Descargo de Responsabilidad: Star vs Las Fuerzas del Mal pertenecen a Disney y, a su creadora Daron Nefcy


Para muchas personas mirar las estrellas es una fuente de inspiración, la mayoría son mucho más antiguas que la Tierra misma, por lo que han dado consejos a millones de personas a lo largo de la historia, el Sol es el mayor ejemplo de ellos, cientos de han adorado al astro de distinta forma, siempre el Sol culturas fue el pináculo de la vida, número reyes, príncipes, papas, conquistadores, presidentes, y otros, de forma directa o indirecta le han rezado, pedido consejos para prosperar en actividades futuras . La Luna no se quedaba atrás, si el Sol es el rey, la luna es la reina, la acompañante eterna en la oscuridad de la noche, que genera la ilusión de seguirte a dónde sea que vayas, lo más característico de ella es sin duda su color, blanco, blanco como la pureza, blanco como la paz, un color que genera todas estas emociones a quién la ve.

Si a Marco le hubieran dicho que su vida en un punto sería perfecto, siendo el novio de la chica de sus, sueños teniendo la 'mejor' de las mejores amigas que alguien podría tener, habiendo hecho recientemente las paces con un viejo adversario y conseguido finalmente la cinta roja de karate, sin mencionar que se ganó el respeto de muchas personas, tanto de su propia dimensión con de otras, sin duda este chico de 14 años no se hubiera esperado nada de esto, su vida había cambiado mucho más o menos desde que Star Butterfly entró en su vida por primera vez, 'el chico seguridad' era ahora 'el chico salvaje', combatiendo monstruos cada cierto tiempo y en el proceso ganando confianza. Pero lo que califica a una persona no es cuántas victorias puede conseguir (aunque es también importante), sino cómo afronta las derrotas,

—Estoy seguro de que lo estás disfrutando.— Marco había estado 'conversando' con la Luna desde hace un tiempo, más no era con la hermosa luna blanca que se solía ver en el cielo, como se sabe, en su caso era con cierta luna pintada en sangre, un rojo intenso que solo se solía ver en películas, sus conversaciones, sin embargo, no eran respondidas, o al menos no verbalmente, Marco 'sentía' sus respuestas en su alma, pero actualmente no había nada, la luna seguía de su mismo color y Marco solo la veía fijamente esperando un cambio, pero nada. La miraba a través de una ventana que estaba exactamente arriba de su cama, lo construyó el mismo hace dos meses, con las apariciones recurrentes de la luna roja parecía que la mejor idea era conversar con ella cada noche antes de dormir, el problema era que la luna respondía solo cuando quería,

De pronto, Marco escuchó un extraño sonido, con lo que levantó su espalda, y se sentó en su cama, decidió no levantarse porque no tenía muchos ánimos, pero aun así tenía expectativas de que era esto, un ruido que él ya conocía, como si ... 'algo cortara el aire', de inmediato pensó lo mejor, que cierta princesa mágica de otra dimensión venía a visitarlo. Al final resultó que no, el portal tenía un tono entre rojo-naranja-amarillo, como si de fuego se tratase, Marco sabía ahora de quién se trataba a la perfección.

—Hola tonto— le dijo cierta chica al salir del portal, su aspecto la hacía destacar por el resto de seres de este planeta, piel pálida blanca, brazos con púas, un largo cabello rojo recogido hacia atrás con un lazo negro, un flequillo cubre su ojo derecho, destacan sus colmillos, cuernos que sobresalen de su cabello junto a su tiara negra, y su largo vestido amarillo, que cubre su rellenita figura curvilínea, cualquier persona creería que está haciendo un cosplay de una diosa de fuego, pero Marco la conocía de años.

—Oh ... hola H-poo. - Marco dijo esto menos animado que como parecía estar hace un segundo.

— ¿Qué pasa? ¿No te alegras de verme? —

Marco desvió la mirada. —No es eso ... solo que ... no es un momento ... adecuado, es algo tarde, ya me iba a dormir- —

Hekapoo arqueó una ceja. —¿Crees que alguien te creería eso? Te ves más despierto que nunca, sin mencionar que te he vigilado por, le has estado luces hablando a la luna por alguna razón—

Marco la volteó a ver. —Espera ... ¿qué? ¿Me has estado vigilando? -

—Solo hoy, no creas que muchos días ni nada por el estilo. - El portal atrás suya finalmente se cerró, y ella se acercó unos pasos a Marco. —El caso es que ... quería hablar contigo, verte, mejor dicho—

A Marco le tomó por sorpresa esto último, mientras a Hekapoo le costó mucho decirlo, si bien Marco no tenía ánimos para hablar con nadie, la forma en que Hekapoo lo dijo y el hecho de que no quería mostrar debilidad ante ella por todo lo que pasado le hizo tomar una postura más firme e incluso la vió directamente a los ojos.

—¿De qué hablas?. —

A Hekapoo le costaba de verdad decirlo, por lo que apartó un poco la mirada, pero tampoco era propio de ella mostrar, aunque sea un porcentaje, debilidad emocional. —Bueno ... ¿Recuerdas cuando te di tus tijeras dimensionales y te invité a visitar un día mi dimensión ?, Bueno, tampoco fue una invitación directa, pero fue una propuesta algo obvia, el caso es que ... no has ido. —

Al final Hekapoo otra vez vio a Marco de cara, pero este perdió toda la firmeza que quiso aparentar y comenzó a divagar en su mente. —Oh ... siento eso, admito que me hubiera gustado visitarte una vez, también quiero ver a Nachos, supongo que ... los primeros días deben re-adaptarme a vivir en la Tierra, había olvidado todas mis contraseñas de cosas importantes, así como de mucha información relevante, la escuela fue un martirio, llegó un punto que conseguí conquistar por primera vez a una chica y ... esa experiencia al ser nueva para mí fue costoso de llevarla a cabo. -

A Hekapoo está última revelación le sorprendió, por cómo se había comportado Marco en su dimensión parecía tener cierta experiencia con las chicas, lo había escuchado mencionar dos nombres femeninos mientras viajaba, uno era muy conocido, Star Butterfly, la princesa heredera de Mewni, el otro por otro lado, no lo conocía, podría ser ese.

—Owww entiendo ...— Hekapoo fue a sentarse a su lado en la cama. —Sabes ... hace poco fue el funeral de Lekmet, así que ... vine a buscarte, no me he sentido bien en los últimos días. —

Marco comprendió esto, no había interactuado directamente con algún miembro de la Alta Comisión de Magia más allá de ella, claro, sin contar la vez que fue cristalizado por Rhombulus, había visto a otros dos el incómodo día de la canción de Star, un sujeto con cara de calavera que tenía 'cuerpo de universo', y una cabra con alas de murciélago, Lekmet era este último. Él no ha perdido algún ser importante en su vida nunca, pero sabe que debe ser devastador para quien lo sufre, sin mencionar todo el estrés que debió sufrir la chica en el corto período de tiempo en que supo el Libro de Hechizos y Glossarick y descubrir que Toffee poseía a Ludo, para terminar matándola o algo por el estilo, por suerte cuando despertó todo ya estaba solucionado.

—Dime ... ¿Qué sentiste exactamente cuándo Toffee te atacó?, Nunca te vi en ese estado, pero Star me contó que flotabas como globo, que tus ojos ahora eran cuencas vacías, como si fueras un cuerpo sin alma. —

La chica solo bajó la mirada con cara de derrota. —Fue extraño... y muy feo, no sé si fui a un lugar o me quedé ahí, solo sé que estaba derrotada, a diferencia de la mayoría de las veces que siento el calor en mí, esa vez no sentí nada, no podía ver nada, ni escuchar nada, ni oler nada, ergo, sé que no estaba muerta porque el Santuario de Magia me curó, ese lugar no es para regresar a alguien de la muerte, solo reanimar o curar heridas muy graves, pero también sé que estaba muy lejos de cómo entendemos el concepto de 'estar vivo'—

El chico no podía reaccionar de manera adecuada a esto, este relato sin duda era uno de terror, del peor que puede existir, guiándose por la descripción, teorizó una combinación entre estar en coma y estado vegetativo, gracias a ciertas nociones de medicina que tenía , había visitado el hospital unas cuantas veces por el mismo o por alguno de sus padres, y vio de reojo a varias personas en estos estados, con sus familiares al lado rezando para que se despertaran de una seguía decaída recordando el momento, había querido olvidarlo por un tiempo, pero el recuerdo seguía apareciendo en su cabeza, si bien no fue la primera vez que tuvieron que usar el Santuario de Magia para curarla de algo, si fue la primera vez que fue por algo como eso, había escuchado que en muchas dimensiones varios seres fueron atacados de esta manera por gente malvada, sin embargo, los más afectados los seres hechos de magia, eran los únicos que en realidad sentían lo de 'no-sentir' lo que hacía vulnerables psicológicamente luego de recobrar la conciencia.

—Lamento mucho todo lo que ha pasado, desde la muerte de Lekmet hasta el ataque de Toffee, de ahora en adelante prometo estar para ayudarte, H-poo.— Este movimiento que tomó por sorpresa a Hekapoo provocó un sonrojo en un rostro, uno tan evidente que agradeció que nadie la estaba viendo, sin mencionar que Marco usó involuntariamente su voz de adulto en la última palabra, ella no tuvo más remedio que devolver el abrazo, algo muy impropio de ella, pero la situación lo merecía, junto a una Ella siempre sintió el calor que su cuerpo emanaba, pero el calor de Marco esta distinto, ya ella le gustaba, no quería que esta situación acabara de casi un minuto de abrazo sincero, la dama de fuego lo apartó, si bien disfrutó del momento, no pudo evitar pensar que no era propio de ella mostrarse vulnerable ante nadie, menos ante él, que era su pasatiempo molestarlo.

—Ajam ... y ... ¿qué vamos a hacer? — Hekapoo apartó la mirada con su mano, evitando ser visto su rostro.

Marco (también sonrojado e incómodo por la situación) vaciló. —Ah ... ah ... ah ... ¿qq-qué qui-ieres decir? —

—Ya sabes ... lo que haremos hasta que amanezca, no estás cansado y no creo que la luna te conteste alguna vez. — Hekapoo pudo apartar la mano de su cara ya que hacer bromas había calmado su sonrojo. —Sin mencionar que necesito desestresarme por todo lo que ha pasado últimamente, por lo que quiero ver que puede ofrecer la Tierra para divertirse, he escuchado que es un lugar muy entretenido, yo no creía en esto ya que veía con malos ojos a los humanos, pero por ciertos motivos está dimensión poco a poco me fue interesando. —

El chico de 14 años comprendió bien a qué se refería este comentario, o, a quién, mejor dicho, se levantó motivado de la cama dando una mano a la dama para que hiciese lo mismo.

—Ok, a pesar de que sea de madrugada, conozco el lugar perfecto al que podemos ir, está abierto las 24 horas y ofrece atención de calidad. —

La chica (apoyada por la mano de Marco) hizo lo propio y salieron de la habitación, Marco no lo vio en ningún momento, pero cuando abandonaron la habitación la luna se puso roja.


