abandono su sonriente expresión mordaz para adoptar un semblante serio y tranquilo. Dorado cálido y pálida plata chocaron en medio de una fulminante frialdad de miradas…

Cuando Zai vio que la mujer fantasma alzó una de sus manos, no se inmuto pero esperó dispuesta a recibir sus cachetadas. No siendo la primera vez que era abofeteada por la entidad de la era Heian, cada vez que cruzaba el límite y en el fondo admitía que se había sobrepasado en sus comentarios. Pero a cambio, recibió algo más…

[¿Y no es lo mismo para ti?] Cuestionó mientras la señalaba con el dedo índice de su mano derecha, de una manera acusatoria. [Al final, sólo haces esto para apaciguar tu propia culpa]

La chamana de cabello lavanda se estremeció en su lugar al mismo tiempo que su expresión se tornaba sorprendida para después bajar la cabeza, ocultando su mirada bajo su flequillo. En cuanto Asanoha, su expresión se distorsiono en una expresión compleja, ya que sabía que sus palabras hirieron a la chica, más no se retractaría al igual que ella.

Las palabras ya fueron dichas, el veneno fue liberado y… las viejas heridas volvían a abrirse.

—…Supongo… —Contestó finalmente Zai, sus ojos no podían apreciarse al estar oculto bajo su flequillo pero una sonrisa amarga se dibujaba en sus labios.

Y Dōji quién al inició hizo el ademán de responderle, prefirió callar y se desvaneció. Dando por terminada esa discusión.

Quedando así, sola Zahira bajo el cielo nocturno con una expresión indiferente acompañada de una mirada vacía que observaba algún punto del follaje, sin ver nada en realidad. Porque su mente estaba sumergida en sus pensamientos hasta que sintió una cálida corriente de brisa provenir desde su espalda…

El sonido de unos pasos casi imperceptibles bajo el crujir de la grama y las ramas, más una presión de Furyoku abrumador la saco de su letargo.

— ¿Esperaste demasiado…?

Zai giró para confrontar la nueva presencia, siendo nada menos que Hao Asakura que aparecía justo luego de haber presenciado la batalla chamán entre el Equipo "X-I" y el Equipo "Nilo". Ella quién se mostraba inmutable, despego sus labios y dijo a cambio:

Qué mala cara tienes.

¿…Mhn?

Alcanzó a pronunciar él mientras que preservaba su sonrisa de póker, pero en sus cejas se reflejo un ligero tic al igual que a un lado de la comisura de sus labios tembló ante el comentario dicho con un tono de voz tajante de parte de la kuro Miko.

— ¿Disculpa?

— Lo que dije, tienes mala cara.

Hao bufó, casi como si se riera (Risa que por cierto no sentía, en lo absoluto). — No, no, si escuché —Le aclaró. — Más no es mi culpa que tengas mezquinos gustos para no saber apreciar un rostro encantador.

Ahora Zai hizo una mueca de incomprensión: — No te estoy diciendo feo, me refiero que tienes un mal semblante. ¿Algo te paso antes de venir acá?

Entonces el milenario chamán mostró una expresión de sorpresa, mirando largamente a la chica que le devolvía la mirada extrañada y apremiante por su repentino silencio como también por observarla tan fijamente.

— ¿Qué te hace pensar eso…?

Pregunto por fin, entrecerrando un poco los ojos y dirigiéndole una mirada cautelosa mezclada con suspicacia. En cambio ella puso los ojos en blanco al ver que él le respondía con una pregunta.

— Si no me quieres decir, no insistiré a que me contestes…

Dijo, levantándose del tronco que usaba como asiento y se quitó el collar de perlas para realizar la barrera como está pautado de ahora en adelante, desde que le revelo al Onmyōji milenario la presencia de Asanoha como sus intenciones de seguirlo.

Sin importar las consecuencias que implicara, las realizaría hasta el final y cumpliría su parte del contrato…

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FIN DEL CAPÍTULO 15.

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Bien, tuve que volver actualizar casi a la media noche al tener que salir a hacer unas diligencias. PERO lo logré, apenas regresé a mi casa, me senté a terminar de escribir la parte de Asanoha y Zai, más el extra de Hao.

Antes de continuar a hablar sobre el capítulo de esta semana, primero quiero agradecer a:

Kotita por comentar ¡Me alegro leerte! Y saber tu opinión, me hizo feliz que hayas disfrutado el capítulo anterior, como al mismo tiempo, comparto ese malestar que sientes sobre Matamune y Hao. Su relación es bastante difícil pero a la vez dolorosa y hermosa.

Lady'z Phantom Awww, lo siento por eso. Me sentí mal por no actualizar la semana pasada, aunque quise, pero la escena de Asanoha me salió a último minuto por lo que me abstuve de publicarlo la semana pasada y modificarlo. Espero que la espera haya valido la pena y disfrutes este capítulo como los anteriores. Me alegro leerte y que me dejes saber tu opinión de cada capítulo, lo apreció mucho.

¡Muchas gracias por sus comentarios! Me animan a continuar la historia.

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En cuanto al Capítulo: ¿Qué tal les pareció? Este capítulo fue más de tantear el terreno para lo que se viene a futuro. Ya que a medida que avancemos, la intensidad incrementará, y por lo menos ya denotamos la primera "mina" ante la revelación de Asanoha, faltan otros dos por denotar en el presente arco. También, con este capítulo, fue como una introducción de Asanoha Dōji ya que en el manga fue un personaje muy poco explorado por obvias razones (su aparición fue breve). Al mismo tiempo, da pistas de cómo es la relación entre Asanoha y Zahira ¿Ustedes qué pensaron de su trato? Por cierto, disfrute agregar la escena implícita en que Hao creyó que le decían feo xD.

Y ya, sin más que decir. Me despido, nos vemos el próximo jueves y de no actualizar, entonces la actualización se corre para el siguiente jueves. ¡Bye, bye! Cuídense, les mando un abrazo virtual y una feliz noche.