Hola mis queridos lectores por fin actualizare esta hermosa historia, muchas gracias por sus muestras de apoyo leyendo, realmente se me ha dificultado poder actualizar y no ir perdiendo el hilo de la misma.
Como les comentaba mi trabajo no me ha permitido acercarme mas los fanfics que tenia primero como los de Soledad, Las coincidencias no existen solo lo inevitable y Nuevo Amencer.
Prometo actualizar con al menos uno o dos capitulos si me desaparezco como lo he estado haciendo, ademas de traer en manos nuevas historias (una de ellas se tratare sobre Violet y Gilbert tambien amo esta pareja, aunque no tanto como esta). Sin mas dejo que disfruten del capitulo, prometo subir el otro entre mañana o domingo al final ire subiendo la sinopsis de las continuaciones.
Muchas gracias, cuidense mucho.
Los quiere. TheOtherDestiny.
Capitulo 9: PALABRAS
Entonces vio lo que nunca vería por parte de ella, ese simple gesto solo era para él…Violet Evergarden estaba sonriendo a los peores de los demonios, el cual tendrá la decisión de cortarle las alas o protegerla.
- Esto es inaudito, ¿Cómo puede estar pasando esto? Acaso Violet no piensa en las habladurías por…-la voz alterada de Tiffany se escuchaba en la oficina de Hodgins el cual solamente está sentado en el sillón tomando un whisky. – Por simples arranques carnales, ¡DIOS SANTO ACASO NO DIRAS NADA PATRICK!
El afable hombre miraba sonriente la rabieta de su esposa, pero no restaba que se sentía igual de ofendido por las acciones de su hija y su ahijado, vamos se lo podía esperar de Dietfried, pero de Violet eso sí que era una sorpresa y más aún ver la expresión de desolación del propietario del Postal. Desde hace tiempo tenía sus dudas respecto a los sentimientos de Claudia hacia Violet.
- "Es una lástima, Claudia Hodgins es un buen hombre y partido para mi hija". – entonces recordó el momento en que bajaron de las escaleras junto con Víctor el cual se acercó a una triste Cattleya y se excusaron ambos por cosas de trabajo. – Claro que diré algo, podrías tranquilizarte un momento Querida, esto perjudicaría tu salud. Por dios no vez que incluso pones de nervios a Amelia.
- Y-yo realmente siento las acciones de mi hijo, Patrick y joven Hodgins. – viendo como el pelirrojo se sumergía más con su bebida. – No entiendo porque Dietfried estuvo aquí con Violet tomando en cuenta que…
- Tu hijo es un descarado que se aprovechó de nuestra Violet, Amelia. – levantándose para ir directamente a la habitación. – Iré a inmediatamente a…
- Tu no iras a ningún lado Tiffany, fui lo suficientemente claro contigo respecto a que ellos vendrán y hablarán con nosotros respecto a las circunstancias. – el ceño fruncido del patriarca Evergarden helo la sangre de los presentes y la furia de su esposa. – Joven Hodgins, desearía hablar con usted respecto a Taylor.
- Perdona la escena que tuviste que presenciar en CH, Víctor. – acongojada Cattleya sentía una desilusión muy grande al ver al amor de su vida lleno de celos. – Que te parece si te invito a cenar esta noche.
- Muy tentadora la propuesta, querida mía. – todo galante como se conocía y junto con una sonrisa de complicidad amistosa a la amatista. – Esta bien acepto, hace mucho que no conocemos del uno del otro. La verdad creo que has sido una de las pocas personas que consideraría una amiga. – la amatista veía como la mayoría de las mujeres miraban con adoración al hombre de cabello azabache azulado.
- Por qué sospecho que no estás muy convencido de haber regresado, además para quien va destinada esa carta.
El hombre de ojos oceánicos sonrió ante la curiosidad de su amiga, y al ver de reojo como eran perseguidos por una sigilosa sombra.
