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— Diálogos, ya esté en formato de negrita, cursiva, cursiva-negrita o normal —
«Remembranzas»
{Pensamientos}
[Diálogos de Espíritus] o [Diálogos de Espíritus]

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The Curse Project
Por: Fjola Lovely.

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CAPÍTULO 17

Ricitos de Lavanda y el Séquito de Osos (Parte I)

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En las profundidades de la Isla donde se lleva el gran evento de la Shaman Fight, en una fábrica que a simple vista parece abandonada pero de hecho difería con el interior, porque posee un aspecto mejor conservado y habitable para los que residían en ella de manera temporal, en lo que duraba el presente torneo.

Y el líder del gran grupo, yacía en su dormitorio que está ubicada en el primer piso de la fábrica junto con los dormitorios de las chicas del grupo, más el de Luchist Lasso, el cual por cierto, en esos momentos se dirigía al dormitorio de su Señor. Tocó como acostumbra la puerta, antes de ingresar y cumplir su acostumbrada rutina:

— Buenos días, Señor Hao.

Saludó como siempre, cerrando la puerta detrás de sí y luego con total naturalidad adentrarse al interior del dormitorio que yacía iluminado, gracias a los grandes ventanales que se ubica la mayor parte de la pared a mano izquierda, al entrar en el dormitorio, más el gran ventanal tragaluz que, se ubica al otro extremo de la habitación, quedando justo sobre la pequeña biblioteca y sofá, más una puerta que conduce al baño del dormitorio y donde se dirigía Luchist a prepararle el baño al joven que yace en la cama tamaño matrimonial con dosel del cual cuelgan unas cortinas medio traslúcidas de un suave tono rojo.

Siendo acogedor al filtrar muy débilmente la luz solar, permitiendo que la persona que ocupe la cama con las cortinas cerradas, pueda seguir durmiendo. Además, que le da cierta privacidad a la persona que esté en la cama, porque las cortinas no permiten que aquel que ingrese al dormitorio pueda verlo. Máximo podría ver la silueta y si existe luz desde el interior, en los límites del dosel.

— El desayuno de hoy, se encargó Brocken —No recibiendo todavía respuesta. Pero desde el baño escucho el sonido de la cama crujir, en señal quien el que la ocupaba se estaba moviendo. — Unos tallarines salteados con vegetales y una ración de frutas, más jugo de granada ¿O prefiere acompañarlo con un café…?

Cafeeé~ —Se escuchó en un canturreo una voz masculina joven con un tono perezoso y ronco provenir de la cama.

— Excelente elección. Señor —Comentó Lasso, saliendo del baño. Actuando de buena gana como un servicial mayordomo. — Ya le traigo el desayu-

— No.

Interrumpió Hao, quitándose las sabanas para levantarse y salir fuera de las cortinas. Revelando su desnudez ante el hombre que no se inmuto. Ya que estaba al tanto que su Señor prefería dormir desnudo, incluso para vestir, le gusta cubrirse estrictamente lo necesario (Entiéndase de la pelvis hacia abajo). De lo contrario, sería únicamente porque la situación lo amerita.

La sedosa melena castaña caía por sus anchos hombros y amplia espalda, que al dar un par de pasos, provocaron que sus articulaciones tronaran. Eso sin mencionar que la suave luz dorada del sol que se filtraba por los ventanales, alcanzo la desnudez del adolescente que no se le calculaba más de diecisiete años. Parecía algo irreal que las suaves luces que iluminaba la figura del joven, resaltaban su apariencia al teñir de tonos dorados su tersa piel trigueña como recalcar de la delgada constitución, el contorno sutil de sus músculos trabajados sin rayar a la exageración al no ser muy toscos. Por lo que a cambio, la delicadeza de sus rasgos por todavía estar en etapa de desarrollo, más su complexión delgada pero atlética, armonizaban dándole un aspecto varonil pero elegante e imponente, acompañándole un aire un tanto majestuoso como mítico…

Dando la alusión a cualquiera que lo vea que él no es de este mundo, lo cual no esta tan errado de la verdad. Ya que bajo su apariencia de adolescente, es en realidad una persona milenaria que ha vivido por tantos años y posee tanto poder que irónicamente, si bien parece exagerado, es comparable al nivel de un dios. Ni siquiera la muerte le es un impedimento porque puede volver al mundo tanto como le plazca.

— Hoy comeré con todos, Luchist.

El aludido quien esperaba en silencio la respuesta completa de su Señor, parpadeo extrañado una vez que la escuchó pero acepto la decisión del joven. Por lo general, prefiere comer en la comodidad del dormitorio, aun así, de vez en cuando, tiende a comer con todo el grupo para animarlos y reafirmar su posición como "vínculo" con sus seguidores, dándole esa creencia de ser cercanos para que se mantengan a su disposición de manera obediente. Ya que si bien reafirmar su poder a la fuerza es efectivo… es un arma de doble filo si se abusa, así que para tener al "rebaño" controlado, usa tanto el látigo en una mano y en la otra los recompensa con este tipo de gestos.

Por supuesto, Hao no los considera malos chicos. Aunque poseen problemas de conducta dado al tipo de pasado que acarrean, son agradables a su propia manera. No obstante, sin importar bajo que tan buena luz esté a los ojos del milenario Onmyōji, él no confiaba plenamente en ellos, ni tampoco los consideraba indispensable para sus propósitos. Por eso cuando fallan alguna misión asignada, ni se molesta con ellos porque ya tiene planes de respaldo.

Además, si es un asunto relevante para él, prefiere él mismo encargarse del asunto. Es como dice el dicho: "Si quieres algo bien hecho, hazlo tú mismo". Así de simple. Aunque existe la excepción con Luchist y Opacho, en quienes confía lo suficiente en sus habilidades como lealtad para asignarle misiones relevantes para sus propósitos… hasta cierto punto, claro.

— ¿Se le ofrece algo más?

— No, puedes retirarte —Indicó una vez dentro del baño, cerrando la puerta detrás de él para terminar de asearse y quitar toda sensación soñolienta en su persona.

Tener un reparador sueño, era muy difícil para el adolescente por el reishi. En consecuencia, teniendo que lidiar con los pensamientos de sus seguidores. Si estuviera solo, sin civilización alguna, quizás podría dormir mejor y aun así, seguía sin ser una garantía poder descansar sin interrupciones.