Los padres de Marco tenían el sueño pesado, por lo que era seguro salir sin molestarlos, sin embargo, tomaron sus precauciones a la hora de abandonar la casa, tener el sueño pesado no era igual a estar sordos durmiendo. Al abandonar la casa y asegurarse de que estuviera con llave, Marco miró al cielo por última vez, la luna seguía como se supone debía estar, blanca y pura, que lo seguiría dónde quiera que fuese esa noche, Marco solo dejó escapar un largo suspiro y procedió a irse con Hekapoo siguiéndolo de cerca, aún extrañada por el hecho de que el chico esperara alguna clase de respuesta del satélite.

—Bueno... ¿a dónde vamos? —

Marco recobró el sentido después de un leve bajón de ánimo. —A un lugar que de hecho no conozco mucho, pero lo poco que he visto es increíble, ¿conoces la dimensión de Misión Compras? ay que digo... seguro que sí, bueno, este lugar es parecido, tal vez es mucho más pequeño, pero poco tiene que envidiarle a esa dimensión. —

—Suena de hecho interesante amigo. — Hekapoo asintió y caminó con una sonrisa, si bien antes habría dudado de que cualquier cosa proveniente de la Tierra fuera mínimo un uno por ciento interesante, ahora su mente estaba abierta a las cosas que este lugar podría ofrecerle, pero lo más importante, confiaba en las palabras exaltadas de Marco. Mientras caminaba, la chica sintió como Marco la había agarrado de los hombres y habían cambiado las posiciones en que caminaban, antes ella estaba en el lado de la acera que daba a la calle, ahora estaba del lado que daba a la grama de las casas. —¿Qué fue eso? —

—Uh... reglas de cortesía, ya sea en una cita o solo salida casual mientras van un chico y una chica, el chico siempre debe caminar del lado que da a la calle, es para evitar que si viene un carro y derrapa agua, sea el varón el que termine empapado. —

—¿Y esto es una cita o salida casual? —

—Oh... es... una cita, de amigos. — Hekapoo solo rio burlonamente ante esto, el comentario lo había deliberadamente para incomodar al chico.

Más allá de qué fuera exactamente esta salida, a Hekapoo solo le impresionó que Marco de hecho conociera reglas de cortesía, en la mayor parte de dimensiones que conocía, incluyendo Mewni, Hekapoo solo había visto comportamientos en realidad educados de personas pertenecientes a la realeza, la plebe no tenía la educación necesaria para saber cómo recibir a alguien de un rango 'igualitario', con los miembros de su realeza si solían ser más respetuosos, pero se notaba que esto lo hacían para no terminar siendo torturados o algo por el estilo, no estaba en su naturaleza pensar en otros que no fuera su círculo más cercano. Ahora comprendía que, o Marco era de hecho alguien educado con las damas, o en líneas generales las personas en la Tierra eran así, pensaba que lo más posible era lo primero, las pocas veces que había visitado la Tierra antes no había salido con un buen sabor de boca por los humanos, de hecho su sociedad no parecía muy distinta a la de los mewmanos en ese tiempo, seguían teniendo reyes y reinas o alguna variante, llegó un punto en que habían tomado caminos separados en cuánto a sociedad, Mewni tomó el camino de la magia, la Tierra tomó el camino de la tecnología, cabe destacar que hace mucho tiempo no visitaba la Tierra, y se notaba que había cambiado demasiado, si la segunda opción era la correcta, quiere decir que los humanos se habían vuelto más respetuosos con los demás, y deseaba saber ahora que otras cosas habían mejorado, después de todo la última vez que los visitó parecían librar una guerra entre ellos por una extraña sustancia llamada Opio, Hekapoo sencillamente no entendía porque los humanos peleaban por una simple flor y peor, entre ellos, no recordaba ninguna otra dimensión que peleara tan seguido entre sí en vez de unirse para mejorar.

Marco no era un amante de la historia, ni de otras ramas del conocimiento, pero si sabía lo suficiente como para poder introducir en eventos importantes a una novata, mencionó que más o menos el siglo estallaron dos grandes conflictos que cambiaron la historia para siempre, se trataba de la Primera y Segunda Guerra Mundial, esto no fue un buen comienzo, puesto que acentuaba el pensamiento de Hekapoo de que los humanos peleaban todo el tiempo entre sí en vez de ayudarse entre sí, porque se notaba que tenían muchos problemas entre manos, y sin uso de magia consideraba que les llevaría milenios alcanzar estabilidad, Marco le explicó que no era tan diferente a Mewni, sobre todo la Segunda Guerra, donde los nazis odiaban a los judíos y los retenían en campos separados, parecido a lo que hacían los mewmanos con los monstruos. Hekapoo no tomó bien esto.

—Es algo muy diferente, los monstruos son distintos, roban cosas y son criaturas salvajes, agresivas, no tienen control de sí y menos podrían llevar las riendas de una comunidad. —

Marco movió la cabeza en negación, aunque sabía que Hekapoo es como era Star en un principio con este tema, no justificaba el hecho mirar a una especie completa de ese modo de ninguna forma. —Ese pensamiento es exactamente lo que ellos junto a sus aliados pensaban de los judíos, seres sin cerebro, peores que caca de perro, no son santos obviamente, pero no merecían esos tratos. —

Si bien la chica estaba de acuerdo con lo último, seguía difiriendo enormemente con Marco en el tema. —¿Los judíos son humanos no? Ya con solo ver eso es obvio lo loco que estaba ese grupo, pero en este caso los monstruos claramente no son mewmanos, ¡ni siquiera se parecen entre ellos mismos por favor! —

Era notorio como Hekapoo le alteraba el tema, si bien sabía que Marco no veía despectivamente a los monstruos, sencillamente no lo entendía, más de medio milenio en guerra con la especie y nunca vio algo que de hecho hiciera cambiar su opinión. Decidieron dejar el tema atrás ya que la discusión se había aclarado demasiado rápido, Marco ni siquiera pudo continuar con su explicación sobre diversas costumbres que había en la Tierra, así como maravillas no relacionadas con humanos, lo mejor por los siguientes minutos era calmarse hasta llegar al destino, que no tardaron en llegar.

—Wow… ¿qué es esto? — La chica preguntó con los ojos maravillados

—Esto mi amiga… es el Echo Creek Mall. — Marco con su mano mostró el lugar a la señorita, que veía con asombro la construcción, luces neón brillando en la entrada, un tamaño que de hecho muchos castillos reales envidiarían, y eso que a este lugar iban personas comunes del día a día, algunos ni siquiera tenían zapatos, era notorio como circulaba gente por todos lados, ya sea yendo o viniendo, con bolsas llenas que algunas inclusive, necesitaban ser empujadas por un carrito, los establecimientos adentro también destacaban, si bien muchos estaban cerrados debido a la hora del día, algunos no podían perderse de los potenciales clientes nocturnos.

—¡Esto se ve en serio increíble!, se ve que no es tan grande como Misión Compras como dijiste, pero no deja de verse espectacular. — Mencionó la pelirroja

—Si… se ve así desde hace poco, antes era mucho más pequeño, menos deslumbrante y que solo abría por las tardes, sin embargo, un millonario llegó y le vio potencial, lo tomó como un riesgo de negocios, pero logró edificar algo totalmente nuevo moderno, atrayendo al mismo tiempo el turismo, la población de la ciudad ha crecido. —

Hekapoo escuchó poco o nada de esta explicación, puesto que entraron y solo veía lo brillante que se veía todo, claramente la persona que diseñó esto se ajustó a los clientes nocturnos, en casi todas las dimensiones que conocía, la noche solo significaba tiempo de reposo y cese de actividades, pero se ve que en la Tierra la noche solo significaba 'transformación', si ya su estrella no brillaba para este lado del planeta no importaba, ellos creaban su propia luz.

—Ahh… ¿Hekapoo? — Marco chasqueó los dedos en su cara para llamar su atención

La pelirroja solo dejó su 'visión' y se concentró de nuevo. —Oh.. lo siento, solo que… demasiada luz. —

—Seee…. Debo admitir que el contraste entre la oscuridad de afuera y la luz de adentro no es el más adecuado, pero es perfecto para atraer personas. —

La chica estuvo ciertamente de acuerdo en este apartado. —Bueno… ¿Qué haremos primero? —

Marco cerró los ojos y levantó el dedo índice. —Me alegra que preguntes, de hecho apenas lo estoy planeando, primero podemos ir a…—

El chico fue interrumpido abruptamente por su acompañante. —Sabes, yo también soy una persona a la que le gusta organizarse de vez en cuando, sin embargo, también sé que a veces hay que divertirse un poco en la vida, dejar que todo fluya de forma natural, relajarse. —

Marco reflexionó un momento, pensó que este comentario era algo típico que diría Star, pero encajaba también con la personalidad juguetona y animada que Hekapoo poseía.


—Vamos, veamos que encontramos. — dijo H-poo tomando la mano del chico y apresurándose a recorrer el lugar. A pesar de que muchas tiendas estuvieran cerradas en ese momento, cada parte del lugar tenía su propio encanto, seguía siendo increíble como afuera estaba todo oscuro con solo la luz de las estrellas y la luna iluminaban el paso, pero adentro del sitio todo tenía vida, se notaba que ese empresario había diseñado el lugar de forma que cada ciertos pasos quisieras comprar algo nuevo, o mínimo adentrarte a una nueva tienda en cuestión, una táctica de negocios consumista al cien por ciento, pero efectiva al mismo nivel.

—¿Qué hay aquí? — La dama señaló un lugar lleno de libros por doquier, las bibliotecas sí que existían en Mewni, pero aprender un poco de la cultura de la Tierra le llenaba de entusiasmo, Marco mencionó que este era uno de los pocos lugares que en realidad nunca se han visto cerrados, siempre parece haber alguien que gustaba de leer a la hora que sea, y el encargado no era la excepción, no era una biblioteca como tal, por lo que tampoco estaba tan surtido de libros como se quisiera, sin embargo, el encargado tomaba nota de que libro era faltante y al día siguiente aparecía este mismo en las repisas. Ambos entraron en el lugar haciendo sonar una campana que colgaba de la parte superior de la puerta.

—Oh Marco, ¿qué te trae aquí en esta bella madrugada? Veo que vienes con alguien. — El encargado dijo con voz amigable, era un hombre de entre treinta y cuarenta años con barba fina y peinado bien peinado, su ropa era algo informal, pero nada urbano. Con el último comentario echó un vistazo rápido sobre Hekapoo, él no era un pervertido, pero cuando una chica bonita entraba a su tienda, no podía evitar echar una vista rápida como todo hombre soltero.

—Hola Miguel, ella es una amiga, se llama Hekapoo, no es de por acá, quiere informarse un poco de pues… la Tierra en sí, sonará extraño, pero ya que salimos a esta hora nos gustaría un libro sobre cultura general. —

Hekapoo dio un pequeño saludo al hombre, que este devolvió. Este volvió a verla un pequeño momento, más que todo para preguntarse qué libro ofrecer, aunque también aprovechaba para saber en qué consistía el 'diseño' de la chica, su piel blanca y su largo cabello rojo no se veían naturales, por lo que Miguel pensó que hacía un cosplay de algún personaje famoso, lo preocupante era algo que relucía de su cabeza.