- La curiosidad mato al gato querida Cattleya y eso por desgracia es algo que tenemos tu y yo. – ofendida la mujer miro a otro lado. – Pero eres tan encantadoramente despistada que no te diste cuenta de que tu eterno enamorado, se ha encontrado persiguiéndonos desde que salimos de CH.
La mujer volteo rápidamente logrando sorprender a Benedict el cual pensaba esconderse a tiempo, pero al haber sido descubierto se limitó solo a estar a una distancia prudente y con una mano en la nuca con su sonrojado rostro.
- Debería de darle una oportunidad, no perderías nada y sacarías la espinita en el muchacho. – susurrando en su oído se retiró Víctor con una sonrisa en el rostro y viendo que todo saldría mejor de lo que pensaba, solo bastaría un descuido de Dietfried Bougainvillea y estaría listo todo.
El Almirante miraba fijamente en la nada esperando a que Violet saliera del cuarto de baño para ir directo a la morgue con los mayores, conocía perfectamente lo que estuvieran pensando su progenitora y padrinos. Sonrió ante el apelativo que durante años no les dedicaba a sus tíos Evergarden, cabe destacar que nunca tuvo una buena relación con ellos todo lo contrario a Gilbert, el cual siempre lograba sacar lo mejor de cada persona incluyéndolo, sus pensamientos fueron interrumpidos al ver como salía Violet con su uniforme de doll, enarco una ceja. – "Solamente tiene el mismo atuendo, acaso nunca Tiffany la ha asesorado respecto a la vestimenta además…"
- Quítate los guantes hace un calor infernal. – colocándose su saco vio como ella se disponía a peinarse con sus típicos chongos, haciendo caso omiso de su solicitud. – Deberías de hacerte una cola de caballo sale mejor, o simplemente trenzártelo de lado siempre funciona.
Violet lo miro sorprendía no capto cuando Dietfried se encontraba detrás de ella y tomo de sus manos su cepillo junto con un listón rojo, vio como comenzaba a levantar su cabello y hacer una coleta alta dejando sueltos algunos mechones junto con su fleco y después se disponía a…
- Me siento mejor si los tengo puesto. – tomando rápidamente los guantes para colocárselos, pero nuevamente Dietfried se los arrebato guardándolos en sus bolcillos del pantalón.
- ¿Por qué? Te avergüenzas de tus brazos o simplemente no deseas que la gente te mire con diferencia al ver que eres diferente. – al no obtener respuesta de ella prosiguió su camino hacia la salida no sin antes dirigirle una última mirada de reojo. – Te espero abajo y no uses ese horrible chaleco azul.
Cuando el Almirante comenzaba a bajar las escalares la mayoría de las miradas se posaron sobre él y por su aspecto era muy obvio que paso la noche ahí, siendo sinceros a él nunca le han importado las habladurías acerca de él, pero otra cosa seria que empezaran a rumorar de su futura esposa es otro asunto, espero a que la doll bajara para entrar juntos a la boca del lobo justo cuando iba a subir por ella vio como bajaba lentamente solamente con ese simple vestido blanco que consistía su típica vestimenta haciendo resaltar más esa joya color esmeralda en su cuello junto con el anillo de compromiso el cual ante sus ojos seguía siendo hermoso sin importar que sus brazos no fueran de carne y hueso. Sin ser consciente su organismo le ofreció su antebrazo a la rubia para que lo tomara logrando que las habladurías tuvieran más intensidad y todo fue visto por una mirada divertida de Patrick Evergarden.
- Vaya espectáculo que dio ayer el dueño de CH Postal, ¿no es conocido tuyo hermana? – Luculia que se encontraba preparando la mesa para desayunar veía como su hermano se preparaba para ir a la marina. – Lo más probable es que tenga líos de faldas, me pregunto ¿Cómo Violet logro cautivar a dos de los hombres más difíciles de todo Leiden?