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~ (…) ~

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En la planta baja de la fábrica, se ubica las habitaciones de la mayoría de los seguidores masculinos junto con la cocina y un baño grande que es usado para los hombres, conteniendo una hilera de seis duchas, seis urinarios empotrados, cuatro cubículos de baño que contienen cada uno un inodoro y una hilera de cinco lavamanos. Las amplias salas en planta baja, son en total (sin incluir la cocina); compartidos de a tres o dos integrantes de acuerdo a su nivel de tolerancia como compañerismo; Peyote Díaz y Mohamed Tabarsi, compartían sin problema un dormitorio. Brocken Meyer, Bill Burton y Hang Zang-Ching, compartían otro dormitorio. Boris Tepes Drácula y Kouji Yamada (apodado Damayaji) compartían juntos otro dormitorio.

Aparte, a mitad de la fábrica, se divide en dos grandes salones. La primera división de la fábrica en el piso planta baja: se conecta con la entrada principal a la fábrica que, resulta ser un portón de metal y conduce a un salón amplio tipo pasillo, donde es ocupado en el centro, por una gran mesa rectangular de metal con dos bancas independientes de metal sin respaldo. Usado como el comedor y de extremo a extremo en el presente salón, se ven las puertas de metal que conducen a los respectivos dormitorios de los seguidores masculinos de Hao.

Ya al fondo, existe la segunda división de la fábrica en el presente piso PB: existen dos escaleras de metal que conducen al primer piso. Seguido de las escaleras en planta baja, yace a mano derecha una entrada sin puertas; siendo la cocina, mientras que del lado izquierdo de la entrada a la cocina, hay un gran portón de metal que lleva a la otra mitad de la gran fábrica, la cual yace vacía y es usado como un campo de entrenamiento que, yace iluminado por los grandes ventanales en la parte superior de las paredes. Y al fondo de dicho salón vacío, hay un sillón individual que, suele usarlo Hao para vigilar los entrenamientos de sus seguidores o sus luchas (sean amistosas o no) por mero entretenimiento.

Además que este gran salón vacío, de entrada a mano izquierda, esta la entrada a los baños que es usado en su mayoría por los hombres del grupo. Dado que los cuatro dormitorios que se ubican en el primer piso, poseen un pequeño baño incluido.

— ¡Buenos días, Señor Hao…!

Saludó Matilda al ver desde su lugar, sentada en el amplio comedor de bancas; la puerta del dormitorio del Onmyōji abrirse, saliendo ya arreglado y vestido como acostumbra. Gracias al saludo de la pelirroja, trajo consigo la atención de los demás que rápidamente le saludaron de manera alegre y respetuosa.

— Buenos días, chicos —Les devolvió el saludo, mientras bajaba por las escaleras de metal. — ¿Descansaron bien~?

Las respuestas vinieron de todas partes, junto con la ola de pensamientos ajenos que algunos confirmaban lo que decían y otros desmentían lo dicho, o bien, incluso tales pensamientos anexaban información de más que prefería no saber. Por ejemplo, las fantasías de Peyote o letras de canciones inspiradas de él y para él, idolatrándolo de manera apasionada y empalagosa.

Necesitaba una verdadera fuerza de voluntad para mantenerse inmutable y no malograr su expresión sonriente. Por fortuna, estaba acostumbrado a lidiar con los pensamientos un tanto torcidos e intensos de los que rayaban a un nivel de fanatismo o adoración, mezclado con obsesiva atracción. Lo experimento bastante en su primera vida entre los nobles.

— Eres muy ruidoso, Peyote.

Una vocecita infantil hizo eco, haciéndose escuchar sobre las demás voces y provocando que gradualmente se fueran silenciando. Era la pequeña Opacho que pronto hizo acto de presencia, ingresando desde la entrada principal de la Fábrica y caminando en dirección hacia Hao, quien al verla, le sonrió de manera más cálida y le agradeció en sus pensamientos la intervención de la niña.

En respuesta, la pequeña chamana resopló por la nariz y le habló determinada: — ¡Opacho siempre cuidará al Señor Hao! —Él se rio divertido pero halagado. Se podía valer por sí mismo a la perfección, pero le enternecía la preocupación como atención de la menor, por lo que extendió la mano para acariciarle la cabeza. Aplastando un poco el voluminoso afro bajo la palma de su mano.

El sonido metálico y sordo que produce al ser golpeado, trajo la atención a todos que enfocaron sus miradas donde provenía: siendo Brocken que con un cucharon de metal, golpea la parte inferior de un sartén.

— ¡Ya qué están todos reunidos! ¡A sentarse chicos!

Detrás de Brocken, pronto salió Yamada, Luchist y Bill. Éste último mientras llevaba un par de grandes bol que contenían los humeantes tallarines salteados, Yamada llevaba los utensilios de comida, haciendo un buen equilibrio al llevar en una mano una pila de platos y en la otra, una charola con los vasos junto con los cubiertos. Seguido de cerca por Luchist quién llevo las jarras de jugo como termos de café en una charola mientras que en la otra mano, llevaba un bol pequeño (si se comparaba el tamaño del bol que cargaba Bill).

Y pronto, seguido Brocken concluyó en dejar otro bol del tamaño que cargaba Luchist en la mesa; siendo su contenido de frutas, por medio de su OverSoul que creó una criatura a base de coloridos legos metálicos en forma de Ave rapaz que sostenía de sus garras a base de legos; el bol en cuerdas, la cual hizo aterrizar en la mesa de manera suave…

Fufufu~ Veo que has practicado en el aterrizaje, Brocken —Bromeó Hao divertido pero feliz por la mejora del pequeño hombre que pronto se rasco avergonzado y halagado la parte posterior de la cabeza.

— Creo que ya era hora de hacer la comida "menos agitada" —Indicó Meyer, recordando todas las veces que a la hora de comer, se solía desatar el caos al ocurrir ciertos "incidentes".

— Y todos lo agradecemos —Agregó Zang-Ching, uniéndose de manera cómplice a la broma de su líder.

— Cuidado con lo que dices Ching, o te quedarás sin tu doble ración —Advirtió Meyer, haciendo girar sus tenazas y entrecerrando sus ojos. Fingiendo en amenazar el chino chamán que alzo las manos en señal de "venir en son de paz" mientras que reía, al saber que todo iba en plan de broma.