—Perfecto, sé exactamente que podría ayudar, sin embargo…—Miguel señaló a la llama encima de su cabeza. —¿Eso no es real o sí?, porque no podría dejarte entrar, mis libros valen mucho. —

La pareja observó entonces a lo que el hombre señalaba, Marco se preocupó pues no entendía cómo se le había pasado tal detalle, a Hekapoo sin embargo no le importó mucho, era algo que era parte de ella y lo consideraba muy normal, por lo que le parecía raro que alguien la 'atacara' por ello. —Ja, tranquilo amigo, observa. — Con un simple chasquido la chica tenía pensado apagar la llama, esto hasta que…

—Yo lo arreglo. — Marco se apresuró y sopló sobre la cabeza de la chica apagando la llama en el acto. —Asunto arreglado. —

Hekapoo rápidamente se molestó un poco, era algo simple para ella, ya le era extraño tanta preocupación de su parte, aunque si se sorprendió al recordar viejos momentos sobre Marco apagando las llamas de los cientos de clones que ella había hecho en el pasado para retarlo.

—Genial, síganme. — Miguel los guio por el lugar, era pequeño, pero con grandes cantidades de libros, todo lo que el Sexto Arte puede ofrecer, cada estante tenía un pequeño cartel encima, mostrando su género, ya sea fantasía, ciencia ficción, historia, acción, misterio, y muchos otros, sin embargo, Miguel fue directamente a un apartado especial que decía 'Obras Maestras'

—Tiene todos los libros que todo Ser Humano en este planeta debe leer, me sorprendería si no has leído alguno, pero si tu intención es aprender de la Sociedad, esto te ayudará. —

El primero de estos que le fue mostrado fue uno llamado 'Diálogos' escrito por un tal Platón, a Hekapoo se le hizo gracioso el nombre, observó la portada, no era nada complejo, solo era el nombre del libro junto al del escritor, junto al busto de mármol de este, era color beige. Se veía interesante a pesar de todo, ya que decía que había sido escrito en torno al 4 a.C. por lo que si sus cálculos eran correctos… ¡era incluso antes de su nacimiento!

'Roma desde un Romano' fue el siguiente, no tenía autor por lo visto, sin embargo, no dejaba de impresionar, su portada era espectacular, roja, pero en dorado tenía una corona de hojas, junto a las siglas 'SPQR' que Miguel le dijo a la chica que su significado estaba en las páginas del libro, junto a un águila también dorado que posaba sobre las letras y la corona, era grande y algo pesado, pero nada complicado para Hekapoo. También le dio el libro 'El Príncipe', uno particularmente interesante para la chica, pues según Miguel, su tema principal era la política, la sociedad, y su mirada cruel a los Seres Humanos, Hekapoo tomaría en especial consideración este escrito.

—Este sin duda es de mis favoritos… — Mencionó Miguel. —La Divina Comedia, todos deben conocerlo. —

El único problema con este era su tema central, pues según Miguel, el libro era muy 'cristiano', un concepto que Hekapoo no comprendía, Marco le explicó que era una religión, una creencia sobrenatural que muchos en la Tierra poseían, él mismo admitió ser cristiano junto a su familia.

*¿Esta chica ha vivido en una cueva toda su vida o qué?* Se preguntó a sí mismo Miguel, nadie podría negar que era cuanto menos raro que alguien desconociera la religión más importante del Mundo

—Oh, interesante, veré de qué puede tratar. — Respondió la chica ante la explicación de Marco, si bien SI estaba familiarizada con el concepto de religión, al ser el cristianismo la más seguida de la Tierra, era un punto central en su búsqueda de conocimiento.

Miguel le mostró tres libros más dedicados a política, economía y ciencia respectivamente, campos especialmente interesantes para ella, en especial el último al ser la contraposición a la magia, y ser la razón por la que los humanos tenían una sociedad tan desarrollada sin ella. Los libros eran: 'El Código Napoleónico', 'La riqueza de las Naciones' y 'Principia', escritos por Napoleón, Adam Smith e Isaac Newton respectivamente.

—Si quieres uno de Biología, este es uno indicado, aunque te aviso, está algo obsoleto hoy en día, pero te permitirá la entrada a conceptos básicos. — Con la explicación de Miguel, Hekapoo se extrañó, pues en muchos otros lugares, cuando algún documento quedaba obsoleto, solo es quemado, o en todo caso, guardado para nunca más volver a sacarse, sin embargo, este libro parecía tan importante que incluso era considerado una 'Obra Maestra'. —Ante ustedes, El Origen de las Especies. —

Hekapoo lo observó detenidamente, su curiosidad por cómo eran los animales terrestres era grande, sin embargo, este libro parecía querer explicar de una forma 'humana' el origen de cada animal que habitaba la dimensión, y esto no tenía precio.

—Cool. — Fue lo único que dijo al tenerlo en su mano.

—Bien, eso es todo lo 'serio', ahora pasemos a lo divertido, un poco de ficción no hace mal a nadie, te mostraré la mejor literatura humana. — Hekapoo se interesó en esto, los cuentos de Mewni se consideraban 'medievales' en la Tierra como Marco le había explicado, leer cuentos no-medievales sería una experiencia grata, sería leer 'cosas del futuro'.

Miguel sacó exactamente cinco libros del estante, cada uno irradiaba un aura distinta, ya sea muy infantil, fantasiosa, medieval burlona, trágica, y depresiva. —Ante ti están, las obras maestras de la literatura terrestre. —

Hekapoo examinó uno por uno los libros, empezando con el más infantil, este era 'El Principito', le parecía curioso que su título fuera parecido al de un libro anterior, pero le aseguraron que no tenían nada que ver, el segundo libro era 'El Señor de los Anillos' con el subtítulo de 'Triología Completa', parece que era más bien una recopilación de tres libros en un solo paquete. El tercero era curioso 'Don Quijote de la Mancha', un libro que hacía burla y comedia al tema de caballeros, le pareció curioso como Marco se quejó un poco de este pero al mismo tiempo lo alabó, por el hecho de que este estaba en español, según parece 'así se leía mejor' Hekapoo sabía el idioma, no habría problema con esto, el cuarto era 'Obras Completas' que como el segundo, era más bien una complicación de libros para formar uno, en este caso eran las más famosas de un escritor llamado William Shakespeare, que le mencionaron era el más aclamado de habla inglesa.

—¿1984? — preguntó Hekapoo al leer el título del quinto libro.

—Oh, no es que haya sido escrito ese año, sino que el autor se imaginó una distopía de cómo sería el mundo en ese año si el mundo seguía como estaba en su tiempo. — Marco explicó, Miguel asintió en acuerdo.

—¿Distopía? — la chica volvió a preguntar

—Bueno… es como cuando te imaginas un mundo oscuro y horrible en el futuro, basado en qué pasaría si cierto evento pasara, o si la sociedad no te gusta como es actualmente y piensas que eso la llevará a la ruina en el futuro si sigue así. —

—Ya entiendo, en Mewni también hay esas cosas, en forma de pergaminos en su mayoría, pero es curioso que esa clase de historias tengan un nombre, fueron especialmente populares durante la 'Guerra de Sucesión de Mewni'. —

—¿Guerra de Sucesión de Mewni? — Marco estaba intrigado por saber más de la historia de esa dimensión, así como Hekapoo de la suya, por lo que oír que hubo un conflicto distinto a la 'Mewnipendencia' o las continuas Guerras contras los Monstruos era un tema de mucho interés.

—Larga historia, algún día te la contaré. — Hekapoo no quiso ser especialmente grosera, dijo esto con una sonrisa y se dispuso a ver todos los libros que había recibido, eran una gran cantidad, y con buen contenido literario que enriquecería su mente sobre como funcionaba la Tierra.

—Mmm supongo sería todo, hora de pagar — dijo Marco, mientras ayudaba a la chica a llevar los libros a la caja registradora, eran doce libros en total, aunque en realidad a Hekapoo no le hubiera incomodado llevarlos todos por su cuenta, agradeció el gesto del chico.

—Ok, esto… más esto… más esto… — decía Miguel mientras apretaba diversos botones de la caja mientras agarraba libro por libro, para al final darles una factura a los chicos.

—¿CUÁNTO? — dijo Marco cuando vio la enorme cifra escrita.

—Hey, ¿qué se supone que esperabas si compras una docena exacta de obras maestras? — Miguel refutó, Marco no podía responder, estar embobado comprando libros hacía que perdieras el punto de una conversación.

—Oh, esperen un segundo. — Hekapoo salió rápidamente de la tienda, haciendo sonar la campana a su paso, para irse a un lugar invisible para los ojos de los hombres, Marco y Miguel solo se la quedaron mirando, pues fue una reacción muy extraña de su parte. La chica luego de un minuto regresó con un saco/bolsa marrón cargando con su espalda. —Ya está, nada de bromas chico. —

Hekapoo tiró el saco a un lado, esto dejó caer alguna que otra tonelada de monedas de oro por el suelo, junto a alguna de otras gemas preciosas, esto dejó atónito a Marco, pero aún más a Miguel. —¿Q-q-q-qué? Esto es… BELLÍSIMO. — Miguel solo agarró un poco del suelo, era sin duda más de lo ganaría en una vida, y sus ojos brillaban más que el Sol en verano.

—¿Dé dónde lo sacaste? — le preguntó Marco

—Solo… hice un pequeño viaje, esto no es nada, tengo muchísimo más de dónde vino esto. — Hekapoo le guiñó el ojo a Marco, su información era entendible lo suficiente para Miguel, ella sabía que no podía contarle tal cual qué clase de viaje había hecho.

—NO SE DIGA MÁS. — Miguel de inmediato sacó dos grandes bolsas para guardar los libros, de tela como regalo de cortesía, y porqué era importante cuidar el ambiente en una tienda dónde se vendían árboles con tinta. Justo después, bajo su propia caja registradora, sacó una bolsa, con una bolsa dentro, con otra dentro, para revelar una especie de caja negra con las letras 'TB' de color blanco en medio.

—¿Qué se supone qué es eso? — preguntó la chica. Inesperadamente Miguel se inclinó ante ella, cómo si le fuera a pedir matrimonio, a ambos les pareció demasiado inusual eso, sobre todo a Marco, ¿acaso ahora que sabía que Hekapoo tenía mucho dinero le pediría su mano?

—Mi Lady…. ¿cómo te llamas? — Miguel tenía un tono motivado al inicio para luego acortarlo

—Jajaj, soy Hekapoo chico. — La chica ciertamente no podía contener su risa ante la hilarante situación, de todas maneras, quería ver a dónde llegaba todo esto.

—Lady Hekapoo, su gran devoción por la literatura mostrada hasta ahora ha sido de mi total admiración, eso es algo que no se puede ignorar a la ligera, eso y que seguramente todo ese oro acaba de comprarme una vida… — Miguel solo murmuró lo último, aunque fue perfectamente audible, pues la chica carcajeó aún más —…por eso pido que acepte este obsequio de mi parte, guardado para cuando alguien digno apareciera, y la ha elegido. —

La dama recibió el regalo entre risas y curiosidad, Miguel era un hombre simpático, por lo que valía la pena ver esto, por lo que ver lo que había dentro valía la pena.