La pelirroja volteo rápidamente ante la confesión de su hermano, al principio no negaba que el ojiazul sentía cierta atracción por su amiga, pero fueron disminuyendo al ver que tenía una relación más íntima con Cattleya se sonrojo ante el pensamiento. Sonrió además al pensar que ella nunca se ha enamorado como sus amigas y desearía encontrar algún día al hombre que logre cautivar su corazón, así como: Benedict indirectamente logro enamorar a Erica, el Mayor Gilbert a Violet y por último Hodgins a Cattleya, aunque…
- Todos ellos o terminen en desgracia o en dolor.
- ¿Eh? Dijiste algo Luculia. – enarco una ceja al ver como el semblante alegre de su hermana se ensombrecía. – Dime, ¿Cuándo iras a tu viaje de trabajo?
- Dentro de dos semanas, creo que me perderé la boda de Violet con el Almirante Bougainvillea. – el bocado que Spencer iba a ingerir se quedó a mitad de camino por lo dicho de su hermana. – Cierto, creo que nadie sabe aún de su compromiso. Hermano por favor…
- Ay hermanita, tú crees que diría algo del compromiso del Almirante sin conocer el carácter que se carga. – el simple pensamiento le erizo la piel. – No sabes el respeto y miedo que se ha ganado ese hombre, me sorprende que se case con Violet, ¿no la odiaba por la muerte del Mayor Gilbert?
Luculia se quedó pensativa y es que para todos en CH fue una sorpresa enterarse que su amiga se casaría con el hermano mayor del hombre que decía amar, aunque no negaba que fuera demasiado apuesto y parecido al Mayor, pero conocía a su amiga y seguramente había algo detrás de todo esto.
Cuando entraron al despacho de Claudia, sintieron la tensión en el ambiente o al menos Dietfried veían que todas las miradas se posaron sobre ellos excepto su Patrick y Taylor que extrañamente se encontraba en ese lugar. Después vieron como Tiffany se acercaba rápidamente a lanzarle una fuerte bofetada al mayor de los hermanos Bougainvillea haciéndolo girar el rostro por la fuerza.
- ¿En qué diablos estabas pensando cuando viniste a acostarte con Violet? – la indignación y dolor en las palabras de su tía eran estacas. - ¿Acaso no vez que solo es una niña convirtiéndose apenas en mujer? – El la marco siendo más joven siendo un maldito bastardo. – Y tu Violet, ¿Qué ganabas en acostarte con él antes del matrimonio convirtiéndote en una…
Violet cerró los ojos esperando recibir la bofetada de su madre adoptiva, pero nunca llego haciéndola abrir sus ojos y ver como el golpe que iba dirigido a ella, el Almirante Dietfried lo recibió logrando descolocar a todos los presentes y mucho más a Tiffany.
- Ella no tiene la culpa de nada. – miro retadoramente a su Tía. – Yo fui quien me introducir a su habitación. – tomo la mano de la doll. – Pero no se preocupen Tíos y Claudia que no hicimos nada. Violet sigue intacta.
Las palabras del azabache lograron consolar a la mujer, pero Amelia sabía perfectamente que eran demasiado difíciles para su hijo y más aún el pasado que encadenada a ambos.
- Basta ya Tiffany estas armando un escándalo y sabes perfectamente que odio ser la comidilla de Leiden. – acercándose a los jóvenes el ojiazul se interpuso ante ellos y su esposa. – Además Dietfried y Violet solo adelantaron un poco su luna de miel, por lo tanto, creo que es necesario adelantar la boda, probablemente la próxima semana, además hoy Dietfried tendrá una nueva misión en la marina que requerirá su traslado a otro lugar, por lo que creo que será necesario adelantar la boda.
Desconcertada por la situación Violet vio la mirada furiosa de su futuro esposo hacia el señor Patrick, nunca comprendido el odio que le tenía el azabache al afable hombre de cabellera gris que al ver que nadie comentaría nada prosiguió.
- Este viernes será la cena de compromiso y dentro de catorce días será la boda de ustedes hablaremos con el Sacerdote Philip para irla organizando, ¿algún inconveniente con eso Dietfried? – el hombre sabía que no podía negarse ante la solicitud de su tío y conociéndolo en dado caso de negarse investigaría todo lo relacionado con la doll. – Además a partir de hoy Violet vivirá en la Mansión Evergarden hasta el día de su boda y creo que estarán de acuerdo que después del día de hoy es primordial que mañana mismo ya estés instalada Violet.