— ¡Mejor, más para mí! —Intervino Bill. — Este escultural cuerpazo no se conserva solo.

Boris hizo una expresión de asqueo. — ¿De qué sirve tanta musculatura, si pierdes el glamur al parecer un gorila…? —Cuestionó, acomodando los utensilios de comer en la mesa, al estilo de esos restaurantes que tienen las mesas ya servidas.

— Claro que no lo entiendes, ya que nunca te has molestado en salir de tu cueva.

El Rumano se mostró disgustado, entrecerrando los ojos de aprensión porque muchas veces Bill, junto otros mediocres del grupo que siguen al Señor Hao, han tomado gusto por bromear en confundir a los "Vampiros" con los "Hombres Lobos". Y eso para el Drácula Rumano, era una total blasfemia que no sepan siquiera a diferenciar a ambas criaturas mitológicas.

— ¡Vamos Boris, ten más visión! Obvio por las Ladys, enloquecen con un hombre fuerte y macizo —Indicó, golpeándose con su gran manopla el pecho con orgullo de su propia musculatura que ha amasado desde sus años como jugador de Futbol Americano.

¡Ay, ay, aaay! —Grito Peyote en un grito con un marcado acento de sus orígenes, muy comunes en los cantos mariachis. — Es lo más ridículo que he escuchado.

— ¿Disculpa? —Cuestionó Burton con cierto disgusto en su voz, era evidente que no se llevaban muy bien. Pero si todavía no se han matado, es todo por su líder quien prefiere que el grupo mantengan, como mínimo, una armonía decente.

Peyote no le respondió a la primera, a cambio tocó su guitarra con unos altos y bajos muy bien ejecutados que nadie podría dudar de sus habilidades como guitarrista. — Fortachón, si tan seguro pareces estar —Hizo una pausa al tocar en breve la guitarra, con un ritmo pegadizo que le daba al hablar como si rimara. — ¿Entonces cómo explicas al Señor Hao? Dudo que él haya necesitado tal cosa para atraer a las Señoritas.

«…Y no hay mejor prueba que la diversa e incalculable descendencia que se amasó por siglos.»

Hao supo de donde vino ese hilo de pensamiento, al reconocer la voz como de Tabarsi quien se mostraba renuente e indiferente a participar en la charla durante el comedor. Por lo general no era muy activo en participar en las conversaciones (o discusiones) que se armaba entre sus seguidores, prefiriendo ser discreto. Sin embargo, eso no lo detenía para pensar comentarios bastante mordaces y afilados que seguía de manera diligente el hilo de las conversaciones.

El chamán milenario suspiró, acostumbrado a las disputas de sus subordinados, mientras les dedicaba una mirada incrédula mezclada con cierta condescendencia y diversión, como si observara resignado las torpezas e inmadureces típicas de un grupo de niños.

— ¡Ajá! ¡Te agarraron Billy! —Comentó Zang-Ching, echándole más leña a la candela. Para Hao, era el típico alborotador que es el primero en lanzar la piedra para ocultar la mano y luego ver en silencio, como su simple acto, causaba un revuelo total.

En cuanto Peyote comenzó a tocar la guitarra en una nota alta que iba bien con el ambiente tenso para concluir con un acento bien marcado y mexicano al hablar: — ¡Mátame esa, cabrón! ¡Ándaleee~!

— Obvio el Señor Hao juega en otras ligas ¿No?

Ayudó Yamada a Burton que estaba pensando si primero debía romperle la guitarra en la cabeza al Mexicano chamán o si triturar la guitarra con sus manos desnudas y dársela de comer hasta que se atragantara para no oírle ese maldito grito-acento chillón que le irritaba. El problema es que eso significaba romper su palabra con el Señor Hao de mantener la armonía en el grupo (en otras palabras, significaba: de no matarse unos a los otros.).

«Hooo~, siempre tan serio Bill» Pensó el Onmyōji complacido de ver el dilema interno del ex-deportista. Si bien Burton daba la imagen y actitud temperamental, de hecho en esencia era un hombre muy leal y hasta noble que siempre busca cumplir como mantener sus promesas o dar por igual lo que recibe.

Cuando lo conoció estaba tan agradecido por haberle devuelto la capacidad de caminar y eliminar todas las severas fracturas que le impedían llevar siquiera una vida decente, sumado con el hecho que le ayudo a visualizar con mayor claridad a todo su equipo de Futbol que lo seguía como fantasmas. En consecuencia, haciendo que Burton en un parpadear superara el luto de haber perdido a sus compañeros. Todo eso hizo que Bill le jurara lealtad, aunque en el fondo estaba dudoso y se cuestionaba de porqué lo había escogido como su seguidor, al final, el novicio chamán estaba comprometido a ayudarlo en todo lo que quisiera.

Le agradaba eso de él. Por supuesto, no era un hombre del todo limpio, Bill tenía antecedentes bastantes problemáticas. Era alguien que usaba su tamaño, fuerza y corpulencia para intimidar a otros, aprendió a una temprana edad que esa era la manera para conseguir lo que quería. Llevando esa mala conducta hasta la adultez.

Hao suspiró un tanto nostálgico al saber que el jugador ya no intimida (mucho) a los demás «Supongo has crecido un poco» Consideró sobre su corpulento Seguidor, siendo pronto observado por Opacho al ser la única que sabe lo que pasa por su mente la mayor parte del tiempo, sin muchos filtros.

— ¡Por supuesto! Nadie le gana al Señor Hao.

El aludido salió de sus propios pensamientos al escuchar su nombre. Alzó la mirada de su taza de café humeante, preparada por Luchist quien suele hacerlo cargado, tal como le gusta.

— Y ya que estamos ¿Señor Hao, podría compartirnos algún consejo para tener tan fructíferos resultados…? —Cuestionó Burton, quien ayudado por Yamada, desvió la atención de él a su líder.

— ¿Acaso no tienen suficiente confianza en sus propias destrezas, chicos?

Se burló Luchist de sus colegas, mientras se servía tallarines. No obstante, sería mentira decir que nadie (con excepción de Opacho) estaba curioso por saber un fragmento de la vida del Señor Hao quien era muy reservado como misterioso. Era prácticamente un lujo conocer un poco de él, motivo de porqué un cúmulo de miradas llenas de expectativa y curiosidad se enfocaban en el adolescente de larga melena castaña.