—Eso es… —

—Wow… —

Otro libro… y un reproductor de música. El título iba al grano: 'Todo sobre los Beatles, la historia de sus 211 canciones', a simple vista no era nada impresionante, y ambos se preguntaron porqué tal misticismo.

—Bueno, muchas gracias, fue un gusto Marco, y un gusto conocerte chica, nos vemos, adiós. — Antes de que dijeran algo, Miguel los sacó a ambos de la tienda, con las bolsas incluidas, el hombre cerró inmediatamente la tienda, y escuchó como se tiró al suelo y el sonido de monedas cayendo.

—Lo disfrutará mucho supongo — dijo Marco viendo ahora la tienda cerrada, Hekapoo en cambio solo miraba el libro en sus manos.

—¿Sabes qué significa? No encuentro el motivo de tanta… extrañeza, jaja. — Seguramente el recuerdo del momento perdurará en su mente por un tiempo.

—Oh, los Beatles son considerados la mejor banda que ha habitado el planeta, aunque obviamente eso es subjetivo, supongo que a Miguel le encantaban, este reproductor seguro contiene sus canciones. — Marco agarró el reproductor y se colocó en ambas orejas unos auriculares que venían junto a ellos, presionó dónde decía 'Song 1', escuchando inmediatamente 'Love me do' al hacerlo. —Efectivamente. — Luego solo apagó el aparato, se quitó los auriculares y los puso en la caja.

—Entonces este libro explica cada canción suya, lo dice en el título, vaya, les faltó imaginación. — Hekapoo lo miró detenidamente, para luego sonreír pícaramente. —Creo que este lo dejaré para el final. — Lo guardó en la caja, junto a los auriculares, prestando especial atención a estos últimos, para luego guardarlos en otra bolsa.


Caminaron un rato por todo el lugar con el fin de encontrar un punto de interés, Hekapoo era el guía y Marco el seguidor en este caso, ya que había visitado por diversas razones todos los lugares del sitio y solo esperaba que la chica encontrara algo bueno. Lo bueno es que más pronto que tarde llegaron al lugar.

—¿Y esto qué es? — dijo la chica señalando al sitio

—Oh, un cine. —

—¿Y eso es…?

—Bueno… es cómo un sitio dónde ves películas acompañado de mucha gente, ¿recuerdas el día de la canción de Star? Algo parecido, solo que quita la parte de la música, lo importante sería solo la historia que se cuenta, y, por cierto, no es en vivo como el teatro, las películas vienen en cintas que van pasando rápidamente y generan movimiento. —

Comprensiblemente Hekapoo estaba maravillada por la idea de algo como esto. —¿Y qué tipo de historias se cuentan? ¿los gobernantes de este mundo tienen sus propias películas? —

—Uhmm… algunos sí, otros no, las películas no tienen la función de contar la historia de una sola persona en especial, a veces lo hacen, pero hay muchas posibilidades, son como esos libros, solo que VES la historia, no la lees. —

—Wow. — A Hekapoo sin duda le brillaron los ojos ante esta explicación, sin duda las posibilidades ante esto eran grandísimas. —¡Vamos! — Hekapoo tomó la mano de su compañero, y se aproximó directamente hasta la taquillera dónde estaba una mujer de más o menos 20 años.

—Buenas, bienvenidos a CineMars, ¿En qué les puego servir? — dijo con un tono amable.

—¡Una entrada a la película más próxima! — dijo Hekapoo en tono apresurado.

—Ok, eso corresponde a 'Cuando las Luces se Apagan' (Lights Out), eso inicia en… — la empleada se dispuso a buscar en su computadora —dos minutos, deberían apresurarse. —

—No importa. —

La empleada sacó las entradas, antes de entregarlos explicó —Ok, dos entradas, eso sería… —

—Solo toma. — Hekapoo sacó monedas de oro y se las puso inmediatamente adentro de la ventanilla, el brillo y la cantidad sorprendió a la empleada. —Vámonos. — Dijo H-poo luego de tomar las entradas y salir corriendo, pasaron un guardia al cual Hekapoo solo entregó las entradas mientras seguía corriendo, fue a la sala de cine que la entrada decía (04) aún agarrada fuertemente de la mano con Marco. —Ahí es. — Hekapoo entró a la sala, no estaba particularmente llena, por lo que se sentó en los asientos de en medio, era obvio que eran los mejores, no tienes que girar mucho el cuello y soportar el aire acondicionado.

Marco en cambio, se recompuso luego de toda la situación que pasó, pues todo fue en menos de 30 segundos. —Uff… sabes… si no me preparo… para correr… es demasiada exigencia… ¡ni siquiera recuerdo cuando viste el cine y ahora estamos acá! — dijo Marco en medio de suspiros exasperados

—Oh vamos, me decepcionas, perseguiste a un clon mío en el extremo de un desierto a otro. — Dijo Hekapoo mientras se reclinaba un poco en su asiento. —Solo relájate, por lo que decía el boleto estaremos una hora y media acá. —

Marco simplemente se resignó, no había forma de obtener algo de esto, por lo que solo se cruzó de brazos y se reclinó un poco en su siento, dejando el conjunto de bolsas en el suelo. —Sabes… normalmente las películas se disfrutan mejor con palomitas de maíz y un refresco. —

La película ya estaba por iniciar, así que Hekapoo solo se puso más cómoda sin prestar completa atención a lo que Marco decía. —¿Maíz eh? Comeremos luego de esto. —

—Pero… —

—Shhh. Cállate. — Hekapoo puso un dedo en medio de la boca de su compañero, pues quería vivir la experiencia sin interrupciones, a lo que su compañero solo se resignó, mientras ella miraba con estrellas en los ojos. Y eso que solo era la presentación.


—Wuuu, estuvo muy bueno, los efectos de sonido alrededor fueron geniales, y sí sentí la tensión en el ambiente, aunque claro, cuando enfrentas bestias como Ratinius por las mañanas nada puede asustarte lo suficiente… ¿Qué opinas? — Hekapoo giró un poco su vista, solo para darse cuenta que Marco estaba roncando como nunca. Esto la enojó, aunque solo provocó un ceño fruncido en su cara, así que encendió una pequeña llama en la punta de su dedo índice y lo colocó cuidadosamente en la oreja derecha de Marco.

—¡AAAAHHHH! —Marco ciertamente gritó y se golpeó muchas veces su oreja derecha que fue parcialmente quemada hace un segundo

—Sabes… uno no va casualmente a un sitio con una mujer, y se queda dormido. — Dijo Hekapoo levantándose elegantemente de su asiento, y yendo por la salida del lugar.

Preocupado, Marco recogió ambas bolsas y salió a su seguimiento. —¡H-poo! ¡Espera! No era mi intención…—

Hekapoo se dio la vuelta ya en la salida. —Oye, no estoy enojada, pero si un poco resentida… sabes… deberías en algo para… hacerme sentir mejor… — le dijo poniendo ambas manos en su cintura y sonriendo pícaramente.

Extrañamente para Marco, se puso muy nervioso, no había sentido esto desde hace mucho, como el empezar a sudar por las axilas, en su mente era obvio, debía pensar en algo rápidamente. —Aaahhh… — Marco salió enteramente del cine y visualizó el panorama, como a su mente no se le ocurría nada, tal vez su paisaje le ayudaba en algo. —¡Ya sé! — Marco salió corriendo a una dirección indeterminada, Hekapoo al ver esto, solo se cruzó de brazos con expresión seria, y lo siguió caminando a paso normal.

El lugar en cuestión resultó ser una especie de mini-tienda de collares, aunque solo era una señora de avanzado edad (aunque no tanto) que vendía unos cuantos collares en un pequeño puesto en medio del lugar. Ella tenía una mirada perdida, sus canas y grandes anteojos harían parecer que es una típica 'loca de gatos', pero su ropa era una combinación rara entre ropa formal y suciedad.

—¿¡Hola!? — Marco llamó su atención, levantando el brazo en frente de cara, ella solo giró su cabeza lentamente a dónde estaba el chico, sin parpadear, esto lo asustó un poco.

—Hola joven… ¿qué necesita? — dijo la señora en frente suyo, que solo giró la cabeza un poco hacia dónde él estaba, Marco sentía como si observara directamente su alma, así que apartó un poco la vista para evitar contacto visual directo.

—Ah… pues… un collar, sí… uno… que sea muy bonito. — La mujer solo puso cara cuestionadora, girando un poco el ángulo de su cabeza

—No me da muchas pistas, joven. —

—Es que… no sé cómo…— por suerte, o mala suerte, para Marco, Hekapoo ya se estaba aproximando a dónde esté estaba con curiosidad en sus ojos de lo que estaba ocurriendo

—Oh… interesante… — la señora se acomodó los anteojos un poco ante la llegada de la chica, escudriñó un poco sobre ambas personas, cómo si buscara algo, a lo que los dos acompañantes se miraron el uno al otro, como si lo que estuviera pasando no tuviera sentido. Marco decidió preguntar.

—Ah… ¿sucede…? —

—LO TENGO. — La señora buscó entre las cosas que tenía por ahí, no era particularmente en un lugar ordenado, nada de lo que tenía en el mostrador parecía ser 'la cosa', en lugar de eso salieron yoyos, cintas, tijeras, objetos punzantes, incluso comida, que seguramente venció el siglo pasado, todo esto definitivamente era algo fuera de lo convencional.

—¿Qué pasa? — le susurró Hekapoo a Marco.

—No tengo idea. — le susurró en respuesta.

Finalmente, la señora parecía mostrar algo de interés al par, era una caja, descuidada al por mayor, pero esto debido a la antigüedad de esta, era notable como el material con el que estaba hecha databa de tiempo atrás, pero no tanto, como algo que una abuela guardaría con amor para transmitirla a sus nietos en el futuro. La señora sacó la tapa de la caja, para revelar…

—Tengan jóvenes, este bello collar… —

—¡WOW…..! — Se sorprendieron al unísono

Y no era para menos, el collar era de hecho sencillo en líneas generales, la mayoría de los 'críticos' lo tildarían de… 'hecho con amor, no con pasión', sin embargo, tenía mucho que dar por sí mismo, en primer lugar, el lazo metálico que lo unía era en principio bronce, o tal vez cobre, pero actualmente se había degradado y era un tono 'patina', como la Estatua de la Libertad, ese estilo degradado pero antiguo solo aumenta su interés por él a cualquiera que le interesara el arte de la realeza. Estaba compuesto por exactamente once cuentas, en el centro del todo, estaba colocada una estrella de diez puntas, siendo la punta septentrional la que la conectaba al resto del collar, al igual que el lazo, la estrella era originalmente bronce/cobre o algún mineral amarillento, pero se había degradado, aunque en este caso hacia un tono rojizo, era como ver una 'estrella dorada con manchas rojas'.

Alrededor tenía las otras diez cuentas, las cuáles eran aún más oscuras que la estrella de diez puntas, a la izquierda de la estrella (lado derecho visto desde nuestro lado), había una cuenta roja, azul, blanca, marrón oscuro y anaranjado, en ese orden, cada una tenía un símbolo raro, parecían hacer referencia a los 'elementos de la naturaleza' (fuego, agua, aire, tierra y fuerza respectivamente), al lado derecho de la estrella (izquierdo a nuestra vista) estaban cuentas similares, solo que de otro color, morado, amarillo, verde, celeste, y gris, los cuales nuevamente por los símbolos que había en ellos, parecía que cada representaba a un elemento (energía, electricidad, planta, hielo y metal respectivamente). Estaban puestos de tal manera que cada uno fuera apreciado por sí mismo, sin duda cada uno fue hecho con detalle.