El desconcierto en la mirada azul del hombre no pasó desapercibido en Dietfried quien sonrió triunfante al ver que por fin ella dejaría de compartir el mismo techo con "su cuidador".
- A mi parecer creo que está llegando en los extremos señor Evergarden. – se levantó el pelirrojo. – Mi personal es de suma discreción y no creo que hablen respecto a lo sucedido más aún si afectara a Violet. – justo cuando iba a debatir con el hombre el azabache azulado vio como Patrick levantaba su mano de forma en detener el parloteo de Hodgins.
- Agradezco su comprensión joven Hodgins, además de los años en que estuvo cuidando de Violet, pero creo que es momento de tomar la responsabilidad que Gilbert nos proporciono acerca de ella.
Ante la mención de este último el extraño triángulo amoroso se sumergió en las vivencias que compartieron con el menor de los hermanos Bougainvillea, Amelia al ver como el rostro de sus hijo se descomponía esperaba con anhelo que ese matrimonio funcionara y que su hijo encontrara esa paz que por tantos años buscaba y si era a manos de la doll, lo entendería.
- Realmente las cosas se están poniendo color de hormiga en esa habitación. – Iris veía a través de la ventana como discutían dentro del despacho de Hodgins. – Por cierto, Erica ¿no crees que la actitud de Cattleya con ese nuevo doctor es muy sospechosa?
- No creo que sea prudente, esta situación es muy delicada Violet paso la noche con el Capitán y respecto a Cattleya pienso que solamente es amiga de ese doctor.
- Vamos es mejor continuar con nuestras actividades si deseamos salir temprano Iris. – la ambarina dirigió su mirada a su amiga la cual se encontraba luchando por sus sentimientos después de ver como Benedict corrió celoso ante la pareja de Cattleya y el Doctor.
- Erica, ¿qué te parece que esta noche salgamos solamente Luculia, tú y yo a un bar? Al menos pare despejarnos un poco del trabajo y no se tal vez conocer chicos.
La castaña vio como su amiga le mostraba una sincera sonrisa tratando de animarla, entonces ahí se dio cuenta que toda la vida no tenía que estar llorando por el amor del rubio.
- Entonces con esto concluimos que a partir de mañana Taylor trabajará solamente cuatro horas y Violet permanecerá en nuestra casa hasta el día del matrimonio con Dietfried. – ningún presente argumento nada, al ver lo tenso de la situación. – En la tarde vendrá uno de los choferes por tus cosas y mañana en la mañana te esperamos en casa, hija.
El hombre se acercó a la doll que permanecía callada, vio de reojo a su ahijado para despedirse diciendo.
- Te esperamos junto con Dietfried en la base de Marina, los altos mandos pidieron que…
- Ella no participara en esto. – sin importarle nada tomo de la mano a la rubia. – Yo hablé con ellos y les dije que estaba inactiva por mucho tiempo además de que tiene asuntos más importantes que atender en Leiden.
- Si y por lo que entendí ellos comprendieron eso, pero realmente necesitan de los dos héroes en el altercado de hace tres años. – acercándose a la pareja. – Este matrimonio es como una alianza o un pacto de guerra para los rebeldes que aun están en búsqueda de más desgracias.
La mirada verde se debatía con la burlona del hombre, desea partirle la cara a su padrino por ser tan imprudente y lo hubiera hecho si la misma mano que lo sostenía no aplicara un poco más de fuerza en su temblorosa mano.
- De acuerdo. – fue tajante la respuesta de ella. – Yo prometí escoger mi propio destino y en no recibir más ordenes, además de no volver a matar. Pero si es necesaria mi intervención para que no muera más gente inocente. Acepto participar en esta nueva estrategia.