El Onmyōji dio un sorbo de su café en total calma, sin amedrentarse por ser el repentino centro de atención. En su sonrisa de soslayo y relajada, se vislumbraba algo de diversión, saboreando en silencio el desesperado suspenso que causaba en sus seguidores junto el amargó de la cafeína.

—…Pues…

Comenzó el castaño, fingiendo pensar tanto en el tema como en responderles. Sintiendo pronto, gracias al reishi, la ola de entusiasmo de sus seguidores que contenían la respiración, atentos para no perder la oportunidad de escuchar claramente la información que estaba bailando en la punta de su lengua.

La aparente actitud inocente trasmuto a la de un niño travieso y pícaro, contestando:

— No creo que sea apropiado decirlo frente a la mesa, muchachos~. Si saben a lo que me refiero.

Indicó con un tono reservado acompañado de malicia juguetona que dejaba a la libre imaginación e interpretación que, pronto tuvo el resultado esperado al recibir de parte de la mayoría vítores en complicidad mientras mueven las cejas de manera sugestiva o le sonreían en cómplice picardía. En cuanto de las Hana-gumi, solo Kanna se unía al escándalo, dando silbidos junto Hang. Un poco diferente de Marion que tímidamente cubría su rostro con sus manos, mientras que Matilda se visualizaba un rubor en sus mejillas e intentaba disimular la vergüenza ante lo que podría implicar sus palabras.

Incluso Opacho, que ignoraba la connotación adulta de la conversación, sólo se dispuso a aplaudirle y unirse al escándalo armado. Definitivamente, no habría una comida tranquila, ni aburrida o silenciosa con sus seguidores.

— Bueno, suficiente muchachos —Ordeno Hao, ya queriendo finalizar el escándalo. Había un tema que debía abordar con sus seguidores. — Ahora comamos, los tallarines se nos enfriaran.

El escándalo concluyó gradualmente, casi de manera inmediata, y segundos después solo se escuchaba el sonido de los utensilios al comer más uno que otro murmullo de charlas esporádicas. Momento justo, que el milenario Chamán considero ya apropiado para su propósito principal de por qué decidió desayunar con sus seguidores el día de hoy:

— Chicos, se me olvido decirles. Pero hoy tenemos una visita.

La atención como ola de pensamientos vino como una bola de demolición para Hao, a su lado Opacho se removió en su lugar en claro disgusto por el repentino ruido. Seguido de las miradas en aprensión de casi todos, ya que Luchist como Opacho estaban informados del tema sobre Zahira… más no del hecho que implica con su madre, Asanoha. Por lo que sus más cercanos seguidores que funcionan como su mano derecha e izquierda, todavía estaban en el erróneo pensamiento de que sus encuentros con Zahira consistían en tener "citas".

— ¿Visita, Señor? —Cuestionó Damayaji.

— ¿Mi Señor qué visita?

— ¡Boris, deja de copiarme en todo! —Reclamó el lúgubre chamán con un peinado parecido al vampiro Rumano.

Ignorando la dinámica en el dúo sombrío, todos continuaron atentos al adolescente quien tenía su permanente sonrisa de póker.

— Como ya sabrán, últimamente he aumentado mis cotidianas caminatas…

Un brillo malicioso chispeo en sus ojos castaños, dando un tinte rojizo en manifestación sutil de su propio furyoku. Sus palabras, provocaron que varios se encogieran de hombros o respingaran en su lugar. Sabía que por boca de Opacho se enteraron de "su cita" aquella noche de luna nueva, todos se han estado carcomiendo por querer indagar sobre el asunto, pero nadie tuvo el valor de cuestionarle o preguntarle apenas que regreso de haber visto a Zahira, ni los días siguientes. Porque para empezar su interrogatorio podría incitar a su disgusto, lo cual no están alejados de la realidad…

Estarían siendo unos metiches. Y si bien Hao Asakura podría ser paciente, no es alguien que reciba ni tolere bien ciertas conductas, una de esas es cruzar los límites de su espacio personal.

— Así que hoy conocerán el motivo de porqué mis salidas han incrementado.

— ¿Entonces es otro seguidor más, Señor? —Cuestionó Matilda pensativa, haciendo un repaso mental sobre qué grupo podría ser tan estúpido al no unirse desde un principio a ellos (Además de las otras dos Potencias, por obvias razones, y el grupito de Yoh Asakura.).

— No Maty. Es mi fan acosadora, Zahira Kochō.

Una nueva ola sobrevino ante el milenario chamán, una que iba de la curiosidad a la apatía. No obstante, tales emociones no estaban bajo una luz positiva sino hostil y recelosa. El castaño sonrió internamente complacido ante los sentimientos como pensamientos que iban y venían de sus seguidores.

— Verán, he charlado con ella. Y no parece tan mala chica pero… —Fingió que le resultaba decir las siguientes palabras, como dudando. Despertando mayor interés como atención de sus seguidores. Incluso Luchist y Opacho estaban atentos, más no por su gran actuación, sino por leer entre líneas los objetivos para él molestarse en armar todo el teatro. — No sé, siento que no está siendo sincera conmigo.

Un brillo agudo se vislumbro en sus seguidores dándoles un aspecto peligroso, a la vez que el entorno en el comedor se volvió sombrío.

— Así qué… —Junto sus manos, adoptando una postura diplomática e imponente suavizada con su sonrisa afable. — He decidido presentársela y que ustedes mismo le den el visto bueno.

Hao sonrió internamente al ver complacido el resultado esperado de como sus seguidores interpretaron entre líneas sus palabras, tal como lo planeo. Una clara y densa oleada hostil se manifestó rondando el comedor, era el furyoku de la mayor parte de sus seguidores.

Cuento con ustedes, chicos~ —Canturreo el castaño con divertida sátira por su travesura.

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Al mismo tiempo, en la posada donde se hospeda el Equipo Funbari Onsen junto con el Equipo Ren y Abyss; se escuchó un estruendoso estornudo proveniente de la cocina. Siendo Zahira la que comenzó a estornudar seguido de sufrir un involuntario escalofrío. Ignorante que inconscientemente su cuerpo le estaba augurando lo que le deparaba esa noche.

— ¿Está bien, Señorita Zai?

Cuestionó Tamao que estaba a espaldas de la chica al estar preparado en la cocina un almíbar de manzanas y canela a fuego lento, como relleno de una tarta de manzanas.