—¡Es asombroso! — dijo Marco, que apenas seguía procesando lo que había en frente suyo.

—Si… ha pasado de mi familia por generaciones, según mi padre, que en paz descanse, ha pasado de generación en generación por siglos, desde La Primera Cruzada, los Vikingos, los Conquistadores de este continente, en fin, tiene su tiempo, aunque no fue el único, ni mucho menos, tengo varios, y seguro mis parientes lejanos de otros países también, pero considero apropiado de vez en cuando venderlos, la herencia cultural es para compartirla. — Explicó la señora mientras veía el collar con nostalgia, siendo sincera no estaba segura de cuán viejo era este collar específico, cada nueva generación de su familia tenía la tarea de hacer réplicas para preservar el original, sin embargo, en un punto el original se perdió, y las pruebas de carbono 14 no ayudaron, por lo que cualquiera que anduviera por ahí podría ser el original, aunque esto no le preocupaba, no había probabilidad de que este en específico fuera el original.

—Oh… es una gran historia, ¿cuánto es? — Marco sacó su billetera, la que había obtenido hace unos meses de Misión Compras y que había tratado de esconder de Janna, estaba dispuesto a pagar esto, ya que su compañera había pagado todo lo demás, a veces es extraño salir a pasear con un rico siendo tú el anfitrión.

—650 dólares. — Dijo la señora poniendo la mano lista para recibir el dinero

—Oh por supuesto. — Marco solo sacó el dinero y se lo dio a la señora, para luego guardar su billetera, ella estaba feliz de haber hecho una venta exitosa luego de mucho tiempo, Marco solo se cruzó de brazos, parecía que desde la primera semana que empezó a recibir regalías el destino quería quitarle su dinero, era como el Gobierno cobrando impuestos.

—Ah y otros 650 por la caja. —

—¿Qué? —

—Oh… hay una tradición que dice que ese collar solo puede ser guardado en la caja en la que fue puesto por primera vez, por lo que, si se quiere guardar alguna vez, deberá ser en esa caja. — La señora solo sonrió y extendió esperando recibir más dinero, Marco suspiró, sacando nuevamente la cantidad para dársela a ella, a lo que esta agradeció aún más feliz que antes, Marco en principio iba a protestar, pero al ver lo empática que había sido la vendedora, más la calidad del collar, valía la pena cada centavo, sobretodo porque a Hekapoo pareció gustarle tanto que no había apartado la vista de este desde el primer segundo, aunque… era algo extraño.

—Muchas gracias, ahora… H-poo, vamos a comer, tengo ganas de… — Marco notó a su compañera. —¿Hekapoo? —

Era extraño a su vista, la dama caliente no había si quiera parpadeado desde que vio el collar, no parecía ser una mirada de asombro o intriga como las que había puesto las otras veces, como con la entrada, los libros, el cine, no, era algo que combinaba admiración con temor, tiesa como roca, Marco puso su mano entre sus ojos y el collar para saber que le pasaba.

—A su novia le ha encantado mucho mi collar, joven. — Bromeó la anciana

—Ella no es mi novia, y no tengo idea de qué le pasa. — A Marco solo se le ocurrió chasquear varias veces los dedos en su oído. —HEKAPOOO

Para su suerte, la chica reaccionó justo en ese momento. —Ah… ah… sí, sí, está hermoso y todo. — Desvió su mirada hacia Marco. —Muchas Gracias. — Ella decidió abrazarlo por mero impulso, a lo cual Marco le devolvió el gesto, feliz de que el enojo fuera temporal, la anciana estaba muy confundida por la situación mientras se acariciaba la barbilla, Marco le había dicho que no eran pareja, pero tenía muchos años de experiencia en eso de las relaciones, y ellos se comportaban demasiado cariñosos a sus ojos como para una amistad.

—Pónmelo. — Hekapoo lo invitó luego de separarse, sacó el collar de la caja para dárselo a Marco, ella apartó su largo cabello a un lado para que él pudiera ver de mejor manera su cuello, esto a Marco lo puso nervioso, por lo que se puso a sudar un poco más que antes, pero decidió seguir con el acto. Desabrochó la parte de atrás del collar, ya que Hekapoo dejó al descubierto su cuello no le fue difícil el acto, el collar no era particularmente grande, la estrella había quedado en el punto medio de su pecho y su cuello, y las cuentas en los lugares correspondientes, las últimas de cada lado (la gris y la anaranjada) se ubicaron en sus clavículas, esto era porque todo el lazo sobrante tenía el objetivo de sostenerse por el otro lado del cuello, claramente todas las cuentas debían estar a la vista.

—Ya está. — Dijo Marco cuando acabó el trabajo

Hekapoo movió un poco su cuello para sentir mejor el nuevo accesorio de su atuendo, más allá de su vestido, su ropa interior, y su tiara negra, no había algo más que estuviera sobre su cuerpo, sentir esto era como una nueva fase… —¿Cómo me veo? —

—Te ves muy… ah ah digo, se te ve genial… — Marco estaba muy sonrojado en este punto, no era necesariamente porque el collar hiciera un gran cambio en ella (que sí que lo hacía en cierta medida), sino porque era la primera en 16 años que de hecho observaba a Hekapoo con la única intención de ver su apariencia física, y juzgarla a base de su pregunta.

—Awww… que gentil, bueno, como dijiste, vamos a comer… — Fue al mostrador dónde tomó la caja junto a la tapa, metiendo ambas dentro de una de las bolsas. —Muchas Gracias. — Le dijo por última vez a la señora y se dirigió a su camino, había visto de reojo el sitio donde venden comida en un letrero, por lo que no estaba perdida en este punto, Marco decidió seguirla.

La señora había visto la situación entera con una sonrisa en su rostro, tenía los dos fajos de billetes en ambas manos. —Esos dos tienen futuro, y son muy agradables, por favor bendícelos señor Orka. — Esto último lo dijo mirando al cielo, aunque todo esto no fue escuchado por los otros dos, que ya estaban lejos del lugar.


Habían pasado un rato en la cafetería, Hekapoo estaba actualmente esperando en una mesa por la comida la cual, Marco estaba trayendo, ambos habían pedido una hamburguesa con papas, un menú económico, pero que seguramente llenaría sus estómagos.

—Y aquí está…— dijo Marco acercándose con dos bandejas de comida, y un refresco, Hekapoo había pedido una soda, con algo de picante, una decisión extraña, pero ya que no vendían alcohol a menos que fuera para llevar, era lo mejor por ahora.

—Mmm… se ve delicioso…— dijo la chica haciendo un gesto con la lengua, ya saboreaba lo que veía.

—Le llamamos comida rápida, algo que te llena, pero engorda en exceso. — Marco explicó, comiendo la primera papa de su menú, que estaba salada perfectamente, él mismo especificó cuanta sal debía contener la orden, su compañera hizo lo propio, además de beber un sorbo de su refresco, si bien el picante había intentado dar el toque, estaba lejos de las bebidas que normalmente tomaba, pero estaba un poco satisfecha con el resultaba, de todas maneras no podía aspirar a algo mejor.

Comieron por un buen rato sin mediar muchas palabras, hablaron unas cuantas veces de las grandes aventuras que Marco tuvo en su misión para conseguir las tijeras dimensionales, desde ambas perspectivas, Hekapoo de hecho tenía recuerdos de lo que hacían sus clones cuando estos 'morían', la única información que no sabía del viaje de Marco eran sus encuentros con Brunzetta y poco más.

—¿Así que soy el primero en años en mucho tiempo que consigue un par de tijeras? — preguntó Marco

—En efecto, normalmente cuando abandono mi dimensión, dejo un clon o varios a cargo de la fragua, no hacen tijeras tan buenas como yo, pero no me preocupa, por el simple hecho de que el 98% de los que intentaron conseguir un par mientras no estaba fracasan miserablemente. — Explicó. —Y en todo caso los que lo logran, son en teoría seres con inmensa fuerza, tanto física como de voluntad, ahora entiendo porque existe una vasta cantidad de copias ilegales, desde sierras y hachas, Rhombulus y yo los hemos ido cazando, pero ya sabes… siempre hay por ahí. —

Marco estaba sorprendido sobre todo el trabajo que conllevaba crear cosas como las que tenía ahora en su bolsillo, ganarse unas ya era todo un riesgo.

—Pero debo decir, 16 años es una marca sorprendente, el record apenas es de 14, no mucho mayor, y proveniente de una raza no tan fuerte, parecida a la humana, el record es de 90, estás demasiado por encima del promedio Músculos, muy impresionante. — Hekapoo dijo lo último con una sonrisa, recordando brevemente lo pasado.

—Jaja, gracias, aunque me gustaría recordar más… no sé… a veces todo parece solo una siesta breve, como si todos esos conocimientos, habilidades, entrenamiento, hubieran ocurrido en solo… — Marco hizo una pausa a su explicación. —…ocho minutos. —

—Es de hecho normal, no importa si en la dimensión X-103 pasas un año o mil, cuando regreses a tu lugar de origen, después de un tiempo, todo parecerá que pasó rápido. —

—Debo admitir que los primeros días fue difícil, se me olvidaron las contraseñas de… bueno… todo lo que ocupara contraseñas en mi vida. — Ambos rieron después de eso, pasaban un momento divertido con sus alimentos, ciertamente todo estaba yendo mejor para ambos, luego del trago amargo que habían pasado los últimos días.

—Oye… *bostezo* tengo sueño, vámonos. — Dijo un chico cerca

—Dale, antes de que papá y mamá despierten. — Dijo otro chico un poco mayor cerca

Los dos procedieron a recoger todo sobre sus bandejas para depositarlas en la basura, el vaso del más bajo aún tenía un poco de refresco. —Sabes… planeaba que la siguiente semana, podríamos invitar a… nooo. — Sin darse cuenta, tal vez por el cansancio, chocó con la silla, en la que Marco estaba sentado, provocando que parte de la bebida casi cayera sobre él, por suerte Marco de algún evitó esto al apartarse inmediatamente. —Oh… lo siento… lo siento…—

Marco estaba entre asustado y furioso por la reciente acción. —¡Hey amigo!, ¡Cuidado!, esta capa es sumamente importante no solo aquí, sino en todo el multiverso, ¿quieres tener problemas con la Caballería de Mewni? —

Los dos amigos estaban confundidos por esto, pero el más bajo solo estaba preocupado por la reacción negativa que había tomado Marco ante su descuido. —Oye, no… no sé de qué hablas, pero por favor perdóname, fue una equivocación, no volverá a suceder. —

Marco, que se había parado de su silla, no era mucho más alto que el chico, pero su mucho más imponente. —Sé que no, ¡largo de aquí! — Los dos chicos, incluido el mayor, salieron corriendo del lugar con sus bandejas en mano, parece que eso los había despertado finamente. Antes de volver a sentarse, Marco sacudió su capa, no le había pasado nada en realidad, pero era una seña de que nada, ni siquiera una pelusa de polvo debía tocarla sin su permiso.