Las mujeres veían preocupada a Violet, ellas no querían que la joven volviera a un campo de batalla, un lugar donde perdió ambos brazos teniendo como resultado los metálicos que portaba. La ojiazul se cuestionaba, ¿Por qué el Capitán no le comento sobre un asunto tan importante? ¿Acepto el matrimonio solamente para mantenerla al margen de la situación referente a un golpe de Estado? Este último lo descarto por completo, aunque la relación de ambos era más cordial dudaba que el hombre tuviera sentimientos románticos hacia ella o simplemente ese instinto protector que tenía el Mayor.
- Estoy de acuerdo con Dietfried. – intervino Claudia. – Lo que Gilbert hubiera deseado es que Violet no regresara a un campo de batalla, el quería que fuera libre de escoger sus acciones además de vivir siendo feliz. – esta última palabra la digo con desdén mirando al mayor de los hermanos ojiverde.
- Querido…
- Los esperaremos hasta la tarde para tu decisión Violet que espero sea la más sensata. Nosotros nos retiramos joven Hodgins en la tarde además vendrán por tus cosas para que te instales mañana en la mañana en la Mansión. Con permiso.
Retirándose del lugar junto con las dos mujeres las cuales veían preocupadas a sus hijos, porque, aunque Violet no fuera su hija de sangre Tiffany la estimaba como tal, antes de retirarse el hombre quedo frente a frente hacia su ahijado y susurrándole unas últimas palabras se retiró dejando consternado y un nervioso a Dietfried Bougainvillea.
- Violet. – el pelirrojo se acercó a la doll tomando su mano sorprendiéndose que no portara sus clásicos guantes. – No te tienes que ir si no lo deseas, ya eres una persona adulta tú sabes que nadie de los presentes hablara de…lo sucedido
Los grandes ojos zafiros miraban con ternura la amabilidad de Claudia, pero debía de ser consciente que al principio no desea vivir con la familia Evergarden descubriendo por su cuenta y con ayuda de sus amigos que eran los sentimientos. Apretó sumamente la mano del mayor ante el enojo de su prometido.
El que tampoco estaba nada contento era el Doctor Shield, más que nada por la plática de anoche de sus hijo hacia la reciente pareja de Leiden. Conocía perfectamente a su hijo y sabía que cuando algo se le metía a la cabeza era muy difícil hacerlo cambiar de opinión.
- No desearía que una nueva guerra resurgiera y el peor de los casos seria entre dos hermanos. – suspiro derrotado viendo fijamente el retrato de su difunta esposa. – Realmente no sé en qué momento nuestro amor cambio, Sara, pero como te prometí velaría y amaría a Víctor como si fuera mi hijo.
Vio la fotografía de la hermosa mujer pelirroja con ojos azules igual que los de su hijo, realmente hubiera deseado que Víctor fuera su hijo, pero desgraciadamente el destino no lo bendijo con la dicha de ser padre. Los suaves golpes de una puerta interrumpieron sus tristes memorias y con un adelante vio ante el a uno de los hombres que más odiaba.
- Vaya no pensé encontrarme contigo tan pronto. – fue fría su voz. – También necesitas corroborar tu salud o simplemente vienes a burlarte de como el destino me esta golpeado de frente.
- A diferente de tus estúpidas creencias Víctor. – el invitado se sentó. – Yo nunca tuve ninguna problemática contigo, excepto lo que sucedió hace treinta años.
- Fue culpa de Albert por su estúpido machismo. – espeto el hombre. – Tu siempre fuiste su tapadera en sus andadas, teniendo a su lado una mujer como Amelia.
- ¿Y no fue error de Sara en corresponder las bajas pasiones de mi primo y ocultas de ella? Antes de que sulfures necesito preguntarte algo.
- ¿Qué te hace pensar que te ayudaría? – los ojos verdes claros de Patrick brillaron con burla.
- Porque no desearías que le dijera a Víctor que no es un Shield, sino que su verdadero apellido es Bougainvillea. En pocas palabras el bastardo de Albert Bougainvillea y Sara Shield. Que por cierto omitiendo el color de sus ojos es el vivo retrato de mi difunto primo.