— Sí, descuida Tamao —Contestó con una graciosa voz nasal, dado que tenía parte de la cara enterrada en su hombro ya que no podía usar las manos para cubrirse al estornudar.

— ¿Estás segura? Ese fue un gran estornudo.

Una tercera voz hizo que ambas chicas desviaran su atención a la entrada de la cocina, siendo Yoh que al parecer pasaba por ahí. Acompañado de su fiel compañero fantasma.

— Sí, tranquilo.

— ¿Se le ofrece algo, Señor Yoh? —Cuestionó Tamamura, ya lista para servirle en lo que pudiera. Pero el joven negó con la cabeza y se adentro a la cocina.

— ¿Qué hacen, chicas? —Cuestionó curioso, mirando la mesa donde trabaja Zahira que contenía varios boles que contenían frutos secos, más otros ingredientes que identifico a la primera como harina. — Huele bieeen~ —Reconoció, olfateando el aire al venirle una mezcla de especies junto el aroma frutal de la manzana al ser cocinada.

— Hacemos galletas y a Tamao le pedí ayuda para que hiciera una tarta de manzana —Respondió Zahira, sonriéndole y al ver que sus ojos castaños brillaron en interés. Ofreció: — ¿Quieres ayudarnos?

— ¡Claro! —Tomando un delantal extra que pronto le extendió la propia Tamao.

— ¿Quiere que le sirva té o bocadillos, Señor Yoh?

— No tranquila. Gracias Tamao.

La aludida asintió y continuó con su tarea de vigilar el almíbar de manzana, removiendo de vez en cuando a fuego lento. Por otra parte, el Asakura se acercó a la chamana de cabello morado al ver que la aprendiz del Kokkuri-san tenía todo controlado.

— ¿En qué ayudo?

Zai le extendió al joven un bol que contenía una gran bola de masa. — Amasa esta masa hasta que esté flexible y blanda como plastilina.

El adolescente pronto de manera diligente ocupo un lado de la mesa donde trabajaba Zahira, y se dispuso a amasar la gran bola de masa.

— ¿No es demasiado?

Cuestionó Yoh, al notar que en un carrito de metal con ruedas y de siete niveles, contenía ya unas bandejas de metal con unas galletas crudas en figuras de mazorcas de maíz, ovejas, algunas de estrellas, otras en forma de cabeza de gato o almohadillas de patas de gatos. Todas con decoraciones extras, como chispas de chocolate, algún trozo de fruta seca, glaseados de chocolate alternado con chocolate blanco, maní, etc.

— Nunca es demasiado, cuando se trata de comida —Comentó Zahira, preparando una nueva mezcla de galletas en un bol vacío.

— ¿Entonces cuántas tartas se suman con las galletas?

— Solo una, está apartada para Anna —Reveló, mientras tamizaba la harina e Yoh asentía distraído, viéndole sentido el porqué la preparación de la tarta. Anna adoraba comer manzanas como todo postre que las contengas, además del chocolate y las galletas de arroz. — Las galletas, las preparo para un regalo, pero dejaré un lote para que los chicos disfruten cuando regresen de su entrenamiento.

El Equipo Funbari Onsen junto al Abyss habían entrenado en horas de la mañana logrando así que se les permita tener libre el resto del día y noche. Por tanto Anna quien entraba a Funbari, en esos momentos tomaba una siesta a causa del embarazo, mientras que los miembros aprovechaban su propio tiempo libre a su gusto y es obvio que en el caso de Yoh lo disfrutaría dormitando por ahí… hasta que le llegó un olor a galletas recién horneadas.

En cuanto al Equipo Ren, prefirió no bajar el ritmo por lo que estarían en alguna parte de la isla, entrenando. En cuanto a los miembros Abyss que eran casi tan relajados como Funbari, estaban en sus propios asuntos. Jun se iba a su propia posada de lujo, junto con sus familiares Tao y a veces Lilirara la seguía o bien, está se paseaba por la costa de la Isla. Disfrutando del paisaje semi-tropical.

— Entiendo, estarán felices. En especial Ren, Ryu y Horo.

La cocina se sumió en un silencio agradable, escuchándose los utensilios de cocina al ser usados y de vez en cuando con alguna esporádica charla entre los tres; hasta que se escuchó el sonido del teléfono local que se ubica en la entrada principal.

— ¡Yo iré! —Indicó Tamao, saliendo de la cocina para atender la llamada.

— ¡Ah, pero no corras! —Le pidió el castaño como haría un hermano mayor responsable, provocando la risa de Zai.

— Oh, vamos. No está hecha de cristal —Le dijo divertida por el rostro preocupado del joven. — Y si se cae, no pasará del suelo.

— Lo sé —Admitió avergonzado, no podía evitar tratar a Tamao como si todavía tuviera seis años o menos. Incluso la tímida chamana a veces le reprochaba que ya no es una niña pequeña. — Igual me preocupa ¿No harías lo mismo si fuera Anna?

— Ah, touché —Reconoció ella, riendo porque Yoh supo rebatirle.

Él continuo amasando la masa, con una aparente sonrisa relajada: — ¿No estás preocupada?

Zai le dio un vistazo a él, sin esperarse que haría contacto visual, la cual pronto ella rompió de manera natural y retomando en su labor de galletas. — ¿Debería? A cambio, ¿No deberías estarlo tú? Parece que apenas lleguen, irán con los Tao…

— Anna…

— Jun fue quién me lo dijo —Aclaró, al verlo a él entre pensativo e incomodo. Porqué tocar el apellido o temas sobre la familia en Yoh, parecía ser una mina sensible para el joven chamán.

Bufó: — Bueno, yo seguiré mi propio camino.

¡~Eeeh! bien dicho —Extendiéndole el puño que yacía sucio de harina mezclado con manteca, pero a eso al joven perezoso no le importó que riendo le devolvió el gesto. Chocando los puños en complicidad y celebración de "rebelarse".

— ¿Pero irás?