—Sabes… me he estado preguntando desde que llegué, se me había olvidado con todo lo que hemos hecho, pero acabo de verlo y recordarlo… ¿por qué traes esa capa? — Hekapoo preguntó llevándose una papa a la boca después de prestar atención a la conversación anterior.

Marco fue súbitamente sorprendido por esta pregunta. —Bueno… ¿no se me ve fantástica? — dijo aún parado y luego estirando la capa para que la dama la viera completa

La dama en cambio miraba con indiferencia mientras seguía masticando. —Es discutible, tu propia capucha rota te luce mejor, aunque no en este cuerpo exactamente. — Mencionó esto último de forma juguetona. —Pero eso no me responde mi duda, no ha pasado mucho desde la última vez que nos vimos y ahora de repente usas eso como parte de tu vestimenta normal. —

A Marco se le bajó toda la emoción en un solo segundo, por lo que en señal de derrota se sentó y comió algunas de sus papas. —El Rey River me la regaló, dijo que era un símbolo de gratitud hacia mí por haber ayudado en la derrota, y que con ella, me podré convertir en caballero si algún día quiero… — Marco puso su mano en el pecho y voz se llenó de emoción —…es por eso que planeo volver a Mewni, y vivir ahí de ahora en adelante, sirviendo como caballero del reino—

Mientras Marco, ahora más a gusto, decidió terminar de comer su comida, a Hekapoo se le quedó paralizada la mano con una papa que justo se iba a comer, ahora dejándola nuevamente en su plato.

—¿Qué pasa? ¿estás bien? — preguntó el chico

—Oh si si, solo que me intriga saber… ¿cómo planeaste todo eso?, es decir, ¿vas a dejar toda tu maravillosa vida aquí en la Tierra para convertirte en un caballero? —

Marco sonrió ante la pregunta. —Por supuesto, ya mis padres junto al director están sacando uno que otro papel, formalidades y así, y no sé si tengo realmente una vida maravillosa aquí, todo es muyyy aburrido, necesito acción, como cuando estuve en tu dimensión, es una gran decisión obviamente, es lamentable que muchos no lo comprendan, mis amigos ya no me hablan, mi novia me dejó, vaya… incluso Sensei se enojó. —

Si Hekapoo no estaba prestando atención con detalle a cada palabra que dijo, esperando algo más interesante, lo último sin duda provocó que usara el 100% de su cerebro para comprender, y no se refería a la parte del Sensei. —¿Tu… novia? —

Nuevamente a Marco se le bajó toda la emoción del mundo de golpe, eso era algo que pensaba antes de salir de la casa, y que ahora regresaba a él, cada vez que trataba de no pensar en ello, el recuerdo regresaba, lo peor es que no era culpa de la gente a su alrededor o el ambiente, sino totalmente suya. Él solo suspiró —Se llama Jackie Lynn Thomas, había estado enamorado de ella, desde… prescolar creo, y durante años no me había atrevido a acercarme a ella más que para saludarla… moviendo la cabeza, estaré eternamente agradecido a Star en ese aspecto, ella me ayudó a tener más confianza conmigo mismo y hablarle, salimos a citas y nos besamos, aunque como ella dijo, la mitad del tiempo que tuvimos como relación se consumió conmigo en Mewni. — Marco solo acostó su cabeza con sus miserables pensamientos en la mesa, agarrando papitas en el camino. —Cuando regresé, las personas dijeron que solo hablaba de Mewni una y otra vez, no era mi intención presumir, solo quería compartir mi logro con ellos, ¿no hay nada de malo en eso cierto?, por eso me mudaré a Mewni, tengo buena relación con la familia Butterfly, esta capa lo demuestra, y seguro siendo caballero del reino viviré muchas aventuras al lado de gente que aprecia mis habilidades. —

Hekapoo encontraba poco sentido a todas las palabras que Marco había desprendido en los últimos segundos, no le encontraba sentido a casi nada, desde el hecho de dejar a una persona de la que había estado enamorado por años, en un par de semanas, supuso que era entendible si Marco era inexperto en esto de las relaciones, algo extraño para ella, no pareció eso en todo el tiempo que estuvo persiguiéndola, pero es válido. Lo que no concentra es en la importancia de su capa, algo que siempre le había parecido extraño de los humanos era su enorme apego por los objetos, en ella solo había existido alguna clase de apego por dos objetos en particular, el Libro de Hechizos y la Varita Mágica, aunque proteger ambos era algo inculcado por su 'padre', y curiosamente ambos fueron destruidos de alguna forma en el último año, regañar a Marco por robarle sus tijeras era más cosa de orgullo, no las necesitaba obviamente, era la forjadora de tijeras dimensionales, podía crear unas nuevas para sí cuando quisiese, pero sencillamente no deja que nadie le robe nada.

Pero la capa en sí misma le resultaba extraña, no la había tocado hasta el momento, pero desde cerca se nota que su tela es algo distinta a las capas que usan los caballeros, sin mencionar que estas eran 'unicoloras', esta en cambio tenía pequeños detalles, el más significativo era una 'M' que notablemente sobresalía, ¿el Rey River le había dado una capa personalizada a Marco?, no sería de extrañar si Marco fuera un reconocido héroe de Mewni, hace mucho no hay uno nuevo, pero siempre eran recompensados con algunos lujos, las capas personalizadas pueden incluirse entre esos. El caso es que por lo que le han contado de 'La Batalla por Mewni', la ayuda que había prestado Marco fue algo irrelevante, se podría decir que fue apoyo moral para que Star pudiera confiar en sí misma y vencer gracias al poder del amor o algo así de cursi, pero más allá de eso… meh.

—Si te hace sentir mejor, confío en que encontrarás lo que buscas en Mewni, ¿sabes…? Ahora que vivirás allá podremos vernos más seguido, es usual que visite el castillo Mewni por esas tediosas reuniones de la comisión. —

Marco estaba muy mal internamente con todo lo que dijo, era como si el 'NoLoDiga' lo estuviera controlando, pero esas palabras de Hekapoo sin duda lo reconfortaron, al menos lo suficiente. —Muchas… gracias. — Dijo con una sonrisa

Hekapoo también sonrió en respuesta. —Dime… ¿Qué planeas hacer en Mewni? —

—Bueno… convertirme en caballero y vivir muchas aventuras de caballero. —

—¿Y ya, eso es todo? —

—Con tal haya peligro todo está bien para mí, me gusta la incertidumbre del futuro, no saber lo que pueda pasar, o simplemente decidir yo lo que me pueda pasar. —

—Supongo que entiendo el punto. —

Los dos comieron y bebieron a su tiempo, no había prisa, solo disfrutaban de un bocadillo nocturno, para Hekapoo no era distinta esta comida del resto del día, su ciclo de sueño era algo distinto, para Marco fue un poco más pesado, debía hacer un poco de ejercicio antes acostarse para bajarlo todo. Cuando ambos acabaron, poco y nada podían hacer ya.

—Oye, para acabar con esta noche, deberías llevarme a dónde aprendiste todos estos movimientos que llamas karate, los mencionaste varias veces, tengo curiosidad. —

—¡Es una gran idea!, ven vamos. —

Ambos se levantaron y fueron en camino, no sin antes depositar toda la basura sobrante en sus bandejas a la basura, la última actividad de la madrugada no podía esperar.


Resulta que el dojo era ahora una de las partes más vistosas del Centro Comercial, sin duda el nuevo dueño veía potencial en este, y no era para menos, Marco mencionó que los alumnos de karate aumentaron desde el traslado, y él mismo era una especie de maestro para los nuevos estudiantes, el tamaño del establecimiento en cambio no aumentó mucho en proporción, debía ser un lugar con espacio, pero siempre centrado solo en karate. Marco poseía una copia de las llaves del sitio, debido a que algunos estudiantes le pedían lecciones extra en horarios donde el Sensei no estaba disponible, pobre de ellos ahora que Marco dejaría esta dimensión por un tiempo.

—Y aquí querida Hekapoo… es donde surge 'mi magia'. — Dijo Marco al abrir las puertas del dojo y extender la mano hacia este para hacer la presentación.

Hekapoo dislumbró el sitio, sin duda parecía un sitio donde algunas personas harían prácticas secretas de magia, el aire de misticismo se sentía en el aire, unos muñecos de prueba en una esquina, trofeos y reconocimientos en otra (incluido un pedazo de pared con la marca de un golpe en ella, colgado como si fuera un cuadro, muy extraño), en fin, se parecía también a una guarida de caballeros, solo faltaban armas.

—Espérame ya regreso. — Dijo Marco, que se fue rápidamente a una habitación, Hekapoo no sabía que había dentro, pero parecía importante, tal vez una espada o algo así, despedazar esos maniquís sería un buen entrenamiento. Luego de unos minutos, Marco regresó, ahora con un traje bastante simple, solo era una chaqueta blanca, junto a unos pantalones holgados también blancos, ambos de tela, se sostenían por un cinturón rojo amarrado a su cintura, ahora estaba descalzo, lo único que conservaba de su anterior atuendo era su capa, perpetuamente amarrado a su cuello.

—¿Qué es eso? —

—Se llama karategi, lo uso cuando practico karate… — Marco puso sus manos en posición de saludo, lo que hizo frente a la chica, ella solo asintió en respuesta, era algo nuevo y no sabía cómo reaccionar. —…disciplina, paz interior, y defensa personal, todo eso lo he aprendido con el karate, ahora te daré una demostración. —

Sería difícil para Hekapoo explicar de forma seria lo que vino a continuación, Marco empezó de forma simple, solo dando unos cuántos golpes al aire, se quedaba quieto unos segundos a veces, para luego dar patadas y golpes consecutivos, se paraba en un pie o hasta de puntillas, algo seguramente muy doloroso, pero impresionante, aunque en un punto la rutina se había vuelto repetitiva, sería impresionante para el ojo humano ordinario, pero no para el de alguien con la experiencia en combate como Hekapoo. Marco se percató de esto, por lo que se acercó a uno de los maniquís cercanos, este era más alto que él, pero esto no le impidió darle una patada directa a la 'cara' de este, mandándolo lejos, esto ya fue más complaciente a la vista, aunque si bien el estado de ánimo de la chica había aumentado, disminuyó cuando nuevamente la rutina cayó en la repetición, como si fuera una rutina de baile, Marco dudó varios segundos sobre lo que iba a hacer, pero como no quería aburrir a su espectadora, no tenía más opciones, fue rápidamente hacia otra habitación, trayendo consigo varias tablas de madera, dejando caer varias en el camino, colocó una en medio de dos bloques de roca cercanos, Hekapoo estuvo expectante ante lo que iba a pasar, Marco sin embargo, solo hizo amagues de que algo que iba a pasar pero nada.

—¡Hey!, ¿qué pasa? — se quejó Hekapoo

—Bueno… la última vez que intenté hacer esto… digamos que no salió del todo bien. — Marco se sobó la dorsal de su mano derecha, indicando que el recuerdo de cierto brazo seguía latente.