- Capitán Dietfried, ¿podrías dejarme un momento a solas con Hodgins? – sin debatir porque ese mañana será recordada como unas de sus menos favoritas, prefirió retirarse no sin antes ver amenazadoramente al pelirrojo si intentaba propasarse con la joven.
- Violet, creo que no es necesario que te cases con él. – viendo como ella simplemente lo escuchaba. – Se que aun amas a Gilbert, pero casándote con el hombre que más daño te ha hecho en la vida no es una forma en que Gilbert hubiera preferido que continuaras con tu vida. El desea que conocieras el amor puro con alguien te amara sin restricciones por lo que eres con Dietfried solo sufrirás, ¿acaso no lo comprendes? Tu no lo conoces.
Regalándole una genuina sonrisa la joven toco la mejilla del hombre, el cual su piel se erizo ante el contacto frio de ella.
- Yo sé quién es el Almirante Dietfried, Hodgins. Se que nunca hemos tenido la mejor relación, bueno ni siquiera yo comprendía la importancia de lo que era crear un lazo, pero estoy segura de que mi primer conexión al mundo fue él para así conocer personas maravillosas como ustedes.
- Entonces solo es gratitud Violet. – dirigiendo la mano de ella donde se encontraba su corazón. – La gratitud, los te quiero y te amo; tienen un significado completamente diferente y yo te a…
- Yo te quiero mucho Claudia. – sorprendido porque era la primera vez que decía su nombre con una sonrisa. – Tu fuiste y eres un gran apoyo en mi vida creo que sin tu ayuda seguiría siendo una herramienta. En cambio, con el Mayor Gilbert y el Capitán debo de descubrir lo sentimientos que tengo hacia cada uno.
Desolado no deseaba continuar con esta charla que para él fue como una estocada en su corazón, porque él amaba a Violet Evergarden y ella simplemente lo veía como un amigo incluso como hermano mayor. Todo este escenario era observado por los ojos verdes de Dietfried que, aunque su curiosidad lo estaba matando en conocer la conversación de aquellos dos no podía o más bien sospechaba que no le agradaría para nada las palabras por parte de la doll.
- Por lo que veo mis sospechas de que usted ama a Violet fueron ciertas. – la monótona voz de Erica hizo que la viera. – Creo que es más difícil luchar por el amor de alguien con un muerto que un vivo.
- No deberías estar rogando por las migajas de atención del cartero. – su respuesta fue cruel incluso para él. – Claro ahora que lo recuerdo se fue celoso por la otra doll y Shield.
Erica no negaría que las duras palabras del hombre provocaron que algo dentro de ella se quebrar y descubriera que nunca Benedict correspondería sus sentimientos como imaginaba que Violet lo haría con el Capitán Dietfried.
- Y para tu información yo no tengo que competir con un muerto, porque solamente nos estamos usando. – hizo una pausa reconociendo que las próximas palabras eran las peores mentiras que diría. - Buscando un beneficio propio. Yo nunca amare a la mujer que mato a mi hermano. Dile que me tuve que retirar hablare con ella el día que anunciemos nuestro compromiso, además de que es libre de invitar a quien se le venga en gana
Las palabras del hombre no solamente fueron escuchadas por la joven de anteojos, sino en aquella persona que inconscientemente comenzaba a dudar de sus sentimientos y si realmente estaba haciendo lo correcto.
En la casa de los Bougainvillea tanto Amelia como Tiffany se sumergieron en un silencio sepulcral, la primera descifrando las acciones de su hijo. La ojiverde conocía perfectamente los sentimientos de su hijo mayor hacia la doll y el dolor inminente que sentía por lo ocurrido hace años sumándole la muerte y amor que sentía Gilbert por ella, por eso mismo Dietfried no deseaba que Violet interviniera en un nuevo golpe de estado; en cambio Tiffany se negaba a que la rubia fuera nuevamente un arma para el estado, ella ya había sufrido mucho y no negaría al haberse sorprendido verla sin los guantes que le obsequio para ocultar sus prótesis.