Zahira volvió a hacer contacto visual con él, gris y castaño chocaron. El joven Asakura tenía un semblante más serio, preocupado y pensativo…

Ambos estaban perfectamente conscientes que ella se reunía con Hao, además de la propia Anna. No obstante, todavía Yoh no estaba del todo informado de lo que hacía en sus encuentros con Hao y a eso se refería a la existencia de Asanoha Dōji, como a todo detalle sobre el pasado de Hao en su primera vida. Ese era un tema que a ella no le concernía contarle al menor de los gemelos, si se enteraría sería por la boca de los mismos implicados, sea por el propio Hao o incluso de Asanoha quién estuvo siguiendo a su hijo, esperando que la noté y en vano queriendo protegerlo, guiarlo a lo largo de su vida.

— Claro ¿O de lo contrario para qué haría toda está comida? —Apuntó las galletas en la mesa con un tono juguetón y burlón.

Él se mostró pensativo, relamiéndose los labios un tanto inseguro de hablar pero se atrevió de todos modos:

— ¿Qué tal es?

— Si quieres saberlo, ya sabes que hacer.

No tardo escuchar el gimoteo en protesta del castaño quién dejo caer la cabeza hacia adelante, en clara resignación.

— No lo haces fácil, huh.

Se encogió de hombros, a expensas que él no lograría ver su gesto. — Tú tampoco me lo dejas fácil.

Yoh pensativo alzó la mirada, viendo en silencio a la chamana quién hizo de la vista gorda el hecho de ser observada. El castaño suspiro e hizo el ademán de hablar, pero el sonido de unos pasos aproximándose más la voz de Amidamaru resonando en su cabeza, dándole una advertencia que Tamao se acercaba, le hizo guardar silencio y abandonar toda charla con Zahira relacionado con Hao.

Sabía que los Asakura en esos momentos lo vigilaban y, la presencia de Tamao, eran los oídos como los ojos de sus familiares. En especial de Mikihisa quién no podía ingresar a la posada, ni a sus alrededores porque Zahira lo repelería de manera inmediata, mandándolo a volar con sus poderes de sombras u oscuridad.

Eso le era un alivio para él, lidiar con Tamao le era más manejable que su propio padre. Aunque pronto la aparente calma se vería malograda porque sus abuelos y madre finalmente se llegaran a la Isla para observar la Shaman Fight y continuar planeando maneras de frustrar los planes de su gemelo como a la vez antepasado, mientras a él lo presionan, machacándole el mismo lavado de cerebro que viene escuchando desde que tiene conciencia: "Detener a Hao Asakura de cualquier forma".

Y él siempre preguntándose de nuevo lo mismo "¿A qué precio valía hacerlo?".

Quitando el hecho que Hao era bastante extremista en su deseo de hacer un mundo únicamente para chamanes, si, era malo pero ¿Por qué ellos también se tienen que rebajar a ser tan extremistas? ¡No estaría aquí respirando de no ser porqué Hao despertó sus poderes!

Ha escuchado las historias del Onmyōji milenario y ha investigado por sí mismo, con ayuda de Manta quién le mintió (a medias) su interés a la historia de la antigua Japón, sobre el tema relacionado con él. Y siempre acaba en las mismas conclusiones "¿No fue duro vivir así? ¿Ni un humano mostró interés genuino y amabilidad con él? ¿Dónde deja a los fantasmas de origen humano?". La Era Heian no fue una época fácil, según Manta e incluso Amidamaru, que vivió en otra Era pero no muy diferente con los problemas de sobrevivencia: hambruna, enfermedades, discriminación, corrupción, esclavitud y mucho, mucho más…

Muchas preguntas surgían entorno a su hermano mayor, y las respuestas que recibía no le complacían del todo o le eran incompletas.

— Yoh, pensar menos y poner a trabajar más esas manos.

La aprensión sorpresiva saco de su letargo al perezoso adolescente quién se disculpo volviendo a poner manos a la obra, mientras que Tamao reía no muy sorprendida con el castaño de vivir en las nubes.

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La noche pronto había caído, en la posada todos estaban muy contento al recibirlo una improvista merienda ante de la cena con variadas galletas que tuvieron una abrupta pausa porque Anna, respaldada por Pirika y una tímida Tamao demandaron que ya era suficiente de comer dulces para darle paso a la cena.

Y si bien los chicos quisieron refutar, especialmente los más dulceros como golosos, entiéndase Ren y Horo. Porqué en el caso de Ryunosuke se armo una historia digna de Shojō ochentero o noventero; dado a que adjudicaba que las galletas fueron preparadas especialmente para él pero como Zahira no podía dárselas de manera directa, entonces preparó de más para todos con la excusa y finalidad de darle así las galletas que están llena de sus sentimientos por él y sería una ofensa no comerlas.

— Bro, deja de usar ese gel come cabello —Comentó Chocolove, no sabiendo si reírse o preocuparse por Umemiya. — Te está produciendo alucinaciones. Créeme, no vale la pena esos "viajes siderales".

— Coincido con el comediante sin gracia.

— ¡Oiga, ¿Tan tarde y ya ofendiendo?! —Protestó el Neoyorkino a la Itako.

— ¡Nunca! ¡El gel Moco es el mejor!

— ¡¿Tú también usas ese gel?! —Intervino Horo que hace unos momentos luchaba con Ren y su hermana. El primero porque se quería agarrar las galletas resabiadas que dejo Tamao antes de que, por orden de Anna, recogiera el variado lote de pasta seca. — ¡Venga, hermano! ¡Usted si sabe de gustos!

— ¡Por supuesto! ¡El Moco es lo mejor!

Ryu y Horo pronto se dieron un apretón en hermandad por coincidir en el mismo gusto de producto cosmético capilar.

— Mañana, tarde, noche ¡Siempre le voy al moco!

—…Creo que nos salimos de contexto… —Indicó Chocolove al ver las alabanzas que recibía "El Moco", si, era una marca, pero el nombre… se daba a doble interpretación los comentarios.

Muy diferente de Ren que rio con malicia porque los dos par de idiotas ignoraban las expresiones sombrías de las chicas.

— Hermano, mañana mismo saldremos a comprarte otro gel de marca.

— ¡¿QUÉ?!

— ¡Sin peros! ¡Mi hermano es mejor que esa marca de nombre ridículo!

Mientras que el debate se armaba en la sala-comedor, la mesa comenzaba a ser servida por Yoh, Tamao y Lilirara. En cuanto a Manta, que estaba ayudando en poner los cojines en el tatami alrededor de la mesa, se percató de un detalle…

— ¿Oigan, y Zahira?