—Mmm… sé exactamente que puede solucionar eso. — Al parecer la forma de Hekapoo para afrontar el miedo a romper una tabla de madera fue… colocar cuatro más, de modo que ahora eran cinco las que Marco tendría que dividir en dos. —Listo. — Hekapoo solo regresó con una sonrisa a sentarse cómodamente a las gradas, más ansiosa ahora de lo que iba a pasar.

—Ah ah… esto no ayuda. —

Hekapoo se recostó un poco usando sus brazos como almohada. —Si quieres enfrentarte a un tigroso, entrena con un dragón, simple lógica. —

Marco estaba más inseguro de lo que podría pasar, no tenía salida, si su intención era mostrarle sus increíbles habilidades como karate, lo último que quería hacer era decepcionarla, que incluiría no hacer ningún intento para esto. Todo sería mejor si tan solo no estuviera sudando como perro, desde partes visibles, a partes dónde el sol nunca llegaba.

—Si te ayuda, solo piensa en algo que te moleste, o un recuerde que te genere sentimientos negativos en particular. — Mencionó Hekapoo con particular calma, aun cuando lo que pedía no era fácil, curioso, ya que Marco creía en los principios del karate que actualmente practicaba y calma era lo que menos poseía.

Marco pensó en cosas que lo enfadaban, concentrándose solo en sí mismo, se preguntaba que podía ser, si las múltiples veces que Janna robaba sus cosas, el hecho de que ninguno de sus conocidos comprendiera el significado de su capa, no haber ayudado a Star durante el reciente conflicto de Mewni con Toffee a pesar de que todo logró resolverse sin mayores consecuencias, nada de eso le despertaba ese sentimiento, ninguno era tan fuerte para lograrlo. Pero luego recordó, hay algo que le enfurecía más que nada, algo que sin duda había sido su piedra en el zapato por años, que le impedía avanzar en su vida.

Él mismo.

Él mismo era su piedra en el zapato, el que había provocado que por casi una década saludara a su enamorada de la misma manera sin avance, que gracias a Star ahora estaba cambiando, pero que el proceso sería largo, y todavía estaba en fase primitiva.

—AAAAHHHHH. — De un solo golpe con su mano abierta de lado, las cinco tablas se transformaron en diez, si bien se había llenado de astillas, no se arrepentía, se sintió tan bien de hecho, liberar eso se sentía bien, golpear se sentía bien.

Hekapoo aplaudió varias veces de forma sincera, feliz con el resultado, e impresionada al mismo tiempo, pocos podrían presumir de poder hacer eso a mano desnuda sin armas, aún con dudas en su mente sobre el verdadero significado de esa capa, estaba convencida de que Marco sería un gran caballero. —¡Genial amigo! — Fue a darle un pequeño golpe en la espalda, que despertó al chico del pequeño trance en el que estaba después de la acción.

—Oh, oh, sí, ¡gracias! —

Con lo impresionante que fue, ahora Hekapoo estaba pretenciosa de tener un poco más de acción de otro estilo, abrió un portal dimensional con sus tijeras, entrando por unos segundos, Marco se preguntaba que significaba esto, ¿a dónde iría y que traería? Bueno, ambas preguntas fueron respondidas en un par de segundos, cuando Hekapoo regresó.

—¡La Filosa! (El Choppo en inglés). — Marco tomó su espada, la que consiguió en una de sus aventuras muchas vividas en la dimensión de Hekapoo, le traía gratos recuerdos cada vez que la había, cada logro en su vida era digno de poner en un altar, y sin duda, guardar una espada como esta en su cuarto era gratificante.

—Exacto, la observé de reojo en el corto tiempo que estuve en tu habitación, si deseas ser caballero, lo primero que debes aprender es cómo dominar una espada a la perfección así que...— La chica sacó un par de tijeras dimensionales de su vestuario, las dividió a la mitad, ahora funcionaban como dos pequeñas dagas o espadas. —Es hora de una pequeña prueba. — Dijo con una sonrisa desafiante.

A pesar de la sorpresa de Marco, él en el fondo estaba ansioso por la petición, sin duda era algo que lo prepararía para el futuro que se le avecinaba, sin embargo, eran otras cosas las que le preocupaban por el momento. —Hey, espera, sin poderes de fuego o magia por favor, con los problemas que tengo con Sensei no me gustaría que viniera mañana y encontrara cenizas por aquí. —

Hekapoo se desanimó por esto, apagó las llamas que su cuerpo había desprendido y se puso en posición de combate normal. —Como quieras. —

Marco hizo lo propio, desearía tener un ventilador para hacer que su capa hondeara dando un efecto épico a la situación, aunque se conformaba con lo que tenía, era una prueba amistosa después de todo, y calentar un poco el uso de la espada no le vendría mal.

—¿Listo? —

—Totalmente. —

Ambos fueron contra el otro, al principio era tranquilo, y era Hekapoo quien tomaba la iniciativa al atacar, Marco solo bloqueaba los ataques con su espada, pero notó que esto lo hacía retroceder, por lo que abandonó por un rato la espada para solo esquivar las tijeras, esto hacía que sus reflejos tuvieran que ser más precisos. Lluego de retroceder un tiempo, se movió por todo el lugar, provocando que la chica lo persiguiese, el entorno ahora era parte del combate, Marco era ágil y rápido, esto provocó frustación en la chica que no podía alcanzarlo, Marco vio en esto una abertura, por lo que propinó un ataque sorpresa con su espada, Hekapoo tuvo que usar ambos lados de las tijeras para bloquearlo, al haber sido sorpresivo, la fuerza de Marco estaba concentrada totalmente en atacar y la de Hekapoo en aguantar, una muy buena ventaja.

—Uggg... buena esa. — Hekapoo esbozó una sonrisa nerviosa

—Gracias. — Respondió Marco, aún concentrado en su posición.

Hekapoo poco a poco se acostumbró a la situación y de un empujón apartó a su rival, que retrocedió unos pasos sin perder el equilibrio, ahora ambos estaban en un mismo nivel. Se vieron fijamente, buscando un punto débil en el otro, sus pies se movían solos, intentando rodearse, ninguno quería ser el primero en atacar, lo mejor ahora sin duda era hacer un contraataque, pero al ver que estaban en un punto muerto, se acercaron sigilosamente uno al otro, sus ojos seguían viéndose fijamente, conocían la posición de las armas del contrario, una imprudencia sería fatal ahora.

—Aún estando muy limitada por tu regla de 'sin magia', debo admitirlo, peleas bien. —

—El pensar es mutuo. —

—Pero... te distraes mucho. —

Hekapoo se acercó e intentó asestarle varios cortes con sus tijeras, Marco los repelió con facilidad con su espada, Hekapoo sin embargo continuó con su estrategia, atacó mutuamente de la misma manera varias veces, sin duda esperaba un error de su rival, pero Marco pudo repeler todos los ataques con facilidad, incluso se atrevió a devolver los ataques, que la chica tuvo que bloquear también, esta era la parte más pareja de la batalla, con ambos atacando y defendiendo al mismo tiempo, a pesar de ser solo un combate amistoso, ambas partes disfrutaban por igual el momento, nunca viene mal un fresco duelo de espadas. En un determinado momento, y gracias a un hábil movimiento, Hekapoo consiguió primero, bloquear con su 'daga' derecha el ataque de Marco, mientras que puso la 'daga' izquierda en el cuello del adoslecente.

—Vaya, vaya, fin del juego amigo. — Dijo Hekapoo victoriosa.

Marco cambió su preocupada cara por el sagaz movimiento, a la de una sonrisa de aceptación. —Ahhh... si. —

Los dos combatientes bajaron sus armas, Hekapoo volvió a unir su par de tijeras y las guardó en su vestido, mientras Marco fue a donde estaba la funda de su espada para guardarla de nuevo.

—Muchas Gracias por el duelo, hace mucho no tenía un duelo como ese, y lo necesitaba. — Mencionó Marco, ahora estaba dentro del cuarto cambiándose el ropa, algo que le entristeció un poco, puesto que su uniforme de karate era mucho más cómodo que la ropa que traía puesta, y ya con el cansancio evidente en su cuerpo, preferiría llevar puesto algo más acorde.

—Se nota, noté varias fallas en tu postura, forma de agarre, y defensa, solo el ataque es más o menos fino, pero golpes más directos no vendrían mal. — Dijo la chica de fuego, que lo esperaba en las gradas nuevamente como al principio.

—Bueno, ¿era un combate de entrenamiento no?, sin mencionar que como ya dije, no quería hacerle ningún rasguño al dojo. —

Hekapoo rodó los ojos. —¿Crees que yo no? además... la postura no tiene nada que ver con el hecho de contenerse, te probé durante todo el combate, que pude haber terminado en solo cinco movimientos máximo por cierto, y eso que no usé magia, algo que muchos enemigos del reino seguro usarán con intenciones letales por cierto. —

Marco salió de la habitación en ese momento, ya cambiado y listo para retirarse, y tomando de un vaso con agua. —Son buenos consejos, podrías enseñarme trucos algún día. —

—Podría. —

Decidieron que la mejor forma de salir era directamente abriendo un portal hacia la habitación de Marco, lo único que él hizo fue cerrar con llave las puertas del dojo, que por alguna razón se podía hacer desde el interior, lo demás fue solo usar sus tijeras dimensionales hacia su habitación, pan comido para ambos.


—Ufff... fue una larga noche... ¿madrugada?, ni estoy seguro de la hora, seguro el Sol ya está por salir, pero fue divertido. — Dijo Marco recostándose en su cama, podía sentir la suavidad de esta en su cuerpo, deseaba en todo su ser entrar en el reino de los sueños ahora.

—Fue muy entretenido, y de hecho sé que la Tierra tiene más por ofrecer. — Dijo Hekapoo que se encontraba parada a un lado.

—Faltan muchas cosas, podría mostrártelas otro día. — Marco levantó su torso para verla, si bien tenía muchas ganas de dormir, era descortés hablar con alguien mientras se estaba acostado.

—Supongo que ahora que vivirás en Mewni, yo podría ser quién te mostrara otras dimensiones. —

—Sería fenomenal. —

Pasaron unos segundos en silencio, ellos pensaban en el futuro, todo era prometedor de hecho, primero Marco, planeaba reencontrarse con Star y placticar sobre ciertas cosas, convertirse en caballero, vivir muchas aventuras peligrosas en Mewni, y cosas inimaginables. Para Hekapoo era más de lo mismo, reuniones con la Alta Comisión, corroborar si todo lo relacionado a portales dimensionales estaba en orden, y alguna que otra formalidad más, lo bueno era que según ella lo peor ya pasó, con lo de Toffee finalmente resuelto por fin podía dejar de estresarse por cosas mágicas importantes, estos momentos donde disfrutaba pequeños momentos de su longeva vida eran sus favoritos, y con lo que recientemente había vivido los apreciaría más.

—Mmm bueno fue divertido, pero es hora de que me despida, buena suerte con tus objetivos a futuro, chico. — Dijo Hekapoo mientras abría un portal dimensional.

—Igual con las tuyas... H-poo. — Dijo Marco, que para sorpresa de la chica, usó su voz de adulto en la ultima palabra.

—¿Q-q-ué? ¿cómo pudiste hacer eso? — Hekapoo tenía la cara claramente roja en este momento, cosa que trataba de ocultar.