- Tal parece que el egoísmo de la gente siempre debe perseguir a los inocente, bien dicen siempre pagan justos por pecadores.
- No soportaría otra guerra Tiffany. – la voz de Amelia se escuchaba quebrada. – Y-yo no soportaría perder también a Violet ni a mi hijo…ellos son lo único que tengo.
- Es irónico el cariño que le tomaste a Violet, Amelia. – sonrió recordando la primera vez que conoció a la doll. – Debemos de hacer lo posible para que ellos no intervengan, aunque mi ahijado siempre me ha sacado canas verdes y hoy se llevó la estatuilla de oro. Reconozco que aprecio a Dietfried, bueno no es santo de mi devoción, pero será mi yerno.
- Lo que me desconcierta es la actitud de Patrick, nunca he entendido su forma de pensar o sus acciones.
- Amelia…
- Se que Albert nunca fue un santo y clara prueba fue el hijo que tuvo con Sara, pero me desconcierta que se empecine en que Violet y Dietfried participen en algo peligroso.
Los ojos ámbar de Tiffany no podía consolar a su amiga, ya que ella en ocasiones no comprendía las acciones de su esposo, sin más preámbulos saco un papel y pluma para comenzar a escribir los nombres de las personas para el compromiso de ambos jóvenes en tan poco tiempo.
- "En poco tiempo todo Leiden sabrá de mi embarazo". – se repetía una y otra vez Cattleya, mientras caminaba junto a CH con Benedict.
- La verdad preferiría no ir al trabajo la situación esta por demás tensa ahí. – con los brazos detrás de su nuca el rubio continúo hablando. – Cattleya, ¿Qué te parece si después del trabajo vamos a cenar? Yo te invito.
- Benedict, ¿puedo hacerte una pregunta? – detuvo su caminata provocando que el hombre lo hiciera también. - ¿Por qué piensas que estas enamorado de mí? ¿Qué podría hacer para que alguien como tú se fije en mí?
El joven veía como Cattleya agachaba la mirada avergonzada de su pasado y muy probablemente su futuro como madre, pero sin importar que se acerco hacia ella y tomo su rostro con ambas mas viendo sorpresa en esos hermoso ojos amatista y con miedo de no asustarla beso su frente para después pegar la suya propia.
- Cuando uno ama de verdad Cattleya no importa el pasado, solo el presente y el futuro que uno desea al lado de esa persona. Los defectos y virtudes son lo que hacen única nuestra esencia, ante mis ojos tu eres hermosa, pero no me refiero al exterior sino como mujer siendo solamente tu incluso amo a ese ser que llevas dentro. – vio lagrimas desbordarse en ella. – Se que amas a Claudia y no intervendré en su relación, porque estoy seguro que muy dentro de ti desea formar una familia con él, y pase lo que pase Cattleya nunca olvides que te amo.
Conmovida por las palabras de su amigo la azabache no lo soporto mas y lo abrazo con todas su fuerzas reteniendo esas lagrimas que no quiso desbordar ayer al enterarse sobre su embarazo.
No muy lejos de Leiden se encontraba un hombre de cabellos castaños y ojos zafiros viendo desde el mar como las olas, lo hacían recordar aquella familia que había perdido por la guerra. En todo este tiempo se ha esmerado en borrar los fantasmas, pero seria imposible al saber el grado de amor y dolor que cargaba en su corazón cada vez que recordaba las dulces caricias de su esposa, las travesuras de su hijo y las lindas melodías que su princesa le cantaba cuando regresaba de un largo viaje en la Marina. Ellos eran su mundo y en un abrir y cerrar de ojos, me los arrebataron.
- Si tan solo hubiera llegado antes…al menos habría salvado a nuestros hijos Nina. – dirigiendo su triste mirada al cielo, jurando ver la silueta de su difunta esposa y sus hijos. – Te prometo que encontrare a esos malditos que nos arrebataron a Benedict y Elizabeth.