Sin embargo, nadie alcanzó a escucharlo a la primera por el gran escándalo. Cuando hizo el ademán de formular la misma pregunta pero en un tono de voz más audible, fue interrumpido por Anna que ya ocupaba su puesto en la mesa:

— Ella no estará. Omite su puesto.

Oyamada tenía impreso la interrogante en su frente, más no se atrevió a indagar más porque la mirada afilada de la Itako lo enmudeció y… fue lo mejor que hizo, porque pronto el Dúo de Onis se materializo, silenciando de manera abrupta el escándalo armado por Ryu, Horo junto Ren y a medias Pirika, está última quien fue la única en pie e ilesa de no haber recibido el ataque de los Onis.

Un aplauso atrajo la atención de todos, incluyendo de los inválidos apaleados que reposaban inertes en el suelo, siendo Yoh que sonriente y tranquilo invito al preguntar:

— ¡¿Quién tiene hambre?!

En cuanto a Lilirara, observo con incredulidad al Joven Asakura quien permanecía tranquilo como si nada. En especial porque las paredes donde arremetió la paliza de los chicos por los Onis, estaba salpicado de sangre… Lo peor que todos los demás fluían con la absurda corriente caótica. Al principio le pareció chistoso ver esas escenas, pero ahora que sabe lo normalizado que está… le hacía cuestionarse la cordura del grupo como la suya propia…

— Bienvenido al club.

La Seminoa salió de su letargo para girar a su izquierda, encontrándose a Chocolove que le sonreía de manera comprensiva y amistosa. Parece que su rostro fue lo suficiente expresivo para delatarse ante el joven Neoyorkino.

— Yo todavía me sigo acostumbrando.

Ella sonrió un poco ante su gesto como palabras.

— Me alegro no ser la única.

Sin más la cena continuó de lo más natural en la posada, pronto uniéndosele Fausto y Elizabeth que llegaron a tiempo luego de regresar de su paseo. Omitiendo el hecho que observaron como Tamao limpiaba la sangre salpicada en las paredes antes de irse a sentar al comedor, y que uno de los temas a tratar durante la comida fue a Fausto hablando sobre prótesis de cadáveres donde Ren mostró estar muy bien instruido.

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En otra parte, las cosas estaban igual de entretenidas en otra parte remota de la Isla, donde se ubica uno de las Potencias Chamanas de la Shaman Fight. Siendo Hao y sus seguidores, los cuales estos últimos estaban sumergidos en una apuesta.

— ¡Apuesto que se acobardó! —Exclamó Bill, provocando la risa de Hang y Kanna.

— ¡Apuesto que se devolvió!

Se unió Peyote con un solo de guitarra, agregándole un ambiente enérgico y coincidiendo con Burton… lo cual es bastante raro cuando estos dos logran llevarse bien.

— ¿Están al tanto que están apostando en el mismo sentido, no?

Les aclaró Yamada que jugaba a las cartas con Kanna y Matilda, mientras Marion se disponía a observar en silencio. El chamán antiguamente fotógrafo, era uno de los pocos miembros que lograba llevarse muy bien con las Hana-gumi que, por lo general tienden a ser agresivas con cualquiera que no sea Hao. No obstante, Kouji Yamada lograba ser otro de los privilegiados de acercársele e interactuar a las tres chicas que, dado a su actitud tranquila, amable, respetuosa y que no ve de manera lujuriosa a las chicas. Porqué admitámoslo, ningún hombre podría ignorar a esas tres al ser unas bellezas en pleno florecimiento, he de ahí el porqué Hao bautizó su Equipo con la palabra "Hana".

Pero Yamada trataba a las chicas acorde a su edad, sin minimizarla o verla con intenciones libidinosas. Era caballeroso y atento pero nunca cruzaba los límites ni espacio de las tres jóvenes, lo cual despertaba el agrado de ellas como el hecho de darle un trato más ameno. Por supuesto, el privilegio que le daban al humilde hombre sombrío no se comparaba al trato y apreció que le tienen a Hao.

— ¡Vamos Damayaji! No lo razones, sólo goza la diversión —Incitó burlón Hang Zang-Ching que yacía en otro sector del largo comedor junto con Brocken y Tabarsi, parecía que pasaban el rato charlando mientras bebían café y pan de centeno

— Claro, lo dice el experto de las apuestas ¿Qué esperas en unirte a la diversión?

Todos sabían la historia detrás que llevó a Hang a unirse a Hao, siendo las apuestas que en algún punto trasmutó a un vicioso ciclo que concluyó en una persecución de sus deudores para matarlo. Persecución donde Hao le propuso que se uniera, a cambio de salvarlo de su situación.

Kanna exclamó algo en alemán, pero todos estaban seguros que era alguna grosería. Hao tendía de manera pasiva-agresiva reprochar el lenguaje de marinero de la chica (dado a qué es el único que sabe aplicar de manera correcta la técnica chamán que te hace un políglota), pero no ayudó mucho a la tarea y a la final la dejó ser. Eso sí, la chamana Alemana ha aprendido a moderar un poco su boca, ya que Hao un par de veces mostró su enfado y no hay nada más aterrador que despertar el disgusto del milenario chamán.

Y afortunadamente, el caso de Kanna le ha servido de ejemplo tanto a Matilda como a Marion de no repetir los mismos errores que su amiga, quién ha figurado como una hermana mayor al haberlas cuidado una vez que fueron reclutadas por Hao.

— Mi religión no me lo permite.

Brocken escupió el sorbo de café que recién tomó, provocado por la misma risa que no tardo en emerger de su armadura de lego, oculta bajo su desgastada gabardina roja. Siendo una risa áspera y fúnebre desde la garganta.

— ¿Tú religioso? Y yo vuelo con polvo de hadas —Bromeó divertido. — Busca una mejor excusa Hang. Más creíble es si viniera del "Bello Genio" aquí.

— A mi no me metan.

— Finalmente, el gran momento esperado…

La voz de Boris se hizo escuchar quién colgaba desde las vigas del techo de la fabrica tal cual a un murciélago, cayendo después de manera hábil al segundo piso y revoleteando a su alrededor un murciélago que se desvaneció apenas aterrizo en la mano que le extendió el Rumano. Mientras era observado con gran desdén por todos, a excepción de Yamada que tan sólo suspiraba al ver a su compañero metido en su teatro de actuar como Drácula, digna de esas películas viejas donde la gente habla en versos.