—Descubrí que podía hacerlo hace un par de días, practicaba mi 'masculinidad', además es mi propia voz, no importa el cuerpo es parte de mí, además... parece que te gusta. — Marco trataba de ponerse juguetón y molestón en el momento, una respuesta al comportamiento típico de Hekapoo con él.

—Grgrgrhhh, ¡cállate y no hagas eso! — La mujer solo atravesó el portal con sus bolsas de compras en poco tiempo, sentirse en desventaja ante una situación no era su estilo.

Me acostumbraré a esto. — Marco se regocijó a sí mismo, se sentía bien tener el control de la situación por una vez. Pero una situación como esta no quedaría así, y en menos de lo que se cuenta un cuento, él sintió como el lado parietal de su cabeza de quemó, llevándose a su cabello de la zona con ello, todo esto acompañado de la sensación de un golpe a mano abierta. —¡Heyyy! —

Esto había sido obra de Hekapoo, quien discretamente había abierto un portal justo atrás de él para hacer su jugada maestra. —No podía irme sin dejar mi marca niño, ja. — Su sonrisa de victoria y posterior carcajada lo decía todo, quien ríe al último ríe mejor.

—No es justo. — Decía Marco sobándose la zona

—La vida no es justa niño... bueno adiós. — Dijo Hekapoo antes de entrar de lleno en su portal e irse definitivamente, o eso esperaba Marco. —Ah y gracias por el collar. — Dijo ya con un ultimo regreso.

—Tsk... — Marco decidió acostarse resignado, ahora solo necesitaba descansar, sin tiempo de preocuparse por pequeñeces. —Tienes suerte de que el cabello me crezca rápido. —

Quedaban pocas horas para que el Señor Sol saliera y brillara por todo el Estado de California, Marco calmó su mente, no había nada que lo perturbara ahora, batallas épicas y entretenimiento sin límite le esperaban en el futuro. En el presente solo estaba él con sus ojos cerrados y su mente en el mundo de los sueños.


Había llegado el ansiado día, dónde Marco finalmente abandonaría su antigua vida para dirigirse a su 'destino', tenía todo listo, su ropa en una maleta, los documentos y... nada más que eso de hecho, no necesitaba más según él, había desayunado recién, pues una tarea como esta debía concretarse en las primeras horas del día. Lo acompañaba sus dos padres, Angie y Rafael, para despedir a su hijo a lo que él consideraba era lo mejor para su vida, el director Skeeves estaba al obviamente, después de todo él se había encargado del molesto papeleo, tenía una caja en sus manos, sus amigos estaban ahí también de hecho, Janna, Alfonzo, Ferguson, y el Sensei, siendo la chica la única del grupo con una sonrisa en el rostro, los demás tenían una expresión triste, aunque sostenían un cartel blanco que decía 'Adiós Marco', con la última 'o' siendo reemplazada por una carita feliz.

—Bueno ahora te libero de las ataduras de la Academia, sé libre o algo así...— Dijo el director mientras abría la caja la cual contenía una paloma blanca, esta voló a lo lejos, un neto simbolismo de 'libertad'. —Nunca antes enviamos un estudiante a otra dimensión. —

—Claro que sí, es igual a lo que hizo Star cuando hizo su programa de intercambio, solo que. ya saben, en dirección opuesta. — Respondió Marco que mostró los documentos que tenía a la mano, parece que solo eran una vaga modificación de los documentos de transferencia de Star, algo bastante flojo.

—Bueno, espero no estarte enviando al abismo. — Dijo el regordete director al analizar por un segundo la situación, no era de su interés, pero tampoco quería responsabilizarse de la muerte de alguien.

—Marco espera no puedes irte aún. — Dijo Ferguson interrumpiendo la conversación.

—Queremos disculparnos por como nos comportamos el otro día. — Continuó Alfonzo.

Marco esbozó una sonrisa comprensiva a sus amigos. —No chicos, yo soy el que necesita disculparse, no estuve mucho aquí y... —

Ferguson lo interrumpió. —Amigo, e...está bien, mira, te trajimos algo. — Sacó de su bolsillo un curioso objeto protegido por una caja de plástico transparente. —El dado de la suerte, te dará buena suerte en tus travesías. —

—Aww... gracias chicos. — Marco recibió el regalo con gratitud, era un bonito regalo, un dado rojo de veinte caras, lo conservaría con cariño. Marco volteó hacia el Sensei para despedirse también.

—Para que sepas aún sigo enojado contigo. — Dijo el Sensei con voz clara, tenía los brazos cruzados y no quería hacer contacto visual.

—Lo sé, tengo algo para ti. — Marco guardó atrás suyo el dado, para luego, sacar una capa (más bien túnica) de color rojo carmesí, en su espalda estaba un rombo blanco, dentro de él una 'S' dorada.

El Sensei sorprendido, tomó el obsequio, y se derrumbó en lágrimas al instante. —¡Te extrañaré mucho hermano! — Era sin duda un magnifico detalle, ahora sí podrían ser llamados 'hermanos de capa'.

Marco rio suavemente. —Yo también te extrañaré. — En ese momento Janna llamó la atención de Marco tocándole el hombro.

—Yo también tengo algo para ti. — Dijo para luego mostrarle una tarjeta de Seguro Social, de hecho... ¡era su propia tarjeta!

—¿¡Qué, qué!? ¿hace cuánto que la tienes? — La tomó y ahora tenía muchas preguntas en su cabeza.

Janna solo se encogió de hombros. —No preguntes si no quieres saber la respuesta. — Prosiguió caminando de espaldas hacia atrás.

Marco solo suspiró. —Que miedo. — Sin duda no extrañaría esto. Sacó sus tijeras dimensionales y abrió un portal con ellas, sus padres se acercaron a él y compartieron un tierno abrazo familiar, desde hace unos años con la llegada de la adolescencia, sus muestras de afecto público habían disminuido, pero esta era una ocasión especial.

—Cuídate mucho hijo. — Dijo Angie luego de separarse, dándole un tierno beso en la frente a su hijo.

—Si... aunque... ¡no lo entiendo! ¿dejamos que Marco abandone la escuela? ¿eso es algo legal? — Dijo Rafael con clara consternación en su voz y rostro.

—Sshhh, el necesita tener su propio verano en Francia. — La pareja de padres solo se separó, aunque Rafael seguía con dudas en su rostro.

—Muchas Gracias... Mamá y Papá. — Dijo Marco, feliz de tener todo resuelto finalmente, para luego acercarse al portal, a solo un centímetro de él, antes de eso se despidió finalmente de todos con un gesto con la mano.

—¡Adiós!

—Adiós Marco. —

—¡Adiós Marco! —

Todos sus amigos se despidieron finalmente de él, para que luego Marco cruzara el portal hacia su nueva vida, algo que le daría un nuevo sentido a su existencia, su 'verano en Francia'. Observó su futuro, con gran satisfacción y convicción, abrió un portal algo lejos del reino Mewni con la única finalidad de tener una hermosa vista panorámica de este, la imagen era digna de un cuadro que museos colgarían en sus paredes, se preguntaba si había artistas en Mewni que capturaran algo como esto.

Su capa ondeaba, sus ojos resplandecían, una nueva aventura le esperaba.


¡Finalmente!, si... finalmente hemos llegado al final del primer capítulo oficial de esta historia, o segundo capítulo, como quieran considerarlo, es un largo capítulo, espero sea una lectura placentera para ustedes, me esforcé mucho de principio a fin, aunque pido miles de disculpas si tardé demasiado, es por ciertas razones que contaré más adelante.

Como habrán visto, el capítulo se enfocó exclusivamente en el ship, será de los pocos momentos pacíficos que vivirán en esta historia, así que quédense con eso, aquí fue todo tranquilo, solo fueron dos amigos pasando un buen rato juntos, desarrollar sentimientos entre ambos será lo entretenido, pero debo advertirles algo: No se desesperen. Desarrollaré la pareja a su tiempo, y debo aclarar que estará en un 'segundo plano' en la historia, porque este fanfic está más enfocado en la acción y aventura, pero dejaré momentos Markapoo en medio para ponerlos contentos no se desanimen.

Curiosidades del Capítulo:

-El título del capítulo está basado en la canción 'Getting Better' de los Beatles, habrá muchas referencias a ellos en el fanfic.
-Una de las razones por las que tardé tanto en actualizar es porque el editor de documentos de este sitio es una REVERENDA PORQUERÍA, no tengo miedo de decirlo, a veces me borraba oraciones completas, combinaba palabras, eliminaba puntuaciones, en fin, espero no me pase mucho a futuro, pasé más tiempo corrigiendo errores de edición que escribiendo el capítulo en sí.
-Por otra parte decidí verme otra vez TODA la serie, desde la primera temporada hasta la última, así como recopilar datos que los productores solo han dicho en entrevistas y en foros que ni la wiki tiene, con eso armé un esquema de que usaré y qué no para la historia, algunas tramas ya están planeadas, otras no, siendo el Final una de las cosas que quiero dejar al último.
-Todos los libros menos uno existen en la vida real, como seguro notaron el único que no existe es el relacionado a Roma, esto debido a que necesitaba un libro que resumiera todo lo que fue la 'Ciudad Eterna', su Monarquía, República, Imperio, incluyendo Bizancio, no existe tal libro, así que me di la libertad de inventar uno. Los libros elegidos son los que considero como lecturas indispensables para cualquier persona, ya sea inocentes o depresivos, fue una dura tarea escoger.
-La película también existe en la vida real y se estrenó en agosto 2016 (podrás deducir en que fecha transcurre esta historia), es buena, pero no es importante para la trama, solo busqué una película que se haya estrenado en esas fechas y esa fue la única decente. CineMars es parodia a Cinemark.
-La rama de karate que Marco practica al parecer es invento de la serie, pues no existe una que pase de cinta verde a cinta roja, me tomaré libertad en ese asunto a futuro.
-Casi todo el capítulo transcurre el 16 de agosto, mientras el final ocurre el 18 de agosto. Después del capítulo 'Demoncismo' y antes del capítulo 'Stranger Danger'.
-Me tomaré algunas libertades en cuanto a la historia de Mewni se refiere, Hekapoo mencionó un evento importante no-canon, habrá más aseguro.
-Puede que el capítulo parezca relleno, pero hay cosas que tendrán gran relevancia en el futuro, estén atentos.

Esto fue todo, deja una reseña contándome TODAS tus opiniones y reacciones acerca del capítulo (Me gustan las reseñas largas, así siento que mis lectores prestan más atención, y no me importa que sea en otro idioma, entiendo inglés a la perfección, y si es otro... ahí está el Traductor de Google), dale a follow/favorite para saber cuando hay nuevo capítulo, compártela con amigos, todo esto me motiva a seguir escribiendo. Muchas Gracias por leer, Adiosye.

Agradecimiento especial por seguir la historia a:

-Byakko Yugure
-Erzelion94
-kiritoissei
-FI5HER283


Próximo Capítulo: El Mejor Escudero

Sipnosis: Como Marco debe cumplir servicio como escudero para ser caballero, deberá demostrar que es un escudero digno y capaz ante todos, en especial ante su amiga princesa Star Butterfly.


Capítulo Publicado el 17 de Marzo de 2021