— ¿Y eso significa qué…? —Apremió Tabarsi, uno de los pocos pacientes con el chamán "vampiro" y su singular personalidad.

— ¡La forajida se acerca!

Fuck…? ¡¿QUÉ?! —Exclamó Burton exasperado.

Ahora fue el turno de Boris en rodar los ojos exasperado: — ¡Qué la acosadora de nuestro Señor se acerca!

Todos exclamaron un "Aaaah" en comprensión.

— ¡Haberlo dicho antes, pinche chupacabras! —Rezongó Peyote, dedicándose a tocar su guitarra para calmarse.

— ¡No soy ese caprino de tus tierras!

— ¡Da igual, si hacen la misma verga!

— ¡Ya, muchachos!

Intervino Brocken, Boris y Peyote eran intensos cuando se enojan, lo cual no es bueno porque son mecha caliente que no escatiman a su alrededor y… estaba seguro que Hao no estaría nada contento si se encuentra con la Fabrica medio destruida solo porque no frenaron a tiempo al par de locos.

— Deberían redirigir esa energía para atender la visita del Señor Hao.

Ante la mención del Onmyōji, los dos reaccionaron y contuvieron su enojo.

— Tienes toda la razón Meyer…

La voz de Luchist se hizo escuchar, quién vestía con su inmaculado traje de negro mientras que bajaba las escaleras de metal hasta el piso PB.

— No podemos dar una mala impresión ¿No es así?

Cuestionó con malicia en su voz, una escalofriante advertencia entre líneas para todos que captaron de inmediato. Luchist era uno de los miembros más fuertes que hacía ver a Brocken como un santo, porque el propio "rabino" no dudaría en someterlos de manera inclemente a cada uno, incluso hasta de matarlos si amenazaban con los planes de su Señor.

Segundos después el gran portón metálico que es la entrada principal a la Fábrica, se abrió por si sola… y literal lo fue porque no observaron a nadie, sólo el sereno de la noche que se filtro.

— ¡JA! ¡Les dije que se acobardaría! —Celebró de improvisto Bill, al verse con la razón.

— ¡Eres incorrecto! —Objeto Diaz. — ¡Es obvio que se devolvió, yo gané!

Antes de abrir una nueva disputa en este dúo, un grito proveniente de Yamada que se asomó afuera a ver de qué fue la causa que abrió el portón. No hallando nada a su alrededor pero cuando decidió levantar la mirada al cielo nocturno por verlo más oscuro de lo usual, halló fue algo totalmente distinto que le hizo exclamar un grito de incredulidad.

Atrayendo consigo la atención de los demás que antes de acercarse a ver también, solo vieron como Yamada retrocedió justo a tiempo porque Zahira aterrizó donde estaba hace unos minutos. Vestía un crop top sudadera con capucha y de mangas cortas, color azul índigo que tenía estampada una mariposa en el pecho con un estilo urbano. Combinado con unos blancos pantalones capri de cintura alta al llegarle a cubrir hasta el ombligo y unos botines negros abiertos a los lados dejando ver la piel nívea de sus tobillos y parte de su pantorrilla.

¡Yo-ho ~! Muchachos.

Saludo Zahira que tenía una sonrisa ladina y juguetona, cargando sobre su hombro una bolsa blanca como si fuera un San Nicolás navideño mientras en su otra mano carga una bolsa mediana de regalo color roja.

— Bienvenida, Señorita Zai.

Saludó Luchist de manera cordial y afable, pero todos los presentes en la gran sala eran consientes que sería una noche muy agitada…

Todo porque Asanoha incitó a su hijo que no se contuvo de hacer una travesura.

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FIN DEL CAPÍTULO 17.

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¡Hola! Feliz Año nuevo y Navidad. En verdad que tenía planeado publicar el capítulo el 31 en festejo más no pude porque se suponía que les daría un regalo de actualizar con doble capítulo, más no se pudo. A cambio, les traje como regalo unos FanArt de Zahira y de los gemelos Asakura que pueden verlo en el fic «The Curse Project» en las plataformas de Wattpad y Ao3, que me pueden hallar fácil al escribir en el buscador de las respectivas plataformas mencionadas: Fjola Lovely., y en el Capítulo Especial ubicada entre los capítulos "Together" y "Cuenta Regresiva" del presente fic de Shaman King. Espero en un futuro no muy lejano traerles más FanArt de Hao, Zai, Anna, Asanoha e Yoh (principalmente).

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Gracias Lady'z Phantom por leer mi fic y dejarme tus comentarios, disfruto leerte como también saber que disfrutas de la historia. Disculpa por no tener últimamente una actualización continua, he tenido unos inconvenientes que espero pronto se solucionen. Espero que disfrutes de los FanArt y de este capítulo donde aparece Hao junto sus seguidores. También de ser posible, sacarte unas risas con las locuras de los Seguidores de Hao y el propio Hao. Te deseo un prospero año nuevo como muchas bendiciones. Espero hayas tenido unas navidades felices junto con tus seres queridos.

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Referente al capítulo, quería dar una idea como son los Seguidores de Hao y su trato con éste. No hay un compañerismo ideal sino todo lo contrario, pero a pesar de sus diferencias, logran llevarse de manera decente. Los Seguidores de Hao cumplen un rol importante porque en sus escenas dará información significativa relacionado con Hao desde otro ángulo, así que ojo con ellos. También, el título del capítulo se inspira del cuento de "Ricitos de Oro y los Osos" dado que la versión original los Osos no son apacibles y acaban por comerse a Ricitos (Los Seguidores de Hao no practicaran el canibalismo, pero no serán amigables con Zai gracias a Hao).

Finalmente concluyó en avisar que me dedicaré a ser más flexible con las actualizaciones, los Jueves es el ideal para mi a actualizar dado que es el recordatorio de que un 1º de Abril 2021, se estreno el primer capítulo del remake de Shaman King. PERO los jueves están en medio de la semana y se me complica, así que puedo actualizar ya sea un día Jueves o Viernes de la semana. A ver, si la trama así empieza avanzar.

Sin más que decir, espero que tengan un prospero año nuevo 2022 y más lectores se unan a leer mi fic, comentar, darme follow o incluso agregarme a sus listas de favoritos. Los quiero, les mando un gran abrazo virtual como buenos deseos a ustedes junto con sus seres queridos.